junio 21, 2012

Discurso de Nestor Kirchner en Catamarca (2005)

DISCURSO EN CATAMARCA
Néstor Kirchner
[13 de Julio de 2005]

Señor gobernador de la provincia de Catamarca; señor vicegobernador; señor intendente municipal de San Fernando del Valle de Catamarca; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial; señores legisladores; autoridades nacionales, provinciales y municipales; señores intendentes de las distintas localidades de Catamarca; amigos, hermanas, hermanos, pueblo de Catamarca: muchísimas gracias por compartir esta mañana junto a ustedes. 
Estoy hoy acompañado por ustedes y por el señor Gobernador, cumpliendo con la palabra empeñada. Desde el primer día dije que al Norte argentino lo habían condenado durante mucho tiempo a una cura de pobreza y olvido. Cuando estuve en Catamarca la vez pasada, cuando anunciamos numerosísimas obras que están en marcha, tocándoles las manos, abrazándolos y besándonos mutuamente, les dije “voy a estar de vuelta en Catamarca cumpliendo con la palabra empeñada y cumpliendo con las obras que el gobierno y el pueblo me piden para que Catamarca pueda ser la querida provincia que todos ustedes desean”. 
En aquel momento recuerdo como si fuera hoy el apoyo que todos ustedes me dieron cuando dije que la Argentina no iba a negociar de rodillas la deuda externa privada. Hoy les puedo decir a los catamarqueños que por primera vez en la historia, en una negociación de estas características, el pueblo argentino ahorró 67.000 millones de dólares porque tuvo dignidad, porque no claudicó y porque levantó, como corresponde, la defensa de los intereses nacionales. 
Ante la petición de una obra fundamental e importante por parte del gobierno y del señor gobernador de Catamarca en particular, del pueblo catamarqueño y de numerosísimos intendentes de distintas localidades de Catamarca, una obra fundamental para generar la reconversión económica de esta querida y amada provincia, nos pusimos a trabajar y acá está, pueblo de Catamarca, señor Gobernador, la licitación de la represa de El Bolsón por 175 millones de pesos, que es una reivindicación histórica que el pueblo de Catamarca merece. 
También rutas y distintas obras públicas, inversiones en salud, inversiones en el área social, así como miles y miles de viviendas como nunca antes conoció Catamarca, lo que a su vez genera vivienda, trabajo, mano de obra y dignidad.  Ya se están levantando y entregando las primera llaves, y les digo que vamos a seguir invirtiendo permanentemente en más viviendas, en más trabajo, porque queremos que el pueblo de Catamarca tenga trabajo, no clientelismo; que el pueblo de Catamarca tenga dignidad; que el pueblo de Catamarca tenga libertad de opinión; que el pueblo de Catamarca no sea sojuzgado por las necesidades que pueda tener; que el pueblo de Catamarca se pueda levantar con sus dos brazos en libertad y decir lo que piensa, con la fuerza y las ganas de esta gloriosa provincia, que la han sometido muchas veces al olvido por intereses sectoriales.
A mí me toca hoy gobernar una etapa dura de la historia argentina, pero me puedo parar ante el pueblo argentino y decirle que estamos tratando de salir del infierno, estamos creciendo por tercer año consecutivo. Crecimos al 8 y al 9 por ciento en los años anteriores y este primer cuatrimestre hasta a nosotros nos sorprende el número, hemos crecido cerca o ya el 8 por ciento. También tenemos superávit fiscal primario, aumenta el consumo, aumenta el poder adquisitivo de nuestra sociedad; baja paulatinamente la injusta distribución del ingreso, baja la indigencia, baja la pobreza y paulatinamente sube el empleo en la Argentina. Claro que todavía estamos en el infierno, ruego a Dios que el día que termine mi mandato el 10 de diciembre de 2007 le pueda decir a todo el pueblo de la Nación que estamos en las puertas del purgatorio, que estamos saliendo del infierno y que este pueblo se vuelve a poner de pie. 
Me acuerdo, como se deben acordar ustedes los catamarqueños y como pasó en tantos lugares del país, que en la década pasada y la primera parte de esta década, fruto de las política imperantes, aquellos que trabajaban tenían que cobrar en papelitos que no valían nada. El Gobierno Nacional, el Gobierno que me toca presidir, les devolvió a los bolsillos de los argentinos la moneda nacional. Se terminaron los bonos, volvieron a tener, como corresponde, plata argentina, que es lo que merece la dignidad del bolsillo de cada uno. 
Pero es evidente que la tarea de recuperación nacional no la puedo hacer solo, la tarea de la reconstrucción de la Argentina ante tantos intereses en pugna se hace muy difícil, les quiero confesar a ustedes, y más cuando uno no quiere ceder a intereses que le hicieron tanto daño a la Argentina. Por eso confío en el pueblo argentino y en el pueblo catamarqueño que me van a ayudar a dar la batalla contra esos intereses para la reconstrucción de la dignidad, de la justicia y el engrandecimiento de la Patria.
