noviembre 13, 2010

Mensaje del Gobernador de San Juan, Jorge Alberto Escobar, ante la Cámara de Diputados (1999)

MENSAJE
DEL
GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN
Jorge Alberto Escobar
AL ABRIR LAS SESIONES DE LA CAMARA DE DIPUTADOS
EL 5 DE ABRIL DE 1999
En la Ciudad de San Juan, provincia del mismo nombre, de la República Argentina

Señores Diputados
Este mensaje tiene para mí, una significación muy especial.
En primer lugar porque es mi último mensaje ante este Honorable Cuerpo en este periodo de gobierno.
En segundo término porque Es el último mensaje legislativo de este milenio. Y el cambio de milenio tiene ese simbolismo casi mágico que actúa en nuestra mente como el fin o el comienzo de etapas.
Finalmente, porque tenemos cosas que decir y queremos decirlas en esta casa donde tiene lugar en su aspecto más representativo, el diálogo esclarecedor de la democracia.
En ese marco vengo a decir que a lo largo de este periodo, la independencia de los poderes del Estado fue celosamente respetada.
Que la organización e independencia del Poder Judicial, que ha incorporado a sus magistrados de conformidad con las normas constitucionales, se robustece con la independencia presupuestaria, administrativa y funcional de la Justicia.
Quiero decir, también, que las relaciones con los municipios se mantuvieron en un plano de respeto y colaboración. El Poder Ejecutivo propició el entendimiento directo entre las autoridades departamentales en relación a soluciones de fondo, tanto en materia social como cultural o económica.
Paralelamente hemos avanzado en el trabajo regional con las provincias del Nuevo Cuyo, privilegiando el accionar conjunto en aquellos puntos que nos unen y manteniendo con firmeza nuestra defensa del interés provincial en aquellos temas en los que no ha sido posible coincidir.
Nuestra relación con el gobierno nacional puedo afirmar que ha sido óptima en todo este periodo. Esto nos ha permitido encarar con el apoyo nacional, obras que por su magnitud sobrepasaban las posibilidades provinciales. En este sentido reivindicamos nuestra concepción federalista basada en la complementación, la integración y el sentido de unidad nacional como unidad de destino. Los resultados están a la vista y demuestran el error en el que incurrieron expresiones localistas que, propugnando un federalismo mal entendido, construyeron situaciones carentes de sustento y alejadas de la realidad económica, política, social, educativa y cultural.
Sabedores que vivimos en un mundo globalizado, del que sólo podremos gozar de sus beneficios si estamos sólidamente asentados en nuestras raíces y nuestra identidad pero abiertos al avance de la ciencia y el comercio internacional, hemos encarado en estos años una decidida política para afianzar nuestra presencia en el mundo. El auspicio de misiones comerciales, educativas y culturales, la presencia gubernamental en distintos foros y las visitas que hemos tenido de diplomáticos y misiones comerciales de diferentes naciones, son una cabal demostración que San Juan ha dejado de ser una provincia terminal.
Estas realidades han tenido como precepto básico; el legado cultural que nos dice que la raíz de nuestro pueblo es una raíz espiritual y que el ser humano es un ser sagrado como sagrados son sus derechos y las instituciones que preservan su libertad.
Y estas realidades se han podido concretar en el marco de una irrestricta vigencia de la libertad de prensa en la que hasta la más crítica expresión hacia la gestión de gobierno ha podido realizarse sin obstrucciones ni condicionamientos.
Y bien.
Estas no son obras que se vean.
Pero constituyen el andamiaje que sostiene a una sociedad.
Afirmar que no sólo hemos sido consecuentes con nuestras ideas sino absolutamente respetuosos de las normas constitucionales, es nuestro mayor orgullo.
Y sobre ese andamiaje hemos proyectado nuestro accionar.
Hoy podemos afirmar que el futuro ha quedado definitivamente abierto.
En el rumbo que nos hemos fijado no hay caminos de retroceso.
No hay lugar para el estancamiento o el paso atrás.
San Juan es ya, tierra del porvenir.
Pero de un porvenir que ha adelantado sus pasos.
Es ya, en verdad, tierra del presente.
Como sanjuanino, como un habitante más de esta maravillosa provincia, comparto el orgullo y la esperanza de un pueblo que recupera su autoestima y percibe un horizonte que hace pocos años podría haberse calificado de leyenda.
Atrás queda la imagen que conjugaba una provincia público dependiente, sumida en el monocultivo, lejos del mundo, encerrada en una economía y consecuentemente una cultura, casi pastoril.
Hoy podemos soñar. Y solar en grande.
Y no es poco haber dado ese paso.
Porque la participación es, también, un estado de animo.
Y cuando los pueblos sueña, dejan de lado las posturas obstruccionistas que basan su accionar en el “no se puede”, el “me opongo”, el “¿para qué?”.
Sí, sí... Es necesario que los pueblos puedan soñar.
Y realizar esos sueños.
Porque el acierto de un gobernante no es lo único que permite construir una sociedad.
Se necesita de la labor, del esfuerzo y de los aciertos de todos los ciudadanos.
El propósito común que unifica el esfuerzo de todos es lo que determina que una sociedad pueda mirar con optimismo el futuro.
Y bien señores.
Esto es lo que estamos haciendo: cambiando la historia de San Juan.
