julio 18, 2012

Discurso de la Presidenta, Cristina Fernández, en el acto de reivindicación del Caudillo Felipe Varela, en Catamarca (2012)

DISCURSO EN EL ACTO DE REIVINDICACIÓN DEL CAUDILLO FELIPE VARELA, EN SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA
Cristina Fernández
[5 de Junio de 2012]

Gracias, muchas gracias.
Hacía un tiempito que no venía a Catamarca. Me acuerdo que la última vez que vine fue para inaugurar una fábrica recuperada y la verdad que hoy me ha recibido con un clima maravilloso.
Señora Gobernadora; señor Vicegobernador; señor Intendente; queridos gobernadores de Salta, de La Rioja y de Santiago del Estero; queridos y queridas catamarqueñas y catamarqueños: la verdad que cuando recién escuchaba a Lucía enumerar algunas de las obras, de las tantísimas obras, escuelas, rutas, obras hídricas a lo largo y a lo ancho de Catamarca y a lo largo y a lo ancho del país o cuando recién escuchaba a Hugo Sigma inaugurar esta fábrica de productos medicinales monoclonales, la primera en Sudamérica para el tratamiento de enfermedades oncológicas o cuando recién escuchaba al sacerdote agradecer la reconstrucción y la restauración del seminario…
Pero yo no vengo hoy a hablar de obras. A mí me encanta hablar de las obras, pero yo hoy quiero hablar de otras cosas, quiero hablar de la memoria, quiero hablar de la verdad histórica y quiero hablar de la dignidad de los pueblos. Y porque quiero hablar de esas cosas, es que hoy vine a entregarles el decreto que ordena general de la Nación al coronel Felipe Varela.
Ese Felipe Varela que, como tantos otros patriotas, fue desaparecido, escondido y muchas veces calumniado por la historiografía oficial y hasta por la música también: hay una zamba por ahí que dice “Felipe viene matando y se va”, como si hubiera sido un asesino o un vándalo, y cuando en realidad, en la historiografía oficial se escondieron los verdaderos crímenes que se cometieron en el interior del país masacrando a los caudillos federales.
Todavía recuerdo el libro de otro argentino, que no es de nuestro partido y que tampoco es catamarqueño, es riojano, que me regalara Beder cuando estuve y que se llama “Los coroneles de Mitre”, donde relata cómo pasaron a degüello a cientos y cientos de riojanos de una manera atroz.
También intentaron sepultar la memoria de los desaparecidos durante la última dictadura militar como también quisieron la impunidad, pero no pudieron porque mujeres de pañuelos blancos salvaron la memoria como también lo hizo -y quiero recordarla- Dolores Díaz, “la Trigra”. Anotíciense: en 1867, en la batalla de Pozo de Vargas, cuando se cae del caballo muerto, a Felipe Varela, lo iban a lancear y una mujer, a la que apodaban “la Tigra”, lo levantó, lo puso en las ancas de su caballo y lo salvó. Esto para que sepan el rol que hemos tenido también las mujeres en la lucha por la independencia y por el federalismo y que nada es casual.
Una mujer que, junto a otras mujeres, luego fue encarcelada, pero miren lo que son las cosas de la historia: se la llevaron presa a Santiago del Estero y las tuvieron allí porque peleaban en las montoneras federales.
Por eso, hoy 4 de junio, que se cumplen 142 años de la muerte de Felipe Varela, es una fecha que también trae muchos recuerdos, muchas memorias: allá en 1870, murió Felipe Varela, tísico en Chile; también un 4 de junio de 1940, hoy hace 42 años, moría otro militar, el general Mosconi, otro patriota también……; un 4 de junio de 1952, hoy hace 60 años, asumía el general Perón su segunda presidencia con el voto femenino y con Eva Perón al lado... …,la gran responsable de haber obtenido el voto para las mujeres, y este 4 de junio, hoy, hace pocas horas se acaba de constituir el Directorio Nacional y Federal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales recuperada para todos los argentinos. ¡Qué 4 de junio, eh!   
La verdad que la designación de esos 17 directores, de los cuales 16 corresponden al Estado nacional, a los Estados federales y también a los trabajadores, es un símbolo también que se haya hecho un 4 de junio. La verdad que no fue una cosa diagramada para que fuera un 4 de junio, sino que fue que los términos que obliga la Ley de Sociedades y los términos que obliga el propio Estatuto de YPF, dieron que todo el proceso, precisamente, culminara con la elección de su Directorio, de su órgano societario allá en la ciudad de Buenos Aires este 4 de junio.
Uno piensa en el tiempo perdido, uno piensa en tantos millones de argentinos anónimos, olvidados y sepultados en la memoria de su pueblo y creo que uno piensa también en esta reivindicación que hoy estamos haciendo de Felipe Varela, que fue, no solamente un hombre de compromiso federal, sino que fue, además, un hombre de profundo contenido americanista que se enfrentó a Mitre por la guerra genocida de la Triple Alianza donde se masacró al pueblo paraguayo siendo uno de sus opositores más firmes.
