Manifiesto al hacerse cargo
de la Primera
Presidencia
Hipólito Yrigoyen
[12 de Octubre de 1917]
Ante
la evidencia de estas horas supremas y decisivas el pensamiento se replega a
contemplar el apostolado que laboró tramo a tramo, la consagración plena de la
obra reparadora.
En la fe y en la virtud de su vasta irradiación se cruzaron muchas angustias; pasaron años de absorbentes fatigas y de inevitables incertidumbres, escrutando y afrontando lo que había de rebelde o de inmodelable a la eficacia de sus justas finalidades.
En la fe y en la virtud de su vasta irradiación se cruzaron muchas angustias; pasaron años de absorbentes fatigas y de inevitables incertidumbres, escrutando y afrontando lo que había de rebelde o de inmodelable a la eficacia de sus justas finalidades.
Así
estuvo como el alucinado misterioso, que los refractarios motejaron de una
devoción incomprendida, ostentándose siempre sin mirar hacia atrás, soportando
impertérrita las acritudes del destino, irreductiblemente identificada con la Patria misma, serena
auscultadora de sus anhelos e intérprete fiel de sus imperiosas
reivindicaciones.
Y
hoy estamos ante la efectividad gloriosa de tan enorme jornada y el encanto
soñador se transformó en la realidad que nos hace sentir la magnífica verdad de
la Patria ,
dejando por fin de mirarnos peregrinos en su propio seno.
¡Cómo
trascienden recién ahora los atributos nativos de la nacionalidad en la ejecutoria
de los más prominentes preceptos de la civilización humana! Cómo se comprenden
recién ahora las efemérides tan distintas de las que se celebraron con el
mecánico automatismo de las simulaciones públicas! ¡Cómo parece el himno más
tonante en las vibraciones de su sentimentalidad y las muchedumbres más
nuestras ante los esplendores del patrio renacimiento!
Justo
es, entonces, que esta resurrección que pareciera imposible, llene de intenso
regocijo el espíritu nacional que asumiera todas las contingencias de tan
cruenta jornada, como si un dictado superior hubiera dispuesto que se fundiese
en la más indestructible solidaridad.
Asumir
la contienda reparadora, desde el llano a la cumbre, renunciando a todas las
posiciones y resguardos del medio ambiente pala remontar la abrupta montaña a
pura orientación de pensamiento, a puro vigor de virtudes y a pura entereza de
carácter, y llegar a la cima pasando por sobre todos los poderes oficiales y
las conjuraciones conniventes, es empresa que no conciben los mediocres ni
alcanzan los pigmeos y que ni siquiera comprendieron los grandes ni afrontaron
los poderosos.
Tan
magnas concepciones fueron idealizadas por el genio de la Revolución , sentidas
por el alma nacional y cumplidas con admirable excelsitud en una trayectoria de
sucesos y de acontecimientos que culminaron todas las glorias de la Patria.
H.
YRIGOYEN
Fuente:
“Ley 12839. Documentos de Hipólito Yrigoyen. Apostolado Cívico – Obra de
Gobierno – Defensa ante la Corte ”,
Talleres Gráficos de la
Dirección General de Institutos Penales, Bs. As 1949.-
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