MENSAJE
DEL
PRESIDENTE DE LA REPUBLICA ARGENTINA
Roque Saenz Peña
AL ABRIR LAS SESIONES DEL CONGRESO NACIONAL
EN 12 DE MAYO DE 1911
En la Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de la República Argentina
SEÑORES SENADORES:
SEÑORES DIPUTADOS:
En cumplimiento de la Constitución, cábeme la honra de inaugurar el nuevo período legislativo, función que me permite traer a este recinto, hablando al pueblo en sus representantes, criterios de optimismo y de verdad.
Reciente todavía la iniciación de mi Gobierno, no habré de emplear grandes palabras para disimular la brevedad de los términos y el corto camino andado; pero entiendo haber podido afirmar los propósitos de administración y de política, confesados por el candidato y ratificados por el gobernante. Mi programa ha comenzado la obra lenta y reposada de comprobar su realidad, y abrigo el convencimiento de que mis conciudadanos han sentido la sinceridad de mi intención. Aprecio con profundo reconocimiento la fe acordada a mi palabra, mirando en esa confianza un éxito y un presagio para el esfuerzo que me tengo señalado: dar efectividad irrevocable a nuestras instituciones republicanas por la plena verdad del sufragio.
No me he atribuido, en ningún caso, la singular aptitud de operar transformaciones instantáneas por mi sola intervención. La presidencia es factor concurrente y relativo en la evolución nacional, y su titular no espera de su labor modificaciones radicales en plazos perentorios. Es la obra de todos y no aspiro sino a llenar honradamente mí parte en el deber colectivo. Me ha tocado presidir a la nación adulta, madurada por la grandeza material y la elevación de su cultura para la práctica de la democracia. La perfección misma del régimen habrá de conseguirse en el tiempo, trabajosamente, vencidas las duras pruebas de su formación y desarrollo.
La República continúa su marcha ascendente afianzando sus progresos en los favores de la paz. La situación interna del presente nos da la seguridad del orden definitivo. Nada lo amenaza en nuestros días, y afirmo resueltamente que nada lo conmoverá en el porvenir, si estudiando los orígenes de nuestras crisis, eliminamos las causas en lugar de agitarnos contra los efectos. Los hombres de Gobierno no han de dejarse sorprender por la aparente confusión de los fenómenos que se reproducen en la Historia. Metodicémoslos, clasifiquemos las cruentas experiencias, introduzcamos en la política la ciencia de las causas, sin reducirla al recurso improvisado contra el asalto diario del conflicto. La normalidad es para mí problema institucional y no de fuerza, de garantías en el régimen, más que de severidades en la represión.
Apremia poner realidad en el sufragio, y el Gobierno que presido se coloca netamente en la aspiración nacional, interpretando su voluntad coercitiva. No es un voto personal el que os expreso, es un hecho que constato, hecho que nos viene impuesto por el espíritu nuevo del nuevo estado que ha conseguido la República por virtualidad de su expansión.
El sufragio es un compuesto de garantías que deben acordar los gobiernos y de derechos que deben ejercer los electores, y no es posible desdoblar sus términos sin que el acto legal desaparezca para dar nacimiento a la ficción. No basta, pues, que los ciudadanos voten, si los poderes no amparan su voluntad. Quebrantada la armonía de este binomio, se ha procurado inquirir las razones que nos han acercado a la abstención, pero este análisis tan laborioso, proceso sin sentencia, sin término, ni juez, paréceme un empeño tan estéril como el querer encontrar el fin de un círculo. A mi entender, es suficiente que el Gobierno haga su parte para que los ciudadanos realicen la suya, convencido como estoy de que se trata de un movimiento combinado que ha de unirnos patrióticamente, para perseguir soluciones intachables en comicios animados por las multitudes.
Comprendiendo en esta forma mi gestión de mandatario, he afrontado el problema de la inscripción tal como lo he sometido a vuestro estudio. Son sus complementos necesarios la representación de las minorías y el voto obligatorio, proyectos que no tardaré en enviaros, para integrar el sistema que ha de llamar a las urnas a todos los argentinos capaces de intervenir en la vida nacional.
La representación de las minorías no solo traerá al gobierno el concurso solidario de todas las opiniones, sino que ha de crear en los partidos, contra la actuación transitoria, un interés directo y permanente. Las grandes agrupaciones habrán así de constituirse o de ampliarse, desenvolviéndose por acción propia, con caracteres verdaderamente orgánicos. Tras de tanta lucha y de tanto esfuerzo, recién entonces, acordadas sus legislaciones con la práctica institucional, la República podrá enunciar con esta expresión simple y concreta su vida democrática: pueblo que vota y gobierno que administra.
Considero el sufragio obligatorio como un ensayo conveniente. Más que un principio incorporado a un sistema, es un tratamiento activo destinado a combatir una enfermedad específica.
No extrañaréis, señores Senadores y Diputados, la insistencia con que os hablo de la reforma electoral, como tampoco el empeño con que os recomiendo su sanción. Mi larga ausencia del país, al procurarme la visión conjunta de sus grandezas y de sus deficiencias, me ha permitido compro-bar una sensible desproporción entre nuestros progresos. Antes que a las imperfecciones de la ley, esta desigualdad es imputable a nuestros hábitos. Es que nos falta el espíritu viviente de las instituciones y el concepto preciso del deber cívico. En el ejercicio de la función honrosísima de la ciudadanía, como en la acción de los poderes que han de estimularla, no siempre se ha consultado el pensamiento trascendente, el objetivo superior o el común desprendimiento, obligación de todos y de cada uno en el concierto de las armonías que componen el Estado.
Colmar este vacío es la obra de nuestro tiempo. Si hay defectos de temperamento, si hay errores de psicología, rectifiquémoslos racionalmente para que pueda penetrarse sin reservas en nuestras intimidades. Sólo así se realizará, con el equilibrio de nuestros adelantos, la fórmula de la civilización contemporánea que persigue en la producción y en la riqueza, no una finalidad, sino un medio poderoso de perfeccionamiento.
