octubre 24, 2010

Mensaje del Presidente de la República Argentina, Miguel Juárez Celman, ante la Asamblea Legislativa (1889)

MENSAJE
DEL
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Miguel Juárez Celman
AL ABRIR LAS SESIONES DEL CONGRESO NACIONAL
EN MAYO DE 1889
En la Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de la República Argentina

SEÑORES SENADORES Y DIPUTADOS:
Inauguráis el presente periodo de vuestras sesiones legislativas en plena paz interna y externa, pudiendo entrar desde luego y sin preocupación alguna, a ocuparos de los grandes intereses del país, de su progreso y bienestar.
Reputo como el primordial deber de un gobernante la conservación de la paz, beneficio inestimable, suprema aspiración de los pueblos constituidos y civilizados, a cuya sombra se consolida la libertad y se desenvuelven los principios democráticos y republicanos.
Yo trataré de conservarla siempre, como al presente, con los países amigos por medio de las relaciones francas y cordiales, fundadas en los sentimientos de justicia y de recíproca conveniencia; y en el orden interno, observando una política de tolerancia, inspirada en los grandes propósitos de la Constitución, que ha puesto de lado las viejas tradiciones e incorporado a la vida administrativa los elementos inteligentes y honrados de los partidos en que antes estaba dividida la opinión de la República, sin abandonar por ello el programa de la mayoría del pueblo que me elevó a la primera magistratura.
Debo creer que es esta política benévola la que ha desarmado las fracciones, que han tenido y tendrán siempre, hasta el último día del período de mi gobierno, como teatro de acción para la lucha pacífica, el comicio libre, la propaganda de la prensa y los debates de la tribuna parlamentaria.
En ella, debo declararlo complacido, he sido decididamente secundado por los gobernadores de provincia como agentes del gobierno nacional, para los fines de la administración y para la ejecución de las leyes y resoluciones de los poderes federales.
Al congregaros nuevamente en este augusto recinto, podéis dar testimonio de las manifestaciones poderosas de la actividad moral, intelectual y material; de los grandes progresos realizados en todo el país y del enorme desarrollo de su riqueza, de su comercio y de sus industrias.
El país lleva en su progreso, una marcha vertiginosa pero segura y sus condiciones actuales deben infundiros nuevo aliento para dotarlo de los elementos y las leyes necesarias a darle mayor impulso; encontráis mayores perspectivas y horizontes más dilatados para vuestros trabajos legislativos; la reforma liberal e institucional de nuestras leyes, implantada y en ejecución; aumentado el caudal intelectual y moral del pueblo y su bienestar, a favor de la instrucción que el Estado sostiene; en creciente desenvolvimiento la riqueza pública y privada; en aumento la renta y el patrimonio nacional; extendido el comercio interior y exterior y acrecida notablemente la inmigración que viene a nuestro país en busca de libertad, de trabajo y de fortuna.
______________
Ausente de la capital en uso de la licencia que os servisteis concederme, un movimiento revolucionario de carácter puramente local, alteró momentáneamente el orden en la provincia de Mendoza, conflicto pasajero que pudo ser resuelto por ella misma, sin dejar huella alguna ni en el gobierno ni en el pueblo, que dividido accidentalmente por cuestiones de simple preponderancia personal, se conciliaba patrióticamente algunos días después del incidente.
Establecido por nuestro sistema institucional, que desempeña el Poder Ejecutivo de la Nación el mandatario que efectivamente ejerce las funciones del poder, en el instante en que los hechos se producen, él fue solucionado por el señor Vicepresidente de la República en la forma que conocéis y de cuyos detalles dará cuenta minuciosa la Memoria del Ministerio respectivo.
Si alguna enseñanza pudiera ofrecer al observador, en medio de la tranquilidad que caracteriza la época actual, la aparición de este ligero trastorno tan injustificable como efímero, será la de robustecer aun más en la conciencia pública, el convencimiento tan arraigado ya, de que, si bien la pasión política de los círculos, puede llegar en los momentos de agitación electoral hasta producir estallidos como el de Mendoza, en que se apela a la fuerza para solucionar cuestiones que caben en el juego regular de las instituciones, basta una simple palabra pronunciada por el representante de la autoridad nacional, cada día más acatada y respetada, para sofocar todo disturbio, para restablecer el imperio de las leyes olvidadas en un momento de extravío y que vuelva la calma y con ella la confianza y la tranquilidad más completa a los espíritus, dejando a la vez establecido, que, desde un extremo a otro de la República, el principio de autoridad es ya una conquista definitivamente incorporada a sus progresos y reputada como un dogma que nadie debe permitirse discutir.
FERROCARRILES
Voy a consignar con alguna amplitud los hechos y los datos relativos a los ferrocarriles, porque es mi deber llamar vuestra atención sobre las cuestiones y los problemas que ellos comprenden y que tanto preocupan en la actualidad al país.
El porvenir económico, el de la agricultura, la explotación de las riquezas minerales, de los productos de la ganadería y el desenvolvimiento social dependen de la facilidad de la comunicación.
No hay agricultura ni colonización posibles sin comunicación segura, rápida y barata.
Los “siete mil setecientos seis” kilómetros de las actuales líneas férreas que están en explotación no satisfacen las necesidades del tráfico en la proporción que reclama el aumento de la producción, ni las facilitan por medio de una tarifa que no disminuya tan considerablemente las ganancias del productor.
Millones de toneladas de carga quedan en las estaciones, durante meses enteros, esperando el transporte, para llegar quizás al punto de su destino cuando la mercadería se ha deteriorado por una larga demora o cuando el mercado marca una baja en el precio del artículo.
Los pasajeros soportan molestias, peligros y demoras también, sin que las empresas puedan objetar siquiera la falta de utilidades importantes. La carga sobra en todas las líneas férreas, y la afluencia de pasajeros es considerable siempre, lo que prueba que los elementos de transporte de las empresas y los servicios de sus administraciones no guardan relación ni con las ganancias anuales de los ferrocarriles, ni con el gran desarrollo de la población, de las industrias Y del comercio del país, ni con los privilegios otorgados por el Estado.
En 1888, los ferrocarriles han tenido una entrada de $ 21.218.132; los gastos de explotación montaron a $ 12.372.189, y la ganancia líquida a $ 8.845.943. Estas cifras prueban de una manera incontrovertible que la falta de elementos para el servicio de las líneas no reconoce por causa la insuficiencia del tráfico.
La causa primordial es la imprevisión y un desarrollo de las fuerzas productoras, comerciales e industriales del país superior a todos los elementos de transporte de las compañías de los ferrocarriles.
Las lluvias extraordinarias y continuas han desbordado ríos y arroyos, destruido terraplenes e inundado gran parte de las líneas férreas, obligando a alguna de ellas a suspender el tráfico. Esto es evidente; pero afirmo que sin esos accidentes el servicio de los ferrocarriles adolece de graves defectos y que se convierten en un malestar permanente, cuando se refieren a los ferrocarriles garantidos por el tesoro.
La mala e incompleta construcción se ha revelado en todas sus proporciones, y la falta de locomotoras, de coches y de vagones, ha levantado quejas y reclamos que han obligado al Poder Ejecutivo a suspender, en algún caso, el pago de la garantía, a imponer multas y a valerse de la policía para hacer cumplir las órdenes de la Dirección Nacional. Estos medios son ineficaces y me parece que es conveniente apelar a otros.
Los ferrocarriles garantidos por el tesoro han cobrado en 1888 todo el valor de la garantía. No han ganado, según las cuentas de las empresas, para los gastos de explotación y para pagar a sus accionistas el interés del capital que ellos representan, a diferencia de los ferrocarriles no garantidos por el tesoro que ganan anualmente lo suficiente para sostener los gastos de administración y para el pago de un interés alto al capital invertido.
Los ferrocarriles garantidos tienen carga y pasajeros superiores a sus elementos de transporte; es decir, pueden obtener tantas utilidades como los no garantidos.
¿Cuál es, pues, la causa de esta diferencia?
Los accionistas se limitan a percibir el valor de la garantía, el interés del capital. Descansan en el cumplimiento de las obligaciones del Gobierno, y olvidan las previsiones de la ley, que si reconoce como garantía un interés sobre el capital, es a condición de que esa línea férrea sirva todas las necesidades y exigencias del tráfico, y que su administración y desarrollo sean progresivos y no estacionarios.
Los accionistas confían la administración a un personal que no puede consultar siempre los adelantos del país, el movimiento o circulación de pasajeros, ni el aumento del comercio interior y exterior, ni la producción que crece de año en año.
De este modo las empresas disponen del crédito y del capital del tesoro nacional, porque la verdad es que el capital de una compañía de ferrocarriles garantidos se levanta sobre el crédito de la nación, la cual les asegura el pago periódico de un interés, cuando la línea no deja utilidades líquidas.
La ley vigente da derecho al Gobierno para examinar las cuentas de una línea garantida, pero tal examen se hace después de producido el hecho y de verificado el gasto, cuando el acto irregular es irreparable y cuando el pago de la garantía se reclama por los empresarios con una urgencia que no admite espera.
Este es uno de los defectos esenciales de la ley, puesto que si el capital de una línea férrea garantida se levanta sobre el crédito de la Nación, a favor de un interés cuyo pago asegura ella, su derecho de inspección debe extenderse e intervenir permanentemente en todo acto administrativo, en los pagos y en la dirección. De otro modo el carácter de las obligaciones contraídas por el Gobierno con las líneas garantidas es inexplicable e incompatible con sus grandes deberes, sin que por otra parte los errores o abusos de tales empresas tengan límite ni correctivo eficaz.
Hoy la Nación paga la garantía íntegra a cada línea. En 1890 esos pagos se elevarán a más de cuatro millones de pesos oro, y cuando estén terminadas las últimas líneas concedidas, el total del desembolso puede duplicarse.
Aunque el pago de esa suma se convierta después en un gasto reproductivo de mayor riqueza, en mayores facilidades para el progreso del país y en aumento de la renta, con todo, la importancia de las obligaciones del Estado, los defectos de administración de las líneas, y la insuficiencia de los elementos de transporte, reclaman imperiosamente la reforma de la legislación relativa a ferrocarriles con o sin garantía del Estado, al cual debe atribuirse una inspección e intervención más eficaz y decisiva en todos los actos administrativos.
El Poder Ejecutivo prepara un proyecto de ley en este sentido, que será sometido a vuestra consideración en el presente período legislativo.
Y con el propósito de tener ideas ciertas y de evitar los males que puede producir la concesión de líneas superpuestas, en competencia unas con otras, o autorizadas a construirse en localidades inadecuadas, el Poder Ejecutivo acaba de ordenar que la dirección nacional y el Departamento de Ingenieros procedan a confeccionar un plano y red de ferrocarriles, tomando en cuenta los existentes, los concedidos y los que a su juicio deban establecerse.
Un país extensísimo como la República Argentina, que recibe por día millares de inmigrantes; que tiene pueblos, por decirlo así, dispersos, situados a gran distancia; que ha comenzado a ser productor de cereales en grande escala, necesita impulsar el establecimiento de vías de comunicación, mediante una ley que consulte las exigencias de la época y las del porvenir.
Necesita el país hoy “veinte mil” kilómetros de líneas férreas, si se quiere que sea agricultor, que influya en el mercado exterior y que el inmigrante salve el litoral y penetre en el interior.
Tan penetrado estoy de esta necesidad que se puede decir que aunque las líneas existentes estuvieran dotadas de todos los medios de transporte, y aunque su administración fuera regular y previsora, ellas no bastarían para hacer el servicio que reclama hoy el gran movimiento del comercio interior s exterior, ni el crecimiento de la producción y de la población.
Por eso pienso que se debe impulsar la construcción de líneas férreas convenientes, que crucen territorios feraces, que faciliten la comunicación con el exterior o que liguen nuestros pueblos y den más vigor al comercio interior.
Recordad que la gran República del Norte se ha engrandecido después que la locomotora cruzó bosques, montañas y desiertos, sembrando, por decirlo así, en su camino, la población y la riqueza.
No creo que deba causar mucha preocupación el pago de las garantías legítimamente debidas, o las utilidades que debe rendir el capital empleado en líneas férreas. Lo que debe preocupar es la falta de elementos de transporte y de una administración que no están en armonía con los grandes adelantos del país ni con el aumento de su población.
Por lo demás, la Nación será siempre bastante rica para atender sus obligaciones, para proporcionar grandes ganancias al capitalista y para sorprendernos con la revelación de necesidades no satisfechas de un progreso incesante que nos asombra diariamente y que nos presenta la medida o la previsión de la víspera como estrecha e insuficiente para el día siguiente.
Os presento ahora el estado de las líneas férreas durante el año de 1888 y la situación en que se hallan las que se construyen por cuenta de la Nación.
El total de la extensión de las líneas férreas explotadas en 1887 fue de 6742 kilómetros. En 1888 se elevó a 7706 kilómetros, resultando por consiguiente en favor del último año un aumento de 958 kilómetros.
Actualmente se construyen 4790 kilómetros, distribuidos en la forma siguiente:
Por cuenta de la Nación

Por cuenta de la Nación
Chumbicha a Catamarca……………………………..kilóms.   65
Deán Funes a Chilecito………………………………..    “      415
Chilcas a Jujuy……………………………………………..    “      124
Santa Rosa a Salta……………………………………….    “        64

Ferrocarriles garantidos
Nordeste Argentino………………………………………kilóms.   809
Trasandino……………………………………………………    “        195
Ñanducito a Presidencia Roca y San Cristóbal
a Tucumán……………………………………………………    “     1.070
Ferrocarriles provinciales
9 de Julio a Trenque Lauquen……………………..kilóms.  183
Riachuelo a la Estación Marítima…………………    “           7
Puerto de La Plata al Río Santiago……………..     “          8
Gualeguay a Tala…………………………………………     “       109
Nogoyá a Victoria………………………………………..     “         50
La Madrid a Tucumán………………………………….     “       105
Ferrocarriles de Santa Fe……………………………      “       444

Sin garantía
Ferrocarril del Sud de Córdoba y Santa Fe…kilóms.   282
Cañada de Gómez a las Yerbas…………………..    “       127
Cañada de Gómez a Pergamino………………….     “       141
Sunchales a Tucumán…………………………………..     “       610
Total___________________________kilómetros   4.790

Los ferrocarriles en explotación transportaron 8.375.500 pasajeros en 1888 y en 1887 transportaron sólo 7.173.500.
En 1887 condujeron 3.866.523 toneladas de carga y en 1888 el transporte fue de 3.950.000 toneladas.
Estas líneas férreas tienen 602 locomotoras 912 coches para pasajeros y 14.324 vagones.
Todas ellas representan un capital de “ciento noventa y tres millones” de pesos, incluyendo sus líneas telegráficas.
La suma total desembolsada por el tesoro en 1888 en pago de garantías, importa “tres millones” de pesos oro, distribuída en esta forma:

Al ferrocarril Argentino del Este…………………..    347.969
Al ferrocarril del Pacífico………………………….....    933.700
Gran Oeste Argentino…………………………………..  1.446.399
Central Entrerriano………………………………………..   260.000 
______________
El estado de las líneas en construcción por cuenta del Gobierno es el siguiente:
La línea de Deán Funes a Chilecito tiene una extensión de 415 kilómetros y está dividida en tres secciones.
El movimiento de tierra que debe hacerse en ella es de tres millones de metros cúbicos, y el realizado hasta el presente es de un millón doscientos mil metros cúbicos, casi la mitad del total de la línea.
Se ha colocado hasta el 22 de Marzo, sesenta y cuatro kilómetros de vía permanente, y no está más adelantado este trabajo por las inundaciones que han tenido lugar últimamente en Cruz del Eje.
En materia de obras de arte esta vía no tiene sino tres puentes de cierta importancia: el de Cruz del Eje, que se halla casi terminado, el de Soto, que está en construcción, y el de Pichana, que se construirá en breve.
En cuanto a puentes y alcantarillas de menor importancia, hay veintidós en construcción.
Las estaciones que se construyen actualmente son las de Deán Funes, Santo Domingo, Cruz del Eje y Bañado de Soto.
La marcha de las obras es muy satisfactoria en este ramal, que quedará terminado antes del plazo marcado en el contrato. La primera sección que comprende ciento ocho kilómetros podrá entregarse al servicio público en Julio próximo.
La línea de Catamarca es de sesenta y cinco kilómetros.
El movimiento de tierra está completamente terminado y ha sido de un millón sesenta mil metros cúbicos.
La vía permanente se halla también concluida, habiendo llegado la locomotora a Catamarca a fines de Marzo.
Están listas ciento veintisiete obras de arte, y no se hallan pendientes sino la construcción de algunas alcantarillas y puentes de menor importancia.
Toca a su término la edificación de las estaciones Capayán, Villa Prima y Miraflores, y la única obra que demandará algún tiempo más, es la estación de Catamarca, empezada hace poco por haberse variado dos veces su ubicación a indicación del Gobierno de la provincia y por solicitud de los vecinos de esa ciudad.
Esta línea podrá abrirse al servicio público en Junio próximo, habilitándose oficinas provisorias en Catamarca.
La extensión de las líneas del Norte, es la siguiente: de Chilcas a Santa Rosa, sesenta kilómetros; de Santa Rosa a Jujuy, sesenta y cuatro kilómetros; de Santa Rosa a Salta, cuarenta y seis kilómetros.
El movimiento total de tierra en las dos líneas de Jujuy y Salta, es de 1.900.000 metros cúbicos, y el practicado hasta fines de Marzo comprende 924.000 metros cúbicos.
De vía permanente, no hay sino diez y seis kilómetros colocados, pero se acaban de tomar medidas para dar mayor actividad a los trabajos.
La falta de brazos, las lluvias torrenciales y frecuentes, y el tiempo que han demandado la corrección y modificación en los estudios y planos, han demorado el progreso de estas obras importantes, destinadas a ligar el Norte de la República con el Litoral, y a llevar la vida a regiones en que abundan las grandes riquezas naturales.
El Gobierno está empeñado en dar un nuevo impulso a esas prolongaciones, y espera conseguir este propósito, habiendo obtenido de la empresa constructora una declaración formal de que la locomotora llegará en todo el corriente año a las ciudades de Salta y Jujuy.
OBRAS PÚBLICAS
Durante el año de 1888 las obras públicas emprendidas por la Nación han recibido un impulso considerable. Antes de enumerar su estado debo manifestaros mi opinión al respecto.
Hasta hoy no ha existido un plan de mejoras o de obras públicas destinadas a llenar en el territorio de la Nación las necesidades más vivamente sentidas, y que no puedan satisfacer las provincias o que sean de carácter puramente nacional.
