MENSAJE
DEL
GOBERNADOR
Juan Manuel de Rosas
AL ABRIR LAS SESIONES DE LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
EL 31 DE DICIEMBRE DE 1835
¡Viva la Confederación!
El Poder Ejecutivo
Buenos Aires, Diciembre 31 de 1835
Año 26 de la Libertad, 20 de la Independencia
y 6 de la Confederación Argentina.
A la Honorable Representación de la Provincia
SEÑORES REPRESENTANTES:
Nueve meses no cumplidos han pasado desde el día en que el presente Gobierno tomó sobre sus débiles hombros en este mismo lugar el enorme peso de un poder absoluto, confiado a la sanidad de su conciencia, y hoy tiene el honor de volver a él para saludar a la décima tercera Legislatura de la provincia, y darle cuenta del modo y forma en que lo ha ejercido.
Preciso es, aunque doloroso hacer un recuerdo de la situación del país en aquellos días, y en los dos años que habían precedido.
El gobierno nada dirá que no pueda ser atestiguado por cada uno de las habitantes de esta provincia; y por al misma razón, nada tiene que ocultar.
La administración de 1833 había tenido la desgracia de someterse a la influencia de hombres extraños a este suelo, y en extremo corrompidos. Así es que su política se dirigía abiertamente a humillar esta provincia, impedir el ensanche y seguridad de sus fronteras, ponerla en choque con las demás de la Confederación, insultar su Representación, dilapidar él tesoro público, llevar la discordia por medio de la prensa hasta el lecho conyugal, restablecer las esperanzas perdidas de la facción unitaria, y por último a asesinar federales respetables.
El pueblo porteño no pudo permanecer en esta situación deshonrosa y puesto en pie, expelió a un gobierno de gavilla, pero siempre generoso y con el deseo de evitar estragos se sujetó a otra autoridad que no pudo en ningún sentido llenar su alta misión. Subordinada a todas las influencias, aún a las más pequeñas, no mandaba, obedecía.
Cansada ésta de hacer esfuerzos inútiles, depuso al fin las insignias del poder, que fueron confiadas sucesivamente a diferentes ciudadanos; los que a pesar de su capacidad e importancia, habrían sin duda agravado los males de la patria, si las hubiesen admitido.
La Honorable Sala, entonces, por evitar los riesgos de tan larga acefalía, no obstante la bondad muy probada de los hijos de esta tierra, encargó el Poder Ejecutivo provisoriamente a su mismo presidente, quien se vio solo en la silla del gobierno, como en una roca combatida alrededor por las olas del mar enfurecido. Ni Ministros, y por último ni consejeros pudo reunir.
Por consecuencia de todo lo que el Gobierno acaba de manifestar, la sociedad se encontraba disuelta enteramente: perdido el influjo de los hombres que en todo país son destinados a dar la dirección; el espíritu de insubordinación había cundido, y echado multiplicadas raíces: cada uno conocía su impotencia y la de los otros, y no se resignaba ni a mandar ni a obedecer.
La miseria pública se hacia sentir por todas partes, y en la campaña no estaban seguras las vidas y propiedades. Malhechores famosos; cuyo nombre solo, llenaba de terror a sus pacíficos moradores, la corrían impunemente haciendo aquí y allí sus atentados de costumbre.
En medio de este caos, la masa del pueblo; así en esta como en las demás provincias, jamás perdía de vista el triunfo de la Santa Causa Nacional de la Federación, y la seguía imperturbable como norte único de sus aspiraciones, por entre los estorbos que le oponían tantos crímenes y acechanzas.
Pero la facción unitaria que obcecada en sus errores y dominada de que toda la resistencia que encontraba para la ejecución de sus iniquidades un orgullo fatuo, jamás ha podido divisar la opinión pública, creyó que toda la resistencia que encontraba para la ejecución de sus inicuos planes, nacía de los jefes federales que representaban esa verdadera opinión pública, y preocupada de este error, y aconsejada por el instinto de su debilidad, adoptó ese medio reservado a los viles, infames y cobardes: recurrió al puñal alevoso. Con él fue atravesado el corazón del gobernador de la provincia de Salta, ilustre brigadier general don Pablo Latorre, cuando incapaz de sospechar tanta maldad y con la conciencia tranquila, reposaba en un profundo sueño en compañía del teniente coronel Aguilar, a quien tocó igual desgracia. Con él fue dividido el cuello del ilustre enviado de este gobierno, cerca de los de Salta y Tucumán, brigadier general don Juan Facundo Quiroga, cuando volvía a dar cuenta de su misión pacífica, lleno de confianza en sus inmensos servicios, y desechando como injuriosos a sus mismos enemigos, los avisos que se le habían dado para su resguardo. Así pereció juntamente con él su secretario, el coronel mayor don José Santos Ortiz, y casi toda la comitiva, sin respetar los asesinos edad ni condición.
Todo esto, señores Representantes, es horrible y espantoso, pero no debía ser extraño. Desde largo tiempo el gobernador actual había hecho por escrito en ese mismo recinto muy tristes predicciones; mas no pudiendo entonces hacer tocar la evidencia: de las cosas, y cierto de que no era creído por la mayor parte de los que debían promover el remedio de los grandes males que amenazaban, se remitió a las pruebas que daría de ellas el tiempo. Bien pronto se hicieron manifiestos, y los hombres sinceros, los amigos de su país, con la esperanza perdida, recurrieron al único que les había dicho la verdad.