Me es satisfactorio deciros, señores Senadores y Diputados, que las ideas que enuncié con vuestro aplauso, cuentan con el concurso de los altos mandatarios en las provincias. Ello permite confiar que donde quiera que los partidos se presenten a ejercer sus derechos, habrán de ser garantizados por los gobiernos locales. Pero si los grupos opositores prefirieran economizarse luchas, no cabrían reproches ni protestas contra situaciones consentidas. Quienes mantienen deliberadas abstenciones no podrían, en su pasividad vituperable, responsabilizar a los Gobiernos de su propia inercia. Si no hubiese de prosperar en la masa ciudadana el hondo empeño, tenaz y perseverante, de la autoridad nacional, se habría cumplido por su parte un deber elemental e intentado honestamente un esfuerzo respetable, porque parece evidente que la Presidencia no puede ni generar electores, ni inventar partidos, ni practicar garantías que nadie demanda ni ejerce. Triste hipótesis, señores, que sólo puede admitirse como hipótesis. El pueblo del Centenario, que al difundir por el mundo sus expansiones vibrantes ha alcanzado notoriedad universal, no persigue inútilmente el pleno goce de sus derechos políticos: quiere hacer sentir sus capacidades electivas, su voluntad y su soberanía.
He anunciado en acto público que no tomaría puesto en la política interna de las provincias, y sus representantes saben bien cómo, a través de amistosas insinuaciones o apremiantes solicitudes, he mantenido sin desmedro esta conducta. Los estados federales deben tener en sus leyes los medios de dirimir los conflictos de poderes o las contiendas de partidos, y he respetado sus resoluciones mientras no juzgué alterada la forma republicana por choques irreparables o inhabilitación recíproca de sus autoridades. Mi administración se ha definido por su respeto a las autonomías y por un claro concepto de imparcialidad en sus litigios. No habrán de confundirse, así lo espero, estas actitudes que emergen del régimen, ni con el egoísmo culpable, ni con la indiferencia, incompatible con mi activa función de gobernante. Muy por el contrario, es homenaje rendido a los Estados que componen la Nación.
INTERIOR
Durante vuestro receso, el P. E. se ha visto precisado a intervenir en Santa Fe. El conflicto que motivara los requerimientos simultáneos del Gobernador y de la Legislatura, había roto la indispensable función de los poderes y no tenía solución dentro de las instituciones provinciales. Hasta entonces, este Gobierno se mantuvo ajeno al proceso, limitándose a observar los acontecimientos; pero ante la crisis producida y la doble requisición, modificó su actitud, atentas la naturaleza y la intensidad de las perturbaciones. La Legislatura había acusado al Gobernador y el Gobernador había desconocido a la Legislatura ocupando su recinto: ambos se inhabilitaban para cumplir su mandato, comprometiendo la forma republicana de gobierno.
El conflicto oficial era correlativo del que había germinado en los partidos y encendido la discordia de las autoridades, aduciendo las dos partes el apoyo de la opinión. El Gobierno Federal no debía, en mi concepto, decidir una cuestión partidaria que asumía tan graves proporciones en la Legislatura y en el Ejecutivo, y creyó, como cree en la actualidad, que quien debe dirimirla es el pueblo santafecino, pronunciando un veredicto emitido bajo las plenas garantías de la autoridad nacional. Cualquier otra solución restringida, cualquier Intervención que no fuera amplia, habría traído acomodos momentáneos, con más los inconvenientes de discernir al Gobierno central soluciones que en el fondo habían de ser partidarias. Es su misión tarea más amplia, y en todas las ocasiones ha de ahondar en los orígenes y corregir en los fundamentos mismos. Todo su esfuerzo ha de aplicarse a que el pronunciamiento de Santa Fe forme escuela y sea un ejemplo en las luchas venideras.
Ningún homenaje más alto ha podido acordarse a una provincia, que el de reconocerle con su autonomía, su capacidad política para resolver graves problemas que interesan sus destinos. Lamentando su conflicto, habré de felicitarme de que haya sido Santa Fe, uno de los Estados más importantes por sus hombres y más floreciente por su espíritu y sus energías, el que ejercite y desenvuelva las facultades legales que le discierne su Constitución.
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Tenía prometido a los territorios nacionales mi cuidadosa solicitud. La labor que nos imponen día a día las regiones del país en activo rendimiento, no debe retirar nuestra atención de las vastas soledades en que es necesario preparar la obra del porvenir. Sería desconocer la misión previsora de los gobernantes. Bastan, por otra parte, las enseñanzas de la experiencia, para ver que en el avance de nuestro progreso, es prudencia marchar con el pensamiento en el futuro. Hay en la cuenca del Río Negro, en los valles de la Cordillera, en la planicie atlántica y en las selvas chaqueñas y misioneras donde doblar el Haber argentino. A estas convicciones obedece el apresuramiento que he mostrado por adquirir el contacto personal con las necesidades de las gobernaciones. Al recorrer nuestras costas hasta la extremidad del Continente, una sensación de inmensidad parecíame dilatar el concepto de la patria, junto con el sentimiento de su grandeza y su soberanía.
Las regiones que me ha sido dado visitar, justifican, por la calidad del suelo, por sus producciones y su comercio creciente, como por sus recursos aun inexplorados, la esperanza fundada en sus destinos. Al ferrocarril corresponde el objetivo principal de las recíprocas vinculaciones, y esa obra, apenas iniciada, les tiene prestado ya un valioso impulso. Os sorprenderéis conmigo por todo lo que este simple dato atestigua y sugiere: la sucursal del Banco de la Nación en Comodoro Rivadavia ha visto aumentar su movimiento de 6.800.000 pesos en 1909 a 16.500.000 pesos en 1910, sin que esta progresión haya sido disminuida en el año corriente. Es que allí, donde el aislamiento y la distancia son el tenaz enemigo de la civilización, el ferrocarril asegura la posesión efectiva del enorme país futuro, colmado de bienes naturales.
Los otros problemas cuyo estudio se ha impuesto el P. E., os serán sometidos en su oportunidad. Entretanto, se ha solucionado en forma práctica el de la falta de agua en Comodoro Rivadavia, se ha determinado que los transportes nacionales, efectuando viajes periódicos, subsanen las deficiencias de las comunicaciones; y el decreto del 28 de Abril último, que precisa la función de los Gobernadores y su superintendencia, hace cesar una confusión perjudicial. Los yacimientos de petróleo permiten augurar una nueva fuente de riqueza que representará una evolución en la marcha y desarrollo de nuestras industrias; pero es menester corregir las hesitaciones del primer momento, coordinando los estudios de rinde, perforación y explotación. Las providencias recomendadas por la Comisión nombrada a tal efecto serán llevadas a la práctica en la medida de las posibilidades. . La construcción de muelles en Rivadavia, en Deseado y en Ushuaia; la exención temporaria, en este último punto, de los derechos que gravan la madera; la reducción de las tarifas de carga; el aprovechamiento de los saltos de agua, constituyen otros tantos propósitos que el Gobierno no descuidará adaptando su realización a las capacidades financieras del Estado. Habré terminado mis observaciones sobre el Sur, si os digo que considero resuelto el problema carcelario, con las ampliaciones del presidio de Ushuaia, que explicaré al tratar de la Justicia.