Para lograr nuestro objetivo tenemos que ser absolutamente conscientes que las nuevas condiciones creadas por el avance de la ciencia y la técnica requieren que haya cada vez menos improvisación y menos imprevisión en las decisiones trascendentes de los representantes del pueblo.
La hora reclama de coherencia, de un profundo conocimiento de la ciencia política y del poder nacido en el consenso para producir las transformaciones necesarias.
Nada se logra por casualidad. .
No son los hechos aislados los que producen los grandes cambios.
Los cambios duraderos son obra de la planificación estratégica.
Se asientan en concepciones preestablecidas con claridad.
Es por eso que nuestra gestión reconoce etapas.
Nuestro primer objetivo fue reconstruir la autoestima de los sanjuaninos.
Esto sólo se podía lograr si San Juan pasaba a ser una pasión de todos.
Y salimos a pregonarlo.
Cuando los cambios comenzaban a advertirse, nos cambiaron el mañana por el ayer.
Y el desencuentro dividió a la sociedad sanjuanina.
Hubo que volver a empezar.
Y hacía falta coraje. Mucho coraje para gobernar.
Había que poner nuevamente la casa en orden y regresar al camino de la esperanza.
Y lo logramos.
Y comenzamos a hablar del San Juan que viene.
Y lo hicimos como siempre: sin mentir ni caer en la demagogia.
Dijimos: este es el sueño. Este es el camino. Están todos invitados a transitarlo.
Y surgió el San Juan que crece.
Porque ya podemos ver ese crecimiento.
San Juan crece porque hemos cumplido con férrea voluntad la tarea transformadora que nos propusimos.
San Juan crece porque tiene un proyecto serio y ejecutable.
San Juan crece porque estamos gobernando. Con el mismo coraje de siempre.
Con la misma pasión de siempre. Y convencidos que el San Juan que viene será cada día mejor.
Nada ha sido espontáneo, decíamos.
Nada es espontáneo o casual en la vida de una sociedad.
San Juan no es simple espacio geográfico.
Tampoco es un grupo de ciudadanos que cohabitan en un mismo suelo y cada cuatro años eligen un gobernante.
San Juan es y seguirá siendo el fruto de la unión solidaria de los sanjuaninos en el tiempo y en el espacio. Es y seguirá siendo, la obra común realizada a lo largo de su historia por sus habitantes.
Cuando una sociedad madura, lo que plantea son objetivos.
Porque precisamente, son los objetivos comunes los que hacen que una sociedad progrese.
Importan -¡claro que importan!- la historia común, el idioma que nos une, la cultura que nos identifica, los dramas y alegrías compartidos.
Pero las sociedades para progresar necesitan, además, compartir intereses y objetivos.
Y esos objetivos comunes no se alcanzan con simples acuerdos electoralistas carentes de contenido.
Es por eso que hoy venimos a este recinto para hablar de lo que hicimos, de lo que estamos haciendo y de lo que pensamos hacer en el futuro.
Y vamos a comenzar por el área al que nuestra Constitución ha dado un tratamiento especial: el de la educación.
Porque el fin del milenio le ha dado un nuevo nombre a la justicia social: educación.
Y no hay vuelta que darle.
En la era de los conocimientos, sólo la educación brinda la igualdad de oportunidades. Por eso nuestra principal inversión ha sido en educación.
Hoy con orgullo podemos decir que hemos dado un gran salto. Entre todos, demostramos que se podía.
Demostramos, tras década de inacción, que podíamos construir nuevas escuelas, refaccionar otras y ampliar en más de 600 las aulas existentes. Una inversión sin precedentes en la historia de San Juan.
Demostramos que la educación podía ser digna en cualquier punto de nuestra geografía. Por eso nos propusimos llevar la luz, mediante el uso de energía solar, a cada rincón aislado de la provincia. Para que todos nuestros niños puedan aprender a manejar una computadora. Para que todos puedan estar conectados con el mundo.
Demostrarnos que era posible contar con los nuevos elementos que la pedagogía moderna requiere. Y estamos llegando con libros, laboratorios y elementos a cada escuela.
Y nos enorgullecimos cuando el presidente anunció desde los Estados Unidos que desde San Juan se pondrá en marcha el Programa de Alfabetización Informática, que se propone erradicar la nueva clase de analfabetismo que surgió con el boom de la computación y las nuevas tecnologías. Sin duda ¬como lo dijo el presidente Menem, un salto cualitativo en los niveles de formación profesional y de capacitación laboral de la sociedad argentina.
Pero ustedes dirán: ¿Y como hacemos para que la educación llegue a los que menos tienen?
Y es válida la pregunta.
Tan válida que mediante un programa de becas estamos asistiendo a 4 mil chicos que de otra manera no podrían estudiar, quinientos de ellos residentes en la zona rural.
Y estamos orgullosos de haber refuncionalizado la Escuela Hogar. Para que este que es hoy nuestro mejor complejo edilicio cobije a los chicos más carenciados.
Pero el gran salto no se reduce a edificios, aulas, albergues, becas o equipamiento.
Hay un gran protagonista en el sistema educativo. Y es el docente.
Mejorar las condiciones en las desarrolla la actividad el maestro, es mejorar su calidad laboral.
Por eso, acabamos de implementar el Sistema de Informatización del Ministerio de Educación, lo que significa una revolución en la materia. A partir de ahora, basta de colas, pérdida de tiempo y burocráticos expedientes. Cada docente podrá seguir sus trámites desde una computadora instalada en su escuela, con lo que el sistema se agiliza y se da transparencia a la gestión.
