octubre 09, 2010

"Carta 08 - Manifiesto de la Disidencia China" Liu Xiaobo (2008)

CARTA 08 *[1]
"MANIFIESTO DE LA DISIDENCIA CHINA"
Liu Xiaobo y otros
[9 de Diciembre de 2008]

I. PREÁMBULO
Este año se cumplen 100 años desde la redacción de la primera Constitución China. En 2008 se cumple igualmente el 60 º aniversario de la promulgación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el 30º aniversario de la aparición del “Muro de la Democracia” en Pekín, y el 10º aniversario de la firma del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos [de las Naciones Unidas] por parte de China.
Nos acercamos igualmente al 20° aniversario de la masacre de los estudiantes que se manifestaban a favor de la democracia en la Plaza de Tiananmen.
El pueblo chino, que soporta una situación desastrosa en materia de Derechos Humanos y protagonizó innumerables luchas a lo largo de estos años, constata con claridad que la libertad, la igualdad y los derechos del hombre, son valores universales de la humanidad, y que la democracia y un gobierno constitucional son un marco fundamental para preservar estos valores.
Alejándose de tales valores, el enfoque del gobierno chino en cuanto a la “modernización” resulta desastrosa, privando al pueblo de sus derechos, destruyendo la dignidad y corrompiendo el transcurso normal de las relaciones humanas.
En consecuencia, nos planteamos la siguiente pregunta: ¿hacia donde va China, en el siglo XXI? ¿Continuará con su "modernización" autoritaria, o se adaptará a los valores universales, se vinculará al derrotero común de las naciones civilizadas y edificará el sistema democrático? Resulta imposible eludir estas cuestiones.
El choque del encuentro con Occidente en la China del siglo XIX dejo al desnudo el sistema autoritario decadente y marcó el principio del periodo que denominamos como de “los mayores cambios que conoció China en muchos milenos”. A esta mutación le siguió el movimiento de “autoforzamiento” que tenía sobre todo, por objetivo, acceder a las tecnologías que permitieran fabricar buques de guerra y otros objetos occidentales. La humillante derrota marítima de China frente a Japón en 1895 no hizo otra cosa que confirmar la obsolescencia del sistema chino.
Las primeras tentativas de introducir reformas políticas tuvieron lugar tras las desgraciadas reformas del verano de 1898, pero fueron aplastadas sin miramientos por los ultraconservadores en el seno de la Corte Imperial.
Con la revolución de 1911, que permitió crear la primera República de Asia, el sistema autoritario  imperial, de muchos siglos de antigüedad, se suponía que caería en el olvido para toda la eternidad. Pero el conflicto social en el interior de nuestro país, así como las presiones exteriores, impidieron que esto fuera así: China se divide en feudos de señores de la guerra y el sueño de la República se desvanece.
El doble fracaso de este “movimiento de auto-reforzamiento” y la renovación política llevaron a nuestros ancestros a preguntarse acerca de la posibilidad de que una eventual “enfermedad cultural” habría azotado nuestro país. Este cuestionamiento dio lugar, tras el Movimiento del 4 de Mayo a finales de los años 1910, a la corriente que exaltaba “la ciencia y la democracia”. No obstante, esta tentativa fracasará también bajo la represión de los señores de la guerra y la invasión japonesa (a partir de 1931 en Manchuria) provocando una crisis nacional.
La victoria sobre Japón, en 1945, dará una nueva oportunidad a China de evolucionar hacia un gobierno moderno, pero la victoria de los comunistas sobre los nacionalistas, durante la guerra civil hundirá a China en el totalitarismo. La “nueva China” nacida en 1949 proclamará que “el pueblo es soberano”, pero instaurará un sistema en el que es el partido quien disfruta de toda potestad.
El Partido Comunista chino tomo el control de todos los órganos del estado, todos los recursos económicos, políticos y sociales del país, y provocó una sucesión de desastres en el plano de los derechos del hombre, incluyendo la “Campaña Antiderechistas” (1957), el “Gran Salto Adelante” (1958-1960), la “Revolución Cultural” (1966-1969), la “Masacre del 4 de Junio (sucesos en la Plaza de Tiananmen” (1989), así como la represión actual de todas las religiones no autorizadas, la supresión del movimiento “Weiquan” (movimiento de defensa de los derechos cívicos, tal y como se enuncian en la Constitución China y en el Protocolo de la ONU firmado por el gobierno chino).