Muchas obras se emprendieron, postergando las más necesarias, haciendo otras de dudosa utilidad y dejando algunas sin concluirse.
Comprendo que ha llegado el momento en que la Nación debe llenar ciertas necesidades por medio de la construcción de puertos, muelles, puentes, caminos y obras de irrigación y canalización en las provincias.
Los ríos permanecen con los obstáculos existentes desde hace años.
La navegación no es fácil ni rápida, ni el flete es barato. La necesidad de emprender obras de consideración que allanen esos obstáculos, es evidente. Una parte del año y durante la estación de las lluvias, la mayor parte de las poblaciones de campaña permanecen incomunicadas y el tráfico queda suspendido.
Faltan los puertos, los muelles y las obras de defensa en nuestras dilatadas costas fluviales y marítimas, y no obtenemos aún todas las ventajas que nos brindan los grandes ríos.
Y bien: para proyectar esas obras, para demostrar su utilidad y necesidad urgente adoptando un sistema que se desarrolle gradualmente, y dotando al tesoro de los recursos indispensables que no las dejen inconclusas, el Poder Ejecutivo ha nombrado en las provincias una comisión de la que hacen parte el ingeniero inspector de sección, el Ministro encargado en cada provincia de las obras públicas y el Presidente del departamento topográfico.
Esa comisión debe reunir los datos e informes necesarios, que servirán al Poder Ejecutivo para adoptar un plan de obras públicas.
Por lo demás, he aquí el estado de las que construye la Nación por su cuenta:
Obras hidráulicas
Puerto de la Capital: La primera sección fue inaugurada en Enero del corriente año habiéndose entregado al servicio público la dársena Sur.
El éxito completo ha coronado los esfuerzos de la Nación para dotar a la capital de un puerto que esté en armonía con los grandes intereses del comercio y de la comunicación. El tesoro abonó a los constructores en el presente año la suma de dos millones quinientos cinco mil cuatrocientos cuarenta y ocho pesos oro (2.505.448 pesos) al contado como precio de la construcción, y los trabajos de las demás secciones continúan con toda rapidez.
Puerto en el Rosario: Principió la Nación a construir la primera sección en 1885, habiéndose gastado en los trabajos hechos la suma de dos millones de pesos (2.000,000 pesos).
Los fondos se agotaron en esas obras preparatorias y en algunas expropiaciones; pero el comercio directo con los mercados exteriores se ha aumentado asombrosamente en aquel puerto, como lo demuestran el rendimiento de la renta aduanera y la afluencia de buques de ultramar. El comercio de esa plaza hizo presente al gobierno que se vería en la necesidad de suspender las órdenes de embarque de mercaderías en Europa, por falta de espacio para las operaciones de carga y descarga. Estas consideraciones decidieron al Gobierno a contratar con una empresa la conclusión de la primera sección del puerto, en condiciones que los poderes públicos admiten y establecen frecuentemente, asegurando así, en un término perentorio, la realización de promesas renovadas desde 1885.
Puerto del Riachuelo: Las obras de dragaje y de limpieza permanente del Riachuelo no han sufrido interrupción.
El canal de entrada se excava para darle mayor profundidad y ancho, a fin de que un accidente cualquiera, como el naufragio de la chata “Como”, no impida la entrada al puerto o la salida de los buques.
Para seguir practicando el dragado hasta el puente de Barracas habrá que continuar las expropiaciones, dando al canal un ancho solo de ochenta o noventa metros, desde que el puerto de la capital ofrecerá ya para la carga y descarga una capacidad con la cual no se contaba antes de principiar las obras del Riachuelo.
Muelle en San Nicolás: La ley de 25 de Octubre de 1883 acordó los fondos necesarios para la ejecución de esta obra que fue oportunamente terminada. Con el objeto de darle mayor ampliación, el Departamento de Ingenieros presentó un proyecto proponiendo la construcción de dos muelles de madera, y a fin de llevarlo a cabo, se solicitará en breve los recursos respectivos.
Diques en la Atalaya: La suma gastada hasta hoy en la construcción de los diques de la Atalaya alcanza a cincuenta y seis mil veintiún pesos (50.021), y se calcula que se requerirán cien mil pesos (100.000) más para dejarlos completamente terminados.
Canalización del riacho Gualeguaychú: Estos trabajos estuvieron paralizados durante el año pasado, por haberse tenido que hacer diversas composturas en el tren de dragado. Concluidas las reparaciones, las obras continúan con actividad.
Pozo de El Balde: En Marzo de 1888 se terminó la perforación de este pozo, y de acuerdo con un decreto de Agosto del mismo año, se ha pedido propuestas para la provisión de los materiales necesarios para revestirlo.
Obras de defensa en Santiago del Estero: La ejecución de estas obras fue ordenada por la ley de 23 de Agosto de 1886. Iniciadas oportunamente, sufrieron algunos perjuicios ocasionados por las crecientes; pero han sido reparadas y modificadas con éxito, y actualmente se proyecta darles ampliaciones que se han considerado convenientes.
Desviación del río Dulce: La ley de 6 de Agosto de 1887 autorizó la inversión de doscientos mil pesos (200.000) en la realización de estos trabajos.
Sacados a licitación, fueron contratados por la suma de ciento noventa y un mil ciento treinta y un pesos (191.131 pesos).
Se ha invertido hasta ahora en la parte ejecutada cuarenta y dos mil trescientos veintiséis pesos (42.326 pesos).
Muelle en Corrientes: En Agosto de 1887 se rescindió el contrato hecho con tos empresarios para la construcción de esta obra, y se autorizó al Departamento de Ingenieros para que la prosiguiera por administración.
Provisión de agua a La Rioja: Hasta el mes de Diciembre del año pasado quedaba terminada una tercera parte de las construcciones proyectadas para proveer de agua a la Rioja habiéndose gastado la suma de sesenta y ocho mil cuatrocientos cincuenta y tres pesos (pesos 68.453).
Muelle de la Concepción del Uruguay: Esta obra fue recibida el 15 de Abril de 1887. La gran creciente que se produjo en Noviembre del año siguiente destruyó cuatro de los tramos independientes del viaducto sobre el río Uruguay, y el Departamento de Ingenieros ha presentado un proyecto que se encuentra en tramitación y que comprende a más de las reparaciones requeridas, la mejora del puerto de cabotaje.
Muelle de San Lorenzo: Habiéndose producido, a causa de las crecientes del Paraná, algunos desperfectos en el terraplén de acceso a este muelle, se procede actualmente a practicar las reparaciones correspondientes.
Dique de Quilino: Continúan ejecutándose las obras del dique de Quilino, y para mayor seguridad de éste, se ha ordenado la apertura de un canal de das carga, cuyo costo será de cuatro mil pesos (4.000 pesos).
Muelle de Viedma: La construcción de un muelle en Viedma, capital del territorio del Río Negro, está presupuesta en la suma de treinta y un mil seiscientos ochenta y cinco pesos (31.685 pesos), y se halla pendiente de la consideración del Honorable Congreso la autorización pedida para llevarla a cabo.
Obras de defensa en Salta: Aprobados los planos y presupuestos para las obras de defensa contra las aguas fluviales en la ciudad de Salta, han sido ellas sacadas a licitación.
Canalización del arroyo Yaguarón: El Departamento de Ingenieros formula actualmente las condiciones bajo las cuales debe sacarse a licitación la canalización del arroyo Yaguarón, de acuerdo con lo dispuesto por decreto expedido en Febrero del año corriente.
Mapa hidrográfico: El Departamento de Ingenieros prepara en estos momentos un mapa hidrográfico que pueda servir de base para la canalización de los ríos Paraná, Uruguay y paso de Martín García.
Además de los trabajos mencionados, se practican otros de menor importancia, cuyos detalles se encontrarán en la Memoria del Ministerio del Interior.
Puentes y caminos
Durante el año 1888 ha sido terminada la construcción de los siguientes puentes:
Sobre el arroyo Maldonado y el paso Alsina, en la capital; sobre el río Gualeguay y el arroyo de la Virgen, en la provincia de Entre Ríos; sobre el arroyo Ferrari, en la provincia de Buenos Aires; sobre el río de las Vacas y el Desaguadero en la provincia de Mendoza; sobre el río Arias y el del Pasaje en la provincia de Salta; sobre el Riachuelo, en la provincia de Corrientes; sobre el río Graneros, en la línea del ferrocarril Central Norte.
Se hallan en construcción los que siguen:
Sobre los ríos Batel y Santa Lucia, en la provincia de Corrientes; sobre el río Carcarañá, en la provincia de Santa Fe; sobre los ríos Mendoza y San Juan en las provincias del mismo nombre; sobre el arroyo Arenales, en la provincia de Salta; sobre el río Grande, en la provincia de Jujuy; cinco en el camino de Goya, en la provincia de Corrientes; sobre el río Gastona, en la línea del F. C. Central Norte.
Están proyectados los siguientes:
Sobre el río Tunuyán y el del Diamante en la provincia de Mendoza; cinco en el camino de Mendoza a San Rafael; sobre el río Corrientes en la provincia del mismo nombre; sobre el río Dulce, en la provincia de Santiago del Estero; sobre el río del Valle, en la provincia de Catamarca; sobre el arroyo San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe; sobre el río Garupá, en el territorio de Misiones; sobre el riachuelo de Barracas, en la capital.
Los caminos que se construye, reconstruye o mejoran son los siguientes:
De la Colonia Avellaneda a Reconquista; de Goya al puerto; de Tucumán al río Tala; de Trancas a Cafayate; de San Pedro a Catamarca; de Catamarca a Chumbicha ; de Rioja a Chumbicha; de Rioja a Chilecito; de Mendoza a San Rafael; de Mendoza a Chile, por Uspallata; de San Juan al Alto de la Sierra; de Jujuy a Salta por los Sauces; de Jujuy a Cobos; de Jujuy a Orán; de Jujuy a Bolivia por Humahuaca ; de Salta a Chilcas por Cobos; de Salta a Bolivia por la Quebrada del Toro.
Obras arquitectónicas
El edificio destinado para la Policía de la Capital está ya ocupado por el Departamento Central y el Cuerpo de Bomberos. Hasta hoy se ha invertido en él la suma de ochocientos treinta y cinco mil setecientos treinta y cuatro pesos (835.734 pesos) y se practica en estos momentos la liquidación final.
De los edificios contratados para Comisarías de Sección, Juzgados de Paz y Oficinas del Registro Civil, han sido entregados seis. Los demás se hallan en construcción y quedarán terminados en todo el año corriente.
La primera sección de la Casa de Gobierno Nacional está ya concluida y se efectúa actualmente el replanteo de la segunda. Esta obra ha costado hasta el presente la cantidad de quinientos noventa mil sesenta y siete pesos (590.067 pesos).
Las nuevas construcciones hechas en el manicomio de mujeres y en la casa de huérfanos de la Merced se hallan ya habilitadas para los usos a que fueron destinadas. Han costado las primeras treinta y dos mil quince pesos (32.015 pesos) y está haciéndose la liquidación final de las segundas.
El edificio construido para la instalación del alumbrado eléctrico en el Parque 3 de Febrero se halla entregado al servicio desde hace diez meses.
Están ya aprobados los planos para la nueva casa que con toda la amplitud y comodidades necesarias se trata de construir en la capital para la Dirección General de Correos y Telégrafos. Se ha efectuado también la licitación y las propuestas presentadas en ella pasan actualmente por la tramitación correspondiente.
Los fondos votados para esta obra son quinientos mil pesos (pesos 500.000), pero será indispensable ampliar considerablemente esa cantidad, porque el edificio que se proyecta, en armonía con las necesidades del servicio y con los notables adelantos operados en los ramos de correos y telégrafos, no podrá costar menos de un millón ochocientos mil pesos (1.800.000 pesos).
Según lo ordena la ley respectiva, el Departamento de Ingenieros formula en estos momentos las bases bajo las cuales debe sacarse a concurso la construcción de una casa para el Congreso Nacional.
Son dos las manzanas que la misma ley destina para este edificio.
La primera de ellas fue adquirida hace algún tiempo, y se acaba de expropiar una parte de la segunda, habiéndose ya pagado el precio correspondiente.
Sobre la fracción restante no ha sido posible un acuerdo con los propietarios, y se halla el asunto a la decisión del juez competente, según lo prescripto en la ley de expropiación.
Todos los antecedentes y documentos relativos a estas gestiones serán insertados en la Memoria del Ministerio del Interior.
De acuerdo con otra ley del Honorable Congreso, se sacó oportunamente a licitación la construcción del teatro municipal. Después de los estudios e informes correspondientes fue aceptada la propuesta del señor Ángel Ferrari, quien se propone invertir la suma de tres millones quinientos mil pesos (3.500.000 pesos) en esta obra, entregándola con todas sus dependencias a la Nación después de cuarenta años.
Se formula en estos momentos el contrato respectivo, que con todos sus antecedentes figurará en la Memoria del Ministerio del Interior.
Las obras arquitectónicas a que se refiere el presente capítulo sólo comprenden las que se construyen o proyectan por el Departamento del Interior.
EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE PARÍS
El pabellón argentino en la Exposición Universal de París se concluye en estos momentos, y se coloca en él los numerosos productos de la República entera, que ha contribuido como nunca lo había hecho hasta ahora, a este torneo del trabajo.
Más de tres mil muestras de lanas de los principales rebaños de la República revelarán nuestra riqueza pecuaria.
Los vinos, cereales, granos oleaginosos, materias textiles vegetales y plantas industriales, enseñarán al agricultor laborioso que desee venir a nuestro suelo, la manera como la tierra argentina retribuye el trabajo honrado del que sabe regarla con el noble sudor de su frente.
Las ricas maderas del Chaco, de Misiones y de algunas provincias de la República, presentadas con la profusión con que lo serán en París, harán ver la inmensa riqueza en materiales de construcción y de ebanistería que encierran nuestros bosques; y los productos de nuestra industria, aunque naciente, probarán a los capitalistas europeos que sabernos emplear reproductivamente el capital que viene al país.
La minería argentina estará también profusamente representada por las colecciones mandadas formar por la Comisión Directiva y por las de la Universidad de Córdoba, que constan de más de seis mil muestras en su mayor parte analizadas cuantitativa y cualitativamente, siendo catalogadas y explicándose su valor científico e industrial en una obra especial redactada por personas competentes y publicada por la Comisión Directiva con los respectivos mapas mineralógicos de la República, además de los especiales de las minas más importantes del país y la historia de nuestros esfuerzos y trabajos en este ramo.
Se ha llevado a cabo por primera vez en el país, bajo la dirección de la Comisión Directiva, a pesar de las dificultades e inconvenientes que son propios a toda nueva obra, el censo agropecuario de la República, presentando con él al mundo económico el inventario prolijo de nuestra riqueza agrícola, por medio de una numerosa edición en idioma francés, que se repartirá en nuestro pabellón.
Multitud de otras obras ilustrativas sobre nuestros progresos y estado actual nos permitirán presentarnos con altura, en el movimiento político y social del siglo en que vivimos.
La historia y el desarrollo de nuestro crédito nacional; la de nuestras colonias y sus progresos; el estudio de la legislación, costumbres y recursos económicos; el de las cabañas, esfuerzos y adelantos hechos en la mejora de los rebaños que ocupan nuestros campos y los numerosos recursos que ellos representan; obras todas publicadas en el idioma francés para facilitar su circulación, además de los ejemplares españoles que quedarán en el país, vendrán a probar cuanto trabaja el ciudadano argentino para ponerse a la par de los pueblos adelantados de la tierra.
No se ha olvidado tampoco el movimiento intelectual de nuestro país, pues se ha enviado a la exposición, además de las obras ya enunciadas, una colección de más de mil volúmenes de autores argentinos, conjuntamente con todos los materiales y textos empleados en la enseñanza de la juventud.
El ejército estará también representado por un piquete de soldados argentinos que hará la guardia de nuestro pabellón.
Colecciones numerosas de mapas, planos, vistas fotográficas y algunos modelos en yeso de las principales ciudades, edificios y lugares más notables de la República, contribuirán a ilustrar el juicio que el extranjero forme de nuestro país.
El pabellón argentino será entre las construcciones sudamericanas, una de las más bellas y elegantes de la exposición.
CORREOS Y TELEGRAFOS
La administración de Correos y Telégrafos regulariza y mejora constantemente su servicio.
El movimiento general de la correspondencia en 1888, ha aumentado en cuarenta y dos por ciento sobre el año anterior.
La expedición de telegramas en seis por ciento.
La abolición de la correspondencia postal libre de porte, y las restricciones establecidas a la correspondencia telegráfica del mismo carácter, han cerrado una fuente de abusos que distraía una fuerte suma de la renta de correos.
En 1887 se transmitieron veinticinco mil quinientos cincuenta y cuatro despachos oficiales, y en 1888 sólo se han expedido doce mil cuatrocientos cuarenta y tres, lo que arroja una disminución de ciento cinco por ciento.
La experiencia ha demostrado que la rebaja de las tarifas postales siempre trae en los primeros años una disminución en la renta. Sin embargo de haberse aplicado en el año anterior la nueva ley de tarifas que disminuía en treinta y siete cincuenta por ciento el porte de la correspondencia, el producido de correos ha alimentado en diez y siete por ciento, y el de telégrafos en sesenta y dos por ciento, lo que significa un aumento total de setenta y nueve por ciento en ambos servicios.
El movimiento de giros postales ha crecido en ciento cuarenta y tres por ciento y el de encomiendas en ochenta y cinco por ciento.
Se ha creado veintitrés nuevos servicios de mensajerías, y actualmente existen doscientas y una líneas que recorren anualmente una distancia de cuatro millones, cuatrocientos cuarenta y cuatro mil, cuatrocientos kilómetros.
Siguiendo el desenvolvimiento y satisfaciendo necesidades de numerosas poblaciones de la República, se han establecido doscientas doce nuevas oficinas de Correos y Telégrafos.
Se han construido cinco mil trescientos cincuenta y nueve kilómetros de líneas telegráficas, se han reparado cinco mil ochenta y dos, se hallan en reconstrucción tres mil, ochocientos once, y contratadas y en construcción tres mil quinientas veintinueve, cantidades que forman la considerable suma de diez y siete mil, setecientos ochenta y un kilómetros de líneas.
Restando las últimas dos cifras se tienen diez mil cuatrocientos cuarenta y un kilómetros de líneas reparadas y construidas en un año, lo que representa más de veintiocho kilómetros de trabajo por día.
Concluidas todas las líneas proyectadas y que se construyen, la República dispondrá de una red telegráfica completa que comunique todos los puntos más importantes del territorio.
