MENSAJE
DEL
PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
DE CHILE
Ricardo Froilán Lagos Escobar
ANTE EL CONGRESO PLENO
EL 21 DE MAYO DE 2005
Señor presidente del Senado.
Señor presidente de la Corte Suprema.
Señor presidente de la Cámara de Diputados.
Honorables señores senadores y señoras senadoras.
Honorables señores diputados y señoras diputadas.
No puedo entrar a leer este mensaje sin antes, al igual
que todos ustedes, hacer un llamado y recordar a los que están y los que no
están.
Nuestras almas y nuestros corazones están hoy en Antuco.
Creo que la tragedia que nos ha ocurrido tiene que servirnos, como en otros
momentos y en otras tragedias de nuestra historia, en que nos sobreponemos a
ellas, pero somos capaces de tomar un camino y una conducta en que de esa tragedia
nacen enseñanzas para construir un Chile mejor. Estoy cierto que así ocurrirá
con este dolor que hoy nos embarga.
Chile entró al siglo XXI con una fuerza nueva, con un
nuevo rostro.
Entramos con una sociedad de convicciones y conductas
democráticas, republicanas, libertarias y pluralistas.
Entramos con una adhesión irrestricta a los derechos
humanos. A los de hoy, a los de mañana, a los de ayer.
Entramos con el despliegue más grande de libertades
personales que Chile haya tenido en su historia: libertad para pensar, para
opinar, para crear, para decidir nuestro destino. Chile tiene una mirada más
amplia, es capaz de ver más cosas y de ver más lejos.
Entramos al mundo por la puerta ancha. Chile es un país
de fronteras abiertas, que se relaciona económica, política y culturalmente con
todos. Chile es admirado y respetado en todos los rincones de la tierra.
Entramos al siglo XXI con una economía que crece, y crece
sólidamente.
Entramos al siglo XXI ganándole la batalla a la pobreza y
con evidencias irrefutables de mejoría en justicia social, en la distribución
de las oportunidades en educación, en salud, en el mundo del trabajo, en el
acceso a bienes y servicios.
Entramos con un desarrollo espectacular de nuestra
infraestructura, con nuevas carreteras, puertos, aeropuertos,
telecomunicaciones, que nos ponen a la par del mundo desarrollado.
Pero, por sobre todas las cosas, entramos al siglo XXI
con un pueblo más sabio, un pueblo más maduro, un pueblo que aprendió a creer
en sí mismo. Un pueblo que ve con orgullo lo que entre todos hemos sido capaces
de construir. Un pueblo que quiere seguir construyendo un destino más amplio y
mejor para todos los chilenos y chilenas.
Somos hoy, los quince millones de chilenos y chilenas,
protagonistas de un cambio de época.
Entramos al siglo XXI a construir un nuevo progreso para
Chile.
En este cambio de siglo, chilenos y chilenas convirtieron
sus sueños y esperanzas en un camino de progreso sólido que avanza paso a paso,
sin demagogia, sin falsa retórica, sin populismo, pero con eficacia en las
metas que nos proponemos cumplir.
Chile, en este siglo XXI, ya no es ni será un caso de
desarrollo frustrado, como lo señalara Aníbal Pinto, refiriéndose al paso del
siglo XIX al XX. Chile está siendo, y será, un caso de desarrollo logrado,
exitoso, donde los frutos de este crecimiento y desarrollo llegan a todos los
rincones y a todos sus hijos.
RETOMAMOS EL CRECIMIENTO
Sí, hemos retomado la senda del crecimiento. Con fuerza y
con solidez.
Porque lo hicimos bien en los años difíciles es que hoy
día podemos sostener que el crecimiento de nuestra economía es alto, sólido y
sustentable. El 2004 crecimos en 6,1 por ciento, en este año 2005 nuestra
economía crecerá en torno al seis o un poco más por ciento. Hoy, el producto
interno de Chile es 21,4 por ciento más grande que el que teníamos en el año
1999.
Crece la industria, el comercio, los servicios, la
agricultura, la minería. El valor de nuestras exportaciones agropecuarias
creció a una tasa promedio de once por ciento en los últimos cinco años.
Codelco ha duplicado su patrimonio y ha generado tres mil 300 millones de
dólares de excedentes en el último año. Las inversiones en la minería se
multiplican, al mismo tiempo que el proyecto de contar con un Royalty para la
minería en Chile lo hemos hecho realidad, y le agradezco a este Congreso su
aprobación.
Para que Chile pueda en el futuro seguir creciendo con
fuerza requerimos de una fuerte inversión en innovación, en ciencia y
tecnología.
Si bien el esfuerzo en investigación y desarrollo se ha
cuadriplicado en esta última década, éste sigue estando por debajo de los
países más avanzados y de los países más innovadores del mundo. A fines de mi
mandato estaremos invirtiendo entre el uno y el 1,2 por ciento del producto en
investigación y desarrollo. En los países desarrollados se destina, en
promedio, el 2,1 por ciento y en los más innovadores más de un tres por ciento.
En Chile la empresa privada financia sólo el 28 por
ciento de la inversión en investigación y desarrollo; en los países
desarrollados financia el 68 por ciento.
Chile, entonces, puede y debe proponerse, hacia el año
2010, llegar a lo menos a un 1,5 por ciento del producto destinado a
investigación y desarrollo, y que la mitad de esa inversión sea aportada por el
sector privado. La reciente aprobación de la Ley del Royalty constituye un paso decisivo para
la creación del Fondo para la
Innovación. Es el legado que dejamos para el futuro de los
chilenos y chilenas.
Dejaremos plantada una semilla fecunda. Se irá avanzando
sobre la base de lo que ya hemos consolidado, del mismo modo que sólo un atleta
que ha superado sus marcas puede plantearse metas más ambiciosas.
En el año 2004 Chile alcanzó el riesgo país más bajo de
su historia y tiene, por cierto, el riesgo país más bajo de todos nuestros
hermanos de América Latina.
La decisión de trabajar con un superávit estructural del
uno por ciento no fue comprendida ni captada en toda su magnitud por muchos en
su momento. Hoy los resultados están a la vista, en la confianza internacional,
en los resultados económicos y, particularmente, en el desarrollo social. Por
ello es que en los años en que nuestros ingresos eran escasos pudimos mantener
el alto nivel de gasto social. ¡Qué diferencia con el pasado, cuando en las
crisis de antaño era el gasto social lo primero que se disminuía! Aquí lo
mantuvimos, no obstante las crisis.
Chile es hoy la economía más competitiva de América
Latina, el país que tiene menos corrupción, el país que tiene el servicio
público más eficiente, el país que lidera los indicadores de desarrollo humano
en América Latina.
Tenemos, entonces, todo el derecho a mirar con optimismo
nuestro futuro y no hacer caso a quienes predican un trasnochado pesimismo.
El esfuerzo por asociarnos a las principales economías
del mundo está dando sus frutos. Entre el año 2000 y el año 2004 las
exportaciones chilenas han crecido un 76 por ciento.
La inversión ha crecido más de 12 por ciento en el último
año y está hoy día a un nivel de 25 por ciento respecto del producto, y el
consumo ha aumentado un 5,6 por ciento.
Estas son cifras que revelan empuje, emprendimiento,
confianza. Esta es la base del optimismo con el cual la gente de Chile quiere
seguir construyendo su futuro.
Porque ha mejorado la economía, y mucho.
Y ello nos importa, porque va de la mano con el
mejoramiento del empleo. Entre fines de 1999 y fines de 2004, se han creado 450
mil empleos. Más de 190 mil nuevos empleos se crearon en el año 2004, y más de
200 mil se crearán dentro de este año. Más importante aún, este crecimiento del
empleo no es sólo en cantidad, sino también en calidad. Hay más y mejores
empleos para las chilenas y chilenos.
