enero 13, 2011

Discurso de Isabel I de Inglaterra a sus tropas en Tilbury (1588) -Versión en español-

DISCURSO A LAS TROPAS EN TILBURY [1]
Isabel I de Inglaterra
[19 de Agosto de 1588]

Mis queridos súbditos:
He sido convencida por aquellos que vigilan mi seguridad personal, que debo ser precavida cuando me expongo a multitudes armadas, por temor a las traiciones; pero les aseguro que no desearía vivir para desconfiar de mi leal y afectuoso pueblo.
Dejen que los tiranos teman. Yo me he conducido de tal modo que, después de Dios, mi fortaleza principal y mi seguridad descansan en los corazones leales y en la buena voluntad de mis súbditos.
Por lo tanto, vengo en esta ocasión a ustedes, como pueden ver, no para entretenerme y divertirme, sino resuelta a vivir o morir entre ustedes en medio del fragor de la batalla, dispuesta a entregar mi honor y mi sangre por amor a Dios, y por la salvación de mi reino y de mi pueblo.
Se que soy dueña de un débil y frágil cuerpo de mujer, pero tengo el corazón y el estómago de un rey, más aún, de un rey de Inglaterra, y considero con esquiva repugnancia el que Parma o España, o cualquier soberano de Europa, se atreva a invadir las fronteras de mi reino; lo cual, si sucediera, antes que una mancha caiga sobre mi honor por mi culpa, yo misma empuñaré las armas, ya misma seré su caudillo y su juez, y sabré recompensar sus virtudes en el campo de batalla.
Se que por su disposición merecen recompensas y laureles. Y les aseguro, con palabra de reina, que les serán pagadas en tiempo oportuno.
Mientras tanto, mi Teniente General -al que nunca su reina le ordenó un objetivo más noble o digno-, estará en mi lugar. Y no dudando de su obediencia, concordia o valor en el campo (de batalla), dentro de poco tendremos una famosa victoria sobre los enemigos de mi Dios, de mi reino, y de mi pueblo.
ISABEL I DE INGLATERRA

Traducción libre: © www.constitucionweb.com
[1] El presente es uno de los más celebrados discursos de la reina Isabel I de Inglaterra, que dirigió a sus tropas reunidas en Tilbury, ante la amenaza de la Gran Armada de Felipe II que hacía temer por la seguridad de su reino, con una flota compuesta por 130 buques (la mayor que jamás se había visto por esas latitudes) al mando del Duque de Medina Sidonia, dispuesta a reunirse con los 27.000 veteranos del duque de Parma y sus más de 300 barcazas preparadas ya en los puertos de Dunquerque y Nieuwpoort. Allí, la Reina se dirigió magistralmente a los 17.000 soldados que se encontraban a las órdenes del conde de Leicester. Pocos hechos históricos han dejado luego tan profundas huellas en los pueblos modernos como éste en el recuerdo e imaginación del pueblo inglés.

1 comentario:

  1. hhh que maravilla de mujer ! un ejemplo de persona,reina y humana una mujer que sufrió toda su niñez y adolescencia a causa de su padre y al fin demostró ser la mejor de la dinastía Tudor.mejor que su padre y su hermana Maria.
    GRANDE ELIZABETH ! DIOS SALVE A LA REINA!

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