Durante todo este período, el pueblo chino pago un precio colosal. Decenas de millones de personas perdieron sus vidas, y muchas generaciones vieron su libertad, su felicidad, su dignidad humanan cruelmente aplastada bajo sus pies.
A lo largo de los dos últimos decenios del XX, la política de “reforma y apertura” del gobierno alivió al pueblo de los efectos de la pobreza y del totalitarismo de la época de Mao Zedong, y tuvo por efecto mejorar el nivel de riqueza y las condiciones de vida de muchos chinos, así como el restablecimiento parcial de la libertad económica y de los derechos económicos.
La sociedad civil empezó a desarrollarse y los llamamientos a favor de mas derechos y libertades políticas se multiplicaron igualmente. Aunque la élite en el poder operó un deslizamiento hacia la propiedad personal y la economía de mercado, progresivamente fue mutando, pasando a un rechazo absoluto de todo “derecho” al reconocimiento parcial de los mismos.
En 1988, el gobierno chino firmó dos importantes pactos internacionales sobre los derechos del hombre. En 2004 enmendó la Constitución para incluir en ella la frase “respetar y proteger los derechos del hombre”. Y este año, en 2008, se comprometió a promover un “plan nacional a favor de los derechos del hombre”.
Desgraciadamente, la mayor parte de los progresos políticos no fueron más allá del papel en el que estaban escritos. La realidad, a simple vista, es que China tiene numerosas leyes pero no un Estado de Derecho, tiene una Constitución pero no un gobierno constitucional. La élite al mando continúa aferrada a su poder autoritario y rechaza toda evolución hacia cambios políticos.
El resultado es una corrupción oficial endémica, un debilitamiento de todo el Estado de derecho, de los derechos del hombre, siempre frágiles, el hundimiento de toda ética pública, un capitalismo de favoritismo, de crecientes desigualdades entre ricos y pobres, el saqueo de los recursos naturales, así como de nuestro patrimonio histórico y humano, y la exarcebación de una larga lista de conflictos sociales, incluyendo, en el último periodo, una animosidad creciente entre la gente común y las autoridades.
Aunque estos conflictos y crisis ganan en intensidad, aunque la élite en el poder continúe aplastando y pisoteando con toda impunidad el derecho de los ciudadanos a la libertad, a la propiedad personal, a la búsqueda de la felicidad, asistimos a una radicalización de quien no tiene poder en el seno de la sociedad: los grupos vulnerables, los grupos que fueron reprimidos, que sufrieron cruelmente, incluyendo la tortura y que no tienen ningún espacio para protestar, ningún tribunal para que sus quejas sean escuchadas.
Estos grupos son cada vez más militantes y dejan entrever la posibilidad de un conflicto violento que puede llegar a tomar proporciones desastrosas. El declive del sistema actual alcanzó un nivel en el que el cambio  ya no puede ser más que una simple opción.
II. NUESTROS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Estamos ante un momento histórico para China, y nuestro porvenir esta en el aire. Revisando el proceso de modernización política del siglo pasado, reafirmamos y aceptamos los valores universales básicos que señalamos a continuación:
La Libertad: La libertad esta en el centro de los valores humanos universales. La libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad de reunión, la libertad de asociación, la libertad de de lugar de residencia, la libertad de huelga, de manifestarse, de protestar, son expresiones concretas de la libertad. Sin libertad, China quedará eternamente alejada de los ideales civilizados.
Los Derechos Humanos: Los derechos humanos no son otorgados por un Estado, sino que son derechos irrenunciables que gozan todas las personas.  El gobierno existe para asegurar la protección de los derechos del hombre y sus ciudadanos.  El ejercicio del poder del Estado debe ser autorizado por el pueblo. Los sucesivos desastres políticos en la historia reciente de China son consecuencia directa de la falta de respeto del régimen actual hacia los derechos humanos. Las personas son el pilar de una nación, una nación sirve a su pueblo, el gobierno existe para el pueblo.
