marzo 05, 2012

Mensaje del Gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, en el acto de toma de posesión del cargo (2003)

MENSAJE
DEL
GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE RIO NEGRO
Miguel Angel Saiz
EN EL ACTO DE TOMA DE POSESION DEL CARGO
EL 10 DE DICIEMBRE DE 2003

Señoras, señores, comprovincianos rionegrinos: Con el juramento que acabo de prestar para desempeñar el más alto honor que la ciudadanía de Río Negro puede dispensar a un hombre público, asumo con todas mis fuerzas una suprema responsabilidad, a la que destinaré lo mejor de mis capacidades, sin otro compromiso que el contraído libremente con el pueblo de la provincia.
Ese vínculo y decisión personal, producto del ejercicio democrático y de la voluntad de mis conciudadanos, me obliga a ser el gobernador de todos los rionegrinos, más allá de los límites partidarios y por encima de cualquier diferencia ideológica.
Recibo este mandato plenamente consciente de las rigurosas exigencias que conlleva y lo voy a ejercer con decisión y firmeza y, a la vez, con equilibrio y humildad, como siempre lo he hecho, cada vez que el sufragio popular señaló el camino y definió los roles de mi carrera política.
Nunca he buscado el poder por el poder mismo, es decir, como un fin, si no que lo considero un mero instrumento para propender al bien común y modificar los aspectos más injustos de nuestra realidad.
No vengo a servirme del cargo público, sino a servir. No creo en los privilegios, por eso me ubico en la misma línea de igualdad que mis conciudadanos, ni un paso atrás ni un paso adelante, simplemente porque soy uno más de ellos, sin otras prerrogativas que las establecidas por la Constitución, las leyes y el régimen republicano de gobierno.
Deseo también confiarles que no soy hoy destinatario o protagonista de un hecho individual sino que me siento heredero de un legado invalorable que viene de lejos, sigue nuestros pasos y anda con nosotros.
Este proceso no admite espacios en blanco, discontinuidades ni fracturas; si como proceso el pasado es lo que pasó, pero existencialmente lo que nos pasó, quiero por un instante evocar y rendir homenaje, ante los representantes del pueblo, a aquellos gobernantes y legisladores que en 1878, cuando el Sur era nada más que soledad y misterio, sancionaron la ley nacional número 954 de creación de la Gobernación de la Patagonia, con capital en Viedma y jurisdicción desde el río Colorado al extremo austral.
Mi homenaje está dirigido a esos hombres y mujeres que a partir de allí, sólo con el fuego del espíritu, a lo largo y ancho de nuestra geografía, lucharon y poblaron el viejo territorio nacional.
Luego, en la década del 50, y con ese mismo espíritu, forjaron nuestra joven provincia como artesanos incontenibles de la historia.
Por ello es oportuno el escenario de esta Legislatura para recordar, a riesgo de incurrir en algún error involuntario, a los principales actores del quehacer político de aquellos años que concretaron la epopeya de fundar esta provincia, prácticamente desde la nada.
Vienen entonces a mi memoria los nombres de los convencionales constituyentes de 1957, especialmente cuatro de ellos, José Enrique Gadano, Adalberto Pagano, Roberto De Rege y Pablo Fermín Oreja, quienes posteriormente fueron candidatos a gobernador por sus respectivas agrupaciones partidarias y ocuparon más tarde lugares de privilegio en el Parlamento nacional.
Recuerdo también figuras como el primer gobernador constitucional, don Edgardo Castello, Mario José Franco, Osvaldo Alvarez Guerrero -el primer gobernador de la democracia recuperada en 1983-, y quienes lo sucedieron, Horacio Massaccesi y Pablo Verani. Todos ellos han contribuido al legado al que hacía referencia, en él hay lecciones de grandeza, como el haber sabido deponer discordias y enfrentamientos, que sirven para iluminar nuestro camino y templar nuestras voluntades. Nos señalan además el ideal común, el imperativo acerca del cual no caben discrepancias: La provincia integrada y solidaria en nuestras distintas regiones. Cada una de ellas, con sus particularidades e idiosincrasias, son parte de un todo que nos contiene y que nos identifica como rionegrinos, por eso la integración provincial será una de las vigas maestras de mi administración y el conjunto de obras y acciones que se pondrán en marcha estarán dirigidas a ese objetivo superior, porque, sin duda, la historia grande sólo recoge los momentos en que los pueblos y sus dirigentes superan los desencuentros en aras de un proyecto colectivo, porque la provincia hoy la entendemos la mayoría de los rionegrinos como la sumatoria de un pasado, un presente y un porvenir común.
