DISCURSO EN LA BOTADURA DEL PRIMER
BARCO FABRICADO EN SANTA CRUZ
Néstor Kirchner
[18 de Marzo de
2005]
Señor gobernador de la Provincia ; señor
intendente de Puerto Deseado; señor presidente y directivos del astillero
Coserena y de la empresa Vieyra Argentina; señores ministros del Poder
Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales, provinciales y municipales; señores
legisladores; señores empresarios; amigos, amigas, hermanos, hermanas
santacruceños: les extiendo mis manos para saludarlos con todo mi corazón y con
toda la fuerza.
Dijo el gobernador dela Provincia que hoy a la
mañana habíamos firmado la interconexión hasta Pico Truncado. Años y años de
aislamiento.
Dijo el gobernador de
Ustedes recordarán cuántas veces nos
juntamos para hablar del país federal y Dios y el pueblo de la República Argentina
han querido que podamos ser nosotros los que tenemos que saldar en este país
-en este caso en Santa Cruz y en Chubut- este olvido histórico de estar
desconectados de la red de conexión nacional de electricidad. Con esta obra
empieza a terminarse un aislamiento que era absolutamente negativo para el
desarrollo de la Provincia.
También inauguramos la ampliación de la obra
del astillero. Este astillero que lo vi nacer y que me tocó inaugurarlo con dos
grandes deseadenses que ya no están y que siempre los recuerdo con el mayor
cariño en mi corazón.
La empresa Vieyra ha confiado y este barco
que está terminado, es una muestra de que la industria naval, la industria
argentina, las manos argentinas pueden construir y hacer de los mejores
productos.
También quiero decirles que cuando recorro la Argentina , en cada lugar
que voy veo los rostros del ustedes que me dicen “no aflojes, dale para
adelante”.
Pudimos durante muchos años trabajar juntos
por esta querida Provincia y lo podemos hacer por el país. Veo los rostros de
ustedes y me dan fuerza y sueño con esta querida Provincia. ¡Claro que sueño!
Si de acá me sale la energía, la tenacidad, las tozudez y el espíritu pingüino
para hacer un país distinto.
Con las mismas ganas, con la misma fuerza
que dejamos todo para hacer una Santa Cruz distinta, lo estamos haciendo por el
país. Claro que hay intereses que no quieren que la Argentina cambie; claro
que para algunos hacer política y gobernar el país es arreglar con los
intereses de siempre. Es bajar la cabeza con los intereses de siempre.
Para mí construir un país y sé que para
ustedes y para todos los argentinos también, no es bajar la cabeza ni arreglar
con los intereses de siempre, sino de una vez por todas defender los intereses
de todos los argentinos, de todos los que viven en esta patria, los que
trabajan para hacer un gran país, que son los trabajadores argentinos, la clase
media, los empresarios nacionales, que más allá de cualquier cuestión
partidaria o ideológica quieren tener un país, quieren tener un trabajo,
quieren tener dignidad, quieren que la bandera nacional los cobije pensando que
podemos vivir todos los días un poco mejor.
Por eso, desde acá, desde esta querida Santa
Cruz y desde este querido Puerto Deseado, a quien tanto amo y que realmente
quiero tanto a su gente, que tantas alegrías y cariños me dio, al igual que a
los hermanos que nos acompañan de Caleta Olivia con tantas noches de lucha y
cariño, les digo cuántas cosas soñamos juntos, cuántas veces soñamos con que se
podía construir un país diferente. Lo tenemos que hacer y lo vamos a hacer, no
tengan ninguna duda. Pero para eso tenemos que creer en nuestras convicciones.
Argentinos: desde Puerto Deseado les digo
que no pido que me sigan ni busco teorías fundamentalistas, les estoy pidiendo
nada más que me ayuden, que los argentinos volvamos a creer en nosotros mismos,
que volvamos a sentir que los sueños de nuestros abuelos y de nuestros
pioneros, que pensaron una Argentina grande, es posible; que volvamos a pensar que
la Argentina
tiene un gran destino y que la
Argentina no puede tener más dirigentes que claudiquen y
bajen los brazos.
Quienes nos representan, más que quedar
simpáticos con los grandes intereses, tienen que pensar que si tienen que
discutir hacerlo, porque tienen que defender los intereses de todo un pueblo.
No queremos ser expertos en relaciones
públicas, queremos ser expertos en construir una Argentina distinta. Esto es lo
que estamos buscando de una parte a otra del país.
