DISCURSO EN EL
LANZAMIENTO DEL SISTEMA INTEGRAL DE PRESTACIONES POR DESEMPLEO DEL REGISTRO
NACIONAL DE TRABAJADORES RURALES Y EMPLEADORES
Néstor
Kirchner
[11 de Agosto de
2004]
Señores gobernadores de la provincia de
Buenos Aires y de Formosa; señores ministros de los Poderes Ejecutivos nacional
y provincial; señor presidente del RENATRE, querido amigo y compañero Gerónimo
Venegas; autoridades nacionales y provinciales; señores legisladores; señores
trabajadores del sector agropecuario; señores empresarios; señores
representantes y secretarios de la Confederación General
del Trabajo; señores representantes gremiales; señoras y señores: nos
encontramos nuevamente para compartir otro hecho realmente importante, como
bien los marcó el señor secretario general de UATRE, un hecho que es
trascendente, que marca el rumbo, el camino, el andarivel por el cual debe
funcionar y hacia donde se debe orientar la Argentina.
Venimos de muchos años de una cultura y de un discurso sobre la sociedad argentina uniforme y único, donde cualquier actitud que generara convivencia, conciliación de intereses, inclusión social, respuestas a los sectores trabajadores argentinos o al propio empresariado nacional, era una actitud que perjudicaba o ponía en juego el proceso económico nacional, como recordarán ustedes. Es decir, una teoría de quela Argentina crezca, que
crezca un pequeño sector concentrado de la economía y que ese sector crezca a
espaldas de todos los argentinos. Este fue el proceso que nos tocó vivir
durante los últimos diez años por lo menos y también es el marco sobre el cual
se pivoteó permanentemente para decir que era el único camino viable que este
país podía tener.
Venimos de muchos años de una cultura y de un discurso sobre la sociedad argentina uniforme y único, donde cualquier actitud que generara convivencia, conciliación de intereses, inclusión social, respuestas a los sectores trabajadores argentinos o al propio empresariado nacional, era una actitud que perjudicaba o ponía en juego el proceso económico nacional, como recordarán ustedes. Es decir, una teoría de que
En nosotros, lamentablemente, no hubo la
fortaleza, la decisión y la posibilidad de poder generar las alternativas y los
cambios que nuestro país necesitaba y llegamos a ese 2001 angustioso que nos
tocó vivir. Pero esto debemos tenerlo muy en cuenta porque, primero, en la Argentina tiene que
haber una clase trabajadora fuerte, consolidada, integrada y con un sentido
claro de inclusión. Y también tienen que existir los empresarios nacionales, es
fundamental para un país que quiera tener un destino tener una clase dirigente
empresarial nacional, y no es un sentido xenofóbico contra el que viene a invertir
de afuera, sino que un país que no tiene su sector empresario nacional, que no
tiene su clase trabajadora estructurada y funcionando, que no tiene la dinámica
de su clase media y que no tiene una identidad cultural con claro sentido
nacional, es muy difícil que sea una nación y que tenga en claro las cuestiones
y los rumbos hacia los que debe funcionar.
Sé que todavía hay muchos o algunos
nostálgicos de lo que fue el neoliberalismo; muchas veces los escucho casi con
pena cuando tienen toda esta teoría de que hagamos tal cosa porque si no va a
venir el diluvio, van a venir males mayores para la Argentina si nosotros no
seguimos los dictados de ciertas conductas de ciertos centros de poder que
funcionan en los mecanismos y en el orden internacional.
Yo creo que ha llegado la hora de que
tengamos fe en nosotros mismos; yo les puedo asegurar que estamos administrando
el país con responsabilidad, con austeridad, con solvencia fiscal, con claro
criterio de cuidar los pesos de los argentinos. Pero estamos cuidando los pesos
de los argentinos para que vuelvan a invertirse en la Argentina y se
distribuyan entre los argentinos, no para que nos pase lo de la década pasada,
que administrar el dinero significaba que se vaya rápidamente de nuestro país y
fueran muy pocos los sectores que se vieran beneficiados con un crecimiento
económico, como decíamos recién.
Por eso tienen que entender –yo lo digo
permanentemente- que es muy importante, primero, que nuestros empresarios
crezcan y tengan rentabilidad. Todos estamos de acuerdo con esto, es muy
importante; que se consolide nuestro sector agropecuario también es muy
importante; y también es muy importante que entiendan que el crecimiento debe
ser global. Cuando mejora el esquema económico, cuando se tienen mayores niveles
de rentabilidad también tiene que mejorar el poder de consumo de todos los que
trabajan como una forma de distribuir el ingreso distinta, que todos los
argentinos podamos ir llegando a lo que algunos dirigentes muy importantes de
nuestro país soñaron, que es consolidar la movilidad social, que todos tengamos
la posibilidad de fortalecer la esperanza de que vamos a disfrutar de un mañana
mejor.
