DISCURSO EN LA COMIDA OFRECIDA EN
HONOR DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE
Nestor Kirchner
[30 de Agosto de
2003]
Excelentísimo señor presidente de la República de Chile,
querido amigo Ricardo Lagos; señor ex presidente de la Nación , también querido
amigo doctor Eduardo Duhalde; señor vicepresidente de la Nación Argentina ,
amigo Daniel Scioli; distinguida comitiva de Chile que nos acompaña y que nos
honra con su visita; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señores
legisladores; señores embajadores; autoridades nacionales; amigas y amigos:
Hoy estamos compartiendo un día de realizaciones muy importantes para el proceso de integración entre la hermana y querida República de Chile y nuestra querida Argentina. Les puedo asegurar que durante la mañana compartimos horas de trabajo profundo con el presidente dela República de Chile;
tocamos áreas fundamentales que hacen a la integración física, económica y
sociocultural que también hacen a la tarea conjunta que tenemos que desarrollar
para generar un ejemplo desde la
Argentina y desde Chile hacia el resto de los países de
América del Sur, de América latina, de América en general en el necesario
proceso de integración que tenemos que darnos para constituir definitivamente
no sólo una voz que tenga presencia en el concierto internacional, sino también
políticas claras y activas que determinen la credibilidad que los hombres y las
mujeres de América somos capaces de integrar nuestros países en un proyecto que
sintetice esquemas absolutamente superadores.
Hoy estamos compartiendo un día de realizaciones muy importantes para el proceso de integración entre la hermana y querida República de Chile y nuestra querida Argentina. Les puedo asegurar que durante la mañana compartimos horas de trabajo profundo con el presidente de
Nosotros sabemos de la deuda y de las
asignaturas pendientes que tenemos y estamos dispuestos a afrontarlas con toda
nuestra voluntad, fuerza e inteligencia para poder generar las síntesis
superadoras que nos permitan dar las respuestas que nuestros pueblos están
esperando.
Hemos logrado avances muy importantes desde
el punto de vista de la integración educativa y desde el punto de vista de la
integración demográfica y social. Que podamos entrar y circular libremente con
el Documento Nacional de Identidad entre nuestros países, es un hecho
trascendente; años costó entender, a pesar del esfuerzo que hacíamos muchos de
ambos lados, lo importante que es esto para avanzar en la tarea de la
integración; creo que hoy lo hemos logrado y nos hace sentir una profunda
satisfacción.
También hay temas de coincidencia como, por
ejemplo, el ferrocarril transandino y también la visión de los problemas
internacionales, los nuevos roles de los organismos multilaterales, los nuevos
roles de las solidaridades que tenemos que generar, la decisión global que
tienen que tener nuestros países para afrontar con absoluta responsabilidad y
dignidad el marco de sustentabilidad interna de nuestras economías, la decisión
de terminar con este marco de la cultura de la subordinación permanente que
hubo durante muchísimos años en el sentido de que para poder darle
sustentabilidad a nuestros países había que aceptar muchas veces porque sí los
dictados de distintos organismos multilaterales que han llevado a nuestros
países muchas veces a situaciones límites. También está la necesidad de pensar,
de elaborar, de tener posiciones independientes, de discutir con estos
organismos, que se den cuenta que nosotros, en los procesos de integración
internacional, estamos absolutamente decididos a llevarlos adelante.
No se pude seguir llevando procesos de
integración que tienden a la desintegración de los pueblos. Es hora de que
tengamos voces absolutamente fuertes, racionales, maduras y responsables pero
que marquen la concreción y la construcción de un mundo distinto.
Nosotros, como lo conversábamos hoy con el
presidente Lagos, tenemos que estar a la altura de la historia y de las
circunstancias que nos toca vivir, sin temores y sin la idea de que si no
hacemos las cosas tal cual nos las escriben y dicen ciertos esquemas que están
centrados en determinadas ortodoxias, nuestros pueblos no tienen destino.
