DISCURSO EN LA CONMEMORACIÓN DEL
“DÍA DEL VETERANO DE GUERRA Y DE LOS CAÍDOS EN LA GUERRA DE MALVINAS”
Néstor Kirchner
[2 de Abril de
2006]
Hermanos Veteranos de la Guerra de Malvinas; señor
Vicepresidente de la Nación ;
señores miembros del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial; señores
gobernadores y jefe de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires; señores jefes del Estado
Mayor Conjunto y los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas; señores
miembros del Cuerpo Diplomático; señores intendentes; autoridades nacionales,
provinciales, municipales; señores representantes gremiales; señoras, señores:
La Nación Argentina
ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas,
Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares
correspondientes por ser parte integrante del Territorio Nacional.
L
La recuperación de dichos territorios y el
ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y
conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo
permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
Esto dice la Disposición Transitoria
Primera de nuestra Constitución Nacional, forma parte de nuestros objetivos
centrales como Gobierno y es bueno recordarlo en esta fecha.
La noble causa de la recuperación de la
soberanía efectiva sobre nuestros archipiélagos y aguas ocupadas ilegítimamente
desde 1833, une a todos los argentinos por encima y por fuera de cualquier
diferencia política.
En esta evocación nos encontramos frente a
una de las grandes causas nacionales, en la que conviven valores que con fuerza
debemos rescatar: el diálogo, el ejercicio de la soberanía nacional con
dignidad y respeto a los derechos humanos, la justicia y la verdad.
La triste circunstancia de que la dictadura
haya pretendido ponerla al servicio de un subterfugio ideado para sobrevivir
una coyuntura política que le era adversa, no debe obnubilarnos en el análisis.
En 1982 estuvo la decisión equivocada de una
dictadura que para salvarse planeó y ejecutó una guerra mintiendo sobre sus
verdaderas intenciones, pero estuvo también la lealtad, el valor, el patriotismo
y el sacrificio generoso de nuestro pueblo y el de miles de soldados –miles de
soldados- que no dudaron en responder al llamado de la Patria.
Malvinas fue, en un sentido, otro de los
crímenes dictatoriales y una gran frustración; la decisión irresponsable de
emprender una guerra puso de manifiesto las muchas limitaciones que los
técnicos del horror tenían para las verdaderas batallas. Pero Malvinas también
es, en otro sentido, un altar de la
Patria al heroísmo de su pueblo que, como en los orígenes de
nuestra corta historia, supo forjar hombres capaces como nuestros Veteranos de
Guerra de dar la vida por los demás, de inmolarse por la Patria , aún ante el error
estratégico y político de quienes la conducían ilegítimamente en ese
momento.
La tarea que tenemos que emprender los
argentinos frente a las luces y sombras que plantea el tema que recordamos, es
la de evitar que nuestros héroes resulten ser hoy las víctimas de aquellos
claroscuros. Se los hace víctimas cuando se los olvida, se los convierte en
víctimas cuando se los esconde, como se los escondió después que terminó la
batalla. Son víctimas cuando no se les reconoce en hechos concretos su lucha en
defensa de nuestros derechos nacionales.
La lucha por la recuperación de Malvinas
debe ayudarnos a encontrar un lugar con memoria y reflexión desde el que
aprendamos de los errores para no volver a cometerlos y a ser mejores.
Recordemos, reflexionemos, no podemos
permitir que el deseo de olvidar culpa, vaya llevándose la memoria dejando de
la historia solamente un borrón. Terminemos con esta historia de algunos que
creían que se podía saldar la responsabilidad con nuestra propia conciencia
desmalvinizando la
Argentina.
Rindamos homenaje a quienes cayeron en
nuestro suelo y aguas malvinenses, a quienes por el olvido ingrato de varios
años se sienten aún en la trinchera y no logran regresar de su exilio interior.
Aquellos que dieron su vida por la Patria y que mientras había
argentinos de buena voluntad que juntaban distintos elementos para apoyarlos
cuando estaban allí, otros, civiles y de charreteras se robaban el esfuerzo y
lo que juntaban para apoyar a nuestros combatientes en Malvinas.