Para eso tiene que haber un claro y
paulatino sentido, con responsabilidad y racionalidad pero bien direccionado,
de que va a haber una justicia distributiva y que el premio al trabajo, el
premio al que estudia, el premio al que investiga en esta Argentina va a tener
un lugar. Esto es muy importante que todos lo tengamos en claro, porque si no
corremos el riesgo de reiterar todas estas prácticas del pasado que nos dicen
que para administrar bien hay que vivir ajustando al conjunto de la sociedad.
Lo dijo un ex ministro de Economía de este país -que lo fue por poco tiempo-
cuando expresó que la forma de solucionar los problemas fiscales es sacarles a
las universidades, a los trabajadores, a las provincias, a todos los
argentinos, para transferir los fondos y pagarles a los organismos
internacionales aún a costa de un mayor sufrimiento del pueblo argentino.
Tengamos buena memoria sobre todo este tipo de situaciones porque esto fue lo
que se decía en la Argentina
y para algunos eso es ser un buen administrador.
Ser un buen administrador es, precisamente,
poder hacer funcionar la
Argentina , poder distribuir de la mejor manera posible el
ingreso en esta situación difícil que tenemos, atender prioridades que son
fundamentales y que parte del superávit fiscal que vayamos obteniendo en la Argentina vaya al
conjunto de los argentinos. Esto es tremendamente importante, lo tenemos que
hacer y es fundamental hacerlo.
Por eso ustedes, nosotros y todos los
argentinos que nos miran por televisión, tenemos que creer en nosotros mismos.
Cuando se nos presentan determinados problemas con los organismos
internacionales tengamos la posibilidad de decir las cosas que tenemos que
decir. Nosotros queremos que la
Argentina tenga buena fe y cumpla, lo intenta hacer y lo hace
con los organismos multilaterales de crédito, los organismos internacionales,
pero eso no significa que estemos dispuestos a soportar cualquier capricho de
los mismos organismos que fueron responsables claros de la crisis que vivió
este país y de la situación que nos tocó vivir.
No pueden mirar al costado y nosotros no estamos dispuestos a dar
cualquier paso y a seguir cualquier capricho. Quiero que reflexionen con
seriedad, porque los argentinos hemos soportado muchas presiones y muchas veces
se hicieron concesiones totalmente equivocadas. Vamos a seguir apelando a la
buena fe pero no vamos a aceptar la cultura del capricho y la cultura de
repetir aquellos viejos males.
También tenemos que seguir fortaleciendo la
idea del concepto y la filosofía de que este país tiene capacidad de inversión
interna muy fuerte. No tengan duda, va a seguir creciendo la inversión. Las
inversiones de capital han superado en los últimos dos trimestres, y en los
últimos meses fundamentalmente, las inversiones de amortización. Esto es muy
importante, quiere decir que se está invirtiendo en la Argentina más capacidad
instalada y esto significa que se cree que la Argentina va a seguir
creciendo, lo que es muy importante. Pero hasta ahora han apostado, en esto
hablemos claro –esto para los grandes empresarios argentinos, con mucho
respeto-, ha jugado muy fuerte el sector agropecuario argentino, lo reconocemos,
invirtiendo, haciendo frente a las obligaciones que tenían, comprando
maquinaria, mejorando con tecnología sus campos, esto lo queremos reconocer
fuertemente; muy fuerte han trabajado las pymes argentinas también, pero es
hora que los grandes inviertan en este país y se dejen de especular. Han
obtenido mucha rentabilidad, este proceso va a seguir con mucha fuerza hacia
delante, entonces que inviertan, que inviertan fuertemente.
Como yo decía días pasados a algunos
representantes de petroleras argentinas que aparecen solamente cuando dicen
“tenemos que aumentar los combustibles porque sube el precio internacional del
petróleo”; por eso les pusimos las retenciones y les dijimos: “señores, ustedes
en la Argentina
están sacando petróleo argentino, generan producción acá, no nos vengan a
hablar de los costos internacionales, tienen estas retenciones, terminen con la
suba de los combustibles porque acá viven argentinos y argentinas que están
luchando por salir adelante, que es central y fundamental”. Queremos que inviertan. Ese grupo petrolero
me decía “invertimos en 13 pozos de gas el año pasado”. Trece pozos de gas,
cuando ese grupo petrolero la mitad de la rentabilidad la obtiene en la Argentina.
