DISCURSO EN LA HONORABLE ASAMBLEA
LEGISLATIVA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Néstor Kirchner
[31 de Julio de
2007]
Señor Presidente de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente ;
señores coordinadores de los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores;
autoridades mexicanas; distinguida comitiva que me acompaña; señoras y señores:
señores legisladores, deseo agradecer enfáticamente esta recepción, dispuesta
en un contexto de tan grata situación para las relaciones bilaterales entre
nuestros países.
Hemos tenido el gusto de conversar con el Presidente Calderón en una agenda común que abarca prácticamente todos los temas de interés de América latina.
Hemos tenido el gusto de conversar con el Presidente Calderón en una agenda común que abarca prácticamente todos los temas de interés de América latina.
Ustedes saben que, desde hace tiempo,
nuestros equipos de Gobierno han estado trabajando en un proyecto que acaba de
hacerse realidad: el acuerdo de asociación estratégica entre Argentina y
México.
En su visita al Honorable Senado Mexicano,
el pasado abril, Cristina y tantos colegas suyos y cumpliendo un rol
encomendado por mi Gobierno, les habrá dado un panorama completo sobre la
favorable situación por la que atraviesa Argentina y lo propicio de este
momento para que nuestros países profundicen sus coincidencias.
Desde hace 4 años los argentinos hemos
determinado dejar de lado aquellas recetas conocidas como el “Consenso de
Washington”, que sólo sirvieron para hundirnos en un círculo vicioso de
endeudamiento y ajuste.
Hemos tomado nuestras propias decisiones,
anteponiendo la deuda social a cualquier otra y estando seguros que la creación
de empleo, la producción sostenible, la estabilidad jurídica son las llaves del
crecimiento con equidad.
Es así que en la Argentina hemos logrado
que la desocupación haya caído hasta una cifra porcentual de un dígito, cuando
en el epicentro de la crisis alcanzaba casi a la tercera parte de la población
económicamente activa.
Tomar como indicador el empleo o al empleo,
tiene por virtud iluminar algo que a veces otros parámetros macroeconómicos, el
del aumento del PBI por ejemplo, dejan a la sombra. Hablar de la creación de
millones de puestos de trabajo, es hablar del factor organizador de la vida
social, es hablar de una mejora real y comprobable en la calidad de vida de los
argentinos.
Nuestro país ha crecido de manera
ininterrumpida, en los últimos 5 años, a tasas cercanas al 8 y medio, 9 por
ciento anual, convirtiéndose en una etapa sin precedentes en los últimos 100
años.
No pretendo hacer la lista de indicadores
económicos y sociales; todos han mejorado notablemente, sin embargo somos
conscientes que todavía falta mucho por hacer.
En este sentido creemos que México, tanto
desde el punto de vista productivo, comercial, como de su inserción política en
el marco regional e internacional, constituye un socio estratégico. Así lo
hemos corroborado todos y este acuerdo que hemos firmado con el Presidente
Calderón, tiene una gran relevancia para el futuro y el bienestar de nuestros
pueblos e involucra cuestiones económicas, comerciales, educativas, científicas
y tecnológicas.
Prefiero destacar ante ustedes sin embargo,
el eje político institucional de este acuerdo, que busca perfeccionar nuestras
relaciones ya de por sí fecundas.
Argentina y México coinciden en gran medida
en sus apreciaciones sobre el escenario internacional, son firmes defensores
del derecho internacional, de la solución pacífica de los conflictos y del
respeto inalterable a los derechos humanos. Ambos países comparten, desde una
visión latinoamericana, la necesidad de modernizar el sistema de organismos
internacionales y promover la búsqueda de consensos en los ámbitos
multilaterales. Por nombrar sólo uno de ellos, particularmente asentado entre
nosotros, el Grupo Río ha dado sobradas muestras de sus logros en pos del
fortalecimiento de nuestras democracias, y tanto Argentina como México así como
el resto de los países hermanos que en él participan, estamos promoviendo un
mayor dinamismo y fortalecimiento de sus funciones.
