UNA ORACIÓN POR MARTÍN LUTHER KING
Anuncio televisado de la muerte de Martín Luther King Jr., desde Indianápolis - Indiana
Robert F. Kennedy
[4 de Abril de 1968]
Damas y caballeros:
Esta tarde sólo voy a hablarles durante unos breves instantes, pues tengo noticias muy tristes para ustedes, para todos nuestros conciudadanos y para aquellos que aman la paz en todo el mundo: Martín Luther King ha recibido un disparo y murió esta noche en Memphis, Tennessee.
Martín Luther King dedicó su vida al amor y la justicia entre los seres humanos. Murió por esa causa. En este día difícil, en esta hora difícil para Estados Unidos, tal vez esté bien que nos preguntemos qué clase de nación somos y en qué dirección queremos ir. Puede que a aquellos de ustedes que son negros -según las pruebas es evidente que los responsables fueron personas blancas-esto los llene de amargura, de odio y de deseos de venganza.
Podríamos, como nación, ir en esa dirección hacia una polarización mayor: los negros con los negros y los blancos con los blancos, llenos de odio unos contra otros. O podríamos hacer un esfuerzo, como lo hizo Martín Luther King, para entender, para sustituir esa violencia, esa mancha de sangre derramada que se ha extendido a lo largo de nuestra tierra, con un esfuerzo de comprensión, compasión y amor.
A aquellos de ustedes que son negros y se sienten tentados a odiar a los blancos y a desconfiar de ellos por la injusticia de semejante acto, sólo les diría que en mi corazón existe un sentimiento parecido. Un miembro de mi familia fue asesinado, también a manos de un blanco.
Pero en Estados Unidos es preciso hacer un esfuerzo. Es preciso hacer un esfuerzo para entender, para superar estos tiempos tan difíciles.
Mi poeta favorito, Esquilo, escribió:
"Hasta en el sueño, el dolor que no olvida
cae gota a gota en nuestro corazón,
hasta que, en nuestra propia desesperación,
sin que lo deseemos,
nos inunda la sabiduría
mediante la majestuosa gracia de Dios".
En Estados Unidos no necesitamos división; en Estados Unidos no necesitamos odio; en Estados Unidos no necesitamos violencia ni anarquía, necesitamos amor y sabiduría, compasión hacia los demás, justicia para aquellos que aún sufren en nuestra nación, tanto si son blancos como si son negros.
Por esto les pido esta noche que vuelvan a sus casas y recen una oración por la familia de Martín Luther King. Pero es más importante dedicar una oración a nuestra patria, a la cual todos amamos, una oración por el entendimiento y la compasión de que les he hablado.
En este país podemos estar bien. Tendremos tiempos difíciles. Hemos tenido tiempos difíciles en el pasado y tendremos tiempos difíciles en el futuro. Éste no es el fin de la violencia, no es el fin de la anarquía y no es el fin del desorden.
Pero la gran mayoría de los blancos y la gran mayoría de los negros de este país quieren vivir juntos, quieren mejorar la calidad de nuestras vidas y quieren justicia para todos los seres humanos que moran en nuestra tierra.
Dediquémonos a lograr lo que los griegos deseaban hace muchísimos años: dominar el salvajismo del hombre y hacer apacible la vida en este mundo. Dediquémonos a ello y recemos una oración por nuestro país y nuestra gente.
Muchísimas gracias.
ROBERT F. KENNEDY
Anuncio televisado de la muerte de Martín Luther King Jr., desde Indianápolis - Indiana
Robert F. Kennedy
[4 de Abril de 1968]
Damas y caballeros:
Esta tarde sólo voy a hablarles durante unos breves instantes, pues tengo noticias muy tristes para ustedes, para todos nuestros conciudadanos y para aquellos que aman la paz en todo el mundo: Martín Luther King ha recibido un disparo y murió esta noche en Memphis, Tennessee.
Martín Luther King dedicó su vida al amor y la justicia entre los seres humanos. Murió por esa causa. En este día difícil, en esta hora difícil para Estados Unidos, tal vez esté bien que nos preguntemos qué clase de nación somos y en qué dirección queremos ir. Puede que a aquellos de ustedes que son negros -según las pruebas es evidente que los responsables fueron personas blancas-esto los llene de amargura, de odio y de deseos de venganza.
Podríamos, como nación, ir en esa dirección hacia una polarización mayor: los negros con los negros y los blancos con los blancos, llenos de odio unos contra otros. O podríamos hacer un esfuerzo, como lo hizo Martín Luther King, para entender, para sustituir esa violencia, esa mancha de sangre derramada que se ha extendido a lo largo de nuestra tierra, con un esfuerzo de comprensión, compasión y amor.
A aquellos de ustedes que son negros y se sienten tentados a odiar a los blancos y a desconfiar de ellos por la injusticia de semejante acto, sólo les diría que en mi corazón existe un sentimiento parecido. Un miembro de mi familia fue asesinado, también a manos de un blanco.
Pero en Estados Unidos es preciso hacer un esfuerzo. Es preciso hacer un esfuerzo para entender, para superar estos tiempos tan difíciles.
Mi poeta favorito, Esquilo, escribió:
"Hasta en el sueño, el dolor que no olvida
cae gota a gota en nuestro corazón,
hasta que, en nuestra propia desesperación,
sin que lo deseemos,
nos inunda la sabiduría
mediante la majestuosa gracia de Dios".
En Estados Unidos no necesitamos división; en Estados Unidos no necesitamos odio; en Estados Unidos no necesitamos violencia ni anarquía, necesitamos amor y sabiduría, compasión hacia los demás, justicia para aquellos que aún sufren en nuestra nación, tanto si son blancos como si son negros.
Por esto les pido esta noche que vuelvan a sus casas y recen una oración por la familia de Martín Luther King. Pero es más importante dedicar una oración a nuestra patria, a la cual todos amamos, una oración por el entendimiento y la compasión de que les he hablado.
En este país podemos estar bien. Tendremos tiempos difíciles. Hemos tenido tiempos difíciles en el pasado y tendremos tiempos difíciles en el futuro. Éste no es el fin de la violencia, no es el fin de la anarquía y no es el fin del desorden.
Pero la gran mayoría de los blancos y la gran mayoría de los negros de este país quieren vivir juntos, quieren mejorar la calidad de nuestras vidas y quieren justicia para todos los seres humanos que moran en nuestra tierra.
Dediquémonos a lograr lo que los griegos deseaban hace muchísimos años: dominar el salvajismo del hombre y hacer apacible la vida en este mundo. Dediquémonos a ello y recemos una oración por nuestro país y nuestra gente.
Muchísimas gracias.
ROBERT F. KENNEDY
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