Fíjense ustedes si nosotros hoy manejáramos
la ecuación energética y si como la mayoría de los países del mundo lo hacen
tuviéramos el control o la participación activa en la explotación petrolera y
gasífera de la Argentina ,
estaríamos manejando miles de millones de pesos que podrían ser fuerte polea de
crecimiento para nuestro país.
Están en la Argentina , tienen que
trabajar junto con la
Argentina , que tengan rentabilidad pero que dejen de
especular o dejen de tratar de hacernos zancadillas, como trataron de hacer
este año en abril para ver si nos podían generar una crisis energética. Es hora
de que se comprometan con el país, los estamos esperando con mucha paciencia.
Dios quiera que reflexionen y lo hagan, que inviertan, que hagan los gasoductos
que tienen que hacer, que inviertan en pozos petroleros, que cuiden el medio
ambiente en la Argentina
también.
El cuidado del medio ambiente puede generar
miles de puestos de trabajo. Para esto es muy importante que los señores
gobernadores, junto con el Gobierno Nacional, les pongamos los límites que
corresponden para que donde generan la producción también generen el cuidado
del medio ambiente, el cuidado del campo, el cuidado de la producción -acá
están productores y trabajadores del campo que saben muy bien el daño que
generan- y que también paguen como corresponde a los productores donde explotan
los pozos y obtienen regalías, como una forma de que la rentabilidad sea
compartida y puedan crecer todos de manera conjunta. Esto también es central.
Nosotros alentamos la inversión extranjera.
Queremos que vengan, que inviertan, que ganen, que generen trabajo en la Argentina y que las
rentabilidades las vuelvan a invertir en la Argentina. Que
vengan a comprometerse con el país. Sin lugar a dudas estamos esperando que así
lo hagan y que con mucha decisión tomen este tipo de determinaciones.
Yo visité una planta hoy y me alegré de que
están tomando chicos argentinos, jóvenes preparados, porque saben lo que es la
mano de obra argentina, los técnicos y profesionales argentinos. Cuando vemos
que estas empresas empiezan a poner sus ojos en nuestros chicos y chicas
realmente nosotros también lo alentamos porque es generar otra posibilidad para
ir saliendo de esta grave situación a la que nos han llevado.
Yo no los quiero cansar ni aturdir, pero es
muy importante tener conciencia de que el destino de la Argentina está en
nuestras propias manos, en nuestra propia decisión y en nuestra propia
capacidad de actuar. Con absoluta responsabilidad y racionalidad, pero
convocando un proyecto que sintetice nuevamente la posibilidad de reconstruir
la estructura social argentina: recuperar la movilidad de nuestra clase media,
recuperar la potencialidad de la clase trabajadora, potenciar a los empresarios
nacionales y generar un marco de inversión que nos permita crecer
permanentemente para ir mejorando y entibiando fuertemente las posibilidades de
los argentinos.
Es posible hacer un país donde no haya
ningún lugar a dudas. Sepamos adónde llegamos, sepamos que nos llevaron a deber
170.000 millones de dólares, sepamos que nos llevaron a deber el 150 por ciento
del producto bruto interno; sepamos todo este tipo de cosas que las sufrimos
sobre las espaldas de los argentinos. Porque también aparte de ser Presidente
uno sufre como ser humano, como todos ustedes. Uno es un hombre común, algunos creían
que se sentaban en ese sillón y se volvían perfectos. Así nos fue. Uno acierta
o se equivoca y tiene mejores y peores días como todos los cristianos
permanentemente, pero duele a veces escuchar a algunos que han hecho tanto daño
al país y hablan con una soberbia. ¿No se dan cuenta que dejaron en la calle a
miles de argentinos, de chicos sin estudiar; que le quitaron la esperanza y la
alegría de un país distinto, la posibilidad de vivir distinto a muchísima
gente?
Todavía hablan, pero tengan en cuenta,
siempre recuerden a esos economistas neoliberales que nos prometieron el cielo
y nos dieron el infierno. Tengámoslo muy claro porque buscan volver de
cualquier manera, pero que se den cuenta que con absoluta amplitud, con
absoluta pluralidad, estamos entre todos empezando a tratar de recrear un
proyecto, un proyecto nacional del que alguna vez los argentinos estuvieron
absolutamente convencidos. Y Dios quiera -a ustedes y a los que nos miran por
esa camarita- que podamos volver a decir que somos capaces de reconstruir ese
proyecto que nos contenga a todos los argentinos.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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