junio 21, 2012

Discurso de Nestor Kirchner en la botadura del primer barco fabricado en Santa Cruz (2005)

DISCURSO EN LA BOTADURA DEL PRIMER BARCO FABRICADO EN SANTA CRUZ
Néstor Kirchner
[18 de Marzo de 2005]

Señor gobernador de la Provincia; señor intendente de Puerto Deseado; señor presidente y directivos del astillero Coserena y de la empresa Vieyra Argentina; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales, provinciales y municipales; señores legisladores; señores empresarios; amigos, amigas, hermanos, hermanas santacruceños: les extiendo mis manos para saludarlos con todo mi corazón y con toda la fuerza.
Dijo el gobernador de la Provincia que hoy a la mañana habíamos firmado la interconexión hasta Pico Truncado. Años y años de aislamiento.
Ustedes recordarán cuántas veces nos juntamos para hablar del país federal y Dios y el pueblo de la República Argentina han querido que podamos ser nosotros los que tenemos que saldar en este país -en este caso en Santa Cruz y en Chubut- este olvido histórico de estar desconectados de la red de conexión nacional de electricidad. Con esta obra empieza a terminarse un aislamiento que era absolutamente negativo para el desarrollo de la Provincia.
También inauguramos la ampliación de la obra del astillero. Este astillero que lo vi nacer y que me tocó inaugurarlo con dos grandes deseadenses que ya no están y que siempre los recuerdo con el mayor cariño en mi corazón.
La empresa Vieyra ha confiado y este barco que está terminado, es una muestra de que la industria naval, la industria argentina, las manos argentinas pueden construir y hacer de los mejores productos. 
También quiero decirles que cuando recorro la Argentina, en cada lugar que voy veo los rostros del ustedes que me dicen “no aflojes, dale para adelante”.
Pudimos durante muchos años trabajar juntos por esta querida Provincia y lo podemos hacer por el país. Veo los rostros de ustedes y me dan fuerza y sueño con esta querida Provincia. ¡Claro que sueño! Si de acá me sale la energía, la tenacidad, las tozudez y el espíritu pingüino para hacer un país distinto. 
Con las mismas ganas, con la misma fuerza que dejamos todo para hacer una Santa Cruz distinta, lo estamos haciendo por el país. Claro que hay intereses que no quieren que la Argentina cambie; claro que para algunos hacer política y gobernar el país es arreglar con los intereses de siempre. Es bajar la cabeza con los intereses de siempre.
Para mí construir un país y sé que para ustedes y para todos los argentinos también, no es bajar la cabeza ni arreglar con los intereses de siempre, sino de una vez por todas defender los intereses de todos los argentinos, de todos los que viven en esta patria, los que trabajan para hacer un gran país, que son los trabajadores argentinos, la clase media, los empresarios nacionales, que más allá de cualquier cuestión partidaria o ideológica quieren tener un país, quieren tener un trabajo, quieren tener dignidad, quieren que la bandera nacional los cobije pensando que podemos vivir todos los días un poco mejor.
Por eso, desde acá, desde esta querida Santa Cruz y desde este querido Puerto Deseado, a quien tanto amo y que realmente quiero tanto a su gente, que tantas alegrías y cariños me dio, al igual que a los hermanos que nos acompañan de Caleta Olivia con tantas noches de lucha y cariño, les digo cuántas cosas soñamos juntos, cuántas veces soñamos con que se podía construir un país diferente. Lo tenemos que hacer y lo vamos a hacer, no tengan ninguna duda. Pero para eso tenemos que creer en nuestras convicciones.
Argentinos: desde Puerto Deseado les digo que no pido que me sigan ni busco teorías fundamentalistas, les estoy pidiendo nada más que me ayuden, que los argentinos volvamos a creer en nosotros mismos, que volvamos a sentir que los sueños de nuestros abuelos y de nuestros pioneros, que pensaron una Argentina grande, es posible; que volvamos a pensar que la Argentina tiene un gran destino y que la Argentina no puede tener más dirigentes que claudiquen y bajen los brazos.
Quienes nos representan, más que quedar simpáticos con los grandes intereses, tienen que pensar que si tienen que discutir hacerlo, porque tienen que defender los intereses de todo un pueblo.
No queremos ser expertos en relaciones públicas, queremos ser expertos en construir una Argentina distinta. Esto es lo que estamos buscando de una parte a otra del país.