Entremos a hablar las cosas con toda
claridad porque es la única manera de poner la historia en claro y lo que es
blanco es blanco y lo que es negro es negro definitivamente. Y tampoco vimos,
porque si bien el Estado tiene responsabilidades, a los grupos económicos y a
aquellos que apoyaron a la dictadura salir a respaldar a nuestros soldados
cuando vinieron después de dar su batalla.
Era el Estado irresponsable, ¿y quién
sostuvo ese Estado? Por eso en la
Argentina , hermanos y hermanas, tenemos que hablar con
absoluta claridad, desde la verdad relativa pero sin miedos.
Juntos los argentinos estamos obteniendo
resultados que nos hacen recuperar un país que actúa coherentemente en pleno
respeto del derecho y las instituciones propias e internacionales. Miembro
digno de la comunidad de naciones, contribuimos al mantenimiento de la paz, la
democracia y la seguridad.
Juntos en democracia y en paz, hacemos
crecer nuestra economía a un ritmo realmente importante. Hemos logrado
disminuir la pobreza en más de 24 puntos y la indigencia la hemos pasado del 26
al 12 por ciento; creamos millones de puestos de trabajo; exportamos por 40.000
millones; crece nuestra recaudación tributaria; se controla la inflación;
disminuimos la deuda externa en una inédita reestructuración; se fortalece el
poder adquisitivo, los trabajo formales y quebramos la tendencia de incrementar
la desigualdad.
Juntos en democracia y en paz fortalecemos
las instituciones, aunque todavía no salimos del infierno al que nos sometieron
y, a pesar de cierta prensa que no nos quiere mostrar, estamos y vamos a estar
mucho mejor.
Yo siempre les digo a quienes trabajan
conmigo y se los digo a los soldados de Malvinas, de corazón: “No se preocupen
por lo que dice cierta prensa, preocupémonos por lo que dice el pueblo
argentino que esto es lo fundamental, lo central” El corazón de los argentinos
que siente y reconoce aquellos que hacen el esfuerzo nacional.
También se lo digo a la dirigencia política,
que no tengan miedo de lo que pueda decir tal o cual periodista; terminen de
andar de rodillas ante ellos, que escriban lo que quieran, ustedes defiendan a la Nación con la fuerza que la Nación los necesita, esto
es fundamental y central.
Juntos en democracia y en paz, respetando la
diversidad y el pluralismo, debemos discutir y aclarar este pasado doloroso.
Pluralismo no es callarse la boca, pluralismo no es aceptar lo que se dice,
sino, si uno está en desacuerdo por más que le toque ser Presidente de los
argentinos, tener la honestidad y la sinceridad de discutir cada punto. ¿Por
qué me tengo que callar la boca si no estoy de acuerdo? Es decir, ¿otro puede
decir cualquier cosa y uno tiene que aguantar permanentemente?
Hermanos y hermanas: me podrán atacar,
descalificar, insultar, intentar cualquier cosa, pero voy a estar siempre al
frente por la nueva Argentina y por una Patria para todos. No me van a hacer
doblar las rodillas, ténganlo absolutamente claro.
La persistencia de una situación colonial en
las islas, que impide el ejercicio de nuestra soberanía nos patentizan las
dificultades que sufrimos para desarrollar en el más amplio arco nacional el
empeño que debemos ser capaces de aplicar para el logro de los más altos
objetivos nacionales.
Por eso, que se hayan cometido las cosas que
hemos dicho y demás, jamás podrán invalidar el justo reclamo y es justo decir
que las Malvinas son nuestras y argentinas y que estos hermanos que lucharon
allá fueron por esos valores, fueron a poner la cara por todos los argentinos,
fueron a luchar en desigualdad pero no lloraron, tuvieron la bandera levantada
de pie con honor y orgullo.
Vergüenza fue cuando los trajeron de vuelta
al continente que los querían traer escondidos.
¡Oh Dios, pobre Argentina, qué cosas nos han
pasado cuando los tendríamos que haber recibido como héroes nacionales! No
importa la derrota contra la potencia, importaba la dignidad de aquellos que
fueron a dejar todo.
Malvinas no es un problema militar, deber
ser un objetivo nacional de todos los argentinos y con diálogo, diplomacia y
paz debemos recuperarlas para la Patria. Pero diálogo, diplomacia y paz no
significa vivir con la cabeza gacha; diálogo, diplomacia y paz significa tener
una diplomacia donde defendamos con altura y dignidad los derechos que son
nuestros sobre las Islas Malvinas. No confundamos bajar los brazos con ser
amantes de la paz.