Hemos avanzado mucho, pero debemos avanzar todavía mucho
más. La economía debe generar más empleo y puestos de trabajo. Y, para este
invierno, crearemos 125 mil nuevos empleos complementarios con apoyo fiscal, a
través de los mecanismos que ya demostraron ser los más exitosos en los años
anteriores.
Sí, tenemos recursos, y crearemos 125 mil nuevos empleos
con apoyo fiscal. ¡Ése es mi compromiso!
Modernizamos la infraestructura
Este aumento de la competitividad de Chile se expresa en
una modernización sin precedentes de su infraestructura y su conectividad.
Las obras de infraestructura realizadas las conocemos
todos, las vemos todos, las vivimos todos.
A fines del año 2005 estarán concluidas las ampliaciones
del Metro y la red de autopistas urbanas: Autopista Central, Costanera Norte,
Américo Vespucio Norte y Sur y acceso nororiente a Santiago, completando 207
nuevos kilómetros de una moderna red vial para la capital de Chile, financiada
por los usuarios de esas mismas vías, sin cargo al Fisco.
Es una realidad hoy el tren Santiago-Temuco, y a fines de
este año habrá un tren regional a Puerto Montt. Y antes de finalizar mi
mandato, el ramal a Valdivia quedará enunciado.
En diciembre de este año, estarán terminadas las obras
del Metro Regional, aquí en Valparaíso.
Está construido el nuevo aeropuerto de Copiapó y está en
marcha la remodelación y modernización del aeropuerto de Arica. A esto sumamos
las ampliaciones ya realizadas de los aeropuertos de Antofagasta, Concepción y
Punta Arenas. Serán cinco nuevos terminales aéreos de alta calidad.
Estará concluida la segunda pista del aeropuerto Arturo
Merino Benítez, que pasará de su actual capacidad de movilizar anualmente seis
millones de pasajeros, a diez millones de pasajeros por año.
Habremos completado la modernización de la Ruta 5 con mil 500 kilómetros de
doble calzada con estándar de autopista de La Serena a Puerto Montt, el acceso sur al puerto de
Valparaíso y el nuevo acceso al puerto de San Antonio.
Habremos convertido cinco mil kilómetros de caminos
rurales, a través de asfalto, y dejarán atrás el polvo del verano y el barro
del invierno.
Habremos terminado dos mil 500 de los tres mil 400 kilómetros de la Ruta Costera , que
estará totalmente finalizada en 2010. Se habrán concluido 590 kilómetros de la Ruta Interlagos ,
la red interportuaria Talcahuano-Penco y el proyecto BíoVías, en Concepción,
será una realidad.
Quisiera destacar especialmente la conectividad entre las
capitales provinciales y comunales. El 83 por ciento de estas obras viales está
concluido.
Todo este enorme esfuerzo modernizador es sinónimo de
progreso. Por todo Chile están plasmados y se ven quince años de modernización
acelerada de una infraestructura sin la cual no es posible siquiera imaginar la
construcción de nuestro futuro sobre bases sólidas.
Es cierto: cuando se emprenden muchas grandes obras de
infraestructura es natural que aparezcan problemas. A ratos siento demasiada
mezquindad en quienes ven sólo los defectos puntuales de esta tremenda obra.
En mi primer Mensaje Presidencial señalé que era
indispensable dar un gran salto en materia de conectividad, particularmente en
el ámbito de Internet, para superar la brecha digital. Los esfuerzos dieron sus
frutos: estamos a la cabeza en Internet en toda la región. Nuestros servicios
financieros son rápidos, seguros y confiables. Nuestra infraestructura en
telecomunicaciones funciona con estándares de países desarrollados.
Los pasos que daremos con la reforma del Mercado de
Capitales II acentuarán nuestra capacidad como país sede de negocios para toda
América Latina.
Y respecto de las pequeñas y medianas empresas, la
ampliación del proyecto norma chilena para certificar estándares internacionales
en la gestión de las Pymes dará un nuevo impulso a los emprendimientos
exportadores de este sector. Sólo un marco económico estable y un mercado de
capitales sólido van a hacer viables los emprendimientos de las Pymes. Hoy
tenemos esos pilares. Aumentamos, en este último año, las plataformas de
negocios y el financiamiento para estos emprendimientos. El Banco Estado
licitó, en el último año, más de 220 mil millones de pesos para el fondo de
garantía para pequeños empresarios, el monto más alto registrado en toda su
historia. 220 mil millones para créditos de la pequeña empresa.
Chile Emprende, una iniciativa que busca coordinar las
actividades del Fosis, del Sence, de Sercotec e Indap, es hoy una realidad. Una
sola ventana y allí está el tremendo esfuerzo de los pequeños y de los micro
empresarios.
Y vamos a seguir creciendo. Lo haremos con transparencia,
con reglas del juego claras. Entre todos debemos dar sustentabilidad ambiental
a nuestro crecimiento. En días recientes recibimos una excelente evaluación de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos, OCDE, pero acontecimientos recientes a partir de ese
informe nos obligan a fortalecer la regulación ambiental en Chile y a reforzar
nuestra tarea de fiscalización. Y, por lo tanto, no descartamos poder concluir
con una Superintendencia que fiscalice y coordine a todos los distintos entes
estatales en el ámbito del medio ambiente.
Respecto de la energía
El año pasado señalé en este Congreso Nacional al país
las dificultades que se presentan en el campo de la generación de energía.
Dichas dificultades permanecen.
La generación de gas natural en Argentina no alcanza para
satisfacer el consumo interno de nuestro vecino país y para satisfacer al mismo
tiempo todas nuestras necesidades. Tenemos menos gas natural argentino del que
quisiéramos y del que necesitamos. Este es un dato que hay que tomar con
serenidad, con calma y sin arrebatos.
Por otra parte, el precio internacional del petróleo es
hoy más de dos veces más caro que hace sólo cuatro años. El petróleo es un
recurso cada vez más escaso en el mundo, no es renovable y todo indica que su
precio internacional va a permanecer en niveles altos.
La crisis de los petróleos y sus altos precios de hoy, a
diferencia de lo que ocurría hace 10 años atrás, cuando se invadió a Kuwait, es
una crisis derivada de una tremenda demanda. Y en consecuencia es una de las
razones para que esa tremenda demanda disminuya. Tenemos que prepararnos para
ello.
Y al respecto, he decidido tomar tres medidas.
En primer lugar, he decidido estabilizar el precio del
petróleo diesel, de tal manera que, ante una nueva escalada del precio
internacional, el precio interno no supere al que corresponde a un precio
internacional del crudo de 55 dólares. Esta estabilización la haremos
combinando los esfuerzos de la Empresa Nacional del Petróleo, cuya buena
administración permitirá que sus beneficios se traspasen a todos los chilenos,
a través de un esfuerzo para estabilizar el precio y, simultáneamente, la
contratación de un seguro internacional. De esta manera estaremos protegidos
hasta el próximo mes de marzo de alzas impredecibles que pueda tener el
petróleo a nivel internacional.
¿Por qué el 30 de marzo? Porque de esa manera el próximo
Gobierno que se elegirá en diciembre próximo tendrá un período de 90 días para
resolver la mantención de estas medidas u otras que estime convenientes en
beneficio de la población. Pero hoy le puedo decir a Chile que del punto de
vista del petróleo diesel que es fundamental para el transporte, para las
empresas, para la generación de electricidad, se mantendrá el precio con una
cota máxima de 55 dólares. Es mi decisión como Presidente de Chile.
En segundo lugar, enviaré a este Honorable Congreso
Nacional un proyecto de ley para apoyar a un millón 400 mil hogares de chilenos
y chilenas, los más modestos del país, con un subsidio destinado a compensar
completamente el alza de sus cuentas de electricidad como resultado del alto
precio del petróleo, con un tope máximo de 150 kilowatts de consumo. Este subsidio
será entregado por los próximos diez meses y beneficiará a seis millones de
chilenos.
