DISCURSO EN EL ACTO
DE RECONOCIMIENTO A LOS EX GUARDIAMARINAS DADOS DE BAJA OBLIGATORIA DE LA ARMADA ARGENTINA ,
A PARTIR DEL 1 DE JULIO DE 1974
Néstor Kirchner
[11 de Noviembre de
2005]
Señor vicepresidente de la Nación ; señor presidente
provisional del Honorable Senado de la Nación ; señores ministros del Poder Ejecutivo
Nacional; señores jefes del Estado Mayor Conjunto, del Estado Mayor de las
Fuerzas Armadas; autoridades nacionales, provinciales y municipales;
autoridades de la
Confederación General del Trabajo; amigos y compañeros;
representantes de los organismos de derechos humanos; señores intendentes;
señoras y señores: este es el Salón Blanco, acá está la caja de resonancia de
lo que nos pasó, de lo que nos sucedió a la parte grande de la historia
argentina y a la parte chica y oscura de la historia también.
Yo la verdad que ese 16 de noviembre también fui participé activo en el trabajo político, militante, en la lucha por el retorno del General Perón. Siempre lo dije partimos con muchos amigos, que no están, hacia Temperley,la
Estación Turdera , 24 horas antes, pasamos la noche en un
sindicato, creo que era el Sindicato del Plástico en ese momento, y marchamos a
esperar al General Perón. Llegamos hasta el alambrado, ahí cerca del puente 12
y después pasó lo que todos saben que pasó.
Yo la verdad que ese 16 de noviembre también fui participé activo en el trabajo político, militante, en la lucha por el retorno del General Perón. Siempre lo dije partimos con muchos amigos, que no están, hacia Temperley,
Y así estaba el pueblo argentino en las
distintas instituciones, era la vuelta de la esperanza, era la vuelta de volver
a recuperar la soberanía nacional, los derechos perdidos, la posibilidad de
ser, la ilusión de toda una generación que nos habíamos incorporado a la
política y que seguimos creyendo hoy que se podía cambiar la Argentina , una
generación que trascendía el marco militante y político, que podíamos tener
nosotros. Les puedo asegurar que nunca se nos ocurrió pensar jamás que en la Argentina iba a pasar lo
que pasó. Y hay otros culpables de lo que pasó, como decía el teniente de
fragata Urien, que ya antes, lamentablemente, porque en eso tenemos que ser sinceros
ante la historia, nunca nosotros pensamos que iban a aparecer personajes como
López Rega, nunca pensamos que se nos iba a cortar la posibilidad y la voluntad
de participación, que iba a pasar lo que ocurrió en la Argentina.
A mí jamás se me ocurrió que íbamos a poder
vivir el final que tuvo el Gobierno, al que habíamos apoyado con tanto amor,
con tanto esfuerzo, con tanto sacrificio, con tanta entrega. Jamás se me
ocurrió pensar que iba a terminar de la forma que terminó. Pero ahí empezó,
cuando terminaba esto, empezaba lo peor. Y muchos que pensaban lo peor diciendo
que defendían la democracia. Tan difícil y tan grave como lo que después pasó.
El primero de octubre de 1974, por el sólo
hecho de acompañar a un Gobernador, como Don Jorge Ceperdech, ya algunos
dirigentes de la
Juventud Peronista del Sur éramos detenidos, primero de
octubre de 1974 por el sólo hecho de defender las instituciones y la democracia
del gobierno, al cual habíamos votado. Por eso digo que en esto cuando uno se
hace las autocríticas, yo creo que allí empezó a haber cosas que no tenían que
haber pasado y no tenían que haber sucedido en la Argentina. Y hoy les
puedo asegurar con absoluta convicción y firmeza que no me interesa estar un
sólo segundo sentado acá renunciando a esos principios y a esas convicciones.
