"LA PROXIMA ERA DE LOS GOBIERNOS"
Conferencia
David Cameron
[Febrero de 2010]
Alguien dijo una vez, “la política es la farándula para los feos”. Así que, por ese lado, creo que ya cumplo. Otra cosa a considerar es el gran honor que es, como político, dar una TED Talk, especialmente aquí en el Reino Unido, donde la reputación de la política, con el escándalo de los gastos, se ha hundido tanto.
Incluso ha circulado hasta hace poco el chiste de que los científicos habían pensado reemplazar en sus experimentos ratas por políticos. Y alguien preguntó, “¿Por qué?” y dijeron, “Bueno, no hay escasez de políticos. A nadie le importa en lo más mínimo lo que les ocurra. Al fin y al cabo, hay cosas que las ratas no estarán dispuestas a hacer”. (Risas)
Sé que todos ustedes adoran los datos, así que comienzo con una diapositiva repleta de datos. Esto es lo más importante a tener en cuenta en la política británica o estadounidense, que nos hemos quedado sin dinero. Tenemos unos déficits presupuestarios enormes. Éste es mi reloj de deuda pública global, y, como pueden observar, es de 32 mil billones y sigue aumentando.
Y creo que esto nos lleva a reconocer algo muy sencillo. Existe una cuestión en política en este momento, por encima de todas, y es ésta: ¿Cómo logramos mejorar las cosas sin gastar más dinero? Porque no va a haber mucho dinero para mejorar los servicios públicos o para mejorar el gobierno, o para mejorar tantas otras cosas de las que hablan los políticos. Lo que se deduce de aquí es que si se piensa que se trata sólo de dinero, que sólo se puede medir el éxito de los servicios públicos de la sanidad, la educación y la política, gastando más dinero, que sólo se puede medir el progreso gastando dinero, se va a pasar bastante mal.
Pero si se piensa que importan otra muchas cosas, que implican bienestar, cosas como sus relaciones familiares, amistades, comunidad, valores, entonces, es un momento apasionante para estar en política. Y la idea sumamente simple que quiero plantear, la idea extremadamente simple es ésta, si combinamos la filosofía política correcta, el pensamiento político correcto, con la increíble revolución en la información que ha tenido lugar, y de la que todos ustedes saben mucho más que yo, creo que existe una oportunidad increíble para rehacer la política, rehacer el gobierno, rehacer los servicios públicos, y lograr lo que aparece en la diapositiva, un gran aumento en nuestro bienestar. Esa es la idea que quiero plantear esta noche.
Empecemos con la filosofía política. Yo no digo en absoluto que los conservadores británicos tengan todas las respuestas. Por supuesto que no. Pero hay dos cosas en el fondo que creo impulsan una filosofía conservadora que resultan muy relevantes en todo este debate. La primera es ésta, creemos que si a la gente se le da más poder y control sobre sus vidas, si a la gente se le da más opciones, si se les pone en el asiento del conductor, entonces se puede crear una sociedad más fuerte y mejor. Y si se une a este hecho la increíble abundancia de información que tenemos hoy en el mundo, creo que se puede, como he dicho, rehacer por completo la política, el gobierno y los servicios públicos.
La segunda cosa que creemos es en proceder según la naturaleza humana La política y los políticos no tendrán éxito si de verdad no intentan tratar a la gente como es, en lugar de como les gustaría que fuera. Si se combina este pensamiento muy simple y muy conservador… proceder según la naturaleza humana… con todos los avances en economía conductual, algunos de los cuales ya hemos oído hablar, de nuevo, creo que podemos lograr un gran aumento del bienestar, de la felicidad, de una sociedad más fuerte sin tener obligatoriamente que gastarse muchísimo dinero.
¿Por qué creo que ahora es el momento de plantear esta idea? Bueno, me temo que van a tener que sufrir una breve y condensada lección de historia sobre lo que yo diría que son los tres pasajes de la historia, la era pre-burocrática, la era burocrática, y en la que vivimos ahora, que creo que es una era post-burocrática. Una forma más sencilla de abordarlo es que hemos pasado de un mundo de control local, después pasamos a un mundo de control central, y ahora estamos en un mundo de control personal. Poder local, poder central, ahora, poder personal.
