DISCURSO EN LA CENA OFRECIDA A LOS
SEÑORES PRESIDENTES Y MINISTROS DEL MERCOSUR, ASOCIADOS E INVITADOS ESPECIALES,
EN LA CIUDAD DE
PUERTO IGUAZÚ, PROVINCIA DE MISIONES
Néstor
Kirchner
[7 de Julio de 2004]
Amigos de Latinoamérica y socios del MERCOSUR:
estamos aquí, tal vez en el corazón de nuestro proceso de integración, donde se
sentaron las bases de lo que es el MERCOSUR.
Vinimos porque creemos en la integración
regional, en un territorio más amplio para desarrollar las aspiraciones de
nuestros ciudadanos, en un mercado mayor donde colocar nuestros productos y
desde donde proveernos.
Trabajar en todos estos proyectos en los que estamos avanzando a nivel regional constituye una enorme responsabilidad y compromiso.
Trabajar en todos estos proyectos en los que estamos avanzando a nivel regional constituye una enorme responsabilidad y compromiso.
Como ya he señalado en otras oportunidades,
el MERCOSUR tiene que ser el nombre de un formidable proceso de integración
política, económica, comercial, social y cultural, que fortalezca a nuestras
sociedades, refuerce su institucionalidad democrática, consolide el respeto por
los derechos humanos y recupere niveles de dignidad social para todos los
habitantes de la región, sin exclusiones.
La presidencia pro tempore Argentina, que
culminará mañana, ha empeñado sus mayores esfuerzos para avanzar en las
principales áreas del programa de trabajo 2004-2006: el MERCOSUR económico y
comercial, el MERCOSUR social, el MERCOSUR institucional y la nueva agenda de
la integración.
El principal capital que debemos acumular es
la confianza mutua. Esto no se alcanza con declaraciones de buena voluntad,
sino a partir de acciones que garanticen el eficaz funcionamiento de las
instituciones regionales.
La efectiva implementación de cada una de
las acciones incluidas en este plan de trabajo, decididamente afianzará nuestro
proceso de integración regional, basado especialmente en la consolidación de la
unión aduanera, la integración de procesos productivos, el fortalecimiento de
la estructura institucional y el afianzamiento de la seguridad jurídica
regional.
Resultará decisivo además, alentar una mayor
participación de la sociedad civil de nuestros países en el esquema de
integración regional.
Como ustedes saben, no son proyectos para
hoy, ni para mañana y, algunos, tampoco para el año próximo. Pero son proyectos
que representan crecimiento, desarrollo y mayor bienestar para todos nuestros
conciudadanos y para todos aquellos que, en el futuro, tengan la dicha de vivir
en nuestra tierra latinoamericana.
Para avanzar en su concreción hay que
superar visiones coyunturalistas que miden el éxito del MERCOSUR por el saldo
comercial en los plazos cortos o por las dificultades de articulación de las
políticas económicas entre nuestros países.
Debemos ser conscientes que muchas de las
dificultades las trae aparejada la existencia de coyunturas económicas
diferentes entre nuestros países.
Mejores instituciones de coordinación,
mecanismos más ágiles y eficaces de solución de conflictos, herramientas de
representación política común más idóneas, deben ser la receta del avance del MERCOSUR.
Nuestros países no deben recluirse en la
región ni cerrarse al mundo. Somos conscientes de que no hay futuro para
proyectos de aislamiento y autosuficiencia.
La historia nos exige ser protagonistas de
un cambio de época: el pensamiento hegemónico de los años noventa, que signó un
intenso incremento de la profundidad y velocidad del proceso de globalización,
pierde terreno mundial.
Ya pocos buscan imponer ese pensamiento
según el cual la libertad de los mercados era una panacea universal que
conducía de modo rectilíneo a una mayor prosperidad.
Hemos pagado y estamos pagando un enorme
costo por aquel rumbo equivocado. Costos en términos de pobreza, exclusión y
ensanchamiento de las brechas de desigualdad social.
Cambio de época que se refiere a un nuevo
lugar de los Estados, a un nuevo lugar de la política, a una nueva concepción
de la propia integración.
Cambio de época que debe estar signado por
un proceso de inserción internacional políticamente gobernado. Con estados fuertes
en el cumplimiento de su rol de garante del pleno ejercicio de la ciudadanía. Y
con un bloque que sea la expresión ampliada de esta capacidad de nuestros
Estados nacionales.
Cambio de época que no admite nostalgias ni
huecas actitudes contestatarias. Debemos vivir nuestra época, no se trata de
retornar a ningún pasado.
Se trata de protagonizar los cambios,
negándonos a aceptar como una fatalidad el retraso productivo, la endeblez
institucional y el agravamiento de la injusticia social en nuestros países.
Nuestra prioridad en materia de
relacionamiento externo es nuestra propia región ampliada.
Estamos discutiendo algo superior a un
tratado de libre comercio: estamos hablando de una unidad política, capaz de
establecer instituciones sólidas y duraderas, capaces de intervenir de modo
activo y eficaz en la discusión de todos los temas de la agenda mundial, para
fortalecer el multilateralismo y lograr crecimiento sustentable con equidad
social.
Les agradezco, en nombre de mi país, su
presencia en esta ciudad de exuberantes bellezas naturales. Ratifico la amistad
y la confianza que deposita la
Argentina en cada uno de los países latinoamericanos con
voluntad de engrandecer el bienestar de nuestros pueblos.
Las decisiones que adoptaremos mañana
durante nuestras reuniones serán un paso más en el largo camino de la
integración, cuya profundización favorecerá el crecimiento conjunto y el
desarrollo sustentable, en un contexto de paz y de creciente justicia social.
Quiero ser breve. Mañana tendremos tiempo de
abordar todos estos temas. Les invito a que brindemos por el fortalecimiento y
la ampliación del MERCOSUR, por la grandeza de nuestras naciones y por el
bienestar de nuestros pueblos.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
No hay comentarios:
Publicar un comentario