En tercer lugar, lo que ya todos juntos hicimos hace unas
semanas atrás: hacer frente a las alzas de la movilización y los combustibles
del hogar, esfuerzo centrado en los más pobres, y se otorgaron dos bonos: uno
de diez y otro de seis mil pesos, que se harán efectivos en mayo y julio
próximos.
Esto es lo inmediato, pero estamos adoptando las
disposiciones necesarias para no tener problemas de abastecimiento energético a
partir del año 2007. Lo que anuncié el año pasado está ahora en marcha: tres
empresas ya han comprometido su acción para comprar gas natural licuado.
Próximamente se llamará a licitación internacional para ver cuáles son los
países que nos van a proveer de este gas licuado. Los contratos normalmente,
como ustedes saben, son contratos de 15 años. La planta regasificadora, en
consecuencia, será una realidad y Chile comenzará a tener una mayor autonomía
en el ámbito energético.
Sin embargo, la seguridad energética es la base del
funcionamiento de la vida cotidiana de las empresas y de las familias chilenas.
Ante la creciente escasez real del gas natural, la
creciente escasez del petróleo, nos queda el recurso agua, la energía
hidroeléctrica. Esto requiere de grandes inversiones, por lo cual agradezco a
este Congreso Nacional la reciente aprobación de la Ley Eléctrica.
Pero, también, la energía hidroeléctrica nos hace depender de factores
estrictamente climáticos: uno o dos años secos desestabilizan una matriz
energética basada sólo en el agua.
Por lo tanto, debo aquí señalar, responsablemente, que si
queremos energía segura y limpia para el futuro estamos obligados a pensar en
otras fuentes no convencionales de generación de energía, necesitamos repensar
los nuevos procesamientos tecnológicos del carbón que no contamina y también
necesitamos pensar en la energía nuclear. Sí, la energía nuclear.
Para ello, constituiré una Comisión del más alto nivel,
donde estén representados todos los sectores, con el propósito de estudiar
todas las posibilidades, ventajas y desventajas, costos y beneficios, riesgos y
certidumbres, que pueda significar el uso de nuevas formas de energía en Chile.
De esta manera el próximo Gobierno tendrá los elementos
de juicio para tomar las decisiones adecuadas para plantar las bases que nos
aseguren tener una autonomía energética en el futuro.
CAMINAMOS HACIA UNA MAYOR EQUIDAD
Lo hemos dicho y no nos cansaremos de repetirlo: el
crecimiento sólo tiene sentido si se transforma en mayor bienestar para todos
los chilenos.
Nuestra vocación política es nuestra vocación por la
igualdad. Nos acompaña desde siempre. Por ello nuestros desvelos por la Reforma Educacional ,
la Reforma en
la Salud , la Reforma Judicial ,
la Justicia Laboral ,
por mejorar empleos, por abrirnos al mundo.
Hay quienes han repetido durante años que el crecimiento
de la economía produce automáticamente la justicia social. ¡Cuánto se equivocan
en estar esperando todos el así denominado chorreo! El mercado distingue,
discrimina según cuanto dinero tiene cada uno para consumir. Producir equidad y
justicia social requiere de voluntad política, exige diseñar e implementar
políticas públicas realistas, que hagan que los frutos del crecimiento se
distribuyan entre todas las familias chilenas.
Esta es la esencia de nuestra acción de Gobierno.
Pobreza
La pobreza, mis amigos, es una espina que atraviesa el
alma de toda una sociedad.
Disminuir drásticamente la pobreza es un elemento central
para combatir la desigualdad. En quince años de democracia hemos bajado la
pobreza de un 38,5 a
un 18,8 por ciento. Y la indigencia, de 12,9 a 4,7 por ciento.
Creamos nuevos instrumentos para hacer frente a la
pobreza extrema. Por eso el Programa Chile Solidario, que anunciamos en este
Congreso Nacional hace tres años, sigue trabajando para hacer realidad nuestro
sueño de terminar para siempre con la miseria en Chile. De las 225 mil familias
que vivían en dicha condición, hoy 180 mil están incorporadas en el Programa
Chile Solidario, y en el curso de este año habremos llegado a todos estos
hogares para invitarlos a trabajar juntos con el propósito que toda familia
chilena pueda desenvolverse sobre una base mínima de dignidad.
Pero reconozcámoslo: Chile sufre de una crónica
desigualdad en la distribución de los ingresos provenientes del trabajo. La
diferencia de ingresos entre el 20 por ciento más rico y el 20 por ciento más
pobre es del orden de catorce veces. Esta distribución ha variado muy poco en
los últimos 14 años y muy poco en los últimos 30 años. Responde a causas muy
profundas que el país debe ir removiendo con voluntad, persistencia y entereza.
Los cambios son lentos. Para mejorar esta situación no existen los atajos ni
los caminos mágicos.
Por ello, la acción del Estado en capacitación, en
educación, en salud, en previsión, en Justicia Laboral es tan importante.
Gracias al esfuerzo de los gobiernos democráticos que me precedieron, del
Presidente Aylwin y Frei en todas estas materias, gracias a la forma en que
estos programas se han focalizado en los que más lo necesitan, esta desigualdad
de catorce veces entre los ingresos más altos y los ingresos más bajos, se
reduce a poco más de siete veces cuando tomamos en consideración todos estos
otros elementos del gasto en educación, en salud, en subsidios, etcétera.
Entre 1990 y el 2004, el salario mínimo creció en
términos reales en 70 por ciento. En 1990 la remuneración promedio de un
profesor de escuela, por 44 horas, era de 272 mil pesos mensuales; hoy es de
699 mil pesos, creció un 157 por ciento. Estos son pasos importantes para
disminuir la desigualdad.
Es cierto, hemos trabajado por una mayor justicia en las
relaciones laborales y hoy tenemos una Reforma Laboral, no como la hubiéremos
querido, pero fue lo más que logramos obtener del Parlamento chileno. Y tenemos
también y nos propusimos crear un Seguro de Desempleo y ahí está. Hoy, más de
tres millones de personas tienen Seguro de Desempleo.
Y por ello quisiera aquí solicitar a este Congreso
Nacional, que se apruebe en este año, antes de septiembre, el proyecto de ley
que establece el procedimiento del juicio oral en los juicios laborales, y que
lo pone en sintonía con lo que hemos hecho en la Reforma Procesal
Penal y con los Tribunales de Familia. Es distinto un trabajador o un
empresario yendo directamente donde un juez, hablándole al juez, planteándole
cuál es su problema, y que la resolución llegue pronto. Hoy día los juicios del
trabajo sabemos cuanto demoran. Justicia que tarda, en el fondo es justicia
denegada.
El año pasado aumentamos las pensiones mínimas y
asistenciales para aquellos compatriotas mayores de 70 años. Este año me
propongo enviar al Parlamento un proyecto de ley para resolver la situación de
jubilación de aquellos funcionarios públicos que, en 1980, se vieron afectados
por una legislación injusta. Muchos de estos trabajadores públicos fueron
conminados a cambiarse a un nuevo sistema previsional, el de los fondos de
pensiones. Recuerdo la imagen de una enfermera, que comenté en Linares, que me
dijo gano, año 1999, 90 mil pesos. Con el viejo sistema me iría con 80, con el
que tengo ahora, me jubilo con 35. Ese es el problema que tenemos que abordar.
Por ello, quiero hacer un anuncio importante. En base a
un acuerdo con los propios trabajadores, se otorgará un incentivo al retiro por
un monto de 50 mil pesos mensuales que se entregará de por vida para aquellos
funcionarios públicos de rentas medianas o bajas y que estén obteniendo una
jubilación muy inferior a los sueldos que actualmente reciben. ¡Esa es mi
decisión!
