julio 10, 2012

Discurso de Fidel Castro en el acto de entrega de la Quinta Estación de Policía al M° de Edcuacion para convertirla en centro escolar (1960)

DISCURSO EN EL ACTO DE ENTREGA DE LA QUINTA ESTACION DE POLICIA AL MINISTERIO DE EDUCACION PARA CONVERTIRLA EN CENTRO ESCOLAR
Fidel Castro
[11 de Enero de 1960]

― Versión taquigráfica de las oficinas del Primer Ministro ―

Estudiantes, obreros, empleados, militares y pueblo en general:
Ha comenzado el segundo año de gobierno revolucionario. Yo no he visto que la alegría, que la fe haya disminuido en nuestro pueblo; más bien observo, más bien observo que el pueblo está todavía más alegre y más lleno de entusiasmo que hace un año.
Los habrá, los habrá que no comprendan esto; ilusos, ilusos hay que no son capaces de comprender estas realidades, y a despecho de la lección diaria que da el pueblo —porque el pueblo es quien da aquí las mejores lecciones—, a despecho incluso de esas navidades que acaban de pasar, cuando se decía que nuestra patria estaba corriendo los riesgos de las acciones de los contrarrevolucionarios y el pueblo, que se siente seguro, el pueblo que se siente invencible, hizo caso omiso de todas las amenazas , hizo caso omiso de todos los peligros, y acaba de tener las navidades más alegres de toda la historia de nuestro pueblo.
No es el caso de profundizar aquí en el porqué de estos hechos; no es el caso tampoco de explicar cómo estas navidades, que fueron navidades donde más alegría hubo, en que más dinero corrió en toda nuestra historia, tuvieron lugar precisamente cuando más bajo era el precio de nuestro azúcar, cuando menos divisas habíamos recibido y cuando más bajas eran las reservas monetarias de nuestra nación.
¿Por qué? ¿Por qué ese hecho de que el pueblo esté mejor, de que el pueblo tenga más recursos, de que el pueblo disfrute más y haya alcanzado un estándar de vida más alto en solo un año de gobierno revolucionario, cuando el precio del azúcar ha sido más bajo, cuando menos reservas hemos tenido y menos divisas hemos recibido en los últimos 17 años? ¿Por qué? Sencillamente, porque se está gobernando con justicia, porque se hicieron leyes revolucionarias, porque la Revolución ha puesto las cosas en su lugar. Y a pesar de todos los obstáculos, a pesar de que nos vimos en la necesidad de reconstruir el Estado, a pesar de todas las campañas internacionales, a pesar de las campañas de los contrarrevolucionarios dentro y fuera del país, a pesar de las deserciones y de las traiciones, a pesar de que se ha combatido al gobierno revolucionario libremente, a pesar de que se han hecho aquí mismo en la propia prensa reaccionaria las peores campañas que no se le hicieron nunca a ningún gobierno; las campañas que no hicieron contra los gobiernos criminales, las campañas que no hicieron contra los malversadores, las campañas que no hicieron contra los gobernantes que entregaban la patria a los intereses extranjeros, las campañas que no hicieron contra los que sacrificaron a los campesinos y sacrificaron a los obreros, las campañas que no hicieron contra los que se robaron el dinero de las escuelas, el dinero de los hospitales, las campañas que no hicieron contra las oligarquías que extorsionaban a nuestro pueblo, las campañas que no hicieron contra los que han mantenido en el retraso durante 50 años, convertida en una colonia, en país hambreado y subdesarrollado, a nuestra patria , las campañas que no hicieron contra los torturadores, las campañas que no hicieron contra los criminales de guerra, las campañas que no hicieron nunca contra los privilegiados; campañas que están haciendo contra el gobierno revolucionario, que ha virado al revés todas las costumbres públicas de nuestro país, que ha cambiado radicalmente aquella inmoralidad y aquel vicio permanente en la patria por virtud; contra el gobierno revolucionario, que ha levantado a nuestro pueblo; contra el gobierno revolucionario, que ha hecho libre y soberana, definitivamente, a la patria , hacen en cambio esas campañas.
Pero a pesar de todo, a pesar de las traiciones, a pesar del oro mercenario de los criminales de guerra, a pesar del oro mercenario de los grandes intereses y monopolios que están contra nuestro pueblo, a pesar de todos sus esfuerzos, ya se ven los primeros frutos de nuestra Revolución, nuestra Revolución marcha adelante, y su obra revolucionaria se palpa por doquier.
¿Y cómo se ha logrado? Se ha logrado solo con el apoyo del pueblo, se ha logrado solo con el pueblo, con el respaldo del pueblo, que es nuestra única fuerza. Por eso, por eso tratan de confundir al pueblo.  Tratan de confundir al pueblo por todos los medios posibles, porque saben que la fuerza de la Revolución, saben que la fuerza de la Revolución, está en el pueblo.
