noviembre 16, 2009

Mensaje de Franklin D. Roosevelt con motivo del ataque de Pearl Harbor (1941)

MENSAJE DEL PRESIDENTE AL CONGRESO DE LOS EE.UU CON MOTIVO DEL ATAQUE A PEARL HARBOR
"El día de la infamia"
Franklin D. Roosevelt
[8 de Diciembre de 1941]

Al Congreso de los Estados Unidos:
Ayer, siete de diciembre (fecha que vivirá en la deshonra), Estados Unidos de América fue súbita y deliberadamente atacada por fuerzas navales y aéreas del Imperio del Japón. Estados Unidos estaba en paz con esa nación, y a solicitud del Japón, seguía en conversaciones con su gobierno y su Emperador, con miras al mantenimiento de la paz en el Pacífico. De hecho una hora después de que los escuadrones aéreos japoneses habían comenzado a bombardear la isla de Oahu, el embajador japonés en los Estados Unidos y su colega, entregaron al Secretario de Estado la respuesta formal a un reciente mensaje norteamericano.
Aun cuando esta respuesta declaraba que parecía inútil continuar las existentes negociaciones diplomáticas, no contenía ninguna amenaza o insinuación de guerra o ataque armado. Habrá que consignarse que la distancia de Hawai desde el Japón hace obvio que el ataque fue planeado deliberadamente hace muchos días o inclusive muchas semanas.
Durante el lapso transcurrido, el Gobierno japonés deliberadamente trató de engañar a Estados Unidos con declaraciones falsas y expresiones de esperanza en favor de una paz continuada. El ataque de ayer sobre las islas Hawaianas ha causado severos daños a las fuerzas navales y militares norteamericanas. Muchas vidas norteamericanas se han perdido. En adición se ha informado que buques norteamericanos fueron torpedeados en alta mar entre San Francisco y Honolulu. Ayer, el Gobierno japonés también desató un ataque contra la Malaya. Anoche las fuerzas japonesas atacaron Hong Kong, Guam, las Islas Filipinas, la Isla de Wake y la Isla de Midway. El Japón, por tanto, ha emprendido una ofensiva de sorpresa, extendiéndose por toda el área del Pacífico.
Los hechos de ayer hablan por sí mismos. El pueblo de los Estados Unidos ya se ha formado sus opiniones y comprende bien las explicaciones a la propia vida y seguridad de nuestra nación. Como comandante en jefe del Ejército y la Marina he dado instrucciones de que se tomen todas las medidas necesarias para nuestra defensa.
Siempre se recordará la índole del ataque contra nosotros. No importa qué tanto tiempo necesitemos para vencer esta invasión premeditada. El pueblo norteamericano con su poderío, en el que le asiste el derecho, peleará hasta alcanzar la victoria absoluta. Creo interpretar la voluntad del Congreso y del pueblo cuando afirmo que no solo nos defenderemos hasta lo más sino que aseguraremos que esta forma de traición jamás vuelva a hacernos peligrar. ¿Existen hostilidades? No hay duda ante el hecho de que nuestro pueblo, nuestro territorio y nuestros intereses están en grave peligro. Con la confianza depositada en nuestras fuerzas armadas (con la inflexible determinación de nuestro pueblo), ganaremos el triunfo inevitable, Dios mediante. Pido que el Congreso declare que desde el ataque improvocado y cobarde de parte del Japón, el domingo siete de diciembre, ha existido un estado de guerra entre los Estados Unidos y el Imperio Japonés.
FRANKLIN DELANO ROOSEVELT

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