Efectivamente había llegado aquel tiempo fatal, en que se hace necesario el influjo personal sobre las masas, para restablecer el orden, las garantías y las mismas leyes desobedecidas; y cualquiera que fuese el que tenía respecto a ellas el gobernador actual, fue muy grande su conflicto, porque conoció la falta absoluta de medios de gobierno para reorganizar la sociedad. Pero confiando en la uniformidad de los votos con que le favorecían sus conciudadanos, en la extensión del poder que le conferían, en la cooperación de los señores Representantes, en la experiencia adquirida por el pueblo, en el patriotismo de que él mismo se sentía inflamado; y más que todo en la protección del Cielo, se puso en manos de la Divina Providencia, y prestó en las vuestras el terrible juramento de administrar la provincia conforme a su conciencia. Sus votos fueron escuchados del Ser Supremo, quien se ha empeñado en proteger y derramar sus bendiciones sobre la santa justa causa de la Confederación Argentina, de un modo tan manifiesto, que si ha debido ser muy doloroso a los Señores Representantes el cuadro de desórdenes y crímenes que acaba de presentarles, deben congratularse y rendir el más profundo homenaje de gratitud a la Divinidad al ver ese mismo cuadro convertido en fecundas esperanzas de la patria. Así el gobierno pasa a manifestarles la nueva situación del Estado.
EXTERIOR
Autorizado por las Provincias Confederadas de la República Argentina para entretener las relaciones exteriores con las naciones amigas, continúa desempeñando este honroso cargo, y le es muy grato decir que las conserva sin alteración.
Se ha declarado vigente el decreto de 23 de Octubre de 1834, que previene no se admita cónsul alguno, general ni particular, ni otra clase de agente de comercio de los estados o naciones que no hayan reconocido la independencia de la República Argentina.
Graves dificultades, emanadas de nuestras desgracias domésticas, habían demorado la legación diplomática cerca de los Estados Unidos de Norteamérica; pero estando superadas, el gobierno ha resuelto que su ministro en Londres pase a llenar dicha misión; y es de esperar que sus reclamaciones sean atendidas, y que la justicia del gobierno de Washington repare los agravios y perjuicios que infirió a la República el comandante de la corbeta "Lexington", que en medio de la más profunda paz, invadió de un modo atroz nuestra colonia de las islas Malvinas.
Sobre esta misma colonia, el gobierno debe añadir, que después de haber replicado nuestro ministro en Londres satisfactoriamente el año de 1834 a la contestación que dio el ministerio de S. M. B. con respecto a la protesta que le fue dirigida contra la ocupación violenta de las islas Malvinas por fuerzas inglesas, no ha continuado aquella negociación, y el gobierno jamás desistirá de su empeño de reclamar también de la justicia del gabinete británico el reconocimiento de los claros e incuestionables derechos de la República a aquellas islas y la competente reparación.
Tiene entendido el gobierno que otra invasión de diverso género se ha hecho al territorio de la República.
Se dice que en la bahía de San Gregorio, cerca del estrecho de Magallanes, ha sido introducida una pequeña colonia extranjera, que bajo el nombre de misión religiosa, ha entablado relaciones con los indígenas.
El gobierno no puede ser indiferente a un suceso semejante, y tomándolo oportunamente en consideración, propondrá a los señores Representantes las medidas que crea conveniente adoptar en defensa y seguridad de los derechos de la República.
El ministro plenipotenciario de S. M. B., residente en esta capital, ha invitado al gobierno para celebrar una convención sobre la abolición del tráfico de esclavos, y habiéndose prestado a ella con la calidad de que, al mismo tiempo se harían explicaciones sobre algunos artículos del tratado de navegación y comercio celebrado en 1825, no ha tenido efecto, porque el ministro de aquella nación no se consideró suficientemente instruido para este caso.
Su Majestad el Rey de los Franceses ha nombrado para residir en este país, al señor de Vins, marqués de Peysac, en el carácter de Cónsul General y Encargado de Negocios de aquel reino. El gobierno sintió dificultades de alguna consideración, que ha sometido a vuestro examen y consejo, y habiendo por tanto suspendido el reconocimiento de este funcionario en su carácter diplomático, ha aceptado su propuesta de ser reconocido provisoriamente como cónsul general, y se halla actualmente ejerciendo esta parte de su misión.
Con motivo de los sucesos ocurridos en la provincia de Río Grande del Sur, el Encargado de Negocios del imperio del Brasil, solicitó del gobierno que se prohibiese a todos los individuos de la República cualquiera ingerencia en ellos y al mismo tiempo la extracción de armas y municiones de guerra para dicha provincia. El gobierno, atendidas las relaciones de amistad que felizmente existen entre ambos estados, y el interés recíproco, no dudó en manifestar haría cuanto estuviese en la esfera de su poder para evitar que los súbditos de esta República tomasen ninguna clase de ingerencia en dichos acontecimientos y dirigió las correspondientes circulares al efecto.
