REVOLUCION Y ABSTENCION
MANIFIESTO ANUNCIANDO LA VUELTA A LA ACCION ELECTORAL
Comité Capital
[30 de Agosto de 1912]
Al Pueblo de la República
«El
Comité Nacional, ante la jubilosa esperanza de alcanzar por la paz, bajo los
auspicios del derecho electoral, las reivindicaciones morales y políticas, ha
sancionado una nueva reorganización general, con carácter de la más amplia
convocatoria pública.
Dadas las perspectivas que así se diseñan y que no obstante demandarán siempre grandes esfuerzos,la
Unión Cívica Radical se dirige a todos los argentinos,
incitándolos a incorporarse, para robustecer la acción de sus austeros
principios, en pos de los superiores objetivos que encendieran su fe en la
vasta y azarosa obra.
Dadas las perspectivas que así se diseñan y que no obstante demandarán siempre grandes esfuerzos,
Esos
esfuerzos que supieron mantener y avivar el calor del espíritu nacional,
reconcentrado bajo una enseña de noble y altiva resistencia, no decayendo jamás
en la perseverante demanda, han traído como lógica resultancia derivativa, el
comienzo hacia la realidad, de los grandes y justos anhelos, profanados por los
gobiernos rebeldes a las consagraciones legales y a los comicios honorables y
garantidos, por cuyo medio únicamente es posible el imperio de la verdad
institucional y la morigeración de las prácticas subvertidas en el orden
político.
Impulsada
siempre por las más patrióticas sugerencias y en mérito a la causa reparadora, la Unión Cívica Radical
incita a concurrir a todos los ciudadanos que animados de un espíritu de
perfeccionamiento moral y político, quieran solidarizarse con la ímproba pero
honrosa tarea a que desde un cuarto de siglo está consagrada.
Los
hechos que ha producido, exclusivos por su alta índole cívica en los anales
políticos de la nación, desde los comienzos de su vida y en su prolongada
lucha, hablan con demasiada elocuencia a la compenetración de los espíritus
sanos, que fijan su visión en los destinos de la república y piensan que no
puede haber sendero más recto y seguro para el advenimiento de la justicia en
el ejercicio de los derechos y libertades, que la unidad efectiva en el ideal
del pueblo y del gobierno, plasmada en la solemne aspiración qué significa la
realidad de la democracia y de la patria constituida.
Corresponde
pues, a los dignos hijos de la nación, engrosar sus filas, para llevar a la
cima la eminente obra definitiva de la redención nacional.
En
consecuencia, llama a todos los que se sientan con las energías cívicas
suficientes para llevar a término la trascendental obra que fijará los
caracteres legítimos de los gobiernos y los rumbos definitivos de la república.
A su
sombra se congregaron las valentías indomables que han espléndido en su
historia y el pueblo argentino .concurrió en todos sus exponentes, con o. las
únicas excepciones del egoísmo, la prevalencia y el negociado.
Y
así como la patria naciente se homologó en el propósito de la independencia y
en el ideal de la libertad, así también, cuando fue necesario alzar el lábaro
de las propias reivindicaciones, a su torno se agrupó nuevamente, unificada en la Unión Cívica Radical.
Organismo
del pueblo y para el pueblo, sus filas se nutrieron de sus filas, sus huestes
se formaron de sus huestes y cuando su bandera se alzó en la protesta armada, o
se desplegó en el atrio, a su sombra gloriosa se le vio siempre con todos los
prestigios de sus heroicas tradiciones.
Movimientos
de tal naturaleza se han sucedido indefectiblemente en el mundo, en análogas
situaciones, recogiéndose y acallándose las tendencias y juicios singulares,
para confundirse en la reacción inevitable y fecunda en que se agitan las
naciones en trances anormales, cuando los gobiernos, derribando todo lo
constituido, en el ansia insaciable y torpe de perpetuarse en las situaciones
usurpadas, han violado los sólidos fundamentos de la moral y la justicia,
posponiendo el interés propio al bien común y haciendo de los cargos públicos
puestos de aprovechamiento y de lucro.
Sociedades
trabajadas por tan hondas perturbaciones, han sentido reavivada la savia de su
virilidad, los imperativos del deber y los mandatos del honor.