Nos parece que es un deber moral ineludible de toda
sociedad pensar y trabajar en función de quienes enfrentan las adversidades de
la vejez sin los recursos necesarios. Debemos proponernos como país, como Chile
que se quiere a sí mismo, que hacia el Bicentenario todos nuestros compatriotas
de la tercera edad puedan tener una pensión digna.
Chile seguirá creciendo. Parte de ese crecimiento tiene
que estar destinado a mejorar el anuncio que hoy hago a ustedes.
Educación
Sabemos también que el progreso personal y familiar va de
la mano con las oportunidades de educación. Desde 1990 hemos trabajado
incansablemente para que los pobres de nuestro país puedan acceder a más y
mejores oportunidades en educación.
En los últimos cinco años hemos entregado dos mil 844
nuevas escuelas, esto es, prácticamente una escuela y media por día. Así se
construye igualdad a futuro.
Extendimos a doce años la educación obligatoria. Este año
otorgaremos 25 mil becas de retención escolar para asegurarnos que aquellos
jóvenes que tienen un mayor riesgo de deserción escolar puedan completar su
educación media.
Llevamos la Jornada Escolar Completa a prácticamente todo el
país. Hoy cubre siete mil establecimientos de los diez mil establecimientos
educacionales, más de dos millones de estudiantes, hoy tienen Jornada Escolar
Completa.
En los últimos quince años aumentamos en 350 por ciento
–sí, tres veces y media– las colaciones diarias para nuestros escolares.
En los últimos cinco años aumentamos un 40 por ciento los
textos escolares de distribución gratuita. En Chile hoy se distribuyen un
millón 600 mil colaciones diarias y se entregan catorce millones de textos
gratuitamente.
Tenemos más y mejor infraestructura educativa, más
desayunos y almuerzos, más textos escolares, más horas de clases, cosa que
cuando la anuncio normalmente los alumnos me reclaman; en suma, más y mejores
oportunidades educativas para los niños que provienen de las familias más
vulnerables. ¡Así trabajamos para llevar crecimiento a todos los sectores!
Hemos hecho tremendos esfuerzos en educación en quince
años. Pero, precisamente porque hemos tenido enormes...
-Respondiendo a estudiantes en tribunas:
(Ya voy a llegar a educación superior joven,
no se preocupe.
Quiero decir que lamento, y quiero hablarle al país aquí.
Gracias a usted joven, voy a explicarle al país ahora. Voy a decir que lamento
lo que está ocurriendo. Lamento que los jóvenes de Chile salgan a la calle a
protestar porque hay una ley que quiere ayudar a los jóvenes que van a otros
establecimientos de educación superior.
Hoy día tienen crédito fiscal y becas para la educación
superior casi exclusivamente centrado en las universidades que están en el
Consejo de Rectores, 25 universidades. En el intertanto, la educación chilena
superior ha cambiado. De 200 mil jóvenes en 1990, hay 600 mil jóvenes hoy día.
Hoy, mi mayor orgullo, de cada diez jóvenes que están en la universidad siete,
siete, es primera generación en su familia que llega a la universidad.
Entonces, junto a las universidades tenemos institutos
profesionales, tenemos centros de formación técnica. Son pocas las becas y el
crédito en los institutos profesionales y en los centros de formación técnica,
y es allí donde normalmente van jóvenes con mayores dificultades financieras.
Lo que estamos haciendo es mejorar el sistema créditos, becas y financiamiento
para las universidades del Consejo de Rectores, y lo que estamos haciendo es
otorgar un aval del Estado a aquellos que están yendo a los otros elementos de
las universidades que no están en el Consejo de Rectores o a los institutos
profesionales y a los centros de formación técnica. Queremos llegar a los 600
mil jóvenes y no solamente a aquellos jóvenes que estudian en universidades del
Consejo de Rectores. Por eso no entiendo una movilización que esté en contra de
que los beneficios que reciben lleguen a otros. Aquí no está en cuestión la
privatización de ninguna universidad).
Pero tenemos más y mejor infraestructura educativa, más
desayunos, más almuerzos. Hemos hecho grandes esfuerzos. Porque hemos realizado
enormes avances en infraestructura y modernización curricular, ahora podemos
poner más energías y más recursos en elevar la calidad de la educación que
entregamos.
Sabemos que la corrección de las desigualdades sociales
que los niños arrastran al sistema escolar se juega entre pre-kinder, kinder,
primero, segundo, tercero y cuarto año básico. Lo que no se corrige en ese
período, difícilmente puede ser corregido después.
Por ello hoy quiero anunciar que enviaré a este Congreso
Nacional un proyecto de ley que otorga una subvención escolar preferencial para
niños y niñas de familias vulnerables, para mejorar la calidad de la educación
en aquellos lugares donde hay mayores carencias.
Esta subvención preferencial beneficiará a 400 mil niños
y niñas de Chile que se encuentren en pre-kinder, kinder y primer ciclo básico.
Son un millón 200 mil menores que están en ese ciclo, de estos 400 mil
recibirán esta subvención preferencial. Su monto será de hasta 18 mil pesos
mensuales. Ante una subvención de Jornada Escolar Completa de 30 mil, estamos
planteando un aumento de hasta 18 mil pesos adicionales, un salto como nunca lo
hemos hecho. Y esto será entregado a las escuelas que hayan mostrado resultados
eficientes en el mejoramiento del aprendizaje. Además, estas escuelas no podrán
discriminar a ningún niño o niña, y no podrán exigir forma alguna de
financiamiento compartido.
El costo anual de esta subvención preferencial es del
orden de 100 mil millones de pesos por año, y será financiado con los recursos
que se liberen porque estamos finalizando la construcción de infraestructura
para la Jornada
Escolar Completa que en mis cinco años de Gobierno ha
significado un costo anual de 100 mil millones. Qué estoy planteando: A medida
que estos 100 mil millones de infraestructura dejan de darse en infraestructura
y pasamos a hacer infraestructura normal de mantenimiento, estos 100 mil
millones van entonces a atacar el tema educacional en la raíz misma con esta
subvención preferencial. ¡Ése es mi compromiso!
Esta subvención preferencial es una herramienta
estratégica para combatir la desigualdad social. Una herramienta que yo diría
que es sólida, realista, eficiente.
Algo adelanté de cobertura en educación superior, que se
duplicó en los últimos años.
Pero tenemos deudas pendientes también con el sistema de
educación superior.
El Estado tiene la responsabilidad de garantizar la
libertad de educación en virtud de la cual todos tienen derecho a crear
establecimientos de educación superior. Pero, al mismo tiempo, quiero decirlo
aquí, el Estado no puede renunciar a su responsabilidad de garantizar la
seriedad de carreras y títulos que se imparten. Hay dos principios. El
principio de la libertad de enseñanza y el principio de la seriedad de los
títulos y los grados que se imparten. Ambos principios tenemos que ser capaces
de compatibilizarlos, porque en ambos principios está la esencia del sistema
educacional chileno.
Por ello, entonces, es que necesitamos aprobar la Ley de Certificación de
Calidad que garantice que las universidades ofrezcan sus carreras con un nivel
satisfactorio de calidad. Esta es una necesidad del mundo globalizado en que
estamos, pero también es un deber moral para quienes el ingreso a la
universidad constituye un esfuerzo familiar de grandes magnitudes y que no
pueden ser presa de engaño, de la mediocridad, o de un aviso engañoso.
Por eso yo quiero agradecer la reciente aprobación del
proyecto de Ley de Financiamiento para la Educación Superior.
