DISCURSO EN EL ACTO
DE FIRMA DE CONVENIOS EN LA
CIUDAD DE BAHÍA BLANCA
Néstor Kirchner
[25 de Agosto de
2005]
Señor gobernador de la provincia de Buenos
Aires; señor intendente municipal de Bahía Blanca; señores ministros del Poder
Ejecutivo Nacional y Provincial; autoridades nacionales, provinciales; señores
intendentes; señores legisladores; señoras, señores; señores docentes; alumnos;
dirigentes gremiales; amigos de tanto tiempo: cada vez que llego a Bahía le
digo a Cristina, con todo respeto señor Intendente y señor Gobernador, que
respiro este aire y me siento en la Patagonia.
Les quiero contar que para los hombres y mujeres del Sur, Bahía siempre fue un ejemplo; fue la capital lejana de esta Patagonia que durante años fueron dejando como patio trasero del país, por falta de visión estratégica, por falta de visión histórica.
Les quiero contar que para los hombres y mujeres del Sur, Bahía siempre fue un ejemplo; fue la capital lejana de esta Patagonia que durante años fueron dejando como patio trasero del país, por falta de visión estratégica, por falta de visión histórica.
Por eso siento estos aires, amo y sueño con
los bahienses, y vengo a cumplir la palabra empeñada, la palabra que le dije al
pueblo de Bahía y a distintos dirigentes de diferentes extracciones partidarias
y de distinta extracción de mi propio partido, que volvería a invertir y a
ayudar a los bahienses y al Gobierno que tiene hoy Bahía Blanca, que representa
al pueblo de esta ciudad, con todos los esfuerzos de los fondos nacionales para
que Bahía vaya hacia delante.
Mi compromiso total y absoluto porque Bahía
no es solamente una referencia de la provincia de Buenos Aires –y que me
disculpe nuevamente la mesa de dirigentes de la provincia de Buenos Aires que
me acompaña-, Bahía es una referencia del país todo, una ciudad que fue pujante
como dijo el señor Intendente, que generó un gran punto de progreso en todo el
país, que tuvo inversiones fenomenales durante una época y un tiempo. Llegó el
momento de poner esa polea en marcha con todo para que las inversiones vuelvan
a llegar a Bahía Blanca, el trabajo vuelva a dignificar a Bahía y vuelva a ser
un centro importantísimo de crecimiento económico, trabajando con todas las
fuerzas políticas, trabajando con todas las instituciones, trabajando con todos
los sectores.
Es difícil volver a recuperar este país,
pero yo me quiero acordar de algo. Cuando estuve en la Cámara de Comercio de
Bahía, cuando estuve con la Cámara Industrial de Bahía, cuando estuve con el
pueblo de Bahía, me encontré con muchos bahienses que se acercaban a abrazarme
llorando y me decían: “mire a qué hemos llegado -y me mostraban el patacón- la
gran Bahía hoy se mueve con papelitos, la Bahía que era la esperanza de tantos argentinos,
al igual que la provincia de Buenos Aires, cobra sus sueldos con papeles”. Como
cobraban los docentes, los universitarios, los judiciales, todos aquellos que
trabajaban en la provincia de Buenos Aires.
Por eso una de las primeras medidas que
tomamos fue rescatar los bonos y el Gobierno Nacional puso 2.600 millones de
pesos para que el pueblo de la provincia de Buenos Aires y de Bahía Blanca
recuperara la dignidad de tener la moneda nacional, recuperara la dignidad de
tener el mismo derecho que todos los argentinos, terminando con esa expoliación
a la que se veían sometidos.
Claro que venimos del infierno, claro que
estamos aún en el infierno. Hay que dejar de lado el voluntarismo político, no
hay país que se salve en dos años ni hay país que se pueda volver a motorizar y
a dar la definitiva claridad que tiene en dos años, porque es una lucha
cotidiana, más cuando durante décadas a la Argentina se la llenó de sombras. Entonces,
volver a recuperar la ética, la moral, la lucha contra la impunidad, la lucha
contra la corrupción, la inversión, un país industrial, el trabajo, no es
cuestión de poco tiempo, debe ser cuestión de toda la vida para que
definitivamente no vuelva ese pasado que nos avergüenza a todos los argentinos.
