DISCURSO EN EL ACTO
CENTRAL DE LA SEMANA DE
LA POLICIA FEDERAL
ARGENTINA
Néstor Kirchner
[28 de Octubre de
2005]
Señor vicepresidente de la Nación ; señor jefe de
gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires; señor ministro del Interior; señor
jefe de la Policía
Federal Argentina; señores ministros del Poder Ejecutivo
Nacional; autoridades nacionales; señores representantes de las Fuerzas Armadas
y de Seguridad; personal superior y subalterno de la Policía Federal
Argentina; señoras y señores: quiero aprovechar la oportunidad que me brinda
este acto central de entrega de premios con motivo de la celebración de la Semana de la Policía Federal
Argentina para llegar con mi saludo a los integrantes de la familia policial.
Nos parece propicio dedicar unos minutos a reflexionar respecto de la importancia de la tarea que diariamente desempeñan los hombres y las mujeres que componen en todo el territorio nacionalla Policía Federal Argentina.
Nos parece propicio dedicar unos minutos a reflexionar respecto de la importancia de la tarea que diariamente desempeñan los hombres y las mujeres que componen en todo el territorio nacional
Está en nuestro interés lograr el
cumplimiento más acabado de la función policial en el estricto marco de las normas
que rigen su tarea. Pensamos que es desde ese cumplimiento que la Policía construirá
prestigio y la institución tendrá el aprecio de la sociedad.
Construir un escenario adverso al delito, a
la delincuencia y a la impunidad es tarea que comienza cada día y se sostiene
sobre la base de un accionar constante sin solución de continuidad.
Sabemos que la existencia de una sensación
de seguridad es muy difícil de crear y mantener, el éxito de un solo
delincuente puede echar por tierra miles de horas de trabajo desplegado. En
esto las estadísticas, por buenas y rotundas que parezcan, se relativizan ante
quien resultó ser la víctima de un delito. Por eso el ideal de trabajo no puede
agotarse en la inexistencia del delito, ya que éstos ocurren. La sensación de seguridad
debe alimentarse de la certeza de la percepción penal y el condigno castigo, el
fin de cualquier impunidad.
Pero la existencia de dificultades como las
apuntadas no debe ocultar la realidad de los logros que hemos obtenido.
Felizmente se advierte una mayor presencia policial en las calles, producto de
la mayor incorporación de efectivos y ello sumado a la mejora de equipamiento
redundará en una paulatina disminución de los delitos. Entre ellos los delitos
más aberrantes que están dejando de ocupar el centro de la escena, producto del
desmantelamiento de importantes organizaciones criminales.
No debemos cejar en la importante lucha
contra el narcotráfico, en la lucha contra los desarmaderos que se nutren del
robo de automóviles, en la lucha contra los delitos más complejos, los delitos
que afectan a la niñez, los delitos contra la integridad sexual.
Gracias a Dios y frente a este retroceso del
delito, para el bien de la familia policial y de toda la sociedad vemos que ha
disminuido el número anual de los caídos en cumplimiento del deber. Realizamos
aquí el merecido reconocimiento a los que sin embargo sufrieron la pérdida de
un ser querido y valoramos el sacrificio de los policías heridos y de sus
familias.
El sacrificio de esos valerosos seres humanos
nos recuerda que en el centro de la lucha contra la delincuencia está el
recurso humano, las mejores armas con las que contará la policía son los
valores que porten sus hombres y mujeres. Honestidad, buen trato, valentía,
vocación se servicio, serán los mejores argumentos para utilizar en la lucha
incansable contra el crimen.
La lucha contra la delincuencia es una de
las más importantes cuestiones de Estado, y tenemos que lograr estándares de
seguridad que permitan a los ciudadanos vivir con la tranquilidad de estar
protegidos por las autoridades.
Creemos que nada ayudará más al éxito en
este combate incesante, que la mejor y mayor capacitación de nuestra policía.
Un hito importante en este tema ha sido la incorporación de nuevas estructuras
para mejorar el entrenamiento de nuestros policías. Vale recordar que en esta
escuela se ha incorporado una unidad de entrenamiento que permitirá que los
egresados puedan cumplir su misión con mayor efectividad. Armas, uniformes,
chalecos reflectivos, patrulleros y otros vehículos, equipamiento moderno,
material para pericias, computadoras, son parte sustancial del aporte
institucional a la lucha contra la delincuencia.
Pero el elemento central de esa lucha es,
fue y será el hombre y la mujer policías, dispuestos a cumplir con su deber
para hacer cumplir las leyes y respetándolas. La ayuda a las víctimas y el
respeto por los derechos humanos en su accionar deben seguir ubicándose en el
ideal de la acción policial diaria. Para ayudar a la preservación de ése, su principal
capital, que es el recurso humano, hemos iniciado un ciclo de mejoras
salariales para la
Policía Federal en el marco de la recuperación de un adecuado
nivel de ingresos de quienes prestan servicios en nuestras Fuerzas Armadas y de
Seguridad.
Los argentinos necesitamos una Policía
Federal Argentina que acompañe el inmenso cambio cultural que protagoniza
nuestra Patria. Venimos desde muy abajo y con esfuerzos denodados subimos cada
peldaño de esta escala que tiene que volvernos a poner de pie en un país que
merezca ser vivido.
Debe valer la pena hacer las cosas bien,
tiene que premiarse el cumplimento de la ley, tenemos que volver a valorar al
que más se esfuerza, al que más trabaja, al que más asume con honor su
responsabilidad. Tenemos que insistir diariamente para fortalecer un escenario
policial donde la corrupción resulte condenada; que los que elijan vivir en la
oscuridad del delito, de cualquier delito, sepan que nadie aplaudirá lo que
logren con su corrupción, eso hará valer más el premio que la sociedad debe
darle al honesto, para alentarlo, para ir señalándole a la sociedad el camino
correcto.
Tenemos que pelear todos los días para
superar la profunda crisis moral, social, económica y política que terminó
postrando los sueños de los argentinos. Tenemos que ir recuperando la alegría
del trabajo bien hecho, la capacidad y la autoestima de los argentinos.
Por este camino construiremos una policía
con profundos ideales democráticos, comprometida con la defensa y respeto de
los derechos humanos, una policía con mucha vocación de servicio, una Policía
Federal con prestigio, reconocida en su tarea cotidiana por la sociedad y
respetada por todos. El pueblo argentino señala el camino de los cambios que
debemos profundizar, todos debemos estar a la altura de las circunstancias.
Nuestro país crece, crece la equidad, vienen
buenos y nuevos tiempos para nuestra Patria, seguimos confiando profundamente
en el permanente mejoramiento de nuestra policía para velar por los sagrados
derechos de seguridad, justicia y lucha contra la impunidad que son
fundamentales para construir la sociedad con la que soñamos los argentinos.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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