La primera historiografía revisionista que habla sobre cómo Felipe Varela había luchado y había tenido diferencias con Juan Manuel de Rosas, lo ocultó y esas son las cosas que no tenemos que hacer más. Porque si es imposible encontrar personas perfectas, que hayan acertado en todas y cada una de las etapas de sus vidas, lo importante es el saldo histórico de cada uno de nosotros. Y ese hombre americanista, que proclamaba la unidad de los americanos…
Hoy me emocionó mucho la intendenta de Valle Viejo cuando me recibió con la foto puesta en un cuadro muy lindo, donde en una punta estaba Felipe Varela, en la otra punta estaba Néstor y decía: “Uno fue americanista, allá en la época de la guerra de La Triple Alianza y otro fue el primer secretario general de la UNASUR, también con profundo sentido de la América del Sur”.
También hicimos lo mismo con Juana Azurduy, proclamándola generala del Ejército Argentino, para llegar a conocer la verdadera historia, para desenterrar literalmente a los que fueron sepultados para que no se conociera la verdad.
A nosotros nos presentaron la historia fragmentada, como que nada tuviera que ver con nada, como si cada cosa no tuviera una causalidad. Y la verdad que cuando uno mira a nuestro país, la República Argentina, con su diversidad geográfica y cultural, sus incontables riquezas, tanto en minerales como climatológicas, de tierra, de recursos humanos -nuestra principal riqueza-, nuestro pueblo, esos universitarios orgullosos de ser egresados de la universidad pública nacional y gratuita que hoy retornan al país… devolverle lo que el país les dio y que en algún momento les quitó, yo me siento tan orgullosa de cada una de estas cosas que aparecen todos los días, desde esta fábrica, desde la reparación de un monumento histórico que además alberga a estudiantes argentinos, de este reconocimiento a un hombre como Felipe Varela que es, en definitiva, el reconocimiento que nos hacemos a nosotros mismos los argentinos, como hombres y mujeres capaces de hacer cosas que transformen la realidad y mejoren la calidad de vida de todos los argentinos, que de eso se debe tratar la política y no de ninguna otra cosa.
Esto es recordar, rever. Y, en este sentido, les voy a contar algo: el otro día charlábamos con los historiadores del Instituto Dorrego que me fueron a ver para entregarme unos libros y también invitarme a algunos eventos y los 3 principales libros, hoy “best sellers”, son libros históricos.
Los argentinos tienen ganas de saber, porque sienten que les han cambiado la historia y que les han mentido mucho; tienen ganas de conocer quiénes fueron los verdaderos patriotas porque como Felipe Varela, no pudieron dejarse un diario de guardaespaldas histórico como hizo Bartolomé Mitre, o como el Chacho Peñaloza tampoco lo pudo hacer, como tampoco lo pudieron hacer tantísimos otros, como Facuando Quiroga, el “Tigre de los Llanos”, o Martín Miguel de Güemes, que está ahí en mi despacho con Macacha, o como los hombres que lograron cuidando la frontera norte que hoy seamos un país independiente.
El otro día lo recordaba en Bariloche cuando hablaba de “los chisperos” French y Beruti y la famosa anécdota de las escarapelas que, cuando éramos chiquitos y leíamos Billiken, nos decían que era porque se trataba del Día de la Patria. Mas que el Día de la Patria, era la marca, porque a ellos había que entregarles los fierros si era necesario si el Virrey no se iba. Que le cuenten a la gente de una buena vez por todas, la verdad para que se sepa.
Porque nos venden la visión edulcorada y la verdad que lo más valioso de esos hombres y mujeres es que no fueron santos ni ángeles, porque cuando uno es santo o ángel, casi tiene la obligación de ser bueno, es imposible no ser bueno, por eso sos santo o ángel.
Lo importante es ser hombres y mujeres de carne y hueso y jugarse la vida por la patria, por los ideales y por las convicciones, con errores y con aciertos, pero jugarse la vida.  Eso es, en definitiva, lo que los han hecho diferentes; no eran perfectos, pero dieron su vida por un proyecto colectivo de país y de nación. Y en el caso de Felipe Varela, defendiendo a la patria grande como lo han hecho tantos.
Cuando venimos a recordar estas cosas, cuando venimos a recordar a estos seres olvidados, a propósito de nuestra historia, no venimos para dividir; al contrario, nosotros sabemos más que nadie que la división nacional solo ayuda a unos pocos. Venimos simplemente a que todos los argentinos conozcan la historia completa para no volver a repetir viejos errores que nos enfrentaron a través de consignas o conceptos culturales que poco tenían que ver con los intereses concretos, económicos y sociales de cada uno de nosotros.
Queremos una Argentina unida; queremos una sociedad que sepa cuáles son los objetivos; queremos que en estos nueve años, con nuestros errores y con nuestros aciertos -y esto no significa que tengan que adherir a nosotros a través de una ficha o ideológicamente- reconozcan que hemos recuperado cosas que creíamos perdidas definitivamente para todos los argentinos.