Aquí tenemos al rey Knut, fue rey hace mil años. Pensaba que podía cambiar el sentido de las olas. No pudo. En realidad no pudo hacer cambiar el sentido de casi nada, porque si eras rey hace mil años, mientras tardabas horas y horas y semanas y más semanas en atravesar tu propio país, no te hacías cargo de mucho. No te hacías cargo de la política, justicia, educación, salud, estado de bienestar. Te limitabas a ir a la guerra y ya estaba. Eso era en la era pre-burocrática, una época en la que todo tenía que ser local. Se tenía que tener control local porque no se disponía de información en el ámbito nacional porque los desplazamientos estaban muy restringidos. De modo que ésta era la era pre-burocrática.
Siguiente parte de la lección de historia contra reembolso, la preciosa imagen de la Revolución Industrial británica. De repente, todo tipo de transporte, desplazamiento, información eran posibles, y esto dio lugar a, lo que me gusta denominar, la era burocrática. Espero que esta diapositiva cambie sin problemas. Aquí lo tenemos. De repente, aparece el gran y poderoso estado central. Era capaz, tan sólo, de organizar la sanidad, la educación, la política y la justicia. Era, como digo, no el mundo del poder local sino del poder central Había absorbido todo ese poder de las entidades locales. Era capaz de hacerlo solo.
La siguiente etapa, que todos Uds. conocen tan bien, es la revolución de la información masiva. Simplemente consideren este hecho. Hace 100 años, enviar estas 10 palabras costaba 50 dólares. Ahora, aquí estamos conectados con Long Beach y con cualquier sitio, y con todos esos lugares secretos por una fracción de ese coste, y podemos enviar y recibir cantidades ingentes de información sin coste alguno. Así que vivimos en una era post-burocrática, donde es posible un genuino poder de la gente.
Bien, ¿qué implica esto respecto a nuestros políticos, respecto a nuestros servicios públicos, a nuestro gobierno? No puedo, con el tiempo del que dispongo, ofrecer muchos ejemplos, pero permítanme que les dé unas muestras de cómo la vida puede cambiar. Esto es tan obvio, en cierto sentido, porque piensen en cómo todos ustedes han cambiado la forma de comprar, de viajar, de hacer negocios. Eso ya ha ocurrido; la revolución de internet y de la información ha penetrado en nuestras sociedades de tantas formas diferentes, pero ni tan siquiera ha afectado a nuestro gobierno.
¿Cómo ha podido ocurrir esto? Creo que hay tres aspectos fundamentales que debería transformar, en transparencia, mayor elección y rendición de cuentas, en darnos ese genuino poder de la gente. Si abordamos la transparencia, éste es uno de mis sitios webs favoritos, El Portal sobre Rendición de Cuentas de Surrey. Antiguamente, sólo el gobierno podía guardar la información, y sólo unos cuantos elegidos podían intentar tener acceso a ella y cuestionarla y discutirla. Bien, en otro sitio web, de un estado de EE. UU., cada dólar gastado por el gobierno tiene la opción de búsqueda, análisis y control.
Piensen en el enorme cambio que eso supone. Cualquier empresa que desee optar a una licitación puede ver lo que se está gastando actualmente. Cualquiera que piense, yo podría hacer ese servicio mejor, más barato, todo lo tiene disponible aquí. Tan sólo, en el gobierno y en política, hemos empezado a arañar la superficie de lo que la gente hace en el ámbito comercial con la revolución en la información. Por lo tanto, la transparencia total supondrá una diferencia enorme. En este país, si ganamos las elecciones, vamos a hacer que todo el gasto público que supere las 25.000 libras sea transparente y esté disponible en Internet, para cualquiera. Vamos a hacer que cada licitación, anunciamos esto hoy, esté disponible en Internet, de forma que cualquiera vea cuáles son los términos, cuáles son las condiciones, aportando un enorme valor al dinero, pero también un enorme incremento, creo, en el bienestar también.
Elección. Todos ustedes compran en línea, comparan, lo hacen todo en línea, y sin embargo esta revolución apenas ha tocado la superficie de los servicios públicos como la educación, la sanidad, o la política, y van a ver extenderse este cambio ampliamente. Deberíamos llevar a cabo este cambio con la revolución en la información en nuestro país, con sitios con opción a búsqueda sobre sanidad, para que se vea qué operaciones salen bien, qué historiales tienen los médicos, la limpieza de los hospitales, quién realiza un mejor control de los contagios, toda la información que estaba encerrada en el Ministerio de Sanidad, ahora está a nuestra disposición.
