DISCURSO EN EL ENCUENTRO
DE LA MILITANCIA
Néstor Kirchner
[11 de Marzo de 2004]
Queridos amigos y amigas; compañeros y
compañeras: quiero comenzar expresándoles que exactamente hace 31 años a esta
hora una generación de argentinos veíamos y sentíamos que la democracia volvía
a la Patria.
Me preguntaban cómo viví el 11 de marzo del 73. Me tocó ser el fiscal de mesa y recuerdo hasta hoy que había tanto miedo a la trampa y al fraude que la orden que teníamos era subirnos a los camiones que transportaban las urnas para cuidarlas hasta que se terminara de revisar el último voto. Era el 11 de marzo del 73, una generación de argentinos nos incorporábamos a la vida democrática con la fuerza y el deseo de construir un nuevo país. Después nos tocó vivir tantas cosas, nos tocó pasar tantos dolores, nos tocó ver diezmada esa generación de argentinos que trabajaba por una Patria igualitaria, de inclusión, distinta, una Patria donde no sea un pecado pensar, una Patria con pluralidad y consenso como el que tenemos hoy aquí, que el hecho de pensar diferente no nos enfrentara sino por el contrario, nos ayudara a construir una Argentina distinta.
Me preguntaban cómo viví el 11 de marzo del 73. Me tocó ser el fiscal de mesa y recuerdo hasta hoy que había tanto miedo a la trampa y al fraude que la orden que teníamos era subirnos a los camiones que transportaban las urnas para cuidarlas hasta que se terminara de revisar el último voto. Era el 11 de marzo del 73, una generación de argentinos nos incorporábamos a la vida democrática con la fuerza y el deseo de construir un nuevo país. Después nos tocó vivir tantas cosas, nos tocó pasar tantos dolores, nos tocó ver diezmada esa generación de argentinos que trabajaba por una Patria igualitaria, de inclusión, distinta, una Patria donde no sea un pecado pensar, una Patria con pluralidad y consenso como el que tenemos hoy aquí, que el hecho de pensar diferente no nos enfrentara sino por el contrario, nos ayudara a construir una Argentina distinta.
No me quiero poner nostálgico porque es
verdad que a uno le vibra el corazón y se le llenan los ojos de lágrimas cuando
en ustedes ve tantos rostros que hoy no están, pero también creo que es
fundamental construir una Patria con mucha identidad, con la justicia y con la
memoria, para que definitivamente podamos hacer un país sólido.
Tenemos que volver a reconstruir el espacio
de los militantes, de los cuadros, tenemos que volver a valorar la política y
no queremos que se repita la mecánica casi empresaria de la política que tiende
a acordarse de los amigos y de los compañeros para utilizarlos en cuestiones
electorales.
No queremos ayudar a conjugar y a que todo
el mundo nos diga que sí, a tener tropas “disciplinadas”, como se estila.
Queremos tener compañeros que piensen, que nos digan la verdad, que tengan capacidad
transgresora, que ayuden a equivocarnos lo menos posible. .
No queremos más la práctica de un culto al
individualismo, a la personalidad y a la teoría del jefe. Esas teorías que
tanto daño han hecho a la política argentina y han quebrado su calidad y hasta
su propia moralidad los que quisieron llevarlas adelante. Tampoco queremos más
generar ese desaliento de que los compañeros, los amigos; donde les toque
actuar, sea la fuerza que sea, salen a trabajar políticamente y saben que
cuando terminan las elecciones se cierran las puertas del ida y vuelta que
deben tener aquellos que son elegidos y aquellos que ayudan a que sean
elegidos.
Queremos terminar con la idea del
influyente, del “vení conmigo que yo tengo conexiones” para generar el acomodo
en la historia, porque eso también quebró la moral de la política, de la práctica,
que tanto daño hizo.
También cuando hay una masa crítica que
piensa, que elabora, que participa, evita que aquellos que tenemos que ir a
cumplir responsabilidades nos creamos más de lo que somos y nos olvidemos de
dónde venimos y para qué venimos .
Y en esta Argentina en la que nos tocó vivir
un año 2001, que nos tocó ver explotar la política, que nos tocó ver las cosas
que vimos durante todo este tiempo, es fundamental poner todas nuestras fuerzas
para construir ámbitos como el que hoy se empieza a construir aquí. Acá no
vinimos con la ficha de afiliación, acá no vinimos a pasar listados, acá no
vinimos a ver quién está presente o quiénes están ausentes, acá vinimos
peronistas y no peronistas, gente de todas las ideas y de todas las fuerzas que
quieren cambiar a la
Argentina a sentarnos en una mesa para empezar a discutir,
para empezar a pensar en conjunto, para calificar la política.