Los conflictos de orden social, que han asumido otras veces caracteres dolorosos, han tenido durante el último período desenlaces pacíficos. El Gobierno cuenta con la confianza de las clases obreras, convencidas de la sinceridad de su programa de perfeccionamiento gradual. Es de ello prueba elocuente la espontaneidad con que han solicitado su mediación, en diferencias, que en otras ocasiones han entregado al arbitrio nocivo de las huelgas. Las sugerencias de paro general, conspiración periódica de los agitadores, no encuentran hoy ni ambiente ni adhesiones. En la Capital, las ferias francas y la construcción de casas para obreros, son una feliz colaboración de la autoridad comunal al problema del abaratamiento de la vida. Y si la irradiación del Departamento Nacional del Trabajo no se percibe todavía en toda la amplitud debida es porque atraviesa el período de preparación. En el curso de las presentes sesiones he de someter a V. H. el proyecto de ley orgánica que, precisando sus facultades, lo ponga de lleno en la labor para que fuera creado.
Antes de iniciar mis funciones os recomendé especialmente la sanción de la Ley del Trabajo que tenéis a vuestro estudio. Considero necesario ese cuerpo de disposiciones que abonará los propósitos de este Gobierno, tendientes a la mejora del proletariado. Necesitamos garantizar al obrero, no solamente en su persona, sino también en la fábrica y en el hogar.
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Durante los días jubilosos del Centenario, la policía de la Capital logró prevenir delincuencias que se vaticinaban inevitables a favor de las enormes aglomeraciones. Ese triunfo que la honra, no debe ilusionarnos sobre su perfección, y ha de ser más bien motivo para que nos preocupe su mejoramiento. El fenómeno creciente de la expansión urbana y el aumento de la población, originan un desarrollo en la criminalidad y una mayor complicación en sus servicios preventivos. El personal resulta recargado en sus tareas y asimismo insuficiente. Las comisarías, en su mayor parte, carecen de locales adecuados que urge edificarles. Las ordenanzas en vigencia se descubren diariamente contradictorias y anticuadas, pero se encuentra ya redactado el código que las metodiza. No se ha diferenciado en la legislación el retiro policial de las reglas comunes a las jubilaciones civiles. Reformas son todas éstas que juzgo necesarias y serán presentadas a vuestra deliberación.
La Dirección General de Correos y Telégrafos se aplica con éxito notorio a reforzar sus servicios, avanzándolos gradualmente hasta los más apartados confines. La rapidez y seguridad de su complejo funcionamiento, va ganando en regularidad por una inteligente articulación de sus dependencias. En este período ha incorporado a sus perfeccionamientos el Expreso Urbano, innovación llamada a prestar muy útiles concursos a la celeridad de las comunicaciones.
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La existencia de una epidemia de cólera en los puertos europeos que nos están más vinculados, implicaba inminentes peligros. Adoptadas con premura enérgicas medidas preventivas, logróse evitar su contagio. Esta ocasión ha evidenciado una vez más que el Departamento Nacional de Higiene necesita se le otorguen facultades y recursos reclamados para el desempeño de su delicada misión. Las reglas de la profilaxia moderna piden modificaciones substanciales que el P. E. ha emprendido, al reorganizar diversos servicios con la eficacia relativa á los medios de que dispone.
La inundación de algunos barrios que tantos perjuicios ha causado a una parte de esta población, ha impuesto medidas previsoras. No basta, en circunstancias como éstas, la ayuda del momento que los poderes públicos han prestado con el apremio consiguiente, ni el cumplimiento de los deberes de la solidaridad nunca abandonados por la Metrópoli. El Gobierno no ha descuidado su misión, y ante la triste experiencia, se preocupa de evitar la repetición del doloroso suceso.
RELACIONES EXTERIORES
Las relaciones que la República mantiene con las potencias extranjeras son de amistad y de confianza. Os será tanto más satisfactoria esta afirmación, cuanto que ella no entraña restricción alguna ni reservas. El protocolo subscripto en 13 de Diciembre último, a raíz de las gestiones iniciadas por el señor general Pando, agente confidencial de Bolivia, ha restablecido los antiguos vínculos entre ese país y el nuestro, volviendo al cauce de una tradición común sus destinos concordantes. Las calidades personales de los primeros plenipotenciarios acreditados por ambos Gobiernos, contribuirán grandemente al éxito de una misión recíproca que se inicia bajo los mejores auspicios y se inspira en los intereses superiores de las dos naciones. Es grato poder mirar hacia el mundo para sentir en todas las latitudes el eco de la simpatía, del respeto y de la fraternidad.
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Me es altamente satisfactorio retribuir en este momento los conceptos con que el Excmo. señor Mariscal Hermes da Fonseca ha dado cuenta al Congreso de los homenajes que su país tiene hechos a la República, en ocasión de mi visita. Las palabras del ilustre estadista, las reiteradas y brillantes demostraciones que tuve el honor de agradecer, y la presencia del Brasil en la renovación presidencial, son elocuentes pruebas de nuestra concordia fraternal, que la auspician y aseguran para los tiempos a venir.
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Deseosos de devolver cortesías recibidas de aquel país, de Chile y del Uruguay, y en cumplimiento de un deber de reciprocidad, enviámosles embajadas extraordinarias, con encargo de expresarles, en el acto de la transmisión del mando, los felices augurios de la República. El Gobierno ha aceptado gustoso la invitación para hacerse representar en la coronación de Su Majestad el rey Jorge V y en la revista naval que se realizará con tal motivo. Al ocupar dignamente su sitio en el Certamen Internacional de Turín, el país, consecuente con sus invariables sentimientos hacia Italia, ha querido asociarse al júbilo de su gloriosa conmemoración.
Nuestra presencia en la Exposición de Roubaix es homenaje de consideración y simpatía a la gran república latina.