Pero tenemos que seguir trabajando para eso. Tenemos la obligación también de
ofrecerle a todo joven con talento y esfuerzo que pueda ingresar a estudiar la
carrera de su vocación y en la universidad que mejor estime para hacer sus
estudios. Hoy día más de 22 mil jóvenes tienen hoy una Beca Bicentenario que se
otorga a los jóvenes de bajos ingresos, y que obtienen más de 600 puntos en la
prueba de ingreso a la universidad. No me cabe duda que este beneficio va a
irse extendiendo significativamente en los próximos años, a medida que Chile
vaya creciendo.
Junto a lo anterior, también aumentamos la cobertura en
educación parvularia en un 26 por ciento entre el año 2000 y el 2004, un 26 por
ciento. Prometimos, durante la campaña presidencial que íbamos a crear 120 mil
nuevos cupos para la educación parvularia y, al final de mi mandato, habremos
cumplido los 120 mil nuevos cupos. Hoy día los hemos aumentado a 106 mil. En el
Presupuesto del 2006, el 11 de marzo cuando deje la primera magistratura, habrá
120 mil niños nuevos en jardines infantiles.
Pero bien sabemos que la cuna de las desigualdades se
materializa en los cinco primeros años de vida de una persona. Por eso tenemos
que ser capaces de llegar al Bicentenario proponiéndonos una cobertura
universal prácticamente también en educación parvularia. Así estaremos
construyendo un Chile donde haya, de verdad, igualdad de oportunidades para
todos los chilenos y chilenas en el ámbito educacional. Es una meta posible,
factible, viable.
Salud
Pero trabajar por una mayor igualdad entre todos los
chilenos y chilenas significa también producir mejores condiciones en el ámbito
de la salud.
Las oportunidades de acceso a una atención de salud
oportuna y de calidad estaban, en 1990, muy desigualmente distribuidas. Un
sistema de calidad para quienes pueden pagar, y uno público y sin recursos para
la gran mayoría.
No señores. No es así como se construye una sociedad
justa y una ciudadanía basada en la dignidad. Por ello, en la década pasada más
que duplicamos el Presupuesto en Salud, hicimos enormes mejoras en
infraestructura y equipamiento, aumentamos el personal de salud, junto con
mejorar significativamente las condiciones de trabajo.
Gracias a ese esfuerzo realizado bajo los dos gobiernos
que me precedieron, pudimos proponernos una Reforma de Salud, la más ambiciosa
desde que se creara el Servicio Nacional de Salud, a comienzos de los años 50.
Iniciamos una Reforma de Salud de inmensas proporciones.
Una reforma centrada en las personas y sus necesidades de salud. Una reforma
que garantice el acceso universal y equitativo; que sea solidaria en el
financiamiento, oportuna en la atención, eficiente en la gestión. De eso se
trata.
Esto significó poner a la prevención y la atención
primaria en primer lugar. Esto no son palabras, son hechos. Aumentamos en 100
por ciento los recursos para atención primaria entre 1999 y el 2004. Este año
hemos aumentado un 43 por ciento adicional. Hemos puesto en consultorios
exámenes de rayos, análisis de laboratorio, consultas de especialidad. Y nos
queda tanto por hacer todavía.
Si la persona requiere atención en el hospital, entonces
entra a regir el plan de acceso al Régimen de Garantías Explícitas. Este
implica atención universal y oportuna para 56 patologías que dan cuenta del 80
por ciento de todas las intervenciones hospitalarias.
No es posible hacerlo de una vez; fuimos paso a paso. Comenzamos
con tres patologías a modo experimental el 2002, luego aumentamos a cinco, a
siete, a doce, a diecisiete. Este año serán 25, y el año próximo llegaremos a
40 patologías. Antes de nuestro Bicentenario, el año 2007, debemos tener
cubiertas las 56 patologías que inicialmente nos propusimos. Esto es un
tremendo salto y esto creo que lo hemos hecho a través de cuatro leyes de
tremenda complejidad en su despacho, y yo quisiera agradecer la forma en que
este Congreso perfeccionó muchas de ellas. Era difícil llegar a consenso, pero
digámoslo, todos tuvimos ante nuestros ojos el deseo que esta reforma llegara a
los que está destinada, a los pacientes. Y los únicos que no pueden defender
determinados intereses colectivamente son, precisamente, los pacientes, y mi
obligación era con los pacientes, con los ciudadanos de este país.
Vivienda
Hacia fines del presente año, el 71 por ciento de la
inversión del programa habitacional nacional va a estar focalizado en el 30 por
ciento más pobre de la población. Cumpliremos en un 100 por ciento la meta
programática de erradicar las 105 mil familias que estaban catastradas y que
habitaban en campamentos.
En los últimos cinco años, entre subsidios otorgados y
viviendas contratadas, entregamos 469 mil soluciones habitacionales, lo cual
equivale a entregar 257 soluciones habitacionales por día. Su calidad ha ido
mejorando, pero al igual que en la educación, tenemos que poner allí mayores
energías.
Hace pocos días informé al país de un conjunto de medidas
orientadas a apoyar a los deudores habitacionales del Serviu. Quisiera señalar
que lo hice porque me parecía que había un principio básico de equidad,
precisamente porque iniciamos el programa de construcción de viviendas
ampliables, en que sólo con un ahorro previo de 10 Unidades de Fomento el
Estado ponía el resto y no había, en consecuencia, deuda pendiente, se generó
una percepción de inequidad respecto de aquellos que habían tenido viviendas
con anterioridad a esta decisión.
Porque Chile ha avanzado, podemos hacer esto que no se
pudo hacer en la década del ’90, y no es porque no se nos ocurrió antes, porque
ahora podíamos hacerlo. Y por eso me pareció tan importante la propuesta que
hemos hecho respecto a los deudores habitacionales del Serviu, que como dije
significará que uno de cada tres deudores dejarán de serlo a finales de este
año.
Estas medidas no consideraron las deudas habitacionales
del Instituto de Normalización Previsional, ni tampoco las del ex INAP, que en
conjunto afectan a quince mil familias, y no las consideran porque son materia
de ley. En consecuencia, pediré facultades a este Congreso Nacional para
resolver este problema de una manera similar a como lo hemos hecho con los
deudores del Serviu. Y debo señalar, además, que en este momento se están
reparando viviendas dañadas, para su mejoramiento y habitabilidad, lo cual va a
beneficiar a 40 mil viviendas, es decir 40 mil familias.
Señor presidente, Honorable Congreso:
ESTAMOS ALCANZANDO UNA DEMOCRACIA PLENA, EXPANDIENDO LAS
LIBERTADES Y LA CULTURA
Institucionalidad democrática
Después de un camino persistente en la recuperación
democrática, los esfuerzos acumulados por los gobiernos democráticos están
cerca de cristalizar.
Las reformas que ponen a nuestra Constitución a la altura
de las exigencias democráticas básicas ya fueron aprobadas por el Senado y
prácticamente por la Cámara
de Diputados. Quiero aquí solemnemente agradecer a todos los miembros de este
Congreso Nacional por el paso histórico que estamos dando. Sólo queda una
reforma pendiente, que espero sea aprobada a la brevedad por la Cámara de Diputados.
Si así lo hacemos, entonces hemos tenido que mejorar la
calidad de nuestra democracia. Este año debiéramos tener cuatro nuevas leyes
fundamentales al respecto: el aumento de atribuciones de la Unidad de Análisis
Financiero, el financiamiento de la campaña para las elecciones presidenciales
colocando un techo al gasto electoral para dichas elecciones, el proyecto que
regula el lobby, y la declaración patrimonial de las autoridades. Creo que
estos cuatro proyectos son fundamentales.