Queremos nuevamente que los locales
políticos no sean lugares de “trenzas”, o que no sean lugares -para definirlos
con toda exactitud- donde nos juntemos solamente a tomar unos vinos o a comer
asados. Queremos que los lugares políticos sean lugares de meditación, de
formación, de conciencia cívica, que tiendan a consolidar una Argentina
diferente.
Queremos que definitivamente se termine la
idea de la clandestinidad de la política, de las cosas que se hacen en la
política.
Por eso cuando estamos tratando de levantar
esta Argentina que fue hundida y quebrada, cuando tengo que soportar que me
digan verborrágico, que me digan que sobreactúo por el sólo hecho de defender a
la Argentina ,
de decir lo que pienso y pensar que hay que levantar este país quebrado, con
dignidad, con responsabilidad y racionalidad, no entiendo por qué me agreden
así aquellos que condujeron la
Argentina durante tantos años y nos llevaron a ese proyecto
económico de hambre, de exclusión y de desocupación. ¿Por qué nos atacan como
nos atacan, porqué me dicen lo que me dicen? ¡Que afronten ante la
responsabilidad de la historia las cosas que hicieron, pero que entiendan que
en la Argentina
hay nuevos y buenos aires para hacer un país distinto!
En este país las cosas tienen que ser serias
y claras para hacer un país normal y serio. El que hace las cosas bien debe ser
absolutamente estimulado; el que investiga, el que estudia, el que trabaja,
definitivamente el más decente y el más honesto. Y como en cualquier país serio
del mundo el delincuente, el corrupto, el que no hace las cosas que tiene que
hacer debe ir a un calabozo, como corresponde, para construir un país distinto.
Son valores y cuestiones que tenemos que
llevar con todas nuestras fuerzas adelante. No hay que caer en la disputa corta
de espacios, hay que construir la Argentina. Por eso el ámbito y espacio de hoy, en
la diversidad y la pluralidad que se ha generado aquí, no tiende a consolidar
el liderazgo de nadie, sino la presencia de argentinos y argentinas que quieren
tener un rol protagónico en la construcción de la nueva Argentina, en la
construcción de la Argentina
que nos merecemos todos.
Por eso queridos amigos, compañeros y
compañeras, nosotros tenemos que tomar la lección de la historia, debemos
entender que el concepto de solidaridad y pluralidad es central, pero también
debemos entender que tenemos que informarnos y prepararnos para poder conducir
con todas nuestras fuerzas y capacidad este pequeño país. Claro que venimos de
una situación límite, pero es hora también de que en la Argentina tengamos clara
memoria de las cosas que nos han pasado, pero no desde el patrioterismo vacío,
sino que desde el sentido de Patria, lleno de dignidad, de justicia y de
inclusión, podamos decir que lo que los argentinos pretendemos es tener una
Patria, un hogar y una bandera que nos cobije a todos y nos dé aunque sea un
poquitito de posibilidades para poder realizarnos.
Tenemos que dejar de sentir vergüenza de las
cosas que defendemos, nos quieren hacer sentir a veces que son posturas que
deben ser “revisadas” en nombre de la supuesta racionalidad. ¿Qué es la
racionalidad, amigos y amigas, compañeras y compañeros? ¿La racionalidad es
bajar la cabeza, acordar cualquier cosa pactando disciplinada y educadamente
con determinados intereses, y sumar y sumar excluidos, sumar y sumar desocupados,
sumar y sumar argentinos que van quedando sin ninguna posibilidad? ¿O la
racionalidad es trabajar con responsabilidad, seriedad, con fuerzas para abrir
las puertas de la producción, del trabajo y del estudio para todos los
argentinos? Yo quiero adherir a este tipo de racionalidad, es la única
racionalidad viable que nosotros tenemos para poder realizarnos.
También, queridos compañeras y compañeros,
tenemos que hacer un esfuerzo muy grande pero les puedo asegurar que es
absolutamente posible continuar en la senda de crecimiento que la Argentina ha entrado.
