DISCURSO EN EL
HOMENAJE A LOS CAIDOS EN MALVINAS EN LA CIUDAD DE USHUAIA
Néstor Kirchner
[2 de Abril de 2004]
Señor gobernador de la provincia de Tierra
del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; señores gobernadores de las
provincias de Chubut y Santa Cruz; señor presidente provisional del Honorable
Senado de la Nación ;
señor intendente municipal de Ushuaia; señor presidente del Centro de Ex
combatientes de Malvinas en Ushuaia; autoridades nacionales, provinciales y
municipales; señor jefe del Estado Mayor Conjunto; señores jefes de los Estados
Mayores Generales de las Fuerzas Armadas; señores veteranos de guerra;
familiares de caídos en Malvinas; señores; señoras; hermanos y hermanas de esta
amada provincia de Tierra del Fuego: es un día que creo que trasciende
largamente el marco de esta querida provincia de Tierra del Fuego.
La magnitud de lo que significó y significa el 2 de abril para los argentinos, y obviamente para los hombres y las mujeres del sur, es el basamento claro para definir las perspectivas de una Argentina distinta y sin hipocresías.
La magnitud de lo que significó y significa el 2 de abril para los argentinos, y obviamente para los hombres y las mujeres del sur, es el basamento claro para definir las perspectivas de una Argentina distinta y sin hipocresías.
Hermanos y hermanas, combatientes de Tierra
del Fuego presentes aquí: la lucha del 2 de abril no significó, como algunos
quieren decir, la decisión loca, atolondrada o suicida de algún general de la Nación , más allá de lo que
podría significar. Bajo ningún aspecto se puede emparentar la lucha de los
combatientes de Malvinas, de los oficiales dignos de nuestras tres Fuerzas
Armadas que combatieron en Malvinas, con aquellos que miraron con la nuca al
pueblo argentino y cometieron atropellos.
Por eso en primer lugar quería estar como
presidente de la Nación
aquí el 2 de abril para definir y asumir con claridad la adhesión a la
conducta, a la defensa de la Soberanía Nacional , a la dignidad, a la calidad
de héroes y mártires nacionales que deben ser honrados sin excusas en todo el
ámbito de nuestra Patria. No se puede
confundir lo que significó esa lucha con la coyuntura o con las cuestiones
mundanas de la política cotidiana.
También, bien lo dijo el señor presidente de
ex combatientes de Malvinas, los valores, señores sus valores, lo que significó
aquello son los valores centrales que los argentinos tenemos que sustentar para
construir el país que nos merecemos. No se va a construir una nueva Argentina
con meros discursos o con simples actitudes de voluntarismo, no hay
voluntarismo posible que pueda reconstruir nuestro país, se va a hacer con
valores, con conductas. Cuando tengamos en cada momento que resolver nuestros
problemas y nuestros compromisos externos, tienen que estar en claro los
valores nacionales, los valores de argentinidad, los valores de los que viven
en esta tierra, de los excluidos, de los que quieren volver a soñar con un país
distinto.
Cuando hablamos de la construcción de una
Argentina que pueda salir de ese segundo escalón del infierno en el que todavía
nos encontramos, también para resolver el manejo de la riqueza nacional esos
valores son sustanciales. ¿O queda alguna duda de las presiones que me veo y
nos vemos sometidos permanentemente, ya sea por determinados lobbies o grupos
monopólicos en el país? No nos engañemos más argentinos, las cosas que nos
pasan también tienen intereses concretos, tienen que ver con la Argentina de la
injusticia que quiere seguir persistiendo a costa de cualquier metodología o
acción, y cuando hay argentinos que nos animamos a levantar la voz y a marcar
otro rumbo esos intereses se vuelven a mover.
Por eso es muy importante que estemos en
claro. Cuando discutimos la crisis energética, somos casi el único país del
mundo que no maneja su ecuación energética por aquella teoría iluminada de que
el Estado iba a funcionar mejor regalando la producción y el trabajo Nacional.
Hoy estamos sufriendo no poder manejar aquellos elementos y tenemos que dar una
lucha desigual. Esos valores son los que significan también este 2 de abril.
Por eso a todos los argentinos desde aquí,
con el significado que tiene el 2 de abril, quiero decirles que no vamos a
hacer otro país si no asumimos la realidad clara y concreta. A la Argentina no la va a
salvar un superman, terminemos con el fundamentalismo y el mesianismo. No hay
posibilidad de que un solo hombre o un grupo de hombres pueda potenciar la Argentina distinta,
tampoco la va a salvar el acuerdo pactista de las corporaciones sino solamente
la construcción colectiva, plural y el consenso de todo el pueblo argentino sin
distinción de clases sociales, construyendo una Argentina que nos contenga a
todos.
Ya les dije a ustedes que iba a gobernar en
nombre de las convicciones que tenía y no me voy a mover de esas convicciones.
Quiero que cuando ustedes miren al presidente de la Nación sepan que las está
respetando cabalmente y que no va a buscar ningún atajo ni ninguna coyuntura
para adecuarse a determinada circunstancia política, porque con las
convicciones vamos a poder construir un país distinto y que nos contenga a
todos; con el coyunturalismo o el oportunismo político lo único que vamos a
traer es más desencanto para la
Argentina.
Tampoco me van a encontrar diciendo o
vendiendo que somos capaces de construir un país como el de “Alicia en el país
de las maravillas”, pero sí estoy seguro de que vamos a poder construir y
estamos construyendo una Argentina distinta, una Argentina con grandes
posibilidades de seguir subiendo escalones para dar las respuestas que hemos
encontrado durante todo este tiempo.
Por eso, queridos combatientes de Malvinas,
señores oficiales de las distintas fuerzas, a todos aquellos que han combatido
con dignidad, aquellos que se brindaron al pueblo argentino, quiero decirles
que hoy sostenemos los valores que nos guiaron en aquel momento, que muchos de
nosotros los vivimos muy de cerca. Muchos de nosotros compartíamos la angustia
de los propios compañeros cuando nuestros pilotos no llegaban de las misiones
patrióticas; cuando compartíamos la llegada de familiares con el llanto en la
mano por el familiar perdido, la esposa, el hijo, el hermano; cuando nos
abrazábamos en el llanto y la desesperación por las cosas que nos pasaban;
cuando veíamos los ojos de esos patriotas que marchaban sin mirar qué quedaba
atrás, pensando en el resto de los argentinos. Por eso yo quería estar este 2
de abril en Ushuaia diciéndole a toda la Argentina que estos héroes, estos mártires
nacionales merecen un reconocimiento profundo, eterno, no solamente en su
acción sino también en sus valores.
Muchísimas gracias por haber compartido este
acto, las Malvinas serán argentinas. Por el diálogo, por la paz, pero con la
firmeza de que obtener la soberanía de las islas Malvinas no será una cuestión
de supuestas acciones que se hicieron en el pasado, creyendo que renunciando a
nuestros valores podremos recuperar las Malvinas; no señores, no hay nada de la
nacionalidad que se pueda recuperar de rodillas, se recupera por la paz, con
amor pero con dignidad, defendiendo los valores y la integración nacional de
nuestra tierra.
Muchas gracias, señores combatientes, muchas
gracias señores oficiales, muchas gracias pueblo de Ushuaia. ¡Las Malvinas son
y serán argentinas!
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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