junio 21, 2012

Discurso de Nestor Kirchner en la XVII Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile (2007)

DISCURSO EN LA XVII CUMBRE IBEROMERICANA DE SANTIAGO DE CHILE
Néstor Kirchner
[9 de Noviembre de 2007]

En primer lugar quiero agradecer a nuestra querida amiga y presidenta de la República hermana de Chile, Michelle Bachelet, todas las atenciones, todo el cariño, todo el afecto y todo el compartir de tantas cosas. Agradecer la presencia de Su Majestad, de los Jefes de Estados y me voy a permitir con el permiso de ustedes hacer dos acotaciones, que las debo hacer, una con mucha alegría y otra con mucho dolor.
Una tiene que ver seguramente con lo que es la temática de la Cumbre, que es agradecerles a todos los Jefes de Estado, a todos los países hermanos y a vuestros pueblos, el apoyo por nuestra permanente lucha por la soberanía en las Islas Malvinas. Muchísimas gracias en nombre del pueblo argentino, que hoy en la Cumbre tiene un profundo agradecimiento.
El otro tema, Su Majestad, realmente disculpas, porque en su momento fui uno de los que le pidió que facilite, que medie, en este problema que tenemos con la República hermana del Uruguay. Yo creí que este no iba a ser tema de la Cumbre ni se iba a utilizar la Cumbre para hablar de una relación bilateral, donde usted hizo un esfuerzo tremendo pero lamentablemente la incomprensión, vaya saber qué, no soy yo ni me interesa juzgar la actitud de los demás, pero le puedo asegurar que me he sentido muy mal, creo que el pueblo argentino se siente muy mal porque en principio le tenemos un gran respeto a usted y un gran agradecimiento por lo que ha hecho permanentemente por la región, por lo que están haciendo, por la comprensión que están teniendo de la región. Hay una comprensión mucho más avanzada, mucho más real de lo que realmente pasa en Latinoamérica y en la relación Latinoamérica – España que nosotros valoramos tremendamente, fundamentalmente a partir de la gestión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en España y por supuesto la tarea suya inconmensurable durante tanto tiempo.
Por eso yo no quería traer el problema de la República hermana del Uruguay y la Argentina a esta cumbre, bajo ningún aspecto quería incomodar a ningún jefe de Estado. Les pido perdón a todos igual porque no era tema, pero realmente gracias en nombre del pueblo argentino, Su Majestad. Nosotros a pesar de la incomprensión de algunos, a pesar a veces de estas cosas que pasan, siempre vamos a creer en el diálogo, en la fraternidad, nunca vamos a utilizar en la política corta de la coyuntura estos temas, y yo nunca lo quise colocar a usted bajo ningún aspecto en una situación difícil, pero usted demostró su capacidad de estadista y tomó en sus manos un problema muy difícil sin ver si iba a perder o ganar, sin ver cuáles eran los costos que usted tenía, al igual que la tarea del canciller Moratinos que fue también ejemplar. Así que en nombre del pueblo argentino muchísimas gracias y a todos ustedes mis dispensas por haber tocado este tema pero creo que con todas las cosas que se fueron dando en el día de ayer y hoy lamentablemente tenía que hacer acotaciones de este tema. Lo hago desde el amor, yo no nací para cultivar el rencor ni me interesa, a los argentinos no nos interesa tener bajo ningún aspecto victoria sobre nadie, porque sufrimos demasiado por la confrontación, sufrimos demasiado por los regímenes que nos tocó vivir. Ustedes saben bien lo dañada que quedó nuestra sociedad, por eso desde la diversidad y la pluralidad siempre vamos a predicar el acuerdo y la convivencia.
Creo que el de la cohesión social, querida Presidenta, es un tema central y fundamental, que tenemos que tocarlo como un problema no solamente de políticas sociales. El presidente Correa acaba de hacer una clara visión de estadista al referirse al problema de la cohesión social. Obviamente que nuestros países necesitan política sociales directas, activas, la Argentina durante mucho tiempo fue un ejemplo de cohesión social, hasta que en 1976 vino la larga noche de la dictadura militar complementada con las políticas neoliberales de los años 90, donde decía bien nuestro amigo presidente de Ecuador no sé qué mano invisible nos prometía que el país iba a crecer y después el vaso iba a desbordar y a llegar a todos los sectores. Obviamente no desbordó el vaso, no llegó la mano invisible y transferimos riquezas a los lugares concentrados de la economía de un modo muy fuerte, cosechamos pobreza, indigencia, destruimos toda nuestra estructura productiva, toda nuestra industria, fue durísimo. La Argentina llegó a índices desconocidos después de haber sido un ejemplo de cohesión social, de leyes laborales de avanzada, de programas y leyes de formación educativas -ustedes saben el recurso humano que tiene la Argentina- que eran realmente un ejemplo. Bastaron unos 30 años de este tipo de políticas para colocarnos casi al límite.