Agradezco profundamente en esta
reivindicación que hacemos con los señores, amigos y compañeros guardiamarinas
que participaron de aquella protesta, de aquella levantada contra las
instituciones, de la
Escuela Mecánica de la Armada , el 17 de noviembre de 1972, agradezco la
presencia de los señores Jefes de las Fuerzas Armadas, porque significa que
están cambiando las cosas en la
Argentina , significa que las instituciones se vuelven a
encontrar tratando de construir entre todos un proyecto nacional que nos
contenga, más allá de este gobierno temporal de la historia. Y para que podamos
reconstruir ese proyecto nacional la verdad, la justicia, la memoria, la
amplitud, la pluralidad, el consenso y el absoluto desprendimiento son
cuestiones fundamentales y centrales, que tenemos que lograr.
Es muy difícil la recuperación de la Argentina , yo les puedo
asegurar que no es una tarea fácil y ustedes lo saben bien. Bien marcó Julio
(Julio César Urien) que venimos de una explosión inédita del 2001. Los
argentinos de todos los sectores por primera vez vivimos de cerca prácticamente
la desintegración nacional y la recuperación de millones de excluidos, de la
perdida de fuentes de trabajo, de la perdida del capital nacional, de la
entrega del patrimonio nacional que tuvieron los argentinos no sólo durante el
proceso que nos tocó vivir en la dictadura militar, sino lamentablemente
también profundizado en algunas etapas de la democracia y esto tenemos que
decirlo con absoluta sinceridad, duele decirlo pero fue así. Tampoco jamás se
nos pudo ocurrir a nosotros que en un gobierno de la democracia y en un
gobierno que provenía del propio partido, al que pertenecemos muchos de los que
estamos acá, se profundizaron políticas que llevaron a consolidar la exclusión,
a la destrucción del capital nacional.
Fíjense ustedes yo cuando veo por allí el
barril del petróleo a 67.60 dólares y nosotros que nos quedamos con las manos
vacías en la Argentina ,
supuestamente en la búsqueda del orden y el saneamiento del Estado. Yo creo que
hay cosas que no van a alcanzar libros de historia para explicar lo que
hicieron con la Patria
nuestra, con nuestra querida Patria. Habían algunos supuestos modernos que
decían que se había terminado la etapa de las ideologías para desintegrar y
entregar la Argentina. Y
esto pasó en la Argentina
y esto duele porque gente como Julio y gente variada, de distintas fuerzas del
campo nacional creyó y luchó siempre por una Patria con ideales sanmartinianos,
morenistas, con los ideales de Belgrano, del Almirante Brown, que nosotros
realmente soñamos permanentemente y nos encontramos con todo este tipo de
cosas.
Hoy, este 17 de noviembre a mí siempre me
causa una gran congoja porque me acuerdo con todos aquellos que salí de La Plata. Y no eran más que
simples militantes, como era yo. Yo era un militante universitario – no voy a
decir lo que no era- que iba y hablaba en las universidades, defendía las ideas
y discutía con las otras fuerzas políticas con mucha pasión y con mucha fuerza.
Y les puedo asegurar que fui con toda esa ilusión, tomados de la mano fuimos,
ni un ladrillo llevábamos en la mano, llevábamos la esperanza, el espíritu de
construir un país que nos contenga. Eso fue lo que hicimos, pero no se entendió
en esa etapa de la historia y por el sólo hecho de pensar diferente pasó lo que
pasó.
Por eso vuelvo a pedir este 17 de noviembre
a todas las instituciones, a todas las corporaciones y a los hombres y mujeres
de la Argentina ,
que por Dios que tengamos la grandeza y la generosidad de saber que todavía
estamos en el infierno, que cuesta mucho salir, que cuesta mucho recuperar el
capital nacional, la riqueza nacional, el superávit nacional, recuperar al
hombre y a la mujer argentino, que en algunos casos de exclusión hay que volver
a recuperarlos desde el punto de vista educativo, de volver a darle un lugar en
la sociedad.
Se estructuró una sociedad donde a millones
de argentinos ya no se nos tenía más en cuenta y volver, como han vuelto muchos
de ellos, con casi cuatro millones y medio, cinco millones de puestos de
trabajo a ser parte de la vida nacional, es un paso muy importante. Pero nos
falta el doble para decir que en la Argentina estamos contenidos todos los
argentinos, y seguramente va a trascender a mi mandato, que vence el 10 de
diciembre de 2007. Pero si los argentinos tenemos conciencia con distintos
presidentes, que irán ocupando temporariamente la historia, pero construyendo
un proyecto nacional, vamos a encontrar la Argentina que nosotros nos merecemos.