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La acción conciliadora que la República conjuntamente con los Estados Unidos del Norte y con el Brasil ha ejercido en el conflicto entre el Perú y el Ecuador, si bien no ha arribado a soluciones definitivas, ha contribuido a mantener la paz continental, exteriorizando la elevación de propósitos que anima a los tres mediadores.
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En el Paraguay, durante la revolución, fuerzas oficiales y fuerzas revolucionarias se apoderaron de varios buques con bandera argentina. El Gobierno se apresuró a salvaguardar sus derechos, y los barcos apresados fueron inmediatamente restituidos con las amplias satisfacciones del caso, y la formal promesa de indemnizar los daños producidos.
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Cambiado el régimen en Portugal, el nuevo Gobierno manifestó sus propósitos de respetar los tratados, obligaciones y compromisos contraídos por la Monarquía. Ante estas declaraciones y los caracteres normales de la situación creada, resolviose, en 22 de Octubre, confirmar en su cargo a nuestro Ministro en Lisboa.
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El P. E. informará oportunamente al Honorable Congreso de las negociaciones en trámite, muy especialmente de todo cuanto se refiere a la cuestión harinera y a las modificaciones que repute conveniente introducir en la organización del cuerpo diplomático, consular y del Ministerio mismo.
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En el Departamento de Culto, me complazco en anunciaros que las diócesis de Catamarca y de Corrientes tienen ya en posesión de su alto ministerio a sus obispos titulares, monseñores Piedrabuena y Niella.
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La Sociedad de Beneficencia continúa en el meritorio cometido que tan dignamente cumple, no sin resentirse de dificultades financieras. La Ley 4953, de asilos y hospitales regionales, está en vía de activa ejecución. Ha de completarse con un plan de refugios nocturnos en la Capital, cuya construcción he ordenado con apremio, juzgándolos exigidos por dobles motivos de higiene y de moral. El hospicio a instalarse funcionará provisionalmente antes de dos meses, en un edificio alquilado, y el que debe levantarse en un terreno fiscal destinado a ese efecto, se abrirá en los comienzos del año venidero.
HACIENDA
Creo interpretar un pensamiento de gobierno cuando afirmo, que para conseguir una acertada aplicación de los recursos del Estado, se imponen criterios de estricta circunspección y prudencia. La notoria prosperidad no debilita los fundamentos de esta política saludable. Mal defendida todavía nuestra enorme producción contra los azares de la Naturaleza, todas las previsiones se justifican, si queremos ponernos al abrigo de contratiempos siempre posibles, en la obligada instabilidad de un país agrícola. Extensas regiones inexplotadas reclaman la obra de conjunto que compensará el sacrificio presente, devolviendo centuplicado el esfuerzo actual. Comprendiéndolo así, este Gobierno ha orientado su gestión tratando de reducir los gastos, pero sin descuidar en ningún momento las obras iniciadas. Estas consideraciones motivan el decreto de economías de que debo cuenta a V. H.
El actual año económico ha requerido esfuerzos excepcionales por los créditos vencidos del Centenario, como también por la Ley de Armamentos y los contrastes agrícolas que han sido reparados en lo posible. Estas circunstancias han obligado a mi administración a realizar economías como lo hicieran todas las anteriores, y muy particularmente, la del Presidente Avellaneda. Nunca pensaron los gobiernos en desconocer las facultades del Poder Legislativo en la fijación de gastos públicos, pero entiendo como todos mis predecesores, que las erogaciones son un hecho más que un derecho, y que ese hecho se encuentra subordinado a la disponibilidad de los recursos. Es en este sentido, intergiversable como los mandatos de la necesidad, que el presupuesto se ha considerado siempre una ley autoritativa: se dispone gastar y pagar a condición de que haya medios de pagar y de gastar.
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Es menester no rebelarse contra el principio inexcusable de que cuando los recursos normales no exceden a los gastos, las obras destinadas a beneficiar a muchas generaciones, deben cumplirse con serena firmeza, sin hacerlas pesar exclusivamente sobre quienes, puesto el pensamiento en el futuro, saben afrontar la responsabilidad de su realización.
En el año corriente habrán de invertirse más de cien millones de pesos en obras públicas que están en ejecución, y aun cuando diversas leyes facultan la emisión de títulos para costearlas, considero preferible condensar esas autorizaciones en un empréstito externo por sesenta millones de pesos oro. A su tiempo os presentaré el proyecto respectivo.
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El presupuesto sancionado para 1911, de $ 425.395.261 moneda nacional, excede sobre el anterior en $ 144.007.163 moneda nacional. Algunos gastos regidos por leyes especiales de carácter perentorio, la Defensa Agrícola y obras cuya construcción no es posible suspender sin grave perjuicio, exigen, para el corriente año, un desembolso muy considerable. De tal suerte, tócanos hoy marchar con mesura, a fin de que en el breve plazo de dos años nos sea dado conseguir una perfecta correlación entre los gastos y las rentas.
El movimiento económico y financiero del último ejercicio autoriza estas aseveraciones y nos permite ratificar una vez más la firmeza de nuestros desenvolvimientos.
Cada año que transcurre representa un avance visible en las expansiones comerciales. La importación, en efecto, ha alcanzado en el último ejerció a un valor total de $ oro 351.770.656 y las exportaciones a s oro 372.626.055. Ello determina un remanente de $ oro 20.855.399. Las importaciones arrojan un aumento de $ oro 40.014.561 con respecto al año anterior y las exportaciones una disminución de $ oro 24.724.473. La introducción de metálico ha pasado de 37 millones y la salida llegó apenas á 1.600.000. La existencia visible de oro asciende a 259 millones de pesos, 196 depositados en la Caja de Conversión y el saldo en los Bancos. La circulación fiduciaria llega a 738 millones de pesos papel y su encaje a 226 millones oro, equivalentes al 70%% de todas las emisiones, incluido en esta suma el fondo de conversión que representa 30 millones de pesos oro.
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Calculados los recursos ordinarios en $ 265.489.094 moneda nacional, las rentas excedieron esa suma en pesos 39.208.106 moneda nacional. Los gastos extraordinarios -144 millones-fueron atendidos con diversos recursos, entre ellos el sobrante de rentas sobre gastos imputados al Presupuesto, producto del empréstito en cumplimiento de las leyes N° 6300 y 7038, fondo de irrigación y el producido de la liquidación del Banco Nacional.