Sin embargo, estamos tranquilos; estamos tranquilos, porque si algo no lograrán jamás, si algo no lograrán jamás será confundir al pueblo, arrancar de nuestro pueblo el cariño que siente por la Revolución, arrancar del pueblo la fe que siente en la Revolución, arrancar del pueblo la esperanza que tiene en una patria mejor. ¡Si algo no conseguirán jamás es arrancar del pueblo el recuerdo del pasado odioso, que no volverá jamás!  
Al pueblo lo podrán bombardear, pero lo que no podrán jamás es conquistarlo ; al pueblo nuestro lo podrán exterminar, lo que no podrán jamás es hacerlo regresar al pasado ; al pueblo nuestro lo podrán agredir, lo que no podrán jamás lograr es que se rinda (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”); al pueblo nuestro lo podrán desaparecer de la faz de la Tierra, lo que no podrán jamás es vencerlo ; porque nuestro pueblo con su razón, con su heroísmo, con su dignidad, con su vergüenza y con su grandeza es un pueblo invencible, y es un pueblo al que hay que respetar.
Por eso estamos tranquilos, si fuéramos un pueblo débil habría peligro; si fuésemos un pueblo cobarde habría peligro; si fuésemos un pueblo sin conciencia revolucionaria habría peligro; si fuésemos un pueblo dividido habría peligro. Pero aquí no hay más división que la división entre todo el pueblo y el grupito insignificante de explotadores y privilegiados que son los perjudicados por esta Revolución (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Paredón!”). Si fuésemos un pueblo indigno de la obra que estamos haciendo habría peligro, pero no hay peligro precisamente porque se trata de un pueblo heroico, de un pueblo unido, de un pueblo lleno de esperanza y de un pueblo que no tiene miedo.
Más fácilmente se agrede a un pueblo atemorizado que a un pueblo valiente, por eso en nuestra conciencia revolucionaria, en nuestra unión y en el espíritu heroico de nuestro pueblo, está nuestra mayor fuerza y por eso podemos seguir adelante. Por eso podemos empezar otro segundo año de gobierno revolucionario , por eso puede continuar nuestra patria en su avance hacia la justicia y hacia el progreso, por eso podemos continuar la obra y por eso podemos incluso multiplicar nuestra fuerza, porque este año será mejor todavía y más fructífero que el año pasado, porque este año habrá todavía más trabajo, porque este año habrá todavía más escuelas, porque este año habrá más maestros, porque este año habrá más reforma agraria, porque este año habrá más organización, porque este año habrá más eficiencia, porque este año habrá más hombres preparados para defender la Revolución.
Bueno es recordar lo que fue el año pasado, los primeros meses que se perdieron, el Estado completamente desorganizado, había que buscar hombres, seleccionar hombres, capacitar hombres y sobre todo saber distinguir entre el que era leal, el que era bueno de verdad y el que era un farsante, el que llevaba dentro de sí el virus de la traición a la Revolución y a la patria.  Hay que ver que no fue un año de gobierno revolucionario, sino que solo fueron unos meses de gobierno revolucionario, pero este año de 1960 sí va a ser un año entero de gobierno revolucionario, porque el gobierno tiene más experiencia, el pueblo tiene más experiencia.
Me acuerdo que los primeros momentos después del triunfo del Ejército Rebelde y de la Revolución, dije que en aquellos días estábamos como cuando habíamos desembarcado en las playas de Las Coloradas o, mejor dicho, en el pantano de Las Coloradas y que por delante teníamos mucho que aprender. Este año nos sentimos todos como después del primer año de guerra, que habíamos tenido oportunidad de aprender mucho a lo largo de aquel primer año y así ha ocurrido con el primer año de gobierno revolucionario, hemos tenido que trabajar mucho, ha sido un trabajo arduo, pero nos queda la satisfacción de ver que la obra de la Revolución ha adelantado, y esto no se ve aquí, se ve sobre todo en aquellos lugares donde más necesitaba nuestro pueblo de la Revolución, se ve sobre todo en los campos y se observó sobre todo a raíz de las navidades en todos los pueblos del interior de la república, donde había una alegría desbordante sin excepción, como si hubiese sido una sola consigna, como si alguien hubiese dado una consigna que nadie dio, pero que el pueblo se dio, de expresar en todos los rincones de Cuba su alegría desbordante y extraordinaria.
Nosotros sabemos las causas de esa alegría, nosotros sabemos el porqué de esa alegría, nosotros sabemos cómo el pueblo se ha percatado de los beneficios extraordinarios que ha recibido, del cambio extraordinario que ha ocurrido en nuestra patria y además de las esperanzas reales que tiene de seguir adelante por ese camino. Nosotros sabemos que esas son las causas de esa alegría y sabemos, además, que el año que viene habrá todavía más alegría, porque este año se acabaron los dulces, este año se acabaron los productos; no hubo la especulación que había siempre, porque se establecieron precios, y al establecerse precios que estaban al alcance del pueblo y el pueblo con más recursos, y el pueblo, además, deseoso de disfrutar de esas navidades de libertad, lo que ocurrió fue que los productos se acabaron, los juguetes se acabaron, los zapatos y las ropas, en algunos lugares se acabaron también.  Eso quiere decir que para el próximo año tenemos que duplicar nuestra producción de muchos artículos, porque según noticias, según noticias, hasta la cerveza, a pesar del impuesto, se acabó (RISAS). Eso quiere decir... Y lo más curioso es que no había borrachos apenas por las calles, lo más curioso es que había un orden extraordinario, lo más curioso es que el día 31 ningún ciudadano hizo disparos al aire; no hubo heridos por disparos al aire, los soldados rebeldes y los militares revolucionarios supieron reprimir su alegría, los ciudadanos supieron reprimir su alegría y esperaron el año nuevo sin tiros, porque saben que los tiros y las balas hay que guardarlas para cuando vengan aquí las invasiones esas que dicen que van a venir .