Necesita, sin embargo, colocarla al abrigo de la intemperie, de las eventualidades atmosféricas, que constantemente dificultan y muchas veces imposibilitan todo trabajo regular, pero esta situación sólo puede obtenerse por medio de cables subterráneos, cuyo primer ensayo se hará en breve entre Rosario y esta capital.
La conveniencia de facilitar nuestra comunicación con Europa y asegurarla de toda intervención extranjera, ha decidido contratar “ad referéndum” con los señores Bieckert y Cía. el establecimiento de un cable entre Buenos Aires y Lisboa.
Se ha fundado en esta capital el Servicio de encomiendas postales urbanas; se ha organizado la distribución por circunscripciones independientes y controladas por la oficina central, y se han extendido los servicios de certificados, giros, encomiendas, valores declarados y suscripción a publicaciones a las sucursales urbanas, como a todas las localidades de alguna importancia por su movimiento comercial.
El estudio de una ley de teléfonos, las reformas a las leyes de correos y telégrafos, y la fundación de una caja de ahorros, bajo las bases en que se hallan establecidas en todos los pueblos de Europa, son mejoras que tendrán pronto que realizarse para colocar al correo como institución a la altura de las más adelantadas.
MUNICIPALIDAD DE LA CAPITAL
Existe hace algunos años al despacho de una de vuestras Cámaras el proyecto de ley que reforma la primitiva organización dada a la Municipalidad de la Capital de la República, y entiendo que por el estado de tramitación en que se halla ese proyecto, no es permitido incorporar las modificaciones que se desea ahora.
Hay una urgencia visible en dar solución a este asunto, y quizás ella podría hallarse en el acuerdo de las dos Cámaras del Congreso para dar por no existentes los proyectos de ley no sancionados en uno o en dos períodos legislativos consecutivos.
Esta solución, que corresponde a las reglas y procedimientos parlamentarios que son de vuestra exclusiva competencia, permitirá al Poder Ejecutivo la presentación inmediata de un proyecto de ley que en el presente año deje reorganizada la Municipalidad. Os recomiendo la necesidad del despacho de este asunto, como he indicado en años anteriores.
La Municipalidad ha llevado a cabo durante el año último numerosas obras relativas al ornato, vialidad e higiene del municipio.
Todos los servicias urbanos han sido notablemente mejorados, Durante los meses corridos desde Mayo de 1888 hasta el presente se han pavimentado cuatrocientas ocho cuadras.
Todos los hospitales han sido considerablemente ensanchados, dedicándose al sostén y mejora de esos establecimientos, una suma crecida de las rentas municipales. En el Hospital San Roque especialmente se realizan construcciones de importancia y magnitud.
La casa de aislamiento ha recibido notables ampliaciones, y funcionan en ella reparticiones nuevas y convenientemente dotadas.
Para mejorar la asistencia médica a la clase proletaria se instalarán en breve casas de socorro y asilos nocturnos, establecidos con arreglo a los últimos adelantos observados en las ciudades mejor servidas.
Está ya establecida y presta señalados servicios una casa para obreros, en la que se proporciona habitación sana e higiénica a numerosas familias por una módica retribución.
Se construyen dos edificios destinados a casas de desinfección, munidos de los aparatos más perfeccionados.
El tren de ambulancias y demás elementos, de que dispone la asistencia pública es completo y suficiente para llenar las necesidades de la población, aun en el caso de que se presentara una situación extraordinaria para la salud pública.
En parte por la acción individual debida al convencimiento público, y en parte por la actitud de las autoridades sanitarias, las condiciones higiénicas de la ciudad de Buenos Aires han mejorado notablemente, como lo demuestra la circunstancia de habernos preservado de la importación de epidemias, cuando éstas han azotado a países vecinos que se encuentran en rápida y creciente comunicación con la capital de la República.
Los distritos de Flores y Belgrano anexados al territorio de la capital, han sentido ya los benéficos resultados de la acción municipal, y sus vecinos han tenido ocasión de reconocerlo así públicamente.
Entre otras mejoras que son notorias, Flores tendrá muy pronto completamente adoquinada su más importante vía de comunicación. La pavimentación de la de Belgrano se lleva también a cabo.
El Parque 3 de Febrero ha sido cuidadosamente atendido. Entre otros trabajos importantes que se han hecho en él, ha quedado instalado el alumbrado eléctrico y se ha puesto la sección zoológica a cargo de un personal técnico y competente.
Ocupa un lugar preferente entre las obras de carácter municipal la Avenida de Mayo, cuya realización puede ya considerarse como un hecho. Casi todas as manzanas afectadas por el trazado están ya demoliéndose, y la capital de la República se hallará muy pronto dotada de una calle digna en todo sentido de las principales ciudades del mundo.
La nómina de las plazas ensanchadas o embellecidas, de las nuevas vías abiertas o pavimentadas, de las mejoras introducidas en el alumbrado y la limpieza, y de otros trabajos de menor importancia, figurarán extensamente en la memoria respectiva de la Intendencia Municipal, no siendo posible su consignación en este documento.
Pero como una prueba concluyente del incremento que ha tomado la edificación, se debe citar el dato de que durante el año 1888, la oficina municipal de obras públicas ha concedido seis mil permisos para edificar.
Las rentas municipales que en 1887 llegaron a cuatro millones quinientos cincuenta y ocho mil ochocientos cuarenta y seis pesos ($ 4.558.846), han alcanzado en 1888 a cuatro millones novecientos nueve mil ochocientos sesenta y tres pesos ($ 4.909.863).
POLICÍA DE LA CAPITAL
El Departamento de Policía está ya instalado en su nuevo local, que reúne la amplitud y las condiciones necesarias para el mejor desempeño de esa importante repartición. En el mismo edificio se encuentra el cuartel de bomberos, dotado de todos los elementos indispensables para que esa útil institución pueda prestar oportunamente sus servicios.
De los veintiocho edificios contratados para Comisarías de Sección, han sido entregados seis. Dos lo serán en dos meses más y los restantes en todo el curso del año corriente. Además de las Comisarías de Policía, ocuparán esas construcciones los Juzgados de Paz, el Registro Civil y otras oficinas seccionales que actualmente están por lo general mal instaladas y que invierten crecidas sumas en alquiler de casas.
Una oficina que es de reciente creación aun en las ciudades mas adelantadas de Europa, funciona ya con éxito en la Policía de la Capital. Me refiero a la oficina antropométrica, que ofrece el único medio seguro de comprobar la identidad de los delincuentes y fijar la reincidencia.
La creación de los juzgados de instrucción criminal ha hecho necesaria la modificación de ciertos procedimientos policiales, a fin de adaptarlos a la legislación vigente. La reforma se ha hecho sin inconvenientes, habiéndose vencido con facilidad las dificultades consiguientes a toda institución nueva.
Desde principios del año funcionan dos comisarías más que creó la ley de presupuesto y que están establecidas en puntos donde el crecimiento de la población hacía necesaria mayor vigilancia.
El reglamento de premios y recompensas para los agentes de policía, ha dado en la práctica los mejores resultados, estimulando por una parte el celo del personal de esa repartición y contribuyendo por otra a hacer más estable en el departamento la permanencia de los agentes más dignos y competentes.
La instrucción del agente de policía es indispensable, si se tiene en cuenta la delicadeza de las funciones que debe desempeñar, y con ese objeto se ha fundado una revista policial que responde plenamente a los propósitos que se tuvo en vista.
Se han organizado comisiones de empleados superiores del departamento para controlar las compras que se hacen por licitación y para practicar aquéllas que la ley permite hacer directamente. Esta medida ha producido en el primer trimestre de este año una economía de setenta a ochenta por ciento en los gastos de policía.
Las estadísticas de la policía de la 'capital revelan el buen desempeño de esta repartición y el éxito de las mejoras que en ella se introducen. En 1887 los individuos aprehendidos figuraban en una proporción de sesenta y dos por ciento, sobre el número total de los delincuentes. En 1888 se ha elevado esa cifra a un sesenta y cinco por ciento, debiendo tenerse presente que en los delitos graves, son muy raros los criminales que han escapado a la acción de la justicia. El término medio de las estadísticas europeas no pasa de un cincuenta y cuatro por ciento.
La organización actual de la policía emana de disposiciones aisladas que se hallan dispersas y que fueron dictadas en épocas diversas y muchas veces bajo la influencia de circunstancias del momento.
Para poner fin a esa situación irregular, causa de continuos conflictos, se hace indispensable la sanción de un código o reglamento general que determine con claridad las facultades policiales, sujetándolas a principios fijos.
La comisión encargada de preparar un proyecto sobre la materia debe expedirse en breve, y el resultado de sus trabajos será sometido oportunamente al Honorable Congreso.
HIGIENE
Por primera vez ha tenido el Departamento de Higiene bajo su dirección todos los servicios sanitarios de carácter nacional. Las medidas relativas a la salud pública tomadas el año pasado han podido, por consiguiente, revestir mayor unidad y dictarse con mejor conocimiento de causa.
Felizmente, la República no ha tenido que lamentar ninguna epidemia, no obstante la fuerte corriente inmigratoria establecida y los temores que se abrigaba por la aparición del cólera en las provincias vecinas a la República de Chile y el incremento de la fiebre amarilla en el imperio del Brasil, cuyas procedencias marítimas infestadas llegaron hasta el puerto de la capital.
Durante toda la estación más peligrosa y especialmente en cada caso de alarma, se tomaron con rapidez todas las medidas oportunas aconsejadas por la ciencia para evitar la importación o propagación de toda enfermedad contagiosa, y para afrontar en último caso con los elementos necesarios cualquier situación extraordinaria que se presentara.
El lazareto de Martín García, notablemente mejorado durante el año último, ha prestado verdaderos servicios, pues es el único establecimiento de este género en el que han podido hacer cuarentena los millares de pasajeros sometidos a ese procedimiento antes de entrar en nuestros puertos.
La situación topográfica de esa isla la hace sin embargo inadecuada para servir a ese destino, y el Departamento de Higiene autorizado por el Ministerio del Interior, se ocupa en estos mementos de buscar el paraje más apropiado de nuestra costa marítima para hacer en él la instalación definitiva del lazareto fijo.
El vapor que para el servicio sanitario del puerto se mandó construir en Europa de acuerdo con los últimos adelantos hechos en ese [amo, está ya terminado y pronto podrá ser entregado al servicio.
Desde el principio de año funcionan en el interior los médicos nacionales de sanidad, creados por la ley de presupuesto. La acción del Departamento de Higiene será así más vasta, y podrá ejercerse en toda la República con mayor eficacia y conocimiento.
La circunstancia ya enunciada de haberse reunido bajo una sola dirección los servicios sanitarios de carácter nacional, así como la organización y recuras que se ha dado a éstos para el corriente año, permitirán al Poder Ejecutivo atender con mejor éxito esa rama importante de la administración.
BENEFICENCIA
La sociedad de beneficencia ha respondido en el año pasado como en los anteriores a la confianza del gobierno en la dirección de las casas de caridad que tiene a su cargo. Ella no se ha limitado a administrarlas económica y convenientemente con las crecidas sumas que recibe del tesoro nacional, sino que ha extendido su acción ampliando sus recursos con la cooperación pública, para mejorar los servicios de los diversos establecimientos.
La casa de huérfanas ha sido ensanchada, y las nuevas construcciones que se han hecho en ella, se hallan habilitadas desde Mayo del año pasado.
Entraron en el establecimiento durante el año, cincuenta y tres niñas y salieron sesenta, quedando una existencia de doscientas treinta y cuatro.
En el asilo de huérfanos entraron cincuenta y seis niños, salieron treinta y quedan asilados cuatrocientos ocho.
Los exámenes rendidos en ambos establecimientos tuvieron un éxito halagüeño, según los informes de las comisiones escolares que los presenciaron.
El Hospital Rivadavia está instalado en su nuevo local, que aunque es un edificio recientemente construido y de grandes proporciones, necesita todavía mejoras de alguna importancia para responder cumplidamente a su objeto. La sociedad de beneficencia ha comunicado que prepara los planos y presupuestos de las nuevas obras que reputa indispensables.
Entraron durante el año en este hospital mil doscientas veintiuna enfermas, salieron de alta mil veinticuatro, fallecieron ciento setenta y tres y quedaron en tratamiento ciento noventa y nueve.
La casa de expósitos tiene actualmente mil trescientos cincuenta y seis niños. Durante el año último, entraron ochocientos cuarenta y tres, y salieron setecientos cincuenta y tres.
También en esta casa se han llevado a cabo algunas obras de ensanche y especialmente de higiene.
El manicomio de mujeres ha recibido igualmente notables mejoras, pero es también el establecimiento de caridad que requiere más serias ampliaciones y reformas, a fin de adaptarlo a las necesidades de la mayor población y a los últimos adelantos de la ciencia.
Tiene actualmente quinientas cuarenta y cinco asiladas, siendo en el año último, doscientas el número de las que entraron y ciento setenta y tres el de las que salieron.
El hospital de niños y el consultorio oftalmológico no son costeados exclusivamente por el tesoro nacional, pero reciben de él una fuerte subvención y prestan notorios servicios a la población indigente.
El Poder Ejecutivo trata de salvar las deficiencias de que se ha hecho mención en los párrafos precedentes, y atendiendo las indicaciones de la Sociedad de Beneficencia, propondrá en oportunidad los aumentos de gastos y las obras que considere convenientes.
PREFECTURA MARITIMA
La Prefectura Marítima tiene bajo su dirección ochenta dependencias, entre subprefecturas, ayudantías, buques y receptorias de rentas, que desempeñan funciones policiales. Ha prestado sus servicios sin dificultad durante el año último, y con motivo de las inundaciones que a causa de las frecuentes lluvias han tenido lugar en algunas costas de la República, esa repartición ha podido llenar uno de los fines principales de su misión. Los oportunos auxilios que ha prestado en esa ocasión, han contribuido indudablemente a mitigar los efectos de los accidentes ocurridos.
El número de embarcaciones entradas y salidas en sólo los puertos de la capital durante el año 1888, alcanzó a noventa y cinco mil seiscientas cuarenta y cinco, con ocho millones cuatrocientas ochenta mil cuarenta y cuatro toneladas y doscientos sesenta y cinco mil ochenta y cinco pasajeros.
El exceso de ese movimiento sobre el de 1887 está representado por diez mil setecientas cuarenta embarcaciones, con seiscientas sesenta y tres mil doscientas seis toneladas y cuarenta mil seiscientos cincuenta y seis pasajeros.
Los datos relativos al movimiento de los demás puertos de la República, serán consignados en la memoria respectiva de la repartición.
Con los fondos votados el año pasado, el Poder Ejecutivo ha podido proveer a la prefectura de algunos elementos de que carecía y entre los que figuraban principalmente embarcaciones apropiadas para el servicio de los puertos.
Las necesidades a este respecto no están llenas sin embargo, y será indispensable hacer una provisión más completa a esa repartición, para eme pueda desempeñar cumplidamente sus funciones de policía marítima y fluvial en toda la República.
TIERRAS COLONIZACION TERRITORIOS NACIONALES
La importancia que ha tomado la tierra pública y las condiciones en que se encuentra, hacen indispensable la reforma de la legislación vigente.
Las leyes actuales fueron dictadas cuando era necesario estimular y facilitar por todos los medios la ocupación de la tierra. Ellas emanan además de diversas épocas, carecen de unidad y no obedecen a un plan determinado, todo lo que hace difícil su aplicación en la práctica.
La legislación vigente, por otra parte, ha previsto poco la división de la tierra, para entregarla al agricultor, al pequeño propietario, que es el que crea la pequeña industria, nervio de las naciones ricas, y por lo general la tierra enajenada ha sido acaparada por los grandes propietarios.
El sistema más práctico, seguido por Francia, Inglaterra y Estados Unidos consiste en mensurar, dividir y enajenar la tierra en lotes regulares al verdadero colono, sin necesidad de intermediarios, facilitando además los pagos por medio de largos plazos.
Para llegar a este resultado, hay que reorganizar la oficina de tierras y colonias, dotándola de todos los elementos para medir y dividir la tierra, construir mapas y tener a disposición del interesado informes y noticias sobre la situación, calidad y aplicación de la tierra.
En una palabra, todo el sistema actual para enajenar la tierra, arrendada y colonizada, debe ser reformado, y por eso en el presente período legislativo se os presentará un proyecto de ley relativo a estas materias.
La extensión de la tierra enajenada hasta ahora es con escasa diferencia la misma que figura detalladamente en la memoria presentada por el Ministerio del Interior en el año 1888, pues mientras se realizan las reformas indicadas y se esperan los resultados de las numerosas concesiones hechas a causa de la liberalidad de las leyes, se ha creído conveniente limitar en lo posible toda operación de este género, comprendiendo en tal medida, la venta, la colonización, el arrendamiento y la explotación de bosques.
De acuerdo con las disposiciones de la ley de 3 de Noviembre de 1882, se ha practicado durante el año 1888 la mensura de siete secciones de un millón de hectáreas cada una en el territorio del Chubut. Dos de esas operaciones han sido ya aprobadas y las demás se encuentran en tramitación.
Con arreglo a “lo dispuesto en la ley de 7 de Octubre de 1888, desde Julio de 1888 hasta el presente, han sido resueltos veintisiete expedientes sobre derechos posesorios, comprendiendo todos ellos una superficie de dos mil ciento cincuenta kilómetros en diferentes territorios. En virtud de lo dispuesto en el artículo 1° de la misma ley, han sido revalidados trece títulos de propiedad; correspondientes a una extensión de mil seiscientos kilómetros cuadrados.
Últimamente se han tomado medidas oportunas para dejar definitivamente cumplida esa ley, requiriendo de las gobernaciones el envío de los expedientes que aun se encontrasen en tramitación, y recomendando a las oficinas respectivas la mayor actividad en el despacho de las que tuviesen a su cargo. Son ya muy pocos los asuntos de este género que aun se hallan pendientes.
En cumplimiento de varias leyes sancionadas durante el ejercicio legislativo del año anterior, se ha acordado a determinadas personas el derecho de adquirir por compra o en donación, diferentes extensiones de tierra. Esas leyes comprenden veintinueve concesiones, con una extensión total de ciento cinco leguas.
Habiéndose dispuesto que, salvo los cases de una determinación expresa de la ley, esa superficie sea ubicada en las secciones primera. y segunda del sur del río Negro, ha sido comisionado un agrimensor para efectuar el deslinde de las áreas respectivas, habiéndose le encargado además de practicar, de acuerdo con la ley de 3 de Noviembre de 1882, la subdivisión de una extensión de tierras fiscales que con las concedidas complete una sección de un millón de hectáreas
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Los contratos de colonización celebrados con empresas particulares con arreglo a la ley de 1876 están en vías de ejecución, habiendo dado cumplimiento los concesionarios a sus obligaciones preliminares. Los agrimensores que deben proceder a la mensura y subdivisión de las áreas concedidas, han sido presentados dentro de los términos legales. Se practica en estos momentos las operaciones respectivas, y hasta hoy están presentadas y aprobadas veintisiete, correspondientes a terrenos situados en diversos territorios.