Cuando
estas luchas se empeñan contra los que han olvidado las glorias y han renegado
de las grandezas de la patria, el esfuerzo que se requiere para llevar a
término empresa tan ardua es mucho más cruento, porque contra el enemigo
extraño no caben ni disensiones ni excusas, que hay que soportar cuando se
combate dentro de la propia nacionalidad.
Servirá
de ejemplo luminoso el concepto en que se ha planteado y se viene resolviendo
una contienda de tan magnas proporciones, sin que nada haya rozado la limpidez
de sus idealidades.
El
estudio psicológico que analiza las acciones humanas, discernirá el mérito que
entraña consolidación tan fundamental, sin haber empleado en el fatigoso
recorrido un solo recurso que no fuera el de la dignidad, un solo medio que no
lo dictara el más acendrado patriotismo.
Desde
el llano resistió a todos los gobiernos marcando con caracteres fijos. y
acentos irreductibles la senda que correspondía emprender para conseguir el
restablecimiento moral .é institucional de la república.
Ha
combatido del mismo modo que ha hablado y escrito, y ha hablado y escrito del
mismo modo que ha combatido, desdeñando las ventajas y beneficios de los
gobiernos y renunciando a todo bienestar, para afrontar riesgos y sufrimientos,
agresiones y persecuciones implacables, como diatribas y maldades de todo
género, sin que nada haya podido doblegar su inflexibilidad ni sus virtudes,
tan eminentes que no han tenido nunca modelo superior.
La
sublimidad del deber patrio, la ciencia política y la experimentación
fundamental, son las que han inspirado una conducta tan elevada como
absolutamente íntegra.
Es
la expresión más relevante del espíritu humano el espectáculo moral de una
fuet.za que va derecho a su fin, el más justo y el más demostrativo del progreso
de las sociedades, acentuándolo y caracterizándolo en cada jalón que fija en su
constante avanzar.
Los
acontecimientos que reparan, transforman y orientan la marcha de la humanidad
hacia su perfeccionamiento, sólo se realizan impulsados por profundas
inspiraciones, por análogos medios y por iguales sentimientos, porque tanto en
los objetivos, como en los móviles y manera de ejercerlos, deben estar
consignadas las calidades apropiadas que los harán eficientes y perdurables.
Las
acciones justas y generosas producen siempre soluciones condignas, cuando se
mantienen con altura y se realizan con lealtad, y son ellas las que han
levantado el templo común de la justicia universal.
Es
así que la obra de la
Unión Cívica Radical simboliza el genio argentino, la
irradiación de su espíritu y la demostración de sus decisiones superiores.
Solemnemente
convocada por la majestad de la nación para restaurarla en sus inmanentes
facultades, a ello se encaminó impertérrita, y dejará cumplido el mandato y
plenamente justificado su fundamentó.
Merced
a sus gloriosas inmolaciones, la nación se verá libremente congregada, en
aptitud de pronunciar su voluntad soberana, y entonces no serán posibles ya los
atentados de los gobiernos, ni necesarias las revoluciones de los pueblos,
porque se habrá inaugurado la época feliz de la legalidad común.
Son
esos los verdaderos términos del programa de las redenciones, célebres en los
anales del mundo porque resolvieron los problemas fundamentales de la soberanía
de las naciones y abrieron amplios horizontes a la humanidad.
Ha
guardado completa fidelidad a la revolución, cuyos principios fueron
constantemente iluminados y acentuados por la luz de sus altas concepciones y
de sus rectas actitudes, repudiando los acuerdos y connivencias, como la
participación en los gobiernos y en los falsos comicios, porque todo hubiera
sido igualmente indigno.
Esa
es la misión de la Unión
Cívica Radical, no la de aprovechar los desconciertos que soporta
el país, sino librarlo de ellos y coronar la grandiosa obra de su redención.
En
fin reclamaba la ofrenda de tan caudales esfuerzos y vicisitudes, desde que
restaurar la autoridad moral y reconquistar las instituciones absorbidas por un
absolutismo sin reatos ni escrúpulos, ha sido siempre una de las empresas más
difíciles y arduas, en la vida de las naciones.
Por
eso su misión será considerada la más grande y benéfica, llena de honor y de
perdurables enseñanzas, que, unida a las tradiciones de la patria brillará en
sus anales, salvándola en el presente y presidiendo el movimiento de
transformación y de progreso que vendrá en pos de tan gloriosa revolución y de
tan infinitas consagraciones.