La Igualdad: La integridad, la dignidad y la libertad de cada individuo, independientemente de su condición social, ocupación, género, situación económica, origen étnico, color de piel, religión o creencias políticas, son iguales. El principio de igualdad ante la ley para cada persona y la igualdad de derechos sociales, económicos, culturales y políticos de todos los ciudadanos deben ser respetados.
El republicanismo: El republicanismo que preconiza que el poder debe ser equilibrado entre las diferentes ramas de gobierno y los distintos intereses, debe ser respetado. Se aproxima al concepto político tradicional chino que estima que "todos son iguales bajo el cielo".
Permite a todos los grupos de interés y diferentes grupos sociales  y una pluralidad de culturas y religiones diferentes, ejercer su propio gobierno de manera democrática, y delibera para encontrar soluciones pacíficas a todas las cuestiones de interés público, sobre la base de la igualdad de participación, la competencia leal, y la discusión conjunta.
La Democracia: Los principios fundamentales esenciales de la democracia es que la soberanía reside en el pueblo y el gobierno es elegido por el pueblo. La democracia tiene las siguientes características básicas:
1) El poder político dimana del pueblo y la legitimidad de un régimen emana del pueblo.
2) El poder político es ejercido a través de decisiones tomadas por el pueblo.
3) Los ciudadanos gozan del derecho real de voto, los funcionarios en puestos clave en todos los niveles de gobierno deben ser el producto de las elecciones a intervalos regulares.
4) Se respeta las decisiones de la mayoría, la dignidad fundamental, la libertad y los derechos humanos y de las minorías protegidas.
En otras palabras, la democracia es el medio moderno de llegar “al poder del pueblo, por el y para el pueblo".
El constitucionalismo: El constitucionalismo es el principio que garantiza las libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos según lo definido por la Constitución a través de disposiciones legales y el Estado de Derecho; limita y define los límites del poder del gobierno y proporciona la capacidad institucional adecuado para llevarlo a cabo.
El autoritarismo esta en declive en el mundo. En China también. El poder imperial y de los señores está en vías de extinción.  Es momento de hacer que los ciudadanos sean los dueños de sus estados en todas partes del mundo.
Para China, el camino que conduce hacia una vida mejor pasa de liberarnos del concepto de la dependencia servil de "gobernantes iluminados" o "funcionarios honestos", y dirigirnos  hacia un sistema de libertad, de democracia, de Estado de Derecho, y hacia la emergencia de una conciencia moderna de la ciudadanía para quien los derechos son fundamentales y la participación un deber.
III. QUE PRECONIZAMOS:
Por consiguiente, en este espíritu de deber en tanto que ciudadanos constructivos y responsables, hacemos las siguientes recomendaciones sobre la gobernanza nacional, los derechos de los ciudadanos y el desarrollo social:
1) Una nueva Constitución: Debemos revisar nuestra constitución actual, retirar de ella las cláusulas que contradicen el principio según el cual la soberanía es ostentada por el pueblo. Y debemos transformarla en un documento que garantice verdaderamente los derechos del hombre, autorice el ejercicio del poder público y sirva de marco legal a la democratización de China. La Constitución debe ser la ley suprema del país, no pudiendo ser violada por individuo alguno, grupo o partido político.
2) La separación de poderes: Debemos edificar un sistema moderno de gobierno en el que la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial estén garantizados. Necesitamos una Ley Administrativa que defina la extensión de las responsabilidades del gobierno y sirva de garantía contra los abusos del poder administrativo. El gobierno debe ser responsable ante los contribuyentes.
La división de poderes entre los gobiernos de las provincias y el gobierno central debería respetar el principio según el cual el gobierno central ostenta todos los poderes que le son específicamente conferidos por la Constitución y todos los demás pertenecen a los gobiernos locales.
3) Una democracia parlamentaria: Los miembros de los órganos legislativos a todos los niveles deberían ser elegidos en elecciones directas, y la democracia parlamentaria debería respetar principios justos e imparciales.