En lo que se refiere a concesiones hechas en los territorios del Chaco, Formosa y Río Negro, se ha procedido en la forma determinada por el decreto de 23 de Mayo del año pasado, por el cual se dispone que ellas sean deslindadas por cuenta del gobierno y entregadas por éste a los concesionarios, que después de pagar el valor de la mensura, deben dar cumplimiento a las ulteriores obligaciones de sus contratos.
Por la época en que los contratistas han iniciado sus gestiones, puede calcularse que en todo el corriente año quedarán terminadas las mensuras correspondientes a todas las concesiones hechas, y si ellas resultaren debidamente ejecutadas, habrá llegado entonces el momento de exigir el cumplimiento de la cláusula que establece la obligación de poblar el terreno concedido con familias agricultoras, en el número, proporción y condiciones que determina la ley de la materia.
En vista de los resultados poco satisfactorios que ha dado la colonización oficial por los medios empleados hasta ahora, no se ha resuelto la fundación de ninguna colonia nueva.
Los lotes vacantes en las colonias existentes han sido puestos a disposición del Ministerio de Relaciones Exteriores a fin de que por medio de la comisión general de inmigración los distribuya, con arreglo a las prescripciones de la ley, entre las familias de inmigrantes agricultores.
Se toma actualmente las medidas conducentes a practicar una inspección seria y general en las colonias oficiales, para verificar si los lotes enajenados han sido poblados por los colonos en las condiciones de la ley.
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La acción gubernativa contribuye en cuanto es posible al progreso de los territorios nacionales, regiones apartadas de los centros donde se acumulan naturalmente los elementos de población, riqueza y capital.
Hay territorios ya que en un corto espacio de tiempo presentan un número importante de pobladores dispersos en la inmensa zona que abarcan ellos. Pero todos, ricos en minerales, en ganados, en campos apropiados para la agricultura, esperan un desenvolvimiento mayor de lo construcción de las líneas férreas concedidas o proyectadas, y de las facilidades de la comunicación marítima que el gobierno está empeñado en establecer de un modo permanente con los territorios del sur.
Entonces, esos futuros estados progresarán rápidamente, atrayendo allí la población y el capital.
Las autoridades creadas por las leyes en los territorios están todas establecidas y funcionan con regularidad, aunque tienen naturalmente que luchar todavía con algunas dificultades, entre las que figuran principalmente la falta de vías de comunicación y la escasez de recursos.
Los presupuestos de los territorios son casi los mismos que el primer año de su creación; sus necesidades han crecido entretanto, y es lógico aumentar en proporción los fondos destinados a satisfacerlas.
En breve debe enviarse un ingeniero a cada territorio, para que de acuerdo con la gobernación estudie y aconseje la construcción de las obras públicas más necesarias, considerando con preferencia las que se refieran a la vialidad.
Por lo demás, la Memoria del Ministerio del Interior contendrá informes relativos a la extensión, población, industria, comercio y situación general de los territorios.
Pero debo anticipar un dato sobre la extensión de terreno libre que existe en cada territorio, Aunque es difícil esa determinación con la aproximación deseable, por la falta de antecedentes y trabajos apropiados, se puede establecer con relativa seguridad y poniéndose deliberadamente por debajo de lo probable, que la tierra de que actualmente dispone la Nación es la siguiente:

Territorios___________________Kilóm. Cuads.
Misiones………………………………………………..      37.500
Formosa………………………………………………..      99.146
Chaco…………………………………………………….      61.964
Pampa……………………………………………………      63.791
Neuquén………………………………………………..     74.184
Río Negro……………………………………………….   190.358
Chubut……………………………………………………    239.531
Santa Cruz……………………………………………..   270.000
Tierra del Fuego…………………………………….  _ 20.000
Total                                                  1.056.474
RELACIONES EXTERIORES
En las relaciones exteriores no se ha producido ningún acontecimiento que pudiera hacer peligrar la paz. La concordia cimentada sobre bases amplias y seguras con las potencias de América y Europa se consolida cada día más por el acrecentamiento del comercio y por los nuevos y vigorosos elementos que se vienen vinculando sucesivamente al progreso de la República. Así, puedo llevar al conocimiento de V. H. la confianza que inspira al Gobierno la situación presente en el orden internacional, y la satisfacción con que se observa el desenvolvimiento de nuestro crédito y la influencia del nombre de la República en las principales plazas del mundo.
En cuanto a nuestras relaciones con los Estados limítrofes con quienes tenernos pendientes arreglos definitivos sobre límites, debo manifestar a V. H. que la ejecución de la convención con Chile para la fijación de fronteras en cumplimiento del tratado de 1881 sólo depende de la aprobación de los Congresos de los dos países, lo que no puede ser materia de dificultades, desde que se trata del cumplimiento de un pacto solemne que es la ley común de las dos naciones interesadas.
Una vez aprobado este ajuste complementario, se nombrarán los peritos y demás personal que con los designados por Chile, formarán la comisión mixta encargada de trazar sobre el terreno la línea divisoria entre los dos países.
La buena inteligencia que existe entre ambos gobiernos hace esperar que ningún tropiezo ha de ofrecerse a los demarcadores en el cumplimiento de sus instrucciones, y en todo caso, el tratado vigente ha previsto el medio amigable de salvarlo.
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Con fecha 11 de Junio del año anterior se negoció por el Ministro de Relaciones Exteriores y el Plenipotenciario de Bolivia un protocolo, que fue aprobado por ambos gobiernos, en el que, se ha fijado como límites provisorios en el Chaco, el grado veintidós hasta la intersección con el río Pilcomayo, ejerciéndose la jurisdicción de Bolivia al Norte y la de la República Argentina al Sur de dicho grado.
Los sucesos últimos acaecidos en Bolivia han detenido las negociaciones que debían seguir al acuerdo de Junio para el ajuste sobre los límites definitivos con aquel estado; pero ya se ha empezado la discusión bajo los mejores auspicios, y es probable que durante el actual período de vuestras sesiones se llegue a la conclusión de los arreglos amistosos que persignen los dos gobiernos para deslindar sus respectivas fronteras.
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La discusión de límites con el Imperio del Brasil no ha tenido ninguna modificación. Se encuentra en el mismo estado de buena inteligencia que os anunciaba en el mensaje del año precedente.
Después de practicado el reconocimiento de los ríos y territorio litigioso, que disponía el tratado preliminar de 1885, los comisarios se ocupan de poner de acuerdo las operaciones realizadas sobre el terreno a fin de reunirse, si es necesario, más tarde en Montevideo, según lo convenido, para terminar los informes y hacer el canje de los diarios y mapas que con arreglo a las instrucciones deben efectuarse en aquel acto.
La naturaleza de las operaciones ha requerido más tiempo que el calculado para la terminación de los trabajos de gabinete, pues ha sido necesario levantar diez y ocho planos parciales y un mapa general del territorio en litigio, teniendo la precaución de confrontarlo con el que al mismo tiempo levantan en su país los comisarios brasileños.
Las pequeñas diferencias que han resultado entre unos y otros trabajos carecen de importancia y la operación general quedará terminada en breve tiempo a satisfacción de los dos gobernadores.
La cuestión de límites con el Brasil no puede, pues, despertar zozobras al patriotismo en uno y otro país. Encaminada como está, seguirá, lo espero, sin inconvenientes insuperables hasta su completa y pacífica solución.
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La Memoria del Departamento de Relaciones Exteriores dará a V. H. el detalle del movimiento de las legaciones y consulados y os recomendará las reformas que se considere oportuno introducir para mejorar el servicio.
Debo, sin embargo exponer aquí, que debido al Arancel Consular vigente desde 1887 y a la creación de las estampillas, que fue uno de los primeros actos de mi gobierno, el servicio consular se ha regularizado. La renta atribuida al fisco de una parte de los emolumentos aumenta anualmente, y es este aumento una demostración del progreso constante de nuestras relaciones comerciales.
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El Gobierno Argentino ha sido invitado por el de los Estados Unidos para concurrir al Congreso Internacional Americano que se reunirá en el próximo mes de Octubre en la ciudad de Washington.
Siendo el objeto de esta conferencia tratar de diversos puntos relativos al comercio, a la navegación, sistema monetario .. y otros asuntos igualmente importantes, el P E, ha contestado, por el Departamento de Relaciones Exteriores, aceptando complacido la invitación, y ha nombrado, en consecuencia, corno sus plenipotenciarios a los Doctores D. Manuel Quintana, D. Roque Sáenz Peña y D. Vicente G. Quesada, cuya posición distinguida los recomienda especialmente para el desempeño de tan importante misión.
La República Argentina tiene el más vivo interés en que las relaciones comerciales con los Estados Unidos entren en una vía más práctica por el intercambio de los productos de uno y otro país, considerando que es este el medio más eficaz de estrecharlas con esa gran República, cuyas instituciones nos sirven de modelo.
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El Congreso Sudamericano de Derecho Internacional Privado, a que hice referencia en mi anterior mensaje, inició sus tareas el 25 de Agosto del año pasado, terminándolas con el mayor éxito el 18 de Febrero último.
Después de seis meses de continua e inteligente labor, esta asamblea, compuesta de los plenipotenciarios de siete naciones del continente, ha llenado los propósitos que tuvieron en vista los gobiernos argentino y uruguayo al ponerse de acuerdo para la iniciativa y realización de tan importante pensamiento.
El resultado de sus interesantes trabajos está consignado en ocho pactos que serán sometidos sin demora a vuestra ilustrada consideración.
Comprenden ellos diversas materias de derecho civil, del comercial, del penal y del procesal y sobre la propiedad literaria y artística, las marcas de comercio y de fábrica y las patentes de invención. Además, se ha estipulado un convenio determinando recíprocas franquicias para el ejercicio de las profesiones liberales, y por fin, un protocolo adicional establece, entre otras disposiciones, principios generales respecto a la aplicación de las leyes de los Estados contratantes, evitando los conflictos que hasta ahora se originan.
Estos ajustes que han sido negociados siguiendo los principios más adelantados de la ciencia jurídica serán un nuevo vínculo de unión para los pueblos del continente sudamericano, y facilitarán sin duda alguna las múltiples y variadas relaciones que los ligan entre sí.
Considerando la obra del congreso como de alta trascendencia para la vida internacional de los países que han tomado parte en él, no vacilo en recomendar a V. H. se digne prestar preferente atención a esos pactos, que como he manifestado, os serán remitidos inmediatamente.
Es del caso hacer constar, como lo hago en esta oportunidad, la distinguida participación que han tenido en el congreso los señores plenipotenciarios argentinos, quienes han sabido con su reconocida ilustración y patriotismo interpretar exactamente las instrucciones que se les expidieron, haciéndose así acreedores, una vez más, a la consideración del país y del gobierno.
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No debo terminar este capítulo sin mencionar el viaje a Montevideo realizado en Febrero del corriente año en mi carácter oficial, con el objeto de visitar al Excmo. Señor Presidente de la República Oriental del Uruguay, Teniente General D. Máximo Tajes y con ocasión de la clausura de las sesiones del Congreso Internacional Sudamericano, a cuyo acto concurrimos con S. E., solemnizándolo así con la presencia de los jefes de los dos Estados, por cuya iniciativa, por la primera vez, se encontraban reunidos los representantes de los gobiernos de esta parte del continente.
Debo, señores Senadores y Diputados, expresaros que la entusiasta y cordial acogida que se me hizo por el pueblo y gobierno oriental, es una prueba inequívoca del aprecio de que goza el pueblo argentino en aquella nación hermana, con quien estamos vinculados por el origen y por glorias comunes.
El Presidente Tajes retribuirá esa visita, y en esta ocasión podrá apreciar también la simpatía que inspira al pueblo y gobierno argentino el pueblo y gobierno uruguayo, dignamente representado por su primer mandatario.
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La reglamentación y ejercicio de la ley que autorizó el anticipo de pasajes a inmigrantes ha dado los resultados que eran de esperarse aumentando considerablemente la inmigración, y en especial la de los países del Norte de la Europa, que fue el objetivo que determinó esa sanción de V. H. y la comisión a Europa que con .al motivo se confió al Comisario General de Inmigración.
Según las medidas adoptadas por el gobierno y las noticias que le habían sido trasmitidas desde Europa, el número de los inmigrantes habría excedido de doscientos mil en el año pasado, pero una circunstancia que no pudo preverse ha hecho imposible que llegáramos a esta cifra.
La falta de vapores en las condiciones requeridas por los reglamentos vigentes, ha sido la causa de que se quedaran en Europa más de treinta mil individuos, que ya estaban listos para embarcarse con destino a la República.
No obstante estos inconvenientes, las entradas durante el año transcurrido alcanzaron a ciento ochenta mil novecientos noventa y tres personas, y los de 1887 fueron ciento cuarenta y dos mil setecientos ochenta y seis, lo que arroja un aumento de treinta y ocho mil doscientos siete en sólo doce meses.
Computada mensualmente, la inmigración de 1883 da quince mil ochenta y dos individuos por mes, o sea quinientos dos por día, cantidad asombrosa y que en pocos años, si así continúa, como lo espero, duplicará la población, adelantándonos a las teorías más admitidas respecto a su crecimiento en el Estado más próspero de la América.
Así puedo deciros con satisfacción que en el primer cuatrimestre del año actual la suma de los inmigrantes ha llegado a 96.200, lo que sobrepasa en mucho al mismo período del año anterior y revela cual será el número a que llegaremos hasta fines de Diciembre próximo.
Considero excusado entrar en demostraciones sobre los beneficios que el país reporta con el establecimiento de tan crecido número de extranjeros que vienen a fundar nuevas industrias y a proporcionar brazos fuertes para la agricultura y la ganadería, las dos fuentes principales de nuestra riqueza.
En Octubre próximo se cumplirán tres años que ocupo el alto puesto a que fui llamado por mis conciudadanos, y puedo aseguraros que en el último de éstos, el corriente, se habrá triplicado la inmigración, tomando como término de comparación el último año del período presidencial que concluyó en el mismo mes de 1886.
La República no tenia un solo asilo para inmigrantes y en estos momentos se levantan once en distintos puntos del país, ejecutándose así la ley que V. H. dictó en las sesiones de 1887, y con los cuales tendremos cómodos alojamientos para distribuir a esos obreros de nuestros progresos.
Falta aún la construcción del gran hotel en la capital de la República, donde funcionará también el Departamento General de Inmigración, con lo cual se completará el plan de construcción de edificios para el alojamiento de inmigrantes.
Pronto os serán sometidos los planos y presupuestos de estas obras.
Finalmente, debo deciros que en estos momentos se dividen en chacras para ser entregadas a familias agricultoras, próximamente cuarenta leguas, ubicadas sobre vías de comunicación y con fácil acceso a los mercados principales del país.
Una gran parte de la tierra pública será también entregada a la colonización.
No se omitirá, pues, esfuerzos para poblar debidamente nuestro territorio, llevando a todas partes la vida y la riqueza.
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Las oficinas de información establecidas en 1887 vienen dando los beneficios que de ellas esperaba el Gobierno, haciendo conocer el país y despertando el mayor interés en todos los centros europeos, por la acción simultánea y eficaz de sus informaciones y circulación de impresos referentes a la República.
Durante el año 1888 han acudido a las distintas oficinas en Europa, solicitando informes diversos sobre nuestro país, muy cerca de ciento doce mil personas y han obtenido contestación escrita 50.000 de ellas y verbalmente el resto.
El movimiento de correspondencia que ha originado el servicio general ha excedido de 100.000 cartas y la visación gratuita de documentos de inmigrantes está determinada en la estadística que ha remitido la oficina central de París, en 11.356 certificados.
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El Museo de Productos Argentinos cuya creación ha sido autorizada por V. H., fue inaugurado oficialmente el 15 de Marzo último, conteniendo un muestrario completo de las valiosas producciones de la ganadería, la agricultura, la minería y maderas de construcción de que el país es tan abundante.
La exposición permanente de los productos nacionales no puede menos que llamar la atención de las personas competentes y de los comerciantes, que podrán estudiar allí todo lo que puede interesar a su país, y de los extranjeros en general, que verán reunidos en un punto todos los recursos que ofrece a la industria aquella exposición permanente de nuestra producción.
Además, la dirección del museo remite a Europa para los muestrarios de nuestras oficinas de información, colecciones de productos argentinos que son exhibidos en las exposiciones locales y regionales de los diversos países en que se hallan establecidas. Todas las provincias y territorios nacionales están representados en el museo, habiéndose hecho una clasificación científica de los diversos productos, que permite no sólo su estudio, sino también el conocimiento de su costo, los fletes hasta los puertos de embarque y su comparación con los similares extranjeros que tienen su departamento especial en el mismo museo.
Llamada esta institución a producir los más benéficos resultados, debo mencionar a su Comisión Directiva compuesta de ciudadanos que gratuitamente prestan sus servicios con una dedicación y competencia que los recomienda a la consideración del país y del gobierno.
HACIENDA
Las fuerzas económicas de la Nación continúan su movimiento progresivo, manifestándose ya por factores de riqueza, que os permitirán señalar rumbos fijos a nuestra política financiera.
Puedo este año presentaros estadísticas tan relevantes, sobre los resultados alcanzados ya, por el desarrollo de la riqueza nacional, que ellas podrán servir de verdaderos jalones en la vía de progreso que vamos recorriendo.
Todo adelanta; el valor territorial, la ganadería, la agricultura, la industria, el comercio, el crédito, las acumulaciones del capital, la renta pública y las rentas privadas, y con la inmigración que se esparce fecundante sobre nuestro suelo feraz, los hábitos de trabajo y la preparación social para alcanzar los destinos de una gran nación.
Son tan interesantes en sus detalles algunas de esas estadísticas, que reputo de conveniencia consignarlas en este mensaje, tanto más, cuanto de esos detalles se desprenden consideraciones sobre las cuales quiero llamar vuestra atención.
El primer cuadro se refiere al valor de la propiedad raíz en la República. Como lo, demás, ha sido formado por el Departamento de Estadística Nacional y tiene la autoridad que da a todo lo que de él sale, su concienzudo director.
