DISCURSO EN EL ACTO
DE PRESENTACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS DE CONTROL DE ARMAS
Néstor Kirchner
[9 de Agosto de
2006]
Señor Vicepresidente de la Nación ; señores
gobernadores; señor jefe de Gobierno de la Ciudad ; señores ministros; señor jefe del Estado
Mayor Conjunto y de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas;
autoridades nacionales, provinciales, municipales; señores intendentes;
representantes del Cuerpo Diplomático; señor Nuncio; distintas organizaciones
de amigos y amigas que luchan permanentemente contra la violencia, como bien
explicitaban recién; Abuelas y Madres de Plaza de Mayo; amigos y amigas: les
voy a habar con absoluta franqueza y sinceridad, con lo que siento. Sé que por
ahí ser franco trae problemas, reacciones y ataques de todo tipo.
Cuando realmente escuchaba conmovido las palabras del señor Dante Piccioli, por la situación particular, por el marco de la situación que él expresaba y que caracterizó correctamente, pensaba que lo que nos pasa a los argentinos es que podemos evitar quela Argentina llegue a ser
igual a lo que es San Pablo o lo que son muchos países latinoamericanos o lo
que pasa en lugares del primer mundo o en la potencia más grande y demás, tiene
una raíz y civiles e integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad sabemos
que todo esto nace con la impunidad en la Argentina. Cuando
se mata de cualquier forma y eso no es punible, evidentemente, se va creando
una cultura sin valores; cuando, como pasaba en este país y pasa, que a veces
se mata en nombre de la justicia, esto se profundiza todavía mucho más. En esto
tienen que ver no sólo los gobiernos, las familias, este último hecho –de los
variados y lamentables que han sucedido- nos conmovió a todos, todo el contexto
tiene que ir viendo.
Cuando realmente escuchaba conmovido las palabras del señor Dante Piccioli, por la situación particular, por el marco de la situación que él expresaba y que caracterizó correctamente, pensaba que lo que nos pasa a los argentinos es que podemos evitar que
Yo no sé por qué algunos quieren tener armas
en sus casas, para qué las quieren tener; yo entiendo lo de la seguridad, pero
toda esa cultura de generar la justicia por mano propia nos trajo un tremendo
dolor de cabeza. El intento de algunos sectores de politizar este tipo de
temas, que todo el mundo sabe cuál es, que yo muchas veces callé por el dolor
que vi en la cara de muchos. Pero esto no se pude politizar. Bien dijo
conmovido nuestro amigo cuando hablaba de cómo lo sacudió el dolor, cómo lo
golpeó, como le golpeó a la familia y querer politizar este tipo de hechos es
el lucro y la bajeza más grande que puede pasar en la sociedad, querer tratar
de llegar algún día a ser gobierno en la Argentina politizando estas cosas, es un
vergüenza. Yo no pienso ser un solo día presidente de la Nación politizando estas
cosas, porque esto es realmente vergonzoso y lamentable. Encima, algunos de lo
que lo intentan politizar son gente de triste historia en la Argentina y algunos que
todavía gozan de la impunidad que no debían de haber tenido. Estas cosas las
tenemos que tener en claro porque por eso nos sucedió este tipo de cosas.
Por eso, en la reunión que tuve con las
Madres del Dolor, con padres, con amigos, con chicos jóvenes, espectaculares,
me abracé fuertemente a esta teoría del desarme. Está bien, “si tenés un arma
tenés un problema”, pero que necesidad tenemos de tener una, dos, tres o cuatro
armas. Yo, que todos saben que por distintas circunstancias me viven haciendo
todo tipo de presiones, les puedo asegurar que no tengo ni una honda, porque
bajo todo aspecto quiero defender las ideas y la verdad con las ideas y con la
verdad relativa que uno pueda tener. El día que necesite de un arma para
defender mi verdad estaré muy equivocado. Por eso es fundamental tratar de
generar el marco.