Con el propósito de hacer frente a gastos extraordinarios, pagar el cupón de 10 de Enero y quedar a cubierto de cualquier eventualidad, ha sido necesario negociar en Diciembre último, un adelanto por dos años de 20 millones de pesos oro con un sindicato formado por los señores Baring.
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Durante el año 1910 se ha amortizado la deuda externa en 5 millones y medio de pesos oro y emitido medio millón. Queda, pues, reducida a 306 millones y medio. En cuanto a la deuda interna, cumplidas las prescripciones de las leyes 6300 y 7038 sobre compra del Ferrocarril Córdoba y Noroeste y adquisición en el extranjero de materiales para la Defensa Agrícola, y hechas las amortizaciones correspondientes, su circulación importaba, a fines de 1910, 92 millones y medio de pesos oro y 121 de pesos papel.
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Los impuestos internos que en 1891 contribuyeron a la renta con $ 2.555.130 m/n han producido en 1910, pesos 50.643.249 m/n. Las nuevas modalidades y la importancia creciente del comercio, han señalado en la actualidad deficiencias en la ley y en los reglamentos. Confía el P. E. presentaros un completo plan de reformas, fundado en la experiencia adquirida.
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Se ha iniciado sin tropiezos el comercio de tránsito internacional servido por la vía férrea trasandina. La práctica ha aconsejado disposiciones aclaratorias y complementarias que propenden a la simplificación de los trámites y a la rapidez de los transportes, tendiéndose a establecer un régimen aduanero uniforme.
Mayores dificultades ofrecerá, sin duda, la aplicación de la nueva Ley de Cabotaje Nacional. Los requisitos aduaneros, fácilmente llenados por las empresas ferroviarias, son a veces inadaptables a embarcaciones que navegan en ríos frecuentados por buques extranjeros.
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Los repetidos incendios de depósitos han fijado el comentario en la Administración de Aduana, la cual tenía ya revelados al Gobierno, síntomas de muy profundas y graves perturbaciones que se preocupaba de corregir y castigar. El P. E. ha adquirido la sensible convicción de que existe un vasto sistema de delincuencia con hondas ramificaciones en el personal, viciado por contactos extraños e interesados. Sin tardanza, ha puntualizado en su decreto de 4 de Mayo, su firme empeño moralizador que cumplirá sin miramientos ni vacilaciones, siquiera fueran para ello necesarias las severas sanciones de la justicia.
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Las pensiones que en 1905 eran 2171 con un gasto anual de $ 3.270.917 m/n alcanzan en 1911 a 3862 con un desembolso de $ 6.959.458 m/n Aparte de los retiros militares que llegan a $ 5.456.730 m/n, hay que agregar a estas cifras las 483 pensiones a cargo de la Caja del Montepío Civil, cuyo importe pasa de medio millón de pesos, y 1815 jubilaciones por más de tres millones y medio de pesos al año. Considero indispensable restringir el número de las pensiones graciables y acordarlas y transmitirlas separada e individualmente, porque el sistema global con que son comunicadas, priva al P. E. del derecho de vetarlas, a menos que hubiera de ejercitar su facultad sobre la totalidad de las listas remitidas, lo que en muchos casos no sería justo ni fundado.
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No habré de ocultaros la satisfacción que me proporciona la creciente importancia de las instituciones bancarias oficiales. Los préstamos del Banco de la Nación negaron, en el año último, a 361 millones; sus depósitos a 390 millones, y sus beneficios líquidos a 7 millones y medio. Su capital pasa de 117 millones sin contar los nueve millones ochocientos mil pesos oro de su fondo de reserva.
El Banco Hipotecario Nacional ha distribuido 100 millones y ha retirado 26 millones de cédulas. Sus utilidades se aproximan a dos millones. Aun la liquidación del Banco Nacional ha dejado $ 765.000 m/n, y figuran en su activo dos millones y medio de hectáreas avaluadas en 27 millones. Me he detenido en estas cifras porque evidencian la eficiente misión cumplida por nuestros grandes establecimientos de crédito, propulsores poderosos de las iniciativas del trabajo privado.
JUSTICIA
La justicia ha preocupado a mi Gobierno desde sus iniciaciones. Fundamental garantía de los derechos privados, de la familia, de la vida y de la propiedad, tiene su estudio seducciones preferentes para el hombre de estado como para los espíritus universitarios. Nuestra justicia va ganando gradualmente en perfeccionamiento y rapidez. Nada tengo que agregar sobre su rectitud porque me inspiran plena fe la probidad e ilustración de la Magistratura Nacional. La reciente ley creando nuevas cámaras y juzgados del fuero común en la Capital, ha contribuido a conseguir una relativa celeridad. Sin desconocer las actuales deficiencias, habremos de buscar las causas en nuestras leyes de forma, inspiradas en criterios jurídicos retardatarios. Nuestros Códigos de Procedimientos deben ser motivo de una prolija revisión y de modificaciones substanciales. Es menester simplificar el trámite y abreviar los términos, desligando al magistrado de las trabas que dificultan el eficaz desempeño de su delicada misión.
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El problema penal presenta los aspectos más variados y complejos. La arquitectura y ubicación de nuestros establecimientos carcelarios, el régimen educativo, de higiene, de trabajo y de disciplina, el sistema de vigilancia y hasta las normas jurídicas que determinan la graduación de los castigos, son motivos para reformas que cuadra emprender con sentimiento humanitario y base científica. Carecerían de lógica nuevas ampliaciones en la Penitenciaria de Buenos Aires, demasiado céntrica ya y en extremo reducida para contener los centenares de delincuentes que se le destinan. Esta dificultad quedará solucionada al convertir, de acuerdo con el pensamiento del Gobierno, la prisión de Ushuaia en la gran Penitenciaría Nacional. Allí-excluida toda idea de evasión por el alejamiento de los centros urbanos para cuya influencia perniciosa las murallas no siempre son obstáculo infranqueable los penados pueden gozar una relativa libertad, compatible con la disciplina y que vigoriza el trabajo efectuado en recintos amplios y abiertos o al aire libre, en talleres, bosques o canteras. A todo esto se agrega la garantía de salud que representan las excepcionales condiciones climatéricas de aquella región. Transformada la Penitenciaría de Buenos Aires en cárcel de encausados y en asiento de los juzgados de instrucción, al mismo tiempo cumplirían en ella su condena los penados por delitos menores. De tal manera se suprimiría la exigua y anticuada Prisión Nacional. Por otra parte, el mejoramiento metodizado de los servicios policiales, tenderá a disminuir el índice de los delitos con un activo régimen preventivo. Y acaso fuera sabiduría atenuar la represión de las faltas mínimas -hurtos y lesiones leves sin reincidencias- porque ello disminuiría la población carcelaria sin exponer a peligrosos contactos a quien delinque por inexperiencia o imprudencias disculpables.
