DISCURSO EN LA PRESENTACIÓN EL
PROYECTO DE LEY DE INDEMNIZACIÓN Y REPARACIÓN A LOS HIJOS DE DESAPARECIDOS, EN
EL SALÓN BLANCO
Néstor Kirchner
[12 de Marzo de 2004]
Señores ministros del Poder Ejecutivo
Nacional; autoridades nacionales, provinciales; miembros del cuerpo
diplomático; señores representantes de organizaciones de derechos humanos no
gubernamentales; señores representantes de los diferentes cultos; hijos,
chicos: realmente uno desearía que este tipo de actos no existan. Lo ideal, bien
lo decía con toda claridad ella recién, que esto no es siquiera una mano
reparadora, porque reparar el daño causado es imposible.
Ni este tipo de reconocimientos, nila
Justicia plena van a poder reparar semejante aberración que
nos tocó vivir a los argentinos. Pero tenemos que tratar de avanzar con los
elementos que tenemos, tenemos que tratar de dar los pasos que están a nuestro
alcance.
Ni este tipo de reconocimientos, ni
Si bien es gravísimo, tremendamente grave lo
que pasó con la dictadura genocida en la Argentina , también ha sido muy grave lo que pasó
en la etapa democrática. Sin querer apuntar a nadie, honestamente se los digo,
pero durante muchos años miles y miles de hombres y mujeres que participamos de
la vida política argentina, aceptamos como método de convivencia, y lo hicimos como
una necesidad para que la democracia pueda sobrevivir, el marco de la impunidad
concreta. De una forma o de otra, con más vergüenza, con menos vergüenza, con
más o menos sentimientos, con más o con menos carga de conciencia, la realidad,
cuando se escriba la historia de estos tiempos, sé que va a ser muy dura en
este aspecto, por más justificaciones históricas que se quieran buscar, por
estos 20 años de democracia en este sentido.
No exceptúo la fuerza, la valentía y la
decisión de profundizar pasos muy buenos que se habían comenzado a dar como en
1985, en el juicio a los comandantes y demás, que podían haber terminado, de
haber avanzado fuertemente y no tener que pasar días, meses y años cargando
sobre nuestras espaldas el no querer mirar al costado ni al pasado.
Pero hay algo más grave también, cuando
avanzamos sobre estos temas nos encontramos con medios importantes, con
escribas importantes de la vida institucional y política de la Argentina que dicen que
no hay que remover el pasado. Les puedo asegurar que no me gusta practicar el
odio ni remover el pasado, no sé a que llaman remover el pasado. Si remover el
pasado para algunos es tapar, es enterrar esa verdad hiriente que debe ser
esclarecida y puesta sobre la superficie para saber la verdad de todo
definitivamente. Pero acá estamos hablando de justicia, la justicia no tiene
pasado, futuro, presente, es justicia, hay normas constitucionales, normas y
leyes que existen. Me pregunto, ¿hay que dejar que pase el tiempo para que la Justicia después no se
aplique y cuando se quiere aplicar es pasado? En la Argentina no estamos
tratando de buscar mirando hacia el pasado, estamos tratando de resolver la
asignatura fuertemente pendiente que tiene la Nación argentina, el Estado argentino y todos los
argentinos que es aplicar justicia. Tenemos que aplicar justicia, no rencor, no
venganza, no teorías donde igualan situaciones.
Siempre me pronuncié frente al indulto,
contra la Ley de
Obediencia Debida y Punto Final, así que hablo con absoluta autoridad moral
sobre el tema. Pero que no me vengan con el tema igualitario, cuando uno ejerce
el derecho de representar el Estado y ejerce la aplicabilidad del Estado y el
funcionamiento y normas del Estado y demás, no hay nada que se pueda equiparar
con cosas que supuestamente puedan haber pasado del otro lado. Terminemos
también con ese discurso absolutamente inaceptable que trata de confundir las
cosas.