El Sur constituye el espacio de las Malvinas
y son parte del futuro nacional para la Patagonia y para todos los argentinos.
Recuperarlas, respetando la legitimidad y la
legalidad interna e internacional, no constituye ninguna cuestión lateral.
Respetar las instituciones no es una cuestión menor.
En lo interno, la superación del concepto
militar equivocado, siniestro e insensato que diseñó y ejecutó la línea
estratégica del empeñamiento bélico, debe conducir a una profunda autocrítica
estratégica en materia doctrinaria y operativa militar.
La más contundente lección, según mi humilde
punto de vista, sin pretender ser dueño de la verdad, radica en la necesidad de
entender definitivamente que las tres Fuerzas constituyen un único componente
castrense de la Nación.
Potenciar el trabajo del Estado Mayor
Conjunto, disponer de una doctrina de defensa nacional única, realizar
adquisiciones de material de manera combinada, articular acciones de defensa en
un único trazo, constituyen un curso de acción irrenunciable para nuestro
Gobierno: la acción unificada de defensa bajo la conducción constitucional del
Poder Ejecutivo.
En lo internacional, debemos actuar de
manera integral de modo que nuestra recuperación económica, el prestigio que
vamos recuperando y la persistencia en el reclamo pacífico, nos permite el
incremento gradual de los recursos no militares a nuestra disposición hasta
tornar insostenible la anacrónica situación colonial que denunciamos
fuertemente.
Sabemos cuál es el mandato constitucional,
resumiendo las frases que leíamos al comienzo; sabemos que el mesianismo o el
nacionalismo ultramontano y aislante nunca deben ocupar el lugar del
nacionalismo patriótico y democrático que se basa en la voluntad del pueblo, la
razón, el derecho y la serena pasión edificada sobre estos; sabemos que debajo
de cada traje civil o de uniforme militar, unidos por la Constitución Nacional
laten los corazones de nuestros ciudadanos. Nuestra ciudadanía, nuestro pueblo
tiene el común empeño de rescatar la soberanía de nuestras islas.
Por eso hoy una vez más reiteramos nuestra
voluntad de reanudar el diálogo con el Reino Unido. Será un diálogo entre
democracias destinado a encarar y a resolver una controversia que está
afectando nuestras relaciones, es un proceso en el que le pondremos buena fe y
que demandará buena fe, tesón y disposición también por parte del Reino Unido.
Deben mostrar disposición de negociar nuestra soberanía sobre las Islas
Malvinas.
No nos resignamos, seremos persistentes, nos
encaminamos con fuerza a cumplir el mandato constitucional. Contamos con el
apoyo del llamado de toda la comunidad internacional para que esas
negociaciones se reanuden para procurar una solución pacífica a la disputa de
la soberanía que existe en nuestros países.
El esfuerzo que el pueblo y el Gobierno
están realizando para reconstruir el bienestar general y recuperar la esperanza
por el porvenir de la Patria ;
la recuperación de nuestro prestigio internacional nos devuelven la esperanza
de que veremos a nuestros territorios insulares y a los espacios marítimos que
los circundan, nuevamente bajo la efectiva soberanía argentina.
Los argentinos de toda condición debemos
encender en nuestros corazones una llama de homenaje a nuestros 649 caídos y a
los muchachos que día tras día se fueron quitando la vida por el olvido de
quienes nunca debieron olvidarlos, a los que se sintieron en soledad , a los
que les dieron vuelta la puerta, a los que para algunos son una carga y para
otros son unos hermanos que nos honran, a los que para algunos solamente
existen el 2 de abril y a los que para la mayoría de los argentinos existen y
deben existir todos los días, porque son el reflejo claro del nuestra memoria.
Se encuentran sus nombres grabados en el
cenotafio erigido en la
Plaza San Martín; no basta con los nombres grabados, no basta
con hacer un acto por año. Pero no solamente el Estado, reitero, sino toda la
sociedad argentina debe replantearse una actitud mancomunada y solidaria
respecto a la actitud de acompañar a quienes estuvieron allí, oficiales y
suboficiales de la Patria ,
soldados argentinos luchando por nuestra tierra.