Tanto en la Capital como en Ushuaia, la seguridad y vigilancia de las prisiones ha quedado confiada al Guardia de Cárceles, cuya formación responde, entre otros móviles sintetizados en el decreto que lo crea, al propósito de eximir al ciudadano bajo banderas de un cometido que no debe comprenderle.
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No quisiera detenerme en la enumeración detallada de las deficiencias que se sienten en la justicia de paz en la Capital, susceptible de serios mejoramientos. Si no se prefiriese la adopción de los Jueces Letrados, que a pesar de sus exigencias económicas ha tenido prestigiosos partidarios, habría que buscar otras soluciones prácticas que reparen los defectos de su organización.
INSTRUCCIÓN PÚBLICA
El P. E. encara la instrucción pública bajo dos aspectos complementarios: la reforma de los planes generales de enseñanza y la buena marcha de los Institutos y Colegios Nacionales. Es equitativo reconocer, en cuanto a la primera labor enunciada, que la multiplicidad de disposiciones vigentes en materia de instrucción secundaria, perjudica la unidad directriz de estos estudios. Se impone uniformarlos mediante una legislación racional y duradera, dejando librados a los reglamentos los detalles que exigen constantes innovaciones. Observados los primeros síntomas que anunciaban la existencia de irregularidades, comenzose a investigar prolijamente con criterio de estricta severidad y de justicia; y a este respecto, me es dado asegurar que se eliminarán las causas así como los agentes de perturbación.
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El decreto de Diciembre último que coloca a las Escuelas Normales bajo la dependencia del Consejo Nacional de Educación, significa volverlas a la situación creada por la Ley de Julio de 1884 y el decreto concordante de Abril de 1893. Nada más lógico que confiar los Institutos donde se forma el maestro, a quien cumple dirigir la instrucción elemental. Los programas de estudio, los conceptos pedagógicos, las reglas disciplinarias, la dirección mental y moral del cuerpo docente, deben estar centralizados respondiendo a la misma orientación y finalidad de la enseñanza primaria que requiere unidad de pensamiento.
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No debemos economizar esfuerzos para aumentar las escuelas y colegios, propulsores poderosos de cultura. A las diversas escuelas prácticas recién creadas, agréganse 468 escuelas de enseñanza primaria inauguradas desde Octubre último por el Consejo Nacional de Educación, lo que significa en la actualidad un total de 2067. Aun es poco. En la vasta obra educativa todos los sacrificios se justifican. Tócanos preparar a las nuevas generaciones de argentinos en los hábitos del trabajo perseverante y en la instrucción del deber cívico.
GUERRA
En el Departamento de Guerra, debo expresaros mi satisfacción por los beneficios que del servicio obligatorio continúan recibiendo el Ejército y el país. El porcentaje de la última clase marca un 87%, cifra no alcanzada por nación alguna; y la estadística prueba que no ha egresado de las filas ningún analfabeto. Reúno estos dos Índices numéricos, para señalar con los prestigios de la conscripción, su influencia como factor educativo, y hacer en dos órdenes distintos, el elogio documentado de las excelencias de la Ley para la fuerza y la cultura de la Nación. Hay, sin embargo, modificaciones a introducir. La forma actual del llamado deja a la República en el momento de la renovación con los cuerpos en cuadro, y durante los primeros meses subsiguientes, con efectivos desprovistos de instrucción. He de solicitar vuestro concurso para subsanar esta grave deficiencia.
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El alojamiento de las tropas, cómodo e higiénico, es deber de la Nación; y el P. E. procura proveer a estos grandes vacíos. La Ley 6492 se encuentra en vías de ejecución, dentro de las limitaciones establecidas por los recursos disponibles. Se han licitado cuarteles y se preparan planos y pliegos de condiciones para emprender inmediatamente varias obras. La fábrica de proyectiles comenzará a funcionar el presente año, y es posible pueda en el mismo iniciarse la construcción de edificios para el Ministerio y el Colegio Militar.
Como lo veis, junto con los adelantos generales del país, el ejército ha seguido su marcha progresiva y se estudian algunas reformas a sus leyes. Mejorar las condiciones del enrolamiento; facilitar la organización de las reservas; crear con carácter definitivo un cuerpo de Administración, y en el Ministerio, grandes departamentos a cargo de jefes superiores, constituyen propósitos del P. E. que os serán sometidos en su oportunidad. La revisión del Código en vigencia y una Ley de Montepío que no grave la situación presente del militar, por no considerarla favorecida con los actuales emolumentos, completarán la obra de mejoramiento que el Gobierno se tiene trazada.
MARINA
Me congratulo en señalar a vuestra atención la Marina de Guerra, digna una vez más, del aplauso del país por su labor perseverante de disciplina y de estudio. Ha contribuido a la notoriedad nacional con la nueva gira circular de la fragata 4: Presidente Sarmiento» y con dos viajes del crucero “Buenos Aires”, colaborando en el feliz desempeño de las Embajadas. Las deficiencias percibidas en la Ley Orgánica motivan una reforma general que he de someteros en el curso del presente período. El programa de adquisiciones navales continúa ejecutándose bajo la celosa vigilancia de las comisiones especiales designadas. En acuerdo de Ministros se decidió no aprovechar de la opción al tercer acorazado, porque ella resultaba inconveniente en presencia del aumento reciente de calibre en la artillería, circunstancia que obliga a nuevos estudios para determinar las características que deberá reunir una futura adquisición. A pesar de ello, las nuevas unidades que próximamente van a incorporarse a nuestra flota, han impuesto resolver la inmediata construcción de un gran dique de carena y harán necesarias importantes ampliaciones en los Arsenales, en Puerto Militar y en Río Santiago.