Nuestras Fuerzas Armadas han vuelto a ser las Fuerzas
Armadas de todos los chilenos y se han integrado plenamente a la vida
democrática. Están volcadas por entero a sus tareas profesionales de la
defensa, participan activamente en las tareas del desarrollo nacional, muestran
una extraordinaria capacidad en las misiones internacionales encomendadas,
colaborando así de una manera eficiente con nuestra política internacional.
Es por ello que hoy y desde aquí, quisiera en estos momentos
difíciles rendir un homenaje a nuestro Ejército que está sufriendo una tragedia
de enormes proporciones. Lo que tenemos que hacer es de esta tragedia, como
dije anteriormente, sacar las experiencias necesarias, y más que nada,
fortalecer a nuestras instituciones armadas, que es nuestra obligación también.
Seguridad ciudadana
Con la incorporación, a partir del próximo mes de junio,
de la Región
Metropolitana , la Reforma Procesal Penal va a estar en vigencia en
todo Chile, y luego vienen los Tribunales de Familia.
Ésta, qué duda cabe, es la transformación más profunda de
nuestro sistema jurídico en los últimos 100 años. La inversión que se ha hecho
se ha más que duplicado, sólo en los últimos cinco años, duplicado, la
inversión en materia de infraestructura en el ámbito judicial.
En las diez nuevas cárceles se habrán invertido más de
160 mil millones de pesos; en la implementación de la Reforma Procesal
Penal, entre infraestructura y el personal, se habrán invertido más de 360 mil
millones; y en lo referido a justicia de familia y mediación, 55 mil millones.
En estas tres cosas –cárceles, Reforma Procesal Penal, mediación y Tribunales
de Familia– estamos hablando de más de 580 mil millones de pesos –más de mil
millones de dólares– para mejorar nuestra justicia, para contar con un sistema
judicial acorde con los tiempos, a la altura de la dignidad de todos los
chilenos y chilenas.
Estas son cifras históricas que nos tienen que llenar de
orgullo. No me cabe duda que es complejo implementar una reforma de esta profundidad.
Cuántos de los que son abogados en este Honorable Congreso pensaban que era
posible hacer una reforma de esta profundidad. Yo tengo que señalar que estaba
entre ellos, pero recibí el mandato de implementarla, porque así se va haciendo
la historia de esta reforma, que hizo posible la administración del Presidente
Frei con la Ministra
de Justicia de la época, se ha podido hacer íntegramente en mi período por lo
que se hizo ayer. Eso es lo que llaman continuidad sin sentido.
Este año ampliamos las áreas y comunas donde va a operar
el Plan Cuadrante, el Plan Comuna Segura y el Plan Barrio Seguro. Por otra
parte, entre 1990 y fines de 2005 la dotación de Carabineros habrá aumentado en
más de once mil nuevas plazas, con la formación que requieren policías que son
altamente profesionales.
De acuerdo a las cifras de Paz Ciudadana, durante dos
semestres consecutivos se observa una disminución en el número de personas
víctimas de delitos. Y respecto de las denuncias sobre delitos de mayor
connotación social, llevamos nueve meses seguidos de disminución, acumulándose
una reducción del cinco por ciento.
Baja el delito, también el consumo de drogas. De acuerdo
a las cifras de Conace, tenemos cuatro años en que el consumo de drogas está
estancado. Las cifras del año 2004 muestran incluso una levísima disminución
respecto a las observadas en el año 2000.
Sin embargo, el tema de la seguridad ciudadana es un tema
que compete a chilenos y chilenas todos. Una es la tarea y nuestra obligación
de dotar, como lo estamos haciendo, a las instituciones policiales y de
Carabineros. Otra, es la forma que a través de cada comuna, de cada junta de
vecinos, somos capaces también de enfrentar esta tarea. Es lo que hemos
intentado con el Plan Cuadrante, el Plan Comuna Segura y el Plan Barrio Seguro.
Mis agradecimientos también a tantas juntas de vecinos, a
tantas mujeres que las dirigen, que toman en sus manos también la tarea de
combatir la delincuencia, porque eso lo haremos todos los chilenos y chilenas.
Derechos Humanos
La recuperación de la memoria histórica en plenitud ha
recorrido el necesario camino de la búsqueda de la verdad y la justicia.
Creo que podemos decir con orgullo que de todos los
países que atravesaron una violación masiva de los derechos humanos como el
nuestro, muy pocos han sido capaces de avanzar con tanta solidez en un proceso
que se inicia con el Presidente Aylwin en la Comisión Rettig ,
el Presidente Frei en la Mesa
de Diálogo, y que culmina con el Informe sobre la Tortura. Agradezco ,
a nombre de todo Chile, a monseñor Valech y a la comisión que él presidió, por
el trabajo que con tanta abnegación y patriotismo realizaron para rescatar la
verdad.
Durante el 2005 se aplicarán los beneficios de reparación
para las víctimas identificadas en el Informe de la Comisión Nacional
sobre Prisión Política y Tortura, y crearemos también, con el apoyo de este
Congreso Nacional, estoy cierto, el Instituto de Derechos Humanos.
Recuperar la memoria colectiva, asumir la verdad de lo
ocurrido, hacernos cargo del pasado, nos hace una nación más fuerte, más
madura, más sólida para construir el futuro entre todos nosotros. Ése ha sido
nuestro propósito.
Cultura
Chile hoy es una sociedad más democrática. También es una
sociedad más pluralista, más diversa, más tolerante. Aprendimos a mirar más
lejos, nos empapamos de los avances de la humanidad que se despliegan en
diversos ámbitos de la vida.
Por ello fuimos capaces de mirar hacia nuestro pasado
doloroso. Por ello es que hay mujeres que destacan en prácticamente todos los
ámbitos de la vida nacional. Por ello es que nuestra atención se focaliza hoy
en regiones y comunas más que antes. Por ello tenemos casi quince millones de
hectáreas de áreas silvestres protegidas que equivalen al 19 por ciento del
territorio nacional. Quiero decirlo con orgullo, en estos cinco años agregamos
un millón y medio más de hectáreas protegidas a nuestro patrimonio natural, un
diez por ciento que hemos aumentado en cinco años.
Por ello hoy tenemos una nueva relación con nuestros
pueblos originarios. Hemos creado más de 150 mil becas indígenas en nuestro
sistema educacional, y habremos traspasado más de 260 mil hectáreas al
patrimonio indígena.
Como sociedad tenemos una mirada más madura, más amplia y
los temas medioambientales y el respeto a nuestras etnias originarias son temas
sustancialmente fundamentales que estamos aprendiendo a abordar colectivamente.
Hay una forma, entonces, de mirar a Chile más moderna,
más amplia, más plural. Chile hoy, porque tiene estas nuevas miradas, es una
sociedad culturalmente más rica.
Y también en el ámbito propiamente tal de nuestra cultura
dialogamos con el mundo, y en ese diálogo con el mundo se afirma nuestra
identidad. Somos tan patriotas como universales. En el diálogo con lo universal
se afirma lo propio, lo nuestro. Es la cultura la que nos da identidad. Es la
cultura, en último término, lo que permanece, lo que hace la marca de un país.
Los gobiernos son transitorios, los Presidentes también.
Las Mistrales y los Nerudas son permanentes, eso es lo que da identidad de país.
Y entonces el tremendo cambio cultural que hemos
introducido, en donde en este campo, como en otro, asistimos a un cambio de
época en nuestra forma de mirar.
Simple ejemplo: eliminamos la pena de muerte, terminamos
con una inaceptable censura cinematográfica, modificamos la legislación de
filiación para terminar con hijos legítimos e ilegítimos, fuimos capaces de
tener una justicia de menores y modificamos la Ley de Matrimonio Civil, desarrollamos políticas
públicas en materia de embarazos no deseados y pusimos fin a la discriminación
frente a las jóvenes madres embarazadas en materia educacional. Terminamos, mis
amigos, con anacronismos que restringían seriamente el despliegue de nuestras
libertades.