Claro que vimos y estamos en el segundo escalón del infierno, yo no me enamoro
de los números, pero también es cierto que cuando vemos que baja el desempleo,
cuando vemos que crece la
Argentina , cuando vemos que crece el consumo nos empezamos a
estimular y es posible construir el país que nosotros soñamos permanentemente,
lo podemos transformar en realidad.
Claro que hay asignaturas pendientes por
doquier, pero también asumamos de dónde partimos, un país que lo llevaron a
deber 174 mil millones de dólares. No hay otro país en el mundo que lo hayan
endeudado así. Y los que lo endeudaron, los que fueron símbolos intelectuales
de ese endeudamiento todavía nos quieren decir qué es lo que tenemos que hacer.
¡Por Dios, argentinos y argentinas, reaccionemos y tengamos buena memoria!
Cuando veo que algunos se desesperan por
tratar de mostrarse y existir en la vida política o haciendo oficialismo
cerrado o haciendo oposición por oposición para figurar en los diarios, digo
¿no se dan cuenta, no caminan la
Argentina ? Cuando vamos barrio a barrio, provincia a
provincia, vemos miles y millones de compañeros, de hermanos y hermanas
argentinas que nos miran con lágrimas en los ojos, en el olvido a que han sido
sometidos. ¿Por qué no dejamos de jugar a la política corta y escribimos la
historia grande de una Argentina que nos contenga a todos?
Nosotros tenemos que ser el punto de
inflexión de esa Argentina vacía y sin contenido, de esa Argentina donde el que
más triunfaba era el más sinvergüenza y tenemos que construir la Argentina donde el
obrero vuelva a ser el respeto central de nuestras acciones, el que estudia
pueda ser valorado como corresponde, el que investiga – el investigador- vuelva
a ser tener el lugar que merece. Que podamos, como cuando éramos chicos, mirar
a nuestros padres y ver el símbolo del esfuerzo y del trabajo, y ellos sentirse
orgullosos de que con su esfuerzo y trabajo lograron que la generación que
viene esté mejor que la que se va. Eso es cuando un país empieza a cambiar, no
como nos pasó hasta ahora en la
Argentina y que estamos tratando de revertir, que la
generación que viene está peor y se tiene que ir a acurrucar en la casa del
viejo para poder sobrevivir y tener un techo. ¡Hay que dar vuelta a la historia
y yo sé que con ustedes vamos a tener la posibilidad de hacerlo!
Claro que uno puede tener posturas y
determinadas consignas que pueden ser muy lindas, pero lo que yo aprendí
durante toda mi vida de militante es que lo importante es poder ir llevando
paso a paso nuestras ideas para poder concretarlas. Yo lo que no quiero es
mentirle al pueblo argentino, no quiero hacer un manoseo más de la credibilidad
de nuestra Argentina y les voy diciendo paso a paso lo que vamos haciendo, pero
no me van a ver a mí tratando de mostrar un proyecto grandioso para después
defraudar a todos. Prefiero ir construyendo con todos ustedes día a día la
nueva Argentina, pero sin caer en promesas vanas y vacías. .
Nos decían cuando nos tocó empezar a
gobernar: “diez días y se cae, quince días y se cae”, rogaban que nos cayéramos
y que no pudiéramos funcionar. Ahora dicen que nos vamos a caer a fines del
2004 o del 2005, y mañana no sé cuándo dirán. Yo digo por qué, si el éxito de la Argentina va a ayudar a
cobijarnos a todos los argentinos.
Lo mismo cuando vamos logrando acciones,
vamos logrando inversiones y dicen “pero no hay un proyecto a largo plazo”.
Salen con lentes, con cara de serios, con corbata, queriendo mostrarse como si
fueran grandes pensadores de la vida nacional.
Qué razón tenía Jauretche en su libro “Zonceras argentinas”: creen que
porque se juntan cinco, ponen cara de serios, se colocan anteojos, cara de
pensadores y dicen hay que hacer con la Argentina esto y esto. Nosotros los conocemos
porque lo vimos, nos dijeron durante toda la década del 90: tengan paciencia,
esperen que el vaso va a derramar. Derramó en hambre, en exclusión, en olvido,
queridos amigos y amigas.
