DISCURSO EN EL ACTO
DEL 152º ANIVERSARIO DE CREACIÓN DE LA BOLSA DE COMERCIO DE BUENOS AIRES
Néstor Kirchner
[10 de Julio de
2006]
Señor Vicepresidente de la Nación ; señor presidente de
la Bolsa de
Comercio de Buenos Aires, don Horacio Fargosi; señor Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires; ministros del Poder Ejecutivo y autoridades nacionales; señores
miembros del Cuerpo Diplomático; autoridades de la Bolsa de Comercio y del
mercado de capitales argentinos; representantes de distintas entidades; señoras
y señores: en primer lugar, quiero agradecerles la oportunidad que me brindan,
una vez más, de compartir con ustedes el 152 aniversario de la Bolsa de Comercio.
Como hice, en años anteriores, vengo a expresarles mi alegría por el acontecimiento, a felicitarlos y a compartir algunas reflexiones respecto de los diversos temas que resultan de nuestro mutuo interés.
Como hice, en años anteriores, vengo a expresarles mi alegría por el acontecimiento, a felicitarlos y a compartir algunas reflexiones respecto de los diversos temas que resultan de nuestro mutuo interés.
Hemos dicho aquí, que la República Argentina
necesita desarrollar una economía capitalista, productiva y transparente, que
promueva la inclusión social, basada en una cultura que favorezca la producción
nacional y que premie el esfuerzo. En ese contexto, un mercado de capitales que
actúe como un medio adecuado para canalizar el ahorro hacia los sectores
productivos, transformándolo en la inversión que se necesitan para mantener sin
tensiones el ritmo del crecimiento, es central.
En el tiempo que media entre nuestra primera
visita y la actual, es evidente que la Argentina ha podido concretar avances
importantes. Como siempre aclaramos que existan avances no implica que se hayan
terminado los problemas. Debemos asumir que, desde donde venimos, cada logro
cuesta y cada paso significa ascender un poco, del infierno hacia el
purgatorio.
Lo digo porque los argentinos nos debemos
cuidar de un modo de ser que nos trajo frustraciones. No podemos pasar de la
depresión derrotista a la euforia triunfalista, debemos tener equilibrio, racionalidad,
que es fundamental para consolidar el punto de inflexión que nuestro país
necesita.
Sin embargo, la evidencia de los avances que
tiene que animarnos para recuperar la autoestima, para que hagamos una
valoración justa de las propias capacidades y tiene que tonificarnos ver lo que
somos capaces de producir cuando contribuimos al logro de objetivos
importantes.
Estamos en la Argentina post-default, la República Argentina ,
todos los argentinos han cancelado su deuda con el Fondo Monetario Internacional
y están recomponiendo sus reservas, mientras mantienen superávit gemelos. El
crecimiento económico da evidencia de robustez, consolidación y equilibrio
desde el punto de vista sectorial.
Como ustedes saben, un eje fundamental para
la consolidación de la situación fiscal y de la política económica, en general,
fue la política de desendeudamiento. Realizamos la reestructuración de la deuda
pública buscando el máximo nivel de aceptabilidad por parte del mercado, dentro
de un marco de sustentabilidad de compromisos.
El nivel de adhesión al canje de la deuda
que propusimos alcanzó el 76,15 por ciento de los bonos en cesación de pago y
la reducción de la deuda fue de un 65 por ciento del monto nominal, hecho que
permitió una significativa caída de su peso respecto al Producto Interno Bruto,
de un 130 por ciento, en el 2004, al 72 por ciento. Ahorramos para el país casi
70 mil millones de dólares.
Entre diciembre de 2005 y enero de 2006,
cancelamos anticipadamente la deuda con el Fondo Monetario Internacional de
9.810 millones de dólares. Con esta operación, el total de la deuda pública
descendió al 65 por ciento del Producto Bruto Interno. Impulsado con un
crecimiento que no tiene parangón, en los últimos cien años, y la suba
constante del empleo los indicadores sociales mejoran notablemente.
Como efecto de políticas cerradas,
Argentina, como muchos países emergentes, se incorporó a la economía global con
una apertura indiscriminada a través de una total liberación de los flujos de
capitales, la desregulación, la privatización y el ajuste estructural. Todos
sabemos que los resultados de esa estrategia fueron contraproducentes y que esa
etapa terminó con la peor crisis de la historia. Como resultado vimos la
exclusión social, la concentración de ingresos en unos pocos, la
desindustrialización y el desmantelamiento del Estado.
No se trata de posiciones ideológicas, sino
de resultados concretos. La “teoría del derrame” asociada tradicionalmente a la
afluencia de la inversión extranjera, fue un espejismo y terminó con una
catástrofe sin precedentes.