Por eso creo que se va a dar en la sociedad
argentina, aparte de resolver los temas pendientes que tenemos, yo sé que entre
todos vamos a seguir avanzando. Muchas de las cosas que dijo ella recién las
vamos a ir convirtiendo entre todos en una realidad clara y concreta. Vergüenza
debiéramos sentir, dolor.
Hoy aquí, gracias a Dios, después de todas
las cosas que nos pasaron, las cosas que se habrán escuchado en este Salón, hoy
una hija de detenidos, desaparecidos, estuvo acá, en este Salón, seguramente
con el espíritu del padre, la madre y de tantos argentinos, que desde esta Casa
de Gobierno sentían que se avanlanzaban sobre sus propias vidas. Hoy pueden
estar en esta Casa que debe ser la
Casa de la democracia, de la justicia, de la dignidad, donde
nos podemos expresar todos con plena pluralidad. Yo creo que este hecho es un
punto de inflexión histórico, ella estuvo acá, y lo que dijo es realmente muy
profundo, porque que en esta Argentina hayan pasado las cosas que pasaron, que
tengamos todavía más de 500 chicos que no sabemos dónde están, si bien el
esfuerzo de las Madres y de las Abuelas permitieron recuperar 77 chicos, hay
más de 500 chicos que no sabemos dónde están. Que haya habido madres de chicos
y chicas tiradas al arbitrio de la voz imperativa de asesinos que supuestamente
representaban la argentinidad. Que nosotros hayamos convivido con ese tipo de
cosas también nos tiene que hacer reflexionar seriamente a los argentinos, en
este tema y en otros temas, porque cuando hablamos de justicia también hablamos
de justicia hoy, no queremos impunidad hoy, no queremos violaciones a los
derechos humanos hoy. Que terminen con esta historia de que los derechos
humanos son una cuestión de izquierda, son derechos humanos, todo ser humano
que habita en el mundo, en la tierra argentina tiene derecho al pleno respeto a
los derechos humanos y a la justicia, que intentan de cualquier manera buscar
que tienen parámetros de perfiles determinados.
Por eso creo que lo de hoy es como si
llegara la mano del padre, de la madre de ellos. Los estamos ayudando a vivir,
a realizarse para que peleen mucho para hacer una gran Argentina. Es como si realmente
la sociedad estuviera tomando clara conciencia de esta situación, de hacerse
carne, para que nunca más se repitan este tipo de cosas, porque todos los
argentinos queremos la plena convivencia, nunca más queremos que pasen este
tipo de cosas. Que nunca más miremos al costado, que vayamos a pensar que un
país se puede recuperare económicamente, socialmente, y que para evitar
conflictos tapemos esto, tapemos aquello, tapamos tantas cosas en la Argentina que
después..., nos tapó a todos, nos tocó vivir las cosas que nos hicieron sufrir
y que han pasado en este país.
Por eso chicos, perdón, no podemos decirles
nada más que perdón, pero estamos seguros que con ustedes, con la conciencia
clara que tienen, y con muchísimos argentinos, lo que tenemos que sembrar en
las nuevas generaciones, el espíritu y la dignidad de las Madres, de las
Abuelas de Plaza de Mayo, y de distintas organizaciones que han luchado, vamos
a construir una identidad de convivencia, de paz, de amor, de pluralidad, de
tolerancia, donde sabremos soportar aún los pensamientos más diferentes en
plena convivencia. Que nunca más la tarea imperativa de la imposición pase por
los carriles que nos tocó pasar, que nunca más vuelvan ese tipo de culturas y
ese tipo de metodología.
Creo que han sembrado muy fuerte, ustedes,
las Abuelas, las Madres, y esto en la Argentina que viene se va a reflejar fuertemente.
Cuenten con nosotros permanentemente y sigamos avanzando, sigamos recuperando
la memoria, sigamos consolidando la justicia, siempre sin rencores y sin odios,
pero con mucha profundidad para encontrar el camino de la verdad y de los
sueños, para que si de algún lado nos miran se den cuenta de que fuimos
cobardes, pero que reaccionamos, aunque un poco tarde, pero por lo menos para
cimentar el futuro de las futuras generaciones.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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