DISCURSO EN LA CIUDAD DE PILAR,
PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Néstor Kirchner
[3 de Agosto de
2005]
Señor gobernador de la provincia de Buenos
Aires; señor Intendente Municipal, querido amigo Intendente que las reiteradas
veces que nos hemos encontrado y cuando lo he visitado siempre me ha atendido
con un gran afecto y un gran cariño; señores intendentes de localidades
vecinas; autoridades en general; amigas, amigos; hermanas y hermanos de esta
querida localidad de Pilar: quería recordar que cuando me tocó entrar a
gobernar la Argentina
había una filosofía de tratamiento para la resolución de los problemas que la
podríamos sintetizar de la siguiente manera: un buen gobernante era aquel que
era fuerte con los débiles y débil con los poderosos.
Era una verdadera vergüenza para todala
Argentina , “fuertes con los débiles y débiles con los
poderosos”. Desde el primer día me impuse cambiar esa cultura. Cambiarla por esta cultura de trabajar junto
a todos, apoyando fuertemente a los más débiles y convocando a los que más
poder tienen a trabajar juntos por una nueva Argentina para recuperar de la
situación en que nos dejaron este querido país.
Era una verdadera vergüenza para toda
Horas y horas de angustia me han tocado
vivir. Escuchaba al Gobernador que con toda certeza decía cómo hablan y cómo
dicen, pero cuando llega la hora de definir los problemas, aquellos que están
todos los días hablando por radio o en los programas de televisión nunca están
o nunca resolvieron nada, dejan que el problema caiga sobre la espalda de unos
pocos. Que se queden tranquilos que la espalda de este patagónico por la
patria, por el pueblo y por la
Argentina va a estar siempre a disposición de ustedes.
Sueño con que la Argentina pueda seguir
recuperando los niveles de justicia, dignidad e inclusión social. Vamos bajando
la indigencia, la pobreza, el desempleo, con fuerte inversión pública. Si
cumplimos todos los planes de viviendas que ya se han firmado en la provincia
de Buenos Aires habremos hecho más viviendas en los últimos 3 años que en los
últimos 32 años que la provincia de Buenos Aires.
Y así en todo el país, tomándonos de las
manos con los argentinos. A mí no me importa qué ideologías tienen, qué
filosofía tienen, estoy cansado del sectarismo, estoy cansado de aquellos que
creen que tienen la verdad única; hay una verdad relativa queridos amigos, y de
la verdad relativa de unos y la verdad relativa de otros sale la verdad que nos
contiene a todos.
Yo voy a trabajar fuertemente por la unidad
de los argentinos pero sin hipocresías; no por la unidad de las cúpulas
dirigenciales o las cúpulas políticas sino por la unidad por el pueblo
argentino, por la unidad con las organizaciones libres del pueblo.
No me interesa salir a pactar con las
corporaciones, no me interesa pactar para generar acuerdos de eternidad que
perjudican notablemente el desarrollo global de la Argentina ; me interesa
trabajar, entender, escuchar los problemas, escuchar a cada vecino, saber lo
que dicen, saber lo que necesitan, acercarme a ustedes y que me digan en esto
están haciendo bien las cosas, esto corríjanlo, porque cuando a uno el pueblo
le va marcando el camino es mucho más seguro acertar que equivocarse y hay que
tener las orejitas bien abiertas. Porque hablar, hablar y hablar significa que
se aturdan, pero no significa escuchar lo que el pueblo necesita y yo quiero
escuchar lo que el pueblo necesita.
Ahora dicen “el Presidente anda de campaña”.
A veces cuesta mucho entender o entendemos por qué lo dicen. Me tocó entrar a
gobernar esta Argentina, porque quien tenía que ir a la segunda vuelta no se
animó, tuvo un gesto de cobardía, con el 22 por ciento de los votos y asumí la
responsabilidad en un país quebrado, en un país que venía de una transición
institucional muy difícil, en un país con múltiples interrogantes y problemas.
Fíjense si yo no hubiera asumido esa responsabilidad qué hubiera pasado en la Argentina. Y al otro
día me decían que era un Presidente débil, “tiene solamente el 22 por ciento”;
eran todas pálidas. Tenía que ir al despacho, ponerme a trabajar y demostrar a
los argentinos que no importaba la cantidad de votos que teníamos, importaba la Argentina y si había que
sacrificarse por la
Argentina había que hacerlo y había que poner todo lo que
había que poner para levantar este país.
Ahora que salgo a pedirle al pueblo
argentino que en octubre me ayude, no le vengo a pedir que me siga porque ya
vimos lo que nos pasó por seguir, seguir y seguir, les vengo a pedir que me
ayuden, les vengo a pedir que me acompañen, les vengo a decir al Gobernador y
al Intendente que pongan todas sus fuerzas para ayudar y consolidar la
gobernabilidad en la
Argentina , me dicen “está haciendo campaña”. Les voy a decir
dos cosas, porque a mí no me gusta ser hipócrita: primero, un gobernante debe
hacer campaña todos los días, no nos votan para sentarnos en el sillón y ver
cómo pasan las cosas. Ya vimos, cuando pasa eso se tienen que escapar en un
helicóptero después; nos votan para trabajar.