Siendo
la Unión Cívica
Radical la expresión genuina de la nacionalidad en sus más sagrados anhelos y
aspiraciones, deben identificarse con ella todas las actividades y reunirse
siempre bajo su bandera todos los ciudadanos bien intencionados, aumentando sus
filas indefinitivamente hasta vencer cuantos obstáculos se opongan a libertar
la república de tantos vejámenes y opresiones.
Para
alcanzar esos resultados, no habrá que desviarse por ninguna consideración, de
la conciencia suprema del deber y de la razón superior del derecho, porque son
las reacciones virtualmente ciertas las únicas que terminarán con un régimen de
absolutismo en su aplicación y de oprobio en sus beneficios.
Cuando
se llega a un período de decadencia y declinaciones tan intensas, afianzado en
el usufructo de la riqueza nacional, no se sale de ese estado por los propios
elementos, sino por un cambio de medios y de factores; de lo contrario, las
perversiones desbordándose cada vez más ante la impunidad alejarán
indefinidamente la solución.
Basta
analizar la magnitud de las subversiones y de los daños originados bajo las
apariencias engañosas de una vida de falso progreso, que han inferido los más
profundos agravios, para comprender que los gobiernos absorbidos en las
logrerías y estrechados por su propia incapacidad, no se levantarán nunca por
sí mismo a las idealidades superiores, y se opondrán siempre a la reacción
cierta y verdadera, que no se concibe sino bajo los auspicios de la autoridad
moral y del ejercicio legal de las instituciones.
La
reparación debe ser necesariamente fundamental, nacional en sus caracteres y
radical en sus procedimientos. Sólo así responderá a la razón que la impone, al
concepto irreductible con que ha sido planteada y a las esperanzas supremas del
pueblo argentino.
De
otra manera la magna Obra degeneraría con todos los derivados, rehusando a la
nación el tributo y homenaje que le es debido, sombreando de nuevo sus
horizontes que empezaban a esclarecer — y entonces ya no habría que esperar
otra acción regeneradora que la de los designios prevalentes, en vez de llevar a
la circulación de la vida nacional la savia vigorosa de la más fecunda y
benéfica restauración.
Las
reacciones - definitivamente saludables, son las que llevan en sí el principio
vital que repara las causas, sobreponiéndose a las influencias mórbidas.
Es
preciso, ante todo permanecer fieles a los atributos morales que inspiraron a
los fundadores de la nacionalidad y a los constituyentes de la organización
política, y es deber de razón y de conciencia resistir cuanto viole esas
consagraciones.
Son
las altas idealidades las que cimientan la grandeza superior de las naciones, y
su vida política se ve conducida a su mejoramiento incesante si las
generaciones que sucesivamente comparten la acción, le imprimen ese carácter.
Las
aspiraciones que no tienen otro miraje que la ocupación de los gobiernos, son
siempre facciosas y fatales para el bien público, y al fin mueren execradas,
mientras que aquéllas viven en sus obras ilustres.
Todos
los derechos y libertades serán ilusorios y contingentes, mientras no estén
asegurados por la autoridad de la nación, por el ejercicio de las instituciones
y por el legítimo funcionamiento de sus gobiernos. Su estabilidad, y mayor suma
de garantías, deben ser el pensamiento constante de una nación esencial y
constitutivamente democrática, en la que todos tienen derechos incontestables a
la igualdad legal.
La
república debe por fin; encaminar su suerte combatida en tan dilatado tiempo
por el más desastroso desconcierto. Sus males tienen que desaparecer al cuidado
de la más legítima representación, utilizando todas las fuerzas vivas para
solucionar en paz y decorosamente el problema de su reconstitución política.
Cuando
hayan desaparecido todos los gobiernos basados en las usurpaciones, y se
levanten los legítimos cimentados por la opinión, se extinguirán con aquéllos
las últimas sombras de las corrupciones, perversiones y desdoros y aparecerán
con éstos los resplandores de una nueva época, cuyo cambio será visible desde
sus comienzos mismos.
Reorganizada
la república sobre la más completa representación, los gobiernos ejercerán sus
funciones con- eximia autoridad y con el aplauso público, porque la veneración
que profesan los pueblos a las magistraturas legítimas, influye poderosamente
en el realce de su investidura y en el respeto que se les tributa.
