DISCURSO EN LA COMIDA OFRECIDA EN
HONOR DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FEDERATIVA DEL BRASIL, LUIZ INACIO LULA
DA SILVA
Nestor Kirchner
[16 de Octubre de
2003]
Excelentísimo señor presidente de la República Federativa
del Brasil y señora Marisa Lula Da Silva; señor vicepresidente de la Nación ; señor presidente de
la Cámara de
Diputados de la Nación ;
señores gobernadores; señor Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires; señores ministros de la República Federativa
del Brasil; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señores
legisladores; distinguida delegación brasilera; señores empresarios; señoras y
señores: Es para los argentinos un profundo honor tener hoy en nuestra casa al
señor presidente de nuestra querida hermana República del Brasil.
Y la presencia del señor presidente de Brasil para los argentinos en esta etapa de la historia no es una visita protocolar más, no es una reunión más y natural que puede existir entre los distintos jefes de Estado, es para nosotros profundizar un desafío que tanto mi amigo -verdaderamente mi amigo- el señor presidente del Brasil y quien les habla compartimos plenamente, que es la construcción de un proceso de integración, primero bilateral entre Brasil y Argentina.
Y la presencia del señor presidente de Brasil para los argentinos en esta etapa de la historia no es una visita protocolar más, no es una reunión más y natural que puede existir entre los distintos jefes de Estado, es para nosotros profundizar un desafío que tanto mi amigo -verdaderamente mi amigo- el señor presidente del Brasil y quien les habla compartimos plenamente, que es la construcción de un proceso de integración, primero bilateral entre Brasil y Argentina.
A pesar de algunos procesos históricos, a
pesar de algunos conceptos dogmáticos que pueden existir de un lado y del otro,
y que es natural que existan en el marco de la pluralidad, nosotros con nuestro
amigo creemos firmemente que hay que superar rápidamente las contradicciones
históricas que nos llevaron a disputas que nos neutralizaron y en vez de
generar un desarrollo conjunto, conspiraron contra el desarrollo de nuestros propios
países. Nosotros estamos absolutamente convencidos de que el proceso de
integración serio, responsable, desde el punto de vista económico,
institucional, cultural, social y físico entre Argentina y Brasil va a
determinar un cambio radical en la gestión y en la región que tenemos que
llevar adelante nosotros.
Por eso aspiramos a una profunda relación
bilateral, cristalina y sincera ante los ojos de las dos sociedades, pero
también queremos que esa relación bilateral sea la construcción de la columna
vertebral del MERCOSUR en una primera etapa, de un MERCOSUR que se debe
integrar no sólo desde el punto de vista económico, no sólo debe resolver las
cuestiones arancelarias, no sólo debe planificar con absoluta claridad el
desarrollo productivo e industrial de las regiones, y desde luego su
integración en todos sus aspectos, sino que también tiene que estar y debe
tener una integración desde el punto de vista político. Es fundamental la
integración política, es fundamental que desde la verdad relativa de cada país
que integra el MERCOSUR podamos construir las nuevas síntesis que la región
necesita para poder definitivamente constituir el bloque del MERCOSUR con una
identidad de ideas y de pensamientos, actualizado a los tiempos que nos toca
vivir.
Somos nosotros, los hombres y mujeres de
hoy, los que debemos resolver los problemas de hoy, porque en este mundo que
tan rápido ha evolucionado y que tiene tantas contradicciones, nosotros sabemos
qué es lo que está sucediendo y debemos tener el coraje de tomar las decisiones
que correspondan. Por eso defendemos seriamente la construcción del parlamento
del MERCOSUR, con un lugar donde podamos definitivamente dota a la región de
las políticas representativas que necesita.
Pero no tenemos que quedarnos encerrados en
el MERCOSUR, tenemos que avanzar con mucha fuerza, y esta es una decisión
compartida también con mi amigo el presidente Lula, en la integración de los
países del Pacto Andino, en la integración de América Latina en forma plena y
también avanzar en las relaciones con México en un proceso de integración
comercial, político e institucional muy fuerte que nos permita construir un
bloque sólido, amplio, plural, para avanzar decididamente ya en la integración
y la inclusión de otros bloques muy importantes que existen en el mundo, entre
ellos la Comunidad
Económica Europea. Es un sueño poder establecer
institucionalmente la posibilidad de debatir bloque a bloque con la Comunidad Económica
Europea, sería un paso cualitativo sustancial y muy importante que debemos
llevar adelante.
También la integración puede ser para
solucionar los graves problemas que tiene nuestra región. No podemos seguir
ignorando, no podemos seguir mirando con la nuca los problemas que tenemos
nosotros en esta zona, en esta región del mundo. Es muy difícil consolidar
procesos de crecimiento y reconversión económica, procesos de crecimiento
productivo e industrial, cuando se tienen los niveles de indigencia, cuando se
tienen los niveles de pobreza y los niveles de exclusión institucional que
tienen nuestras regiones y nuestros países. Debemos asumir que tenemos estos
problemas y avanzar en la solución. Y no es responsabilidad de los gobiernos
solamente, sino también de todos los actores de la sociedad, de los sectores
empresarios y los sectores del trabajo. Coordinadamente debemos buscar un
sistema que nos permita crecer económicamente, pero no como fue en la década
del 90, cuando crecimos económicamente en la Argentina a niveles del
7 u 8 por ciento pero creció la pobreza, la indigencia y el endeudamiento en
niveles absolutamente desconocidos en nuestra sociedad, y se profundizó el
modelo que se había instalado en nuestro país en 1976.