Valor de la propiedad raíz en la República en 1888, basado en ventas efectuadas y en las declaraciones censales de les propietarios
La cifra de 1.107.788.907 pesos correspondientes a la capital de la República, está basada en 6946 ventas efectivamente hechas durante el año pasado. Para el cálculo de esta cifra se ha averiguado el valor medio del metro cuadrado en cada parroquia, luego se ha deducido de la extensión de ésta el 15 % por calles y plazas, y la superficie restante se ha multiplicado por el valor medio del metro cuadrado respectivo.
Las cifras correspondientes a las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, están también basadas en ventas efectivamente hechas. Los valores de Corrientes, San Luis, Mendoza. San Juan, La Rioja, Catamarca, Santiago, Tucumán, Salta, Jujuy, Misiones, Formosa, Chaco y La Pampa, se han calculado sobre la base de las declaraciones censales de los propietarios
En fin, las cifras correspondientes a las gobernaciones del Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego no son sino presuntivas, puesto que estriban en un valor medio hipotético de la hectárea.
La baja cifra de Salta reconoce como causa principal la circunstancia de que hasta ahora no se han obtenido aún los datos correspondientes a cuatro departamentos de esa provincia, entre los cuales cuenta uno importante, como el de Metán. El valor de la propiedad raíz de estos departamentos habría sin duda alguna alzado el valor medio de la hectárea correspondiente a toda la provincia.
Según ese estado, el valor de la propiedad raíz en 1888, basado en ventas efectuadas (que se han compulsado por miles) y en las declaraciones censales de los propietarios, sube a 2.720.992.780 pesos moneda nacional.
En ese cuadro, la propiedad está avaluada, desde un valor medio de 61.065 pesos por hectárea, en la capital de la República, hasta diez centavos por hectárea en la Tierra del Fuego.
El mayor valor en las provincias, comprendidas sus ciudades, villas, aldeas y poblaciones, es desde treinta pesos, valor medio por hectárea en Buenos Aires, hasta un peso y cincuenta centavos en Salta, desprendiéndose del cuadro de valores en cada provincia, este hecho que ese valor relativo, no sólo a la población de cada provincia, sino principalmente a los medios de locomoción y vialidad, que cada una de ellas pone al servicio de las industrias locales, y al acceso del hombre a la tierra explotable.
Despréndese de estas observaciones que son corroboradas por los dos cuadros siguientes, que el primordial propósito de vuestras leyes debe ser llevar la fácil y barata comunicación a todos los puntos de la República, para que los productos de sus variados climas, puedan ser explotados por el hombre, que nos llega ávido de trabajo y potente de fuerzas productoras. El canal para alcanzar los ríos y las estaciones de los ferrocarriles, donde él sea posible, y los ramales múltiples de vías férreas y tranvías, para llegar a las grandes arterias de la comunicación interprovincial, deben merecer vuestra preferente atención, porque nada fecundará más las fuerzas de la producción, como llevar los brazos de los inmigrantes allí donde la riqueza del suelo los reclama.
Corroboran estas observaciones como antes os lo decía, las estadísticas del segundo cuadro, levantadas por primera vez, sobre la extensión de la tierra cultivada en la república.

Esa tierra cultivada representaba en 1888, una superficie total, en las catorce provincias y en cinco gobernaciones de territorios nacionales, de 2.359.958 hectáreas o sea 23.599 kilómetros cuadrados, de modo que ella representa escaso, el “uno por ciento de la superficie total de la nación, calculada en 289.429.841.”
¡Cuánto debemos esperar de la inmigración que nos llega y cuánto debemos hacer por aumentar esa inmigración, os lo revelan esas cifras en su misma desproporción!
Ellas a la vez insisten sobre la necesidad de no descansar en la tarea de dotar de medios de comunicación a las distintas agrupaciones de la República, pues comparada la superficie cultivada de cada provincia, con la superficie total de su suelo, se apercibe la relación que hay entre las facilidades de comunicación y esos cultivos. Así, mientras Buenos Aires tiene una superficie total de 31.123.700 hectáreas y sólo tiene cultivadas 868.658 o sea menos del tres por ciento, Santa Fe con una superficie total de 13.158.200 hectáreas tiene cultivadas 586.537 o sea más de cuatro y medio por ciento, y mientras Córdoba con una superficie total de 17.476.700 hectáreas, tiene solamente bajo cultivo 234.395 o sea menos del dos por ciento, Entre Ríos con 7.545.700 hectáreas de superficie total, tiene ya bajo cultivo 136.151.
Igual comparación que podría haceros, descomponiendo los detalles del cuadro que antecede, os probará que la fácil vialidad y la fácil comunicación en la República, figuran entre los principales factores de su progreso.
Comprende el tercer cuadro las estadísticas sobre la riqueza ganadera de la Nación en 1888.

Según este cuadro, la Nación poseía 22.869.385 cabezas de ganado vacuno, 4.398.283 cabezas de ganado caballar y 70.453.665 cabezas de ganado lanar, representando un valor total de 369.561.607 pesos nacionales.
El detalles por provincia, os revelará que esta industria, si principalmente interesa a las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, es sin embargo interesante a toda la Nación y que para multiplicar su valor, necesitáis continuar dictando leyes que favorezcan con el refinamiento de los ganados argentinos, la preparación de sus productos, en formas accesibles al consumo de la gran masa humana.
Hasta hoy, casi puede decirse, que los argentinos hemos fabricado carne para la raza negra esclavizada, dejando a otras naciones más hábiles o más preparadas que nosotros, la fabricación de carnes para los mercados de la raza blanca. Es tiempo de que reaccionemos y de que nuestra industria ganadera, apercibiéndose de que el gran mercado consumidor está en las naciones de la Europa, prepare para ellas productos que hagan posible y con provecho, industria tan noble y tan valiosa.
En las estadísticas comerciales se encuentran ya vestigios de que esa reacción comienza y os lo haré notar, para llamar vuestra atención sobre la necesidad de favorecer por todos los medios, no solamente las exportaciones de carnes preparadas, sino la fabricación de tanto producto animal, que es fuente de riqueza en otras naciones y que debiera serlo con más razón entre nosotros, donde teniendo la materia prima, parecemos olvidar que la dulzura de nuestro clima, permite su explotación en casi todos los meses del año, lo que no sucede en otros países.
No me es posible presentaros, porque no se han confeccionado aún, los cuadros correspondientes a la producción agrícola, a la riqueza industrial y a la riqueza mobiliaria, que vendrían a completar los tres grandes factores cuya enumeración os he rápidamente expuesto, pero algo podremos deducir al analizar las cifras del comercio exterior y las estadísticas bancarias, cuya importancia las hace dignas de estudio.
Las estadísticas presentadas, servirán sin embargo para señalar cuan alto .vamos subiendo en el escalafón de las naciones prósperas, ricas y civilizadas.
COMERCIO
Las importaciones r exportaciones reunidas han subido en 1888 a 280.690.212 pesos nacionales en las que figura por algo más de 53.000.000 el movimiento comercial del oro, amonedado y en pasta.
El comercio propiamente dicho de “importación” libre y sujeta a derechos, subió en 1888 a 127.507.860 pesos; mientras que sólo había alcanzado en 1887 a 117.323.032 pesos. Esta simple comparación, que marca un progreso real de más de diez millones de pesos en las transacciones comerciales de importación, no es sin embargo el hecho que más debo señalar a vuestra atención.
Investigando en las cifras parciales de ese comercio se llega a averiguaciones que marcan ya netamente, los esfuerzos de la industria nacional y sus tendencias a eliminar productos similares extranjeros, al propio tiempo que aumenta sus elementos de trabajo y sus capitales en máquinas y fábricas de producción.
Desde luego, debo haceros notar que si la Nación ha introducido en el año 1888 por valor de 127.507.860 pesos esa suma no representa los consumos del año, “ni tampoco la obligación de pagar igual suma dentro del año”. En sólo materiales para ferrocarriles, se han introducido por valor de 13.612.604 pesos contra 3.534.555 pesos en 1887; y como esos materiales, son comprados con los capitales extranjeros de las compañías ferrocarrileras, habría error en acumular esos valores a los de la importación para consumir, que el país debe pagar con su producción anual. Puede estimarse que otra suma no menor, se ha introducido en 1888 en materiales de construcción, máquinas, instrumentos de labranza y demás, que vienen a aumentar el capital fijo de la comunidad, y a aumentar su capacidad productora, y que no deben ni pueden figurar como de consumo anual.
Si se estudian otros factores del comercio de importación, se encuentran como os decía, verdaderas revelaciones, sobre hechos que acusan prosperidad en las industrias nacionales y propósitos sanos en el comercio internacional.
Por ejemplo, la introducción de sustancias alimenticias que en 1887 subió a 15.924.843 pesos, sólo alcanzó en 1888 a 14.491.419 pesos, resultando para 1888 un menor consumo de sustancias alimenticias extranjeras de un 1.451.424 pesos, que seguramente han sido reemplazadas por productos similares argentinos, como también el mayor consumo de esos artículos por la mayor población alcanzada. De igual modo, las “bebidas” que figuran importadas en 1887 por valor de 15.488473 pesos, sólo figuran en la importación de 1888 por valor de 12.335.966 pesos, acusando así una economía en consumo de bebidas extranjeras de 3.152.507 pesos que también habrán sido seguramente provistas por la industria nacional.
Puedo señalaros igualmente la importación de “tabacos” que ha disminuido en 94.444 pesos y la importación de “maderas y sus aplicaciones” en 363.388 pesos, síntomas todos, que acusan producción nacional.
Por el contrario, la introducción de “hierro y sus aplicaciones”, de arados, trilladoras, máquinas, etc., para la agricultura, que en 1887 sólo fue de 14.359.366 pesos, subió en 1888 a 17.552.857 pesos o sea un aumento en favor del año último, de 3.193.491 pesos, y la introducción de materiales de construcción de todas clases, que en 1887 fue de 5.039.903 pesos alcanzó en 1888 a 15.460.585 pesos, todo lo que es indudable factor de progreso, por cuanto esa introducción está sirviendo al desarrollo de la agricultura y de la industria nacional y aumentando las vías férreas de la República.
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Si del comercio de importación pasamos al de exportación, hallamos también cifras halagadoras.
La exportación, sujeta en parte a derechos en 1887 figura por pesos 84.206.172 no comprendido el metálico y en 1888 la exportación totalmente libre de derechos figura por 99.556.377 pesos ósea 15.350.205 pesos más en el año último, los cuales deben principalmente atribuirse a los productos de la ganadería; puesto que las malas o retardadas cosechas de lino, trigo, etc., han dado lugar a que el factor de los productos agrícolas, produzca en 1888, cinco millones menos que en 1887.
Esta simple diferencia de 15.350.000 pesos, habla por sí sola en favor de la industria nacional, pero del análisis parcial de los artículos exportados, resultan importantes observaciones que me complazco en señalar a vuestra consideración.
Desde luego, aparece un factor nuevo en nuestras exportaciones, “los productos de la minería”, que en 1887 sólo figuraron por 186.356 pesos y que en 1888 aparecen ya con un 1.519.407 pesos o sea con un aumento de 1.333.951 pesos, figurando ya en esa exportación como productos nuevos argentinos, arenas auríferas, bismuto, estaño, metales de plata, plata piña, etc., además de los ya conocidos, cobre, plomo y demás que salen de nuestras minas y que nuestros ferrocarriles permiten ya explotar en lugares donde la falta de caminos, los hada antes de imposible explotación.
Este factor nuevo de exportación continúa haciéndose visible en el primer trimestre del año actual, en el que ya sube a 1.002.670 pesos, prometiendo llegar en el año, si así continúa, a más de 4.000.000 de pesos.
En la exportación de minerales argentinos que os dejo enumerada, no figuran las exportaciones análogas que pasan de tránsito por nuestro territorio, viniendo de Bolivia, las que en 1887 subieron a 6.449.704 pesos, en 1888 a 5.487.835 pesos y en el primer trimestre de 1889 a 1.158.041 pesos.
En las exportaciones de “productos industriales nacionales” entre los que figuran la carne congelada, la harina y otros productos, el valor de 1888 que ha subido a 8.009.430 pesos, es casi el doble del valor de 1887 que sólo fue de 4.712.745 pesos.
En productos forestales tenernos ya exportaciones por valor en 1888 de 760.546 pesos, que acusan un aumento sobre 1887 principalmente en la exportación de “maderas diversas”, de 430.332 pesos nacionales.
Estas industrias que nacen y se hacen ya remarcables en nuestro comercio de exportación, deben llamar vuestra atención, a fin de ayudarlas, por leyes protectoras, pues todas ellas, desde la explotación minera, hasta los productos industriales de la ganadería y de la agricultura, y hasta la explotación de las ricas maderas de nuestros bosques, están llamadas en porvenir no muy lejano, a ser fuentes fecundas de considerable importancia, en la producción nacional.
Hasta aquí os he presentado las estadísticas comerciales comparadas el año 1887 con el año 1888, y habéis podido ver que ellas marcan progreso visible y señalan rumbos industriales que no debemos perder de vista,
Ese progreso de nuestro comercio internacional se hace todavía más evidente, si se comparan las estadísticas del primer trimestre de 1888 con las del primer trimestre del año corriente, como vais a juzgarlo.
El comercio general de importación y exportación reunido, fue en el primer trimestre de 1888 de 63.541.567 pesos; en el primer trimestre de 1889 ese mismo comercio, ha subido a 86.168.419 pesos o sea 22.636.852 pesos más en el año corriente que en el anterior.
Si se excluye el comercio de metálico de esas estadísticas, se tiene que la importación libre y sujeta a derechos en los tres primeros meses de 1888 alcanzó a 32.935.367 pesos y que la misma ha alcanzado en 1889 a 37.053.551 pesos, o sea 4.118.184 más en favor del año actual.
En los mismos meses de 1888 la exportación subió a 30.140.212 pesos y en 1889, a 33.324.095 pesos nacionales o sea 3.183.883 pesos más en el año corriente y esto a pesar de que las malas y retardadas cosechas, han privado a nuestro comercio de los valiosos productos de la agricultura veraniega, que prometen ser ampliamente compensados por la exportación de maíz, estimada en más de 20.000.000 de pesos nacionales.
Tenemos, pues, el derecho de decir en presencia de las estadísticas que acabo de presentaros, que jamás fue más próspero el comercio argentino, que jamás fue mayor la potencia productora de la república y que jamás se revelaron con mayor relieve los elementos que constituyen la vitalidad y la riqueza de la Nación.
NAVEGACION
La navegación signe el movimiento acelerante natural al aumento de nuestro comercio.
La entrada de buques del exterior en 1887, fue de 12.301 con 4.471.601 toneladas; en 1888 fue de 13.493 buques con 4.885.601 toneladas y en el primer trimestre de 1889 llega ya a 3.361 buques con 1.447.090 toneladas.
Las salidas fueron en 1887 de 9.524 buques con 3.723.969 toneladas; en 1888 de ro.8ro buques con 4.319.969 toneladas y en el primer trimestre de 1889 de 2.648 buques con 1.252.958 toneladas.
En la navegación interior se nota igual progresión, especialmente en el tonelaje, 10 que indica mayor movimiento de buques a vapor.
Esta navegación se hizo en 1887 a la entrada por 24.825 buques con 1.235.012 toneladas; en 1888 por 23.863 buques 2.592.518 toneladas y en el primer trimestre de 1889 por 4.999 buques con 814.974 toneladas.
La salida para los ríos, se hizo en 1887 por 26.823 buques con 2.459.693 toneladas; en 1888 por 25.214 buques con 2.432.940 toneladas y en el primer trimestre de 1886 por 4.787 buques con 959.032 toneladas.
Las nuevas facilidades que tendrá la navegación una vez terminadas las obras del puerto de la capital, influirán considerablemente en la rapidez de la carga y descarga de las mercaderías, lo que disminuirá ese gasto; dificultará el contrabando tan difícil de perseguir en las condiciones actuales de nuestro puerto y depósitos fiscales y a su vez disminuirá la competencia ilícita que se hace al comercio honesto de la República.
Sabéis que ya el puerto de la capital es una realidad; su primera sección, la dársena del Sur ha sido ya inaugurada y comienza a revelar la importancia de las obras, que se hará evidente antes de concluir el año, época para la que estará terminado el dique número 1, los depósitos fiscales correspondientes y las calles de acceso al puerto.
Estas obras y su complemento, como las del puerto de la Plata, las del Rosario y los muelles que en varios puntos de la República se construyen, son la mejor prueba de los esfuerzos de la Nación por aumentar y adelantar los medios que pone la civilización, al servicio de las buenas administraciones públicas.
BANCOS DE CIRCULACION
Con suelo feroz; con hombres preparados para la lucha por la vida que nos llegan por centenares de miles; con comercio que se duplica en pocos años; con ferrocarriles que invaden soledades y despiertan en todas partes la industria, era indispensable proveer a la Nación, que no tiene un capital acumulado, del crédito que lo sustituye, como elemento de trabajo, y a este fin, dictasteis la ley de bancos de circulación garantida.
Tan exigentes eran las necesidades del crédito que esos bancos debían repartir, que han bastado doce meses para que se acojan a la ley “quince” bancos con capital de 200.233.400 pesos nacionales, que circulan 151.160.496 pesos de billetes, garantido su pago por igual suma en fondos públicos de la Nación de cuatro y medio por ciento de renta.
En esa suma de 151.160.496 pesos, está incluida la emisión anterior a la ley de bancos, que en 1887 subía a 92.294.613 pesos. Por cada billete de aumento de emisión sobre esta cantidad, la Nación ha recibido en efectivo y letras de cambio que lo valen, lo que explica la introducción de los 44.892.887 pesos oro, que figuran en la importación de 1888; cada billete está, como el resto de la emisión, garantizado por igual valor en fondos públicos de la Nación.
Si el valor de los billetes en circulación hubiera de estimarse por el valor de los fondos públicos que garantizan su pago, ese valor sería el de la par con el oro, o muy poca cosa menos, puesto que los fondos públicos argentinos de cuatro y medio por ciento, se cotizan en los mercados europeos arriba del 94 por ciento de su valor nominal, lo cual quiere decir que para pagar en oro y a la par, los billetes de banco que circulan, bastaría vender los fondos públicos que los garantizan, hecho que en todo o en parte podrían realizar los mismos bancos en el momento que lo consideren conveniente, desde que la ley les autoriza a retirar sus fondos públicos, entregando los billetes que por ellos recibieron.
Pero no basta la garantía eventual del crédito de la Nación para fijar el valor del billete, como no ha bastado la introducción de 44.802.887 pesos en oro efectivo para afirmar ese valor, puesto que en 1888, en medio de la plétora de oro, el papel se cotizaba a 160 en el mes de Julio y arriba de 52 en los meses subsiguientes.
