PRIMER INTERVENCIÓN EN EL SEMINARIO "ARGENTINA - CHINA SOCIOS PARA EL CRECIMIENTO"
Néstor Kirchner
[28 de Junio de 2004]
Señoras y señores: en primer lugar quiero
agradecerles muy especialmente la realización de este seminario denominado
“Argentina – China Socios para el Crecimiento”. Explorar las posibilidades de
concretar acuerdos dentro del marco que ambos gobiernos estamos creando para el
incremento de nuestros vínculos y la apertura de nuevas oportunidades
asociativas entre la
República Popular China y la República Argentina
es un importante y trascendente objetivo.
Este encuentro en el que participan autoridades, empresarios y académicos locales, y una importante delegación de representantes de empresas y de instituciones empresarias de Argentina que nos acompañan, además de hombres de negocios de otros países del MERCOSUR tiene para nuestro país singular trascendencia. Esperamos que la relación asociativa y de cooperación conla
República Popular China ocupe un lugar importante entre las
políticas de Estado.
Este encuentro en el que participan autoridades, empresarios y académicos locales, y una importante delegación de representantes de empresas y de instituciones empresarias de Argentina que nos acompañan, además de hombres de negocios de otros países del MERCOSUR tiene para nuestro país singular trascendencia. Esperamos que la relación asociativa y de cooperación con
China es el primer país de Asia que visito,
lo hago acompañado por los gobernadores de las más importantes provincias
argentinas, que a su vez representan nuestro norte, nuestro centro y nuestro
sur geográfico. Ellos y la presencia aquí de más de 200 empresarios de
Argentina y del MERCOSUR dan un claro testimonio del interés que suscitan en el
Gobierno y en nuestro sector privado la relación con la República Popular
China y las nuevas perspectivas que abren los acuerdos que estamos celebrando.
Este interés no es nuevo, la República Argentina fue el primer país
latinoamericano en establecer canales de cooperación con China ya desde 1920.
Mediante negociaciones realizadas más adelante en el entonces Berlín Oriental
en 1953 se acordaron las primeras operaciones comerciales consistentes en envío
de trigo, extracto de quebracho y lana argentinos, mientras se enviaba bauxita calcinada
desde China. La
República Argentina y la República Popular
China han sido proveedores confiables.
El intercambio ha crecido continuadamente
desde entonces, de modo que hoy la República Popular China es uno de los cuatro
principales socios comerciales de la Argentina y el primero en la región Asia
Pacífico. Creemos que están dadas las condiciones para que una profundización
de la relación bilateral, sin limitarse a lo comercial, nos permita construir
un futuro mejor para nuestros pueblos. Las formas asociativas que promoveremos
tienden a aprovechar los aspectos complementarios de nuestras estructuras
productivas.
Compartimos con esta Nación un pasado de
importantes coincidencias, de respecto mutuo y fructífero intercambio, con
renovado impulso desde la normalización de las relaciones diplomáticas en 1972,
sin confrontaciones en lo bilateral, con coincidencias en nuestra agenda
internacional, y debemos incrementar aún más las relaciones bilaterales.
El acortamiento de las distancias que
implica la globalización se nos presenta como una gran oportunidad para
construir una asociación entre China y Argentina, que resulte tributaria y
potenciadora de las políticas económicas de crecimiento económico con equidad
social, en la que ambos gobiernos estamos empeñados.
Por nuestra parte promoveremos el
acercamiento y la apertura económico comercial, tanto en forma bilateral como
dentro del grupo de países como el G20 y el MERCOSUR, buscando eliminar
prácticas distorsivas y plasmar una estrategia de crecimiento que permita
alcanzar una mayor generación de empleo, un impacto más equitativo en nuestras
economías regionales y una mayor participación de nuestras pequeñas y medianas
empresas.
Nos planteamos un camino de complementación
productiva con China, una asociación para el crecimiento en la que Argentina
tenga un rol que aproveche la complementariedad existente entre las respectivas
estructuras productivas, trabajando de manera conjunta para el desarrollo de
los recursos naturales y la elaboración de los bienes y servicios que
satisfagan las crecientes necesidades del consumo de la población. En este
contexto consideramos que existe una situación propicia para que ambos países
desarrollen una relación mutuamente provechosa, haciendo uso de las respectivas
ventajas competitivas y aprovechando la complementariedad existente en nuestras
estructuras productivas.
Debemos trabajar en la definición de
esquemas asociativos en el área de ciencia y tecnología, por ejemplo en el
desarrollo de germoplasma de trigo y soja, encarar estudios conjuntos sobre
genómica y bioinformática, facilitar la capacitación de técnicos chinos en
nuestro país, y desarrollar y transferir técnicas para pequeños productores en
siembra directa, genética animal, manejo de pasturas, métodos de producción y
coordinación de aspectos sanitarios.