Por idénticas razones se ha presentado el ajuste de una Convención, propuesta a nombre de S. M. I. por el mismo Encargado de Negocios, para la mutua entrega de aquellos criminales, que según el derecho de las naciones no deben hallar acogida en ningún país civilizado y la de los esclavos que huyeren sin motivo, del dominio de sus amos.
En cuanto a la propuesta del mismo Encargado de Negocios para estipular otra convención, dirigida a fortificar la prohibición del tráfico de esclavos, estando para mandar un Enviado a la corte del Brasil, el gobierno ha quedado en darle instrucciones al efecto.
En medio del deseo que diferentes naciones manifiestan de estrechar cada día más las relaciones de amistad que tienen con la nuestra y de que se consoliden las bases de un orden justo y permanente, se ha visto en Montevideo insultar públicamente por la prensa y de otros modos a las autoridades y a varias personas distinguidas de esta República, y que de allí se arrojan papeles incendiarios para introducir en ella la confusión y el desorden.
Se cree que los autores de tales crímenes sean algunos emigrados de aquí, pero no minorando esta circunstancia el deber que en tal caso incumbe al gobierno oriental, el que habla ha hecho la reclamaron correspondiente e insistirá en ella, con la esperanza de que aquel gobierno, según su contestación y las medidas posteriores que ha tomado, igualmente que recordando la historia reciente de estos países, impida maniobras tan reprobadas, y cuya impunidad ciertamente le haría muy poco honor.
INTERIOR
Con respecto a las provincias del interior, se siente la más viva complacencia al decir que han afianzado la Causa Nacional de la Federación, sin más que ese fondo de probidad y buen sentido que siempre se encuentra en la masa de los pueblos, cuando no están corrompidos.
Instigadores hábiles, sin perder ocasión, ni ahorrar medios de todo género, han puesto en ejercicio cuanto podía sugerir una imaginación activa, desesperada y profundamente inmoral, pero ellos en calma y usando de la razón, han sabido evadir las redes preparadas con tanto afán desde largas distancias, y castigar a los criminales que las tendían.
No es esto sólo; los enemigos del orden público, viendo frustrados todos sus artificios recurrieron a las armas y en unión con los emigrados a Bolivia y al Estado de Chile, intentaron apoderarse de la provincia de Tucumán e introducir el desorden en la Rioja y Catamarca; entonces los pueblos salieron también al campo de batalla y los dispersaron como el humo.
Últimamente llegó el día funesto, ese día que el Gobierno vuelve a recordar con tanto pesar, y los pueblos levantaron su voz denunciando a una quienes eran los bárbaros asesinos del ilustre Brigadier General don Juan Facundo Quiroga, les nombraron Juez y los remitieron a la cárcel pública de esta ciudad, donde permanecen hasta que, concluido el proceso, la justicia haga su deber.
De este modo la quietud interior se encuentra restablecida, los unitarios a punto de ser anonadados y los pueblos cubiertos de honor.
Sin embargo, ese bando de anarquistas, el más fecundo en arterías y medios de iniquidad, no deja aun de ocupar la atención del Gobierno.
Acosado en todas partes por el grito de la opinión ha tomado el arbitrio de disfrazarse con la máscara de la Federación y de este modo ha logrado sorprender al actual Gobernador de la provincia de San Juan, sometiéndolo a su funesta influencia y se ha apoderado también del Gobierno de la provincia de Salta.
Pero los demás de la Confederación se hallan muy apercibidos de este disfraz y es probable que sin hacer sentir a aquellos desgraciados pueblos estragos de consideración, escarmienten para siempre a sus opresores.
Este, señores Representantes, es el estado tranquilo y satisfactorio en que se hallan hoy nuestras relaciones con las naciones amigas y provincias hermanas de la Confederación Argentina. El logro de tan importante bien ha costado al actual Gobierno, en el corto tiempo de su mando, incesantes y muy penosas tareas, pero no ha sido el único objeto principal de sus atenciones.
Al mismo tiempo que se ha ocupado de asuntos tan delicados y de tanta magnitud, como los que lleva indicados, ha hecho una feliz transformación en todos los ramos de la administración de la provincia, que pasa a manifestaros.
Desde los primeros momentos de su instalación empezó a consolidar los fundamentos sobre que debía estribar el nuevo orden de cosas que se proponía establecer. Por consiguiente tuvo presente, que habiéndose pronunciado la opinión pública de todas las provincias por el sistema de la Federación, su causa se había hecho nacional, y que por tanto no podía tolerarse que los contrarios a ella la combatiesen en público e hiciesen alarde de su obstinación.
Se propuso despertar de varios modos los sentimientos sublimes de piedad y religión, como bases inmutables de la moral y las costumbres, y como origen inagotable de consuelos en la adversidad.
Se determinó a administrar justicia a todos, sin más consideración que la debida por razón de equidad.
Haciendo sacrificios costosos a sus sentimientos e inclinaciones, trató de establecer el orden y la economía que estaban olvidados, no sólo en todos los ramos de la administración pública, sino también en la conducta particular de los individuos; dando al efecto el gobierno un ejemplo de la vida arreglada y sin fausto que desea ver imitada por cada ciudadano.
La falta de subordinación era otro mal que se debía cortar, y para ello se hacía necesario que el gobierno se armase de severidad.
Era necesario también proporcionar la educación pública conforme a los recursos del erario, y a las clases de la juventud.
