DISCURSO EN EL RESUMEN DEL ACTO DE SOLIDARIDAD CON VIETNAM DEL SUR, EN OCASION DE LA VISITA DEL COMPAÑERO TRAN BUU KIEM, EFECTUADO EN LA PLAZA DE LA REVOLUCION
Fidel Castro
[3 de Junio de 1969]
― Departamento de versiones taquigráficas del Gobierno revolucionario ―
Querido compañero Tran Buu Kiem, representante del pueblo de Vietnam (APLAUSOS); Señores invitados; Compañeras y compañeros:
Las palabras de quien representa algo tan admirado por nosotros como es el pueblo de Vietnam, su lucha heroica y su Frente Nacional de Liberación, nos han conmovido a todos, porque sabemos todo lo que hay detrás de esas sencillas, sinceras, afectuosas y humanas palabras. Esas palabras están respaldadas por el más extraordinario ejemplo de heroísmo que hayamos tenido oportunidad de conocer.
Este acto tiene una especial significación para todos nosotros. Tiene, desde luego, un sentido afectivo, un sentido emotivo, incuestionablemente, vinculado a todo el desarrollo de los sentimientos de amistad y de solidaridad con el pueblo de Vietnam y de su causa. Tiene además un motivo de júbilo, por el hecho de tener entre nosotros un representante, un combatiente de ese pueblo. Tiene incluso hasta un cierto motivo de orgullo al pensar que nuestro país no ha sido solo el primer país en enviar un Embajador ante el Frente Nacional de Liberación, sino también ser nuestro país el primer país que recibe con este carácter oficial a un distinguido y alto representante de ese Frente (APLAUSOS).
Constituye un motivo de satisfacción el saber que, aunque solo fuese como una pequeña compensación de los monstruosos crímenes cometidos por el imperialismo contra el pueblo de Vietnam, aquí también en este continente, a solo 90 millas de Estados Unidos, pueda ser recibido por cientos de miles de ciudadanos, pueda ser recibido por un pueblo revolucionario, el representante de Vietnam del Sur (APLAUSOS).
Es decir que en este pequeño baluarte de la dignidad y de la revolución puede venir, ser recibido con inmenso calor y apoyado de todo corazón un representante de aquel gran baluarte de la revolución, aquel gran baluarte de la lucha antimperialista. Y decimos que en justicia debemos llamarlo así, gran baluarte, porque ningún pueblo ha hecho mayores sacrificios, ningún pueblo ha hecho tan extraordinarios sacrificios en la lucha contra el imperialismo como ha realizado el pueblo de Vietnam (APLAUSOS). Nosotros hemos realizado algunos esfuerzos, algunos sacrificios, que son realmente pequeños ante los esfuerzos y los sacrificios del pueblo de Vietnam.
Pero aparte de todas esas consideraciones por las cuales este acto es importante para nosotros, hay todavía una razón más fundamental, una razón de más peso, y es que todavía se está librando en toda su crudeza la batalla contra la agresión imperialista en Vietnam. Todavía el pueblo vietnamita se enfrenta heroicamente contra esa agresión recrudecida. De manera que mientras esa batalla se libra, este acto de solidaridad, este acto de apoyo constituye parte de esa lucha y de esa batalla del pueblo de Vietnam contra la agresión.
Por eso es necesario que en este acto nuestro pueblo exponga ante la opinión internacional su posición, su apoyo a las posiciones del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, y en qué fundamentamos, en qué basamos ese apoyo, puesto que la opinión pública internacional juega un papel importante en esta lucha. La opinión publica internacional constituye un factor grande, un factor —repito— muy importante en la lucha y en la victoria del pueblo de Vietnam.
Y nosotros nos hemos reunido esta noche para expresar en concreto nuestro apoyo total a las posiciones concretas y a los puntos concretos del Frente Nacional de Liberación en las conversaciones de París (APLAUSOS).
Aunque esos puntos han sido divulgados ampliamente en nuestro país, es necesario que esos puntos se conozcan ampliamente en todo el mundo. Es necesario que se conozcan cuáles son las posiciones del Frente Nacional de Liberación y cuáles son las posiciones del gobierno de Estados Unidos. Es necesario que se estudien estos puntos y se analicen, y se estudien y se analicen los argumentos y las posiciones legales, morales y justas del Frente Nacional de Liberación (APLAUSOS), puesto que es necesario desenmascarar aún más a los imperialistas yankis, puesto que es necesario desnudar aún más ante la opinión mundial a los agresores yankis (APLAUSOS), puesto que este es un problema que atañe a todo el mundo, puesto que este es un problema que ha suscitado el interés apasionado de la opinión mundial. Y puesto que esto no es solo una cuestión de opinión sino una cuestión vital para los pueblos, es necesario que estas posiciones sean conocidas, sean divulgadas y sean razonadas.