Río Negro tiene en su patrimonio un anhelo colectivo, comunitario y una idea estratégica de comunidad que se reconoce en ese pasado común y una perspectiva de futuro y creo firmemente que sólo desde la política con mayúsculas se puede construir un proyecto de provincia que nos cobije a todos. Un proyecto esencialmente participativo, que lleve a una mayor cercanía de los dirigentes con los gobernados, por eso hoy que estamos dando los pasos iniciales de una nueva etapa institucional en la provincia quiero convocar enfáticamente a todos los rionegrinos a formar parte de esa amplia convocatoria.
Durante toda la campaña electoral hice hincapié precisamente en que convocaba a un proyecto de inclusión, generoso y con mayor horizontalidad en la toma de decisiones. El camino para ello es el diálogo que, en el ámbito político, significa el reconocimiento del otro, no como antagonista sino como interlocutor e intérprete de la sociedad desde una perspectiva diferente de la propia.
Me parece entonces oportuno anticipar hoy que, más allá de las muestras que estamos brindando, de apertura política, en los próximos meses llamaré a dialogar a los representantes de todos los partidos políticos, los sectores sociales, las organizaciones intermedias y los municipios, para analizar comunes denominadores que tengan su correlato en la puesta en marcha de políticas del Estado. Promoveré en estos encuentros y debates la participación de aquellos rionegrinos que hoy no se encuentran contenidos por ninguna estructura partidaria o comunitaria, porque sólo entre todos lograremos el objetivo superador del consenso, esto significa democratizar el espacio público a través de la distribución de las responsabilidades con otras formas de organización adicionales a las estrictamente gubernamentales.
Los tiempos de cambio, como los que conmueven hoy a la Argentina, requieren esfuerzos conjuntos y descuento una respuesta coincidente de todos en procura del bien común. Propongo un gobierno honesto, de procedimientos transparentes y de puertas abiertas, doy por descontada la concurrencia del Poder Legislativo en todos los temas centrales y su aporte enriquecedor en el reconocimiento que representa la diversidad de opiniones e ideologías del conjunto de la sociedad.
Me gustaría decir, dentro de un año, que no estamos solos en el esfuerzo del Estado para mejorar la provincia. Si varios partidos y organizaciones de la sociedad comparten valores y principios se generarán mejores condiciones para asumir los retos que plantea la sociedad rionegrina y generar las propuestas más innovadoras para un futuro mejor.
Rionegrinos: Hace veinte años recuperamos la democracia como forma de gobierno, pero la democracia, como yo la entiendo, significa además garantizar a todos el disfrute de los bienes espirituales, culturales y materiales que hacen a la dignidad humana.
En esa concepción, la política, debe ser entendida, no como el arte de lo posible sino como el hacer posible lo necesario, para que los excluidos, los marginados, en definitiva, para que cada una de nuestras mujeres y nuestros hombres puedan ejercer en plenitud sus derechos y necesidades.
No se nos escapa que la Argentina de hoy ha ganado en libertad y democracia, pero no podemos decir lo mismo sobre la igualdad y la solidaridad.
En gran medida es este el resultado del proceso de globalización, sustentado en el fundamentalismo liberal que quebró la tendencia histórica que hizo posible el ascenso social entre generaciones e inauguró toda esta etapa de crecimiento de la desocupación, quiebre de las economías regionales, retroceso en la distribución de la riqueza y concentración del capital en desmedro de los pequeños y medianos empresarios y productores.
La política, entonces, debe ser compatible con esta búsqueda de nuevos objetivos económicos y sociales que reviertan el retroceso producido en la década del ’90, adecuando las instituciones y las estructuras del Estado para llevar adelante este cometido.
Se necesitan canales de participación efectivos para que la gente intervenga en la toma de decisiones, representatividad y descentralización, es decir, un Estado que facilite el protagonismo y la intervención real y concreta de todos los rionegrinos en los asuntos de interés público.
Debo señalar además que todo el potencial que tiene Río Negro y las mejores condiciones que presenta actualmente el Estado rionegrino y sus economías regionales no redundarán en un mejor futuro sin la presencia del trabajo y del esfuerzo, repito, no redundarán en un mejor futuro sin la presencia del trabajo y del esfuerzo.
Con este requisito, sólo con este requisito, acometeremos una serie de objetivos centrales, en algunos casos en base a la continuidad de acciones del gobierno de mi antecesor que, indudablemente, constituyeron logros. En otros, incorporando nuevas ideas, nuevos programas o avanzando sobre problemas que por el contexto de crisis general atravesado por el país no se pudieron resolver.