Díganme qué pecado tiene. Si dijeron que era
un presidente débil con el 22 por ciento, ¿qué pecado tiene que yo les pida a
todos los argentinos, piensen como piensen, que para seguir cambiando el país
necesito que me ayuden, que me apoyen? ¿Qué pecado tiene eso? Necesito el apoyo
de ustedes para tener la fuerza para darle la polea transformadora a este país.
O aquellos que dicen eso y hay un matutino
nacional que lo dice, que dijo que yo iba a durar 6 meses. Le interesa más
tener un presidente débil que un presidente apoyado por el pueblo argentino que
tenga capacidad de decisión. Hay intereses a los que les gusta un presidente
débil porque creen que lo pueden manejar. Gracias al pueblo va a haber un
presidente que va a tener la capacidad de decisión para cambiar la Argentina.
También pasó cuando estábamos negociando la
deuda privada, 100.000 millones de dólares de deuda; me apretaban de acá, me
apretaban de allá, que el Fondo, que los organismos internacionales, y había
sectores, de acá de la Argentina ,
que muy eruditos ellos decían “el Presidente tiene que ceder”. Claro, es muy
fácil ceder cuando los que van a tener que poner la espalda y el corazón son
otros, es muy fácil ceder cuando no significa el hambre para ellos sino el
hambre para millones de argentinos, es muy fácil ceder cuando significa que los
que quiebran no son los que nos vinieron a vaciar el país sino los empresarios
nacionales y los que invierten en la Argentina , es muy fácil ceder cuando la que se
derrumba es la clase media argentina y no los que robaron la patria. Por eso
dije ¡no cedo, defiendo con todas mis fuerzas los intereses de los
argentinos! Y ahorramos, como dijo el
intendente Zuccaro, 67.000 millones de dólares.
Pero esto es muy importante, queridos amigos
y chicos que están con la bandera argentina, honrados ellos por la calidad de
ser abanderados de sus escuelas: acá hay que recuperar el sentido de dignidad,
el sentido de identidad nacional, el sentido de construir una patria para
todos, el sentido de reconstruir la clase trabajadora, el sentido de
reconstruir la clase media, el sentido de tener un empresariado nacional al que
le vaya bien, que gane, que tenga rentabilidad y que pueda generar trabajo, el
sentido de que todos los factores de la producción se puedan mover en la
construcción de una patria diferente. Esta es la Argentina que nosotros
pretendemos, es la Argentina
por la cual luchamos con toda nuestra fuerza.
Por eso les quiero agradecer a las miles de
personas que están afuera, muchas gracias por venir a acompañarnos; a las miles
de personas, amigos y hermanos que están afuera y adentro, y decirles que
tienen un Presidente como lo ven, con sus virtudes y sus defectos, que todos
los tenemos, pero con unas ganas, con una fuerza, con una decisión de jugarme con
ustedes por la patria, de jugarme por la bandera, de jugarme por la Argentina , de jugarme
por los argentinos, de demostrarle al mundo entero que no es cierto que los
argentinos somos los peores del mundo. Podemos haber tenido los peores
dirigentes del mundo pero somos uno de los pueblos más patriotas, más humanos,
más dignos y más honestos del mundo.
Cuando veo a los jóvenes argentinos estudiar
cotidianamente y con fuerza, les digo que hay que recuperar la autoestima.
Recuperen la autoestima, participen activamente de la vida nacional, pongan
toda su fuerza para ayudar a cambiar la Argentina , porque la Argentina necesita
retroalimentarse de mentalidades nuevas, de nuevos proyectos, renovarse, no
quedarse atada a la vieja política. Estamos cansados de la lucha de las
corporaciones políticas y de las luchas tradicionales de la política, queremos
gente que haga, que resuelva temas.
Por eso les digo que trabajo con todas mis
fuerzas para un tiempo nuevo que me permita mirar la historia, que me permita
mirar a mi país cuando deje de ser Presidente, que los pueda mirar de frente, a
los ojos; que no tenga que andar lleno de custodias o en autos polarizados para
que el pueblo no me pueda ver; que cuando la gente me vea diga “allá va el ex
pingüino que fue Presidente y trabajó por la Argentina ”; digamos el
ex Presidente, porque pingüino voy a ser siempre.
Quiero terminar diciéndoles muchas gracias
Pilar, muchas gracias a los trabajadores de Pilar, a los empresarios de Pilar;
muchas gracias por ese parque industrial que están levantando, muchas gracias
por la fuerza que están poniendo en esta región. Les quiero decir que sepan que
me he venido a comprometer a fondo con ustedes, con el Intendente y con el
Gobernador para trabajar juntos, y que me siento como dice Cristina,
fanáticamente argentino, apasionadamente argentino.
Y con estas manos que tocan las manos de
ustedes, con las que nos abrazamos y nos damos fuerzas, acá en Pilar quiero
agradecer a los miles y miles de argentinos que donde voy me dicen “aguante, no
afloje, ponga lo que tenga que poner, dele para adelante”. Muchas gracias
argentinos, me dan una fuerza espiritual muy grande. Muchas gracias Pilar,
muchas gracias Intendente, muchas gracias señor Gobernador. ¡Viva la patria!
¡Viva la Argentina !
¡Viva Pilar! ¡Viva la provincia de Buenos Aires!
NESTOR KIRCHNER
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