Por eso, y no tanto para nuestro pueblo que —repito— conoce esos puntos, para los que puedan estar escuchando este acto en otros países —y especialmente en la América Latina—, nosotros vamos a insistir y vamos a repetir estos puntos que están contenidos en una declaración del Frente Nacional de Liberación, bajo este título: “Principios y contenido esencial de una solución global del problema sudvietnamita. Contribución al restablecimiento de la paz en Vietnam.
“Inspirándose en el deseo de llegar a una solución política para poner fin a la guerra de agresión de los imperialistas norteamericanos en Sudvietnam, en contribución al restablecimiento de la paz en Vietnam, sobre la base de la garantía de los derechos nacionales fundamentales del pueblo vietnamita, inspirándose en los principios fundamentales de los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre el Vietnam, sobre la base del Programa Político y de la posición en cinco puntos del FNL de Vietnam del Sur, que están de acuerdo con la posición de cuatro puntos del gobierno de la República Democrática de Vietnam, el Frente Nacional de Liberación de Sudvietnam expone como sigue los principios y el contenido esencial de una solución global del problema sudvietnamita en contribución al restablecimiento de la paz en Vietnam.
“1. Respetar los derechos nacionales fundamentales del pueblo vietnamita, consagrados por los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre Vietnam, a saber: la independencia, la soberanía, la unidad y la integridad territoriales.
“2. El gobierno de Estados Unidos debe retirar totalmente de Sudvietnam las tropas, personal militar, armas y material de guerra norteamericanos, así como los de otros países extranjeros del campo norteamericano sin poner ninguna condición, liquidar las bases militares norteamericanas en Sudvietnam, renunciar a todos los actos que lleven perjuicio a la soberanía, territorio y seguridad de Sudvietnam y de la RDV.
“3. El derecho del pueblo vietnamita de combatir para defender su patria, es el derecho sagrado, inalienable, de legítima defensa de todos los pueblos. La cuestión de las fuerzas armadas vietnamitas en Sudvietnam quedará solucionada por las partes vietnamitas entre ellas mismas.
“4. La población sudvietnamita soluciona ella misma sus propios asuntos, sin injerencia extranjera. Decide ella misma el régimen político de Sudvietnam por medio de elecciones generales, libres y democráticas. Se procede a elecciones generales, libres y democráticas, para formar una Asamblea Constituyente para establecer una Constitución y formar un gobierno de coalición en el sur de Vietnam, reflejando la concordia nacional y una larga unión de todas las capas populares.
“5. En el período que transcurra desde el restablecimiento de la paz a la celebración de elecciones generales, no se permitirá a ninguna parte imponer su régimen político a la población sudvietnamita.
“Las fuerzas políticas representando a las diferentes capas populares y las diferentes tendencias políticas de Sudvietnam que están por la paz, la independencia y la neutralidad, comprendidas las personas que por razones políticas deben residir en el extranjero, entrarán en negociaciones para la formación de un gobierno de coalición provisional sobre la base del principio de la igualdad, de la democracia y del respeto mutuo en vista a realizar un Sudvietnam pacífico, independiente, democrático y neutral.
“El gobierno de coalición provisional tendrá las tareas siguientes:
“a) Aplicar los acuerdos firmados sobre la retirada de las tropas de Estados Unidos y de otros países extranjeros del campo norteamericano.
“b) Realizar la concordia nacional, la unión amplia de diferentes capas de la población, de las fuerzas políticas, nacionalidades, comunidades religiosas y de todas las personas, cualesquiera que sean sus tendencias políticas y su pasado, teniendo en cuenta que ellas se pronuncian por la paz, la independencia y la neutralidad.
“c) Realizar amplias libertades democráticas: libertad de palabra, libertad de prensa, libertad de reunión, libertad de creencia, libertad de crear partidos y organizaciones políticas, libertad de manifestaciones, etcétera... Poner en libertad las personas detenidas por razones políticas, prohibir todo acto de terror, de represalias y discriminación contra personas que hayan colaborado con una u otra parte y se encuentran actualmente en el extranjero, según los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre Vietnam.