4) Una magistratura independiente: El Estado de derecho debe estar por encima de los intereses de un partido político particular, y los jueces deben ser independientes. Debemos crear un Tribunal supremo constitucional y crear procedimientos de examen lo más rápidamente posible. Hemos de abolir todos los Comités políticos y legales que permitan hoy a los altos cargos del Partido Comunista decidir acerca de todas las cuestiones sensibles fuera del marco judicial. Debemos prohibir formalmente el aprovechamiento privado de las funciones públicas.
5) El control público de los funcionarios: El ejército debe ser responsable ante el gobierno, no ante un partido político, y debe ser profesionalizado. Los militares deben prestar juramento a la constitución y permanecer neutrales. Los partidos políticos deben estar prohibidos en el ejército. Todos los servidores del Estado, incluida la policía, deben servir de manera imparcial, y la práctica actual que consiste en favorecer a un partido en el reclutamiento debe asimismo cesar.
6) La garantía de los derechos humanos: Debe haber garantías estrictas en lo que atañe al respeto de los derechos del hombre y de la dignidad humana. Es necesario que exista un Comité de derechos humanos, responsable ante el órgano legislativo supremo del país, que velará por impedir que el gobierno abuse de su poder en materia de derechos del hombre. Una China constitucional y democrática debe garantizar la libertad individual de sus ciudadanos. Nadie debe ser víctima de arrestos, detenciones, interrogatorios o castigos ilegales. El sistema de "reeducación a través del trabajo" debe ser abolido.
7) La elección de las autoridades: Debe generalizarse un sistema completo de elecciones democráticas basado en el principio de "una persona, un voto". La elección directa de los responsables adminsitrativos a todos los niveles, del condado, de la ciudad, de la provincia o del país debe ser sistematizada. El derecho a elecciones regulares y de participar en ellas en tanto que ciudadano es inalienable.
8) Igualdad entre ciudad y campo: El sistema de registro de residencia debe ser abolido. Este sistema favorece a los residentes urbanos en detrimento de los habitantes de las zonas rurales. Debemos crear un sistema que conceda los mismos derechos constitucionales a todos los ciudadanos y les provea de la misma libertad para vivir dónde se quiera.
9) Libertad de asociación: El derecho de los ciudadanos a crear organizaciones debe ser garantizado. El sistema actual para el reconocimiento de organizaciones no gubernamentales, que exige que sean aprobadas, debe ser reemplazado por un sistema de registro.
La formación de partidos políticos debe ser regida por la Constitución y las leyes, lo que significa que es necesario poner fin al privilegio especial acordado a un partido que posee el derecho de monopolizar el poder, y debemos garantizar el principio de una competencia libre e igual entre todos los partidos políticos.
10) Libertad de reunión: La constitución debe preveer que las reuniones pacíficas, las manifestaciones, protestas, y la libertad de expresión son derechos fundamentales de los ciudadanos. El partido en el poder y el gobierno no pueden ser autorizados a someter estos derechos a obstáculos legales e inconstitucionales.
11) Libertad de expresión: Debemos convertir en universales la libertad de expresión, la libertad de prensa, y la libertad de cátedra con el fin de permitir a los ciudadanos ejercer plenamente su derecho a ser informados y ejercer su derecho a la supervisión política. Sus libertades deben ser garantizadas por una Ley sobre la prensa que suprima todas las restricciones políticas impuestas a la prensa. El crimen de "incitación a la subversión contra el poder del Estado", que existe actualmente en la ley china, debe ser abolido. Debemos cesar en la criminalización de la palabra.
12) Libertad religiosa: Debemos garantizar la libertad religiosa y de fe, e instaurar la separación de la iglesia y del Estado. No debe haber injerencia del gobierno en las actividades religiosas pacíficas. Debemos abolir toda ley, decreto o reglamento local que limite o prohíba la libertad religiosa de los ciudadanos. Debemos abolir el sistema actual que exige la autorización previa del Estado para que todo grupo religioso o todo lugar de culto pueda existir, y sustituirlo por un sistema donde el registro sea optativo, y para aquellos que elijan hacerlo, automático.