En el área tecnológica-industrial nuestro
país también posee la capacidad y las condiciones necesarias para ingresar en
el mercado chino. Contamos con un capital humano altamente calificado en el
desarrollo de software y tecnologías de la información. Fuertes lazos de
cooperación tecnológica entre el Gobierno, las empresas y las universidades
nacionales han logrado avances que combinan bajos costos de producción, altos
estándares de calidad y un avanzado desarrollo.
Resultará mutuamente provechosa la
vinculación de los sectores públicos y privados de ambos países mediante un
acuerdo macro que favorezca el desarrollo y la aprobación de acuerdos
conjuntos. En el marco de la utilización pacífica de la energía nuclear nuestro
país busca incrementar la cooperación entre la Comisión Nacional
de Energía Atómica y las empresas. En lo inmediato es posible la venta y
transferencia de tecnología para la fabricación de cobalto 60, la provisión de
agua pesada a las centrales de potencia chinas, y la provisión a las centrales
de potencia de combustible nuclear.
A mediano plazo nos interesa la
participación o colaboración en la construcción de centrales de potencia y
reactores de investigación, junto con la provisión de combustibles de mayor
densidad para reactores de investigación y centros de medicina nuclear, así
como el desarrollo de un reactor innovativo conjunto.
En el área de transporte, con un acuerdo de
servicios aéreos, se facilitará el establecimiento de los vínculos entre ambos
países, y debemos trabajar activamente en el campo del transporte y mejora del
parque ferroviario, con la finalidad de impulsar el desarrollo del sector y coordinar
acciones para la reactivación de talleres ferroviarios.
En cuanto al transporte marítimo, mucho
debemos avanzar en el intercambio de tecnologías y cooperación en materia de
puertos y astilleros, por cuanto lo que aquí adelantemos irá en beneficio de la
integración.
En lo relativo al sector foresto-industrial,
existe potencial para la expansión de la asociatividad entre ambos países,
atento a la fortaleza que posee la
Argentina en este campo. Nuestro país se especializa en el
diseño y la producción de máquinas para el trabajo de la madera en los
aserraderos, posee un marco regulatorio avanzado y accesos por vías navegables
a los puertos oceánicos, lo que abarata los costos de transporte.
Respecto de la industria minera y energía,
la vastedad de los recursos de nuestro país, tanto por su variedad como por su
importancia, serán con seguridad crecientemente demandados por la industria
china, y al igual que otros sectores ya mencionados, pueden ser objeto de
interesantes joint ventures en un futuro próximo. En este plano, debemos
trabajar en la complementación de las acciones, tanto para la obtención de
materias primas como para su desarrollo e industrialización.
Debemos incrementar nuestro intercambio
avanzando en el aprovechamiento de aquellos sectores con mayor
complementariedad comercial, identificando los productos donde las
especializaciones y las necesidades coincidan, ya que en rubros como
combustibles, agroalimentos y manufacturas de origen agropecuario e industrial,
sobre un mercado importador de casi 30.000 millones de dólares estadounidenses,
sólo unos 800 millones corresponden a productos argentinos.
En esta apretada síntesis trabamos de
enunciar los puntos de asociación que están más a la vista, lo que no significa
ni minimizar ni desechar otros que existen en materias tales como salud,
respecto de lo que avanzaremos hoy, y educación.
El mundo observa con interés lo que ocurre
en China, vemos como este país crece exitosamente, mientras busca un equilibrio
entre los valores que orientan su rica civilización y la valentía y la audacia
necesaria para incorporarse al vertiginoso proceso de aceleración histórica que
nos toca vivir. Los grandes avances tecnológicos de fines del siglo veinte,
particularmente en el ámbito de las comunicaciones y del transporte, facilitan
significativamente los contactos entre las sociedades antes distantes, tanto
cultural como físicamente, generando efectos positivos en términos económicos y
sociales. Lo que apuntamos nos brinda la oportunidad y la posibilidad de intercambiar
bienes, tecnología y servicios en cantidades sin precedentes, y ello debe
servir para aumentar notablemente las posibilidades de nuestros pueblos.
Espero que el resultado de este importante
seminario sea fructífero para todos aquellos que han participado, espero que
los hombres de negocios aquí presentes puedan derribar barreras y concretar
nuevas oportunidades de progreso, bienestar y provecho mutuos. Muy
especialmente espero que los beneficios lleguen cuanto antes a los habitantes
de nuestros países.
Les agradezco la oportunidad que me han
brindado.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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