Y como de calidad educativa estamos hablando, pusimos en marcha un programa de capacitación permanente, obligatoria y gratuita para todos los docentes. Y se inauguró el nodo de Internet y la confección de nuestra página Web.
Estas son las nuevas condiciones de la educación sanjuanina.
Y bajo estas condiciones, hemos abordado con el mayor de los empeños, la nueva educación en la provincia. Y nos hemos puesto al frente de la reforma educativa siendo pioneros en el país en la implementación de la EGB3 y el polimodal, lo que asegura más años de educación, mejores contenidos y una adecuada preparación para la salida laboral.
Pero la historia es una continuidad, dijimos.
Y tenemos objetivos para el futuro.
Porque en el futuro será difícil conseguir un trabajo sino se tiene la educación necesaria.
Y hoy hablar de educación mínima requerida es hablar de estudios secundarios completos. Es hablar de enseñanza polimodal completa. Para que los jóvenes egresen orientados hacia una salida laboral.
Ese es el gran desafío para los próximos años que tiene el gobierno y la sociedad.
Y esto sélo solo se puede lograr cuando se ha demostrado que se puede avanzar, que existe coherencia entre lo que se planifica, lo que se dice y lo que se hace.
Lo hemos dicho muchas veces:
Bajo condiciones sociales y económicas que contradigan nuestros ideales de justicia y libertad, la vida del espíritu se hace insostenible.
Un pueblo pobre y sin esperanzas no es un pueblo libre.
Un pueblo estancado y empobrecido no puede asegurar la plena vigencia de las instituciones democráticas.
Por el contrario, es campo propicio para la anarquía.
Por eso el daño que hacen a una sociedad las promesas fáciles, la demagogia, la improvisación.
¿Cuáles eran las posibilidades concretas de San Juan hasta no hace mucho tiempo?
Una provincia en cesación de pagos, con manifestaciones en las calles, con quemas de cubiertas, con sus empleados dolidos por el drástico recorte salarial.
La Caja de Jubilaciones con sus números en rojo.
El Banco San Juan cerrado y devorando los recursos provinciales pues el Estado era responsable de los depósitos.
Los bonos de consolidación de deudas con la Nación (180 millones de pesos), esfumados en pocos meses.
Hasta fiestas como la Exposol con grandes deudas impagas.
Pero lo peor era la situación de la economía real.
Porque hasta ese momento San Juan había estructurado su modelo de provincia sobre un Estado todopoderoso, sostén casi absoluto de la vida provincial, dador de jubilaciones inmerecidas, de viviendas que nunca se pagarían, de empleos innecesarios.
Y el resultado estaba a la vista:
*Teníamos uno de los ingresos por habitante más bajos del país.
*El empresariado estaba descapitalizado y mayoritariamente sólo enviaba sus producciones a mercados internos, en general poco exigentes y no compensatorios.
*No había políticas claras que permitieran avizorar un futuro autosustentable. Si había un objetivo este se limitaba a la creación de puestos de trabajo, en su mayoría improductivos.
Sí, San Juan vivía en una burbuja artificial. Y un día esa burbuja estalló.
Había que hacer las cuentas con la realidad.
Había que ajustarse el cinturón.
Había que romper con prejuicios que nos habían acompañado durante años.
Había que modificar conceptos y actitudes de gobernantes, de empresarios, de trabajadores.
El primer objetivo fue nivelar las cuentas públicas.
Y lo hicimos. Con coraje. Pero tratando de que este barco siguiera con su pasaje intacto.
Porque lo más fácil habría sido tirar pasajeros por la borda.
Restablecimos la cadena de pagos, ordenamos las cuentas del Estado, transferimos la Caja de Jubilaciones, privatizamos la empresa de energía y el Banco de San Juan.
¡Qué fácil resulta decirlo!
Pero qué difícil fue realizar todo esto en medio de incomprensiones, de obstrucciones y de críticas despiadadas.
*Hoy tenemos recuperado el salario de los empleados del Estado y ya no es noticia el día de pago porque se ha transformado –como siempre debió ser- en algo rutinario y previsible.
*Hoy nuestros jubilados cobran al día sus haberes y a nadie se le quitó sus beneficios como algunos políticos llegaron a suceder que sucedería.
*Hoy tenemos la energía más barata del país y se han reducido considerablemente los cortes.
*Hoy el Banco de San Juan no sólo recuperó la confianza de sus clientes sino que ha invertido en instituciones financieras de otras provincias.
Pero, lo más importante: hemos puesto en marcha un nuevo modelo productivo basado en la creación genuina de riqueza, de fuentes de trabajo, de productos que pueden salir a ganar mercados en el mundo.
Esto no se logra de un día para el otro.
Los pueblos no pasan de la “estadodependencia” a la actitud productiva de la noche a la mañana.
Nosotros nos planteamos el despegue sanjuanino asentado en cinco patas muy sólidas.
Y querernos ser precisos.
Un programa de dinamización productiva no debe afirmarse en 20 o 30 puntos pues se transformaría en una mera expresión de deseos.
Debe basarse en pocas áreas estratégicas claramente definidas.