No sé si podría decirse, que la depreciación del medio circulante reconoce por cusa el aumento de billetes emitidos, desde que antes de esa emisión, ya el oro se cotizaba arriba de 152 % (Diciembre de 1887) y desde que lejos de haber plétora de papel en el mercado, el interés que por su préstamo se cobra, de 8 a 10 %, revela que no hay sobrantes acumulados en los bancos o sea, que no hay exceso de papel en la circulación.
No sé, lo repito, si al aumento de emisión puede en parte atribuirse la depreciación del billete bancario, pero afirmo que ha sido tal y tan grande el servicio prestado en toda la República por la difusión del crédito repartido por los bancos nacionales y por la unidad monetaria y fiduciaria realizada por el sistema, que estoy seguro que cualquiera que sea el sacrificio producido por esa depreciación, él aparecerá insignificante, comparado con los bienes que ha reportado la fundación de bancos en todas las provincias y la fecundación de todas las industrias, alcanzada por el crédito que ellos han acordado.
Por otra parte, si la riqueza pública se ha duplicado en los últimos años; si el comercio aumenta de modo sorprendente; si la población crece por cientos de miles cada año; si la producción se ha duplicado en poco tiempo, ¿cómo extrañar que también aumente la emisión de billetes de banco, que en países sin capital acumulado como el nuestro, constituye el medio principal de abaratar el crédito?
En oportunidad se os someterán proyectos, para dotar de base metálica la circulación fiduciaria de la República, a fin de normalizar en lo posible el valor de la moneda, haciendo que a ello contribuya el crédito de la Nación, los recursos efectivos de que dispone y los recursos poderosos de los mismos bancos circuladores.
No hay razón, para que dados los elementos de riqueza de que la Nación dispone, la prosperidad de su comercio, el desarrollo creciente de su producción, el aumento de la renta pública y la disminución de su deuda, el movimiento de trabajo de las masas humanas que invaden la República y el crédito que a ésta con justicia en el exterior se le acuerda, no hay razón, lo afirmo, para que el billete de banco circule con el valor depreciado que ha circulado hasta aquí.
BANCO HIPOTECARIO
La Nación ha incorporado a sus medios de acción para multiplicar los elementos del crédito en la República, la institución que creasteis con el nombre de Banco Hipotecario Nacional.
Sus funciones como lo sabéis, tienen por fin movilizar el valor de la propiedad raíz en toda la república por medio de un título de renta, cuyo servicio hace el Banco, y que la Nación garantiza en último término.
Los servicios prestados por esa institución son visibles en todas partes. El valor que representaba la tierra ha prodigiosamente aumentado, debido probablemente, más que a la especulación, al movimiento de capitales que representados por ella, han servido en todas partes, para fecundar esa misma tierra, que por la industria y la edificación se hace productiva.
Los datos que voy a presentaros os revelarán que no se ha abusado hasta ahora de la cédula hipotecaria nacional.
De la primitiva emisión de 50.000.000 se ha retirado ya de la circulación, anulándose por cancelaciones, la suma de 4.564.800 pesos, de modo que sólo quedan en el público de las series A. B. y C. pesos 45.435.200.
Para usar la última emisión autorizada, el Directorio ha dividido la suma en tres series, dos a monedas de curso legal D y E con interés de 7 por ciento y una A (oro) con interés de 5 por ciento cada serie de 20.000.000.
De las dos series D y E, había el 31 de Marzo en circulación pesos 31.722.300 y de la serie A (oro) 12.426.500 pesos.
De los préstamos acordados, se han dado fuera de la capital pesos 19.989.350 en cédulas D y E y 7.000.643 pesos de la serie A (oro), capitales que han podido utilizar todas las provincias, habiendo todavía sin escriturarse a causa de la escrupulosidad con que se hace el acto, 3.069.050 pesos en cédulas de curso legal y 2.716.500 en cédulas a oro.
De estos datos resulta, que hay todavía sin haberse concedido por el Directorio, 5.010.650 pesos en cédulas de curso legal y 4.857.000 pesos en cédulas a oro, las que serán oportunamente concedidas, pues las sumas solicitadas exceden las cantidades antes enumeradas.
Como la cédula hipotecaria absorbe parte de la economía racional y atrae capitales extranjeros, hay el deber de no recargar el mercado y de proceder en su emisión con prudencia y gradual movimiento, lo que muy acertadamente ha verificado el directorio del Banco.
Los efectos de la emisión gradual de estos títulos se hacen palpables, comparando el valor de las cédulas nacionales de siete por ciento, con el valor de las cédulas provinciales de ocho por ciento, con el valor de las cédulas provinciales de ocho por ciento, cuya abundancia en el mercado, las ha depreciado, muy abajo de lo que por sus garantías debieran valer.
El ensayo de la cédula nacional a oro, ha pasado por circunstancias que llegaron a hacer dudar de su éxito. Se ha cotizado por algún tiempo abajo del setenta y cinco por ciento de su valor, no obstante que en los mercados europeos, títulos argentinos de cinco por ciento, se cotizaban a la par o poco menos.
Esto os revela que los capitales en oro atraídos a nuestro suelo, hallaban provecho inusitado en los “pases o cauciones” de la Bolsa y en el juego a diferencias, que no encontraban en el empleo de títulos de renta de indiscutible garantía.
Hoy las cosas han cambiado, la cédula a oro está ya arriba de ochenta y cuatro por ciento y es curioso observar que esa suba, que promete continuar, ha coincidido con la supresión del juego a diferencias en la Bolsa.
Creo que habrá conveniencia en auxiliar y extender el mercado de las cédulas y a este fin os será presentado un proyecto oportunamente.
RENTA Y GASTOS PUBLICOS
A pesar de la supresión de los derechos a la exportación y a pesar de la privación de los productos de los ferrocarriles y de las obras de salubridad vendidos (lo que en 1887 producía más de 4.250.000 pesos de curso legal) la renta pública sigue aumentando y produciendo excedentes sobre los gastos ordinarios de la administración, dentro del año.
En 1887 la renta había sido de 57.126.149 pesos; en 1888 esa misma renta menos las partidas antes enunciadas, ha sido de 57.651.711 pesos y en el primer trimestre de 1889 llega ya a 16.709.974 pesos, lo que anuncia un aumento importante.
Los gastos pagados por presupuesto en 1888 agregados a las sumas pagadas por diferencia de cambios y comisiones, 4.807.300 pesos, suben a 50.801.631 pesos, dejando por consecuencia un excedente en favor de la renta en el año, de 6.850.080 pesos nacionales.
Los gastos pagados por presupuesto correspondientes al primer trimestre de 1889 suben a 7.583.410 pesos, contra una renta como dejo dicho de 16.709.974 pesos.
Nada más satisfactorio que esos resultados, puesto que permiten con renta ordinaria, pagar gran parte de los crecidos gastos que imponen las leyes especiales en ejecución y hacer el pago de la deuda exigible de ejercicios precedentes.
Por leyes especiales se ha pagado en el año 1888, la cantidad de 14.237.420 pesos y por deuda exigible de años anteriores y libramientos 11.042.297 pesos.
Reunido lo pagado por presupuesto, por diferencias de cambios, por leyes especiales y por deuda exigible. resulta que en el año 1888 la tesorería ha pagado 76.081.347 pesos nacionales, en los que figuran lo invertido en la amortización ordenada por ley, de una parte de la deuda interna; la adquisición de algunas propiedades valiosas (antigua Bolsa, terrenos para el Congreso, áreas para colonización, etc.); la construcción de varios edificios (Policía, parte de las comisarías, etc.); los gastos hechos para completar la línea Central Norte y las Obras del Riachuelo; lo pagado en efectivo por obras en el puerto de la capital; el gasto para concurrir a la Exposición de París que pasa ya de 750.000 nacionales y otros que hallareis detallados en las memorias respectivas.
Se ha atendido a esos pagos con los excedentes de la renta ordinaria en los últimos años, y con los recursos creados por leyes especiales.
En el primer trimestre de 1889, además de los 7.583.410 pesos pagados por gastos autorizados por el presupuesto y leyes especiales, se han pagado con recursos ordinarios del año, 8.798.876 pesos por deuda y libramiento de años anteriores.
Estas cifras os revelan que jamás ha sido más holgada la situación del tesoro, y al propio tiempo, que jamás se ha hecho más evidente la necesidad de reaccionar contra el sistema de votar gastos por leyes especiales, sin asignarles recursos propios y limitar su duración.
Habrá conveniencia de votar en adelante, a la vez que el presupuesto y recursos ordinarios del año, el presupuesto y recursos extraordinarios con que han de atenderse las exigencias de una sociedad que crece, y de una administración que perfecciona y completa sus elementos de gobierno, pero- que no debe basarse en lo imprevisto y exceder de los medios que den recursos, dentro de las fuerzas normales de la Nación.
No hay razón para que el impuesto público se recargue, más allá de las necesidades de la administración y habrá justicia y me haré un deber en proponeros reducciones, al propio tiempo que os pediré normalicéis los gastos extraordinarios o de carácter fuera del presupuesto, dotándoles de recursos propios que no salgan del impuesto.
DEUDA PÚBLICA
En el mes de Julio del año corriente quedará extinguido por el juego natural de la amortización fijada por la ley, el empréstito de 12.600.000 pesos, el primero levantado por la República, después de su reorganización.
Este hecho, que marca la regularidad del servicio de los empréstitos argentinos, me da la oportunidad de señalaros el camino andado en la apreciación de nuestro crédito y en la disminución de nuestras obligaciones por deuda pública.
Ese empréstito levantado en 1868 con 6 % de interés y 2 ½ por ciento de amortización acumulativa, se negoció al 72 % de su valor nominal: hoy, veintiún años después de aquella fecha, ha crecido tanto la riqueza nacional, y tan exacto y severo ha sido el servicio de sus deudas, que los mismos que tan bajo cotizaron nuestro crédito, cotizan el 5 % argentino arriba de la par, y el 4 ½ muy cerca de su valor escrito.
Esta simple enumeración, os revela el camino recorrido y la posición que la República ha alcanzado, en el aprecio de los mercados europeos del capital y del crédito.
Sin embargo, tenernos el derecho de aspirar a algo más, porque nación alguna cumplió mejor con sus obligaciones, ni proporcionalmente revela progreso más rápido en el desarrollo de su riqueza y responsabilidades.
El valor total de la deuda exterior “emitida” a nombre de la Nación, agregado a la deuda que la Nación tomó a su cargo por arreglos con la provincia de Buenos Aires, hasta el 31 de Diciembre de 1888, subía en los libros del Crédito Público, a 191.135.037 pesos nacionales, convertida la libra esterlina a cinco pesos cuatro centavos por libra. El valor total de la deuda interior “emitida” por la Nación o a cargo de ésta, según los libros del Crédito Público subió a 257.987.083 pesos, incluyendo en esa suma, 5.728.662 pesos por emisión de billetes menores de un peso; y 137.544.872 pesos de fondos públicos de cuatro y medio por ciento, dados a los bancos para garantir la circulación de sus billetes.
Veamos ahora, el valor a que está reducida la deuda pública, después de verificadas las amortizaciones ordinarias y extraordinarias y las conversiones ordenadas por ley. Comenzaré por la deuda externa.
La deuda exterior, deducidos los empréstitos que quedarán extinguidos en el año corriente, de 191.135.037 pesos, valor de emisión, quedará reducida a 87.905.807 pesos nacionales, valor actual; lo cual quiere decir que la Nación ha pagado del capital emitido de su deuda externa, la suma de 103.299.230 pesos nacionales.
Queda la deuda exterior reducida a los empréstitos siguientes:
Empréstito de 1824, con 6 % de interés…………………. $   1.991.500
Pago de intereses diferidos del mismo……………………. $      694.482
Fondos públicos entregados al Banco Nacional
con 5 % de interés…………………………………………………….. $   8.008.208
Empréstito obras públicas, 5 % de interés………………. $ 40.884.507
Bonos de tesorería, 5 % de interés………………………….. $   3.113.510
Empréstito para prolongar ferrocarriles con 5 %
de interés……………………………………………………………………. $    6.552.000
Conversión de empréstitos de 6 % a títulos de 4 ½. $  26.661.600
Total_______________________________________ $  87.905.807
La reducción de la deuda externa, a la suma que os dejo enunciada, ha sido en parte operada antes de 1888, en los años de trascurso que lleva el gobierno regular de la República y si ella nos honra como Nación, no evidencia sin embargo, a pesar de la gran suma pagada, el alivio efectivo que el tesoro público ha recibido por las operaciones de crédito realizadas, cumpliendo las leyes que habéis dictado en los últimos años.
Esa demostración, que debo presentaros, resulta evidente cuando se compara lo que ha costado el servicio de la deuda pública exterior, hasta el año último y lo que costará en adelante.
El servicio ordinario de intereses y amortizaciones por empréstitos externos a que estaba obligada la Nación y que ha pagado hasta 1888, ha sido de 9.891.734 pesos que salían anualmente del presupuesto. El servicio y amortización a que queda reducida la deuda externa, sólo alcanzará en adelante a 5.613.317 pesos; de modo que por vuestras leyes y por el alto crédito que la Nación ha alcanzado en los últimos años, se ha reducido el servicio anual de la deuda pública externa en 4.278.417 pesos, que no habrá ya necesidad de remitir al extranjero, y que para ese objeto no habrá ya que tomarlos del impuesto público.
Podéis, pues, decir con satisfacción, que la Nación para quien dictáis leyes, ha disminuido el capital de sus deudas externas de 191.135.037 pesos a 87.905.807 pesos y que en un año ha disminuido el servicio por intereses y amortizaci6n de la deuda pública en el extranjero de 9.891.734 pesos que costaba, a 5.613.317 pesos que costará en adelante.
Debiendo agregar que el título argentino de seis por ciento que llegó a cotizarse en 1876 a menos del treinta por ciento de su valor, ha desaparecido, puede decirse, del mercado europeo para ser reemplazado por títulos del cinco por ciento que se cotizan arriba de la par y del cuatro y medio por ciento que se acercan ya a la par, con probabilidades de cotizarse arriba de su precio nominal.
Beneficios tan grandes sólo están reservados a los pueblos cultos, ricos y bien organizados, y, debemos al alcanzar tan alto crédito, considerarle como el veredicto dictado por los que nos juzgan, de que entramos a formar en ese grupo.
Por ello felicito al país y os felicito, señores Diputados y Senadores.
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En la deuda interna se han producido también movimientos importantes.
Desde luego han desaparecido del gran libro de la deuda pública las deudas de 9 de 8 y de 7 % de nuestras épocas de tribulación y de intranquilidad, y todas las deudas de 6 % interno, quedarán extinguidas antes de concluir el año corriente.
El crédito interno sólo tendrá en circulación deudas del 5 % las menos, y deudas o más propiamente, inscripciones de renta de 4 ½ por ciento.
La deuda interna emitida hasta 1888 según los balances del crédito público subía a 257.986.083 pesos nacionales; esa suma, completadas las amortizaciones de deuda interna ordenadas por vuestras leyes, quedaría reducida en el año corriente a 192.213.364 pesos. Pero esta suma que el crédito público consigna como deuda pública, no gana interés toda ella, pues como antes os anuncié, comprende la partida de 5.728.762 pesos que está representada en la circulación por los billetes menores de un peso, que no ganan interés, y además, está incluida en la suma total, la inscripción hecha en nombre del Banco Nacional para garantir sus billetes por valor de 41.333.333 pesos que no ganan interés y que no lo ganarán sino en caso de liquidación del Banco Nacional y retiro de toda su emisión, lo que por el momento es más que eventual.
Figuran, además, en el total de la deuda interna 26.063.395 pesos, importe de los fondos públicos de 4 ½ % entregados a determinados bancos, para garantir su antigua emisión y que sólo ganarán interés a medida que vaya entregándose por los bancos el valor de los pagarés dados en pago de esa emisión y cuyos vencimientos se extienden hasta el año 1895.
Estas tres gruesas partidas de la deuda del crédito público que no gozan de interés, no deben considerarse como deuda pública ordinaria, porque no recargan el presupuesto, ni exigen la preparación de sumas para pagar su servicio. Deduciendo, pues, esas tres partidas, que importan reunidas 73.115.390 pesos de la suma total 192.213.364 pesos, resulta que sólo quedará en 1889 como deuda pública interna que “gana interés” la cantidad de 119.097.974 pesos nacionales, o sea 138.889.109 pesos menos que el valor emitido.
Pero os debo una observación más, respecto de esta deuda interna que gozará interés y quiero hacérosla porque tiene capital importancia.
El crédito de una Nación como todo lo que se ofrece a la compra y venta en las transacciones de los hombres, está sujeto a la oferta y la demanda, de modo que sólo pueden pesar como oferta de nuestro crédito en el mercado, los títulos de fondos públicos en circulación, de donde debe deducirse que no hallándose en circulación los fondos depositados por los bancos, éstos deben considerarse más como una “inscripción de renta”, que como un fondo público regularmente emitido y entregado al mercado.
Os hago esta observación para significaros, que no pesando en realidad como oferta en el mercado la emisión de 4 ½ % interna, depositada por los bancos, ella puede y debe ser separada del grupo de la deuda pública interior, que quedaría reducida como títulos en circulación a 31.544.975 pesos, formados de las siguientes deudas:

Ley 2 de Septiembre de 1881-5 %..............     913.675
Ley 30 de Junio de 1884-5 %.....................      830.600
Ley 2 de Diciembre de 1886-5 %................ 10.132.800
Ley 12 de Agosto de 1887-4 ½ %............... 19.667.900
Total ______________________________$  31.544.975
Veamos ahora las modificaciones introducidas en el servicio de la deuda interna.
Hasta 1888 se pagaba, según presupuesto, por interés y amortización de las deudas en circulación, excluidos los fondos públicos de los bancos, 4.832.685 pesos, según datos de la Contaduría; terminadas en 1889 las amortizaciones ordenadas, esos servicios quedarán reducidos por las deudas en circulación, a 1.892.227 pesos, habiéndose verificado sobre el servicio de la deuda pública en circulación, una reducción de 2.940.458 pesos nacionales.
Sumando ahora, lo que la Nación debe pagar por servicio de deuda “externa” 5.613.317 pesos; por servicio de deuda “interna” en circulación 1.892.227 y 3.562.269 pesos por “renta” a los bancos nacionales sobre 79.161.810 pesos que ganan interés, tendremos, reunidas esas cantidades, que la Nación tendrá que pagar anualmente mientras no se aumenten sus deudas, por servicios de interés y amortización la cantidad de 11.067.823 pesos y como esos servicios en 1888 absorbieron del presupuesto 14.724.429 pesos, sin servir la renta de los bancos, resulta que la Nación economizará en el servicio anual de su deuda pública, interna 3.656.606 pesos, habiendo adquirido, además, con la renta anual que paga a los bancos, una suma efectiva de más de 51.000.000 entregada por éstos, y que, habrá pagado además, a la provincia de Buenos Aires, por liquidación de arreglos con motivo de la cesión de la capital 17.394.855 pesos, que han sido entregados por el Banco de la Provincia, por cancelación de una parte de los pagarés que adeudaba al gobierno.
