DISCURSO EN EL ACTO
DE LANZAMIENTO DEL PLAN INTEGRAL PARA LA PROMOCIÓN DEL EMPLEO
Nestor Kirchner
[23 de Octubre de
2003]
Señores ministros del Poder Ejecutivo
Nacional; autoridades nacionales; señores empresarios; representantes
gremiales; señores legisladores; integrantes de organizaciones no
gubernamentales; señoras y señores:
La lucha por el ordenamiento económico, por generar en el país la posibilidad de un proyecto absolutamente inclusivo, por dar la batalla en todos los lugares contra la exclusión social en todas sus calidades, es una tarea central y vital que los argentinos debemos llevar adelante, y el Gobierno pone y va a poner todo su esfuerzo por ser motor central en esta batalla y en esta lucha.
La lucha por el ordenamiento económico, por generar en el país la posibilidad de un proyecto absolutamente inclusivo, por dar la batalla en todos los lugares contra la exclusión social en todas sus calidades, es una tarea central y vital que los argentinos debemos llevar adelante, y el Gobierno pone y va a poner todo su esfuerzo por ser motor central en esta batalla y en esta lucha.
Lo que pasa es que no son palabras jóvenes
las que estoy diciendo, son palabras que se han venido repitiendo en distintos
funcionarios, en distintos presidentes, en distintos dirigentes durante varias
décadas en la
Argentina. Siempre los discursos tienen este contenido, pero
es evidente que hay caminos absolutamente diferentes. Todavía recuerdo en 1996
cuando el paradigma y el rumbo era que para que haya distribución del ingreso,
haya inversión y haya empleo se tenía que llenar el vaso para que derrame, en
una actitud absolutamente voluntaria; hoy cuando nos vemos en el tiempo nos
parece casi ridículo, pero tengamos la capacidad de autocrítica de que altos
niveles de la sociedad argentina estaban casi con una cultura fundamentalista
convencidos de que éste era el camino y el rumbo.
Se nos dijo también durante mucho tiempo que
la quita de aportes patronales para la baja de costos laborales iba a generar
miles y miles de puestos de trabajo, y cuando se produjo, en 1996, tuvimos el
primer déficit fiscal importante del presupuesto. Pantallas como la que
acabamos de exhibir, que nosotros ponemos con la mejor de las voluntades, si
hablaran, recordarían las cosas que se fueron exponiendo y diciendo durante
mucho tiempo. La sociedad argentina en general trató de creer y acompañar, pero
no fueron más que acciones para transferir ingresos a los sectores de siempre.
Por eso nosotros creemos que la Argentina tiene que
crecer; no hay que enamorarse de los números, estamos empezando a crecer pero
aún estamos bien en subsuelo de la patria, estamos saliendo de situaciones
dolorosas y lamentables. No vamos a caer en la euforia o en la actitud
coyuntural, sin visión estratégica, de salir a hacer una fiesta de un
crecimiento que es el crecimiento sobre el dolor que nos ha tocado pasar a
todos los argentinos, esperando que la Argentina pueda definitivamente estructurar un
fuerte avance en todo su esquema económico y obviamente en el esquema de la
distribución del ingreso. La
Argentina creció al 7 y al 8 por ciento pero no pudo vencer
la desocupación y no pudo tener una distribución del ingreso diferente; y en
situaciones bastante mejores, desde todo punto de vista, que la que tenemos
nosotros. Tenemos un 150 por ciento de endeudamiento de nuestro producto bruto
interno, y todavía algunos nos dicen que no es seria nuestra propuesta cuando
decimos que podemos pagar el 75 por ciento de la deuda a los tenedores y
acreedores de títulos externos. No hay nada más serio, si van a mirar nuestros
números tenemos que hacer bastante esfuerzo todos los argentinos para
cumplimentar lo que estamos diciendo, para llevar la deuda respecto al producto
bruto de un 150 por ciento a un 80, un 70 por ciento, para empezar a ser un
país con alguna posibilidad de viabilidad.
