DISCURSO EN EL ACTO
DE ASCENSO A CORONEL DE LOS OFICIALES SUPERIORES MARTÍN RICO Y JOSÉ JAIME CESIO
Néstor Kirchner
[23 de Marzo de
2006]
Señor Vicepresidente de la Nación ; señores presidentes
de las honorables Cámaras de Senadores y Diputados; señor Gobernador de la
provincia de Buenos Aires; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional;
señores jefes del Estado Mayor Conjunto y de los Estados Mayores Generales de
las Fuerzas Armadas; señores legisladores; representantes de las distintas
organizaciones de derechos humanos, Abuelas, Madres; señoras, señores, amigos:
no descansamos en la tarea de reconciliar a la política, a las instituciones y
al Gobierno con la sociedad. Sabemos que las cosas no cambian mágicamente de un
día para otro.
Creemos que la tarea de Gobierno se construye cada día, desde temprano, desde la mañana hasta la tarde, desde la tarde hasta la noche con hechos que por cotidianos parecen pequeños y se los mira aislados del contexto, pero que sumados implican responder al los desafíos minuto a minuto, se testimonia con gestión y con resultados.
Creemos que la tarea de Gobierno se construye cada día, desde temprano, desde la mañana hasta la tarde, desde la tarde hasta la noche con hechos que por cotidianos parecen pequeños y se los mira aislados del contexto, pero que sumados implican responder al los desafíos minuto a minuto, se testimonia con gestión y con resultados.
No hay gobierno ni hombre providencial capaz
de cambiar las cosas. Tiene que haber ciudadanos dispuestos a participar
activamente en estos cambios. No habrá cambios confiables si permitimos la
subsistencia de ámbitos de impunidad.
Quizás en este acto se quiera sólo ver que
el Presidente en ejercicio de sus funciones envía el pliego para el ascenso
extraordinario de dos oficiales del Ejército Argentino. En idioma de frío
dictamen, alguien podrá decir que “en virtud de lo establecido en el artículo
99, inciso 1 y 12, de la
Constitución de la Nación Argentina ,
en uso de su facultad el Poder Ejecutivo Nacional solicita al Honorable Senado
de la Nación
el acuerdo para promover al grado inmediato superior a dos oficiales superiores
de nuestras Fuerzas Armadas conforme al inciso 13 del citado artículo”.
Nosotros sabemos que estamos ante un hecho
mucho más trascendente. Estamos produciendo un acto que la democracia, el
Gobierno y el pueblo se debían a sí mismos. Sin rencor, con memoria, estamos
haciendo un acto de la más estricta y pura justicia.
Es hora de dar a las palabras y a los actos
su verdadero valor. Basta de decirnos las cosas en voz baja, o con eufemismos;
hablemos claro, estamos reparando, estamos poniendo las cosas en su justo
lugar.
El extinto coronel Martín Rico fue asesinado
en la madrugada del 27 de marzo de 1975, cuando estaba investigando a la
organización denominada “Alianza Anticomunista Argentina”, la triste y
trágicamente conocida “Triple A” y, lamentablemente, es asesinado en un hecho
que es trascendente, porque desde un propio gobierno constitucional, desde la
propia democracia, con todos los defectos y todas las cosas que nos pasaban en
aquel momento, identificaba al culpable concreto, al mentor y a quien inspiraba
y motivaba a las “Tres A” que es ese lamentable personaje José López Rega.
La propia democracia estaba encontrando, a
través de un coronel de la
Nación y su trabajo, la respuesta que el pueblo argentino
necesitaba.
El 23 de julio de 1977, el entonces
comandante en jefe del Ejército le negó el ascenso post mortem por entender que
el coronel no había muerto en acto de servicio, lo cual muestra con absoluta
claridad la complicidad anterior a este tipo de hechos.
Elevar el pliego del coronel Rico para su
ascenso post mortem es además cumplir con la Ley 19.101, un reconocimiento que los argentinos
le debemos en estricta justicia.
El coronel Juan Jaime Cesio fue propuesto
por la Junta Superior
de Calificaciones para su ascenso a general en los años 1973 y 1974 y pasado a
retiro en 1975. La dictadura militar promovió a los tres oficiales que habían
sido postergados por el Senado en las mismas oportunidades que el coronel
Cesio, cuando denunció en un programa televisivo la existencia de bandas
integradas por militares que habían usurpado el gobierno y cometido delitos
aberrantes como el secuestro, la tortura, la desaparición y el asesinato de
miles de personas.
Se le instruyó un sumario por dicha denuncia
que fue calificado y caracterizado como “deshonor e indecoro militar”
reprochándole privilegiar su condición de ciudadano sobre la de militar. Como
que ser militar significaría en su momento, aparentemente para algunos,
abandonar la calidad de ciudadano o si un buen ciudadano no puede ser un buen
militar. La recuperación de la ciudadanía es fundamental, después cada uno de
nosotros puede cumplir la función que quiere y para que se prepara en la vida y
en la sociedad.
Por Decreto 3.146 del 30 de noviembre de 1983, a diez días de la
asunción del gobierno democrático, se convalidó su descalificación por falta
gravísima al honor y se le privó del uso del grado y del uniforme.