Respiramos otros aires de democracia y de libertad.
Y la apertura cultural de los últimos años no sólo se
refleja en la nueva institucionalidad cultural que celebramos, sino en la
explosión de manifestaciones culturales que hoy se extienden por todo el país.
Teatro, creación literaria, cine, dan cuenta de un país
que se está transformando.
Hacia el ‘90 se estrenaba una película chilena cada tres
años. En los últimos cuatro años se han estrenado entre nueve y doce películas
por año, y este año serán catorce.
En teatro se estrenaban no más de 45 obras. En los últimos
cuatro años, lo montajes promedian las 160 obras anuales.
Se han habilitado 159 nuevos espacios culturales.
Teníamos doce galerías de arte. Hoy tenemos más de 70.
El año 1993 se efectuaban 154 mil préstamos de libros en
las bibliotecas públicas. Hoy esta cifra alcanza varios millones desde la
instalación del proyecto Biblioredes.
Hemos dado tremendos pasos en infraestructura cultural.
La lista es enorme y recorre lo largo y lo ancho de todo Chile.
Ahí está el Centro Cultural Matucana 100, al frente del
cual se está levantando la
Biblioteca de Santiago, la más grande y moderna de América
Latina. Nuestra Biblioteca Nacional, 18 mil metros cuadrados; la que estamos
levantando al frente, 22 mil metros cuadrados, y cuyas fase primera y segunda
estarán listas este año, para estar en pleno funcionamiento el año próximo.
Anuncié el año pasado, y a fines de este año estará
plenamente restaurado, el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile y
estará en funcionamiento también el Centro Cultural del Palacio de La Moneda.
Quisiera mencionar
todo lo también realizado en materia cultural aquí en la ciudad de Valparaíso,
Patrimonio Cultural de la
Humanidad y sede del Consejo Nacional de la Cultura.
Quisiera destacar aquí la Fundación de Orquestas
Juveniles, los festivales y carnavales, como el de Valparaíso, y las Fiestas de
la Cultura.
Iniciativas recientes como el proyecto Sismo, cuyo emblema es
precisamente "Chile se mueve con Arte". Este proyecto posibilitará
que medio millón de chilenos disfruten de espectáculos artísticos de excelencia
y doce mil jóvenes artistas regionales realicen talleres a lo largo de nuestro
país.
¡Así construimos Chile! Así la gente, a lo largo y lo
ancho de nuestro territorio, va construyendo Chile. Chile a través de su creación,
a través del despliegue de las libertades que hemos establecido.
Lo internacional
Hemos dicho una y otra vez que América Latina es nuestra
patria grande y que nuestra política exterior la hacemos desde esta región.
Pensamos que llegó la hora en que los pueblos de nuestra
América tengan una voz común en este mundo globalizado. Llegó la hora en que la Organización de
Estados Americanos pueda dar un paso adelante y constituirse en el lugar donde
nuestros países discutan sobre sus problemas comunes, adopten posiciones
comunes, o acuerden precisar el campo de sus diferencias frente a los desafíos
que nos plantea un mundo global.
Tenemos una idea de América y su futuro. Por ello es que
presentamos a uno de los nuestros, a Insulza, Don José Miguel, para que encabece
este proceso de poner a la OEA
a la altura de los tiempos.
En esta elección Chile demostró su madurez de Estado,
todos los chilenos y chilenas, de gobierno y de oposición, apoyaron esta
candidatura de Chile. Quiero subrayar, agradecer, y valorar esta actitud.
Es en esta perspectiva que tienen que entenderse los
esfuerzos que realizamos para cooperar en el proceso de pacificación y
normalización de Haití. Es en esta perspectiva que hemos participado
activamente en el Grupo de Trabajo contra el Hambre, que se ha impulsado junto
al Presidente Lula, de Brasil y al Presidente Chirac, de Francia, y ahora
recientemente se han incorporado el Presidente del Gobierno español, Rodríguez
Zapatero, y el Canciller Alemán, Gerhard Schroeder.
Seguimos trabajando intensamente por fortalecer nuestras
relaciones vecinales impulsando el Acuerdo de Libre Comercio con Perú y los
acuerdos de conectividad de infraestructura con Brasil y con Argentina.
Los resultados de los Tratados de Libre Comercio con
Europa, Estados Unidos y Corea del Sur, todos los sabemos, son altamente
beneficiosos para Chile. En este mismo sentido, estamos pronto a concluir los
acuerdos con Nueva Zelanda, Singapur y Brunei; estamos construyendo un acuerdo
con los grandes países emergentes del Asia, como China e India; y tenemos
conversaciones iniciadas con Japón.
Constatamos que lo que ocurre en el resto del mundo tiene
un impacto tremendo para Chile. Lo multilateral cada vez es más parte de una
política local, las cosas importantes que ocurren producen efectos sustanciales
en nuestra patria. Aquello que tradicionalmente llamamos lo internacional, lo
externo, cada vez más es parte de nuestra propia decisión interna y afecta
nuestras decisiones internas. Así es el mundo de hoy, así va a ser el de
mañana.
¿Quién nos pone nota cuando se habla de riesgo país en
unas agencias que están fuera de Chile? ¿Cuánto nos afecta si los países
desarrollados deciden combatir el desempleo, tener políticas de austeridad
mayor y deciden disminuir sus ritmos de crecimiento? ¿Dónde discutimos si no es
en un organismo multilateral lo que son nuestras necesidades para un comercio
exterior más justo? ¿Cómo vamos a estos grandes foros internacionales si no
vamos acompañados de países similares a los nuestros para hablar con una sola
voz? Ese es el mundo de hoy, y ese será también el mundo de mañana. Lo
internacional pasa a ser un elemento crucial de nuestra estrategia de
desarrollo nacional y ello nos obliga a pensar la política exterior y la
política de defensa con estos nuevos parámetros.
ESTAMOS CONSTRUYENDO UN NUEVO PROGRESO PARA CHILE
Señores parlamentarios, estamos construyendo un nuevo
progreso para Chile. Permítanme una reflexión sobre el sentido de lo que hemos
hecho, de lo que estamos haciendo, de los principios que orientan nuestro
sentido de la dignidad y el progreso.
Lo que hacemos, lo que hemos hecho y seguiremos haciendo,
obedece a una mirada larga.
Hemos gobernado con una mirada que viene desde lejos, de
las lecciones más profundas de nuestra historia republicana; y que se dirige
muy lejos, a nuestro Bicentenario, y mucho más allá.
Esa mirada tiene un hilo sólido de continuidad con lo
efectuado por los gobiernos democráticos que precedieron mi mandato. Si Chile
es hoy capaz de ver mejor el futuro que tiene por delante, es porque pudimos
apoyarnos sobre los hombros de los que nos precedieron.
Nos anima una idea de Chile, de su historia, de su
presente y de su futuro. Nos inspira una visión de cómo se puede y se debe
conducir a Chile por el camino del progreso y la dignidad para todos sus
habitantes.
Hemos sostenido que nuestro camino al desarrollo requiere
impulsar reformas simultáneas en lo económico, en lo social, en lo político y
en lo cultural, en estos cuatro frentes.
Nosotros, la inmensa mayoría de los chilenos, no creemos
en un Chile que se hace a imagen y semejanza del mercado porque, si así fuera,
la sociedad estaría reproduciendo las desigualdades del mercado.
El mercado lo constituyen los consumidores, desiguales en
su poder adquisitivo. La sociedad y la democracia la constituyen los
ciudadanos, iguales en deberes y derechos.
¿Por qué señalamos, desde un comienzo, que la democracia
debía alcanzar su plena forma constitucional? Porque estamos convencidos que el
progreso es la ampliación creciente de las libertades, de las posibilidades y
de los derechos de las personas. No existen dictaduras progresistas. No hay
progreso sin democracia.