Lo extraordinario es que había un orden completo en toda la república; lo extraordinario es que no hubo un solo muerto por accidente en el día 24, mientras en otros países hay centenares de muertos; aquí no hubo, en las navidades más alegres de nuestra patria, una sola víctima por accidente. Es decir que esos son hechos tan visibles y tan evidentes, que frente a ellos se estrellan todas las campañas de los contrarrevolucionarios y se estrellan todas las ilusiones de los contrarrevolucionarios y de los enemigos de Cuba.
Y como les decía, este año tenemos que producir más, lo que quiere decir que habrá más trabajo todavía.  Es decir que sobre el aumento de empleo que hubo este año, porque como ustedes saben casi todas las fábricas, casi todas las tiendas tuvieron que aumentar el personal, en el próximo año habrá más empleo todavía, más fábricas tendrán que trabajar las 24 horas; nuestros equipos agrícolas están trabajando de día y de noche y eso quiere decir que en el campo en este año de 1960 se acabará definitivamente el desempleo y eso quiere decir que habrá más trabajo, más trabajo en la ciudad; eso quiere decir que irá aumentando el estándar de vida de nuestro pueblo en la misma medida en que vaya desapareciendo el desempleo, en que yaya desapareciendo la miseria.
Como ustedes han visto en las ciudades están desapareciendo los limosneros gracias al trabajo de asistencia social; como ustedes han visto el juego se ha erradicado; como ustedes han visto el tráfico de drogas heroicas está casi virtualmente erradicado, es decir que todo esto ha sido la obra social y moralizadora de la Revolución en unos meses, en unos meses solamente, y que las perspectivas, por tanto, del próximo año, serán mejor todavía.
El Ministerio de Educación hará más escuelas, el INRA hará más cooperativas; Pastorita construirá más casas; el Ministerio de Asistencia Social ayudará a más niños y más familias humildes; el INRA hará más cooperativas, comprará más tractores y cultivará más caballerías; Obras Públicas construirá más carreteras, más caminos, más acueductos, más represas, más calles, más hospitales y más obras en general; el Ministerio de Salubridad atenderá más enfermos; el Ministerio de Justicia casará más campesinos, inscribirá más personas de las que están incluso fuera de los registros, y mejorará todo lo concerniente a la administración de justicia; el Ejército Rebelde, la Policía Revolucionaria y la Marina de Guerra Revolucionaria tendrán más disciplina; y en fin, todos los departamentos del Estado sin excepción:  el Banco Nacional ahorrará más divisas; y así, el trabajo se incrementará.
El año pasado entregamos la ciudad militar y entregamos el regimiento de Camagüey, donde ya hay 5 000 niños allí estudiando. Este año ya hemos derrumbado los muros del Moncada, el día 28 de enero entregaremos el Moncada con pupitres, libros y todo —y tú no me hagas quedar mal. Así que este compromiso lo hace, el Ministro de Educación, lo tiene que hacer el Ministerio de Obras Públicas y nosotros, de que el día 28, en 20 días, vamos a tener hasta los pupitres allí en el cuartel Moncada. El día 24 de febrero vamos a entregar ya con pupitres, libros y todo, la fortaleza de Holguín, y pensamos entregar, por lo menos, tres fortalezas más. Es decir que no quedará una sola de las fortalezas donde estaban los regimientos, no quedará una sola sin que la convirtamos en escuela, y esto en dos años de gobierno revolucionario y amenazado por todas las invasiones esas que dicen que van a venir.
¿Qué demostramos con eso? Demostramos nuestra fe en el porvenir de la patria, demostramos nuestra idiosincrasia, demostramos cómo nosotros sí creemos de verdad que el porvenir de nuestro pueblo está en la cultura y que el problema de la defensa de la patria no está en un cuartelito. Los cuartelitos existían antes, no para defender al país, sino para defenderse ellos metidos dentro de los cuarteles, pero ahora, para qué vamos a necesitar fortalezas, si cada casa es una fortaleza de la Revolución; cada obra que el gobierno revolucionario hace es una fortaleza de la Revolución, cada conciencia es una fortaleza de la Revolución; cada cubano digno es un soldado de la Revolución.
Por eso, en la misma medida en que nosotros demolemos esas fortalezas, la Revolución es más fuerte, porque hacemos más conciencia revolucionaria, porque tenemos más pueblo, porque preparamos el camino del futuro del país, porque hacemos conciencia, porque educamos al pueblo para el futuro.