Por último, el atraso en que se hallaban las fortunas del país, reclamaban con urgencia que se promoviese su industria y prosperidad.
Con arreglo a las bases e ideas anteriores los señores Representantes van a oír lo que el gobierno ha hecho en cada uno de los diferentes ramos de la Administración.
DEPARTAMENTO DE GOBIERNO
Restableció en los empleados el uso de la divisa federal, y la ha generalizado cuanto le ha sido posible en todas las demás clases de la sociedad, como un signo de unión entre los buenos argentinos, y del deber en que están de sostener hasta con su vida la Causa Santa de la Federación.
El es servido con el acostumbrado esplendor. El templo de la Santa Catedral que aún no estaba concluido, y que por otra parte amenazaba evidente ruina, se está reparando y concluyendo con entradas eventuales que no afectan las rentas generales.
Lo mismo se hace con otros templos de la ciudad y campaña; y en general la piedad de los fieles se manifiesta liberal, contribuyendo con donaciones. a beneficio de estas obras religiosas. El gobierno otorgó el pase a la bula que Su Santidad expidió a favor del doctor don Mariano Escalada, nombrándole obispo de Aulon. Restableció el Convento de Santo Domingo, y ha acordado mandar una misión a la campaña, por carecer de párrocos algunos de los pueblos, a causa de no haber suficiente número de sacerdotes en la provincia.
A más de estos actos de piedad y religión, acompañados del ejemplo de justicia, probidad y economía que el gobierno procura dar y cuida de que se de por todas las autoridades, no ha olvidado presentar nobles estímulos a la virtud y al patriotismo, decretando que se hiciesen honores fúnebres, a costa del tesoro público, a la memoria del ilustre general D. Juan Facundo Quiroga, su secretario, el coronel mayor D. José Santos Ortiz y comitiva; a la del desgraciado gobernador de Salta, general D. Pablo Latorre y teniente coronel Aguilar.
En la administración de justicia no se ha hecho alteración; pero notándose en los procesos criminales un retardo muy perjudicial, tal vez por causas que sólo con el tiempo se podrán remediar, se sentía un justo clamor por la pronta reprensión de los delitos, que el gobierno se consideró en el deber de acallar, disponiendo, como lo hizo, que algunas causas se resolviesen por un orden especial, salvando sin embargo las formas esenciales del juicio.
Tanto por colocarse al nivel de la opinión pública, como por hacer sentir todo el respeto que se debe a la propiedad de un país libre, derogó las leyes que imponían la pena de confiscación de bienes.
Habiéndose generalizado en la provincia los medios de dar a la juventud la educación brillante, la Universidad ha sido reducida a proporcionar la que es útil y de absoluta necesidad a la causa pública. Por lo mismo se han regularizado los estudios de jurisprudencia, medicina, matemáticas y latinidad, dejando lo demás al cuidado y recursos de los padres de familia.
En el Colegio de Huérfanas se ha contraído la educación a objetos análogos a las ocupaciones de la vida, en que tendrán que ejercitarse después sus alumnas.
En las escuelas de niñas, que se hallan al cargo de la Sociedad de Beneficencia, se han hecho también importantes mejoras, y el gobierno tiene la satisfacción de manifestar que muchas de ellas, y de de las practicadas en el Colegio de Huérfanas, han sido propuestas por las señoras beneméritas que las componen.
Las escuelas de varones de la ciudad y campaña han recibido modificaciones en beneficio de la población y del erario; las últimas deberán ser costeadas en adelante, con lo que produzca el ramo de corrales de cada pueblo.
En la Casa de Niños Expósitos se ha hecho una reducción de gastos, sin desatender las necesidades de esta clase desgraciada de la sociedad. Esta mejora y las que han recibido las escuelas de varones de la ciudad y campaña, han sido propuestas por el administrador de ambos establecimientos. El celo y filantropía de este virtuoso, benemérito y respetable patriota eclesiástico, a cuyo cuidado y administración está entregada al mismo tiempo la obra de la Catedral, jamás se desmienten.
La comisión que preside el Hospital de Hombres es digna del mejor elogio, y el gobierno la recomienda al reconocimiento público, por la caridad con que ejerce sus funciones.
En igual caso se halla el administrador del Hospital de Mujeres, en el que se ha creado una sala de crónicas y un departamento de dementes que hacia notable falta a esta ciudad. En uno y otro establecimiento se han hecho mejoras y economías de la mayor importancia, en que han tenido una parte muy principal los ciudadanos que los dirigen.
El Departamento de Serenos llena los objetos de su institución.
La comisión directiva merece el aprecio del gobierno y de sus conciudadanos por el servicio interesante que rinde gratuitamente. Sin embargo es de notarse la independencia de la autoridad con que obra este importante establecimiento según su reglamento. El será sometido a las disposiciones gubernativas.
La administración de la vacuna sigue rindiendo al país los beneficios de que le es deudor, bajo la dirección hábil y benéfica de su presidente.
En la de Correos se han hecho muy importantes ahorros, y sigue desempeñándose con toda puntualidad.
El Departamento Topográfico continúa sus interesantes trabajos y facilitará bien pronto datos muy importantes para el cobro de la contribución territorial.