Ya sabemos que no hay fundamentalistas, ya
sabemos que no hay salidas individualistas, ya sabemos que lo único nos gana la Argentina que nos
merecemos es la construcción colectiva. Y si logramos la construcción colectiva
no tengo ninguna duda que como generación, la última etapa que nos toca como
parte activa de la generación que representamos, vamos a ser el puente de plata
para que las otras generaciones cuando vean el pabellón nacional puedan ver y
puedan decir que estamos haciendo una Patria para todos.
Y este 17 de noviembre, a ustedes, a todos
los argentinos, les quiero decir que sí que nos equivocamos cotidianamente, que
es muy difícil acertar en todo, a veces hay que tomar decisiones allí… que hay
veces que estamos llenos de angustia. Lo quiero decir este día por lo que
significa para todos, quiero sacarle lo que tengo aquí adentro a todos ustedes
y comunicárselos, que nos llena de angustia, que queremos arreglar algunas
cosas que aún no nos da la situación para hacerlo, pero que no renunciamos a
hacerlo, que tenemos la vocación de hacerlo día tras día, que nos levantamos
con una ganas bárbaras para que esta Argentina pueda cambiar.
Por eso la humildad debe alcanzar a todos
los sectores de la sociedad, una sociedad cansada de aquellos que viven
diagnosticando, de aquellos que nos viven anunciando la peores plagas, de
aquellos que siempre tienen esa voluntad negativa y la Argentina se levanta
como amor, con actitud positiva, recordando a los que dieron todo por hacer
esta Patria. No podemos claudicar, no se nos pueden doblar las rodillas.
Por eso yo tengo un optimismo mesurado
permanente y lo que estoy haciendo lo hago con mucha alegría, tengo angustias,
pero no me pesa la responsabilidad. Al contrario, tengo que cumplir con la
responsabilidad y tengo que cumplir con las convicciones también porque, que lo
tengan bien claro, a veces generan algún tipo de acciones para decir que
nosotros, en nombre de la construcción de políticas o de la necesidad de
aumentar consensos, somos capaces de renunciar a las convicciones. ¡Jamás!,
dije que no la íbamos a dejar en la puerta de la Casa Rosada y saben
que no las vamos a dejar. Por eso algunos nos quisieran ver quebrados. Puede
ser y podrán ver que algunas cosas no nos salen como queremos, pero quebrados:
¡Jamás! Si tenemos que dar tres pasos siempre para adelante y con todo
Por eso para terminar Julio, el 23 de
octubre, cuando estaba ahí en una habitación del Hotel Intercontinental se me
caían las lágrimas, no las podía contener y me daba una bronca bárbara. Decía:
¿cómo es? Vi muchos rostros, fueron muchos años, pasaron muchas cosas. Ese 23
de octubre no nos estaban votando a nosotros, le estaban dando otra oportunidad
a los sueños de una generación de la que muchos ya no están y los que quedamos
tenemos que cumplirlos. El pueblo argentino
nos estaba diciendo, con justicia y con memoria, un país con todos, para todos,
que todos se puedan realizar. También nos estaban diciendo “tengan fe, tengan
fuerza, avancen todo lo que puedan”. La Argentina puede y debe ser un país que nos enorgullezca
a todos, estamos trabajando en eso.
Por eso, en el día de hoy creo que hemos
cumplido con algo en lo que se tardó muchísimos años, pero la verdad que en el
marco en que se hace esta reivindicación que merecen quienes forman parte de la
institución militar, como son los guardiamarinas, hoy ascendidos como
corresponde a tenientes de Fragata, que estén los representantes y los tres
jefes de las Fuerzas Armadas marca también la Argentina que nosotros
queremos, instituciones comprometidas con el proyecto nacional, con un país
distinto, con todo, con justicia, con equidad, con todos los argentinos
trabajando juntos.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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