El señor jefe del Estado Mayor General de
Ejército, con fecha 3 de marzo de 2006, dejó sin efecto la amonestación y
levantó la privación de la utilización del grado y del uso del uniforme. La
señora Ministro de Defensa, resolvió el pasado 6 de marzo aprobar aquella
resolución y hoy enviamos el pliego para el ascenso extraordinario.
Debemos hacer esto para que en la Argentina no pueda ya
decirse que el héroe es condenado y el dictador con las manos manchadas de
sangre resulta juez.
Encuentro esto no sólo en el estricto
cumplimiento de la
Constitución nacional y la ley, sino un fuerte símbolo y
mensaje para que se premie a los militares que sirven a la democracia en su
profesión y se integran al país como ciudadanos.
A la memoria del coronel Rico y sus
familiares, su señora esposa y su hijo, los argentinos y más que los
argentinos, el Estado argentino, le debe una gran disculpa. Alguien que cumplió
con la tarea, investigó, encontró al cerebro horrendo y por haberlo encontrado
perdió su vida.
Por eso, querida señora y familia,
realmente, en nombre de todo el Estado argentino, yo sé que las disculpas no
alcanzan, que el coronel Rico, futuro general de la Nación , no está, pero la
reconstrucción de la memoria, la verdad y la justicia, la tenemos que hacer
así, tarde, lamentablemente tarde, pero con un gran sentido de recuperar
nuestra historia y de recuperar en el recuerdo a coroneles, en este caso que va
a ser un futuro general de la
Nación , que debe ser ejemplo de las futuras camadas de
nuestras Fuerzas Armadas.
Los argentinos queremos que el Honorable
Senado de la Nación
preste el acuerdo para que la
Nación cuente con dos generales de los que estaremos
orgullosos. Nuestras instituciones armadas se prestigiarán si contamos en sus
filas al general Martín Rico y al general Juan Jaime Cesio.
Es ésta una reparación y un acto de estricta
justicia que encierra el mensaje y la buena noticia de que no hemos perdido la
capacidad de distinguir entre el bien y el mal, entre lo que es honorable y no
lo es.
Queremos poner fin a los códigos del
silencio que subordinan todo el ocultamiento de la verdad. Descorriendo este
velo, sabemos que contribuimos a evitar que los verdugos se mezclen con lo
inocentes y se oculten detrás de las instituciones.
Con verdad, con memoria, con justicia, con
castigo a los culpables, poniendo las cosas en su justo lugar, echaremos las
cimientes para poder construir un país más justo.
Querido coronel Cesio, futuro general de la Nación , muchos de los de mi
generación que hoy estamos y de los que no están, que en muchas cosas
pensábamos igual, siempre, desde hace más de treinta años, pudimos conocer su
honorabilidad, su amor a la democracia, su amor a la verdad, el concepto y la
filosofía que quería de las instituciones armadas y de su querido Ejército, al
cual entregó su vida, su pasión por esta Argentina.
Quienes están acá y quienes no están y que
compartíamos aquellos momentos difíciles de la Argentina , siempre lo
tuvimos como un símbolo del Ejército y de las Fuerzas Armadas, porque los
jóvenes argentinos era lo que queríamos en aquel momento y en aquel tiempo.
Porque siempre quisimos tener Fuerzas Armadas integradas a la democracia, integradas
a la defensa de los derechos humanos, integradas a la pluralidad, al consenso y
a la diversidad. Era lo único que pedíamos como para consolidar un verdadero
Estado democrático, amplio y usted fue un verdadero referente, al igual que el
coronel Rico, de esa parte de la historia. Por eso, creo que como Estado
estamos cumpliendo un hecho que va a marcar una referencia clara en nuestra
historia. También el Estado argentino le debe profunda disculpas.
Pero si ustedes me permiten, en épocas en
donde muchos sectores hacen la autocrítica –y está bien que la hagan-, de lo
que nos pasó en aquel momento, yo sé que voy a decir algo que seguramente me
van a dedicar centímetros y centímetros de prensa criticándome, no importa: me
gustaría que en algún próximo 24 de marzo o antes, los medios de prensa
argentinos también hagan autocrítica.
En algún medio, hasta hace muy poco tiempo,
ni siquiera sacaban las solicitadas de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Es muy importante para consolidar la
democracia, para consolidar la ciudadanía, la construcción del ciudadano por
arriba de cualquier cuestión política o partidaria o visión que cada uno de
nosotros tenga de la sociedad, porque se construimos ciudadanía, nunca más nos
va a suceder este tipo de cosas, es tarea de todos.
Señora de nuestro futuro general Rico,
gracias por compartir este momento, gracias por haber tenido toda la paciencia,
gracias por la valentía de haber soportado el dolor en soledad.
Lo mismo, querido coronel-general Cesio,
seguramente habrá pasado horas infortunadas como miles y miles de argentinos,
gracias por estar acá, ésta es la casa del pueblo argentino y en la casa del
pueblo argentino, al coronel-general Cesio, al coronel-general Rico, el pueblo
argentino y las instituciones del pueblo argentino tratan de devolverlos al
lugar que en historia les corresponde.
La verdad es que yo me siento profundamente
emocionado y doy gracias, verdaderamente, que la vida me haya permitido estar
en este momento porque sé que entre todos, entre tantos luchadores que están
aquí presentes, hemos logrado construir un nuevo acto de justicia.
Muchísimas gracias, memoria, justicia y
verdad.
NESTOR KIRCHNER
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