En el de Policía se han hecho reformas y arreglos de mucha trascendencia: se ha regularizado el servicio del mejor modo posible, ha sido sistemado el orden de la contabilidad, y sin embargo de ser más o menos grande la reducción que se ha hecho de gastos en cada uno de los establecimientos que se han mencionado, en éste ha sido mucho mayor.
Para evitar perjuicios al comercio, y poder castigar los fraudes originados por la inexactitud del contraste en los pesos y medidas, se ordenó la construcción de patrones, que den la norma en lo sucesivo. El ciudadano comisionado para hacer y ejecutar los cálculos en este importante negocio se ha desempeñado de un modo muy satisfactorio.
Los caminos públicos han ocupado seriamente la atención del gobierno. Conocía la urgente necesidad de construir uno que facilitase la entrada cómoda y segura a esta ciudad en todas las estaciones, sin los inconvenientes de difícil reparación que se han tocado en todos los internos; pero siendo grande la penuria del erario, decretó sin embargo la construcción de un camino de piedra, desde la ciudad hasta San José de Flores, en la longitud de casi dos leguas, con ocho varas de ancho, denominado "General Quiroga", pero disponiendo se costease con entradas eventuales; y tiene la satisfacción de anunciar a los señores Representantes, que iniciada esta obra con buen éxito, da esperanzas ciertas de su total conclusión.
El camino nuevo de la Boca del Riachuelo muy expuesto a inutilizarse por la naturaleza del terreno, necesitaba solidarse. Esta obra se está practicando con materiales aparentes, cuyo gasto será pagado con el derecho de peaje y del muelle que se ha reparado, y se está aumentando en más de otro tanto de su primera extensión.
Convenía a la dignidad del gobierno y a la buena inteligencia entre las corporaciones y demás empleados, dictar una resolución acerca del ceremonial y orden de precedencia en las concurrencias de etiqueta: este punto ha sido reglado convenientemente.
He aquí, señores Representantes, el conjunto de mejoras y reformas, que ha sido necesario hacer en sólo el ramo de Gobierno.
GUERRA
Habiendo suprimido el Ministerio de este Departamento, y dispuesto que sus funciones se llenasen por la Inspección General, por considerarlo totalmente inútil y sobremanera gravoso al erario, la experiencia ha comprobado el acierto de esta resolución.
El ejército de línea y milicias de la provincia se halla en el mejor estado de moral y disciplina: llena con ardor y entusiasmo patriótico las fatigas a que se le destina, dando ejemplos de orden, subordinación y respeto. Como la fuerza veterana es bastante a cubrir la frontera en toda su vasta extensión, y a llenar las demás atenciones del servicio, es muy corto el número de milicianos que hoy son llamados en su ayuda.
La milicia pasiva ha sido puesta a las inmediatas órdenes de la autoridad civil, para desempeñar con ella, en auxilio de los vigilantes de policía, las atenciones que ocurran en los casos extraordinarios. Se han hecho en ella arreglos y reformas tan importantes, como reclamadas imperiosamente por las urgencias del erario y la situación de la Hacienda.
Se ha regularizado su contabilidad del modo más claro y expedito, que consulta a la vez el buen servicio. y distribución de los fondos que se administran.
Ha sido arreglada la provisión del rancho en términos, que sin que el soldado deje de ser asistido con la ración que por ordenanza le corresponde, hay un ahorro considerable en las sumas que antes se pagaban.
El gobierno ha cuidado de aplicar al servicio de las armas a los hombres menos aptos a la agricultura y pastoreo, y que entregados a su propio consejo podrían ser perjudiciales a la sociedad, para que, acostumbrados a la puntual exactitud de la obediencia militar, y a sus constantes fatigas, concluido el tiempo de su destino y empeño, se hallen dispuestos a dedicarse a ocupaciones honestas y cuente en ellos la autoridad otros tantos soldados hechos, aguerridos y bien disciplinados para cualquier atención extraordinaria en que fuesen necesarios. En este caso se hallan ocho mil individuos de tropa, que desde el año treinta hasta la fecha han sido licenciados, por pertenecer los unos al ejército restaurador de las leyes que combatió contra las tropas amotinadas en primero de Diciembre de 1828; los otros, al que hizo la campaña al interior en el año treinta y uno contra los mismos; al que penetró los desiertos del Sur en los años treinta y tres y treinta y cuatro, y los otros por haber cumplido el tiempo de, su empeño y destino.
Como una prueba de la moral que ha adquirido el ejército, y de la exactitud con que el gobierno cumple su contrato con los soldados, baste decir que una gran parte de su fuerza es formada por los que se reenganchan voluntariamente.
Las tropas del ejército expedicionario al desierto en los años 33 y 34, que quedaron guarneciendo la Nueva Frontera, han llenado satisfactoriamente su objeto, y se han hecho acreedoras a las consideraciones del gobierno. Ha llegado a tal punto su constancia, que para no sufrir demora en las rápidas marchas que han hecho por aquellos dilatados desiertos, han conducido para alimentarse ganado yeguarizo en lugar de vacuno, y se han acostumbrado a vivir con la carne de aquellos animales, de donde ha resultado en gran parte el precio que hoy tienen.
