DISCURSO EN EL ACTO
DE HOMENAJE A LOS POLICÍAS CAÍDOS EN CUMPLIMIENTO DEL DEBER
Néstor Kirchner
[1 de Julio de
2005]
Señor jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires;
señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor jefe e integrantes de la Policía Federal
Argentina; autoridades nacionales y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires;
familiares de los caídos en cumplimiento del deber; señoras y señores: venimos
a recordar aquí a los policías federales caídos en cumplimiento del deber;
venimos a un justo homenaje dedicado a quienes ofrendaron sus vidas por
nosotros; venimos ante estos muertos de la sociedad, caídos en cumplimiento del
deber, a tomar de su ejemplo fuerzas para construir como estamos construyendo,
con aciertos y errores, como toda tarea humana, una policía con profundos
ideales democráticos, y comprometida en la defensa y respeto de los derechos
humanos.
Nos merecemos los argentinos y estos mártires una policía con vocación, una Policía Federal con prestigio, reconocida en su tarea cotidiana por la sociedad y respetada por todos.
Nos merecemos los argentinos y estos mártires una policía con vocación, una Policía Federal con prestigio, reconocida en su tarea cotidiana por la sociedad y respetada por todos.
Venimos de difíciles momentos, desde muy
abajo y debemos dedicar mucho esfuerzo al trabajo de reconstrucción de una
calidad institucional apegada a las normas. Este compromiso está en el centro
de nuestra acción, queremos dotar a la patria de una seguridad jurídica que
ampare a todos, no sólo a los que tienen dinero o poder.
No cederemos en el combate contra toda forma
de impunidad que tenemos en marcha, porque sabemos que el centro del problema
en la Argentina
ha sido la impunidad. Los Argentinos hemos convivido con la impunidad; es más,
hasta casi la habíamos aceptado y allí radica el problema. Como sociedad,
durante demasiado tiempo, hemos carecido de un sistema de premios y castigos;
un sistema de premios y castigos en materia penal, en materia impositiva,
premios y castigos en lo económico, premios y castigos en lo político. Esto
permitió instalar por mucho tiempo la impunidad en nuestra sociedad.
En nuestro país cumplir la ley no ha tenido
ni premio ni reconocimiento social, es más, quienes cumplimos la ley, no pocas
veces hemos sentido la sensación de ser los más tontos. La violación de las
normas se convirtió así en un verdadero hecho cultural, asociado a la llamada
viveza criolla.
Tenemos que desandar este camino, la
sociedad lo está exigiendo y día a día tenemos que tratar de desandarlo, en
esta lucha en la que no puede haber descanso. Lo típicamente argentino tiene
que ser el cumplimiento de la ley, el respeto a las reglas de convivencia,
tenemos que lograrlo rescatando lo mejor de nuestra sociedad.
No me cansaré de repetirlo: el delito es
delito. Sea de guante blanco, sea de naturaleza común, sea de mafias
organizadas comprometidas desde la policía o la política, no tiene color partidario
ni ideológico, es delito. Para combatirlo el Estado debe ser esclavo de la ley
y de la Constitución ,
y no puede estar sometido ni dejarse someter a ningún tipo de extorsión.
Los valores de orden y seguridad deben
convivir con los de justicia y libertad, no seremos una sociedad civilizada en
la medida en que eliminemos unos valores en función de los otros.
La paz social, el respeto a la ley, la
defensa de la vida, los bienes y la dignidad, son y deben ser derechos
inalienables de todos los argentinos. Para lograrlo debemos comprometernos muy
profundamente todos, es necesario que hagamos normal la práctica de respetar
los derechos de los otros. En el día a día y corrigiendo permanentemente los
errores que puedan cometerse, debemos estar todos los niveles de
responsabilidad estatal, social, pública o privada, nacional o provincial,
trabajando tras ese objetivo. Sin hipocresías, con serenidad pero con firmeza.
Diariamente tenemos ejemplos en nuestro
pueblo que demuestran que hemos decidido cambiar. No se trata sólo de pedirle
al otro de que cambie las cosas, estamos comprometidos a cambiar nosotros. Los
ciudadanos debemos involucrarnos, hacernos cargo de cada una de nuestras
conductas, desde lo cotidiano a lo institucional, desde lo individual a lo
colectivo, comenzar a mirar más allá de nuestro lugar grande o pequeño.