Por eso desde acá les quiero decir que sueño
permanentemente con ese país. Estaba en San Fernando ayer, estoy
permanentemente recorriendo el país y gracias a Dios los argentinos nos dan
fuerza, “aguante, no afloje”, me dicen, con un cariño y un esfuerzo muy grande.
No tengan ninguna duda, no vine a empatar en
esta teoría de la Argentina
distinta ni tampoco me vine a resignar con una derrota que los argentinos no
podemos tener; vine a tomarme de las manos con ustedes desde el Sur al Norte de
la patria para que todos juntos podamos hacer ese país distinto.
¡Claro que se puede, claro que se puede
acompañado del pueblo argentino, claro que podemos recuperar toda esa dignidad
que durante tanto tiempo fue dejada en el camino, claro que podemos reconstruir
el empresariado nacional, claro que se pueden hacer estos barcos, claro que se
puede recuperar la producción, claro que estamos derrotando la pobreza y la
indigencia, claro que estamos creciendo al 9 por ciento, claro que bajamos el
desempleo al 12,1 por ciento, claro que discutimos y pudimos -aunque algunos
decían que era muy duro- con el canje de la deuda ahorrar 67 mil millones de
dólares poniendo la cara por la
Argentina como correspondía!
¡Claro que se puede hacer un país distinto, los hechos lo están
marcando!
Por eso, desde acá a la Argentina le decimos que
pongamos fuerza, corazón y decisión por arriba de cualquier cuestión
partidaria.
Como digo en todos los lados a los que voy y
también lo digo acá: en el mes de octubre -no estoy haciendo campaña como dicen
algunos pero no me gusta vivir de la hipocresía- el pueblo argentino dirá si
quiere seguir haciendo este país de trabajo, este país que se industrializa,
este país de producción, este país que lucha por volver a hacer o quiere volver
al pasado.
Sé que se plebiscita eso y que se plebiscita
la gestión y como buen hombre de la democracia me pongo frente al pueblo para
que él en octubre diga si quiere seguir avanzando para cambiar el país o no. El
pueblo argentino va a definir el camino. Y esto es lo importante por arriba de
cualquier cuestión dirigencial. Hay que creer en el pueblo que es la fortaleza
de nuestras mejores virtudes.
Acá en Santa Cruz lo mismo, le pido también
a este pueblo querido que en octubre nos acompañe con toda la fuerza. Porque
esos diputados y senadores de Santa Cruz que nos acompañan también ayudan a
cambiar el país, aunque a veces otros van en nombre de esta Provincia y más que
acompañar ponen trabas. No se dan cuenta que tienen una oportunidad histórica,
pero quiero agradecer a esos legisladores nacionales que van y ponen la cara
por la Argentina
y por este pueblo defendiendo la idea de que se puede hacer este país distinto.
Les agradezco profundamente, este contacto
permanente; estoy emocionado por volver a verlos, por volver a compartir las
cosas que hicimos, por volver a ver a tantos de ustedes y cómo fuimos
solucionando problemas, por ver el hospital, por ver la construcción del
astillero, por ver la construcción de la costanera. Se acuerdan deseadenses
cuántas cosas hicimos juntos porque nos creímos mutuamente.
¡Qué agradecido le estoy a Puerto Deseado
que siempre nos acompañó, que siempre creyó, que siempre nos dio esa mano y ese
cariño, que siempre nos respaldo y nos entregó un amor hermoso que es imposible
olvidar, igual que a los caletenses que están allí acompañándonos, que también
son parte de esta querida Provincia y que siempre nos dieron fuerza!
Desde acá a toda la Argentina , argentinos,
esto es un país distinto, un astillero, un barco construido en un astillero
patagónico, con manos argentinas, industria nacional.
La verdad, señores empresarios, que los
felicito; la verdad, empresa Vieyra, gracias por haber confiado en el astillero
también y a los otros empresarios nacionales de la industria que nos acompañan
y a los que creen en la industria nacional, realmente muchísimas gracias.
Porque cuando uno ve también a los empresarios compenetrados con la Argentina , no saben la
fuerza que da, porque con una clase empresarial decidida a abrazarse a las
realidades de su país, es muy difícil que ese país no pueda crecer.
Muchísimas gracias, Puerto Deseado; muchas
gracias querida Santa Cruz; muchas gracias y vamos a disfrutar ahora de la
botadura del barco.
Un servidor, el de siempre, con sus aciertos
y errores pero con un profundo amor por esta tierra.
Muchísimas gracias, muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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