En nuestro plan, el desarrollo de San Juan se asienta en las inmensas posibilidades que se abren a partir del sostenido crecimiento de la agricultura y la industria por un lado, la exploración y consecuente explotación minera, el turismo y el aumento de nuestras exportaciones como consecuencia de un mejoramiento cualitativo y cuantitativo de nuestra oferta y una decidida búsqueda de nuevos mercados. A esto agregamos el fuerte apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas como formidables impulsoras de la diversificación económica y la creación de nuevos empleos.
Y en ese sentido estamos trabajando.
Los resultados están a la vista.
Pero son sólo una parte del San Juan que viene y que todos podremos vivir y gozar en los próximos años.
*Porque el campo sanjuanino vive una verdadera revolución asentada en los diferimientos impositivos que han transformado la geografía sanjuanina, generado una inversión de mil millones de pesos, creando más de 6 mil puestos de trabajo estable y 16 mil transitorios y transformado casi 60 mil hectáreas. Los resultados de la promoción agrícola están a la vista de todos y bajo el control del Estado que con 563 inspecciones realizadas por el ministerio de la Producción garantiza que la inversión sea genuina.
*La industria también ha recibido un fuerte apoyo promocional que ha posibilitado la puesta en marcha de 229 proyectos con una inversión de 500 millones de pesos y la generación de 6 mil puestos de trabajo.
*Paralelamente, hemos dejado en la historia una minería reclamativa para pasar a los proyectos concretos como son: “Veladero”, “Pascua-Lama”, “Jagüelito” “Los Amarillos”, en el Valle del Cura; “Pachón”, “Piuquenes”, “Los Azules” en Calingasta; “Gualcamayo” en Jáchal, por citar algunos de los más importantes en materia de exploración y sin olvidarnos de la actividad minera tradicional de las cales, minerales industriales y rocas de aplicación. Las inversiones en exploración realizadas por las empresas adjudicatarias sólo en 1998 ascienden a 47 millones de dólares.
Y permítanme que me detenga unos minutos más este tema que -no tengo ninguna duda-transformará el interior y aumentará considerablemente el producto bruto sanjuanino.
Acabo de regresar de los Estados Unidos donde he participado del encuentro más importante del hemisferio en materia minera, “Invirtiendo en las Américas”, donde además de exponer sobre la oferta local y las ventajas de invertir en San Juan, representantes de las más importantes empresas mineras del mundo reiteraron el interés en la provincia, a la que consideraron una de las zonas más promisorias del continente.
Y esto es clave. Porque la minería es una actividad que multiplica el desarrollo. Implica la transformación económica de regiones que si o sí debemos integrar al desarrollo provincial.
Implica, también la incorporación de mano de obra de los lugares donde los yacimientos están emplazado, con la correspondiente calificación laboral y la influencia social y educativa que proporcionan emprendimientos de gran envergadura.
Para este año está previsto el llamado a Licitación Internacional, por las Áreas Mineras de propiedad del IPEEM, ubicadas en el Departamento de Calingasta: Calderón - Calderoncito, Cerro Mercedario y Rincones de Araya; y en Iglesia, La Ortiga y Los Despoblados.
Y todo este fenomenal proceso gira en torno a nuestra minería que seguramente nos dará proyectos factibles de ser explotados lo haremos preservando el medio ambiente, razón por la cual en los próximos días pondremos en marcha el Centro de Investigación para la Prevención de la Contaminación Minero Industrial concretado con la colaboración de Japón.
*El turismo es la otra gran pata sobre la que se asentará el crecimiento de la economía provincial.
Hemos roto el círculo que nos distraía intentando averiguar que era primero si el huevo o la gallina, la inversión o el turista:
Por primera vez, la actividad privada y el Estado marchan de la mano.
Estamos recuperando nuestras fiestas. Se están realizando importantes inversiones en hotelería. Y un sueño que algunos recibieron con descreimiento y hasta con sorna, está a punto de comenzar a concretarse: señores, tengo el placer de anunciarles que en las próximas semanas vamos a presentar desde San Juan el proyecto internacional del Ecoparque.
Estos son los pilares de nuestra economía.
Son los motores que arrastran el tren de la producción.
Y estos pilares se asientan sobre otras realidades que responden a un planeamiento estratégico.
Por eso están en ejecución los diques Caracoles y Punta Negra, las obras públicas más importantes realizadas en la historia de la Provincia, que permitirán además de la generación de una importante cantidad de energía (840 millones de Kwh/año), la ampliación de la superficie cultivada en más de 30.000 Has. Entre otros beneficios importantes de estas obras debe destacarse la prolongación de la vida útil de Quebrada de Ullúm la que sería prácticamente ilimitada. Antes de la primavera se terminará el tremendo trabajo del desvío del río. De acuerdo al ritmo de las obras, para esa época ya tendremos concluido el túnel de más de 700 metros de largo y 9 de ancho y en Punta Negra habremos finalizado el conducto de 600 metros de longitud.
Y sigue en marcha Cuesta del Viento que pese a todos los contratiempos continuará con su ejecución hasta la concreción de una obra que permitirá triplicar la superficie cultivada (5.500 Has a 17.000 futuras), y generar 40 millones de KW de energía, el doble que consume la zona.
En lo que se refiere a futuras obras se están realizando estudios en el Río La Palca, que es el principal afluente del Río Jáchal, y se ha gestionado con éxito la actualización del proyecto El Horcajo en Calingasta.
Estamos trabajando también para lograr la disponibilidad de energía eléctrica en todo el territorio provincial (eliminación de los sistemas aislados y atención del mercado disperso) y aprovechar todas las posibles fuentes energéticas de la Provincia, convencionales y no convencionales.
