PALABRAS EN OCASIÓN
DEL BRINDIS EN EL ALMUERZO OFRECIDO POR SU MAJESTAD EL REY DE ESPAÑA
Néstor Kirchner
[21 de Junio de
2006]
Señoras, señores: gracias una vez más por la
excelente acogida que hemos recibido en este nuestro cuarto viaje a España y
tercera visita oficial bilateral.
Mi esposa y yo, como los demás miembros de
nuestra comitiva, hemos podido sentir una vez más la calidad y la calidez de
los sentimientos que los españoles tienen para con nosotros los argentinos.
Son sentimientos ampliamente correspondidos por nuestra parte, que vemos siempre en España la tierra de nuestros abuelos, la cuna de nuestros sueños. Con el tiempo, cada orilla del Océano Atlántico ha sido otras veces también como un reparo en la adversidad, como un apoyo en las dificultades.
Son sentimientos ampliamente correspondidos por nuestra parte, que vemos siempre en España la tierra de nuestros abuelos, la cuna de nuestros sueños. Con el tiempo, cada orilla del Océano Atlántico ha sido otras veces también como un reparo en la adversidad, como un apoyo en las dificultades.
Es necesario este reconocimiento, pues una
visita a España es como una fiesta del espíritu y de los afectos.
Muy especialmente deseo transmitir a Sus
Majestades el especial cariño del pueblo y del Gobierno argentinos, que
mantienen viva la grata memoria de las visitas que efectuaron a nuestro país.
Con este mismo sentimiento, aprovecho para
reiterarle nuestra congratulación, en lo personal y en nombre del pueblo
argentino, por el feliz acontecimiento del nacimiento de la primogénita de los
Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Leticia, la Infanta doña Leonor.
En esta ocasión mi visita tiene un sentido
particular, porque cumpliendo ya tres años de gestión podemos hablar de lo
hecho para fortalecer nuestra relación con España, y también de lo que hemos
acordado seguir haciendo que, sin lugar a dudas, será un aporte significativo
en la historia de nuestros vínculos.
El fluido diálogo establecido entre nuestros
gobiernos, las coincidencias alcanzadas y el reconocimiento de las amplias
posibilidades que se ofrecen en múltiples ámbitos de la relación bilateral,
tuvieron expresión en la
Declaración de Asociación Estratégica que firmamos con el
Presidente del Gobierno español, en Buenos Aires el 25 de enero de 2005.
En este marco, mañana firmaremos con el
Presidente Rodríguez Zapatero un plan de acción para la Asociación Estratégica
entre Argentina y España.
Ese plan es el producto de una larga y
cuidadosa elaboración, en la que ha primado la voluntad de sumar nuestras
fuerzas para construir un futuro de justicia y equidad, un futuro promisorio en
el que los proyectos comunes se puedan ver realizados y se perpetúe el
riquísimo acervo cultural que tenemos en común.
Con este objetivo hemos puesto acento en la
cooperación mutua entre nuestros sistemas de educación, investigación
científica, salud y previsión social y el deporte, buscando elevar la calidad
de las prestaciones y homogeneizar sistemas y procedimientos para que nuestros
connacionales de mañana vean agrandado el campo común y facilitada su mutua
interacción.
También los gobiernos de España y Argentina
hemos coincidido en la imperiosa necesidad de preservar el medio ambiente,
promocionar el empleo y en nuestra permanente defensa de la plena vigencia de
los derechos humanos, por cuya promoción y progreso nos hemos comprometido a
trabajar conjuntamente en nuestros países y en nuestros respectivos ámbitos de
influencia, así como en el campo multilateral.
Estoy seguro que esta paridad de criterios
que evidencian ambos Estados en todos los foros de la comunidad internacional,
en pro de la defensa de los derechos humanos como parte irrenunciable del
sistema democrático, no es una coincidencia pasajera sino la afirmación
permanente de los contenidos éticos de sus políticas públicas.
El 24 de marzo pasado se cumplieron treinta
años desde que la Argentina
sufrió su último y más cruel golpe de estado. Así como no olvidamos el horror
de lo sucedido, no podemos dejar de recordar la solidaridad y la esperanza que
nos llegó desde España en aquellos difíciles momentos.
Por ello quiero expresar, como lo hice el 24
de marzo último, en nombre del pueblo argentino, nuestro más profundo
reconocimiento y gratitud al pueblo, instituciones, organizaciones políticas y
sociales y al Gobierno de la nación española, por la permanente solidaridad
brindada a miles de compatriotas exiliados que encontraron en esta maravillosa
tierra hogar y trabajo.
En esas circunstancias tan difíciles para
nuestro país, la sociedad española brindó acogida a miles de cuidadnos
argentinos que huían de la dictadura y de la crisis económica. Estas personas
se incorporaron con buena voluntad a los más diversos ámbitos de la vida
social, cultural y económica de España, contribuyendo con su esfuerzo y
capacidad al desarrollo y progreso de las diversas comunidades donde se
establecieron.
Muchos de ellos han emprendido o están
emprendiendo actualmente el camino del regreso, como consecuencia del
restablecimiento de la plena vigencia de las libertades democráticas en nuestro
país y de la notable recuperación y el desarrollo sostenido que viene experimentando
la economía argentina en los últimos años.
Hoy, frente a las secuelas de aquellos años
oscuros y terribles, mancomunadamente, en una unidad especial de investigación,
los gobiernos de los dos países, junto a las organizaciones de familiares de los
ciudadanos españoles detenidos y desaparecidos en la Argentina , buscan
esclarecer el trágico destino de aquellos que fueron cruelmente privados de sus
vidas.
En otro orden, consideramos importante la
iniciativa española de forjar una Alianza de Civilizaciones, como un medio
eficaz de conocimiento y comprensión de los diferentes pueblos y culturas del
mundo.
Estamos convencidos de que el mundo actual
puede albergar civilizaciones y religiones diferentes, pero no puede haber
liderazgos culturales impuestos por la fuerza. Defendemos con firmeza la
diversidad y la pluralidad de culturas, que son los valores superiores a los
que tiende la iniciativa española.
Sus Majestades, señor presidente del
Gobierno español, señores ministros: hago votos para que esta nueva visita a
nuestra querida España sirva para impulsar y perfeccionar los objetivos que
unen, una vez más, a argentinos y españoles.
Seguiremos trabajando con ahínco para
estrechar más aún nuestras relaciones, siempre tratando de encontrar que en el
marco de la visión relativa de nuestras naciones podamos encontrar una visión
superadora que nos contenga, no atados a esquemas ortodoxos, entendiendo la
evolución de los tiempos como la evolución de nuestras respectivas comunidades,
entendiendo la evolución de los tiempos como la evolución de la sociedad misma,
entendiendo la evolución de los tiempos como la evolución de los hombres en
búsqueda de la justicia, la libertad y la igualdad.
Esa es la tarea, Su Majestad, señor
Presidente, que a nosotros realmente nos impulsa, nos alienta y hemos
encontrado apoyo siempre permanentemente en España. Siempre vamos a estar
agradecidos al Gobierno y al pueblo españoles, porque realmente en la crisis
terrible de 1976 con el golpe y la crisis de 2001, una crisis gravísima que puso
al borde del abismo a los argentinos, el pueblo y el gobierno español
estuvieron. Los argentinos hacemos gala del cariño, del respeto y de la
hospitalidad de los españoles.
Los invito a levantar la copa y a brindar.
NESTOR KIRCHNER
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