Es decir que estamos destruyendo lo viejo, estamos destruyendo fortalezas, y sin embargo, es cada día más fuerte la Revolución, y se siente más seguro el pueblo, porque aquellas eran las fortalezas que se construyeron para defender los privilegios, las fortalezas se construyeron para defender los privilegios contra el pueblo, y ahora nosotros destruimos las fortalezas para establecer escuelas para el pueblo, porque las fortalezas ahora están en el pueblo.
Y la mejor prueba son las milicias estudiantiles desfilando con fusiles. ¿Quién le daba antes un fusil a un estudiante aquí, a un obrero, a un campesino? ¿Quién entrenaba aquí a los campesinos, ni a los obreros, ni a los estudiantes, ni al pueblo? Jamás se hubiera visto un grupo, una tropa de estudiantes, de hombres y mujeres desfilando, de obreros desfilando, de campesinos desfilando, del pueblo entrenándose los domingos y preparándose todo el mundo aquí para defender la Revolución. Eso jamás se hubiera visto, porque antes existían las fuerzas armadas para defender los privilegios contra el pueblo, y ahora el pueblo, las fuerzas armadas, los estudiantes, los obreros y los campesinos, el gobierno, como decía un letrero ahí, todo es una sola cosa. Y todos sabemos de quién tenemos que defendernos; todos sabemos de qué peligros tenemos que defendernos; todos sabemos quiénes son los enemigos; todos comprendemos lo que quieren los enemigos nuestros, son los que quieren implantar otra vez el odioso sistema del pasado, son los que quieren quitarle otra vez la tierra a los campesinos, son los que quieren convertirnos otra vez las escuelas en fortalezas, son los que quieren volver aquí a establecer cámaras de torturas, son los que quieren establecer el vicio, son los que quieren establecer el robo, son los que quieren reimplantar el crimen, son los que quieren implantar la politiquería, son los que quieren implantar aquí todos los vicios y todos los males del pasado, son los que quieren implantar los privilegios, son los que quieren que nuestra patria tenga que vivir otra vez de rodillas, como si un pueblo que ha aprendido a andar de pie pudiera volver a arrodillarse ante nadie .
Es decir que todos entendemos eso, todos sabemos quienes son sus aliados, todos sabemos sus maniobras, todos sabemos las campañitas que hacen, todos sabemos incluso lo que pasó en estas navidades, que como creyeron de verdad los periodiquitos que escriben a favor de la contrarrevolución, los aliados de los criminales de guerra, el periódico “Avance”, el “Diario de la Marina”... (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”). Ellos creían que en este día, que en estas navidades se acababa el mundo y que ya las invasiones iban a venir, ellos se lo creyeron o se lo hicieron creer, entonces medio se callaron un poquito, ellos se callaron un poquito, eso lo sabe todo el mundo, porque estaban muy preocupados de lo que podría ocurrir si aquí venía una invasión y derramaban sangre de nuestro pueblo, pero como pasó las navidades todo el mundo contento, todo el mundo feliz y todo el mundo seguro y las invasiones no vinieron ahora en estas navidades, ahora vuelven a la segunda carga de campaña contrarrevolucionaria, ahora vuelven a la segunda carga, y ahora empezaron a publicar unas carticas de los buitres esos que se fueron para allá para Estados Unidos, unas carticas que tenían desde hace como 15 o 20 días, pero no las habían publicado porque veían que en esos días pues era la invasión y la guerra ya, y entonces no las publicaron (INAUDIBLE); pero ahora se ponen a hacer la campañita otra vez y publicaron los documentos, iniciaron la carga con toda esa costumbre taimada que tienen de actuar esos señores que están abiertamente y francamente al servicio de la contrarrevolución, de los que quieren invadir a nuestra patria, los que quieren ensangrentar nuestro pueblo. Ellos saben el rejuego que se traen, se asustan un poco cuando creen que está cerca, y se callan, y hasta son capaces de pronunciar alguna palabrita a favor de la Revolución, pero cuando creen que no, que de nuevo tienen tiempo, empiezan otra vez la labor de zapa, incluso se ha dado el caso de que ahora ya están agitando campañitas a favor de los criminales de guerra que están presos y a favor de los traidores, están otra vez en el plan de querer pintar al gobierno revolucionario como cruel, como duro, no dicen las cosas que estos mismos señores intentaron hacer. Claro está que tienen buen cuidado de ocultar los planes que tenían de liberar a los criminales de guerra, tienen buen cuidado de ocultar que precisamente en esos días en que creían que la contrarrevolución venía los criminales de guerra y los traidores se envalentonaron, y los criminales de guerra estaban dando gritos de: “Viva Ventura, viva Carratalá y vivan los criminales de guerra”, y claro, como saben que el gobierno revolucionario no les va a aplicar métodos crueles, como saben que el gobierno revolucionario no los va a meter en una cámara de torturas, como saben que el gobierno revolucionario no los va a golpear, como saben que el gobierno revolucionario no los va a maltratar, como saben eso, como lo saben de sobra, como saben que nosotros somos de una manera de ser muy distinta, entonces se sienten envalentonados, se envalentonan con las campañas de los periódicos contrarrevolucionarios, se envalentonan con los anuncios de que la contrarrevolución está próxima a llegar, se envalentonan con todo eso y entonces se ponen insoportables, y entonces se dan el lujo de perpetrar cuantos actos de indisciplina y de falta de respeto y de insulto a los compañeros del Ejército Rebelde les viene en gana.