Por eso, realmente creo que tener la
posibilidad de compartir este tiempo de la historia con las calidades del
presidente de la querida República de Chile, es importante porque lo veo
absolutamente compenetrado y decidido con la idea de que poco sirve tener la
oportunidad que nos ha dado la sociedad y tener la iniciativa en la conducción
temporal en un tiempo de la historia de nuestros países, si no hacemos las
cosas que tenemos que hacer.
A veces, hacer esas cosas lleva a tener
posiciones absolutamente firmes, decididas y con absoluto convencimiento.
Nosotros, desde la Argentina ,
después del durísimo proceso que nos tocó vivir a fines de 2001, hemos decidido
reconstruir con verdad, con fuerza, con convicción, con principios este querido
país y, evidentemente, esa reconstrucción la vamos a profundizar durante toda
la gestión que me toca llevar adelante.
Creemos en la integración; creemos
profundamente en la integración bilateral con Chile; creemos que podemos
generar marcos de negocios comunes muy importantes; creemos en la integración
física, social y cultural; creemos, firmemente, en la visión geopolítica
conjunta que podemos tener respecto de la integración americana e
internacional; sabemos que si hacemos las cosas como debemos, vamos a ser
protagonistas del primer diálogo bilateral entre dos grupos regionales muy
fuertes como pueden ser el Mercosur y sus asociados de América con la Comunidad Económica
Europea.
Sabemos que podemos establecer una discusión
seria, responsable y estructuralmente de fondo con las regiones más importantes
del mundo, con el propio Estados Unidos, con quien nos interesa tener una
relación racional y responsable pero absolutamente clara y determinada en los
mecanismos dentro de los cuales tenemos que funcionar.
Creemos que de esta manera vamos a hacer un
gran aporte a que definitivamente nuestras regiones puedan entrar en un proceso
de crecimiento. Porque cuando hay crecimiento, cuando hay integración, cuando
se recupera la dignidad, cuando se recupera la calidad institucional, cuando se
recupera la seguridad jurídica, cuando entramos a bajar seriamente los índices,
esos que nos causan estupor, cuando a veces alguno de nuestros países aparecen,
como nos ha tocado lamentablemente muchas veces en la Argentina que estábamos
primeros donde queríamos estar últimos, todo se puede lograr solamente con un
gran nivel de compromiso.
Nosotros, presidente Lagos, agradecemos
profundamente su presencia acá. Tengamos convicción, tengamos fuerza, avancemos
en la política de la consolidación de los derechos humanos, avancemos en las
políticas de integración, avancemos en ayudar a construir un mundo con justicia
y equidad, avancemos en construir una región que recupere fuertemente el rol
que perdió o que no ha alcanzado a tener y Dios quiera que podamos ayudar a la
construcción de este espacio que América del Sur está necesitando para que
definitivamente de allí podamos vertebrar políticas de integración y de
crecimiento que nos devuelvan la posibilidad de ser regiones que tengan
sustentabilidad interna con integración externa.
Creo que esto lo podemos lograr si
discutimos con madurez absoluta y si definitivamente terminamos con el marco de
la subordinación muchas veces hasta de tipo intelectual que tenemos.
Es hora que tengamos mucha más confianza en
nosotros mismos porque tenemos una gran capacidad para producir las ideas que
nos pueden llevar a las respuestas que nuestros pueblos están esperando.
Muchas gracias, señor Presidente; muchas
gracias a la comitiva que lo acompaña, sé que usted, como hombre comprometido toda
la vida con ideales y con principios como me ha pasado a mí, aunque nos ha
tocado vivir distintas circunstancias y tiempos de la historia, no tengo
ninguna duda –y más aún después de la conversación que hemos tenido hoy- que
ambos vamos a generar con absoluta generosidad todas las acciones para que este
tiempo de Chile y de la
Argentina sea un tiempo grande de la historia de
Latinoamérica.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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