Cierro este capítulo, consignando como resultado definitivo de las enumeraciones hechas, que habiendo la Nación emitido en poco más de 20 años 449.142.120 pesos en deuda externa e interna que gozaban interés desde 9 %, sólo tendrá obligación de pagar después de 1889, por títulos en circulación de deuda externa e interna la suma de 119.097.974 pesos, con interés de 5 y de 4 ½ %, teniendo además que servir a los bancos una renta anual, por ahora, de 3.562.279 pesos, y que, al concluirse este año el servicio de la deuda pública quedará reducido anualmente en 3.656.606 pesos.
Poder seguir en este camino, es lo más a que puede aspirar una Nación que ha formado su crédito, teniendo por norma la honradez y el severo cumplimiento de sus obligaciones.
DEUDA POR USO DEL CREDITO
Esta deuda proviene del movimiento de letras de cambio sobre el exterior para el servicio de las obligaciones en Europa.
En 1887 el saldo por esa deuda era de 11.815.036 pesos. En 31 de Diciembre de 1888 era de 8.524.225 pesos, lo que acusaba un pago de 3.290.811 pesos y en 3 de Marzo de 1889 el saldo de la deuda por uso del crédito era sólo de 5.594.100 pesos, lo que denota que en los quince últimos meses se ha pagado de esa deuda, la suma de pesos 6.220.936 moneda nacional.
Lo que se debe en el extranjero del saldo de 5.594.100 está ampliamente representado en Europa por las acciones del ferrocarril Central que pasee el gobierno, y habría sido ya pagado, si las exigencias del mercado de cambios, no aconsejaran aplazar el reintegro y usar del crédito, para evitar, por la menor demanda, la depresión en el tipo de los cambios, ya bajos por demás, a causa de la necesidad de cubrir las grandes operaciones verificadas por el comercio y los bancos a fines del año próximo pasado.
De todos modos, la disminución de esa deuda en más del 50 %, os revela que ese servicio como el de la deuda pública externa, exigirá muy menores remesas por cuenta del gobierno a los mercados europeos, de aquéllas a que estábamos obligados en años anteriores.
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La deuda por libramientos en 31 de Marzo de 1888 era de 1.764.893 pesos y en 31 de Marzo de 1889 es de 1.538.239 pesos.
Estos libramientos provienen en su mayor parte del pago de provisiones al ejército de la República.
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La deuda exigible por imputaciones de pago en 31 de Diciembre de 1888 era de 11.190.991 pesos, habiéndose pagado por la misma hasta 31 de Marzo de 1889 la cantidad de 7.856.770 pesos, dependiendo el pago del resto, de tramitaciones administrativas o de plazos a que está sujeto según las leyes o contratos que motivan el pago.
ACCIONES DEL FERROCARRIL CENTRAL ARGENTINO
En 1887 la Nación era propietaria de 26.135 acciones de 20 libras esterlinas cada una, o sea en valor nominal 522.700 libras esterlinas. En 1888 la Nación adquirió 13.067 ½ acciones más de 20 libras cuyo valor nominal es de 261.350 libras. En 1889 ha adquirido 78.404 acciones de 5 libras esterlinas cada una, habiendo pagado ya sobre ellas la primera cuota de una libra.
Estos datos os demuestran que la Nación es poseedora de 39.202 ½ acciones de 20 libras y de 78.404 acciones de cinco libras con una cuota pagada. El valor en oro de estas acciones en el mercado de Londres puede estimarse arriba de 1.590.000 libras esterlinas.
Con motivo del fracaso ocurrido al Banco en donde el gobierno tenía depositadas sus acciones, ellas han sido transferidas en depósito a los señores Baring Hermanos de Londres.
BIENES NACIONALES
En el, año anterior os anuncié que había nombrado una comisión encargada de formar un inventario minucioso de los bienes nacionales.
Signe funcionando haciendo labor continua, y tiene ya anotados bienes, cuyo valor excede de 500.000.000 de pesos de curso legal.
Será trabajo concienzudo, que mantendremos al día, una vez terminado, a fin de poder en todo tiempo conocer lo que constituye el haber de la Nación y compararlo con lo que representan sus deudas.
Los bienes anotados, nos permiten decir desde luego que podríamos pagar íntegra la deuda pública en circulación, sin comprometer un veinticinco por ciento de los bienes que son propiedad nacional.
BOLSAS DE COMERCIO
Os debo cuenta de un acto, cuya trascendencia no escapará a vuestra alta penetración.
El juego a diferencias sobre el valor relativo de las monedas nacionales de oro y de curso legal y las operaciones de “pase”, había alcanzado ya a sumas fabulosas.
Ya se hacían operaciones a razón de más de “mil millones” de oro por año, lo que exagerando desmesuradamente la demanda de oro en el mercado, contribuía a la depreciación del valor de los billetes de banco de curso legal; hacía instable su valor y le desmonetizaba en ciertas transacciones del comercio.
Los grandes diarios y los de gran circulación se llenaban de avisos, en los que se llamaban capitales para esas operaciones, garantiéndoles de 30 a 33 por ciento al año.
Los capitales sociales eran ya absorbidos por primas de 15 a 18 % con garantías de cauciones.
Todas las industrias y todo el comercio, comenzaban a sentir las consecuencias del encarecimiento del crédito, producido por las demandas de capitales para los juegos de “pase” y “diferencias” en las bolsas; desde que es ley inexorable que el capital acude adonde, con buenas garantías, mayor interés se paga, de modo que ya el comerciante y el industrial no encontraban dinero sino a los precios, que para sus juegos de azar pagaba la Bolsa.
Los bancos de estado, sentían ya agotarse sus reservas, porque sus descuentos a 7 y 8 % eran solicitados con empeño, desde que no se encontraban en otras partes.
Los capitales de toda la República, solicitados por esta vorágine del juego, venían de todos lados, en busca de utilidades que el comercio y la industria no podían ofrecerles en sus respectivas localidades.
La impaciencia por el juego y las ganancias fáciles era ya tan exigentes, que en el Rosario se había ya establecido bolsa, donde se jugaba por decenas de millones al mes y que ya se anunciaban nuevas bolsas en Córdoba, en Mendoza y en otras provincias.
Gran parte de las fuerzas vivas de la sociedad, hombres de todas las esferas sociales, sentíanse atraídos hacia la bolsa como los capitales de la comunidad; y puedo aseguraros, que a pesar de los grandes sueldos del presupuesto, ha sido difícil encontrar hombres aptos y preparados para determinados empleos, tan corruptor era ya el ejemplo de lo que en la bolsa ganaban corredores y clientes, en las operaciones del juego a diferencias y de “pases”.
Señalado el mal que ese estado de cosas producía y que amenazaba asumir proporciones desastrosas, creí de mi deber cortarlo de raíz, tanto más, cuanto él se basaba en reglamentos de una sociedad particular, que burlaba las prescripciones de las leyes de orden público, que determinan el valor de las monedas y el uso y sustitución de las mismas en los pagos de obligaciones contraídas.
Para ello, usé de la facultad constitucional que tiene el Poder Ejecutivo de reglamentar las leyes, y dicté el decreto que reglamenta la ley número 2399 y que excluye de las llamadas operaciones de bolsa, la compra y venta de monedas, que da lugar al juego a diferencias y a los pases.
Tan hondas eran ya las raíces echadas por el mal que se buscaba destruir, que la Cámara Sindical de la Bolsa creyó poder alzarse contra la autoridad y desobedecer su decreto, hecho insólito, que obligó al Ministro de Hacienda a ordenar su clausura.
Reabierta la bolsa, por haber acatado el decreto del Poder Ejecutivo, se hizo visible la coalición de los intereses afectados por él y asistís todavía a una lucha en la que se defienden de un lado,-los altos intereses de la comunidad: el crédito fácil y barato, sujeto a las demandas del comercio y la industria y no a las del juego a diferencias sobre el valor de las monedas; y, en la que se defiende la moral social que se sentía ofendida por las ganancias fáciles y poco escrupulosas, que” a su vez engendraban el lujo desenfrenado.
Es doloroso deciros, que a pesar de la necesidad de que el esfuerzo de todos concurriera a fines tan plausibles y convenientes, sobre todo en momentos en que los bajos cambios internacionales facilitaban a los jugadores de la coalición, deprimir el valor de la moneda fiduciaria, para buscar por ese medio que volviera el P. E. sobre las resoluciones de su decreto; es doloroso deciros, que una parte de la prensa argentina, apasionada como siempre, se empeña en contrariar los efectos saludables de la supresión del juego, olvidando por completo los legítimos intereses del comercio, de la industria y de la comunidad.
Para que el mal quede una vez por todas desarraigado, se os propondrán leyes sobre Bolsas de Comercio, que salven los intereses sociales y den a estas instituciones, su útil carácter y la importancia que les corresponde en la organización económica de la nación.
TESORO NACIONAL
Termino estos datos sobre la hacienda, con este párrafo nuevo en los mensajes de los presidentes de la República.
La Nación tiene ya a su disposición tan cuantiosos tesoros y tantos va a necesitar conservar para la garantía y conversión oportuna de los billetes por ella emitidos, para que circulen los bancos, que debe ya instituirse el tesoro nacional, de modo que todos puedan ver sus existencias y que para todos se hagan palpables, por los balances que regularmente publique.
Oportunamente os presentaré un proyecto para organizarlo. Debo por el momento daros cuenta de los capitales de que dispone la Nación, de su situación, de su empleo actual y de la movilización operada con algunos. Esa movilización se hizo por decreto que será sometido a vuestra aprobación, anticipándoos que ella ha tenido por objeto facilitar las liquidaciones, de ventas de oro en la bolsa y la adquisición en el mercado de ese metal, para las necesidades comerciales. Esos cambios han dado lugar a la conversión a moneda legal de una fracción de oro que tenía el Poder Ejecutivo; conversión empezada en 1888 y exigida por la necesidad de cambiar oro para el pago de los “hard dollars” y deudas llamadas a la amortización.
He aquí ahora, lo que ya constituye el fondo del “tesoro nacional”.
La Nación pasee en depósito en los bancos, las cantidades siguientes:
De las sumas enumeradas anteriormente resulta evidenciado este hecho, que el tesoro nacional tiene, reducido el oro a moneda de curso legal a 155 por ciento, en depósitos a la vista 79.044.733 pesos, en acciones vendibles en el día 56.940.000 pesos, y en sumas a recibir en dinero efectivo por obras públicas vendidas 46.500.000 pesos; sumado todo lo cual, representa la cantidad de 182.494.633 pesos o sea 31.000.494 pesos más, que todos los billetes de Banco emitidos que sólo suben a 151.000.000. Os haré constar que por réditos de las sumas en depósito y por dividendos de las acciones, el tesoro está recibiendo anualmente alrededor de 9.500.000 pesos, suma que bastaría para pagar el servicio de la deuda externa e interna en circulación.
Cierro, pues, este capítulo sobre la hacienda nacional, haciendo constar con placer, que la riqueza pública ha aumentado de una manera considerable; que el comercio y la producción nacional crecen rápida y vigorosamente; que el crédito dispone de elementos que antes no se conocían; que la renta pública aumenta y las deudas públicas disminuyen y que por primera vez hay un tesoro nacional, sobre el cual puede el Ministro de Hacienda por orden del Presidente de la República, previa vuestra autorización, girar sobre fondos propios disponibles o negociables en pocos días, por valor de 182.494.733 pesos nacionales, o sea por mucho más de todo el valor de la monedo que circula en la República o si se prefiere, por un valor de sesenta millones arriba del monto total de la deuda externa o interna en circulación,
JUSTICIA
Mejorar la administración de justicia, haciéndola rápida y económica, es uno de los objetos de mi preferente atención, porque la justicia es la base de la prosperidad de los pueblos, desde que ella garante todos los derechos del hombre.
Dotar a un país de buenas leyes y de jueces que les den pronta y recta aplicación, es hacer su grandeza.
El código de enjuiciamiento criminal, que sancionasteis en vuestras últimas sesiones, está dando resultados completamente satisfactorios,
Esa sanción ha llenado un inmenso vacío en nuestra legislación criminal, sujetando a reglas claras y fijas, el procedimiento que estaba regido por las leyes que nos legó la España y que ella misma se ha apresurado a reformar, y por prácticas viciosas, que de ninguna manera se conformaban con los adelantos de la ciencia.
A causa de esas leyes vetustas y de esas malas prácticas muchos procesados eran víctimas de la justicia, que debía ser su amparo, o porque durante el proceso habían sufrido mayor privación de su libertad, que la que se les habría impuesto como pena, o porque tenían que esperar largos años para que se esclareciera su inocencia.
Hoy no es esto posible, siendo de ello segura garantía los resultados obtenidos ya desde que rige la nueva ley.
Sin embargo, creo que es indispensable aumentar el número de los juzgados de instrucción; porque aunque es digna de encomio la labor de los actuales jueces, no es bastante para imprimir toda la rapidez necesaria en la administración de la justicia penal, que tan directamente afecta a la libertad, al honor y a la vida del hombre.
Vuestra sanción reformando el título “Del Matrimonio” del Código Civil, ha colocado esa rama de nuestra legislación a la altura de la más adelantada de las naciones civilizadas, habiendo sido recibida por el país con verdadero aplauso.
Sin embargo, no será imposible que como toda institución nueva, presente algunas dificultades en la práctica, pero si así sucediese, ella misma las señalaría a vuestra consideración.
Una de mis mayores aspiraciones es dejar completada la legislación judicial de mi país antes de entregar el mando al ciudadano a quien el voto del pueblo señale como mi sucesor.
Es por esto que con verdadera complacencia os anuncio, que la Comisión de Códigos de la Cámara de Diputados ha dedicado el tiempo del receso de vuestras sesiones al estudio de las reformas al Código de Comercio, que el Poder Ejecutivo sometió a vuestra deliberación.
Ese estudio os será presentado bien pronto, y si mereciese vuestra sanción en el período legislativo que inauguro, habríamos marcado en el presente año un gran progreso, armonizando la legislación mercantil con las necesidades de nuestro floreciente comercio.
La Suprema Corte de Justicia Nacional y los dos Juzgados Federales de la Capital están ya instalados en un edificio de propiedad pública, arreglado con el decoro que corresponde al más alto tribunal de la Nación,
La apertura de la Avenida de Mayo ha hecho indispensable la demolición de parte del antiguo Cabildo, donde funcionaban los tribunales locales de la capital, por cuya razón ha sido necesario trasladarlos al edificio conocido con el nombre de Escuela Petronila Rodríguez.
En el presente año se dará principio a la construcción del palacio de justicia, cuyos planos están ya terminados.
Ese edificio será digno de la majestad de la justicia y de la grandeza de la República.
De los juzgados federales de las provincias sólo el de La Plata y el de San Luis tienen edificios adecuados por su comodidad y decencia. Los demás funcionan en malos edificios y en su mayor parte alquilados.
Creo, pues, que es indispensable preocuparse de dotar a todos los tribunales de la Nación de casas, que no hagan desmerecer la majestad y respeto que se debe a la justicia.
El rápido crecimiento de la población y el desenvolvimiento de las transacciones hacen cada día más pesada la carga que soportan con patriotismo los magistrados encargados de la administración de justicia; y a fin de que ésta no sufra retardos, siempre perjudiciales aun a su propio prestigio, me preocupo de proponeros las medidas que puedan prevenir el mal.
Muy pronto someteré a vuestra deliberación un proyecto de reformas a la ley que creó la administración de justicia en los territorios federales, para hacerla práctica y provechosa.
CULTO
El Poder Ejecutivo cumple lealmente el precepto constitucional de sostener el culto católico, siéndome agradable deciros que por parte de las autoridades eclesiásticas ha habido completo acatamiento a las leyes.
El Obispo de Córdoba, que fue canónicamente instituido, se encuentra rigiendo su diócesis con prudencia evangélica y con un tino digno de sus relevantes dotes.
Las misiones establecidas en la República dan resultados completamente satisfactorios. Cada día extienden más su esfera de acción, haciéndose sentir ya aun en la Tierra del Fuego.
En territorios antes desiertos o poblados sólo por los indios salvajes, han fundado escuelas primarias, una de artes y oficios y dos colegios, en donde se da instrucción a los hijos de los pobladores de esas lejanas tierras.
Los P. P. Misioneros son, pues, acreedores a la protección que se les dispensa y creo que convendría ampliarla, para hacer más rápida y más eficaz su benéfica acción.
INSTRUCCION PÚBLICA
Creo que uno de los primeros deberes de un Gobierno es mejorar y difundir la instrucción pública, sin omitir esfuerzo ni sacrificio alguno para conseguirlo.
El orden, el bienestar, la libertad y el progreso de los pueblos están en razón directa de su instrucción; porque la instrucción da al hombre la conciencia de su ser moral y el conocimiento de sus derechos y deberes de hombre y de ciudadano, redoblando a la vez sus fuerzas productoras.
Los cientos de miles de hombres que cada año vienen al país, atraídos por la dulzura de nuestro clima y por nuestro progreso ya realizado, no sólo necesitan tierras feraces para dar empleo a sus robustos brazos; necesitan también escuelas para educar sus hijos y prepararlos a la vida civilizada.
Por mi parte he hecho cuanto ha sido posible para ver multiplicadas las escuelas, y no estaré satisfecho de mis afanes hasta que no quede un solo rincón en la República, que no esté alumbrado por la luz que proyecte una escuela, por modesta que sea.
INSTRUCCION SUPERIOR
Las dos universidades nacionales siguen su camino de progreso, aumentando la enseñanza que se da a los jóvenes que las frecuentan, y enriqueciendo sus bibliotecas, sus gabinetes y laboratorios, habiéndome sido agradable prestarles todo el concurso que de mí ha dependido.
Sin embargo, creo que es conveniente que las universidades armonicen sus planes de estudios y que tomen como punto de partida, los que se hacen en los colegios de la Nación.
Ambas universidades son autónomas; pero sin más enlace entre sí que sus estatutos, que son uniformes.
De esto resulta que las diversas enseñanzas que suministran no guardan completa conformidad, lo que, aparte de otros inconvenientes, trae el que experimenta un alumno que ha comenzado sus estudios en la una y quiere terminarlos en la otra.
El progreso y la cultura del país reclaman ya la creación de la Facultad de Filosofía y Letras.