Naturalmente, que entonces las medidas que tiene que tomar el gobierno revolucionario...  no va a tomar las medidas que tomaban ellos, no va a tomar las medidas de golpear; no va a tomar las medidas que tomaban ellos, las medidas que tomamos son medidas de disciplina y medidas sin maltratar a nadie, pero eso sí, tomamos medidas y aplicamos sanciones disciplinarias en los casos de indisciplina, porque es absurdo creer que a título de que el gobierno revolucionario es un gobierno que respeta al hombre, un gobierno que no maltrata físicamente ni al peor de sus enemigos, puedan destruir aquí todo principio de respeto a las autoridades y todo principio de respeto a los compañeros del ejército y la policía, que tienen que estar soportando todos los insultos, y lo soportan serenamente, y lo soportan valientemente, por parte de una pandilla de estúpidos, por parte de una pandilla de criminales que cuando tenían un prisionero en sus manos, lo molían a golpes y además lo asesinaban.
Y esos mismos periódicos, porque todo fue una coincidencia, los anuncios de invasión, los voceros que en ese momento se agacharon, aminoraron sus campañas, porque sabían cuáles podían ser las consecuencias de una invasión; más los criminales de guerra y los traidores que se envalentonaron; todo eso estaba ocurriendo por un lado, mientras el pueblo vivía y disfrutaba de las más alegres navidades de toda su historia. Pero mientras el pueblo se alegraba, la contrarrevolución maquinaba, la contrarrevolución fraguaba planes y la contrarrevolución no se detiene. Por eso, ahora volvieron a la carga; ya están haciendo campañas a favor de los criminales de guerra; ya les están publicando las carticas a los criminales de guerra, a los familiares de los criminales de guerra. Ya ahora se han compadecido los que no publicaron los gritos de dolor de los jóvenes que murieron en los salones de torturas; ahora escriben carticas melodramáticas en favor de los traidores. Ahora publican carticas melodramáticas en favor de los criminales de guerra.
Es decir que ya, al inicio de este segundo año de gobierno revolucionario está tan insolente la prensa reaccionaria, está tan atrevida y está tan descarada, que ya está defendiendo abiertamente, ya está defendiendo abiertamente, porque van poco a poco...  Todo eso el pueblo tiene que ir entendiéndolo y para eso estamos nosotros, para ir explicándolo también y ayudándole a entender el rejuego que se traen.
Y ahora vienen con su segunda carga de campañas, con su segunda carga de acusaciones, mientras en el extranjero se movilizan los enemigos de nuestra patria, mientras en el extranjero se movilizan las cancillerías enemigas de nuestra patria, la prensa contrarrevolucionaria va cada día provocando más y provocando más. Es decir que no conocen siquiera límites en sus provocaciones, y cada día son más atrevidas, cada día son más insolentes, cada día son más insultantes. Naturalmente, que ellos están en su juego, en su juego de tratar de provocar a la Revolución. Es un juego, naturalmente, que tiene algunos inconvenientes; el inconveniente, en primer lugar, de que el pueblo comprende todas esas cosas bien, y aquí les voy a decir una cosa:  los hay algunos que son verdaderamente maestros en poner su “palita de cal y su palita de arena”; los hay que son verdaderos maestros, que están hace mucho tiempo en ese rejueguito, pero cualquiera que abra los periódicos, y yo que abro los periódicos después que estoy en el Turquino, en la Sierra Maestra varios días, y regreso aquí, y es una cosa increíble, una cosa increíble al grado que han llegado el “Crisol”, “Avance”, “La Marina”, todos esos periódicos (ININTELIGIBLE) ...  Y otros más, y otros más que ya veremos, otros más que ya veremos.  Pero esa es la realidad.  ¿Todos en el fondo que traen?  Todos están viabilizando la tremenda conjura contra nuestra patria; todos están persiguiendo el propósito de implantar aquí los privilegios, de implantar aquí el pasado, aun a costa de que corran ríos de sangre. No se acaban de dar cuenta, no se acaban de dar cuenta de que la Revolución no la podrán destruir con todos esos truquitos, con todos esos ardides, que la Revolución no la van a debilitar, porque el pueblo cada día tiene más conciencia, el pueblo cada día ve las cosas más claras. Es decir que ellos no se dan cuenta de una realidad, se engañan; entonces, no comprenden que todo intento que se haga contra nuestra patria jamás podría conducir al triunfo de la contrarrevolución; que podría conducir a grandes males para nuestro país, que podría conducir a grandes derramamientos de sangre, que podría conducir a grandes dolores, pero que nunca conduciría al triunfo de la contrarrevolución, porque nuestro pueblo —eso lo ve hasta un niño— no se resignaría jamás con volver al pasado.  ¿Cómo es posible que nuestro pueblo pueda concebir la idea de que ahí en esa estación, ahí donde vamos a poner hoy tres centros de secundaria básica, donde van a estudiar 500 jóvenes, ahí vuelvan a instalarse los Ventura y los Carratalá, y vuelvan ahí a implantar...?  (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Cómo se va a resignar nuestro pueblo a que vuelvan aquí a escucharse los gritos de los torturados en horas de la madrugada? ¿Cómo se va a resignar nuestro pueblo a aquel pasado de horror, aquel pasado de crimen, aquel pasado de inmoralidad, aquel pasado de injusticia, aquel pasado de abusos, aquel pasado de robos, aquel pasado de hambre, aquel pasado sin esperanzas, aquel pasado de sumisión? ¿Cómo se va a resignar nuestro pueblo? ¿Es que hay un solo ciudadano que tenga vergüenza, es que hay un solo ciudadano que tenga sentimientos, que pueda resignarse al regreso del pasado?  (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”)  Y eso es lo que no comprenden, no quieren comprender, no se resignan a comprender que todo lo que puede derivarse de lo que están haciendo, de sus planes y de sus maquinaciones, es en daño a nuestro pueblo, y que nuestro pueblo ha tenido que sufrir muchos sinsabores, y que nuestro pueblo ha tenido que sufrir muchas injusticias, y que nuestro pueblo ha tenido que sufrir mucha humillación, para que ahora que tiene la gran oportunidad de su historia, quieran destruirle esa oportunidad, quieran ensangrentarle esa oportunidad; cuando hoy nuestros campesinos tienen, por primera vez, la oportunidad de sembrar en su propia tierra; cuando la patria tiene la oportunidad de acabar para siempre con sus analfabetos; cuando la patria tiene, por primera vez, la oportunidad de ayudar a todos los ancianos, a todos los jubilados, a todos los que no pueden valerse ya de su trabajo; cuando nuestra patria tiene la oportunidad de convertirse en uno de los pueblos más felices y más ricos del mundo; cuando tiene esa oportunidad, después de casi un siglo de lucha, que comenzó con nuestros mambises, que comenzó con nuestros primeros libertadores, cuando tiene, repito, esa primera oportunidad, nuestro pueblo no va a resignarse a que se la arrebaten, porque después de haber vivido estos meses de gobierno libre, de gobierno revolucionario, de gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo de verdad; después que nuestro pueblo está dedicado por entero a la tarea de labrarse un porvenir más grande y más feliz, nuestro pueblo no se resignará; y por tanto, si el pueblo no quiere; si el pueblo no querrá jamás, si el pueblo no se resigna ni se resignará jamás al pasado, ¿qué es lo que van a conseguir con todas esas campañas, que sirven para alentar los atentados, para alentar los actos terroristas, para alentar los asesinatos, para alentar los bombardeos, para alentar el regreso de los criminales de guerra? ¿Qué hacen con esas campañas?  Es decir que si tuvieran una esperanza de lograr el triunfo...; para lograr el triunfo se basan en la esperanza de que el extranjero los ayude.  Pero es que ni con el extranjero ni con nadie podrán regresar, porque nosotros peleamos aquí contra quien venga, venga de donde venga y sean los que sean. Y de eso pueden estar completamente seguros, de eso no deben albergar la menor duda.
Así que, en definitiva, es penoso que nuestro pueblo tenga que estar soportando los puñales que le clavan constantemente los aliados de la contrarrevolución; pero, en definitiva, el pueblo conoce el juego, el pueblo comprende el juego, y al final veremos. Nosotros sabemos hacia dónde vamos, y nosotros sabemos los frutos de la obra de nuestra Revolución; pero ellos deben saber también hacia dónde van y cuáles serán los amargos frutos de la obra de la contrarrevolución. ¡Nosotros sabemos dónde está el premio de los hombres honestos; nosotros sabemos cuál es el premio de los hombres justos; nosotros sabemos cuál es el resultado de hacer el bien! ¡Ellos deben saber, sin que les quepa la menor duda, cuál será el resultado de hacer el mal!  
Hoy me ha parecido que nuestra bandera ondeaba más libre y más hermosa que nunca. Esta mañana ha sido una mañana verdaderamente feliz. Otro centro de tortura y de crimen fue demolido y convertido en un parque: el Buró de Investigaciones; quedaba esta siniestra y tétrica estación...  quedaba este edificio que fue testigo de los peores horrores de la tiranía, si es que algunos de aquellos horrores fueron peores que otros, o todos fueron igualmente horrorosos, pero este edificio ganó fama, porque fue la guarida de una de las peores pandillas de asesinos que ha conocido la historia de los pueblos.
Realmente, no faltaban deseos de meterle también los buldóceres y destruirlo, pero en definitiva el edificio está construido y nosotros tenemos que hacer uso de él, para algo que sea diametralmente opuesto al uso que tenía antes. Le vamos a quitar esas aspilleras, le vamos a quitar esas torres y garitas y vamos a convertirlo también en un centro escolar, porque los buldóceres lo pueden destruir, pero creo que un centro escolar lo destruye más todavía. Y será así como un símbolo de nuestra Revolución, que convierte en escuelas y en lugares de estudios los que ayer fueron centros de crimen.
