junio 21, 2012

Discurso de Nestor Kirchner en la firma del acuerdo para la construcción de 250 mil viviendas (2007)

DISCURSO EN EL ACTO DE FIRMA DEL ACUERDO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE 250 MIL VIVIENDAS
Néstor Kirchner
[20 de Marzo de 2007]

Señor presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación; señores gobernadores; ministros; señores intendentes; señores empresarios; autoridades de las distintas gremiales empresarias; amigos de los distintos gremios de la Confederación General del Trabajo; señoras, señores, amigos y amigas: en este desafío estamos envueltos todos los argentinos.
Tantas veces hemos hablado de la cultura del esfuerzo y nos han acostumbrado a que los argentinos necesariamente siempre tenemos que fracasar. A veces los propios argentinos caemos en esa trampa sin salida, creyendo que negarnos entre nosotros o tratar de que las cosas no nos salgan, es poder generar alternativas de gobernabilidad.
Yo que llevo muchos años en la gestión pública -fui 4 años intendente y 12 años gobernador y ahora espero poder cumplimentar mis cuatro años y medio como presidente de la Nación, cosa que le agradezco profundamente al pueblo argentino, a los argentinos en general- he aprendido con claridad que lo importante en esta Argentina es que entendamos que nos tenemos que ir cualificando, que tenemos que ir mejorando día a día, que el pueblo argentino quiere que sus gobernantes cada día sean mejores, que cada día tengan mejores propuestas, que cada día administren mejor y que cada día puedan ser portadores de dar un mejor nivel de vida y un mejor nivel de posibilidades al conjunto de los argentinos.
En suma, la gestión pública no es vivir de discurso en discurso, sino que la gestión pública es administrar, es generar las condiciones para que un país pueda funcionar, para que un país tenga posibilidades de incluir, para que un país pueda lograr lo que en las próximas horas va a anunciar el INDEC, que es muy importante para todos, porque creo que la indigencia -no lo puedo afirmar todavía- va a estar en un dígito. Cuando nos tocó asumir el gobierno, la indigencia era del 27 por ciento y la pobreza bordeaba el 60 por ciento, índices agraviantes para todos los argentinos. Sigue siendo muy duro y muy difícil, pero va a estar entre el 27 y el 28 y pico por ciento; no sé bien el número todavía, pero fíjense, casi treinta y pico de puntos abajo la pobreza y prácticamente 18 puntos abajo la indigencia.
Si a esto le agregamos que la desocupación está en un dígito en la medición del último trimestre del año -porque ustedes saben que a la desocupación hay que ir midiéndola trimestre a trimestre con la estacionalidad de año a año, hay que medirla en forma paulatina, sin euforias temporarias-, espero que paulatinamente, ese dígito que obtuvimos el último trimestre del año pasado, pueda ser absolutamente consolidado en el último trimestre de este año y también que se vaya consolidando durante todo el año. Pero hay que trabajar mucho, hay que poner mucho esfuerzo, mucha racionalidad, hay que recuperar la solidaridad, que también es otro tema central y fundamental.
Sé que tanto los amigos empresarios, como los argentinos y los trabajadores, están actuando con mucha responsabilidad, con mucha racionalidad, porque el equilibrio es de todos. Un gobierno tiene iniciativa política, pero después está el equilibrio de todos los sectores que componen la sociedad; es imposible gobernar una sociedad sin el equilibrio y la racionalidad de todos los sectores.
Sé que esta sociedad argentina y su dirigencia han madurado fuertemente por las cosas que nos han pasado y vamos a consolidar este plan fuerte de previsibilidad y estabilidad con inclusión social, pero no de estabilidad en la paz de los cementerios como la que tuvimos tiempo atrás donde prácticamente el mantenerla era dejar millones de argentinos fuera de las posibilidades económicas de realizarse, fuera de las posibilidades económicas de estudiar, de acceder a la educación, fuera de las posibilidades económicas de formase, de acceder a un trabajo y dejando a los empresarios sin posibilidades de invertir.
Nosotros queremos que venga mucha inversión extranjera, pero también queremos tener empresarios nacionales; pero queremos que nuestros empresarios nacionales sean gerentes no, como ocurrió en el pasado, de los intereses que por allí no son argentinos. Queremos que los empresarios nacionales sean fuertes, que tengan rentabilidad, que inviertan y que tengan en cuenta que la columna vertebral de su desarrollo es su rentabilidad, pero que también su rentabilidad esté en el proceso inclusivo que viven los trabajadores argentinos que son parte activa de esta polea de crecimiento.