Los dos mil indios araucanos de pelea que avisó el gobierno de Chile en su nota del 4 de Abril de 1834, que habían pasado la Cordillera, fueron deshechos completamente, acuchillados y perseguidos. Ningún indio enemigo ha osado pisar aún los desiertos inmensos que recorrió el anunciado ejército. Los restos de las tribus Ranqueles, que escaparon asilados en los bosques inmediatos a las fronteras del Sur de Córdoba y San Luis, han sufrido golpes repetidos en sus mismas guaridas; y si hasta aquí habían podido escapar y seguir incomodando por aquella parte, acordes y uniformes ya en su acción los gobiernos fronterizos, han hecho desaparecer los obstáculos que antes se han ofrecido para su total exterminio.
Una de las consecuencias de tantos triunfos obtenidos sobre los indios enemigos ha sido, que el número de cristianos salvados de tan bárbaro cautiverio, monta hoy a más de mil cuatrocientos.
Los indios amigos reducidos continúan dando pruebas de su fidelidad; y los Tegüelchos, que se hallan al Sur del Río Negro, han cumplido con puntualidad sus compromisos. Patagones prospera hoy rápidamente al abrigo de una seguridad y paz positivas.
En el Fuerte Argentino sobre Bahía Blanca se ha concluido con suceso el canal empezado en el año 34; esta población hace avances rápidos y hoy es de consideración. Por tanto el gobierno cree justo que la Honorable Legislatura le acuerde la facultad de introducir en su seno un Representante.
El Fortín Colorado, situado en el río de este nombre, sigue sin interrupción en un sosiego inalterable, lo mismo que la Guardia Constitución en el Negro.
Los fuertes Federales, Mayo, Azul e Independencia, crecen también en población.
El Parque ha sido últimamente provisto de armamento. Se han celebrado contratos para el abasto de ganado a los puertos militares de la frontera, y ya no son molestados los hacendados con las sacas de reses que se les hacia, para pagarles el gobierno en la ciudad.
Se ha atendido a la isla de Martín García, y se ha establecido una luz en ella para beneficio de los navegantes.
Se preparan otros trabajos importantes en este Departamento.
HACIENDA
El erario público jamás se ha encontrado tan embarazado como al ingreso de la administración actual. Un atrasado enorme, una cantidad considerable de billetes de Receptoría y letras en circulación: dos nuevas creaciones de fondos públicos después del año 32, y una multitud de créditos que no podían ser calculados, y que aun aparecen todos los días, formaban contra la Tesorería una deuda mayor de once millones de pesos. Se agregaba a esto lo que el gobierno tiene que pagar por los perjuicios que han inferido los corsarios de la República a los súbditos de S. M. B., cuyo monto pasa de quinientos mil pesos.
Los billetes de Receptoría habían llegado al extremo de ser difícil encontrar quien los descantase con la pérdida de cinco y seis por ciento mensual: los fondos valían poco más del 40.
El aliciente de los crecidos intereses que pagaba el gobierno, había hecho entrar a los capitales y capitalistas en un sendero de perdición: la industria pereda, y era sustituida por el ocio.
El gobierno se vio en aquellos momentos asediado por el clamor del empleado, el llanto de la viuda, del inválido y del anciano, a quien se debían sus sueldos y pensiones.
Como una consecuencia precisa de las calamidades de la naturaleza, de las disensiones civiles y de los desórdenes: que habían precedido, el comercio y las rentas habían disminuido, y era demasiado evidente la insuficiencia de éstas para sufragar los gastos de la provincia.
El gobierno, según sus máximas, empezó por restablecer algunas formalidades derogadas y otras caídas en desuso para hacer los pagos y rendir las cuentas, de lo que resultaba la dilapidación y confusión. Con el fin de evitar estos males, ha ordenado que las que antes se rendían anualmente, y de las que el gobierno sólo tenía noticia para pagar los excesivos saldos que casi siempre resultaban a favor de los administradores, ahora se rindan mensualmente a la Superioridad, y que examinadas por la Contaduría o un comisionado contador especial, sean remitidas al gobierno con su informe para la resolución que crea de justicia. La misma cuenta de la Aduana, tan abultada y laboriosa, está sujeta a esta determinación.
Además ha asegurado todo pago de sueldos, mandando que sean entregados en tabla y dinero en mano propia por los habilitados, comisarios o encargados al efecto; y ha establecido una caja en donde se depositan los fondos sobrantes después de vencido el plazo para hacer la entrega: de suerte que en adelante ni puede haber abuso por parte de los habilitados, ni la maledicencia puede ofender su honor, ni los empleados o sus herederos carecer de lo que han dejado de percibir por cualquier motivo.
Procurando el gobierno hacer práctico en lo posible el saludable principio de qué no debe haber más qué una oficina de recaudación, y otra de distribución, ha prohibido que ninguna oficina subalterna de recaudación disponga para pago de sueldos ni otro gastó; de lo que entra en ella; sino que remita los fondos a la Colecturía en los días 7, 15, 23 y el último hábil de cada mes. De éste modo han cesado los abusos y complicaciones de cuenta que existían.
Por los partes, que se ha ordenado a la Tesorería y Colecturía General pasen al gobierno todos los días, éste sabe con exactitud en cada uno de ellos a las cinco de la tarde el estado de la recaudación, distribución y existencia de las rentas generales de la provincia; y se han dictado las disposiciones necesarias para que desde el 1° de Enero del año entrante de 1836 la cuenta general de la provincia se lleve por un método claro y sencillo, de modo que puedan publicarse estados mensuales verdaderos e inteligibles para todos.