No nos hace perfectos, no nos hace únicos, pero creo que nos hemos ganado un lugar en la historia de este pueblo porque hemos dejado todo y hemos recibido muchas veces la calumnia, la injuria y la difamación, pero no ya desde la política, sino hasta en términos personales. ¡Qué no le dijeron a él, las cosas que tuvo que sufrir! Él era muy fuerte, pero le llegaban mucho las cosas, tal vez demasiado, y le llegan más cuando me atacaban a mí; sufrió mucho y tuvo que hacer un esfuerzo muy grande.
Por eso quiero decirles a todos los argentinos que casi parece un signo histórico que en aquellos hombres y mujeres, que dieron tanto por la patria, que se nos fueron tan pronto, esté esta historia que estamos rescatando, esta historia que queremos conocer y que queremos hacer conocer al resto de los argentinos, no para dividir, sino al contrario, para despertar definitivamente la conciencia de los 40 millones que necesitamos imperiosamente la unidad nacional como presupuesto básico del crecimiento y como la segunda independencia de nuestro país, la de la economía, la del conocimiento, la de la ciencia, la de la tecnología, la de la educación y la de la salud. Esa es nuestra segunda independencia y por eso la vamos a seguir peleando todos los días en un mundo cada vez más difícil.
Pero aquí estamos y seguimos creciendo en medio de la tormenta, aunque parece que la tormenta no acaba porque de Europa vienen rayos, truenos, relámpagos, lluvias y ventarrones.
De todas maneras, quiero decirles que vamos a seguir tomando todas las medidas que tengamos que tomar para seguir creciendo y sosteniendo el trabajo de todos los argentinos.
Por eso quiero decirles también, que este laboratorio que estamos inaugurando hoy y que da trabajo a 60 hombres y mujeres muy calificados, es parte de otro proyecto de otro laboratorio del mismo grupo que en octubre lo vamos a inaugurar y que lo hacemos también con financiamiento del Estado a través del Proyecto de Préstamos del Bicentenario.
Estamos decididos a seguir sustituyendo importaciones pese a las críticas interesadas que nos hacen algunos que solamente vivieron importando cosas; queremos que  inviertan para que esas cosas puedan hacerse en el país y generen trabajo para los argentinos.
Por eso, no les pedimos que dejen de ganar plata, los empresarios tienen que ganar plata; simplemente les pedimos que inviertan en el país para sustituir importaciones, que es generar trabajo para los argentinos. Porque además, estamos haciendo una formidable inversión en educación y capacitación de nuestros recursos humanos.
Por eso, aunque también lo oculten, somos, según Naciones Unidas, el país que mayores inversiones de calidad recibe: esto es que los que quieren invertir en ciencia y tecnología, se deciden mayoritariamente por Argentina por la calidad de los recursos humanos y de nuestra educación, educación pública y gratuita y no solamente primaria y secundaria, sino también para la universidad.
¡Dios mío!, tienen que pasar cosas en algún país vecino para que los argentinos nos enteremos lo que significa tener universidad pública y gratuita y haber hecho este Gobierno la inversión más importante que se tenga memoria en materia universitaria. Diez universidades hemos creado.
Este próximo jueves estaremos en la Universidad de Lanús para inaugurar un nuevo laboratorio y así lo haremos en todos y cada uno de los puntos del país, llevando la ciencia y la tecnología.
Yo tengo una obsesión. Miren: este siglo XXI vamos a necesitar energía, alimentos y conocimiento; los que tengan estas tres cosas, van a ser de los grandes protagonistas del siglo XXI y ahí quiero ver a mi país.
Para eso necesitamos seguir sosteniendo la inversión, el consumo, la educación, en definitiva, la convicción y el sentimiento. Porque esto no es solamente una cuestión de razonamiento; esto también hay que sentirlo. Para poder hacerlo bien, además de saber, hay que sentirlo. Hay muchos que saben mucho y no entienden nada porque no miran con el corazón. El corazón te ayuda al conocimiento para que realmente puedas ver más allá de lo que tus ojos miran.  Y esto es lo que muchas veces les falta a algunos. Esperemos que cada vez sean menos; esperemos que cada vez haya más argentinos que puedan ver por ellos mismos y no por lo que otros les cuentan o les dicen o les escriben.
Si es fácil mirar y escuchar a tu alrededor, acordarte cómo estábamos en el 2001, en el 2002 y en el 2003 cuando llegó Néstor y cómo estamos hoy. Que estamos en Disneylandia, no. ¿Y quién quiere estar en Disneylandia? Queremos estar en la Argentina, con nuestros defectos, con nuestros errores, con lo que hemos hecho y con lo que todavía nos falta. Pero siempre acá, en la Argentina, nuestra casa y nuestro lugar.
Gracias, Catamarca, muchas gracias, los quiero mucho a todos y mucha fuerza para seguir adelante. ¡Fuerza!    
CRISTINA FERNANDEZ

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