De estos principios se derivan posiciones,
que desde el conjunto de Latinoamérica, toman cada vez más fuerza en el
concierto de la naciones, tales como la lucha contra el hambre y la pobreza, la
reforma de los organismos internacionales de crédito, la eliminación de las
barreras arancelarias y paraarancelarias a los productos de los países menos
desarrollados, el perdón de la deuda externa de los países más pobres o su
canje por educación, la lucha contra el terrorismo, la obstrucción al tráfico
ilegal de bienes y personas. Dicho marco axiológico, es el que asigna un mayor
sentido a la suerte identidad de esta América Latina del siglo XXI.
Estamos convencidos de que es un rumbo de
crecimiento con equidad, que se enmarca la firma del nuevo Acuerdo de
Asociación Estratégica, en el que la armonía tradicional entre la Argentina y México se
encauza de manera más organizada, periódica y formal, de modo de agilizar el
diálogo político, la concertación, la cooperación e incluso la actuación
coordinada en aspectos que hagan a la democracia, los derechos humanos y el
estado de derecho.
Para lograrlos, además de contar con los
órganos propios de las administraciones nacionales, es necesario promover aún
más el vínculo entre nuestros cuerpos legislativos, para lo cual el acuerdo
prevé el envío de misiones legislativas y las reuniones interparlamentarias,
como centro fundamental del afianzamiento de nuestras relaciones.
Resulta evidente que la democracia moderna
reclama espacio cada vez más abiertos a la participación ciudadana y más
creativos en la forma de expresión y canalización de las urgentes demandas
sociales. Sin embargo, la representación popular expresada en los congresos,
resulta ineludible tal como lo expresan nuestras constituciones. Es que las
cámaras legislativas son el espacio de diálogo por naturaleza y el ámbito del
debate racional y meditado indispensable para apoyar con leyes los anhelos de
nuestros pueblos.
Señores legisladores: para mí es un honor
visitar este querido país y encontrarme con su pueblo afectuoso y conocedor de la Argentina. Ha sido
también gratificante el intercambio con el señor Presidente y ahora con
ustedes; mañana estaré en contacto con varios representantes del vigoroso
empresariado mexicano.
Este importante paso que significa la firma
del Acuerdo de Asociación Estratégica entre Argentina y México, demuestran
nuestra mutua convicción para alcanzar un tipo especial de vínculo bilateral,
que fortalezca la ya histórica y natural buena relación entre nuestros países.
Esta historia de cruces de influencias
artísticas, intelectuales, políticas productivas ha existido siempre. Muchas
veces por la espontánea vocación de actores, músicos y escritores, y otras
tantas por el empuje de nuestras industrias culturales, por la fuerza del
comercio, por el flujo de las inversiones. Esta vez lo hacemos desde las
decisiones de los Gobiernos por fomentar este diálogo; en todos los casos
nuestros vínculos surgen de la admiración y el afecto que ambos pueblos se profesan.
Quiero también, en este Congreso, en este
Parlamento de la Unión ,
hacer un profundo reconocimiento al pueblo mexicano, a sus autoridades, a sus
distintos gobiernos, que se fueron sucediendo en las etapas en que a mi nación,
a mi pueblo, le tocó vivir la última horrible dictadura de 1976, donde la Argentina y gran parte
de América latina, fue signada por el pensamiento único y el terror permanente.
México, Estados Unidos de México, albergó,
abrió sus puertas, abrió sus corazones, a miles de militantes, intelectuales,
estudiantes y trabajadores, comprometidos con la construcción de naciones
justas, independientes y democráticas, comprometidos con la pluralidad y el
consenso, comprometidos con el respeto a los derechos humanos, comprometidos
con la inclusión social, con la equidad, comprometidos con la Justicia , que eran
expulsados o si no eran asesinados en nuestra propia nación.