En ese sentido ya hemos dado pasos muy concretos como la puesta en servicio de la línea de alta tensión San Juan – Jáchal que permitirá integrar definitivamente a todo el norte sanjuanino al sistema interconectado y la ejecución de la línea de media tensión Cuesta del Viento - Jáchal que permitirá que la energía generada por Cuesta del Viento sea aprovechada por el sistema Jáchal-Iglesia, incorporándose las excedentes a la línea Jáchal- San Juan.
Y también estamos trabajando con las provincias del Nuevo Cuyo respecto a las obras que posibiliten la interconexión energética total de la región, llegando especialmente a las zonas mineras. Es lo que hemos denominado anillo energético de 500 Kv.
Respecto al aprovechamiento de energías no convencionales es importante señalar que se han equipado con paneles fotovoltaicos cinco escuelas rurales, estando en preparación la licitación para instalar los equipos de aprovechamiento de energía solar en las once escuelas restantes y en la totalidad de las viviendas rurales que constituyen lo que se denomina mercado disperso. Para que todos tengamos una idea de la magnitud del proyecto, digamos que representa llegar con energía alternativa a 376 viviendas individuales que corresponden fundamentalmente a puesteros ubicados en los lugares más diversos, alejados y aislados de los grandes centros urbanos.
¿Qué logramos con esto?
*En primer lugar, evitar el desarraigo, tema fundamental en una política de ocupación territorial.
*En segundo término, apoyamos la producción.
*Finalmente, le damos a esos comprovincianos una mejor calidad de vida.
El objetivo es que antes de ingresar al año 2000, todos los habitantes de la Provincia dispongan de un recurso tan esencial corno la energía eléctrica.
Y como la globalización reclama de caminos que posibiliten llevar nuestras producciones a los mercados del mundo, junto a los gobernadores de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba estamos trabajando en el Corredor Bioceánico, un megaproyecto que atravesará todo el territorio sanjuanino, perforará la cordillera a través del paso de Agua Negra y permitirá que nuestros productos lleguen a los puertos del Pacífico y del Atlántico, a Chile y a Brasil. Pero que también significará terminar con el “San Juan estación terminal” para transformarnos en paso obligado de una región que comercia bienes y servicios.
Y también necesitamos de caminos internos. Una prueba fehaciente del trabajo con una orientación precisa lo constituye el camino de Quebrada de lo' Gauchos, que unirá Calingasta con San Juan. Un camino que será de doble mano las 24 horas del día y que permitirá el tránsito de camiones pesados, uniendo definitivamente nuestra ciudad con la zona cordillerana y sus riquezas agrícolas y mineras.
Pero a las grandes obras de infraestructura deben sumarse los programas que posibiliten un cambio cualitativo en la producción agroindustrial.
Por eso la nueva Ley de Agua, elaborada tras ser consensuada con los regantes, que dinamizará el sistema a la vez que posibilitará -vía mayor recaudación- un mejor mantenimiento de la red de riego y drenaje.
Por eso el programa de lucha contra la mosca del mediterráneo que ya ha permitido reducir en un 80 por ciento la mosca de los frutos y que nos ha posibilitado ponernos a tono con la labor que realizan Mendoza y Chile, alcanzando los estándares internacionales que permitirán a nuestros productos llegar a los mercados internacionales.
Por eso los programas sanitarios de control y erradicación de la fiebre aftosa, brucelosis y tuberculosis que nos permitirá alcanzar el status de zona libre de estos males, paso indispensable para que nuestros productos cárneos tengan inserción en el mundo.
Todo esto nos está indicando que el motor de la economía sanjuanina está en marcha.
El nuevo desafío es agregar valor a la producción.
Estamos trabajando en ese sentido. Y estamos también planificando para el futuro inmediato.
En este punto tenemos que decir que el gran pilar de esta etapa serán la micro y la pequeña empresa.
San Juan quiere seguir creciendo. Y para hacerlo necesitamos nuevos emprendedores. Necesitamos cientos y miles de nuevos empresarios que se sumen a la vida productiva con emprendimientos que no necesariamente tienen que originarse en grandes inversiones.
Por eso el año pasado, mediante un convenio con el CFI, enviamos un contingente de jóvenes a los Estados Unidos para que aprendan las más novedosas técnicas del Management estratégico. Y por eso dentro de unos días sale la segunda misión, esta vez orientada a los servicios agropecuarios.
Por eso se posibilitó el viaje de productores agrícolas a California, para que estudiaran nuevas técnicas de producción y riego.
Por eso hemos alentado la visión empresaria mediante el Programa de Dinamización Productiva Regional, el Plan Empuje (financiado con la venta de tierras fiscales ociosas) o con los créditos blandos para micropymes del Consejo Federal de Inversiones.
Por eso también el aliento ala producción a través del PROMECOM.
Y por eso, finalmente, el aliento al cooperativismo que ya ha posibilitado el surgimiento de 150 cooperativas en una provincia donde nunca antes existió vocación cooperativa.
Todas estas herramientas están al servicio de quines tengan real aptitud y actitud emprendedora.
Reitero, no se trata de un problema de escala.
Las ventajas competitivas de San Juan en cuanto a pequeños emprendimientos se refiere, nacen de la producción diferenciada.
*Difícilmente podremos competir internacionalmente fabricando automóviles o maquinaria pesada. Pero seremos imbatibles si nos proponemos elaborar materias primas a partir de nuestras costumbres, de nuestras tradiciones.
