MANIFIESTO DEL MAYO FRANCÉS [1]
(1968)
Las A.G. de los diversos establecimientos públicos de enseñanza superior (según la lista adjunta), proclaman solemnemente que una reforma de la Universidad debe seguir la línea directora de los siguientes principios fundamentales:
I. Independencia y contestación.
a) La Universidad debe ser absolutamente independiente de cualquier poder político.
b) La Universidad debe ser el centro de contestación permanente de la sociedad. La información y los debates libremente organizados entre estudiantes, personal docente y personal no docente de la Universidad constituyen el medio fundamental de esta contestación.
c) Estos principios deberán ser garantizados, así como la presencia y libre expresión de las minorías, por un conjunto de reglas internas de cada establecimiento de enseñanza superior.
II. Autogestión.
a) La enseñanza gratuita en todos los niveles es un deber para con la sociedad presente y futura.
b) Debe estar abierta a todos, efectiva e igualmente, sin imponer ninguna selección.
c) Los establecimientos de enseñanza superior deben ser regidos paritariamente por estudiantes y enseñantes sin ninguna injerencia externa.
d) Los fondos públicos aportados por el Estado se fijarán en función de las exigencias de la colectividad nacional, expresados en los planes económicos a medio y largo plazo, que la Universidad debe fijarse democráticamente, y cuya aplicación es obligatoria para los establecimientos públicos. La organizaciones del personal docente y de estudiantes estarán representadas en las comisiones de elaboración de los planes. Las cantidades que se dedicarán a la enseñanza por los planes, una vez ratificados éstos, se impondrán como una obligación del poder político ejecutivo y deliberante al votar el presupuesto anual. Estas cantidades, por lo que se refiere a la enseñanza superior, se repartirán entre las universidades a través de un organismo paritario de ejecución, nacido de las organizaciones paritarias de personal docente y estudiantes que hayan participado en la elaboración de los planes.
e) Toda real autonomía exige la institución de organismos capaces de neutralizar las fuerzas exteriores, que podrían desposeer de hecho a los estudiantes y al personal docente del poder decisorio en todo lo que se refiere al funcionamiento de la Universidad. Únicamente los comités nacionales de vigilancia, nacidos de los comités paritarios, pueden definir los medios acordados para contestar a los intentos de recuperación, especialmente los que se aprovecharían inmediatamente de las utilizaciones anárquicas de la autonomía.
III. Autodefinición.
a) Los estudiantes y el personal docente deben poder someter a examen, regularmente y con toda libertad, el contenido y la forma de la enseñanza.
b) La Universidad deberá ser un centro de cultura social. Por consiguiente, deberá determinar ella misma los marcos en los cuales los trabajadores participarán en sus actividades. c) Los exámenes y concursos en su forma actual deberán desaparecer y ser sustituidos por una evaluación continua basada en la calidad del trabajo realizado durante todo un período. El suspenso en una asignatura, en la forma actual, no sanciona siempre la pereza o falta de aptitud del alumno sino, con frecuencia, la falta de enseñanzas.
IV. Autoperpetuación.
La Universidad es la voluntad de una perpetua superación por:
a) Una estrecha conjunción de la investigación y la enseñanza;
b) la educación permanente;
c) el reciclaje regular del os trabajadores y del personal docente; para éste deben parecerse años de total disponibilidad para el estudio.
Este texto elaborado por los representantes de los establecimientos de enseñanza superior siguientes: I-E.P. París, Derecho y Ciencias Económicas de París; Medicina, París; Filosofía, Sociología y Letras, París; Lenguas Orientales; ex Escuela de Arte; Ciencias de la Halle aux Vins; Ciencias de Orsay; Ciencias Económicas, Poitiers; Ciencias Económicas, Clermont-Ferrand; se propondrá a las A.G. y será adoptado o rechazado en su totalidad.
[1] Mayo del 68 fue el crisol en el que se fundieron todos los síntomas del malestar que arrastraba la sociedad francesa. De una parte, la nueva conciencia social de determinados sectores de las clases medias que fueron atraídas por las tesis tercermundistas desde el conflicto de Argelia (1954-1962), y que habían encontrado su proyección en la guerra de Vietnam. Por otra, el creciente distanciamiento de amplios sectores de la sociedad francesa, respecto del régimen paternalista, y con fuertes ribetes autoritarios del general Charles De Gaulle. Pero al mismo tiempo el alejamiento respecto de la izquierda tradicional, representada fundamentalmente por el Partido Comunista Francés, que se mostraba anclado en una posición acomodaticia dentro del orden social establecido después de la Segunda Guerra Mundial.
El movimiento francés de 1968 encuentra su precedente histórico en la Comuna de Paris (1871).
La movilización que despertó en Francia a raíz de la guerra de Argelia, sensibilizó fuertemente a la sociedad; y dejó el terreno fértil para el surgimiento de una Nueva Izquierda ( Nouvelle Gauche ).