Aunque costará mucho recuperar el país
perdido, ya hemos recuperado empleo de modo que el desempleo se ha reducido a
menos de la mitad y si Dios quiere, y seguimos con esta tendencia, esperamos
para fin de año poder decirle al pueblo argentino -por lo menos que lo digan
todas las estadísticas- que el desempleo llega a menos de un dígito. Se están
produciendo algunos hechos, ya que en algunos meses lo estamos teniendo; eso
nos alienta fuertemente, pero Dios quiera que para fines de año sea una
tendencia consolidada.
También se ha reducido la pobreza y la
indigencia. La pobreza, calculo que en el próximo trimestre o a fin de año
seguramente va a estar también por debajo del 30 por ciento después de haber
estado cerca del 60 por ciento; igual que la indigencia que aspiramos a que
esté en un dígito. La desigualdad en la distribución del ingreso tiende a
disminuir lentamente, no con la celeridad que nosotros quisiéramos pero también
avanza en ese ritmo y en ese sentido.
Hemos logrado establecer prioridades en
materia de financiamiento de la educación y trabajamos para contar con una
mejor calidad en la educación nacional: 6 puntos del Producto Bruto Interno,
hacia el año 2010 van a ser absolutamente puestos en inversión educativa.
Tenemos rumbos en forma proporcional.
Tenemos que lograr que el crecimiento
económico opere a favor de un desarrollo con inclusión, de modo que no se
asiente sobre desequilibrios sociales y desigualdad. Mucho ayudará que logremos
contar con un Estado inteligente y fuerte, que equilibre y promueva lo que los
mercados no pueden hacer por sí mismos, que mantengan reglas de juego claras y
transparentes.
Debemos contar con emprendedores que al
tiempo de conducir sus empresas, buscando honestos réditos, favorezcan también
el desarrollo humano en la sociedad que se desenvuelven. Tenemos que contar con
un empresariado con decisión nacional, comprometido con la realidad social y
económica de nuestra Patria y absolutamente decidido a aceptar el desafío de la
competencia. Estado inteligente y empresarios con responsabilidad social es la
fórmula de los países más desarrollados y poderosos en el concierto mundial
actual.
Por eso nos parecen anacrónicos, antiguos,
desacertados los conceptos que desde algunos sectores, supuestamente
especializados, se empeñan en sostener, oponiendo a Estado y actividad privada,
como si fueran antagónicos. Parece que insisten en viejas teorías, en donde el
Estado obligatoriamente hará todo mal y los sectores privados todo bien. Se
trata de una simplificación que arremete contra cualquier inteligencia. La
historia argentina, sin ir más lejos, y el proceso que hemos desarrollado el
Gobierno y la Bolsa
de Comercio, se empeñan en desdecir estas teorías.
Como bien se recordaba recién, en el crecimiento
de las operaciones de la Bolsa ,
impactan iniciativas del Gobierno. En la negociación de cheques de pago
diferidos, la negociabilidad de los certificados de participación en
fideicomisos financieros, las operaciones del mercado electrónico de gas, las
operaciones del mercado del carbono, la obligación impuesta a concesionarios
para cotizar en Bolsa, ha existido en mayor o menor medida, algún grado de
participación estatal. Por supuesto, se evidencia allí que la coordinación
Bolsa-Gobierno puede ser fructífera. Es una relación en que la que a veces
decimos que no, pero en la mayoría de los casos hemos coincidido planamente. Es
evidente, entonces, que el problema no está en que el Estado promueva o no,
sino cómo interviene y a beneficio de quiénes.
Un Estado inteligente ayudará al mejor
desarrollo de nuestra economía; un poder estatal que fije las reglas de la
competencia y pueda sancionar a quienes las infringen; que articule políticas
que garanticen la equidad entre los agentes de los distintos mercados; que
garantice el derecho de los consumidores; que restaure el equilibrio social.
Eso no niega el absoluto valor de la iniciativa privada, el valor del
emprendedor, del empresario nacional. Lo malo sería cargar sobre una de las
espaldas solamente y tener un Estado ausente o preso de intereses corporativos
que lo alejen del bien común en beneficio de unos pocos.
Estado y mercado deben combinarse para hacer
posible el desarrollo. El mundo actual exige esfuerzos simultáneos para
integrar el país al mundo y para integrar el país hacia adentro e integración
social. En este trabajo debe involucrarse la dinámica del mercado y la dinámica
de un Estado activo. El mercado es insustituible para crecer y el Estado
también es insustituible cuando se trata de lograr un desarrollo integral de un
país. No nos dejemos engañar por aquellos que parecen no comprender los nuevos
tiempos.
