DISCURSO EN
CHIVILCOY
Néstor Kirchner
[22 de Octubre de
2004]
Señor gobernador de la provincia de Buenos
Aires; señor intendente municipal de la ciudad de Chivilcoy; señores ministros
del Poder Ejecutivo nacional y provincial; señor arzobispo de Mercedes y Luján;
señores legisladores; señores intendentes; amigos, amigas, hermanos y hermanas
de esta querida localidad de Chivilcoy: siento un profundo orgullo de poder
compartir con ustedes estos 150 años de esta ciudad de trabajadores,
trabajadoras, empresarios y empresarias, de argentinos y argentinas que jamás
bajaron los brazos por más crisis que les haya tocado vivir.
He podido comprobar cuando me tocó estar durante la campaña electoral el afecto y el cariño con que me recibieron, no sabían quién era aquel pingüino del sur, pero me abrieron el corazón y los brazos. Muchísimas gracias realmente, nunca me voy a olvidar el respeto, el cariño y el afecto con que escucharon y nos trataron.
He podido comprobar cuando me tocó estar durante la campaña electoral el afecto y el cariño con que me recibieron, no sabían quién era aquel pingüino del sur, pero me abrieron el corazón y los brazos. Muchísimas gracias realmente, nunca me voy a olvidar el respeto, el cariño y el afecto con que escucharon y nos trataron.
Creo que la oportunidad es muy buena para
hacer reflexiones que hacen al conjunto de los argentinos. Escuchaba con mucha
atención al señor Intendente, decía del esfuerzo y el trabajo que están
haciendo todos los argentinos para volver a recuperar la Argentina perdida, pero
hay que tener memoria, la
Argentina se nos fue de las manos porque nos cambiaron los
valores. El más inteligente, el mejor dirigente, el más vivo, era el que hacía
plata hacía más rápido; en cambio el argentino que estudiaba, investigaba,
trabajaba o generaba docencia era un tonto. Cambiamos los valores y premiamos
al revés. Para que la
Argentina se consolide definitivamente es hora de que el
mejor argentino sea el que más trabaja, el que más estudia, el que más
investiga, el que más honesto es.
También, es imposible construir una
Argentina diferente si el valor de la honestidad no está marcado en el eje central
de nuestras acciones, y todos los argentinos debemos llevar adelante una
batalla definitiva para extirpar la corrupción del Estado, de la sociedad
argentina en general, para así ver cómo consolidamos los valores de este nuevo
país. Sé que esto no tiene ideología ni partido, lamentablemente cuando llegó
la corrupción golpeó en forma general a todas las estructuras y todas se deben
recuperar y tener capacidad de autocrítica. Debemos salir de esa situación que
atosiga a los argentinos de ver discutir a los dirigentes partidarios por cosas
que a nadie le interesan, para discutir las cosas que a todos los argentinos
nos interesan, que es la
Argentina del trabajo y la producción.
Se acuerdan ustedes que lo sufrieron, en
este lugar de trabajo, de producción, hombres y mujeres que con sus manos
callosas ayudaron a construir la
Argentina , la vergüenza y la indignidad de que prácticamente
la moneda nacional hace apenas dos años para poder sobrevivir tuvo que ser
sustituida por papeles, bonos o patacones que indignificaban el trabajo
argentino. Tengamos memoria. Gracias a Dios logramos junto con el Gobernador
restaurar el funcionamiento de la moneda como corresponde, en respeto a todos
los bonaerenses. Pero es bueno tener memoria de a qué niveles había llegado la
desocupación; en la provincia de Buenos Aires al 21 por ciento, hoy ya estamos
en el 13 por ciento, y es alta, hay que bajarla y seguir trabajando. A los
niveles de indigencia y pobreza. Hoy vemos los niveles de inversión en obra
pública y los crecimientos económicos que la Argentina está llevando
adelante, el 8.7 por ciento el año pasado y este año si Dios quiere vamos a
estar en el 7 por ciento o algo más; la lucha por una distribución del ingreso
diferente.
Por eso le digo a mi amigo el señor
Intendente que se terminó ese tiempo en el que los dirigentes teníamos que
decir -y se lo digo con todo cariño y afecto- “van a venir tiempos más
difíciles”. Yo no vine a la presidencia de la Nación ni Felipe a la gobernación para decirles a
los argentinos que van a venir tiempos más difíciles, van a venir tiempos de
más trabajo, mejores tiempos para los argentinos
Ustedes van a ver en los próximos meses cómo
vamos a ir resolviendo el problema del endeudamiento externo con dignidad; cómo
vamos a ir resolviendo el problema del endeudamiento externo sin arrodillarnos,
sin entregar la Argentina ;
cómo vamos a poder resolver el tema consolidando la producción de este país sin
embargar el trabajo argentino y sin cerrar los mercados del mundo como se nos
cerraron en el pasado. Van a ver cómo va
a seguir creciendo esta Argentina que tiene que crecer para todos. No queremos
una Argentina donde crezcan 4 o 5 grupos económicos sobre las espaldas de
todos, queremos la Argentina
donde volvamos a tener y consolidemos nuestro empresariado nacional, donde
vuelva a fortalecerse la clase media y donde se consolide la clase trabajadora,
que son los pilares de la sociedad en la que los argentinos aspiramos a
vivir.
Queremos recuperar la autoestima, terminar
con ese discurso de la década del 90 en el que todo lo argentino era malo,
donde todo lo que venía de otro lado era mejor que lo muestro, donde el
intelecto y las manos de los trabajadores y empresarios argentinos no valían.
Es hora de terminar con esa cultura de generarnos esa baja estima que nos llevó
a los argentinos a una situación tan dolorosa. Tengamos conciencia de lo que
somos con humildad, pero el trabajo, la producción y la inteligencia argentina
son de las mejores del mundo, empecemos a sentirnos orgullosos de lo nuestro,
empecemos a sentirnos orgullosos de lo que somos
Yo no les vengo a pedir que me sigan, porque
ya vimos lo que nos pasó a los argentinos por seguir, seguir y seguir, les
vengo a pedir que me tiendan sus manos, que me ayuden y nos ayudemos, que nos
tomemos unos con otros todos los argentinos para caminar las avenidas de la Patria , para levantar la
bandera, volver a levantar la
Nación y el escudo, volver a sentir que la Argentina puede ser lo
que fue, y mirar al cielo a nuestros padres y pioneros y decirles que les
estamos devolviendo a la Patria
el sentido de ser.
Muchísimas gracias hermanos y hermanas de
Chivilcoy, muchas gracias por este día, muchas gracias amigo Gobernador, muchas
gracias señor Intendente. Con la bandera, con la Patria , con los argentinos
y las argentinas, les dejo mi corazón sureño, mi alma de pingüino, muchísimas
gracias.
NESTOR KIRCHNER
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