¿A qué estamos apostando ahora aquí? Más o menos para fin de año tendremos invertidos unos 42 mil millones de pesos en obra pública en lo que va de la gestión; tenemos cerca de 14 mil obras, las hemos encarado con estos señores que están acá, con los señores gobernadores, con los señores intendentes que veo sentados por allí. Es decir que es una tarea conjunta, ahí no hay partido que valga, fuimos los que tuvimos la responsabilidad de gobernar los que construimos entre todos, en pluralidad la posibilidad de que la Argentina empiece a tener una clase gobernante y una respuesta. Es decir que empresarios, trabajadores, funcionarios electos por el pueblo, con mucha responsabilidad, con acierto y con errores, encaramos el camino de la recuperación argentina. Entendemos -ustedes señores gobernadores lo saben bien, cuando dicen “no, que la crisis…”- que la crisis todavía es grave, señores, porque lo que hemos hecho, aunque es reconocido mundialmente en estos cuatro años, no significa que nosotros caigamos en no entender que todavía no salimos del infierno. Yo siempre digo que espero decirles a los argentinos el 10 de diciembre de 2007 que estamos fuera del infierno, que entramos al purgatorio y que esperamos llegar al país que definitivamente nos merecemos los argentinos. Pero estamos luchando por salir del infierno, hemos subido muchos escalones.
Si bien uno se alegra al ver cuánto bajó la pobreza o la indigencia o la desocupación, desde ya quisiera que todo baje mucho más y, aparte, fundamentalmente, que fuesen ya números estables, definitivos de una economía que se consolida con fuerza.
Acá estamos encontrando una política que se está consolidando, indudablemente; empezamos a trabajar en la vivienda con los gobernadores e intendentes y, al principio parecía un sueño. Se acuerdan ustedes que había algunos importantes medios y algunos importantes amigos periodistas –no sé si me acordé de ellos otra vez- que hablaban, y no estaba mal que lo hicieran, porque era tan difícil predecir el futuro, que si hubieran acertado en el momento en que nosotros estábamos lanzando las obras, más que periodistas, hubieran sido verdaderos magos y por eso nosotros los disculpamos plenamente. Pero la tarea era así: cada obra que veníamos a anunciar aquí y lanzábamos la licitación, decían “anuncian la licitación pero las obras no se ven” o “anuncian esto pero la obra no está, no se va a hacer, es el viejo discurso de la vieja dirigencia política que dice estas cosas, bla, bla, bla”, todo ese lenguaje conocido y remanido, aunque también tendrían que entender qué era lo que estaba pasando y sucediendo.
Señores: cualquier argentino puede recorrer todas las provincias argentinas, todos los municipios argentinos y habrá una vivienda que se está levantando. Nosotros podemos mirar a la sociedad de frente y decirle que hemos cumplido con la palabra empeñada. Esto es central. 
Esperamos inaugurar más de 100 mil este año y va a haber 100 mil familias más que van a pasar la Navidad y el Año Nuevo allí, en la casa que se merecen, con dignidad. Esas casas están construidas con manos argentinas o de hermanos latinoamericanos que viven en la Argentina, es decir que es trabajo para la Argentina, para los argentinos. Esas casas las hicieron cooperativas o empresarios argentinos y esas casas le dan base e infraestructura a todos los argentinos, obviamente con servicios y demás. Independientemente de todas las inversiones que se están haciendo en rutas y obras energéticas, hoy estamos hablando de la vivienda y esto es muy importante.
También hoy me puso contento, si bien me gustaría que baje más rápido, el hecho de que ha vuelto a bajar el trabajo en negro. Fíjense ustedes cómo se estabiliza la economía: después de haber pasado largamente el 50 por ciento, en datos que tenemos de hace horas, el trabajo en negro ha vuelto a bajar en 2.6 y estamos en el 42.6, es decir, que, a pesar de que es un número muy grande todavía, está bajando y estamos recuperando el trabajo en blanco. Es muy importante que todos los empresarios entiendan que para el trabajador es fundamental la recuperación del trabajo en blanco y que las normas se cumplan como corresponde pero, fundamentalmente, que el trabajador sea dignificado como se merece.