Acá que están los jefes de las Fuerzas
Armadas y de Seguridad, el RENAR es un problema que tenemos que solucionar, y
empezamos a solucionarlo parcialmente, como decía el señor, pero también
tenemos que terminar con el comercio ilegal de armas donde muchas veces,
lamentablemente, están involucrados representantes de nuestras instituciones
armadas y de seguridad. Hablemos sin hipocresía, esto pasa y es responsabilidad
de ustedes terminarlo definitivamente, porque uno puede poner mucha voluntad
sentado desde allí, puede poner mucho esfuerzo, pero terminar con el comercio
ilegal que pasa a veces dentro de las propias instituciones, es tarea de los
jefes que las representan. Lo tienen que hacer y castigar con la máxima
severidad a quienes lo hagan. Por más RENAR que tengamos y por más control de
armas que haya, si tenemos ese negocio ilegal que no se puede controlar por los
lugares orgánicos que se debe, vamos a seguir con los mismos problemas.
Esto es central, lo tenemos que hacer
definitivamente en una tarea de orden, de voluntad, de decisión, de convicción
todos los argentinos, el desarme es la tarea central, armándonos no vamos a
encontrar el camino de la justicia.
Claro que es dolorosa y tremenda la
situación que les toca vivir a distintos familiares en distintos lugares de la Argentina , claro que
hemos dado una batalla sin par; un país quebrado institucionalmente, quebrado
moralmente, quebrado en sus valores, esa fue la Argentina en la que me
tocó asumir, con gente marginada en la pobreza, en la exclusión, con la
esperanza absolutamente perdida. También la recuperación social, económica, de
valores, la posibilidad de acceder, de tener movilidad social, de tener
esperanza en una sociedad distinta también va a atemperar la violencia.
Estos temas no se solucionan, por más que
permanentemente haya que actualizar las leyes, con más leyes y leyes, se
soluciona con gobiernos que hagan todo el esfuerzo para que funcionen, con
instituciones de seguridad que estén a la altura de la historia y de las
circunstancias, quien asume la responsabilidad de una institución de seguridad
lo tiene que hacer con esa fortaleza y con esa firmeza; también con una
Justicia que funcione a pleno. A veces mis amigos integrantes del Poder
Judicial se enojan, pero esto es fundamental, cuando se da o no una
excarcelación no se necesita una nueva ley, con los propios códigos que hay
hoy, quienes saben las conductas que hayan tenido, quién puede salir y quién no
de la prisión que esté cumpliendo. Está en el buen criterio, la propia ley lo
dice, para determinar este tema.
Hay hechos que conmueven tremendamente, que
pasan cotidianamente, pero hemos logrado desarmar bandas de secuestradores y
más de 300 de ellos están detenidos en la Argentina , prácticamente las bandas,
estructuralmente organizadas como estaban, han dejado de funcionar si bien
todavía tenemos funcionando grupos marginales. Estamos dando una batalla
permanente, pero muchas vedes nos encontramos en esa batalla –todos lo saben-
con complicidades de las propias instituciones de seguridad del Estado y otras
que han avalado y permitido este tipo de circunstancias. Por eso es una tarea
de todos, y por eso agradezco profundamente que los familiares se involucren, y
a los que no les ha pasado también, porque este es un tema central, que todos
nos involucremos para terminar con este problema. Les puedo asegurar que el
Gobierno va a estar en el lugar que tiene que estar, pero bien dijo Dante
Piccioli, que esto no empezó ahora, todos sabemos cómo se fue construyendo la
impunidad en la
Argentina. Y no va a terminar tampoco con este Gobierno
porque es una lucha cotidiana y permanente que va a llevar largo tiempo lograr
encuadrarla y dar las respuestas que corresponden. Pero podemos avanzar mucho
si tenemos grandeza y generosidad
¿Y qué es grandeza y generosidad en estos
temas si tenemos responsabilidad? Primero, que cada uno asuma el rol que le
corresponda. Nuestras instituciones de seguridad, Ministro, tienen que funcionar
a pleno, tienen que dar seguridad, cuando la gente ve un policía tiene que
saber que tiene la seguridad concreta. Debemos tener una policía que no haga
otras cosas de las que no debe hacer y que a veces hace. Lamentablemente es
así, hay que estar atrás y sancionar a los que castigan el tremendo esfuerzo
que la mayoría de las instituciones hacen con gran responsabilizad y seriedad.