La democracia, en último término, es la forma en que los
ciudadanos deciden respecto de cuáles deben ser los bienes públicos que se deben
garantizar a toda la población y en qué magnitud se han de entregar. Ese es el
verdadero debate en el mundo de hoy.
¿Por qué hemos puesto tanto énfasis en el crecimiento de
nuestra economía? Porque estamos convencidos que el crecimiento económico es una
condición indispensable para que una sociedad pueda mejorar sólidamente los
estándares de vida de los sectores más desfavorecidos. Es un falso dilema el de
crecer o repartir. Crecer sin repartir, o repartir sin crecer, conduce
fatalmente a una crisis social y política, y, en último término, a la pérdida
de la libertad. Distribuir mejor a medida que vamos creciendo es la única vía
responsable y duradera para el progreso social.
Para poner en práctica esta noción, por decir que así es
la forma de hacerlo, algunos dicen que esto es sólo administrar un modelo que
venía de atrás. ¡Qué grave error! ¡Qué profundo error! Estamos construyendo un
modelo de desarrollo basado en la democracia, en la libertad, en la inclusión
progresiva de todos a los beneficios del crecimiento y en el respeto
irrestricto a los derechos humanos.
Sí. Acá hay una nueva concepción, una nueva idea, una
nueva forma de entender el progreso de una sociedad cuyo centro es la dignidad
del ser humano en todas sus dimensiones.
La real medida del progreso es el avance en la calidad de
vida de los sectores más desfavorecidos de la población. Observemos qué ha
pasado en nuestro alrededor. Qué ha pasado con el 20 por ciento más pobre en
los países de América Latina. Observemos lo que ha ocurrido con sus ingresos,
pero también con su acceso a la vivienda, a la educación, a la salud, a la
participación en las decisiones colectivas. Nosotros estamos orgullosos de lo
que hemos hecho. ¿Y por qué elegimos este camino? Porque se trata de progresar
todos, el avance hacia el progreso es evolutivo; requiere construir a cada paso
nuevos consensos, nuevas mayorías. El mundo nuevo no nace de una vez y para
siempre por obra de un salto abrupto: nace todos los días, cada día, como un
árbol que retoña rama por rama, hoja por hoja. Ninguna vía rápida puede reemplazar
el esfuerzo cotidiano por alcanzar nuevos acuerdos, que permitan ampliar más
allá las posibilidades de todos, los derechos de todos, las libertades de
todos.
Cuando decimos que la democracia es la forma en que los
bienes públicos se hacen al alcance de todos sus ciudadanos, es porque éstas
son definiciones de política pública, y a medida que crecemos entendemos que
podemos dar más y más a cada uno de nuestros hijos e hijas.
¿Y por qué hemos salido al mundo con ímpetu, sin dejar de
lado nuestras convicciones? Porque estamos convencidos que el crecimiento
económico y el enriquecimiento cultural se hace abriéndose al mundo, no
cerrándose a él. Los países como el nuestro, más bien pequeños no pueden
progresar sin llegar a mercados grandes. Las identidades culturales no pueden
progresar si no es en el diálogo, incluso en el debate, con otras culturas. El
aislamiento es la negación del progreso. Los aislacionismos, los
fundamentalismos, son la negación del progreso. Son cerrados al diálogo y a la
razón del otro. Son, en definitiva, el temor que se tiene a la diversidad del
otro.
¿Por qué nuestro esfuerzo entonces por el rescate de la
memoria histórica? Porque nuestro país, nuestros países, vivieron en décadas
pasadas extremos de horror, de violencia y de odio. El camino hacia el progreso
implica aprender la lección: nuestra aspiración al futuro muchas veces nos
llama simplemente a olvidar y dar vuelta la página. El futuro se construye
sobre sólidas bases morales y de justicia, y la justicia es fundamental entre
ellas. Por eso hemos dicho en Chile que No hay mañana sin ayer, y que para
nunca más vivir ese pasado lo primero es nunca más negarlo. Creo que ése es un
elemento fundamental de la doctrina que ha animado a mi gobierno y, lo digo con
orgullo, también de las Fuerzas Armadas de Chile en democracia.
Nuestra visión del progreso de Chile nos dice que debemos
ir paso a paso, nuestra visión privilegia la solidez de los cambios por sobre
el apresuramiento, nuestra visión busca los acuerdos con sensatez y no impone
decisiones a la fuerza. Una visión que no sacrifica la paz social en nombre de
la justicia; pero que tampoco renuncia a la justicia en nombre de un orden
establecido que favorece a una minoría. No queremos un conflicto a cualquier
precio, ni estamos disponibles para un acuerdo a como dé lugar, como nos dijera
un gran filósofo.
PALABRAS FINALES
Chilenos y chilenas:
He recorrido Chile a todo su largo y a todo su ancho. He
llegado a todos los rincones de mi patria. En muchos hogares, calles, plazas, a
través de todo Chile, siento y recibo el cariño de la gente.
Ese cariño me llena de emoción.
Me asiste la convicción que esta idea de Chile, de su
historia pasada y futura, esta visión del nuevo progreso para nuestra Patria,
supo interpretar aquellos anhelos profundos de chilenos y chilenas. A ellos me
debo, para ellos trabajo sin descanso.
En una democracia, ser Presidente de la República no es
privilegio: es el ejercicio de un mandato del pueblo soberano, ante el cual uno
es responsable día a día.
Interpretar los anhelos profundos de la nación, es una
realidad en permanente movimiento, requiere una comunicación constante, directa
y franca con el verdadero dueño del poder: la gente, el pueblo.
En el ejercicio de mi cargo he tratado de escuchar, de
proponer, de dialogar con mis conciudadanos todos los días. Para poder
interpretar a Chile.
El verdadero privilegio de un Presidente no consiste en
ser elegido ni en vestirse con los honores de la República : consiste en
estar en sintonía con la nación, con el sentimiento profundo del alma nacional.
Desde que inicié mi mandato hasta hoy, he sentido
crecientemente ese privilegio: la sintonía con mi pueblo. Y para lograrlo me he
esforzado por ser capaz de interpretar sus anhelos, sus sueños, el alma del
pueblo de Chile.
La sintonía con esa sociedad que vive un cambio tan
acelerado como complejo, que desata al mismo tiempo esperanzas y angustias
nuevas, me llena de emoción, me llena de agradecimiento.
Por eso hoy doy gracias a Chile. Doy gracias a la
historia por ser chileno hoy, acompañado de los 15 millones de chilenos y
chilenas de hoy. Por haber podido interpretar, me he esforzado al menos como
Presidente y con la gente, lo que ellos entienden el paso definitivo de una
época a otra época.
Estoy convencido de ello.
Entré decididamente a la política en un momento de
nuestra historia cuando había que hacer carne lo que dice nuestro Himno
Nacional: que Chile sea país de los libres, o el asilo contra la opresión.
Chile ya es hoy, por fin, de nuevo, país de libres. Nunca
más país de opresión.
Chile se encamina a ser también, como cantara Ercilla
refiriéndose a Arauco, una Patria cada día más fuerte, principal y poderosa. De
remotas naciones respetada.
Y así, entramos a una nueva etapa de nuestro sueño de ser
y de convivir.
Porque el desafío de siempre es hacer un país más
inclusivo, más igualitario, más amable. Nuestra dulce Patria, más amable.
Siento el privilegio de vivir como Presidente, con todos
los chilenos y chilenas, esta hora de profunda transformación.
Gracias, Chile, por haberme dado un lugar en la tarea de
afirmar tu libertad.
Gracias, gracias dulce Patria, por haberme dado un lugar
para colaborar contigo en tu nuevo renacer.
Muchas gracias.
RICARDO FROILAN
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