“d) Cicatrizar las heridas de la guerra, restaurar y desarrollar la economía, restablecer la vida normal del pueblo y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
“e) Organizar elecciones generales libres y democráticas en todo Sudvietnam para realizar el derecho de la población sudvietnamita a la autodeterminación, conforme al contenido del punto cuatro antes mencionado.
“6. Poner en marcha una política de buena vecindad con el Reino de Camboya sobre la base del respeto de la independencia, de la soberanía y de la neutralidad e integridad territorial de Camboya en sus fronteras actuales.
Poner en marcha una política de buena vecindad con el Reino de Lao sobre la base del respeto a los Acuerdos de Ginebra de 1962 relativos a Lao.
“Establecer relaciones diplomáticas, económicas y culturales con todos los países sin distinción de régimen político y social, comprendido Estados Unidos, según los cinco principios de coexistencia pacífica:
“Respeto mutuo de la independencia, de la soberanía y de la integridad territorial, no agresión, no injerencia en los asuntos internos, igualdad y beneficio mutuos, coexistencia pacífica, aceptar la ayuda económica y técnica, no sujeta a condiciones políticas, de todos los países, cualesquiera que sean.
“7. La reunificación de Vietnam se hará paso a paso, por medios pacíficos, sobre la base de discusiones y de acuerdos entre las dos zonas, sin injerencias extranjeras.
“Esperando la reunificación pacífica de Vietnam, las dos zonas restablecen las relaciones normales en todos los dominios sobre la base del respeto mutuo.
“La línea de demarcación militar entre las dos zonas en el Paralelo 17, conforme a las disposiciones de los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre Vietnam, no reviste más que un carácter provisional y no constituye en ninguna forma un límite político o territorial. Las dos zonas se pondrán de acuerdo sobre el statu de la zona semimilitarizada y fijarán modalidades para la circulación a través de la línea de demarcación militar provisional.
“8. Conforme a las disposiciones de los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre Vietnam, esperando la reunificación pacífica de Vietnam, las dos zonas, Norte y Sur de Vietnam, se comprometen a abstenerse de toda participación en una alianza militar con países extranjeros, a no permitir a ningún país extranjero el tener bases militares, tropas y personal militar sobre su suelo, a no reconocer la protección de ningún país, alianza o bloque militar cualesquiera que sean.
“9. Solucionar las secuelas de la guerra:
“a) Las partes negociarán la liberación de los militares capturados durante la guerra.
“b) El gobierno de Estados Unidos debe asumir la entera responsabilidad de las pérdidas y destrucciones que ha causado al pueblo vietnamita de las dos zonas (APLAUSOS).
“10. Las partes se pondrán de acuerdo sobre una vigilancia internacional para la retirada de Sudvietnam de las tropas, del personal militar, de las armas y del material de guerra de Estados Unidos y de los otros países extranjeros del campo norteamericano.
“Los principios y el contenido de la solución global expuesta más arriba forman un todo. Sobre la base de estos principios y de este contenido, las partes se entenderán para llegar a la conclusión de acuerdos sobre las cuestiones mencionadas para poner fin a la guerra en Sudvietnam y contribuir al restablecimiento de la paz en Vietnam.”
Es necesario tener presente que estos 10 puntos se ajustan a la línea, a las posiciones y a los puntos sostenidos por el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur desde que comenzó la lucha; es decir, no desde que comenzó la lucha, sino desde que se constituyó el Frente Nacional de Liberación el 20 de diciembre de 1960.
Porque el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur no es un partido político sino que es una organización que comprende numerosos partidos políticos y numerosas organizaciones de masa de Vietnam del Sur, que nace, que surge, para coordinar los esfuerzos dispersos inicialmente del pueblo de Vietnam del Sur, la lucha armada contra la opresión yanki que comenzó con la participación de diversas organizaciones y que fue necesario coordinar y reunir en un Frente con sus objetivos muy claros, muy concretos, con sus puntos muy definidos, al objeto de llevar a cabo esa lucha.
De manera que por eso el programa del Frente Nacional de Liberación es un programa que recoge las aspiraciones, los intereses y los objetivos de amplias capas de la población.
No se trata de un partido marxista-leninista. Y es conveniente especificar esto porque uno de los argumentos que emplearon desde el principio los imperialistas fue el famosísimo argumento del anticomunismo.
No quiere esto decir que el argumento del anticomunismo contenga algún fundamento, alguna razón o alguna justificación; pero forma parte de todo el fraude, de toda la mentira, de toda la propaganda imperialista con relación a la lucha del pueblo de Vietnam del Sur.