*Otra ventaja competitiva la constituye la distancia, especialmente en el sector servicio. Los sanjuaninos pueden brindar innumerables servicios que hoy deben buscarse fuera de la provincia.
*También hay un espacio a ocupar con las nuevas actividades que surgen en un mundo donde la oferta en todos los campos es cada vez mayor.
Es hora de reconstruir aquel espíritu pionero que transformó el desierto sanjuanino en un vergel.
Y este es un cambio cultural que propiciamos y debemos concretar.
Alguna vez el Estado creyó que los problemas individuales se solucionaban regalando el pescado. Tenemos que hacer carne en nosotros que no hay solución sino se aprende a pescar.
Alguna vez creyó que una gran obra nos salvaba a todos y solucionaba los problemas del desempleo. Hemos aprendido que las grandes obras importan pero que las montañas se hacen con granitos de arena.
Este es el desafío para las nuevas generaciones de sanjuaninos.
Pero si nos quedáramos en propiciar solamente los emprendimientos que puedan encararse desde el Gran San Juan estaríamos obviando una vieja deuda que la ciudad tiene con los departamentos.
En esta etapa vamos a propiciar un cambio revolucionario como es la incorporación de todo el territorio provincial a los beneficios del desarrollo económico.
El desarrollo, para ser tal, debe ser amónico e integrado.
San Juan es una provincia, no un valle generoso.
No querernos que haya departamentos ricos y departamentos pobres.
No aceptaremos que haya departamentos que crecen y otros que vegetan.
Pero ese proceso de crecimiento armónico no debe ser unidireccional, desde el centro hacia el interior.
Necesitamos que los municipios se transformen en las células orientadoras de ese desarrollo a través de corporaciones de fomento.
Necesitamos que autoridades y sectores económicos y sociales de cada departamento tracen sus perfiles productivos para los próximos años, elaboren proyectos, alienten las radicaciones.
Desde el gobierno provincial vamos a apoyar todo emprendimiento realista y vamos a brindar todo el asesoramiento que sea necesario.
San Juan esta creciendo.
Sólo un necio puede negarlo.
Pero somos realistas y advertimos los problemas coyunturales que sufre la economía.
Y que también nos afectan como provincia.
Pero... detengámonos un momento en este punto.
Yo pregunto: ¿Qué hubiera sucedido con el país si una crisis como esta, que reconoce orígenes internacionales, no nos hubiera encontrado con una economía ordenada?
¿Qué hubiera pasado con San Juan de hace cuatro años?
Seamos honestos.
Todos, hasta el más acérrimo opositor sabe que podemos sufrir contratiempos, pueden demorarse algunos trabajos.
Pero ninguna obra se ha paralizado.
El Estado no ha dejado de pagar a sus proveedores.
Los empleados públicos no han dejado de cobrar sus haberes.
Esta es una realidad.
Y esto es así porque hemos hecho los deberes que correspondían.
Entre esos deberes se incluye la Ley de Administración Financiera, herramienta necesaria para dar cumplimiento con los principios básicos de eficiencia, eficacia y economía en la gestión gubernamental.
Pero es justo reconocer y aquí va mi sincero homenaje a esta Cámara que propició el debate y votó leyes fundamentales que envió el Ejecutivo para hacer realidad una provincia nueva, sin caos, sin sobresalto. Gracias, señores legisladores. Gracias a todos, por presentar el debate. Y gracias sobre todo a los legisladores que hicieron posible la sanción de esas leyes.
Hemos hablado de los cambios en la economía.
Pero estos cambios tienen un correlato también en el campo social.
Porque a veces desayunamos leyendo que se demora una ayuda social.
Y es justo que se reclame.
Pero también es justo tener buena memoria.
Y recordar, por ejemplo, que cuando nos hicimos nuevamente cargo del gobierno estaba paralizada la construcción de viviendas porque los fondos con destino específico habían sido desviados para atender gastos corrientes.
Hoy podemos tener en ejecución 6.777casas.
Hemos terminado y entregado en el periodo marzo del 98 a marzo del 99, 3.383 viviendas. Sólo en el mes de diciembre pasado entregamos 1.500 unidades en lo que denominamos “Navidad en casa nueva”.
Y estamos erradicando villas de emergencia. Ya hemos erradicado 391 viviendas y están en proceso de erradicación otras 942, lo que representa un formidable esfuerzo en ayuda de los sectores más carenciados.
Hemos refaccionado los albergues, herramienta 'formidable para contener y dar un futuro mejor a chicos provenientes de hogares con problemas económicos o familiares.
Estamos brindando ayuda alimentaria a 36.691 niños con Necesidades Básicas Insatisfechas en áreas urbanas y rurales de toda la provincia.
Los programas de provisión de agua potable y erradicación de letrinas a hogares más carenciados han llegado con sus obras a buena parte del territorio provincial. Es así como hemos instalado 85 mil metros de cañería para llegar con el agua a hogares de localidades tan alejadas como pueden ser Chucuma, Bermejo o Hilario.