AGRICULTURA
Las contrariedades climatéricas de estos dos últimos años, si bien han mermado en parte el fruto de la labor agrícola, no han detenido su impulso vigoroso. Para apreciar su desenvolvimiento, conviene prescindir de estas alternativas y comprender períodos que revelen evoluciones extensas. Entre el quinquenio que concluye en 1907 y el terminado en 1911, el valor de esta producción acusa un aumento de 72%; Si esto no bastara a comprobar sus progresos, la valorización de la propiedad rural sería índice bien elocuente. La mayor suma de capitales empleada para adquirir una menor extensión de tierra, es un fenómeno que se repite constantemente, y desde 1906 el coeficiente de este aumento equivale a un 41%; Las cosechas han engrosado el comercio de exportación en proporciones muy apreciables: de 1901 a 1905 con 587.416.856, y de 1906 a 1910 con 987.612.429. Estas cifras han dado a la República una gran importancia en el comercio mundial, asignándole el primer rango como exportadora de maíz y de lino. En cuanto al trigo, Rusia es el único país que nos aventaja.
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No menos halagadores son los resultados que se evidencian en la industria ganadera. El movimiento de las ventas dentro de la República alcanza a 9.400.000 cabezas de vacuno por año y 11.370.000 de ovinos, sobre un stock de 30 y 60 millones respectivamente. La exportación de carne vacuna congelada representa en 1910, un aumento de 45% sobre 1906, y de 13% sobre 1909. Conjuntamente con el envío de carnes conservadas por el frío a países que antes no las consumían, se ha reanudado la exportación de animales, dirigida esta vez a nuevos mercados.
El crecimiento del intercambio en el último decenio, supera a los períodos anteriores y es mayor que el de las más prósperas naciones. La balanza comercial, desde el año 1900 al 1910 inclusive, arroja un saldo de pesos 696.747.499 o/s.
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La corriente inmigratoria en su concepto económico concuerda con el desenvolvimiento de la riqueza nacional, y lo hará más aun con la descentralización iniciada por las líneas directas a Bahía Blanca.
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Por satisfactorio que nos sea el espectáculo de estas realidades, él no debe distraer nuestra vigilancia, ni moderar nuestra actividad. Se ha realizado parte de esta tarea de observación y de control, y cumplo con el deber de anunciaros varias iniciativas. Os anticipé el interés que este Gobierno habría de dedicar al problema de la irrigación. Con los adelantos de la explotación rural, que tanto han valorizado la propiedad agraria, urge pensar en el mejor aprovechamiento de las tierras y de las aguas. Nuestra evolución agrícola abarca dos períodos: uno es aquel en que el cultivador contempla el cielo interrogando sus designios en súplica de la fortuna eventual; el otro, que ha de encararse como seguro y caución de la cosecha, es el que aconseja al hombre suplantar a las nubes y a las lluvias, dominando el régimen de las aguas y derramando mansamente la linfa sobre la tierra sedienta de fecundación. No hemos precisado aún el rendimiento de esta multiplicación de los productos, pero puede presentirse su enormidad. Y creo no ha de ser bastante captar las corrientes de arroyos y ríos, sino que habremos de traer a la superficie las que se esterilizan y malogran en las entrañas del subsuelo. Hay que abrir ojos a la tierra y hacer que el agricultor vele por la seguridad y mayor abundancia de sus cultivos, fijando la contribución que ellos aportan a la riqueza nacional. Es necesario proceder con un criterio general y científico. A eso obedecerá el Departamento Nacional de Irrigación, que os será propuesto por el P. E. en las presentes sesiones. Lo imagino, no como un mecanismo burocrático, sino como un órgano viviente, incorporado de hecho al desarrollo del país. A esta repartición, compuesta de especialistas de reconocida competencia, serán confiadas a su terminación las obras de riego y embalse que se construyen actualmente. A ella corresponderá también administrar las del futuro, modelando su acción previsora en la curva incesante de nuestro progreso.
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Es indispensable organizar y distribuir el crédito agrícola, creando instituciones de carácter bancario que han de colaborar en la población de nuestras tierras, resolviendo un problema superior a las aptitudes ordinarias de nuestra administración. Será necesario estimular la cooperación, reformar la prenda, crear el warrant y revisar nuestros sistemas agrarios y de colonización. La riqueza forestal, la pesca, la caza, las explotaciones industriales más expuestas a ciertos monopolios, la enseñanza especial y algunos cultivos valiosos carecen de legislación. Existen ramos, como la minería, la propiedad de los semovientes, el servicio sanitario de los animales, el régimen inmobiliario y las perforaciones artesianas y semisurgentes, que reclaman leyes eficaces más conformes con nuestros adelantos. Sobre todas estas cuestiones, recibiréis en vuestras primeras sesiones los correspondientes proyectos.
OBRAS PÚBLICAS
El vasto programa de obras públicas actualmente en ejecución es, sin duda, un gran sacrificio impuesto al país, pero es un sacrificio imprescindible y fecundo. Fuera conspirar contra la Nación y detener la corriente de sus progresos, interrumpir el plan emprendido. Para los hombres que hoy gobiernan, sería incurrir en grave responsabilidad ante las generaciones a venir, tal falta de confianza en nosotros mismos y en los desenvolvimientos que nos cumple cimentar. Débese, empero, no caer en imprudencia, exagerando fuera de medida el esfuerzo creador, porque el abuso nos llevaría a la perturbación. He procurado por ello mantener una actitud equidistante de los dos extremos, y seguir avanzando sin prisas excesivas, conducta que espero habrá de merecer vuestra aprobación.
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La ampliación de la red ferroviaria se consigue dentro de estos criterios, habiéndose construido en el período fenecido 3774 kilómetros. Alcanza así a 31.000 kilómetros su extensión total. Los ferrocarriles argentinos representan un valor de mil millones de pesos oro, y no deben alarmarnos los 43 millones de su rendimiento medio, porque en esta rama, como en todas las inversiones industriales del capital extranjero, se descubre el mismo fenómeno: los dividendos se insumen casi totalmente en acrecer la explotación misma. De estos 3774 kilómetros, 1200 pertenecen a las líneas del Estado, 416 tendidos en los territorios y 776 en las provincias; en estas últimas líneas se han insumido $ 19.540.000 m/n para construcciones y equipo. Conviene recordar que los nuevos ferrocarriles patagónicos y chaqueños en nada afectan los recursos que puedan dedicarse a las provincias, pues aparte de los fondos especialmente destinados por la Ley de Fomento, su costo habrá de cubrirse con la venta de la tierra, colocada por el riel en condiciones de aprovechamiento.