Así como digo que hay muchos que me han acompañado, así como puedo decir que en el caso particular de algunos legisladores en el Senado y demás en muchos temas importantes nos han acompañado, debo decir que recorro la Argentina diciéndole al pueblo argentino que me ayude, diciéndole al pueblo argentino que el próximo 23 de octubre me dé las manos necesarias en la Cámara de Diputados para seguir cambiando el país.
No es contra nadie, porque voy a seguir apoyando con todas mis fuerzas al señor gobernador de Catamarca para que haga el mejor gobierno para todos los catamarqueños, para que Catamarca pueda seguir creciendo, pero es muy importante -y el señor Gobernador lo sabe- que cuando llegue el momento de las determinaciones esté en las manos de los diputados el pensamiento, la elaboración intelectual ayudándolo a uno a gobernar en una Argentina tan difícil.
Por eso queridos hermanos y hermanas, les pido de corazón que nos tomemos de la mano, que miremos la Argentina, que piensen en esta Argentina y que piensen que este patagónico, este pingüino solo no puede, que necesita de las manos, del corazón de ustedes y de la decisión del pueblo de Catamarca también para cambiar la Patria.
Con mucha pasión decía Cristina días pasados, que lo que tenemos que ser en este tiempo es fanáticamente argentinos, apasionadamente argentinos, abrazarnos a la bandera de la Patria, al sentido de la nacionalidad, a la recuperación de la dignidad, a la búsqueda permanente de la justicia, al respeto pleno de los derechos humanos, a la conquista y la dignidad del trabajo, a la posibilidad del techo propio, al deseo de conquistar la salud, a vencer la indigencia, la pobreza y el desempleo, y que vuelva en la Argentina reinar la esperanza, la esperanza de que cada día vamos a estar mejor, hermanos y hermanas catamarqueños, no como nos pasó últimamente que los padres lloraban porque el futuro de los hijos iba a ser mucho más duro que el de ellos.
Yo quiero tener una Argentina y ayudar a construir una Argentina donde los padres en la mesa del hogar, con su trabajo, miren a los hijos y les digan: vas a tener una Patria mejor porque esta Argentina está levantando; vas a tener estudio, vas a tener oficio, vas a tener profesión, vas a tener en tu vida un camino superador al que tuve yo. Esa es la Argentina que vamos soñando, que tenemos que construir y ese es el gran esfuerzo que tenemos que hacer.
Por eso, en estos tiempos que vive la Patria, si queremos realmente enaltecer los grandes principios de los pioneros de esta tierra y de toda la Argentina, de los grandes de la Argentina, es fundamental terminar con la lucha de las individualidades y entender que hay momentos en que la Argentina nos requiere a todos.
Claro que los viejos intereses no se retiran, claro que aquellos que son profesionales de la política no se retiran, claro que aquellos que han utilizado la política como una cuestión personal no se retiran. Lo único que los puede retirar a esos que han hecho de la política un eje profesional que los beneficie, es el voto del pueblo argentino marcando un rumbo y un camino absolutamente diferente.
Me dicen que yo no tengo que iniciar ninguna obra de acá hasta octubre porque si no es campaña electoral; no quieren que gobierne. Me dicen que me tengo que callar la boca de acá hasta octubre, me dicen que tengo que hacer silencio ante las cosas que sucedan. Ahora digo, si yo no hablo con mi pueblo, si no hablo con mi pueblo que está generando esa mancomunión, ese amor para la construcción de una Argentina diferente, ¿cómo hacemos? ¿Dejamos de gobernar de acá a octubre, dejamos de hacer las cosas que hay que hacer, dejamos de ir cimentando la Argentina distinta que tenemos que construir, bajamos los brazos? ¡No, más trabajo, más inversión, más fuerza, más dignidad que es lo que hace falta!
Cuando veo aquellos cascos de dignidad, los cascos del trabajo, los cascos que aparecen por miles en Catamarca, que son de mis hermanos los trabajadores de la construcción, se me llena el corazón de emoción. Hermanos: ustedes son fruto de la nueva Argentina, los saludamos con afecto y cariño. Se van a seguir multiplicando los cascos como demostración de que el trabajo resurge en la Argentina.
Querida Catamarca: muchas gracias, muchas gracias pueblo catamarqueño, muchas gracias señor Gobernador por compartir este día de trabajo. Ahora me invitaron a ir a la Catedral y le dije recién a un amigo ¿a cuántas cuadras queda la Catedral? Me dijo 15 cuadras. Quiero ir caminando las 15 cuadras a la Catedral junto al pueblo de Catamarca, por las calles de Catamarca, junto a ustedes, porque Catamarca también es mi Patria y es mi tierra.
Los abrazo fuertemente, los tomo de las manos, les pido que levantemos la bandera de la Patria, que levantemos la bandera Catamarca, que levantemos la bandera del encuentro de todos los argentinos. Muchas gracias, muchísimas gracias, tomados de la mano por un nuevo país. Gracias Catamarca, gracias señor Gobernador, gracias pueblo de Catamarca.
NESTOR KIRCHNER

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