Pero hay muchos que no funcionan, lo sabe usted y lo sabe usted también,
Arslanian, en la provincia de Buenos Aires, que lamentablemente pasa dentro de
las propias instituciones. Esta es una tarea fundamental.
El tráfico ilegal de armas y demás se debe
terminar con el propio ejemplo. Así que, es fundamental que en las
instituciones de seguridad y en las Fuerzas Armadas no haya ningún hueco por el
cual se filtren ventas de armas ilegales o que pase, como nos encontramos a
veces, con ventas hechas por cuadros propios de las instituciones. Esto debe
desaparecer definitivamente y de cara a la sociedad.
Segundo, creo que esto no se puede politizar
porque es una política de Estado. Hablando bien, me refiero a la política
cotidiana, a la política electoral que se determina quién tiene la iniciativa
temporal y política en el Estado. Tratar de hacer eso es tener muy pocas ideas,
tener mucha bajeza y jugar con el dolor de la gente. De mí no esperen eso,
prefiero soportar todas las piedras antes que hacer un solo gesto demagógico de
politización de algo que ha causado tanto dolor en la Argentina. Eso no
sirve bajo ningún aspecto ni me van a ver allí.
Y, tercero, con todo respeto a la familia
argentina, debo decir que también es una tarea de la familia. Así como el tema
económico, la marginalidad ayuda y siempre que se entra a mejorar
económicamente tiende paulatinamente a que muchos sectores en delitos por ahí
menores, vayan saliendo de esa situación, también es cierto que la tarea de la
familia, la tarea de la escuela y la tarea rectora de los que tienen que
representar a la gente, ayuda muchísimo. Porque yo, como lo harán ustedes, me
fijo qué hace mi hijo que tiene 27, 28 años; si lo viera todo los días tirando
tiros y armado y demás, le preguntaría “nene, ¿qué estás haciendo, qué te
pasa?”. Esa es una tarea fundamental, el diálogo, el afecto, el cariño, la
comunicación entre el padre y los hijos es central para saber y poder terminar
con este tema. Porque en la familia, el Estado no llega, es la familia y,
reitero, es fundamental que los padres estemos mirando y hablando con nuestros
hijos permanentemente, no reprimiéndolos, porque esto no se arregla con la mera
represión de la actitud, sino explicándoles por qué tenemos que construir una
sociedad basada en el amor, la justicia, la convivencia y demás.
Pero las cosas que nos fueron pasando a los
argentinos nos ocurrieron porque fuimos permitiendo la impunidad y todavía
muchas veces continúa sucediendo. Vemos que algunos se trenzan en discusiones
de teorías jurídicas de una punta o de la otra, de otra historia y demás, y
muchas veces eso es aprovechado por quienes no deben. Por eso, es fundamental
generar y llevar la racionalidad adelante.
Yo les digo con toda seriedad y
responsabilidad: por más que haya que actualizar permanentemente las leyes y
ésta es tarea de los legisladores, el problema está en sacar más leyes y más
leyes, que le demos 770 mil años a un asesino, sino que definitivamente no
queden asesinos en la calle y que se tengan las leyes que creo que son muy
importantes que tiene todo el sistema jurídico argentino y se apliquen y que
quienes administren justicia las apliquen y quienes tenemos la responsabilidad
ejecutiva las respetemos también y no hagamos indultos, amnistías o reducción
de penas que no corresponden. También tenemos que tener mucha responsabilidad
porque muchas veces, por determinadas cuestiones, se hacen disminuciones que no
se deben hacer y después nos encontramos con tremendos dolores de cabeza.
Esta tarea de desarme que se está viendo en
todo el país y que está en manos de gente joven, cuenta con nuestro total
apoyo.
Creo que podemos construir un tiempo
distinto. Es muy difícil porque los hechos se suceden y crear una moral fuerte
que suponga que podemos vencer y derrotar estas cosas que nos están pasando, es
la tarea no de uno sino de todos los argentinos.