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Las obras portuarias se prosiguen dentro de los medios votados con la decidida actividad reclamada por el movimiento del comercio interno y externo. Acaba de ser adjudicado el contrato de ampliaciones del Puerto de Buenos Aires, con 33 pies asegurados para permitir la flotación de los grandes barcos en las bajantes extraordinarias. Funcionan ya las dos dragas colosales últimamente adquiridas, dando juntas un rendimiento de sesenta mil metros cúbicos diarios, al costo de 5 ½ centavos por metro cúbico, comprendido el transporte. Antes de terminarse el puerto de aguas hondas, puédese contar que tanto el canal balizado de Punta de Indio como el de acceso a la Capital, permitirán la fácil y continua entrada de buques con calado de 30 pies. Se han contratado también los puertos de Mar del Plata y de Quequén, ambos de iniciativa parlamentaria; prosiguen los estudios en Rivadavia, Deseado y San Antonio; se han concluido por administración los de Concepción del Uruguay, de Concordia y de La Paz, y continúan los trabajos en Paraná y Colón.
La navegación del Bermejo, empresa casi legendaria, quedará realizada este mismo año. Los cuidados necesarios para conservar expeditos el Paraná, el Uruguay y el Paraguay, se han mantenido y acrecentado. Existen actualmente 2400 kilómetros balizados, de los cuales 1100 son de canales iluminados. Es con razón un orgullo la extraordinaria facilidad con que cualquier buque puede recorrerlos, sin emplear prácticos, con la sola guía de las cartas hidrográficas, satisfacción bien legítima si se aprecian los desembolsos que ese servicio ocasiona a la República.
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Los enormes desarrollos producidos por la irrigación en Tucumán y Mendoza, han contribuido a la armonía económica de la República, desequilibrada en sus comienzos por la prosperidad del litoral. El ejemplo debiera ser imitado por las demás provincias. El Gobierno consagra a este problema su dedicación incesante. Están constituidas las comisiones de ingenieros creadas por la Ley 6546 y se proyectan y empiezan a constituirse grandes embalses, que en poco tiempo más, habrán de generar ricos emporios y hacer posible la agricultura intensiva.
Las obras de salubridad se continúan en Tucumán, Santiago y Corrientes, y se han contratado para Mar del Plata. En la Capital, sin embargo, no reciben todo el impulso a que tiene derecho el medio millón de habitantes privado de sus beneficios. El proyecto enviado en el anterior período, se hace de impostergable sanción. La construcción de puentes y caminos, sus reparaciones y conservación han sido solícitamente atendidas.
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En materia de edificios públicos, el P. E. juzga llegada la oportunidad de encarar el problema en su conjunto, resolviendo la construcción de todos aquéllos que hace necesario el decoro del país y el cómodo funcionamiento de las reparticiones. Se estudia la posibilidad de una operación que permita hacer frente a la amortización e intereses, sin exceder notablemente las erogaciones actuales en concepto de alquileres. Se han terminado el palacio destinado a la Aduana en la Capital y seis edificios más en las Provincias. Se ha habilitado una parte del Palacio de Justicia, se prosiguen 26 edificios más y se trabaja en planos y presupuestos para 28.
En la memoria del Ministerio hallaréis detenidamente explicada su eficiente y compleja tarea, que en esta oportunidad, por imperio del mandato constitucional, dejo brevemente expuesta.
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Señores Senadores:
Señores Diputados:
Antes de terminar, permitidme ocupe un momento más vuestra atención, para volver a deciros que entre el pueblo argentino y su mandatario, hay unidad de tendencias y comunidad de ideales. Se siente una confianza saludable en los propósitos puntualizados en documentos públicos y en actos de gobierno. A todos los alienta la fe en el predominio de la Constitución, mediante coordinados empeños patrióticos. A cada nuevo día corresponden nuevos síntomas capaces de fundamentar estos presagios. No los graduemos por la consecuencia inmediata, porque basta a veces la modesta experimentación afortunada, para traer luego, con el convencimiento que dejan los hechos, el indispensable concurso de las voluntades. Por eso me interesan, sin distinciones ni parcialidad, los resurgimientos populares, siquiera respondan a una lucha comunal no importa en cual rincón apartado de provincia.
Una agrupación política ha mantenido con insistencias conocidas su bandera de abstención, Desde hace muchos años, nadie lo ignora, se ha conservado alejada de las urnas en actitud de protesta, y acaso fuera extemporáneo traer a este recinto el recuerdo de los medios que ensayara alguna vez. Y bien, señores Senadores y Diputados, ese partido se dispone a concurrir a los comicios en las próximas elecciones de Santa Fe, las primeras que durante este Gobierno habrán de realizarse bajo sus auspicios. Celebremos su vuelta a las contiendas comiciales, porque tiene su significado: de hoy en más no habrá abstenciones nocivas a la vida republicana, ni amenazas ni violencias contra el orden gobernante; y si alguien dudara aún de la practicabilidad de los principios, sería fácil convencerle del error. Si consiste la ciencia del Gobierno en convertir el pensamiento en acción, no es fácilmente atacable una política que ofrece la acción y el pensamiento, coronados a tan breve plazo por la concordia de todos los argentinos.
No lo dudéis, señores Senadores y Diputados: no habrá sistema, no habrá orden ni regímenes estables, si la autoridad no gira en la órbita de la libertad común y en el derecho de todos los ciudadanos y partidos, medidos por el criterio de la igualdad democrática. Todos los demás triunfos serán efímeros porque son perniciosos. No se gobierna para un día ni se prevalece siempre, y en las alternativas de los partidos, como en la vida ciudadana, debe existir una protección perenne como la luz denunciadora del rumbo. Aquel amparo como esta orientación, sólo reside en las instituciones, única garantía que ha de perdurar en la sucesión del tiempo contra el interés o la pasión transitoria. Perseveremos, pues, en la vasta empresa, sin que nos detenga ni debilite la duda sobre el alcance de los medios. Que en el conjunto de factores concurrentes a la perfección social no existan fuerzas perdidas ni actividades malogradas.
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Señores Senadores:
Señores Diputados:
Os he presentado mis saludos con las cordialidades a que aspiro dentro de las facultades de cada poder como de las armonías que fundamentan el Gobierno. El Parlamento Argentino tiene noble y alta tradición. Pido a la Providencia ilumine vuestras deliberaciones para que ahora como antes, vuestra obra sea toda inspirada en la serena visión de la patria. Queda abierto el período legislativo de 1911.
ROQUE SAENZ PEÑA
* 50° Período Legislativo
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