Y si ustedes me permiten les voy a contar
también las cosas que yo siento en soledad, allí en mi familia, con Cristina y
mis hijos. Les cuento, me dijeron algunos: “hacete cargo de la Argentina que te vamos a
apoyar”. Yo, como buen sureño y argentino de alma, me sentía –y me siento- con
la fuerza, con las ganas de dar el desafío de la construcción de la nueva
Argentina.
Siempre creí que algunos de los que decían
que me iban a apoyar lo hacían con toda lealtad por un nuevo país, que habían
entendido el sentido que debe tener un estadista, que habían comprendido qué es
lo que había que hacer. Al poco tiempo me di cuenta –lamentablemente me di
cuenta- lo que decían por allí algunos comentaristas, que lo que querían tener
era un presidente Chirolita, manejable para hacer lo que ellos quieren. Como
ven que no lo pueden hacer me ponen todo tipo de trabas todos los días.
Como ven, estoy absolutamente decidido a no
dejar las convicciones en la puerta de la Casa Rosada , a no
amparar pactos que fueron dirigenciales contra el pueblo argentino, a no seguir
sosteniendo el mecanismo y la cultura de una dirigencia, sea del color y de la
ideología que pueda tener, que llevó a la Argentina a un punto terminal. Entonces uno ya no
le sirve a esos intereses. vamos a tratar de desestabilizar, vamos a tratar de
ponerle trabas, vamos a tratar de que este Presidente no tenga fortaleza, vamos
a tratar por todos los medios de mantener la vigencia y ustedes deben tener
presente que si esa vieja dirigencia mantiene vigencia, no hay futuro.
Solamente habrá un nuevo amanecer si el pueblo argentino se toma de las manos
con decisión y coraje para construir el tiempo que este país necesita. Solo habrá un tiempo nuevo si no quedamos
atados a los viejos acuerdos de las cúpulas dirigenciales, solo habrá futuro si
somos capaces de construir el punto de inflexión para que realmente las nuevas
generaciones puedan avanzar en la construcción de la nueva Argentina.
Y me dicen, algunos medios quieren que haga
el discurso que ellos quieren y algunos medios me quieren débil para hacer lo
que ellos quieren. Como sé que el pueblo me va a acompañar, esos grupos de
medios tendrán que esperar algún otro tiempo de la historia, porque acá estamos
construyendo el nuevo tiempo que viene.
Fíjense ustedes, algunos hablan de la
propuesta. Nosotros estamos gobernando y llevando nuestra propuesta adelante.
Tendrían que preguntarle a los que quieren ser alternativa qué propuesta tienen
para el país; qué alternativa, qué han pensado más allá de desestabilizar y
agraviar, y se van a encontrar que están vacíos de ideas y de contenidos.
Yo me pregunto: qué se puede decir de una
Argentina que pasó de 20 millones de hectáreas sembradas a 29 millones, qué
podrán decir de una Argentina que tiene el récord de cosechas, que llegó a 84
millones de toneladas; qué podrán decir de una Argentina donde se fabricaban en
el 2002-2003 mil tractores por año y hoy se están haciendo 6.000 tractores; qué
podrán decir de una Argentina que ha tenido el crecimiento industrial que tiene
en esta etapa, qué se podrá decir de la Argentina que creció en su Producto Bruto Interno
al 8,8 por ciento en el 2003, al 9,2 en el 2004 y si Dios quiere vamos a estar
entre el 6 y el 7 por ciento; qué se podrá decir de una Argentina que ha bajado
la mortalidad infantil al nivel más bajo de los últimos 35 años, al 14,4 por
mil; qué se podrá decir de una Argentina que ha bajado la indigencia a los
niveles que ha bajado la pobreza y el desempleo, que pasamos del 20,5 al 12,1
en el trimestre y al 11,1 en junio. Qué se podrá decir de una Argentina que
negoció 400 convenios colectivos de trabajo a la alza. Claro que todavía falta
en el bolsillo de los trabajadores, pero rompimos el congelamiento y les
estamos devolviendo de a poco la posibilidad y el poder adquisitivo para poder
recuperar la dignidad que se merecen.