Así
quedará terminada una lucha sin igual, una obra sellada con los prestigios de
su designio grandioso, en idealidades altamente generosas y emancipadoras,
caracterizada por la más absoluta solidaridad nacional, en el ejercicio de sus
cardinales prerrogativas.
Así
resuelto el problema fundamental, dejando abierto el más amplio escenario a los
justos anhelos y a las aspiraciones legítimas, llegará entonces la hora de que
en los certámenes públicos de todo orden, emergentes del ejercicio de la vida
institucional, en diversidad de acciones y actividades, pero en unidad de miras
y de sentimientos hacia el bien general, concurran con sus programas de
tendencias partidarias y singulares los sistemas, principios y doctrinas, que
comprenden los juicios de la razón humana.
El
poder y la prosperidad de la nación, dirigida por el voto y el concurso de
todos, causará el asombro y la admiración del mundo; y no sólo colmará el
bienestar de los que en ella habiten, sino de cuantos quieran venir a labrar
honestamente, bajo los auspicios del pueblo argentino, su patrimonio su
porvenir y su felicidad.
La
emigración se detendrá para dar paso a la inmigración, y las empresas los
capitales é intereses extranjeros, sabrán que ya no gravita sobre ellos, ni las
trabas culpables ni la coparticipación dolosa.
La
república por tan largo tiempo ausente del mundo en lo que constituye y culmina
su personalidad, en contradicción con las eminentes dignidades de sus luminosas
tradiciones, se mostrará de nuevo por un gran acontecimiento político de las
más vastas proyecciones, reasumiendo en su verdadero concepto y en la unidad
vigorosa de sus acción, todos los factores y elementos de la vida argentina
para elevarla al primer rango de las nacionalidades.
Así
libre y poderosa, retomará la marcha hacia sus inconmensurables destinos; pero
los profundos menoscabos morales y físicos que se le han inferido, no serán
reparados en los siglos de los siglos!
Por
eso, en otra hora solemne, la
Unión Cívica Radical ha dicho: «Que ante la magnitud de esos crímenes, de esa fatalidad sin reparo, sus
causantes son más que reos de lesa patria, son todo y no son nada, porque en
presencia de la enormidad del agravio, sus responsabilidades son un sarcasmo,
sus protestas de regeneración una blasfemia, y el progreso de que blasonan una iniquidad!
Igual condenación merecen los que al amparo del
funesto acuerdo, traicionaron deberes patrióticos en cambio de posiciones
oficiales, y malograron la reivindicación cuando estaba ya a punto de
conseguirse. Nunca pensamiento más pernicioso penetró en causa más santa,
llevando a los unos a solidarizarse en la obra oprobiosa, é imponiendo a los
otros el deber de la actitud inquebrantable en que hasta el presente se
mantienen defendiendo causa tan sagrada!
Ha existido un concepto tan cabal y absoluto de la
obra a realizarse, de los esfuerzos- y sacrificios que ella demandara en su
trayectoria gloriosa, que todas las calidades del pueblo argentino se
congregaron en la altiva demanda.
Al par que los civiles, el ejército y la marina, en
sus representaciones Más brillantes y heroicas, han seguido la senda que
marcaba el supremo deber, exponiendo porvenir, carrera, tranquilidad y la vida
misma, afrontando expatriaciones, cárceles y las más dolorosas contingencias de
sus valentías y de sus abnegaciones.
Esos generosos y denodados argentinos que con la
fortaleza de su carácter y de su ejemplo han levantado bien alto a la nación,
que el despotismo, la turpitud y la depravación gubernamental desconceptuaron
desde su seno hasta todos los centros del mundo, tan ilustres y dignos
ciudadanos, vivirán en las páginas que corresponden a los más prominentes
acontecimientos de la patria.
Al concluir esta exposición de juicios y de
sentimientos, la Unión
Cívica Radical renueva sus votos por la prosecución de la
obra y se ratifica en todos sus términos».
Buenos
Aires, Agosto 30 de 1912.
JOSÉ
CAMILO CROTTO, Presidente
Horacio
A. VARELA, Secretario
Fuente:
“Ley 12839. Documentos de Hipólito Yrigoyen. Apostolado Cívico – Obra de
Gobierno – Defensa ante la Corte ”,
Talleres Gráficos de la
Dirección General de Institutos Penales, Bs. As 1949.-
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