Hay que institucionalizar un marco global de bienestar social, que no se limite a simples ayudas, y que en gran parte esté atado al fuerte sesgo que le quiero dar a mi gestión de apoyo a todas las acciones que permitan la mejora de las distintas actividades productivas.
Vamos a dar continuidad a una relación nación-provincia madura, en base al diálogo y al consenso en los temas que hacen a nuestro interés, con firmeza en el reclamo y con propuestas que permitan progresivamente avanzar a un federalismo real.
Seremos protagonistas en cada uno de los ámbitos federales y, especialmente, en la concreción de medidas medulares para afianzar una relación equilibrada entre las distintas jurisdicciones.
En este sentido reivindicaremos una nueva Ley de Coparticipación Federal que repare la injusticia con una región como la Patagónica que con un tercio de la geografía del país sólo recibe el nueve por ciento de esa redistribución nacional de impuestos, más la compensación particular a una provincia que desde hace más de una década resignó un punto de sus ingresos.
Tanto en obra pública, como en la concreción efectiva del dominio sobre los recursos hidrocarburíferos y en las deudas que por distintos conceptos arrastra el gobierno nacional, tendremos una actitud de gestión permanente, privilegiando también los consensos previos con el bloque patagónico.
Con austeridad en la utilización de los recursos del Estado, mejorándolos, coordinando los esfuerzos con Nación, accediendo a una mejora de la coparticipación, en el marco de la discusión abierta en este sentido y con una buena instrumentación del crédito acordado con el Banco Interamericano de Desarrollo, lograremos orientar el crecimiento sobre los pilares fundamentales de nuestra gestión: Producción, educación y salud.
Con la mejora de las distintas actividades productivas, sin lugar a dudas, el Estado podrá motorizar una movilidad laboral que haga cada vez menos necesaria la asistencia social y, en este marco los mayores esfuerzos estarán volcados en reforzar la red de prestaciones esenciales que el Estado tiene obligación de priorizar, fundamentalmente la educación y la salud.
La estructura de ministerios que he impulsado corresponde a estos objetivos, incorporando organismos específicos en aquellas áreas que marcarán, sin lugar a dudas, el accionar prioritario de nuestra gestión.
Creamos así el Ministerio de Producción para poner énfasis en el aprovechamiento de las nuevas condiciones económicas que benefician a las distintas actividades productivas y en la exportación.
Fortaleceremos básicamente las PyMES productivas, sobre la base de mejorar la calidad de la producción, la denominación de origen, fortaleciendo la Marca Patagónica, el agregado de valor, la internacionalización del negocio y la utilización de la información.
Nuestro gobierno promoverá una política de producción agroalimentaria sobre la base de dar competitividad a nuestros productos y su cadena de valor, con diferenciación, certificación de origen y sanidad, agregándole valor en origen para alcanzar nuevos mercados y consolidar los existentes.
El fomento a las exportaciones será consecuencia de la participación activa y decidida del sector privado, a quienes ofreceremos los necesarios incentivos que le permitan extender el horizonte de decisiones del corto al largo plazo, incrementar la inversión, promover un perfil de especialización y aumentar su productividad mediante el creciente protagonismo asociativo de pequeñas y medianas empresas
Otro de los ejes centrales del gobierno serán las políticas tendientes a hacer de Río Negro un destino turístico de excelencia en el mundo. Creo en el turismo como una herramienta para el desarrollo, la generación de puestos de trabajo, la concreción de las potencialidades naturales de las distintas regiones y la promoción y crecimiento armónico y sustentable de productos ya consolidados, además del desarrollo de otros nuevos. Y en forma paralela a esta tarea de potenciar nuestras posibilidades productivas creamos, además, el Ministerio de la Familia, como base excluyente para la tarea de reconstrucción de los lazos sociales.
Mi convicción de que la familia es la base de una sociedad democrática, de su desarrollo y su economía, es mucho más que una declaración de principios o una expresión de deseo, porque sin una contención y tareas de promoción y desarrollo, desde el propio seno familiar, será imposible modificar el actual panorama que incluye el fracaso escolar y la marginación.
Atenderemos la necesidad singular de los actores que no se vieron contemplados por el Estado en sus demandas particulares, cual es el caso de las mujeres, los jóvenes y los integrantes de la tercera edad.