Por eso nosotros desde acá venimos a
convocar al amor, a la convivencia, hay que abrir todas las compuertas y hay
que buscar que la Argentina
en la diversidad y la pluralidad pueda construir el destino que necesitamos. Es
absolutamente factible, día a día vamos a seguir mejorando, día a día
recorreremos nuestro país, día a día nos arrimaremos y trabajaremos palmo a
palmo con aquellos hermanos y hermanas que más necesitan; día a día iremos
construyendo una Argentina donde se puedan ir consolidando las posibilidades de
tener absolutamente mediatizada la concentración económica y una distribución
del ingreso diferente. Pero para eso hay que ir construyendo el país y el país
no se construye solamente desde un discurso. Desde un discurso se expresan las
intenciones pero el país se construye con acciones que se implementan día tras
día, hora tras hora, minuto tras minuto para poder cambiarlo.
Yo les quiero contar que no soy ni eufórico
ni depresivo, pero que me siento optimista y con fuerza, me siento con
absolutas ganas de avanzar y construir un país distinto. Yo sé que a mí por el
voto de todos ustedes, por la voluntad del pueblo argentino me toca ir
adelante. No tengan ninguna duda, lo dije el día que me tocó asumir, no vine a
dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno
ni vine a sentarme en un sillón para seguir estando por estar, para
tratar de ser por ser o para tratar de hacer una presidencia de protocolo como
les gusta a muchos. Les puedo asegurar que he venido a poner todo lo que tengo,
con mis aciertos y mis errores, como todos los seres humanos; me vine a jugar
con todos ustedes por un país distinto. ¡No me interesa durar 10 años de
fracaso o cuatro años y medio –como me tocan- de fracaso, prefiero vivir dos
años, un año, dos horas o un minuto a pleno sabiendo que tengo que hacer lo que
nuestro pueblo necesita y lo puedo hacer!
A pocas horas de empezar el gobierno nos
decían que estábamos abriendo muchos frentes, pero nosotros dijimos “venimos a
construir una Justicia independiente en la Argentina ”. Cuando empezamos a construir una
Justicia independiente, y está probado en la Corte Suprema que se
está constituyendo en nuestro país, aparecieron aquellos que no querían cambiar
nada y entraron a mostrar su verdadera cara. Ustedes los vieron, decían “están
haciendo procedimientos que no corresponden”, cuando nos movimos dentro del
marco de la ley. Pero dijimos que este país necesita justicia y los doctores
que van a la Corte
Suprema de la Nación Argentina son absolutamente
independientes, apenas los conozco, hicimos una Justicia independiente y está
en marcha.
Dijimos que veníamos a terminar con la
impunidad, que queríamos justicia, verdad y memoria, y salieron a decir que por
qué removía el pasado. Yo pensaba y pienso que no es el pasado sino que es el
presente doliente de 30.000 argentinos que fueron desaparecidos por pensar
diferente.
Dijimos que veníamos a terminar con la
vergüenza de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y se ha declarado la
nulidad de las mismas, para que haya verdadera justicia y para que haya
verdadero equilibrio y responsabilidad en nuestro país.
Dijimos que veníamos a construir un país
donde las posibilidades y la defensa del capital argentino, el empresariado
nacional, la producción y el trabajo argentino sean prioritarios. En 9 meses de
gobierno bajamos 9 puntos la desocupación en la Argentina , nunca en tan
poco tiempo, tan rápido, bajó tanto la desocupación. Calculo que cuando el INDEC decía que había
25 ó 26% de desocupación había algunos que lo levantaban, ahora que hay el
14,5% no van a decir que no están de acuerdo. Es la realidad concreta, con esas
mismas cifras fue bajando.
Dijimos que veníamos con toda nuestra fuerza
a recuperar la posibilidad de la industria nacional, de la sustitución
necesaria que hay que hacer, de la capacidad de realización de nuestro país y
ya está en marcha, recuperándose fuertemente la producción nacional, inclusive
marcando con realidad las posibilidades de crecimiento económico que tenemos en
esta etapa.
Pero también dijimos que veníamos a
esclarecer atentados e íbamos a abrir el derecho a la verdad y a la justicia, y
hoy que vemos tantos problemas y atentados como el de España que pasan en el
mundo, podemos decir que nosotros tuvimos el valor de abrir todos los archivos
secretos para saber la verdad de esos atentados que enmudecieron a los
argentinos, como fueron los de la
AMIA y la embajada de Israel.
Dijimos que íbamos a fortalecer la
posibilidad de la inversión pública en educación y que creíamos en la inversión
pública. Me decían que la inversión pública era un gasto improductivo, estamos
generando escuelas, rutas, caminos, casas, invirtiendo en toda la Argentina con el
esfuerzo de todos.