Esto de la recuperación del trabajo en blanco, es producto del trabajo que se lleva a cabo en el Ministerio de Trabajo, en la Confederación General del Trabajo y en los distintos gremios de la Argentina que, trabajando en forma conjunta, han avanzado fuertemente en este tema.
Ahora lanzamos 255 mil viviendas con presupuestos de 2007, 2008 y 2009 y con 22 mil millones de inversión. Señores, estamos ante otra prueba: yo creo que estamos dando un paso sustancial y que si este tema lo tratamos bien, estaremos llegando al purgatorio. Estamos construyendo más viviendas del déficit que tienen aquellos que necesitan de la inversión del Estado para tenerlas, teniendo en cuenta que son 120 mil o 130 mil las familias que se constituyen por año, es decir, que estaríamos por arriba de ese nivel, lo cual es un hecho tremendamente importante.
Estas casas dan trabajo directo, indirecto, mueven industrias, mueven chimeneas, aumenta el trabajo en metalúrgicas, en PyMES, ustedes saben todo lo que mueve esto y todo lo que genera, es tremendamente importante también. Por eso, creo que para todos, porque este es un trabajo hecho en conjunto, es una tremenda satisfacción.
Como mensaje final, les digo que Dios quiera que los argentinos entendamos que tenemos que tener confianza en nosotros mismos ya que tenemos una Argentina solvente, una Argentina que tiene más de 36 mil millones de dólares de reservas. Fíjense en lo que decían algunos integrantes de las escuelas económicas en el sentido de que había que tener por cada peso circulante 1 peso de reserva y ahora dicen que bastaría con tener el 25 por ciento de reservas. Siempre tienen que estar en contra porque están al servicio de otros intereses que no son los argentinos, esto es real. Por ahí no está mal, porque si ellos son contratados por grupos que tienen otros intereses y son ellos los que les pagan el sueldo...Bueno, pero que hablen con claridad.
La realidad concreta es que nosotros estamos ante una instancia donde podemos decir con absoluta seguridad que tenemos una Argentina solvente, equilibrada, que hay una Argentina que está estabilizada, que está creciendo racionalmente, que está desarrollando su industria, que está avanzando sobre la desocupación, la indigencia y la pobreza, que hay una Argentina que ha escalado muchos escalones del infierno.
Por eso, a veces, también es bueno que algunos se despojen de algunas cosas, miren al menos con claridad cristiana y se den cuenta que es mucho lo que se está haciendo en este país. Es muy fácil, a veces, tratar de descalificar lo que se hace y está bien, si lo quieren hacer lo pueden hacer. Es muy fácil para algunos que sirvieron a todos los que pasaron o para algunos que escribieron para todos los que pasaron o para algunos órganos que sirvieron en cuanto gobierno democrático estuvieron. Pero la verdad es que el pueblo argentino tiene memoria y honestamente digo, independientemente de quién pueda resultar ganador en cada elección, que veo expresarse masivamente al pueblo y veo niveles récords de presencia de la gente, tanto en Catamarca, en estas últimas elecciones, con casi el 70 por ciento, y en Entre Ríos donde votó casi el 85 por ciento. También les digo a todos los argentinos que lo más importante de esas dos elecciones, con disculpas a los dos gobernadores que están aquí, es la cantidad de gente que votó, pues la gente está volviendo a creer con fuerza en la democracia y saben que eligiendo bien van a poder vivir mejor. Esto es muy importante. Los triunfos y las derrotas en las elecciones son cuestiones circunstanciales, se dan en el marco natural y en cualquier proceso democrático, pero lo importante es la participación activa de la sociedad. 
Estoy muy feliz de compartir con ustedes este momento, construyámoslas, inaugurémoslas entre todos y ustedes saben, señores intendentes -que son los hombres que tienen contacto directo con la gente, los que tienen que vivir la actitud cotidiana, el drama final- y los señores gobernadores aquí presentes también lo saben, que ese rostro de felicidad de cada argentino que llega a la vivienda propia es algo que no tiene valor, tiene un precio incalculable y es ver recuperar la posibilidad de ser, porque la vivienda propia para el que no la tiene, es como la vida misma.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER

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