Al mismo tiempo, y en un ámbito fundamental de nuestra administración, lanzaremos un ambicioso plan para involucrar a todos los sectores en un debate que permita actualizar y mejorar los contenidos pedagógicos de nuestro sistema educativo. Debemos volver a discutir la calidad educativa en términos pedagógicos para reubicar a Río Negro como una provincia de vanguardia en la materia. Es necesario que estos contenidos tengan en cuenta las realidades regionales de nuestra provincia y que formemos a nuestros alumnos en función de esos valores y particularidades. Esta direccionalidad de los esfuerzos hacia la calidad del sistema es posible gracias a una trascendente inversión en infraestructura escolar realizada en los últimos años y al recientemente iniciado proceso de recuperación salarial que nos permitirá cumplir con el justificado reclamo de los docentes y todos los empleados públicos rionegrinos.
En un mismo sentido, desde el Ministerio de Salud, reforzaremos el recurso humano y tecnológico para orientar nuestra política sanitaria hacia la prevención y la atención primaria.
Tenemos una provincia que se ubica entre las más importantes del país en cuanto a su infraestructura hospitalaria. Recientes inauguraciones y construcción de obras en todo el territorio así lo demuestran.
Durante mi gestión reforzaremos los centros periféricos y otros mecanismos para llevar la salud a cada hogar rionegrino.
En el ámbito de la Seguridad cumpliré con mi compromiso de dotar a la policía de más efectivos e infraestructura, acorde con las necesidades regionales. Esto será posible gracias al previsto aumento presupuestario y de ingresos y a la escala de prioridades fijada con anterioridad: Educación, salud y seguridad.
Continuaremos la tarea de convocatoria a toda la sociedad en la participación activa de un compromiso ciudadano para mejorar nuestra calidad de vida en materia de seguridad.
En la nueva estructura ministerial, se destaca también la creación de la Secretaría de Estado de Empresas Públicas y de Relaciones Interprovinciales, como una manera de ratificar la defensa de la empresa como fuente generadora de actividad económica y herramienta de crecimiento. Y, paralelamente, reorientar y fortalecer el concepto de regionalización. En ese enfoque no pueden estar ausente las definiciones políticas vinculadas con las empresas estatales porque, desde allí, también se debe reforzar la concepción de crecimiento con equidad social.
Las empresas son entes estructurados para el desarrollo de políticas activas y trabajarán en base a la eficiencia en la gestión y transparencia en el manejo de los fondos.
Queremos, por otra parte, fortalecer las relaciones interprovinciales y defender el concepto de integración o regionalización patagónica, pero sin que esto signifique renunciar a límites geográficos ni a la delegación de responsabilidades que son inherentes a todos los rionegrinos.
Estos son los lineamientos de un programa que requiere el consenso y el acompañamiento de todos los sectores de la sociedad rionegrina, en la convicción que más allá de las diferencias lógicas por las pertenencias partidarias y las distintas adhesiones ideológicas se pueden encontrar los denominadores comunes para trabajar.
Este anticipo muy genérico que he brindado de los principales ejes programáticos por los que transitará el nuevo gobierno rionegrino, y sobre los que venimos trabajando desde hace 120 días con mis equipos y colaboradores, serán prolijamente explicitados, en cuanto a metodologías y objetivos, el próximo 1º de marzo en oportunidad de la apertura de sesiones ordinarias de esta Legislatura.
No dudo que un gobierno que trabaje con honradez y responsabilidad en todos estos aspectos que hacen a una democracia real producirá una reacción psicológica más estimulante para desplegar toda la potencialidad que tenemos los rionegrinos.
Como mensaje final quiero señalar que no pido a los rionegrinos adhesiones incondicionales hacia el gobierno, sino que mi propuesta se puede resumir en la frase: “Ningún derecho sin responsabilidad” -repito- “Ningún derecho sin responsabilidad”. Este principio ético debe aplicarse a todo el mundo. Todos tenemos responsabilidades que cumplir en los distintos ámbitos de actuación, porque no es sólo el acierto del gobernante el único que permite llevar adelante los destinos de la provincia sino la labor cotidiana de todos los ciudadanos.
Comprovincianos: vivimos momentos preliminares de un nuevo período constitucional de gobierno. Lo iniciamos plenamente conscientes de la inmensa responsabilidad que nos tiene como protagonistas y del desafío que hemos asumido ante todos los habitantes de nuestra provincia.
Rionegrinos: Tengo la seguridad que hoy puede ser el comienzo de un gran día, que no pase de largo dependerá de todos nosotros.
Muchas gracias.
MIGUEL ANGEL SAIZ

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