Dijimos que íbamos a administrar el país
ordenadamente y estamos haciendo una administración realmente equilibrada, como
en cada gestión que me tocó llevar adelante.
Dijimos que veníamos con toda nuestra fuerza
a invertir más en la educación universitaria, a invertir más en investigación,
y ya los presupuestos lo van marcando. Claro que falta mucho más, claro que hay
que invertir más allí, pero hay que ver de dónde partimos, hay que ver dónde
estábamos para poder entender cómo hemos avanzado y cómo estamos tratando de
llegar. Y claro, estamos decididos a ir afrontando problema tras problema y
situación tras situación, para ir esclareciendo y para ir fortaleciendo, invirtiendo
y generando las posibilidades de ese país diferente.
Dijimos que íbamos a renegociar los
contratos de servicios públicos con dignidad, y así lo estamos haciendo.
Dijimos que no iba a caer sobre las espaldas de la gente el aumento de tarifas
y cayeron sobre los grupos económicos, fundamentalmente los que exportan en
dólares y cobran en pesos.
Es decir que estamos tratando, con los
errores que se pueden cometer, de cumplimentar lo que decimos para que nuestra
sociedad vuelva a creer.
Dijimos que veníamos con los brazos abiertos
a no hacer ningún tipo de diferenciación partidaria porque estábamos cansados
de ver a esta Argentina partida por las cúpulas políticas, que no entendían lo
que estaba pasando en el subsuelo de la patria, y les puedo asegurar que
estamos haciendo todos los esfuerzos para que así sea, absolutamente abiertos,
dispuestos a escuchar, dispuestos a corregir, dispuestos a poner todo nuestro
esfuerzo para que los argentinos podamos converger en un proyecto común.
Tenemos que volver a recuperar las ansias de
la participación, pero nosotros mismos también tenemos que hacernos la
autocrítica, debemos entender que la política no puede ser una herramienta para
buscar solamente el mejoramiento de nuestra posición y nuestra vida. Si los militantes
y los dirigentes políticos entienden que tienen que ser los que den el primer
ejemplo, les puedo asegurar queridos amigos y amigas, compañeras y compañeros,
que estaremos dando un salto cualitativo. Esto es tremendamente importante,
tenemos que dar ese ejemplo y evitar las tentaciones.
Creo honestamente que tenemos que avanzar
con todas nuestras fuerzas, que tenemos que poner toda nuestra mayor capacidad
de creación, pero les voy a contar algo que me pasa en privado todas las
mañanas: es tal el endeudamiento que tiene la Argentina que para saber
y para darme fuerzas para seguir la tengo que imaginar. ¿Se imaginan ustedes
170.000 millones de dólares de deuda, 5.000 millones en BODEN que vencen el año
que viene en dólares y 5.000 más en el 2006? ¡Yo no generé esta deuda pero
estoy dispuesto a ponerle el pecho con toda nuestra fuerza para hacer una
negociación justa y digna que nos permita salir! Ni ustedes. Tengo que imaginarla y me dicen:
“hay que definir la proyección, las metas”, ¡yo digo por qué no pensaron!
Nosotros vamos definiendo con seriedad y responsabilidad las metas y
proyecciones, aquéllos que dicen esas cosas por qué no pensaron antes de
endeudar a la Argentina
como la endeudaron. O si me disculpan, cómo casi la pusieron a remate a espaldas
de todos los argentinos.
Queridos compañeros y amigos: les quiero ser
totalmente sincero, yo no tengo una actitud imperativa cuando digo que vamos a
pagar el 25 y vamos a hacer un recorte del 75; no es una actitud viril, de
fuerza la que hago, es una actitud de la realidad argentina: juntando monedas
entre todos los argentinos no podemos pagar más que eso. Este es el esfuerzo
que debemos hacer todos nosotros.