El 3 de mayo de 1968 la Universidad de la Sorbona de París bullía por la agitación, los estudiantes de Nanterre habían intentado participar en la manifestación obrera. El rector llamó a la policía y el edificio fue desalojado. Los estudiantes invadieron el Barrio Latino, y en la noche del 3 al 4 de mayo las calles se llenaron de barricadas y enfrentamientos con la policía.
Ante la persistencia de la agitación estudiantil, el 13 de mayo las grandes centrales sindicales llamaron a la huelga general bajo el lema " alto a la represión, libertad, democracia, viva la unión de obreros y estudiantes”. Se abría una nueva dinámica en la que sectores del mundo obrero se incorporaban a la revuelta inaugurada por los estudiantes.
Para el día 20 de mayo Francia se encontraba paralizada, hasta el extremo de llegar a escasear los artículos de primera necesidad, la gasolina y el suministro eléctrico, se produjo un auténtico vacío de poder. El gobierno y los partidos tradicionales, incluido el PCF, estaban desbordados por una situación cuyas raíces y dimensiones no llegaban a comprender.
El 25 de mayo, sindicatos, organizaciones empresariales y gobierno firmaron los acuerdos de Grenelle, que recogían la aprobación de un salario mínimo garantizado y el reconocimiento de ciertos derechos sindicales. En los días subsecuentes se llegó al punto de que el presidente de la República disolviera la Asamblea Nacional y convocara a elecciones, con el objeto de salir del impasse provocado por el vacío de poder. El reto fue aceptado por la izquierda tradicional.
A partir de este momento la situación empezó a normalizarse. El 12 de junio se prohibieron todas las manifestaciones y los grupos de la extrema izquierda fueron disueltos por decreto. El 16 de junio, los estudiantes volvieron a las aulas de la Sorbona. El 23 se celebraron las elecciones, resueltas con una clara derrota de la izquierda y el triunfo de los gaullistas y sus aliados; finalizando así el mayo del 68 francés.
Se considera que el movimiento de mayo del 68 fracasó como revolución en virtud de que no se produjo la sustitución radical del viejo orden político. Pero transformó a la sociedad francesa, cambió pautas de comportamiento, introdujo nuevos valores, reconoció los derechos de la mujer, la liberalización de las costumbres, la democratización de las relaciones sociales y generacionales, incluyendo la disminución del autoritarismo en la enseñanza.
(1968)
Las A.G. de los diversos establecimientos públicos de enseñanza superior (según la lista adjunta), proclaman solemnemente que una reforma de la Universidad debe seguir la línea directora de los siguientes principios fundamentales:
I. Independencia y contestación.
a) La Universidad debe ser absolutamente independiente de cualquier poder político.
b) La Universidad debe ser el centro de contestación permanente de la sociedad. La información y los debates libremente organizados entre estudiantes, personal docente y personal no docente de la Universidad constituyen el medio fundamental de esta contestación.
c) Estos principios deberán ser garantizados, así como la presencia y libre expresión de las minorías, por un conjunto de reglas internas de cada establecimiento de enseñanza superior.
II. Autogestión.
a) La enseñanza gratuita en todos los niveles es un deber para con la sociedad presente y futura.
b) Debe estar abierta a todos, efectiva e igualmente, sin imponer ninguna selección.
c) Los establecimientos de enseñanza superior deben ser regidos paritariamente por estudiantes y enseñantes sin ninguna injerencia externa.
d) Los fondos públicos aportados por el Estado se fijarán en función de las exigencias de la colectividad nacional, expresados en los planes económicos a medio y largo plazo, que la Universidad debe fijarse democráticamente, y cuya aplicación es obligatoria para los establecimientos públicos. La organizaciones del personal docente y de estudiantes estarán representadas en las comisiones de elaboración de los planes. Las cantidades que se dedicarán a la enseñanza por los planes, una vez ratificados éstos, se impondrán como una obligación del poder político ejecutivo y deliberante al votar el presupuesto anual. Estas cantidades, por lo que se refiere a la enseñanza superior, se repartirán entre las universidades a través de un organismo paritario de ejecución, nacido de las organizaciones paritarias de personal docente y estudiantes que hayan participado en la elaboración de los planes.
e) Toda real autonomía exige la institución de organismos capaces de neutralizar las fuerzas exteriores, que podrían desposeer de hecho a los estudiantes y al personal docente del poder decisorio en todo lo que se refiere al funcionamiento de la Universidad. Únicamente los comités nacionales de vigilancia, nacidos de los comités paritarios, pueden definir los medios acordados para contestar a los intentos de recuperación, especialmente los que se aprovecharían inmediatamente de las utilizaciones anárquicas de la autonomía.