13) Educación cívica: Debemos abolir en nuestras escuelas los programas de educación política y los exámenes vinculados a estos, y que constituyen un adoctrinamiento ideológico de los alumnos a favor del apoyo a un partido político. Deberíamos sustituirlos por la educación cívica para promocionar así los valores universales y los derechos de los ciudadanos, desarrollar la conciencia cívica y los valores cívicos al servicio de la sociedad.
14) Protección de la propiedad personal: Debemos establecer y proteger el derecho a la propiedad personal y promover un sistema económico de mercado libre y honesto. Debemos abolir los monopolios gubernamentales sobre el comercio y la industria, y garantizar la libertad de crear nuevas empresas.
Debemos crear un Comité de empresas de Estado, responsable ante el Parlamento, que supervisará la transferencia de la propiedad del Estado hacia el sector privado de un modo honesto, competencial y ordenado. Debemos poner en marcha una reforma agraria que favorezca la propiedad privada de la tierra, que garantice el derecho de comprar y vender la tierra y permita, al verdadero valor de la propiedad privada reflejarse en el mercado.
15) Reforma financiera y fiscal: Debemos crear un sistema de finanzas públicas regulado de manera democrática y fiscalizable, de manera que se protejan los derechos de los contribuyentes y que respete los procesos establecidos. Necesitamos un sistema en el que los ingresos de un cierto nivel de gobierno (central, provincial, de distrito o local) esten controlados a ese mismo nivel.
Es menester también llevar a cabo una reforma fiscal que abolirá todo impuesto injusto, simplificará el sistema fiscal y repartirá la carga fiscal de manera equilibrada. Los representantes del gobierno no deberían estar en condiciones de aumentar las tasas o crear nuevos impuestos sin un debate público y la aprobación de una asamblea democrática. Debemos reformar el sistema de propiedad con el fin de permitir una competencia mayor en el mercado.
16) Seguridad social: Debemos introducir un sistema adaptado y justo de seguridad social para todos los ciudadanos, y asegurar el acceso de todos a la educación, a la salud a la jubilación, y al trabajo.
17) Protección del medioambiente: Debemos proteger nuestro medioambiente natural y promover un desarrollo que sea sostenible y responsable de cara a nuestros descendientes y al resto de la humanidad. Esto supone que los responsables gubernamentales, a todos los niveles, no solamente se comprometan a hacer todo lo que es posible para alcanzar estos objetivos, sino también aceptar la supervisión y la participación de las organizaciones no gubernamentales.
18) Una república federal: Una China democrática debería actuar como una potencia responsable contribuyendo a la paz y al desarrollo en la región de Asia- Pacífico, tratando con los otros en un espíritu de igualdad y de honestidad. En Hong Kong y Macao, deberíamos apoyar las libertades que ya existen.
En lo que concierne a Taiwán, deberíamos proclamar nuestro compromiso a favor de los principios de la libertad y la democracia, y acto seguido negociar de igual a igual, dispuestos al compromiso, a fin de encontrar una fórmula de unificación pacífica.
Deberíamos abordar los conflictos en las zonas de las minorías nacionales de China con una apertura de espíritu, buscando el marco operativo en el que todos los grupos étnicos o religiosos se puedan desarrollar. Debemos visualizar, en perspectiva, el establecimiento de una federación de comunidades democráticas de China.
19) La verdad en la reconciliación: Debemos restablecer la reputación de los individuos, incluyendo la de sus familias, que sufrieron persecución en las campañas políticas del pasado, o que fueron tratados como criminales en virtud de su manera de pensar, sus declaraciones o de su fe. El Estado debería pagarle compensaciones.
Todos los presos políticos o presos de conciencia deberían ser liberados.
Debería existir una Comisión de investigación de la Verdad, encargada de establecer los hechos relacionados con las injusticias y las atrocidades pasadas, determinar las responsabilidades, reestablecer la justicia y, sobre esta base, permitir la reconciliación social.
IV. CONCLUSION
China, como país importante en el mundo, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, miembro de la Comisión de derechos humanos de la ONU, debería contribuir a la paz de la humanidad, y a promover los derechos del hombre.
Desgraciadamente, somos hoy por hoy la única potencia entre los principales países, que sigue prisionera de un concepto político autoritario.