Por eso desde acá les quiero decir que sueño permanentemente con ese país. Estaba en San Fernando ayer, estoy permanentemente recorriendo el país y gracias a Dios los argentinos nos dan fuerza, “aguante, no afloje”, me dicen, con un cariño y un esfuerzo muy grande.
No tengan ninguna duda, no vine a empatar en esta teoría de la Argentina distinta ni tampoco me vine a resignar con una derrota que los argentinos no podemos tener; vine a tomarme de las manos con ustedes desde el Sur al Norte de la patria para que todos juntos podamos hacer ese país distinto.
¡Claro que se puede, claro que se puede acompañado del pueblo argentino, claro que podemos recuperar toda esa dignidad que durante tanto tiempo fue dejada en el camino, claro que podemos reconstruir el empresariado nacional, claro que se pueden hacer estos barcos, claro que se puede recuperar la producción, claro que estamos derrotando la pobreza y la indigencia, claro que estamos creciendo al 9 por ciento, claro que bajamos el desempleo al 12,1 por ciento, claro que discutimos y pudimos -aunque algunos decían que era muy duro- con el canje de la deuda ahorrar 67 mil millones de dólares poniendo la cara por la Argentina como correspondía!  ¡Claro que se puede hacer un país distinto, los hechos lo están marcando! 
Por eso, desde acá a la Argentina le decimos que pongamos fuerza, corazón y decisión por arriba de cualquier cuestión partidaria.
Como digo en todos los lados a los que voy y también lo digo acá: en el mes de octubre -no estoy haciendo campaña como dicen algunos pero no me gusta vivir de la hipocresía- el pueblo argentino dirá si quiere seguir haciendo este país de trabajo, este país que se industrializa, este país de producción, este país que lucha por volver a hacer o quiere volver al pasado.
Sé que se plebiscita eso y que se plebiscita la gestión y como buen hombre de la democracia me pongo frente al pueblo para que él en octubre diga si quiere seguir avanzando para cambiar el país o no. El pueblo argentino va a definir el camino. Y esto es lo importante por arriba de cualquier cuestión dirigencial. Hay que creer en el pueblo que es la fortaleza de nuestras mejores virtudes.
Acá en Santa Cruz lo mismo, le pido también a este pueblo querido que en octubre nos acompañe con toda la fuerza. Porque esos diputados y senadores de Santa Cruz que nos acompañan también ayudan a cambiar el país, aunque a veces otros van en nombre de esta Provincia y más que acompañar ponen trabas. No se dan cuenta que tienen una oportunidad histórica, pero quiero agradecer a esos legisladores nacionales que van y ponen la cara por la Argentina y por este pueblo defendiendo la idea de que se puede hacer este país distinto.
Les agradezco profundamente, este contacto permanente; estoy emocionado por volver a verlos, por volver a compartir las cosas que hicimos, por volver a ver a tantos de ustedes y cómo fuimos solucionando problemas, por ver el hospital, por ver la construcción del astillero, por ver la construcción de la costanera. Se acuerdan deseadenses cuántas cosas hicimos juntos porque nos creímos mutuamente.
¡Qué agradecido le estoy a Puerto Deseado que siempre nos acompañó, que siempre creyó, que siempre nos dio esa mano y ese cariño, que siempre nos respaldo y nos entregó un amor hermoso que es imposible olvidar, igual que a los caletenses que están allí acompañándonos, que también son parte de esta querida Provincia y que siempre nos dieron fuerza!
Desde acá a toda la Argentina, argentinos, esto es un país distinto, un astillero, un barco construido en un astillero patagónico, con manos argentinas, industria nacional.
La verdad, señores empresarios, que los felicito; la verdad, empresa Vieyra, gracias por haber confiado en el astillero también y a los otros empresarios nacionales de la industria que nos acompañan y a los que creen en la industria nacional, realmente muchísimas gracias. Porque cuando uno ve también a los empresarios compenetrados con la Argentina, no saben la fuerza que da, porque con una clase empresarial decidida a abrazarse a las realidades de su país, es muy difícil que ese país no pueda crecer.
Muchísimas gracias, Puerto Deseado; muchas gracias querida Santa Cruz; muchas gracias y vamos a disfrutar ahora de la botadura del barco.
Un servidor, el de siempre, con sus aciertos y errores pero con un profundo amor por esta tierra.
Muchísimas gracias, muchas gracias. 
NESTOR KIRCHNER

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