abril 18, 2010

"Vendrá el día que comprenderás el sentido atroz de estas palabras, en todo su amplio significado, y ese día,...tú nos honraras" Carta de Vanzetti al hijo de Sacco

SACCO & VANZETTI
Carta de Bartolomeo Vanzetti al hijo de Sacco 
“Vendrá el día que comprenderas el sentido atroz de estas palabras, en todo su amplio significado, y ese día, Dante, tú nos honraras”
[1927]

Mí querido Dante:
Yo espero aun. Nosotros lucharemos hasta el último momento para reivindicar nuestro derecho a la vida y a la libertad, pero todas las fuerzas del Estado, del oro y la reacción están malditamente contra nosotros, porque somos dos revolucionarios, dos anarquistas.
Escribiré poco sobre esto, también porque tú eres demasiado joven para poder comprender plenamente el profundo significado de esto y de otras cosas de que hablaría de buena gana contigo si la situación me lo permitiese.
Empero, si eres bueno, cuando seas mayor comprenderás, entonces, el caso de tu padre y el mío y los principios de él y míos por los que hoy se nos mata.
Te diré ahora que, por todo cuanto se de tu padre, él no es un criminal, sino por el contrario, uno de los mejores hombres que yo haya conocido nunca. Algún día serás capaz de comprender cuanto te digo: tu padre ha sacrificado todo lo que en la vida hay de más querido para el corazón y más sagrado para el alma, por su fe en la libertad y la justicia para todos.
Ese día te sentirás orgulloso de tu padre y, si has seguido siendo lo bastante bueno, tomarás su puesto en la lucha entre la libertad y la tiranía para reivindicar el nombre suyo -el nuestro- y nuestra sangre.
Y comprenderás también cuán buena y valerosa ha sido tu madre para ti, para tU padre y para mí en estos años de lucha, de dolores, de pasión, de penas y de atroz agonía.
Debes, por tanto, ser bueno, valiente, afectuoso hacia tu madre, hacia Inés, hacia Susi -buena y valerosa Susi- y hacer cuanto te sea posible para servirles de confortación y ayuda.
Desearía también que te recordarás alguna vez de mí, como el compañero, el amigo de tu padre, de tu madre, de Inés, de Susi y tuyo. Puedo asegurarte que tampoco yo fui nunca un criminal y que jamás en la vida robé o asesiné, sino que luché modesta y exclusivamente para abolir el crimen entre los hombres y por la libertad de todos.
Recuérdate. Dante, que quien te diga lo contrario de tu padre y de mí, no será más que un mentiroso, que insultará la memoria de dos hombres caídos por la fe y el amor hacia la humanidad que ardían en sus corazones.
Sabe y recuerda, Dante, que si tu padre y yo hubiésemos sido dos cobardes, dos hipócritas, dos renegadores de nuestra fe, no hubiéramos sido nunca condenados a muerte.
Ellos no habrían considerado culpable ni siquiera a un perro sarnoso ni ejecutado a un venenoso escorpión en base a las evidencias inventadas contra nosotros. Y habrían acordado un nuevo proceso, aunque se tratara de un matricida u otro delincuente común que hubiese podido presentar las evidencias que repetidamente y en vano, hemos presentado nosotros para obtener la revisión del proceso.
Recuerda, Dante, recuerda siempre esto: nosotros no somos ni fuimos nunca criminales; nos han juzgado culpables en fuerza a falsos testimonios, nos han denegado varias veces nuevo proceso y si somos ejecutados después de siete años, cuatro meses, y diecisiete días de indescriptibles torturas, es solo por la razón ya expuesta por mí: porque estuvimos y estamos siempre de parte de los pobres y contra la explotación y la opresión del hombre sobre el hombre.
Los documentos sobre nuestro caso que tú y los demás tendréis ocasión de recoger y conservar, te probaran que tu padre, tu madre, Inés, mi familia, tu y yo, hemos sido sacrificados por y para la razón de Estado de la plutocracia reaccionaria norteamericana.
Vendrá el día que comprenderas el sentido atroz de estas palabras, en todo su amplio significado, y ese día, Dante, tú nos honraras.
Y ahora, querido Dante, se siempre bueno y valeroso, siempre ... Un cariñoso abrazo de tu,
BARTOLOMEO VANZETTI

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