Esta es la situación que tiene la Argentina hoy. Se podrán
hacer todo tipo de disertaciones, todo tipo de elaboraciones, podemos seguir
escuchando a los tecnócratas que escuchamos durante la década del 90 seguir
exponiendo si la Argentina
va a crecer o tiene proyecto coyuntural, o no tiene plan económico, o que va a
crecer solamente hasta el 2006; cuando escucho que vamos a crecer hasta el 2006,
después de las cosas que nos han pasado, a uno lo motiva fuertemente. Pero
tenemos que partir de la situación en la que estamos, y este plan se ubica en
esta situación. Empezar a transformar los planes sociales, que sirvieron en la
coyuntura, que sirven, pero tenemos que transformarlos en planes genuinos,
tenemos que devolverle a la gente el instrumento de la dignidad del trabajo;
tenemos que combinar con todos los sectores empresarios, con las PyMES, con las
empresas nacionales la reconstrucción del capital nacional, tarea central y
esencial para hacer una nueva Argentina, en una forma coordinada -Estado,
trabajadores y empresarios-, para definitivamente empezar a generar la
simbiosis de nuevas síntesis que nos permitan dar las respuestas que los argentinos
necesitamos.
Este es el gran debate de la idea del país
que queremos construir. No se pude construir un país sin ideas, no es cierto
que se hayan muerto las ideologías, las ideas y las visiones; las hay
argentinas y construcciones diferentes, algunas las hemos soportado y ya vimos
lo que nos ha pasado, nosotros tenemos la oportunidad, desde la pluralidad, de
construir una Argentina diferente, y lo tenemos que hacer con ideas reales,
concretas, con los pies sobre la tierra, discutiendo los temas que tenemos que
discutir y aspirando a construir la Argentina que deseamos tener en nuestras manos.
Tenemos que perder la vergüenza de que son ideas que no circulan más, que están
fuera de onda, o lo que dicen algunos que han pugnado por estos proyectos, con
los que se ha consolidado una gran exclusión en la Argentina , con pequeños
sectores absolutamente desnacionalizados favorecidos con la rentabilidad de la
economía cuando esa economía creció. Nosotros queremos hoy que cuando la Argentina crezca genere
empleo y distribuya el ingreso de manera diferente, que genere inclusión. Ese
es el proyecto que le va a permitir al país volver a ser viable y construir una
Argentina solidaria entre todos, con un capitalismo serio, nacional y
competitivo. Este es el gran desafío que tenemos por delante.
Por eso con el señor ministro de Trabajo,
con los responsables de todas las áreas, Planeamiento Federal, las áreas
sociales, salud, las universidades y la educación, tenemos que trabajar
fuertemente mancomunados, pero con este concepto y con esta filosofía. Este es
el desafío, tenemos que demostrarnos a nosotros mismos que podemos hacer un
país equitativo y justo. ¿Si no para qué? ¿Conducir a la Argentina nuevamente por
el sólo hecho de ser ministros, diputados o presidentes, lo que pueda ser cada
uno, para volver a llevar a este programa de agudización de las
contradicciones, de exclusión social e institucional? A mí no me interesa ser
parte de esa Argentina.
Apostamos y decidimos jugar todo a esta
visión de país. Por eso creemos en todos ustedes, en que todos somos
absolutamente conscientes y responsables de nuestra verdad relativa y del
momento que estamos viviendo. Vamos a apostar a estos planes, estamos
dispuestos a ir teniendo y recibiendo todas las ideas creativas e imaginativas
que nos permitan avanzar con estos temas, porque estoy seguro que si avanzamos
por este camino, y combinamos crecimiento productivo y crecimiento económico
con generación de empleo y distribución del ingreso correcta, la Argentina va a empezar a
ser diferente y vamos a consolidar la posibilidad de tener nuevos sueños.
Este es el desafío que tenemos, éste es el
camino que nosotros vamos a seguir transitando, absolutamente dispuestos a
tener toda la autocrítica necesaria para corregir los errores que podamos
cometer, pero absolutamente decididos a profundizar en el rumbo de estas ideas.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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