La lucha del pueblo de Vietnam del Sur constituye un auténtico caso de lucha de un pueblo por su liberación; es necesario comprender esto. Y las posiciones del Frente se ajustan estrictamente, y se han ajustado de una manera muy consecuente, a su programa inicial, a sus posiciones, en virtud de las cuales se organizó e inició su extraordinaria y heroica lucha.
De manera que en las posiciones del Frente Nacional de Liberación no hay absolutamente ninguna contradicción.
Y es necesario que esto se conozca y se vea bien, puesto que esto constituye precisamente el fundamento de la posición del programa de los 10 puntos y la solidez de esa posición ante la opinión pública mundial y, al mismo tiempo, la solidez de esta posición frente a las posiciones del imperialismo.
De manera que aquí no se ha hecho un programa o un planteamiento ajustado a una situación determinada, sino que son los planteamientos que siguen de manera consecuente todo el proceso de la organización y de la lucha del Frente Nacional de Liberación. Y ciertamente que los planteamientos del Frente Nacional de Liberación para que cese la agresión imperialista en Vietnam y para que se establezca la paz en Vietnam sobre la base de derechos legítimos —irrenunciables del pueblo de Vietnam y de cualquier pueblo—, no solo son en virtud de acuerdos de Ginebra, sino en virtud del solo hecho de existir, del hecho de existir como tal pueblo; derechos universalmente reconocidos a todas las naciones en el mundo.
De manera que estos puntos son inobjetables. Frente a estos puntos no hay un solo argumento verdadero, no hay un solo argumento legal, no hay un solo argumento serio que puedan esgrimir los imperialistas yankis.
Pero además de todo eso, además de las posiciones, de los puntos, de los argumentos, de su seriedad, de su posición legal, moral, hay además el hecho de que el pueblo de Vietnam ha derrotado por las armas virtualmente al imperialismo yanki en Vietnam (APLAUSOS).
Es decir que no se trata de andar mendigando un derecho, de andar proclamando idílicamente un derecho, porque desgraciadamente el mundo anda lleno de derechos idílicos proclamados, simplemente proclamados: ¡Se trata de un derecho defendido con la sangre del pueblo de Vietnam, y defendido con una suma de sacrificios y heroísmos increíbles!
De manera que estos puntos contienen no solo un derecho legítimo, sino un derecho que se ha sabido defender, un derecho que se ha sabido conquistar, un derecho al cual es acreedor el pueblo de Vietnam del Sur tanto o más que cualquier otro pueblo del mundo, puesto que no son dos días ni tres días ni tres meses, sino que hace 30 años — ¡treinta años!— que viene luchando el pueblo de Vietnam contra poderosísimas fuerzas imperialistas y reaccionarias. ¡Treinta años! No es un derecho que se mendiga.
Martí decía que los derechos se tomaban no se imploraban, se arrebataban no se mendigaban. Y Maceo decía que los derechos se conquistaban con el filo del machete (APLAUSOS).
He aquí que estas posiciones conciernen no solo al derecho, no solo a la justicia, no solo a la moral sino también a los hechos.
Ahora bien: frente a estas posiciones razonables, serias, justas, del Frente Nacional de Liberación, ¿cuál es la posición y cuáles son los argumentos del gobierno de Estados Unidos? ¿Qué esgrimen, qué razón, qué pretexto, qué ideas, qué palabras, para negarse a encontrar una solución que demanda el mundo, que demandan los intereses del mundo, que demanda el pueblo norteamericano y que demandan los intereses del pueblo norteamericano?
Esas posiciones del gobierno de Estados Unidos están expresadas en un discurso del Presidente de ese país, posterior a los pronunciamientos del Frente Nacional de Liberación.
Aquí está el discurso que no vamos a leer completo, sino algunos párrafos fundamentales. Debe publicarse. Me ahorran ustedes, y se ahorran ustedes, unos cuantos minutos aquí, porque hay que analizarlo. Porque ahí es donde se ve, y ya nuestro pueblo tiene suficiente preparación, suficiente cultura para ver y distinguir y analizar y enjuiciar y descubrir todos los ardides, todas las falsas posiciones, las arbitrariedades que entraña el pensamiento del gobierno de Estados Unidos.
Entre otras cosas, nosotros hemos señalado las cuestiones fundamentales que tienen que ver con sus posiciones en las negociaciones.
Ellos dicen aquí, por ejemplo, en su planteamiento publico: “En este momento —dicen— aceleramos el fortalecimiento de las fuerzas sudvietnamitas. Debido a eso, el general Abrahams me informó el lunes que el progreso en este programa de entrenamiento ha sido excelente, y eso aparte de lo que surja de las negociaciones se está acercando el momento de que las fuerzas sudvietnamitas puedan hacerse cargo de algunos de los frentes de combate, ahora dirigidos por los norteamericanos.”