Qué se podrá decir de una Argentina que está
construyendo más de 500 mil viviendas. No recuerda la historia reciente tanta
construcción de viviendas. Qué podrán decir de una Argentina que construye
rutas, que está construyendo gasoductos por 708 kilómetros y 500
millones de dólares, y que estamos incorporando y superando la tan mentada o
casi pensada crisis energética que nunca existió pero que la estamos superando
con toda nuestra fuerza para acompañar el crecimiento que este país necesita.
Qué podrán decir, que nosotros estamos
estructurando –como muy bien dijo el Gobernador- la nueva Ley de Educación
Técnica. Sufrimos la vergüenza de que en los años 90 se pensó un país de
servicios y dejaron a nuestros chicos y jóvenes sin el oficio. ¿Saben lo que
nos pasa hoy? Se demanda trabajo y no pueden tomar a algunos de los jóvenes
argentinos porque no tienen oficio. Volvemos a la educación técnica, al
pensamiento industrial, a que nuestros chicos tengan el oficio que
necesitan.
Qué podemos decir de una Argentina que si
Dios quiere, señores docentes, el 9 de setiembre estaremos presentando el
proyecto de financiamiento educativo; por primera vez en la historia del país,
trabajando junto con las autoridades gremiales del sector, hemos elaborado y
estamos dando punto final a la construcción del proyecto de financiamiento
educativo, donde queremos que en seis años seis puntos del producto bruto
interno de la Argentina
sean destinados definitivamente al financiamiento educativo.
Y una vez que tengamos el proyecto de
financiamiento educativo, este país reclama, con toda seriedad, que empecemos a
discutir entre todos los sectores la futura ley de educación que enorgullezca a
la Argentina
y le dé la jerarquía y la calidad que el sistema educativo merece. Hoy nosotros
estamos sufriendo sus carencias por no haber tenido la posibilidad o la visión
o la tarea en otros tiempos de encarar estratégicamente este sistema.
Por eso me digo permanentemente: son dos
añitos que estamos; y les pregunto a aquellos que me acompañaron en el 2003 por
qué me acompañaron tan poco tiempo. ¿Por una banca de diputados, por una banca
de senadores o de senadora? ¿Es más importante la individualidad que tener el
desprendimiento y el coraje de apoyar todas estas cosas que se están haciendo,
que ellos por debajo dicen que están bien pero hay que mantener el poder
institucional vaya a saber por qué? Que Dios los ilumine y les dé grandeza, que
se den cuenta que no hay banca de diputado o concejal o senadora o senador que
de alguna manera tenga tanta importancia como la construcción de un país
distinto. Los cargos pasan, lo importante, lo que hay que construir es el país.
Hay que construir un país generoso, un país
amplio, un país en la diversidad y en la pluralidad, un país que tenga nuevos
métodos de construcción, un país que vuelva a premiar al más honesto, al más
capaz, al que más estudia, al que más trabaja, al que la sociedad más
respeta. Terminemos con lo que ha
ocurrido y yo recuerdo en la década pasada, que el mejor dirigente era el que
más plata rápido hacía no importa cómo, o el mejor dirigente era el más
tramposo, el más rosquero, el que podía trenzar de cualquier forma, ése era el
mejor dirigente. Para mí el mejor dirigente, el que quiero para mi país es el
que más estudie, el que más investigue, el que más decente sea, el que mejor
referente sea para la comunidad. Hay que cambiar esa calidad.
