enero 16, 2014

Alocución de D. Antonio Luis Beruti ante el Cabildo, el 25 de Mayo de 1810, siendo comisionado por la Junta Revolucionaria, para hacerle la intimación de su renuncia incondicional.

EPOCA PRIMERA
La Revolución de Mayo y la Independencia
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Alocución de D. Antonio Luis Beruti ante el Cabildo, el 25 de Mayo de 1810, siendo comisionado por la Junta Revolucionaria, para hacerle la intimación de su renuncia incondicional.

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Señores: venimos en nombre del Pueblo a retirar nuestra confianza de manos de ustedes: el Pueblo cree que el Ayuntamiento ha faltado a sus deberes, y que ha traicionado el encargo que se le hizo:
ya no se contenta con que sea separado el Virrey; bien informados como estamos de que todos los miembros de la Junta han renunciado, el Cabildo ya no tiene facultades para sustituirlos por otros, porque el Pueblo ha reasumido la autoridad que había trasmitido, y es su voluntad que la Junta de Gobierno se componga de los sujetos que él quiere nombrar, con la precisa indispensable condición, que en el término de 15 días, salga una expedición de quinientos hombres para las provincias interiores, a fin de que, separados los que las esclavizan, pueda el Pueblo en cada una de ellas, votar libremente por los diputados que han de venir a resolver de la nueva forma de gobierno que al país debe darse. Y hago esta declaración, Señores Vocales, protestando de que si en el acto no se acepta, pueden ustedes atenerse a los resultados fatales que se van a producir, porque de aquí vamos a marchar todos a los cuarteles a traer a la plaza las tropas que están reunidas en ellos, y que ya no podemos ni debemos contener en el límite del respeto que hubiéramos querido guardar al Cabildo. (1)
Señores del Cabildo, esto ya pasa de juguete; no estamos en circunstancias de que ustedes se burlen de nosotros con sandeces. Si hasta ahora hemos procedido con prudencia, ha sido por evitar desastres y la efusión de sangre. El pueblo en cuyo nombre hablarnos está armado en los cuarteles, y una gran parte del vecindario espera en otras partes la voz para venir aquí. ¿Quieren ustedes verlo? Toquen la campana, y si es que no tienen el badajo, nosotros tocaremos generala, y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya presencia echan de menos. ¡Si o no! Pronto señores, decirlo ahora mismo, porque no estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con las armas en la mano, no respondemos de nada.
ANTONIO LUIS BERUTI

Fuente: Neptalí Carranza, Oratoria Argentina, T° I, pág. 11 y sgtes., Sesé y Larrañaga, Editores – 1905. Ortografía modernizada.
(1) Esta segunda parte de la alocución fue pronunciada después que los del Cabildo, Leiva, Lezica y Domínguez, hicieron toda clase de esfuerzos por conseguir que se variara la intimación, obteniendo únicamente, después de mucho disputar, que la representación se hiciese por escrito, siendo así efectuado, figurando las firmas de un considerable número de vecinos, religiosos, comandantes, oficiales, etc.
Pero vacilando aun el Cabildo ante la representación popular, se levantó una furiosa gritería de: ¡Ábranse los cuarteles! — ¡No esperamos más! — ¡Esto ya no se puede sufrir!
Ante esta actitud, el Cabildo se sometió a la voluntad soberana del pueblo, dejándose oír la voz de Leiva desde el balcón.
«Señores: el Cabildo se considera conminado por la fuerza y por los desastres conque ustedes lo amenazan; y cediendo al tumulto y a la violencia, cede a lo que se le impone.»
En seguida fueron anulados los actos de los días 23 y 24, proclamando el nuevo Gobierno.

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