Nos estamos tratando de recuperar, la verdad que cuando empecé mi gestión le comentaba al presidente Lula y a otros presidentes que ya estaban, como Lagos, que tenían experiencia, que no podía creer que la Argentina tuviera el 60 por ciento de pobreza. Hoy cuando me toca ya terminar mi mandato todavía tenemos un índice muy grande que es el 23 por ciento de pobreza, pero en cuatro años y medio pudimos bajar el 37 por ciento la pobreza, generando políticas que tiendan al desarrollo, con autonomía en la globalización, la construcción de un proyecto nacional, la construcción de un modelo nacional, integrado al mundo por supuesto, pero con sus perspectivas, con políticas de inclusión social, con políticas de redistribución del ingreso, teniendo en claro que hay un modelo neoliberal y la pobreza no es un problema de eficiencia o ineficiencia, o falta de políticas sociales, es un problema de modelos. Debemos tener un modelo inclusivo de distribución de la riqueza, de desconcentración de la economía, construir un modelo industrial en convivencia con la producción y el campo, pero un modelo que tenga fuertes raíces industriales; construir un proyecto educativo fuerte, como lo estamos haciendo en la Argentina, hemos destinado hacia el 2010, año del Bicentenario, el 6 por ciento del Producto Bruto Interno; tenemos que gobernar por propia decisión nacional.
Esta Cumbre Iberoamericana tiene que consolidar ese pensamiento también porque las políticas fondomonetaristas, eso lo vuelvo a repetir y espero que cambie el Fondo Monetario Internacional y algunos organismos internacionales -lo he dicho donde estuve- fueron quienes guiaron y decían quienes eran los buenos alumnos y cómo había que hacer las cosas para que nuestra gente esté bien, y aún hoy nos quieren seguir dando lecciones de las cosas que tenemos que hacer.
Yo creo que esta Cumbre Iberoamericana tiene que avanzar en la construcción de un pensamiento, que por supuesto incluye la cohesión social pero nosotros tenemos que avanzar en un pensamiento que sirva y que desde la Cumbre Iberoamericana quienes representamos a nuestros pueblos podamos construir un modelo plural y diverso de acuerdo a cada país pero que tenga contenidos y principios que hagan a la consolidación de un discurso alternativo a ese discurso uniforme y único que nos quisieron implantar en un momento determinados organismos internacionales y sojuzgaron a nuestros pueblos, ya sea por medio de la dictadura, la represión, la falta de libertad.
Debemos defender la cohesión social pero para ello hay que aplicar políticas claras, profundas, que garanticen esa distribución del ingreso. Tienen que ver los sistemas impositivos, tiene que ver el funcionamiento y la posibilidad de acceso de todos los ciudadanos a igualdad de condiciones. Fíjense ustedes que nosotros bajamos la indigencia del 27 por ciento que tenía la Argentina al 8,2. Todavía tenemos el 8,2 de indigencia. Bajamos la desocupación del 30 al 7,8; subimos nuestras reservas de 6.000 millones a 44.000 millones; pasamos de un endeudamiento del 140/150 por ciento del Producto Bruto Interno relación deuda producto, a un 57 por ciento; hemos crecido 5 años consecutivos –es el sexto año consecutivo que estamos creciendo- y vamos a tener el crecimiento más importante de los últimos 100 años. Miren las cosas que habremos hecho en la Argentina que este va a ser el crecimiento más importante que nuestro país tenga en los últimos 100 años y no tengo ninguna duda que el año que viene va a crecer porque el país va a tener la mejor Presidenta y por primera vez habremos crecido 6 años seguidos a estos niveles. Es mejor, esto lo charlábamos una vez con Lula y Ricardo Lagos, la satisfacción de uno cuando sabe que lo que viene es mejor de lo que pudo hacer uno, porque esto significa que nuestro país va a estar mejor, nuestro mundo va a ir mejor, nuestra región va a estar mejor. Siempre hay que aspirar a que lo que viene sea superador de lo nuestro, y estamos absolutamente convencidos los argentinos de que este tema es así.
Enfocando que el de la cohesión social es un tema de modelo, es muy importante que podamos trabajar y profundizar en políticas comunes, pero atrevámonos a hablar de la construcción del modelo que necesita la región. Empecemos a generar los equipos, a generar los debates necesarios, porque si nosotros logramos articular un modelo conjunto, con la diversidad, con la pluralidad, sin perder la individualidad como países, vamos a estar dándole una verdadera fuerza y un verdadero empuje a la cohesión social, a la cohesión de la región y a la cohesión iberoamericana que es tan importante.
La Argentina va a colaborar profundamente en todas las políticas que decía recién el presidente de España, para todos aquellos que lo necesiten, porque nosotros estuvimos al punto de la disolución nacional, sabemos y aprendimos los argentinos. Porque tuvimos que aprender, los argentinos a veces nos creemos los mejores del mundo cuando las cosas nos van bien y otras nos creemos los peores del mundo cuando las cosas nos van mal. Nos pasamos de autoestima y a veces perdemos toda la autoestima, nos falta el equilibrio, ustedes lo saben. Pero los argentinos aprendimos la lección de la historia y vamos a ser absolutamente solidarios. Lo que marcaron Michell cuando estaba hablando recién, el presidente de Portugal, el presidente de Ecuador y José Luis con toda claridad, el tema del agua potable es un problema fundamental en la región.