Por supuesto que los funcionarios públicos
en general y los funcionarios policiales en particular deben dar el ejemplo y
repudiar y condenar cualquier atisbo de corrupción en las instituciones.
Estamos decididos y con la convicción de que sólo de esa manera es posible
cambiar, de la manera que nuestra patria y nuestra sociedad exigen.
Estamos dejando atrás días de crueles
estadísticas cotidianas, cuando cada dos días caía un policía y todos los días
lamentábamos un herido. Estamos haciendo retroceder a la delincuencia
organizada. Robo de automóviles en conexión con desarmaderos, toma de rehenes y
secuestro de personas, paulatinamente, con mucho esfuerzo y mucho sacrificio,
van tomando un camino de disminución.
Con humildad reconocemos que aunque
revertimos los indicadores más negativos todavía no hemos solucionado todos los
problemas ni todo es como nos gustaría, pero se trata de seguir mejorando
permanentemente.
Hemos avanzado en la actitud de prevención,
de contención y profesionalismo ante las distintas manifestaciones de
provocación a la violencia en base a un mayor grado de capacitación y
compromiso con la seguridad que demuestran los hombres y las mujeres de la Policía Federal
Argentina. Nuestra fórmula debe ser trabajo y más trabajo, más prestigio
institucional, más contención a la familia policial y más policías. Podemos
mejorar sensiblemente para poder decir que gracias a ello tenemos menos
muertos, menos heridos y menos violencia.
Se trata de un largo camino hacia la mejora
en la convivencia, los argentinos no nos vamos a refugiar en ningún
escepticismo ni caeremos en poses triunfalistas. Sabemos que somos capaces, que
tenemos la fuerza necesaria, las ideas y las convicciones para concretar
nuestros sueños y nuestras esperanzas.
En este momento tan especial, hablando con
sinceridad desde el lugar que recuerda a muchos policías federales caídos en
cumplimiento del deber, venimos a dar testimonio de nuestro compromiso de
construir la sociedad que pueda compartir la vida en paz y amor que ellos
soñaron. Nosotros queremos vivir plenamente en una sociedad donde la gente
vuelva a confiar con todas sus fuerzas en nuestra Policía Federal. En ejemplo
de nuestros mártires, que han caído en defensa de la seguridad ciudadana, en
defensa de todos los ciudadanos argentinos, y que nosotros valoramos,
comprendemos y agradecemos su entrega a ellos y a su familia, también desde la
propia Policía Federal, en ejemplo a esos mártires que dieron todo sin pedir
nada, tenemos que dar todas las seguridades en todos los operativos que la Policía Federal
lleva adelante.
En estos días hubo un hecho que conmovió a
la sociedad en general, lo acaecido después de un partido de fútbol donde
falleció una criatura como Fernando Blanco. Le pido al señor jefe de la Policía Federal y
al señor Ministro el total esclarecimiento del tema, porque nosotros queremos
una Policía Federal –y estamos avanzando hacia ella- a la cual nos podamos
abrazar sabiendo que tenemos permanentemente el velo de su seguridad y que, por
Dios, ningún procedimiento equivocado, errado o alguna mala actitud de sus
hombres, empañen el tremendo esfuerzo que nuestra Policía Federal está haciendo
para dar la seguridad que los argentinos merecemos.
En nombre del gobierno de la Nación en esta etapa
temporal de la historia en que me toca conducir la Argentina , no tengo más
que agradecimientos permanentes a la lealtad, al esfuerzo y al trabajo que el
cuerpo de agentes, suboficiales, oficiales y jefes de la Policía Federal
están haciendo para tratar de lograr la seguridad que los argentinos nos
merecemos. Lógico que falta y que el camino es largo, lógico que todavía
estamos en el infierno, pero siento que estamos caminando hacia delante, esto
es muy importante valorarlo y nosotros lo rescatamos absolutamente.
Realmente nuestro permanente recuerdo a
nuestros mártires, a nuestros héroes que han dado todo para que en la Argentina la seguridad
se vuelva un derecho de todos, sin distinción de clases, de profesión, sin ningún
tipo de distinción, que sea un derecho de todos.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
No hay comentarios:
Publicar un comentario