Después de haber reprimido el gobierno en cuanto estaba a su alcance, los delitos del contrabando, se ha contraído a facilitar el comercio marítimo y el de las provincias del interior, disminuyendo los derechos de los buques de cabotaje, aboliendo el cuatro por mil que pagaban los frutos del país que venían a esta provincia por agua o por tierra, reduciendo el valor del papel de las guías de quince pesos a uno, y concediendo el trasbordo a algunos frutos del país que no lo tenían.
La contribución directa se hallaba suspendida hasta nueva resolución de la próxima Legislatura o después de cuatro meses de abiertas sus sesiones, en caso de no haber tomado ésta ninguna resolución.
Mas el gobierno, considerando que las urgencias del erario no daban lugar a espera, ordenó el cobro de ella en el presente año, con arreglo a la ley dictada para el anterior.
En la Aduana, además de haberse determinado el modo de rendir la cuenta, se han hecho otros arreglos de importancia, han sido refundidos varios derechos en uno solo, de lo que resulta claridad en las cuentas, economía de tiempo y empleados; se ha sistemado el pago de peones y gastos menores, de lo que ha resultado un ahorro notable, el descuento de letras de la Aduana sacado de esta oficina ha pasado a la Tesorería General donde correspondía, pues que las letras uña vez firmadas por los comerciantes son efectos disponibles y en estad de distribución.
La Aduana se halla al presente montada de tal modo, que todos los días remite al gobierno el estado total de sus operaciones.
El crédito no existía, pues se acababa de reducir el valor de muchas ..obligaciones de esta naturaleza, y el gobierno prefirió levantarlo sobre .la misma base en que giraba, antes de hacer novedades peligrosas.
En consecuencia declaró que los billetes de Receptoría serían pagados con exactitud y que los sueldos se habían de abonar mensualmente, empezando desde el 10 de Mayo del presente año.
Por lo que respecta a la deuda atrasada, anterior a esta fecha, determinó satisfacerla gradualmente con el sobrante que las rentas debían dejar por resultado de las reformas practicadas, y de las que para ello por necesidad debían. continuar, y se resolvió al mismo tiempo a no tocar ningún arbitrio que aumentase la deuda en lugar de disminuirla.
Estas medidas y la religiosidad y buena fe con que procedió en su ejecución, bastaron a restablecer el crédito y la confianza; prueba de ello es, que una porción considerable de capitalistas, deseosos de coadyuvar a las miras del gobierno, y poseídos del más laudable patriotismo, le ofrecieron un empréstito voluntario de un millón cuatrocientos mil pesos, dejando las condiciones a discreción de la autoridad.
Esta llenó su deber con dignidad, dictando aquéllas que conciliaban el interés público y el particular de los prestamistas. Al mismo tiempo el gobierno aprovechó la oportunidad de este desahogo para hacer un fondo de reserva con las letras de la Aduana, y reducir el interés de la deuda flotante del uno y medio por ciento mensual, al uno, pagando juntamente una parte muy interesante de la deuda atrasada.
Para satisfacción de los prestamistas debe manifestaros el gobierno, que su auxilio no pudo ser más oportuno, atendidas las muy escasas entradas de los meses de Agosto, Setiembre y Octubre del corriente año.
De este plan ha pasado a otro no menos útil y fecundo en felices resultados, tal es el de verificar la reducción del interés, al propio tiempo que la devolución de los capitales a la industria por medio de la amortización gradual de los billetes de Receptoría, que en el día representan toda la deuda flotante.
Al efecto no sólo ha determinado que con el sobrante de las rentas se amorticen doscientos mil pesos al mes, sino que ha destinado al mismo fin el producto de la venta de fincas.
El gobierno habría querido hacer más, pero se reserva proponer en otra oportunidad a los señores Representantes la venta de una parte de las tierras en enfiteusis, con este mismo y otros objetos, luego que operaciones sucesivas acerquen el momento de cortar de raíz el vicio de la circulación.
La deuda clasificada ha mejorado también de condición, pero sus tenedores deben concebir mayores esperanzas, puesto que estando para expirar el canon enfitéutico, él debe ser elevado a mayor precio a fin de que no cause, como al presente, el envilecimiento de la propiedad territorial particular.
El gobierno ha ordenado a la Colecturía que forme un padrón exacto de todos los enfiteutas, con datos que deben suministrar el Departamento Topográfico y la Escribanía de Gobierno, y que pongan en ejecución los decretos vigentes: en esta parte tan interesante de las rentas públicas, todo estaba en el más completo abandono.
El gobierno nunca olvida el pago de la deuda extranjera, pero es bien manifiesto que al presente nada se puede hacer por ella, y espera el tiempo del arreglo de la duda interior del país para hacerle seguir la misma suerte, bien entendido que cualquier medida que se tome; tendrá por base el honor, la buena fe y la verdad de las cosas.