Se los digo a través de los medios a todos
los argentinos y argentinas que están en sus casas, a aquéllos que les dicen
que tenemos que pagar más porque es fundamental quedar bien y cumplir el
compromiso –que son los que tomaron el compromiso de la deuda- yo les pido que
digan la verdad a todos los argentinos. ¿Saben lo que significa pagar más? Es
eso que nos prometió un ministro que estuvo 15 días en el Gobierno y tuvo que
salir corriendo y rápidamente: pagar más es sacar plata de las universidades,
sacarle plata a los trabajadores, sacarle plata a los planes sociales, sacar
plata a la educación argentina, sacar plata de la inversión en el trabajo,
sacar plata a la producción, seguir perjudicando a los argentinos. Yo prefiero
que me traten como me tratan pero saber que por lo menos con esfuerzo impedimos
que le quiten un peso más a este sufriente pueblo argentino para alimentarle
las posibilidades de un futuro distinto.
Las cosas las tenemos que llamar por su
nombre, todos tenemos que estar atentos, porque los argentinos seremos
afectados directos de las decisiones incorrectas y no vamos a tener ningún tipo
de actitud que sea intemperante o imperativa. Nos va a guiar el buen sentido y
la responsabilidad argentina que tuvimos siempre porque la dignidad se practica
con las acciones de todos los días, la dignidad se practica en los hechos y no
en la consigna, la dignidad se practica tomando acciones todos los días que
lleven a defender las posibilidades de un país distinto, la dignidad se
practica no mintiéndole a la gente, la dignidad se practica trabajando, la
dignidad se practica haciendo, la dignidad se practica no robando, la dignidad
se practica haciendo trabajo, la dignidad se practica generando inclusión
social, la dignidad se practica abriendo los brazos y las puertas para un país
distinto.
Con Cristina cuando tenemos problemas
límites -a veces uno viene con los problemas en la espalda- e inclusive cuando
las situaciones se complican y veo a los amigos periodistas que me preguntan
angustiados cómo está cada situación y uno tiene que absorber la
responsabilidad que tiene, les puedo asegurar que tomamos fuerza, combinamos
sentimiento con acción y es lo que yo les contaba a ustedes: pienso entonces
cómo me pueden sobrepasar las responsabilidades después que tanta gente dio
tanto y tanta gente quedó en el camino por un país mejor. . Me siento con muchas
ganas.
También algo que les quiero decir a ustedes
aquí. Cuando dicen que venimos por el revanchismo del pasado, cuando queremos
que haya justicia, memoria, que se termine definitivamente la impunidad de
ayer, de hoy, y generar los caminos para que la impunidad no exista más en la Argentina , yo les puedo
asegurar que no vengo con ningún tipo de revanchismo, no vengo con odios porque
el odio no construye nada, pero creo que la voluntad de los argentinos es tener
un país donde haya justicia, verdad, memoria sin impunidad ni odios, sino que
haya justicia. Ahora me pregunto yo, ¿la justicia es sinónimo de odio, la
justicia es sinónimo de remover el pasado o la justicia es la justicia sea en
el tiempo que sea? ¿O el paso del tiempo habla de la no justicia porque pasó
mucho tiempo? La justicia se debe aplicar siempre porque es la única forma en
que podemos construir un país diferente.
Les agradezco a todos profundamente, les
agradezco a todos el acompañamiento que nos hacen en cada lugar del país que
vamos y los convoco a ustedes, pero través de ustedes a aquel argentino y
argentina, a aquel trabajador y estudiante, a aquel que nos puede ver y
escuchar a través de los distintos medios, que venga a trabajar, que abra el
espacio donde crea, que practique la idea que quiera practicar, pero que se
incorpore a esta Argentina donde con la idea, con el pensamiento, con la verdad
relativa vamos a poder construir la verdad superadora que nos permita a todos
los argentinos poder avanzar.
Yo quiero cerrar este 11 de marzo
acordándome de los jóvenes radicales del 73, de los jóvenes de la Alianza , del doctor
Allende del año 73, de los jóvenes de la democracia cristiana, los jóvenes de
los partidos de izquierda, de los jóvenes del Justicialismo que creían que se
podía hacer un país distinto. Nosotros creemos y lo vamos a hacer, tomamos el
desafío y el mandato de la historia. Contamos con todas nuestras fuerzas, con
las fuerzas de los jóvenes independientes, de los profesionales, de los
universitarios, de la gente de Argentina, de argentinos que creemos que la
justicia se puede construir.
Amigos y amigas de todas las ideas:
muchísimas gracias, gracias por dar este ejemplo de convivencia, gracias por
compartir este momento. Dios quiera que podamos escribir un tramo importante de
la historia argentina.
Muchísimas gracias, muchas gracias por
compartir este momento.
NESTOR KIRCHNER
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