Por eso no me asustan pactos, hermanos y
hermanas bahienses, porque sé que el pueblo me va a acompañar. No quiero que me
sigan porque ya sabemos lo que pasó por seguir y seguir, el pueblo me va a
ayudar para poder dar vuelta la taba; el pueblo me va a dar la fuerza de Bahía
y de toda la Argentina
para hacer frente a esos pactos. A esos pactos que hay que darles nombre y
apellido, porque algunos me dicen “usted tiene que decir menos”; al pueblo mío,
a mi pueblo argentino del cual formo parte, yo le tengo que hablar como siento,
con mis errores y mis aciertos pero no con hipocresía. Y les quiero decir que
ese pacto que hoy estamos sufriendo, en la provincia de Buenos Aires es el
pacto Duhalde-Patti-Menem para que vuelva el pasado. Al que hay que vencer y
derrotar para poder construir la nueva Argentina. Claro que son funcionales a algunos sectores
que se dicen que son revolucionarios; son realmente funcionales y vaya a saber
–como dijo ayer Cristina con toda claridad- allá en la oscuridad qué tipo de
acuerdo tienen esas dos puntas para tratar de frenar de alguna manera el cambio
en la Argentina. Pero
que se den cuenta de que cuando se dedicaron a desestabilizar
institucionalmente el país lo hicieron con un Presidente que había traicionado
y olvidado lo que había jurado y por lo que el pueblo lo había votado; hoy hay
un Presidente que primero va a defender las ideas, las convicciones y lo que el
pueblo votó, no me interesa ser un solo minuto Presidente de la Argentina dejando atrás
las convicciones que les dije al pueblo y el pueblo me acompañó. En segundo lugar, no van a poder porque yo no
me voy a escapar en un helicóptero, voy a estar con el pueblo esperándolos para
construir el país en el tiempo que necesita la Patria.
Que lo vayan sabiendo, esta Argentina que
estamos construyendo en la diversidad necesita el apoyo de todos los argentinos
y también la firmeza y las convicciones, queridos bahienses. El 10 de diciembre
de 2007, cuando esté dejando de ser Presidente de los argentinos, espero poder
decirles que la indigencia llegó a un dígito –son mis sueños y se los cuento-;
que la desocupación llegó a un dígito; que la Argentina sigue
creciendo entre el 4 y el 7 por ciento anual en forma permanente; que seguimos
bajando la exclusión; que tenemos la nueva Ley de Educación; que tenemos el
financiamiento educativo en marcha; que jerarquizamos nuestras universidades;
que cualificamos nuestros docentes, les dimos la oportunidad de prepararse y
los elementos necesarios para tener cada día un mayor nivel de preparación para
impartir cada día una mayor calidad de docencia. Espero poder decirles que la
salud se va instalando definitivamente en el país, que deja de ser el
privilegio de unos pocos para que reaparezca la salud pública en serio, no para
defender sectores o focos sino para que la salud llegue a cada hogar del pueblo
argentino, que es central y fundamental.
Espero poder decirles eso, y que la medicina privada acompaña esa tarea
que debemos llevar adelante desde la salud pública.
Queridos bahienses, querido señor Intendente,
querido amigo Gobernador, señores intendentes presentes, les agradezco
profundamente, pero les quiero decir a ustedes delante del pueblo de Bahía y a
quienes no están aquí, con todo respeto: tengan en cuenta que la función
pública solamente sirve cuando uno llega a la casa, se sienta a la mesa y puede
mirar a sus hijos ; que la función pública sirve cuando generamos una
realización cotidiana, cuando vamos solucionando los problemas de la gente,
cuando tenemos voluntad de escuchar esos problemas, cuando nos duele el dolor
de ellos, cuando no nos creemos señores, cuando no nos emborrachamos con el
poder, cuando nos damos cuenta que somos seres comunes y normales como
cualquiera y circunstancialmente tenemos un cargo público; cuando conservamos
la virtud de amar a la familia como siempre y no amarla distinto cuando
llegamos a un cargo determinado; cuando seguimos valorando que lo mejor que
tenemos es nuestro hogar, nuestra familia, nuestros hijos, nuestros amigos y
nuestro pueblo. Cuando se mantienen esos valores es seguro que estamos ante un
funcionario que va a ayudar a cambiar la patria.
Bahienses, muchas gracias por este
acompañamiento, muchas gracias por compartir este momento, tengan en mí un
aliado permanente. Les puedo asegurar que me voy altamente emocionado por
vuestro cariño, muchísimas gracias. ¡Arriba Argentina! ¡Arriba provincia de
Buenos Aires! ¡Arriba nuestra querida y amada Bahía Blanca! ¡Seamos
fanáticamente argentinos, apasionadamente argentinos!
Y para cerrar, allá están mis hermanos los combatientes
de Malvinas, por quienes estoy haciendo todo lo que puedo, por quienes siento
un gran respeto y voy a tratar de seguir reivindicándolos. Hemos dado pasos
importantes pero siempre tienen que estar en el corazón del pueblo nuestros
combatientes.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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