Me acuerdo que cuando asumí como Presidente fui a La Matanza, un lugar donde viven un millón y medio de personas, y había 650.000 personas sin agua; Cristina va a estar inaugurando a mediados del 2008 las últimas redes y todas esas personas van a tener agua. Cuando uno mira la inversión económica y mira la inversión que se dio en salud, en inclusión social, no hay comparación, tiene razón el presidente de España, son desafíos en que la relación económica con el logro que se obtiene no tiene comparación. Tenemos que avanzar todos decididamente y todos debemos tener un gesto de aportar económicamente para que esas cosas se puedan solucionar en donde haya hermanos y países que más lo necesiten en cada momento. Porque uno para poder mirar el futuro tiene que mirarse en el otro y tiene que tratar que al otro le vaya bien también, le vaya mejor en un marco de solidaridad total y absoluta. Esa es la cohesión social, esa es la cohesión política que debemos lograr en la región.
Yo no me quiero extender, les quiero decir que he vivido una experiencia inolvidable en estos cuatro años y medio, he conocido gente maravillosa. Creo que Latinoamérica tiene una posibilidad excepcional e Iberoamérica también de darnos cuenta que podemos ser parte activa de este mundo, que podemos tener opinión propia, que podemos discutir a los centros de poder, que tenemos que luchar por las políticas multilaterales; que tenemos que perder los miedos, que cuando vemos un hecho como en Irak tenemos que tener la fuerza de levantar nuestra voz y decir que ese no es el mundo que queremos, por dar un ejemplo. Eso nos va a dar identidad y nos va a devolver a lo que nosotros somos, porque alguna vez nos hicieron sentir que no lo podíamos hacer. Sé que vamos por muy buen camino.
Los gobernantes de Latinoamérica e Iberoamérica hoy se parecen a sus pueblos, y eso es muy importante, son todos votados por sus pueblos y están decididos a la construcción de políticas alternativas. Muchos pasos para adelante, nunca más un paso para atrás, porque ya sabemos qué nos pasó y qué nos sucedió. Respetando siempre la diversidad y la pluralidad, cada país tiene su cultura, su identidad, pero hay cosas que son comunes a todas las regiones, respeto a los derechos humanos, inclusión social, justicia social, equidad, la concepción libertaria clara y concreta que debemos tener de la construcción de esta región, en eso no podemos tener diferencias si aspiramos a un mundo progresista y distinto como yo sé que todos ustedes aspiran.
He conocido presidentes y presidentas maravillosos, hemos compartido momentos realmente muy buenos. Yo soy un militante político, comprometido desde siempre y voy a seguir trabajando fuertemente por todas estas cosas que creo, como sé que lo hacen muchos otros ex presidentes y lo tienen que hacer con la misma fuerza que lo hacían cuando eran presidentes. Porque se es presidente en un tiempo de la historia nada más, pero se es ciudadano argentino, latinoamericano o del mundo, permanentemente, y hay que trabajar permanentemente por los ideales y las convicciones que uno tiene. Porque con esos ideales, esas convicciones y esas experiencias podemos construir un mundo mejor y podemos dar las respuestas que buscábamos cuando nos incorporamos con fuerza a la política, creyendo que este mundo se podía cambiar. Hoy tenemos que construir los instrumentos para que este mundo se pueda cambiar.
Muchísimas gracias a todos, muchas gracias por la solidaridad permanente, muchas gracias a nuestros amigos de Venezuela, que nos ayudaron permanentemente en momentos muy difíciles que nunca me voy a olvidar. Muchas gracias Majestad, cuando usted me recibió la primera vez en España, cuando los empresarios españoles me corrían por todos lados, yo no tenía más remedio que pelearme, Majestad, qué le iba a decir, mentir no me gusta, entonces tenía que discutir. Pero usted tuvo esa mano solidaria, en su hogar tuve su consejo y ayuda siempre y estamos permanentemente agradecidos los argentinos. Muchas gracias a los hermanos colombianos, cubanos, chilenos, uruguayos, a Lula, que me decía –yo tuve que asumir muy rápido- “el mejor período de un presidente es el tiempo desde que es electo hasta que asume”. A mí me causó una gran desilusión porque yo tuve que asumir en una semana y me decía “qué poco tiempo voy a tener para disfrutar”. Gracias Lula, gracias igual. Tanta gente, Nicanor, tantas cosas que hicimos juntos, no quiero ser injusto con ninguno pero me encanta ver los rostros, el presidente que tiene Ecuador, el presidente que tiene Nicaragua; muchas gracias Uribe, con nuestra diversidad de pensamiento y demás hemos siempre pensado en la región, esto es muy importante. Es decir gracias, nada más que gracias y fuerza que podemos.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER

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