DISCURSO TELEVISADO DEL EMPERADOR DE JAPON TRAS EL DEVASTADOR TERREMOTO Y POSTERIOR TSUNAMI SUFRIDO
Akihito [1]
[16 de Marzo de 2011]
La región de Tohoku y el Pacífico [2] ha sido azotada por un terremoto nunca antes vivido de magnitud 9.0. Siento una enorme tristeza en mi corazón por las consecuencias cuando veo la miserable condición en que quedo el área afectada. No sabemos todavía el número de víctimas, pero rezo para que se salve el mayor número posible.
Estoy también profundamente preocupado por la crisis nuclear porque es impredecible. Con la ayuda de expertos espero que las cosas no empeoren.
Actualmente toda la nación está haciendo sus mejores esfuerzos para rescatar a todos quienes están sufriendo. Sin embargo, bajo el severo frío los evacuados están pasando por momentos muy duros, ya que no tienen comida, agua ni energía. Realmente espero que al hacer el mayor esfuerzo posible para rescatar a las víctimas rápidamente podemos mejorar sus vidas tanto como sea posible. Y, con suerte, con estos esfuerzos seremos capaces de alentar a las víctimas y ofrecerles la esperanza, mientras tratan de recuperarse.
Más que nada, estoy profundamente impresionado por la valentía de las personas que han sobrevivido a la catástrofe, del aliento a sí mismos como víctimas, tratando de vivir para el mañana. Tenemos personas que trabajan para nuestro país y los organismos autónomos locales, tales como grupos de autodefensa, policía, bomberos, Guardia Costera, personas que pertenecen a diferentes organizaciones de ayuda en Japón y equipos de rescate procedentes de otros países. Estas personas han estado trabajando día y noche para llevar adelante la operación de rescate a pesar del hecho de que están bajo la peligrosa situación de réplicas. Estoy profundamente agradecido por los esfuerzos de socorro, y me gustaría mostrar mi agradecimiento por sus esfuerzos.
Estoy recibiendo telegramas de condolencia de jefes de Estado de todo el mundo, uno tras otro, cuyas palabras indican que los corazones de sus naciones y las emociones profundas están con las víctimas de este desastre. Voy a transmitir este mensaje a las personas en las zonas afectadas.
He sido informado de que hay mucha gente en el extranjero discutiendo cómo han mantenido la calma los japoneses, ayudándose unos a otros, y demostrando una conducta disciplinada, a pesar de que están en profundo dolor. Espero desde el fondo de mi corazón que las personas, juntas, se traten las unas a las otras con compasión y superen estos tiempos difíciles.
Creo que es importante que todos compartamos en buena medida, y de tantas formas como sea posible, la carga de sufrimiento de estos próximos días. Rezo por las víctimas para que no renuncien a sus esperanzas; cuiden de sí mismos, y sobrevivan para el mañana. También, rezo sinceramente por cada persona en Japón para seguir pensando en las zonas afectadas, teniendo el corazón con las víctimas y cuidando por el proceso de recuperación en las diversas regiones.
AKIHITO TSUGU-NO-MIYA
Emperador de Japón
Traducción libre: © www.constitucionweb.com
[1] Por primera vez en sus 22 años de reinado, el emperador de Japón, Akihito, ofreció un discurso televisado a su nación afligida por el terremoto. Esta aparición se ha considerado por ello como extraordinaria o sin precedentes.
[2] Norte de Japón.
[VERSIÓN EN INGLES]
The 9.0 earthquake that struck the Tohoku-Pacific region was an extraordinarily large earthquake. I have been deeply hurt by the miserable situation in the affected areas. The number of deaths from earthquakes and tsunamis has increased day by day, and we do not know yet how many victims we will eventually have. I pray for the survival of as many people as possible.
I am also deeply concerned about the situation at the nuclear power plant, as no one can predict what will happen next. It is my deepest hope that, by the effort of all those people concerned, the current situation can be prevented from becoming any worse.
Currently, a nationwide rescue operation is taking place. However, under the severely cold weather, many evacuees have been placed in an unavoidable situation where they are subject to extreme suffering, due to the lack of food, drinking water, fuel, and so on. I truly hope that by making the greatest effort possible to rescue the victims promptly we can improve their lives as much as possible. And, hopefully, these efforts we will be able to encourage the victims and offer them hope, as they try to recover.
More than anything, I am deeply impressed by the courageousness of people who have survived the disaster, encouraging themselves as victims, and trying to live for tomorrow. We have people working for our nation and local self-governing bodies, such as self-defense forces, police, fire fighters, and the Japan Coast Guard, rescuers from other countries, and people who belong to various relief organizations in Japan. These people have been working day and night to move the rescue operation forward despite the fact that they are under the dangerous situation of aftershocks. I am deeply grateful for these relief efforts, and I would like to show my appreciation for their efforts.
I have received telegrams of sympathy from heads of state around the world, one after another, whose words indicate that their nations’ hearts and deep emotions are with the victims of this disaster. I will convey this message to people in the affected areas.
I have been informed that there are many people abroad discussing how calm the Japanese have remained -- helping one another, and showing disciplined conduct, even though they are in deep grief. I hope from the bottom of my heart that we can continue working together, helping and being considerate of one another to overcome this unfortunate period.
I believe it is important that we all share to the fullest extent, and in as many ways as possible, the burden of these forthcoming days of suffering. I pray for the victims to never give up their hopes, to take care of themselves, and to live through tomorrow onwards. Also, I sincerely pray for every single person in Japan to continue thinking of the affected areas, having one’s heart with the victims, and watching over the recovery process in various regions.
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