Nuestro sistema político continua generando calamidades en materia de derechos humanos y crisis sociales, que no solamente han obstaculizado el desarrollo de China, sino también limitado el progreso de la humanidad entera. Esto debe cambiar, y hacerlo en serio. La democratización de China ya no puede retrasarse más.
Por consiguiente, nos atrevemos a mostrar un espíritu cívico anunciando el nacimiento de la Carta 08. Esperamos que nuestros conciudadanos sean conscientes del mismo sentimiento de crisis, de responsabilidad y de misión y, ya se encuentren al servicio del gobierno o no, sea cual sea su estatus social, dejarán a un lado sus pequeñas diferencias y aceptarán los objetivos generales de este movimiento ciudadano.
Juntos, podemos trabajar en favor de cambios mayores en la sociedad china, y para el establecimiento rápido de un país libre, democrático y constitucional.
Podemos dar cuerpo a estos ideales y objetivos que fueron los de nuestro pueblo desde hace más de cien años, y abrir la vía a un nuevo capítulo brillante para la civilización china.

* Traducción en castellano en versión libre, sobre la base de la publicada en http://www.elpais.com/ y de la traducción en ingles de Hirch
[1] Liu Xiaobo es uno de los autores de este manifiesto -rubricado por otros 303 intelectuales y artistas de su país en 2008- que se publicó en internet coincidiendo con los Juegos Olímpicos de 2008 celebrados en el país y el 60 aniversario de los Derechos Humanos, y ha ido acumulando día a día mas firmas de adhesión que llegan a las 20.000 al momento de esta edición. El 8 de diciembre de 2008, un día antes de que fuera hecha pública la carta china, Liu Xiaobo fue detenido y un año después, fue condenado a 11 años de prisión. Tras ello, más de 150 escritores, académicos y otros intelectuales de todo el mundo, incluidos tres premios Nobel de Literatura (Seamus Heaney, Wole Soyinka y Nadine Gordimer) y los autores Salman Rushdie y Umberto Eco, dirigieron una carta al presidente chino, Hu Jintao, pidiendo su liberación.
En China, no obstante esta carta ha provocado una campaña masiva contra la disidencia, por la que más de 100 firmantes originales fueron acosados, interrogados o convocados por la policía en 20 provincias y municipalidades chinas. A los acosados, la policía los conminaba a hacer pública una nota de renuncia a su apoyo a la carta, de lo contrario eran acusados de "asociación ilegal".
El manifiesto esta inspirado en la “Carta 77” que la oposición de la extinta Checoslovaquia redactó en 1977 y contribuyo a la caída del régimen comunista en 1989. La trascendencia histórica de aquel documento europeo explica el nerviosismo que la Carta 08 ha despertado entre las autoridades chinas, obsesionadas por mantener el control político absoluto y lo que consideran la estabilidad del país para continuar el proceso de apertura y desarrollo económico, lanzado hace tres décadas.
Finalmente, a Liu Xiaobo se le acaba de conceder el “Premio Nobel de la Paz2010”, lo que ha generado la reacción de varios países pidiendo por su libertad. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon ha declarado que el Premio supone "un reconocimiento del creciente consenso internacional para mejorar las prácticas de derechos humanos y la cultura en todo el mundo". La noticia además ha sido bien recibida por las organizaciones humanitarias que luchan por la defensa de los Derechos Humanos, como Amnistía Internacional o Human Rigths Watch.

2 comentarios:

  1. José Maríaoctubre 12, 2010

    Realmente es desgarrante constatar que en pleno siglo XXI la humanidad aún no puede liberarse de sistemas perversos que oprimen su condición más elemental que el la LIBERTAD. Desde Bolivia la angustia es mayor, pues vivimos en carne propia el restablecimiento de la dictadura bajo el disfraz de las justas y postergadas reivindicaciones nacionales.

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  2. es ironico que mientras algunos paises como la china luchan por lograr que se reconoscan los derechos con los que el hombre a nacido , en paises como el mio(BOLIVIA) los movimientos sociales defienden y mantienen a un gobierno que trata de privarnos a todos de ellos. (atte ronald aduviri velasco)

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