Y el tercero de esos grandes cambios, la rendición de cuentas. Éste, en mi opinión, es un cambio enorme. Es un mapa delictivo. Un mapa delictivo de Chicago. En lugar de tener una situación en la que la policía tiene la información sobre qué delitos se cometen dónde, y tenemos que emplear a gente en el gobierno para intentar que la policía rinda cuentas, de repente, tenemos esta oportunidad inmensa para el poder de la gente, en la que nosotros, como ciudadanos, podemos ver qué delitos se comenten, dónde, cuándo y por quién, y podemos insistir en que la policía rinda cuentas. Y pueden observar que esto, parece un gorrito de chef, pero en realidad es una agresión, el azul. Pueden ver qué delito se comete y dónde, y tienen la oportunidad de insistir en que la fuerzas de seguridad rindan cuentas. Por lo tanto esos tres aspectos, transparencia, rendición de cuentas y elección, marcarán una diferencia enorme.
También mencioné que el otro principio sobre el que deberíamos trabajar es comprender a la gente, es reconocer que proceder según la naturaleza humana permite lograr mucho más. Vivimos una revolución enorme en la comprensión del porqué la gente se comporta como lo hace, y una gran oportunidad para aplicar mejor ese conocimiento e información. Estamos trabajando con algunas de esas personas. Algunas de ellas nos están aconsejando, como se ha dicho, para intentar dar cuenta de toda la experiencia.
Permítanme darles un ejemplo que me parece muy sencillo, y que me encanta. Queremos lograr que la gente utilice la energía de forma más eficiente. ¿Por qué? Reduce la escasez de combustible, sus facturas, y reduce las emisiones de carbono al mismo tiempo. ¿Cómo se hace eso? Hemos tenido campañas institucionales de información durante años en las que te dicen que apagues las luces al salir de casa. Incluso tuvimos, un ministro del gobierno nos dijo una vez que nos cepilláramos los dientes a oscuras. No creo que duraran mucho. Observen lo que esto produce. Una pequeña muestra de economía conductual. La mejor forma de lograr que alguien reduzca su factura de la luz es mostrarle su propio consumo, mostrarle lo que sus vecinos consumen, y después mostrar lo que un vecino responsable consume. Esa clase de economía conductual puede transformar la conducta de la gente de una forma que todo el acoso y toda la información y toda la presión de un gobierno posiblemente no pueda lograr. Otros ejemplos son reciclar. Todos sabemos que tenemos que reciclar más. ¿Cómo hacemos para sea así? La evidencia de EE.UU. es, si se paga a la gente por reciclar, si se le da una zanahoria en lugar de un palo, se puede transformar su conducta.
¿Qué viene siendo todo esto? Aquí tienen mis dos discursos favoritos de los EE.UU de los últimos 50 años. Obviamente, aquí tenemos a JFK con su formulación increíblemente sencilla e impactante, “No se pregunten qué puede hacer su país por Uds, sino qué pueden hacer Uds por su país”, una opinión increíblemente noble. Pero cuando él pronunció ese discurso, ¿qué se podía hacer para construir una sociedad más fuerte? Podías luchar por tu país, podías morir por tu país, podías realizar el servicio civil de tu país, pero en realidad no se tenía la información y el conocimiento y la capacidad para contribuir a hacer una sociedad más fuerte como ahora.
Y creo, un discurso incluso más maravilloso, que voy a leer un fragmento, que resume lo que dije al principio sobre creer que en la vida, hay mucho más cosas que el dinero, y más cosas que deberíamos intentar medir que el dinero. y es la preciosa descripción de Robert Kennedy de por qué el producto interior bruto refleja tan poco. “No tiene en cuenta la salud de nuestros hijos, la calidad de su educación, o la alegría de sus juegos. Ni la belleza de nuestra poesía o la fortaleza de nuestros matrimonios, la inteligencia de nuestro debate público. No mide ni nuestro ingenio ni nuestro coraje, ni nuestra sabiduría ni nuestro aprendizaje, ni nuestra compasión ni nuestra lealtad a nuestro país. Lo mide todo, en resumen, excepto lo que hace que la vida merezca la pena”.
De nuevo, una opinión expresada de una forma tan noble y hermosa hace 40 años, y un sueño hermoso de hace 40 años, pero ahora con los enormes avances en las tecnologías de la información, con los amplios cambios en la economía conductual, con todo lo que sabemos sobre cómo mejorar el bienestar, si combinamos esos factores, de dar poder a la gente, y utilizar la información para hacerlo posible, y utilizar el enfoque de proceder según la naturaleza humana, mientras al mismo tiempo, comprender el comportamiento de la gente, es un sueño más fácil de realizar hoy de lo que lo fue en ese hermoso discurso de hace 40 años.
Gracias. (Aplausos)
DAVID CAMERON
FUENTE: www.ted.com/talks/lang/es/david_cameron.html
Traducción de Inma Barrios.
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