DISCURSO EN LA CIUDAD DE SAN NICOLÁS,
PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Néstor Kirchner
[10 de Febrero de
2004]
Queridos hermanos y hermanas de San Nicolás,
de la provincia de Buenos Aires: quiero, con el permiso del señor Intendente,
que mis primeras palabras sean para hacer mención a un amigo mío el alma, a un
militante con quien compartimos horas de lucha y de angustia por una patria
mejor y por quien hoy se me rompió el corazón cuando entré a San Nicolás.
Se trata de Gustavo Muccilli, mi amigo, mi compañero de esta querida San Nicolás que está desaparecido y que yo lo recuerdo con toda la fuerza y con toda la dignidad que él supo poner por esta Argentina.
Se trata de Gustavo Muccilli, mi amigo, mi compañero de esta querida San Nicolás que está desaparecido y que yo lo recuerdo con toda la fuerza y con toda la dignidad que él supo poner por esta Argentina.
Durante la campaña electoral, cuando muy
pocos creían que podíamos ganar y cuando muchos menos creían que podíamos
iniciar un proceso profundo de cambio, marcar un punto de inflexión en el país,
vine a San Nicolás y encontré cariño, amistad y solidaridad, y les dije que iba
a volver como presidente de los argentinos a trabajar con ustedes. Hoy estoy
volviendo con el gobernador Solá y con todos los amigos que están aquí
cumpliendo la palabra empeñada.
En cuanto a las inversiones, hablaron con
mucha claridad el señor Intendente y también el señor Gobernador diciendo que
éste es el inicio de un proceso -como bien lo definió el señor Intendente
cuando dijo que San Nicolás lo necesitaba- de reparación histórica. Todos
conocemos lo que fue San Nicolás, lo que después le pasó y ahora este nuevo y
paulatino resurgir que puede tener, que si lo ayudamos seguramente va a volver
a consolidar un destino de esperanza, de trabajo, de felicidad y de dignidad
que los nicoleños merecen y nosotros tenemos que hacer todos los esfuerzos para
que se pueda lograr.
También en este lugar histórico quisiera
aprovechar para decirles unas palabras a todos los argentinos. Ustedes saben
que estamos viviendo momentos difíciles en cuanto a la situación de defender
los intereses de la Argentina. Lamentablemente , algunos cuando
escriben o cuando hablan dicen que defender los intereses de los argentinos es
sobreactuar, es ser verborrágico, es tener un discurso que no nos conviene.
Cuando juré por la
Constitución ser presidente de los argentinos dije que no iba
a dejar las convicciones en la puerta de la Casa Rosada , dije que
no iba a mentir a los argentinos y me he propuesto, por todos los que sufren,
por nuestros trabajadores, por nuestra clase media, por nuestros empresarios
nacionales, no claudicar y no mentir, decirles la verdad a ustedes, no tratar
de venir a durar, no me interesa durar para claudicar y defraudar. Quiero estar
con la frente alta, quiero mirar con mi corazón y mis ojos a todos los
argentinos.
Me cuesta creer que en la propia Argentina
algunos miren más para afuera que para adentro y algunos no se den cuenta que
hay millones de argentinos que nos miran con los ojos llenos de lágrimas,
olvidados hasta de la esperanza, que están esperando que sus otros hermanos
argentinos tengan el coraje y la dignidad de reconstruir la convivencia social
y la justicia en nuestro país.
Nosotros, se los puedo asegurar, tenemos que
caminar por ese rumbo. Yo les digo que no es un capricho ni una posición, como
dicen algunos, intransigente; cuando digo que podemos pagar el 25 por ciento de
la deuda estoy hablando con la verdad y también digo que si se paga más se va a
pagar como en la década del 90, con el hambre del pueblo, y será un nuevo
genocidio sobre las espaldas del pueblo argentino que nosotros no podemos
volver a permitir.
Yo no endeudé a la Argentina ni ustedes
endeudaron la Argentina ;
los que endeudaron la
Argentina son los que siguen diciendo que tenemos que firmar
cualquier acuerdo; los que la endeudaron son los que se la robaron y los que
nos llevaron a la situación de indignidad y todos recordamos con todas nuestra
fuerza lo que está pasando y lo que está sucediendo.