Por eso, en este nuevo aniversario que nos
pone muy contentos, aprovechamos para seguirlos convocando al esfuerzo de
fortalecer un mercado que derive ahorro nacional a la inversión productiva
utilizando toda vuestra inteligencia y energía para ayudar a continuar en la
senda del crecimiento sustentable.
Nosotros estamos aspirando a crear un
Mercado del Sur, queremos y estamos trabajando en forma paulatina para generar
en ese Mercado del Sur Bonos del Sur que, en una primera etapa, serían llevados
adelante por la
República Bolivariana de Venezuela y la Argentina como una
herramienta certera, eficaz de financiamiento que esperamos y tenemos que
lograrlo. En esto la tarea del Secretario de Financiamiento, la Ministra de Economía es
central y también la tarea de ustedes porque nosotros confiamos fuertemente que
las Bolsas, en este caso, la
Bolsa de Comercio de la República Argentina
también intervenga activamente para consolidar el espacio, la comercialización
y el ofrecimiento claro y concreto de esas políticas que nosotros deseamos
implementar. Creemos que puede ser un esquema de financiamiento muy importante
y que puede generar también una cantidad y una calidad de operaciones que va a
bajar absolutamente por ahí los costos que tenemos hoy cada vez que tenemos que
salir al mercado. Así que, confiamos que podamos encontrar una mancomunión de
esfuerzos con la Bolsa
en esta tarea que esperemos que siga avanzando como lo está haciendo y muy
bien.
También, queremos agradecer permanentemente
el esfuerzo, la responsabilidad que han tenido ustedes durante todo este año.
Este año afrontamos una crisis internacional que demostró la fortaleza de la Argentina , mostró el
excelente comportamiento que tuvo la
Bolsa y sus agentes y realmente logramos superar y estamos
superando esta etapa de turbulencias internacionales que tenemos en el mercado
financiero por las distintas consecuencias que se están en el mismo con el
mejor de los éxitos.
Al Gobierno y al Estado argentinos, a
ustedes y a todos los argentinos, realmente nos causa una profunda satisfacción
que por primera vez en mucho tiempo este tipo de situaciones las podamos
afrontar con la calidad con que lo hemos hecho ahora. Se está viviendo una
situación aún no determinada y el proceso argentino, realmente, está marchando
en forma correcta, excelente y responsable. Mucho tiene que ver también la
actitud y la responsabilidad de todos aquellos que operan aquí, en la Bolsa , y nosotros esto lo
queremos reconocer con absoluta claridad. Porque hubo responsabilidad, hubo
racionalidad y hubo un criterio de consolidar el esfuerzo que estamos llevando
todos los argentinos adelante.
Vamos a seguir trabajando en la consolidación
de los dos superávit, fiscal y comercial, seguiremos consolidando nuestras
políticas de reservas. Yo, particularmente, creo que durante muchos años se
debatieron muchas ideas en la
Argentina con la caja absolutamente vacía y en un estado de
insolvencia permanente. Aspiramos y aspiro a que a la terminación de mi
mandato, el 10 de diciembre de 2007, le pueda decir a los argentinos, que
sigamos debatiendo con mucha fuerza pero tengamos nuestra caja absolutamente
asegurada, ambos superávit consolidados, tengamos buenas reservas y entonces
vamos a debatir con mucha más tranquilidad y los debates se van a poder
concretar porque van a haber instrumentos, va a haber financiamiento y van a
haber recursos para poder llevarlo adelante. Sino el debate se transforma en
algo absolutamente abstracto y durante muchos años en la Argentina debatimos
mucho pero no nos preocupamos de consolidarnos económica y financieramente.
En esa tarea es central ir paso a paso,
consolidarnos, tener buenas reservas, buenos sistemas de financiamiento,
consolidación del crecimiento, consolidación de todos los mercados en forma
clara y absoluta, consolidación de la inversión, que es muy importante, pero
para que la inversión se siga consolidando tenemos que seguir consolidando un
país con fortaleza, con responsabilidad y con políticas absolutamente
previsibles.
Así que, mis queridos amigos, para mí es un
absoluto placer poder compartir estos 152 años y quiero ser absolutamente
agradecido a la tarea permanente de acompañamiento y en su momento de
asesoramiento en distintos temas, que han tenido las distintas autoridades que
en los distintos períodos tuvo la
Bolsa de Comercio y quienes la componen, porque nos han
ayudado a cometer muchos menos errores.
Así que, muchísimas gracias y gracias por
compartir con ustedes.
NESTOR KIRCHNER
No hay comentarios:
Publicar un comentario