Esto quiere decir, sobre todo, una cosa: que al mismo momento en que destruimos el pasado, tenemos que construir el porvenir. Nos engañaríamos si no comprendiéramos que el porvenir está por construir; nos engañaríamos si no comprendiéramos que la tarea es larga; nos engañaríamos si no comprendiéramos nuestras dificultades y nuestras limitaciones; nos engañaríamos, porque la realidad es que nosotros solo contamos con lo que nos dejaron.  Si nos dejaron cientos de miles de analfabetos, contamos con cientos de miles de analfabetos, y tenemos por delante la tarea de educar a esos analfabetos; si nos dejaron una gran escasez de técnicos y de hombres preparados, lo que contamos es con esa falta y esa escasez de hombres necesarios para la obra que tiene que realizar nuestra patria.  Es decir que no contamos con otra cosa que con lo que nos dejaron y con lo poco que tenemos es con lo que tenemos que construir la patria del futuro. ¡Qué distinta será la tarea de los hombres que tengan que gobernar nuestro país en los años venideros! ¡Qué distinta, por ejemplo, la generación cubana dentro de 10 años!  ¡Cuántos miles y miles de técnicos, cuántos miles y decenas de miles de hombres capacitados!  No habrá ya un solo analfabeto en nuestro país; ya nuestras ciudades escolares, ya nuestras universidades, todos los centros de enseñanza que estamos hoy creando, habrán dado sus primeros frutos, y entonces para cada tarea habrá un hombre competente, para cada tarea habrá un hombre responsable, para cada tarea habrá un hombre capacitado, porque lo decisivo en cada obra, lo decisivo desde la más importante hasta la más modesta obra de un gobierno, está en contar con un hombre competente al frente de cada tarea y al frente de cada obra. Porque cuando el hombre es competente todo marcha bien, cuando no hay el hombre competente todo marcha mal. Y nosotros no contamos con otra cosa que con lo que nos dejó el pasado; no prepararon las generaciones en los tiempos pasados, y nosotros nos encontramos una generación que está llena de amor patriótico, que está llena de valor, que está dispuesta a realizar la tarea, pero que es la generación que surgió del pasado; y con lo poco que contamos, tanto en el orden económico como en el orden técnico, es con lo que tenemos que realizar la gran tarea del futuro.
El trabajo dentro de 10 años será distinto, porque ya habrá una generación de hombres preparados, ¡y qué distinto el presente!  Por eso el porvenir tiene que ser necesariamente mejor, el porvenir tiene que ser incomparablemente mejor. ¿Por qué? Porque estamos preparando la generación del porvenir. ¿Por qué? Porque estamos llenando la república de escuelas y de centros escolares, y de ciudades escolares. ¿Por qué? Porque estamos preparando a los hombres del mañana.
No solo será mejor el porvenir porque tengamos una economía desarrollada y que estamos desarrollándola con lo poco que tenemos hoy, no solo porque tendremos una industria desarrollada, una agricultura desarrollada, una nación que habrá vencido los problemas de salubridad, los problemas de desempleo, y todos los problemas que tiene hoy, sino sobre todo tiene que ser el porvenir incomparablemente mejor, porque los hombres del mañana serán hombres más preparados, serán hombres a los que se pueda poner al frente de cada tarea y la hagan bien, y se ganen la vida honestamente y sirvan a los demás, sean útiles para sí mismos, y para sus familiares, sean útiles a todos sus compatriotas.  Y esa será nuestra mejor obra, esa tiene que ser nuestra obra más importante, la generación futura, que hará posible una patria incomparablemente mejor, una patria incomparablemente más feliz y más rica que esta.
Nosotros, sin embargo, tenemos una satisfacción, porque nosotros somos los que estamos sembrando esta semilla, nuestro pueblo, nuestra generación actual, ustedes y nosotros, tenemos una satisfacción:  sabemos que nadie hizo nada por nosotros, sabemos que no hicieron por nosotros lo que nosotros estamos haciendo por las generaciones venideras, sabemos que los frutos principalmente los recibirán otros, sabemos que aunque otros no sembraron para nosotros en los últimos 50 años, nosotros en cambio estamos sembrando para 50, para 100 y para todos los años venideros de la patria.
A nosotros, a nosotros y a nuestro pueblo actual, le queda una gran satisfacción:  la satisfacción, por ejemplo, del campesino que ara su tierra y planta árboles no pensando en él sino pensando en sus hijos; nos queda la satisfacción de saber que somos nosotros los que le dimos un alto a ese camino triste y sin esperanza, los que les pusimos un freno a todos los males del pasado, y hemos iniciado una nueva era en nuestra patria; nos queda la satisfacción de los que siembran, nos queda la satisfacción de los que crean, nos queda la satisfacción de los que preparan un destino mejor para los que vengan detrás de nosotros. Y por lo tanto, nuestro pueblo, esta generación actual, pasará a la historia de nuestra patria, por el mérito extraordinario que tiene de hacer una obra con lo poco que le dejaron, de hacer una gran obra a pesar de carecer de los instrumentos para hacer esa obra; es decir que nosotros tenemos que comenzar como el artesano que no tiene instrumentos, como el artesano que no tiene herramientas; tenemos que educar y no son suficientes los maestros; tenemos que construir y no son suficientes los constructores; tenemos que organizar y no son suficientes los organizadores.  Es decir que estamos como el que tiene que hacer algo y tiene muy pocas herramientas, sin embargo, con esas pocas herramientas se propone realizar la tarea, y la hace.