Nosotros queremos y debemos crecer con una
distribución del ingreso diferente. Esto es fundamental para poder hacer un
país, no se puede seguir construyendo un país para pocos. Nosotros hoy tenemos
números importantes en la
Argentina , venimos saliendo del subsuelo de la Patria , seguramente estamos
en el subsuelo, pero siempre decimos con quienes colaboran conmigo, señor
Presidente, que no nos vamos a enamorar de los números, nos tenemos que
enamorar de una Argentina diferente, con una justicia diferente, con una
educación diferente, con políticas sociales cada día más profundas e
integrativas, y que en el marco de la construcción plural podamos decir que con
el crecimiento económico estamos haciendo una sociedad más justa, que con el
crecimiento económico estamos construyendo proyectos industriales, proyectos de
reconversión productiva, que es en sí lo que consolida a lo países.
Este desafío debe llegar a toda
Latinoamérica, los problemas que pasan en países hermanos, como en el caso de
Bolivia, no son meramente coyunturales o circunstanciales de una determinada
problemática política que puede existir en cada país. El problema de la brecha
entre ricos y pobres cada vez más grande, el problema de la marginalidad, el
problema de la injusticia, termina derivando en estos procesos lamentables y
dolorosos que les toca vivir hoy a países hermanos, que a los argentinos de
alguna manera nos ha tocado vivir y espero que hayamos aprendido esta lección
de la historia y no tendamos a olvidarnos de las cosas que nos han pasado, para
poder cimentar un país diferente.
Por eso yo tengo tanta esperanza en
mandatarios como el presidente Lula, que entiende esta realidad, está
compenetrado, sabe que ambos estamos decididos a honrar nuestras historias, que
ambos venimos con convicciones muy firmes, que no las venimos a dejar en la
puerta de la casa de gobierno, que venimos a tratar de honrarlas con
responsabilidad y seriedad, y sabemos que el conjunto de nuestras sociedades,
empresarios y trabajadores, juntamente con los gobiernos temporales en este
tiempo de la historia que nos toca a nosotros, podamos dar las respuestas que
hay que dar. Estoy seguro de que lo vamos a poder lograr, estoy seguro de que
vamos a poder avanzar. Pero señores, y querido Presidente, yo sé que juntos de
la mano vamos a poder generar un verdadero precedente histórico de acá para
adelante, es decir cuando se empiece a pensar distinto, a resolver distinto, y
cuando todos entendamos que construir una nación, hacerla crecer, poder
enorgullecerse porque crece su producto bruto, poder enorgullecernos y ponernos
contentos cuando crece la producción industrial agropecuaria y demás, también
va de la mano de tener mayor acceso a la educación, al trabajo, mayor
generación de empleo, mayor equilibrio social, menos brecha entre ricos y
pobres.
Imagínense ustedes -y le cuento señor
Presidente- que en esta Argentina en los años 50, 47, la brecha entre ricos y
pobres era de 1 a
siete, hoy es de 1 a
38, de 1 a
39. Tenemos que dar vuelta este tiempo de la historia para volver a
encontrarnos con nuestra sociedades, con nuestra gente, y reencontrar las
instituciones y la práctica democrática cotidiana con las necesidades de
nuestro pueblo. Este es el gran desafío que tenemos que llevar adelante.
Por eso estoy tan contento con la reunión
que tuvimos hoy, con la sinceridad que hablamos, con la que siempre lo hicimos;
desde que nos conocimos con el presidente Lula hemos trabajado con absoluta
sinceridad y solidaridad, no hemos tenido diferencia alguna, gracias a Dios, y
siempre con el aporte de buscar soluciones, avanzar y darle fuerza a este
espacio del MERCOSUR. De manera que creo que Argentina y Brasil en este tiempo
de la historia van a dar las respuestas que están esperando los ciudadanos de
ambas naciones, vamos a poder hacer la integración del MERCOSUR, vamos a
avanzar en la integración de América Latina, vamos a tener charlas, conversaciones
y reuniones maduras con la Comunidad Económica Europea, con Estados Unidos,
con el resto de los pueblos de mundo, tratando definitivamente de entender que
la búsqueda de nuestro trabajo y la búsqueda de las relaciones y los encuentros
debe ser para construir el marco de esas sociedades que nosotros soñamos y que
tendríamos que haber construido en conjunto.
Por eso señor Presidente, querido amigo de
todos los argentinos, estamos orgullosos de recibir al presidente del Brasil, a
su señora esposa, a los amigos del gabinete que nos acompañan, con quienes ya
hemos tenido muchísimas reuniones de trabajo, y en esto no estamos haciendo una
apuesta a medias, estamos apostando decididamente a un tiempo nuevo. Muchísimas
gracias por estar acá.
NESTOR KIRCHNER
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