Podríamos seguir hablando de lo que estamos haciendo en materia de deporte infantil. O de turismo social. O de nuestras preocupaciones por erradicar el alcoholismo en la juventud. La redacción del informe del ministerio de Desarrollo Humano que dejamos en esta Cámara junto
a los informes de las diferentes áreas de gobierno ha demandado 85 mil caracteres. Una demostración de cuánto estamos haciendo en ayuda de los mas necesitados. Por eso, se nos podrá decir que debemos hacer más. Pero lo que nadie podrá afirmar con seriedad es que estamos haciendo lo máximo que podemos hacer con nuestros recursos. Y que lo que hoy se hace es más de lo hecho en mucho, mucho tiempo.
Lo mismo podemos decir en materia de salud.
Estamos dando los primeros pasos que permitirán arribare n el futuro a la autogestión hospitalaria.
En ese camino elaboramos el anteproyecto de Ley de Ley de Descentralización Hospitalaria -con estado parlamentario desde diciembre pasado-, que le otorgará mayor autonomía a la gestión, originando soluciones rápidas, eficientes y eficaces a los problemas de salud.
Como parte de este plan y para alcanzar la equidad -dar a cada uno lo que necesita-, resultó indispensable que corrigiéramos la injusticia que representaba el subsidio implícito a las obras sociales y seguros privados, los que deberán abonar por este servicio previamente contratado, permitiéndonos invertir nuestros recursos en las personas que realmente lo necesitan.
También iniciamos el censo de las personas con cobertura a cargo del Estado, para su asentamiento en el Registro de Identificación Sanitaria. Llevamos relevados cerca de 20 mil habitantes quienes se verán favorecidos por el Plan Médico Obligatorio.
Al comienzo de este mensaje mencioné el valor simbólico que tiene el cambio de milenio.
Y esto es así.
Estrenamos milenio y es como si estrenáramos casa nueva.
Estamos trabajando para que así sea.
*Estamos trabajando para darle a San Juan el hospital que merece. Ya se realizó la apertura de sobres de la licitación para el proyecto, construcción y equipamiento del Nuevo Hospital Rawson, iniciando así un camino sin retorno hacia el progreso. Una de las cuatro empresas más prestigiosas será la adjudicataria, lo que demuestra el interés por esta obra que demandará una inversión de 45 millones de pesos.
*Hemos logrado que se incluya al de San Juan entre los aeropuertos privatizados. La empresa concesionaria ya se hizo cargo de la estación lo que posibilitará las inversiones para que nuestro aeropuerto adquiera la categoría de internacional y sea una herramienta útil para transportar con rapidez nuestra producción hacia los mercados del mundo.
*Empezamos la construcción de la Sala de Convenciones y Congresos en el Predio Ferial, la que permitirá incorporar a San Juan a las provincias que atraen este tipo de turismo considerado uno de los más rentables y de flujo continuo.
*Estamos realizando las refacciones del Auditorio Juan Victoria y comenzaremos en breve con el Teatro Sarmiento, nuestras dos principies salas, que mostraban signos inequívocos del paso del tiempo y de la falta de atención de los sucesivos gobiernos.
*Vamos a privatizar la Terminal de Ómnibus para que la inversión privada nos posibilite contar con una estación acorde a la importancia de nuestra ciudad y a las exigencias de la hora.
*Estamos culminando el proceso licitatorio del Casino Provincial, con el fin de dotar de un nuevo atractivo al turista que llegue a la provincia.
*Igual que en el corto plazo lograremos que la energía eléctrica llegue a todos los rincones de la provincia, ya sea mediante integración a los sistemas regionales o por generación alternativa, nuestros esfuerzos en los próximos años estarán destinados a lograr que el agua potable y los servicios cloacales sirvan a todos los habitantes de la provincia.
*Volver al campo
Todas estas obras -como se apreciará- responden a políticas claras y objetivos precisos.
Hay otros desafíos que representan verdaderos cambios estructurales. Representan ni más ni menos que una refundación de esta provincia que fue concentrando su población alrededor del Gran San Juan, producto de equivocadas políticas que transformaron al Estado en simple dador de empleos, mientras se abandonaba la producción genuina.
Para el Gobierno el desarrollo rural constituye un elemento estratégico para poner freno a los flujos migratorios y financieros desde el interior a la ciudad.
El próximo desafío es llevar la gente desde las márgenes de los centros urbanos hacia las zonas rurales.
Esto no se hace por decreto.
Se concreta con obras.
El hombre necesita trabajo. Y hoy los emprendimientos agrícolas, la exploración minera, las grandes obras hidroenergéticas y viales y el incipiente despertar turístico, brindan esa posibilidad en el interior sanjuanino.
Pero la familia necesita también vivienda. Y es por eso que hemos centrado nuestros esfuerzos en la vivienda rural.
Y los hijos necesitan educación. Y hemos llevado la EGB3 a toda la provincia planteándonos como objetivo la puesta en marcha del polimodal, lo que asegurará a los jóvenes una salida laboral acorde con las posibilidades de su zona.
Y también estamos llevando la energía a cada pueblo. Y creando las condiciones para que la atención de la salud tenga la calidad que todos merecen.
Esto es lo que entendemos por volver al campo.
Esta es nuestra concepción, que va mucho más allá que un solo gran centro urbano y departamentos debatiéndose en la pobreza y la carencia de servicios.
Este es, también; el San Juan que viene. El San Juan del 2 mil.
El San Juan que ya no soñamos: lo estamos construyendo.
Pero igual que hay seos que dejan de ser sueños porque se transforman en realidades, nacen nuevos sueños.
Una provincia se construye y se reconstruye cada día.
La historia es una sucesión de hechos.