Nosotros, desde el lugar que ocupamos, en
todo este tiempo que nos queda hasta el 10 de diciembre de 2007, sin ninguna
duda, vamos a seguir trabajando a full con responsabilidad y con seriedad.
Es muy difícil hablar del tema seguridad. Si
uno ve una estadística, dice sí, pero la sensación térmica es otra. Es muy
difícil hablarle de seguridad a alguien que perdió un familiar oprobiosamente o
a alguien cuyo hijo sale de la casa y vive con temor. Es muy importante también
la tarea de todos y también la de los medios y por eso hay que informar
tratando de construir una moral colectiva, conjunta y solidaria del marco de
respuesta que tienen que tener estos temas.
Yo creo que los argentinos lo vamos a lograr
y vamos a saber hacer de esto una política de Estado. Esto es lo que tenemos
que hacer, es decir, construir una política de Estado. Si construimos una
política de Estado, los resultados van a estar a nuestro alcance. Claro que es
muy difícil salir de este infierno, pero no es imposible, lo podemos hacer con
mucha fuerza y con mucha solidaridad.
Por eso, éste es un paso inicial y la
sociedad civil debe garantizar absolutamente que esto se lleve adelante y
nosotros, por supuesto, asumir la responsabilidad que tenemos.
Yo pido la colaboración en este tema de los
señores jefes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad sin contemplaciones con los
que tienen responsabilidad. Porque un arma, en un hombre que representa a una
Fuerza de Seguridad o a una institución armada, tiene que estar siempre al
servicio del conjunto y del bien común de la sociedad. En cuanto al manejo, en
el RENAR se va a controlar el arma que se registra ya que en muchos hechos
delictivos aparecen muchas veces armas que, lamentablemente, salen de nuestras
propias instituciones. Con ocultar cosas no ganamos nada, hay que terminar con
eso y se puede hacer rápidamente con un claro sentido de la responsabilidad y
de la autoridad.
En nombre de los argentinos agradezco
profundamente la tarea que hacen las organizaciones, hay que tener mucho valor
espiritual, mucha solidaridad, una alta comprensión espiritual del tema y del
problema para poder asumir la tarea de prédica constructiva que ustedes están
asumiendo. No sé realmente si uno en el lugar de ustedes la podría hacer,
porque es muy difícil estar en el lugar del otro, es prácticamente imposible,
hay que tener a veces una fuerza indomable. Pero están dando un ejemplo muy
grande y pierdan cuidado que nosotros vamos a trabajar con toda nuestra
fortaleza para hacer honor a ese ejemplo.
Quiero agradecerle a todos, agradecer las
palabras iniciales, pongamos el esfuerzo conjunto y logremos una victoria entre
todos los argentinos que la podemos lograr donde la seguridad la construyamos
sin impunidad, con amor, con justicia, sin armas, con la verdad y donde cada
sector se haga responsable de lo que le corresponda. La derivación de culpas es
muy fácil y los dirigentes no hagamos con esto “bah, se puede hacer”.
Les puedo asegurar que los que tenemos la
responsabilidad de gobernar con esto no nos van a ver jamás tratando de buscar
o especular o politizar sectorialmente lo que debe ser una política de Estado.
Creo que empezamos a generar un punto de
inflexión. La tarea es de todos y es tremendamente difícil, más cuando va
acompañada de tanto dolor, de tanta bronca y, a veces, de la imposibilidad
concreta de sentir que a veces uno cree que está solo, pero creo que esto que
hoy estamos haciendo está demostrando que los argentinos, si sabemos ser
solidarios, vamos a poder demostrarnos entre nosotros mismos que no estamos
solos.
Nosotros no queremos que esto se asemeje a
lo que pasa en San Pablo o en algunos países latinoamericanos o lo que pasa en
la propia nación más importante del mundo o en muchos otros lugares del mundo,
creo que en la Argentina
todavía estamos a tiempo de recrear una sociedad de amor, de verdad, de
justicia y de no impunidad.
Así que, les agradezco profundamente a todos
vuestras presencias.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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