DISCURSO EN EL 150º
ANIVERSARIO DE LA CIUDAD DE
SAN JUSTO, PARTIDO DE LA
MATANZA
Néstor Kirchner
[10 de Noviembre de
2006]
Querido Intendente, amigo, compañero;
querido amigo y compañero gobernador de la provincia de Buenos Aires; Alberto;
Monseñor; intendentes; hermanos y hermanas de La Matanza : yo también los
quiero mucho, no saben el recuerdo hermoso que tengo de La Matanza y de ustedes.
Cuando caminábamos las calles, por esa Argentina que se derrumbaba y estábamos corajeando diciéndole al pueblo que nosotros podíamos generar un punto de inflexión y construir una historia distinta, hubo un pueblo, un pueblo en todala Argentina , que hoy
cumple 150 años, que se llama La
Matanza , San Justo, que nos acompañó, y yo desde el sur
cuando escuchaba las urnas de La
Matanza se me caían las lágrimas. Sin conocerme tanta fe y
tanta confianza, no saben el cariño y la responsabilidad que tengo para con
ustedes, inolvidable.
Cuando caminábamos las calles, por esa Argentina que se derrumbaba y estábamos corajeando diciéndole al pueblo que nosotros podíamos generar un punto de inflexión y construir una historia distinta, hubo un pueblo, un pueblo en toda
Ustedes saben porque lo sufrieron, fueron
uno de los lugares más afectados. Hoy algunos no quieren tener memoria, pero
todos ustedes saben y creo que en estos 150 años es bueno recordar lo que nos
pasó en el 2001. Y es bueno recordarlo porque tener memoria nos va a dar la
fortaleza de construir una sociedad con todos, con pluralidad pero con
justicia.
Y ustedes saben que los grandes responsables
de esa historia lamentablemente todavía hoy hablan, creyendo que nuestro pueblo
no tiene memoria y son una máquina de impedir. Por eso cuando los veo a
ustedes, cuando veo esas banderas argentinas, cuando veo ese sentir de patria,
me siento fortalecido espiritualmente y decidido a tomar la gran bandera para
encolumnarme junto a mi pueblo en la construcción de una patria para todos.
Queremos también consolidar la educación y
consolidar la justicia, la justicia en el derecho a vivir mejor, la justicia de
que los dirigentes políticos no se pongan contentos por cuántos comedores se
están haciendo sino por cuántas familias vuelven a comer juntas en la mesa del
hogar, porque recuperaron el trabajo y la posibilidad de ser.
También la Justicia , el Derecho,
donde realmente tengamos la seguridad de que se terminan todas aquellas
coartadas legales que existen para que quienes tienen que estar detenidos por
las responsabilidades que tienen recuperen la libertad, cosa que nos indigna a
todos los argentinos.
Realmente quiero trabajar y estamos
trabajando para construir un verdadero estado de derecho, donde la Justicia también tenga su
punto de equilibrio, donde los argentinos estemos seguros de que la
racionalidad ha vuelto al lugar que corresponde.
También en la tarea de construir la
confianza y la solidaridad, esa confianza que nos lleva a recuperar la
confianza en nuestras Fuerzas de Seguridad, que nos van a cuidar a nosotros y
no a otros, como a veces pasa, lo que también es central y fundamental para
recuperar la convivencia entre todos.
La construcción de ese país merece esfuerzo
y sacrificio, merece esfuerzo de todos, merece que este país crezca como lo
está haciendo, pero tienen que entender todos que debe crecer para todos. Les
puedo asegurar que desde el lugar que ocupo, como lo converso todos los días
con mi compañera Cristina, no voy a cejar, voy a luchar y luchar para que la
distribución del ingreso y el trabajo llegue a cada casa de los argentinos y
podamos construir la
Argentina que nosotros nos merecemos.
Estamos todavía en el infierno, cuesta salir
del infierno, porque habíamos caído muy bajo. Espero que el 10 de diciembre del
2007, cuando me toque terminar mi mandato, le pueda decir al pueblo argentino
que estamos golpeando las puertas del purgatorio, que estamos dejando ese
infierno que nos hizo sufrir y llorar tanto a los argentinos.
Yo les puedo asegurar que muchas veces uno
derrama lágrimas en silencio de impotencia por no poder avanzar más rápido,
pero sé que hemos entrado en un camino donde estamos generando un punto de
inflexión y construyendo una historia para todos los argentinos, piensen como
piensen.
La única bandera que debe ser nuestra guía
es esa bandera que ustedes sostienen en la mano, es la bandera de todos los
argentinos, después las puertas abiertas, las anchas avenidas de la patria para
todos los argentinos de buena voluntad que quieren hacer una patria para todos,
tomados de la mano, abrazados y soñando que la patria de Moreno, de San Martín,
de Perón, de Eva Perón, de Irigoyen es posible llevarla adelante. Como
generación tenemos que dar ese ejemplo y estamos absolutamente dispuestos a
hacerlo.
Y acá que está Monseñor, tenemos que poner a
cada golpe a veces mal dado la otra mejilla, porque también nuestra profunda fe
en Dios, nuestra profunda cultura cristiana nos va a dar la respuesta de
encontrar esa Argentina en paz, en convivencia, en amor que nosotros
necesitamos.
A eso vine a San Justo, a decirles en estos
150 años que vengo a trabajar con ustedes a fondo, a seguir haciendo todas las
obras que tenemos que hacer, a cumplir con todo ese esfuerzo que el gobernador
Solá, Balestrini y Espinoza durante tanto tiempo han puesto, a decirle al
gobernador Solá que me siento orgulloso de haber trabajado este tiempo con él
como gobernador de la provincia de Buenos Aires y a decirles que en este tiempo
que nos queda vamos a redoblar el esfuerzo para que San Justo y la provincia de
Buenos Aires tengan el lugar que se merecen; a decirles que agarren bien esa
bandera, la levanten fuerte, que recuperemos la autoestima, que recuperemos el
orgullo de ser argentinos y que la hermandad sea el fruto de todos nuestros
esfuerzos.
Muchísimas gracias matanceros, muchísimas
gracias San Justo, feliz cumpleaños, viva la provincia de Buenos Aires, viva
San Justo, viva la patria.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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