INSTRUCCION SECUNDARIA Y NORMAL
Las reformas hechas en los planes de estudios de los colegios nacionales y de las escuelas normales dan excelentes resultados.
No creo que convenga, por ahora, crear más escuelas normales, siendo preferible dotar a las existentes de edificios adecuados, pues así la enseñanza será más provechosa y podrá darse a mayor número de alumnos.
Las escuelas normales gozan de tal crédito en la República, que los edificios en que funcionan no pueden dar cabida a los aspirantes que acuden a ellas en demanda de la instrucción que suministran. Su crecimiento es incesante, sus resultados son, bajo todos aspectos, altamente satisfactorios, y el país puede legítimamente felicitarse de contar con estos establecimientos que devuelven con usura en beneficios las erogaciones que su sostenimiento demanda.
Tiene actualmente la República treinta y cuatro escuelas normales, distribuidas en la siguiente forma: dos en la capital, cinco en la provincia de Buenos Aires, tres en Córdoba y dos en cada una de las demás provincias.
El año de 1888 tuvieron estas escuelas setecientos cincuenta y ocho profesores y once mil trescientos setenta y cinco alumnos. El año presente, el número de sus profesores asciende a novecientos veintisiete y el de sus alumnos ha aumentado en cerca de una tercera parte.
Impera en todas ellas disciplina Y orden perfecto, y en análoga relación a su crecimiento en concurrencia, mejoran sus cuerpos docentes, como consecuencia natural del número, cada día mayor, de maestros idóneos que ellas mismas suministran para atender a las exigencias de su propio perfeccionamiento y para que se difundan en seguida por toda la República, tomando su puesto de labor al frente de las escuelas comunes que existen y surgen constantemente en el vasto territorio de la Nación.
INSTRUCCION PRIMARIA
El desenvolvimiento que se ha dado a la instrucción primaria satisface los deseos del patriotismo y hace esperar fundadamente que bien pronto no habrá niños desheredados de la instrucción que da la escuela.
Me complazco en reconocer que en gran parte este progreso se debe al Consejo Nacional de Educación, cuya dedicación al cumplimiento de su altísima misión es verdaderamente ejemplar.
Los gobiernos de provincia con celo patriótico se dedican a difundir la instrucción primaria y hoy cuentan el progreso que realizan por las escuelas que fundan.
En la Capital de la República han funcionado en 1888, 133 escuelas públicas, lo que da un aumento de 17 escuelas sobre las que funcionaron en 1887.
Ha habido en el mismo año mencionado un aumento de 79 maestros y de 2983 alumnos.
El Consejo Nacional de Educación pasee sesenta y tres edificios propios y seis terrenos, en los que pronto se construirán otros tantos edificios más consagrados igualmente a las escuelas. Cincuenta y cinco de esos edificios fueron avaluados en Julio de 1888 en la suma de 9.506.948 pesos. No es aventurado suponer que los sesenta y tres que ahora tiene, más los seis terrenos, valgan once millones de pesos, suma casi igual a la que ha recibido hasta el presente para costear todos los gastos de la instrucción que le está encomendada.
Este fenómeno se explica por la honrosa economía con que esos fondos han sido manejados y por el prodigioso aumento en el valor de la propiedad raíz.
Las provincias poseen trescientos sesenta y nueve edificios propios, destinados a las escuelas comunes, distribuyéndose esta suma en la siguiente forma: Buenos Aires, pasee 200, Corrientes 12, Córdoba 17, Catamarca 10, Entre Ríos 15, Jujuy 9, Rioja 13, Mendoza 17, Salta 8, San Luis 9, Santa Fe 18, San Juan 5, Santiago 14 y Tucumán 22. En los territorios nacionales existen construidos ya seis grandes edificios de propiedad pública y ocupados por escuelas mixtas.
Resulta, pues, que hay en la República cuatrocientos treinta y ocho edificios de propiedad pública consagrados a la educación común, debiendo agregarse a esta cifra los siguientes, próximos a terminarse: 20 en Santiago del Estero; 8 en Córdoba, siendo dos de ellos verdaderamente suntuosos, 18 en Mendoza y 16 en la Provincia de Buenos Aires.
Debo también hacer notar al ocuparme de este punto, que varias provincias han destinado fondos especiales a la edificación escolar, figurando entre ellas Tucumán con 300.000 pesos, Salta con 150.000 y Santa Fe con 1.000.000.
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Durante el año 1888 han funcionado en la capital de la República 133 escuelas primarias, siendo de éstas, graduadas 28, elementales 61, infantiles 28 y de adultos 16. Las mismas se dividen en 40 de varones, 48 de niñas y 45 de ambos sexos.
Han sido dirigidas por 825 maestros, de los que son varones 209 y mujeres 616.
Y han sido concurridas por 30.698 niños: varones 15.493 y mujeres 15.205.
En las provincias y territorios nacionales y colonias han funcionado durante el mismo año 2.263 escuelas primarias públicas, con 4.744 maestros y 175.239 alumnos, dividiéndose estos totales en la siguiente forma:

A estas cifras, que corresponden únicamente a la instrucción primaria costeada por el erario público, ya de la Nación o de las provincias falta agregar las escuelas primarias particulares, que han sido en el año de que me ocupo: en la capital, 138, con 669 maestros y 14.948 alumnos, y en las provincias y gobernaciones de territorios y colonias, 693 escuelas, con 1.094 maestros y 33.723 alumnos.
Resumiendo estas cifras generales, resulta que durante el año 1888 han funcionado en la República, 3.227 escuelas primarias, dirigidas por 7.332 maestros y concurridas por 254.608 niños.
Lo que, comparado con los resultados de 1887, revela un aumento en 1888 de 199 escuelas, 1.091 maestros y 27.158 alumnos.
En presencia de este cuadro, que halaga justamente los anhelos del patriotismo, puedo afirmar con satisfacción la creencia ya expresada en mi anterior mensaje, de que, consagrando a obra tan fecunda todos los elementos de que el país dispone, hemos de alcanzar, en no lejano día, la realización del noble ideal que perseguirnos, obteniendo que en todo el vasto territorio de la República no quede privado de la educación primaria un solo niño que tenga la edad escolar.
GUERRA
El ejército de la República, fiel a su tradición de glorias, de lealtad y de honor, continúa siendo agente constante de civilización y sostén invulnerable de nuestros principios institucionales.
En la época feliz que atravesarnos, era de libertad y de trabajo, el ejército argentino sigue una marcha armónica con el progreso y el crecimiento de la Nación; y en la misma proporción que se desenvuelven las industrias y el comercio, que mejoran las finanzas y progresan la legislación y la instrucción pública, el ejército se perfecciona y se completa, ampliando constantemente su caudal intelectual en las aulas y en las academias y aumentando y corrigiendo sus elementos materiales.
Necesitamos tener, debemos tener, en todo tiempo, plenamente aseguradas nuestras fronteras exteriores y perfectamente garantido el orden en el interior; y para que esta doble función, de vital importancia, sea debidamente cumplida por el ejército, no he descuidado, ni descuidaré en caso alguno la adopción de las medidas necesarias.
De acuerdo con estos propósitos, se han realizado durante el año de que vengo ocupándome, diversas mejoras en todo lo que a la administración del ejército se refiere, pudiendo mencionar, entre otras, la próxima terminación de los cuarteles mandados construir en esta capital, la conclusión y habilitación del vasto y magnífico Hospital Militar de esta misma ciudad, el ensanche dado a la fábrica nacional de pólvora en Río IV, que ya presta servicios de positiva importancia, y sobre todo, las correcciones introducidas, después de prolijo estudio, en los planes de enseñanza y cuerpos docentes de los colegios militares.
Esos establecimientos son los encargados de formar los cuadros de nuestros oficiales y atenderlos constantemente, cuidando de que en su organismo general y en su régimen se observen todos los preceptos y todas las indicaciones de la ciencia y de la experiencia propia y de otros pueblos.
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La necesidad de mantener tropas en el territorio del Chaco, impone la de levantar edificios adecuados para su alojamiento en las posiciones avanzadas que ocupan; edificios que, a la vez, promoverán la población de aquel territorio, sirviendo de base para nuevas operaciones de avance.
A estos propósitos respondía el crédito solicitado en vuestras sesiones anteriores, y a realizarlos se consagrará empeñosamente el Departamento de la Guerra una vez que disponga de la autorización indispensable para procurarse los elementos necesarios. Actualmente se prosigue el trabajo de apertura de un gran camino de comunicación entre el extremo de la provincia de Salta y el puerto de Resistencia sobre el río Paraná, y próximamente se iniciarán los que han sido ya proyectados para utilizar el Bermejo como vía de comunicación, empleando con tal objeto, vapores de especiales condiciones, que en estos momentos se construyen en Inglaterra.
MARINA
Han sido adoptadas y seguirá adoptándose constantemente todas las medidas necesarias y posibles dentro de los elementos de que disponemos, para colocar a la marina nacional a la altura de las exigencias del país y para mantenerla en condiciones de responder pronta y eficazmente a los fines de su alta misión.
Viajes de estudios, exploraciones científicas en nuestras costas y ríos interiores y diversos trabajos hidrográficos han sido realizados y se continuarán realizando, con el propósito de asegurar el doble beneficio de la enseñanza que de ello recogen oficiales y tropa y de los útiles y abundantes conocimientos que suministran, relacionados con los intereses generales de la Nación.
Debo hacer aquí mención especial del viaje de instrucción que la corbeta “La Argentina” acaba de realizar a las costas del Pacífico, llevando a Su bordo los alumnos que han terminado recientemente sus estudios en la Escuela Naval: viaje que ha dado motivo a gratas y muy honrosas demostraciones de simpatía hacia nuestra marina en todos los puertos de Chile y del Perú que aquel buque visitó, confirmándose así una vez más las fraternales relaciones que existen entre esta y aquellas repúblicas
También el acorazado “Almirante Brown” ha sido enviado a Europa en viaje de instrucción y se aprovechará su permanencia allí para someterlo a algunas reparaciones que necesita.
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Pronto debe quedar terminado el edificio que se construye en el puerto del Diamante para la Escuela Naval y espero que el éxito de este importante establecimiento, al que consagra el Gobierno preferente atención, corresponderá a los propósitos que se tuvo en vista al ordenar su traslación de esta capital a aquel punto.
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Por ley de Octubre de 1882 se autorizó la construcción de un canal interfluvial que uniese el Paraná de las Palmas con el de Luján, con lo que se conseguirá, además de acortar distancias, suprimir inconvenientes de cierta importancia en la navegación de esos ríos. Posteriormente y con el propósito de completar esta obra, se ha iniciado la construcción de otro canal, que pondrá en comunicación al Luján con la rada interior de nuestro gran río, frente a esta capital, quedando así expedita una vía cómoda, fácil y tan breve como era posible. La ejecución de estos importantes trabajos ha sido encomendada al acreditado ingeniero que practicó los estudios previos y levantó los planos correspondientes. La reconocida competencia de este caballero a la vez que el empeño que el Gobierno pone en la obra, autorizan a creer que ella quedará pronta y satisfactoriamente realizada.
SEÑORES SENADORES Y DIPUTADOS:
A pesar de haberos reflejado en este informe y con entera exactitud, la situación general de la República, nada os he hablado de la política interna argentina.
Habría faltado a la lealtad que os debo y a la verdad que es la norma de todos mis actos, si, dentro de la actualidad, hubiese trazada un cuadro de política nacional que no fuese el que se observa en todos los Estados que forman la Nación, progresando a la sombra del orden, del trabajo y de la libertad, sin partidos políticos que amenacen la paz de que todos disfrutan.
No he podido, pues, hablaros de las agitaciones de otros tiempos, en que bandos electorales o grupos armados se disputaban el gobierno en los comicios o en los campos de batalla, demostrando que la estabilidad nacional no estaba aún asegurada y consagrando como verdad histórica la tradición que nos hacía aparecer ante el mundo como una demagogia, en que, el mando supremo de la República, era más que una evolución constitucional periódica, el premio pactado de antemano con la victoria.
En nuestra actualidad conservadora, los viejos partidos sin ideas ni bandera, han tenido que disolverse desalojados de su antiguo campo de acción por la necesidad de paz estable y de gobierno administrativo que impone al pueblo el prodigioso engrandecimiento de la patria. De ahí la falta de una situación política de lucha, porque no existiendo partidos que se disputen el poder, la situación nacional de la República y la de cada una de sus provincias aisladamente, responde a las mismas ideas, a los mismos propósitos del único partido organizado que hoy existe y que ha llevado a sus hombres a ejercer el gobierno en todas las administraciones.
Sé bien que los grandes pensadores opinan, con razón, que la existencia de los partidos políticos organizados es de útil provecho en las democracias, pero sé también, que para que esos partidos existan, es indispensable que tengan como origen principios fundamentales que dividan la opinión, sobre formas de gobierno o instituciones trascendentales, que, en los países ya organizados, los partidos aspiren realizar, llegando así al poder por los caminos trazados en la Constitución.
Los partidos así formados, no luchan para satisfacer ambiciones personales de sus caudillos, ni voluptuosidades colectivas de sus multitudes: su anhelo patriótico es hacer prácticos los principios que consagran su credo tradicional.
Son esos partidos los elementos con que la opinión gobierna dentro de la Constitución, y su influencia se siente siempre en las decisiones del poder porque ellos acompañan o combaten a los gobernantes haciendo obra de patriotismo, tanto cuando prestan su concurso, como cuando critican controlando el proceder de los mandatarios.
En esos partidos, un hombre llevado al poder no es una personalidad aislada, es la encarnación transitoria del programa político de una colectividad que lo elige para que realice sus grandes aspiraciones. Desaparecerá ese hombre, pero el partido a quien él representaba quedará siempre de pie, porque los individuos no pertenecen a un partido en razón de sus ideas personales, sino que, están dentro de ese partido, precisamente porque sus ideas son las mismas que forman el programa de aquél.
Estos son, en fin, los partidos políticos cuya existencia aplauden y reclaman los pensadores, partidos que operan y evolucionan dentro de la ley, de la Constitución y que no cifran su éxito, ni en la audacia de una minoría turbulenta, ni en el triunfo de una revolución armada.
Entre nosotros a diferencia de casi todos los países organizados, no existen partidos ni oposiciones, con propósitos políticos definidos, que sostengan principios en debate o que aspiren el imperio de nuevas instituciones no establecidas en la Constitución del Estado.
Nuestra historia es breve al respecto. La organización de nuestros partidos es siempre transitoria y su generación sólo obedece a accidentes de actualidad, o a prestigios personales, que los acontecimientos o lo imprevisto levantan.
El único incentivo que los mantiene en actividad, es la lucha electoral: pasada ésta la indiferencia se apodera de los más y la oposición, erigida en sistema, sólo forma el medio de vida de los menos.
Nuestros viejos partidos jamás permanecieron dentro de la Constitución; una vez fuera del poder, lejos de mejorar lo existente, su propaganda fue siempre de destrucción, atacando con igual vehemencia lo mejor y lo peor, labrando así su propio desprestigio, porque ellos nunca tuvieron tendencias precisas que les señalasen rumbos fijos en el gobierno y fuera de él.
Cuando no alcanzaban el poder por medio de la elección, lo buscaban por medio de la revuelta, viciando así desde su origen ese poder que no les dio la voluntad popular, pero que obtuvieron acaso por las violencias de la fuerza; y advierto que no me refiero exclusivamente a lo que pasa en nuestros días, sino a lo que siempre ha acontecido en la República.
No hay época de nuestra historia en que un partido vencido, no se haya creído en el deber de organizar la oposición sistemática; la oposición que no reconoce nada como bueno, si parte del gobierno que ejercen sus adversarios; la oposición que cree que tiene forzosamente que encontrar malo, sino detestable; todo acto que no emane de sus amigos.
La oposición así organizada, nunca puede tener influencia en bien de la patria, porque fundada en la injusticia, en la intransigencia que todo lo avasalla, ella no será oída ni por los mandatarios ni por el pueblo que la observa.
Por malo que sea un gobernante, por perversos que fuesen sus propósitos, por más nulas que se reconociesen sus facultades, alguna vez siquiera, siguiendo ajenas indicaciones, o las de sus consejeros constitucionales, habría de hacer algo que mereciese el aplauso general, lo que entre nosotros es absolutamente desconocido. La oposición será siempre implacable aun contra las virtudes privadas, si lo creyese necesario, de los que ejercen accidentalmente el poder en contra de sus afecciones de círculo.
Criticar lo malo, aceptar, ya que no aplaudir lo bueno, es hacerse oír. Oposiciones que sólo buscan demoler, sin más criterio que el que inspiran los odios políticos contra los que hicieron el trabajo; oposiciones cuya consigna perpetua y permanente es ensañarse contra todas las medidas de los poderes públicos; que maldicen de cada uno de ellos; que combaten indistintamente todo pensamiento o acción que se inicie en el partido político dominante y que en cambio de tanta crítica Y de tanta demolición, nada proponen, nada proyectan, nada indican superior a lo mismo que atacan, esas no son oposiciones que nacen y vienen de la opinión, sino inhábiles manejos de grupos más o menos reducidos, ligados por intereses del momento, que aspiran sin resultado y se impacientan de su propia esterilidad.
Es menester, pues, no confundir los partidos políticos elevados, con propósitos siempre patrióticos y los bandos que sólo buscan satisfacer lascivias de mando; aquéllos son elementos del gobierno representativo, en que hasta las minorías deben tener su parte de poder; éstos son sólo aspirantes a puestos públicos.
En la actualidad argentina no existe otro partido que aquel al que pertenecen las mayorías parlamentarias y todos los gobiernos de la Nación y sus Estados. La política de ese partido encerrada dentro de los límites de la Constitución, se reduce a afianzar la paz, a garantir la libertad, a fomentar el progreso, a hacer recta justicia y a administrar honradamente los intereses que le están confiados.
Si alguna vez surgen pequeñas disidencias domésticas, en que jamás se comprometen los principios, la solución se halla inmediatamente dentro del seno mismo del partido y sin que ellos afecten en lo mínimo la política general de la República.
No tengo, pues, para que hablaros de política interna y os pido que al haceros esta declaración, creáis que es sincero el pesar con que lamento que en la República no figuren partidos fuertemente organizados, que luchen y se agiten por principios o ideales políticos de la Constitución; a no ser que el bienestar que la actualidad produce, haya convencido a la gran mayoría de los argentinos de que no existen por el momento necesidades premiosas que les obliguen a organizarse.
SEÑORES SENADORES Y DIPUTADOS:
Que Dios os ilumine en las tareas que vais a iniciar. Declaro inaugurado el período legislativo de 1889.-
MIGUEL JUAREZ CELMAN

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