La función del estadista es adelantarse a su tiempo.
Imaginar los próximos escenarios.
Proyectarse en el tiempo.
Y por eso estamos planificando para el futuro.
Imaginándonos ese futuro.
Pero sobre bases reales.
Sentar hoy las bases del San Juan del mañana, requiere un presupuesto básico: partir del futuro.
Es imposible planificar desde las experiencias pasadas.
Tenemos que estudiar hacia donde va el mundo, qué está dispuesto a comprar, que necesitará dentro de cinco o diez años, que profesiones tendrán mercado y cuales no.
Algo ha cambiado en el mundo. No es necesario que los países sigan una línea recta en su desarrollo económico. No hay una sucesión de etapas inexorables. Una industria farmacéutica no se iniciaría con la sulfamida ni una industria electrónica con la radio a galena.
¿Qué nos está diciendo esto?
Que podemos iniciarnos en cualquier actividad.
Pero debemos hacerlo a partir de los últimos conocimientos, la más moderna tecnología, los trabajadores más capacitados, los más capaces hombres de empresa.
En ese mundo, las decisiones políticas deben estar sometidas por estudios técnicos de primer nivel.
Y deben ser asumidas culturalmente.
No podemos seguir discutiendo hasta el hartazgo por cuestiones que el mundo ya no se plantea.
Aceptemos el desafío del crecimiento en el lugar de mirar el mundo con las anteojeras de los prejuicios.
En este último discurso del milenio de un gobernador sanjuanino ante la Cámara de Diputados, no dudo en afirmar que el futuro se construirá más que en el aprovechamiento integral de los recursos naturales, en la existencia de recursos humanos capaces de enfrentar los desafíos de los tiempos.
Esos recursos humanos no surgen espontáneamente, no se fabrican por decreto.
Hay que prepararlos.
Y se los prepara mediante la capacitación permanente.
Los conocimientos no tienen un límite. Crecen y crecen vertiginosamente
En el mundo que estamos imaginando, las distancias tampoco existen. El satélite y la fibra óptica serán los medios de transporte más usados en los sistemas comerciales.
En ese mundo que ya ingresa prepotentemente en nuestras vidas, no hay mercados cautivos. Pero sólo quienes produzcan lo mejor o lo diferenciado tendrán acceso a los mercados.
Preparémonos para que nuestra cultura, nuestras formas de producir, nuestra identidad, estén presentes en cada producto que salga de San Juan, sea este intelectual, artístico o material.
Esto sólo lo logran los pueblos que se abren a los conocimientos pero hunden muy profundas sus raíces en sus identidades.
Preparémonos para alcanzar una mayor participación. No puede haber un mundo real y un mundo de la política. La política –como ya lo dijo el presidente Menem- no es una riña de gallos donde haya que sacarse los ojos para acceder a migajas de poder. La política es una epopeya silenciosa a favor de la justicia y la libertad. No es puja entre pigmeos, sino la confrontación de proyectos e ideales. No es un circo de enfrentamientos ni un show de solapadas miserias personales: es una marcha honesta y permanente hacia la libertad.
Propongámonos ser cada día más solidarios. Sólo con justicia y equidad construiremos un futuro mejor.
Afirmémonos en los valores permanentes. Serán nuestra mejor defensa contra fenómenos culturales que muchas veces no podemos controlar.
El pensamiento mágico sólo sirve para acumular frustraciones.
El tren de la historia se va.
No nos quedemos en el andén.
El tiempo de los líderes carismáticos y los caudillos providenciales, ya pasó. Es la época de los conductores.
Y hay una gran diferencia entre el caudillo y el conductor. El caudillo improvisa. El conductor plantea y ejecuta.
El caudillo anda por entre las cosas creadas por otros. El conductor crea cosas nuevas.
El caudillo actúa inorgánicamente. El conductor organiza, vence al tiempo y perdura por sus propias creaciones.
El caudillismo, en definitiva, es un oficio, la conducción un arte.
Mis queridos comprovincianos, hemos perdido demasiado tiempo esperando el geniecillo que al abrir la botella nos diera las soluciones a todos nuestros problemas.
No existe el geniecillo.
Hemos perdido demasiado tiempo en enfrentamientos estériles, en discusiones que a nada conducían. La crítica permanente y sin sentido no construye. Observemos lo que está pasando: los países se unen para ser más fuertes, las empresas se asocian para ser más competitivas, la ciencia trabaja mancomunadamente para obtener mayores avances. No nos distraigamos en pequeñeces.
Hemos perdido demasiado tiempo defendiendo nuestros pequeños espacios. Debemos comprender que si el barco se hunde, quien se salva aferrado a una tabla es sólo un náufrago. No hay compartimientos estancos ni soluciones parciales. Nadie puede realizarse en una sociedad que no se realiza. Cada día más, la vida está constituida por un conjunto de partes, que deben interrelacionarse en armonía.
Es cierto que existen problemas, que podemos cometer errores, que persisten injusticias.
Pero hemos avanzado. Y lo seguiremos haciendo. Aprendamos a gozar lo logrado por todos.
Y preparémonos para enfrentar los nuevos desafíos. Los convoco al optimismo.
Nos hemos ganado el derecho de serlo.
Tenemos ante nosotros un mundo previsible. Y las bases para seguir creciendo.
No es poco. Animémonos.
Muchas Gracias.
Hasta siempre.
JORGE ALBERTO ESCOBAR

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