Largo tiempo hacía que la agricultura y la naciente industria fabril del país se resentían de la falta de protección y que la clase media de nuestra población que por la cortedad de sus capitales no puede entrar en empresas de ganadería, carecía del gran estímulo al trabajo que producen las fundadas esperanzas de adquirir con él medios de descanso en la ancianidad y de fomento a sus hijos. El gobierno ha tomado este asunto en consideración y notando que la agricultura e industria extranjera impiden esas útiles esperanzas sin que por ello reportemos ventajas en las formas o calidad, que por otra parte la agricultura es el mejor plantel de los defensores de la patria, y madre de la abundancia, y que de la prosperidad y bienestar de toda esta clase tan principal de la sociedad, debe resultar el aumento progresivo del comercio interior y extranjero, así como el mayor producto de las contribuciones, ha publicado la ley de Aduana, que será sometida a vuestro examen por el Ministerio de Hacienda.
Del mismo modo ha expedido la ley de patentes y papel sellado, con la variación sólo de aumentar el impuesto de los carros y carretinas con llantas de fierro, pues desde que su uso se hizo general, data el deterioro del empedrado de las calles.
S¡¡. acerca la liquidación de los negocios del Banco y el gobierno espera su término natural para dictar las medidas convenientes.
En suma, señores Representantes, el feliz resultado de todo- cuanto ha hecho el gobierno en estos nueve meses, es que la provincia disfruta hoy de una profunda paz y su amistad con las demás de la Confederación se encuentra asegurada por el sólido e indisoluble vínculo de la opinión pública, pronunciada con uniformidad por la Santa Causa Nacional de la Federación,
El crédito se ha restablecido más de lo que se pudo esperar, pues en los meses pasados se ha sentido y ahora se siente en algún modo, el conjunto de ese cúmulo de circunstancias funestas para las rentas, que parecía insuperable. En el crédito particular ha desaparecido todo lo que había de ficticio.
Se ejecutan en la ciudad obras de utilidad pública, y se promueve la industria casi extinguida. En la campaña, asegurado el reposo de sus habitantes, por todas partes se ve la alegría de los que en este momento levantan sus espigas o guardan sus ganados; la del Norte se repuebla como por encarito, y en la del Sur los establecimientos se han extendido a ciento cuarenta metros de la capital.
El ejemplo de economía que disteis, reformando los gastos de la Sala, y el que ha dado el gobierno abandonando el fausto y haciendo reformas y ahorros en cualquier parte donde ha podido, sin perjuicio del servicio público, es una verdadera acumulación de riqueza para la provincia. El, además, ha causado efectos saludables en la conducta de los particulares: ya no se ve por las calles y en las casas ese lujo fatuo que ha arruinado a tantas familias: donde quiera que él se muestre, el gobierno se creerá insultado como representante de un pueblo que tiene derecho a ser respetado en sus desgracias.
Siendo una verdad probada en todos tiempos y por todas partes, que desde los primeros puestos bajan a la sociedad las virtudes y los vicios, hoy los administradores y demás empleados de la lista civil, los jefes militares y sus subalternos todos se empeñan a porfía en ayudar al Gobierno a establecer la subordinación, el orden y la economía. Y haciéndoles la justicia que les es debida no puede el Gobierno dejar de manifestaros que en lo general los sueldos son insuficientes a retribuir su trabajo, y que estando en el número de las principales víctimas inmoladas al papel moneda, y habiéndose disminuido su número, con recargo de servicio a los que han quedado, se hace necesario tomarse una resolución digna de vuestra rectitud, cuando lo permitan las circunstancias del erario. Esto es, señores Representantes, todo lo que el Gobierno ha creído digno de vuestro conocimiento en el Departamento de Hacienda.
Finalmente, el bando unitario se ve detestado en todas las provincias confederadas; no cuenta ya con otro recurso, para su sostén, que el disfraz de la Federación; pero éste es muy conocido y si no quiere acabar de convencerse de su impotencia, tendrá que soportar desengaños terribles.
El Gobierno ha respetado la garantía inestimable de la seguridad individual en cuanto le ha sido posible; y ha limitado el poder que inviste a la detención temporal de algunos individuos cuya libertad es incompatible con el orden público; no habiendo impuesto la última pena después de comprobado el delito, sino a aquellos reos cuyo castigo era reclamado con urgencia por la vindicta pública.
Los indígenas que antes invadían nuestra frontera, en el día la pueblan, la defienden y se civilizan.
Tal es, señores Representantes, el cuadro lisonjero que presenta hoy esta provincia. Sin embargo, no se oculta al Gobierno que se percibe en él algo de sombrío, y que esto procede de la naturaleza del poder extraordinario que le confió el pueblo de Buenos Aires, y que siguen ratificando oportunamente los departamentos de campaña; pero en otro orden de cosas se verían sombras oscuras de negras pasiones, que hoy se hallan reprimidas. Nada hay sobre la tierra completo que pueda llenar el corazón del hombre: ¡llegará el día en que vuelva ese poder al origen de donde nació! y el Gobierno se complace al considerar con una conciencia plena que entonces la provincia bendecirá al Ser Supremo por la multitud de bienes que ha acordado en remuneración de tan heroicos sacrificios.
El Ministro de Hacienda os presentará las cuentas del presente año mil ochocientos treinta y cinco, que el Gobierno ha dispuesto queden hoy todas cerradas; y el presupuesto de gastos para el entrante de 1836.
Dios guarde a V. H. muchos años.
JUAN MANUEL DE ROSAS
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