III. Autodefinición.
a) Los estudiantes y el personal docente deben poder someter a examen, regularmente y con toda libertad, el contenido y la forma de la enseñanza.
b) La Universidad deberá ser un centro de cultura social. Por consiguiente, deberá determinar ella misma los marcos en los cuales los trabajadores participarán en sus actividades. c) Los exámenes y concursos en su forma actual deberán desaparecer y ser sustituidos por una evaluación continua basada en la calidad del trabajo realizado durante todo un período. El suspenso en una asignatura, en la forma actual, no sanciona siempre la pereza o falta de aptitud del alumno sino, con frecuencia, la falta de enseñanzas.
IV. Autoperpetuación.
La Universidad es la voluntad de una perpetua superación por:
a) Una estrecha conjunción de la investigación y la enseñanza;
b) la educación permanente;
c) el reciclaje regular del os trabajadores y del personal docente; para éste deben parecerse años de total disponibilidad para el estudio.
Este texto elaborado por los representantes de los establecimientos de enseñanza superior siguientes: I-E.P. París, Derecho y Ciencias Económicas de París; Medicina, París; Filosofía, Sociología y Letras, París; Lenguas Orientales; ex Escuela de Arte; Ciencias de la Halle aux Vins; Ciencias de Orsay; Ciencias Económicas, Poitiers; Ciencias Económicas, Clermont-Ferrand; se propondrá a las A.G. y será adoptado o rechazado en su totalidad.
[1] Mayo del 68 fue el crisol en el que se fundieron todos los síntomas del malestar que arrastraba la sociedad francesa. De una parte, la nueva conciencia social de determinados sectores de las clases medias que fueron atraídas por las tesis tercermundistas desde el conflicto de Argelia (1954-1962), y que habían encontrado su proyección en la guerra de Vietnam. Por otra, el creciente distanciamiento de amplios sectores de la sociedad francesa, respecto del régimen paternalista, y con fuertes ribetes autoritarios del general Charles De Gaulle. Pero al mismo tiempo el alejamiento respecto de la izquierda tradicional, representada fundamentalmente por el Partido Comunista Francés, que se mostraba anclado en una posición acomodaticia dentro del orden social establecido después de la Segunda Guerra Mundial.
El movimiento francés de 1968 encuentra su precedente histórico en la Comuna de Paris (1871).
La movilización que despertó en Francia a raíz de la guerra de Argelia, sensibilizó fuertemente a la sociedad; y dejó el terreno fértil para el surgimiento de una Nueva Izquierda ( Nouvelle Gauche ).
El 3 de mayo de 1968 la Universidad de la Sorbona de París bullía por la agitación, los estudiantes de Nanterre habían intentado participar en la manifestación obrera. El rector llamó a la policía y el edificio fue desalojado. Los estudiantes invadieron el Barrio Latino, y en la noche del 3 al 4 de mayo las calles se llenaron de barricadas y enfrentamientos con la policía.
Ante la persistencia de la agitación estudiantil, el 13 de mayo las grandes centrales sindicales llamaron a la huelga general bajo el lema " alto a la represión, libertad, democracia, viva la unión de obreros y estudiantes”. Se abría una nueva dinámica en la que sectores del mundo obrero se incorporaban a la revuelta inaugurada por los estudiantes.
Para el día 20 de mayo Francia se encontraba paralizada, hasta el extremo de llegar a escasear los artículos de primera necesidad, la gasolina y el suministro eléctrico, se produjo un auténtico vacío de poder. El gobierno y los partidos tradicionales, incluido el PCF, estaban desbordados por una situación cuyas raíces y dimensiones no llegaban a comprender.
El 25 de mayo, sindicatos, organizaciones empresariales y gobierno firmaron los acuerdos de Grenelle, que recogían la aprobación de un salario mínimo garantizado y el reconocimiento de ciertos derechos sindicales. En los días subsecuentes se llegó al punto de que el presidente de la República disolviera la Asamblea Nacional y convocara a elecciones, con el objeto de salir del impasse provocado por el vacío de poder. El reto fue aceptado por la izquierda tradicional.
A partir de este momento la situación empezó a normalizarse. El 12 de junio se prohibieron todas las manifestaciones y los grupos de la extrema izquierda fueron disueltos por decreto. El 16 de junio, los estudiantes volvieron a las aulas de la Sorbona. El 23 se celebraron las elecciones, resueltas con una clara derrota de la izquierda y el triunfo de los gaullistas y sus aliados; finalizando así el mayo del 68 francés.
Se considera que el movimiento de mayo del 68 fracasó como revolución en virtud de que no se produjo la sustitución radical del viejo orden político. Pero transformó a la sociedad francesa, cambió pautas de comportamiento, introdujo nuevos valores, reconoció los derechos de la mujer, la liberalización de las costumbres, la democratización de las relaciones sociales y generacionales, incluyendo la disminución del autoritarismo en la enseñanza.
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