Hemos tenido que enfrentarnos a los prejuicios del pasado; hemos tenido que enfrentarnos a las mentiras del pasado; hemos tenido que enfrentarnos a los convencionalismos; hemos tenido que enfrentarnos al espíritu tradicional, hemos tenido que enfrentarnos a la mentalidad vieja; hemos tenido que enfrentarnos a la economía vieja, atrasada y subdesarrollada; hemos tenido que enfrentarnos al latifundio; hemos tenido que enfrentarnos al espíritu de sumisión que se sembró en nuestro pueblo; porque, por triste y por dura que sea, en nuestro pueblo se pensó siempre poco, se sembró mucho espíritu de sumisión, nunca se le dijo la verdad, nunca se le enseñó la historia verdadera de las raíces de nuestra patria, nunca se le enseñó el proceso verdadero de nuestra historia y se le enseñó a mirar hacia otros horizontes; se le enseñó a mirar hacia otra nación; se le enseñó a mirar con complejo de inferioridad y con espíritu de impotencia, para esperar de otros lo que tenía; es decir, se le enseñó a depender de otros no a esperar de otros; se le enseñó a depender de otros y se le creó un espíritu y un complejo de inferioridad y de cobardía; y parecía nuestro pueblo uno de esos niños que no pueden dar el menor paso sin tener que ir a pedirle permiso a alguien.  Y eso fue lo que a nuestro pueblo se le enseñó. Contra ese espíritu hemos tenido que enfrentarnos también; y no solo enfrentarnos al pasado; no solo enfrentarnos a las ideas viejas del pasado, a la mentalidad vieja, a los vicios del pasado, sino hacer un porvenir y hacerlo con las pocas herramientas que contábamos para ello.
Sin embargo, hemos emprendido esa gran tarea, y tenemos razones para sentirnos optimistas, tenemos razones para sentirnos satisfechos, el pueblo de Cuba ha respondido admirablemente bien, el pueblo de Cuba está a la altura de la circunstancia, y después del primer año de gobierno revolucionario, podemos decir serenamente y tranquilamente:  adelante. Podemos marchar adelante sin temor, podemos seguir adelante, porque se cuenta con un pueblo que está a la altura de las circunstancias, se cuenta con un pueblo heroico que es capaz de emprender esta obra por sí solo, con sus propios recursos, con lo poco que le dejaron, y contra todos los enemigos y todos los obstáculos que puedan presentarse. 
Este año, este año ha empezado bien.  Ha empezado bien, porque en 11 días, en 11 días, los estudiantes universitarios subieron el Pico Turquino, los buldóceres derrumbaron los muros de una fortaleza, y hoy la policía revolucionaria le acaba de entregar al Ministro de Educación la Quinta Estación de Policía. Y además, hemos ya lanzado al agua el primer barco de los astilleros que hicimos para barcos de pesca de los pescadores.
Así que todos los síntomas, todos los síntomas son buenos, y el año 1960 ha empezado bien.  Además, lo comenzamos optimistamente, y sin miedo, seguro nuestro pueblo en su propio destino.  El año pasado libramos muchas batallas: batallas contra traidores, batallas contra campañas calumniosas, batallas contra campañas internacionales; pues bien: ¡Este año estamos dispuesto a librar todas las batallas que sean necesarias también, y si so más las libramos también!  
Así que comienza bien el año 1960, y sin temor a equivocarnos puedo decirles que será todavía más fructífero que el año anterior, y que espero que las navidades que vienen sean más alegres todavía y que el año que viene, cuando nos volvamos a reunir a principios del año 1961, el pueblo tenga todavía más conciencia revolucionaria, más entusiasmo y más fe en el porvenir que vamos a construir, como ha sucedido este año, y que ya los alumnos que van a estudiar en este centro de enseñanza hayan cursado también su primer curso, y el año que viene el número de analfabetos sea mucho menor, el número de graduados sea mucho mayor, y no cesar hasta que la gran obra de la Revolución, que es sobre todo una obra de educación, haya preparado a la generación, que será la que viva en esa patria mejor que nosotros estamos forjando.
Así que enhorabuena se convierta en centro de enseñanza secundaria lo que fuera ayer centro de tortura y de crimen, que no lo volverá a ser jamás, porque antes de convertirlo otra vez en centro de crimen, antes de volver a instalar en este centro de enseñanza los instrumentos de tortura, tendrán que matar hasta el último cubano.
FIDEL CASTRO RUZ

Fuente: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos

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