Es la misma llama que alumbra la memoria de
San Martín, de Belgrano, de Brown, de Moreno y de tantos próceres que
fomentaron el coraje y sabiduría para defender la Patria , debemos rendirle
justo homenaje a los Veteranos de esta guerra que supieron dar ejemplo de
valor, disposición para defender nuestro suelo, espíritu solidario y que
tuvieron que “bancarse” muchas veces casi en soledad, cuando los que los
acompañábamos éramos muy pocos, reitero, cuando vivimos aquel proceso que se
dio en llamar “el proceso de desmalvinización”.
No debemos volver al tiempo en que el
Memorándum 228/82 del Estado Mayor Conjunto, fecha 15 de julio de 1982,
estableció entre las pautas para cumplimiento de todas las radios y canales de
televisión que era un riesgo para la seguridad nacional ofrecer contenidos
informativos derrotistas o el de mencionar a los soldados como chicos de 18
años o el pedirle opiniones sobre sus jefes. Verdadera vergüenza dicho
Memorándum pero que lo debemos recordar.
En este nuevo tiempo de la Patria pongamos las cosas
en su lugar; sigamos comprometidos a cumplir con nuestros queridos Veteranos
para tratar de compensar todo lo que han ofrendado en aquellos días
inolvidables para lograr que tengan el bienestar que les debemos dar por haber
defendido la dignidad de la soberanía nacional en el campo de batalla, en las
aguas del mar y en nuestros cielos. Tienen nombres y son seres de carne y
hueso, sufrieron angustias y necesidades, son nuestros héroes contemporáneos.
Tengamos fe en el futuro de nuestra Patria,
tengamos convicción absoluta en la justicia de nuestros derechos y nuestros
reclamos. Debemos resistir activa y pacientemente nuestras luchas los años y
los días que sean necesarios.
Los argentinos debemos recuperar nuestra
autoestima. Fue duro lo que sufrimos y dimos y la batalla que tuvimos en 1982,
pero queridos argentinos, fue vergonzante lo que pasó después de la derrota
dolorosa, como cada uno quería esconderse en su madriguera dejando a los que
lucharon solos. Los que conducían a la Argentina demostraron una vez más su cobardía y
cuando tenían que poner la cara escapaban como podían. Ya lo habían hecho años
antes y lo volvieron a hacer ese día.
Con todo respeto y cariño por nuestros
queridos jefes de las Fuerzas y nuestros soldados y oficiales actuales, fueron
generales cobardes que llenaron de deshonor a nuestro Ejército y a nuestro
pueblo argentino.
Pero también están los civiles que
acompañaban y mientras en la televisión salían documentos y declaraciones que
ganábamos la batalla, estaban ahí al lado incentivando un nacionalismo
ultramontano y después cuando vino lo peor, muchos de esos civiles y ese poder
económico que acompañó ese sistema, desapareció, no estuvieron para ayudar a
los caídos ni a los que combatieron ni para ayudar a la Patria.
Hay que tener memoria, porque muchos de esos
intereses siguen actuando en la
Argentina , muchos de esos intereses se renuevan, cambian o
toman distintas formas. Pero el pueblo argentino tiene que tener una gran
memoria, porque va a ser la forma de consolidar definitivamente un nuevo país.
Yo, ante nuestros héroes y nuestros
combatientes de Malvinas, que juntos estamos avanzando en soluciones y faltan
muchas más ciertamente y hacemos hasta donde podemos, les quiero decir que en
este tiempo que me toca gobernar la Argentina , no vine a pactar con el pasado ni vine
creyendo que la unidad nacional es posible tapando las miserias que los
argentinos podemos tener atrás. Eso fue lo que no nos permitió construir una
Nación. Les puedo asegurar que con los errores y los aciertos que podamos tener
y que pueda tener estoy dispuesto a avanzar, avanzar y avanzar y Dios quiera
que el pueblo argentino me acompañe para construir una Patria con todos, para
todos y que nos podamos mirar a los ojos los argentinos unos a los otros y nos
podamos decir: ¡Por fin nos sentimos argentinos y entramos a defender esta
historia, esta Patria, este suelo, esta bandera, esta tierra que nos honra a
todos y el sentir de nuestros héroes y de nuestros próceres!
Combatientes de Malvinas, señores oficiales,
suboficiales y soldados: perdón y muchas gracias por lo que hicieron por la Patria.
NESTOR KIRCHNER
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