Algunos periodistas me decían que el Estado
tiene una continuidad jurídica y es cierto, el Estado tiene una continuidad
jurídica, pero el Fondo Monetario Internacional por el tratado de Bretton Woods
también, y ellos eran auditores y contadores de quienes se endeudaron en la
década del 90 y aún antes, y los dejaron endeudarse de cualquier forma. Los argentinos asumimos con vergüenza a los
que nos endeudaron y nos llevaron a esa situación, pero que ellos también
asuman la responsabilidad de los que permitieron endeudar a la Argentina.
Queridos amigos, nuestra posición es
razonada, seria, que no nos coloquen como en la década pasada en la situación
de que hacemos esto o se viene el caos. Para recuperar la Argentina habrá que
pasar por momentos difíciles en cuanto a la situación que algunos dicen que nos
apuran. Claro que me apuran, pero cada vez que me apuran yo no pienso en los
que me apuran sino en los que sufren, y si me pusieron de presidente debo tener
el coraje y lo que hay que tener para defender esta querida patria y nuestros
intereses.
Por eso, que no nos vuelvan a meter miedo.
Argentinos y argentinas, con absoluta tranquilidad les pido que estemos con los
ojos bien abiertos, yo les voy a ir contando todo, no voy a decir una cosa y firmar
otra. Las responsabilidades que asuma siempre se las iré diciendo, como lo hice
hasta ahora, pero los argentinos debemos hacer entre todos la construcción de
nuestra identidad nacional.
Queremos convivir integrados a un mundo,
pero también es hora de que ese mundo les ponga freno a los fondos buitres y a
los bancos insaciables que quieren seguir lucrando con una Argentina que está
quebrada y doliente y necesita la mano solidaria del mundo para resurgir.
Vamos a seguir generando trabajo, inversión,
vamos a seguir poniendo todo nuestro esfuerzo para poner de pie nuestro querido
país. Y lo vamos a hacer trabajando con la dignidad de nuestros pioneros y
nuestros próceres.
Por eso quería hablarles desde aquí, desde
San Nicolás, desde este histórico lugar, a todos los argentinos; desde este
lugar de patria y de dignidad, y decirles que quienes estamos trabajando lo
hacemos con toda nuestra fuerza, que seguimos con gran fuerza espiritual,
creyendo en Dios y que un futuro distinto es posible.
No sobreactúo ni hago verborragia ni estoy
haciendo campaña para las internas, como algunos quieren decir; estoy tratando
de que definitivamente los argentinos podamos entre todos, tomados de la mano,
generar el proceso de reconstrucción que le dé a este país el rumbo y la
identidad nacional perdida, que la tuvimos en algún tiempo y fue la alegría de
nuestros abuelos y nuestros padres.
Quiero despedirme de ustedes diciéndoles que
voy a seguir viniendo a San Nicolás y los pueblos cercanos, que con todo el
equipo tenemos muchísimas ganas de trabajar, que vamos a poner todos nuestros
esfuerzos por recuperar la dignidad del país, por tener una Justicia
independiente, por respetar los derechos humanos, dignificarlos y terminar con
la impunidad, por castigar la corrupción con la firmeza que corresponda para
que definitivamente en la
Argentina quienes tengan la representatividad popular sean
honrados por su pueblo y que los pueda mirar con la dignidad que corresponde. A
cada corrupto hay que aplicarle el Código con la fuerza que corresponda, para
que definitivamente se termine esta historia de indignidad y para que el nuevo
ser nacional, el argentino que construyamos, sea el que nos enseñaron nuestros
abuelos: el que más trabaja, el que más estudia, el que más investiga, el más honesto,
el más decente. Ese es el modelo de argentino que queremos y ese es el modelo
que va a levantar nuestra querida patria.
Quiero llamar a todos los argentinos a no
caer en ningún tipo de división partidaria. Hay momentos de la historia en que
nuestra bandera nos debe cobijar a todos. Debemos tener la grandeza de caminar
juntos por la avenida de la patria para volver a construir esa nación que dé
justicia, dé dignidad, dé trabajo y recupere la producción.
Muchísimas gracias argentinos por compartir
este momento, y muchísima fuerza, que un futuro distinto es posible.
NESTOR KIRCHNER
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