Nosotros tenemos un agradecimiento eterno,
miles de ellos se han quedado a vivir definitivamente y forman parte activa de la
actitud creativa permanente del pueblo mexicano; muchos han vuelto y muchos en
la persona de este Presidente, de este tiempo circunstancial de la historia, le
quieren agradecer, tanto a los que se han quedado como los que están en la Argentina , la actitud
que tuvo la nación mexicana, Estados Unidos de México, del pueblo mexicano, la
posibilidad de abrir sus puertas y de integrarse. Nunca podremos olvidar tal
gesto a una nación como la nuestra, que el derecho por la libertad, por la
democracia, por el derecho a no claudicar, por el derecho a no arrodillarse,
nos costó miles de exiliados, miles de presos y 30.000 muertos, que recién
ahora podemos estar entrando a juzgar, gracias a Dios, porque se terminaron con
todas las leyes de impunidad, que rodean a la Argentina , que estaban
al comienzo de mi Gobierno, y gracias a Dios el indulto, la Ley de Obediencia Debida y la Ley de Punto Final se an
convertido en historia en mi país.
Muchas gracias Estados Unidos de México,
muchas gracias mexicanos por esa actitud.
También, somos una nación comprometida, un
Gobierno comprometido, con la integración, en nuestra América del Sur, creemos
en la Patria Grande ,
en la diversidad y en la pluralidad, creemos que tenemos que hacer todos los
esfuerzos, para que sin luchas cortas por liderazgos que no valen la pena
discutir, no impidan más la conducción de ese espacio latinoamericano que
necesitamos.
Trabajamos fuertemente para el acercamiento
de México, su inserción en la región Latinoamericana conjuntamente con todos
los pueblos de América del Sur. Sé que lo vamos a lograr y sé que vamos a
escribir una etapa grande de nuestra historia, con coraje, con decisión y sin
tener viejos prejuicios, que tienden muchas veces a castrar las posibilidades
de construir alternativas superadoras, que permiten construir proyectos
progresistas y libertarios, como decía usted, que son muy importantes, que
nosotros tenemos que hacerlo como esta dirigencia, esta etapa, este tiempo que
nos toca vivir y con este tiempo que nos toca vivir tampoco como Presidente,
como militante político comprometido toda la vida con un concepto de vida, de
integración entre los pueblos del mundo.
En nombre de la nación Argentina y en este
honorable Congreso quiero dejar también en claro el repudio del pueblo
argentino y de quien les habla y quienes me acompañan, a la construcción del
indigno muro, que se está construyendo en la frontera entre la hermana nación
mexicana y la República
o la nación de Estados Unidos. Creemos
que deben reflexionar seriamente, que en estos tiempos de la historia, en estos
tiempos de los esfuerzos por la defensa de la inclusión, de los derechos
humanos, del respeto a las libertades, donde en todo el mundo se habla de
integración y respeto a la diversidad, y donde tenemos que generar actitudes
solidarias de ida y vuelta, no es solamente una afrenta, querido amigo, para la
hermana nación mexicana, sino nosotros creemos que es una afrenta para todos
los pueblos de Latinoamérica y para todos los pueblos del mundo.
Por eso queremos dejar sentado, el 31 de
julio del 2007, con absoluta claridad, nuestra posición, nuestra postura, y
rogamos que en el tiempo quienes están construyendo esta actitud, los que están
construyendo este muro de la vergüenza, recapaciten y entiendan que el mundo
tiene que marchar por otros caminos, que son el de la paz, el de la
reconciliación, el de la convergencia, el del respeto a la diversidad, el de la
relación multilateral, el del respeto a las naciones del mundo y darnos cuenta
que por más poder que se tenga, nunca se puede, bajo ningún aspecto porque eso
sería el fin de la propia convivencia, ir sobre los derechos esenciales,
propios de las naciones y de los seres humanos que las integran.
Por eso mi profunda solidaridad para con
ustedes, mi profundo agradecimiento y mi profundo respeto por poder compartir
con ustedes esta honorable sesión.
Muchísimas gracias hermanos y hermanas de la
nación mexicana por compartir este momento con ustedes. Gracias.
NESTOR KIRCHNER
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