Es decir, frente a una solución de paz, frente a una solución que restablezca los legítimos derechos del pueblo de Sudvietnam, en la respuesta del gobierno de Estados Unidos lo primero que expone —revelando así, descubriendo su verdadero pensamiento, su intimo pensamiento— es que ha recibido noticias del general en jefe yanki en Vietnam de que el problema de entrenar y armar hasta los dientes al ejército títere de Vietnam del Sur al servicio de los criminales impuestos por ellos allí, después de 14 golpes de Estado en menos de 15 años, marcha “excelentemente”.
Y lo expresa con júbilo sea verdad o sea mentira. Y sabemos que es mentira porque allí no marcha nada excelentemente bien para los yankis hace mucho rato (APLAUSOS). Pero evidentemente los del Pentágono le han informado al gobierno de Estados Unidos que marcha excelentemente bien el programa de armar, entrenar y equipar hasta los dientes al ejército títere de los criminales que, apoyados en las bayonetas de más de medio millón de soldados yankis, oprimen o tratan de oprimir a aquel pueblo.
Y en una declaración supuestamente pacífica, en una declaración dirigida a la opinión mundial y a la opinión de Estados Unidos, en el preámbulo se empieza por revelar las verdaderas intenciones de Estados Unidos en estas negociaciones, que es tratar de ganar o de obtener en unas negociaciones los objetivos que no pudieron obtener por las armas.
Luego dice: “A pesar de los cursos alternativos, hemos tenido que reconocer que la situación actual dista mucho de ser la que era hace dos años o cuatro años o diez años.
“Una diferencia es que ya no tenemos la alternativa de no intervenir. Hemos cruzado ese puente. Ahora hay más de medio millón de soldados norteamericanos en Vietnam, y 35 000 norteamericanos han perdido la vida allí.
“Podemos tener una discusión honesta acerca de si debimos entrar en esa guerra; podemos tener una discusión honesta respecto a la dirección pasada de la guerra.
“Pero la cuestión urgentemente, actualmente, es qué hacer ahora que estamos allí; no si debimos haber entrado en este curso, sino lo que se exige de nosotros hoy día.”
Estas cosas plantea al pueblo de Estados Unidos el gobierno de Estados Unidos.
Dice así también: “También hemos descartado una retirada unilateral de Vietnam o la aceptación en París de condiciones que equivalgan a una derrota disfrazada.”
En otra parte de la declaración dice: “Si simplemente abandonamos nuestro esfuerzo en Vietnam, la causa de la paz quizás no podría sobrevivir al daño que se haría a la confianza de otras naciones en nuestras formalidades.
“Otra razón procede de los debates dentro del mundo comunista entre los que están en favor de una confrontación con Estados Unidos y los que están en contra. Si Hanoi lograra apoderarse de Vietnam del Sur por la fuerza, incluso después de que el poderío de Estados Unidos ha sido comprometido, fortalecería enormemente a esos líderes quienes desprecian las negociaciones, quienes abogan por la agresión, quienes disminuyen los riesgos de la confrontación. Se lograría la paz ahora, pero aumentaría enormemente el peligro de una guerra mayor más tarde.
“Si queremos pasar con éxito de una era de confrontación a una era de negociación, entonces tenemos que demostrar, en el momento en que la confrontación está siendo probada, que la confrontación con Estados Unidos es costosa y estéril.”
Más adelante añade un párrafo... O anteriormente dice así: “En este espíritu permítaseme ser explícito en cuanto a varios puntos:
“1) No buscamos bases en Vietnam.
“2) Insistimos en vínculos militares.
“3) Estamos dispuestos a llegar a un acuerdo en cuanto a la neutralidad, si eso es lo que el pueblo sudvietnamita escoge libremente.
“4) Creemos que debe haber una oportunidad para una participación completa en la vida política de Vietnam del Sur de todos los elementos políticos que están preparados a hacerlo sin usar la fuerza o la intimidación.
“5) Estamos dispuestos a aceptar cualquier gobierno en Vietnam del Sur que resulte de la libre elección del propio pueblo sudvietnamita.
“6) No tenemos intención de imponer alguna forma de gobierno al pueblo sudvietnamita, ni seremos una parte para esa coerción.
“7) No nos oponemos a la reunificación si eso resulta ser lo que el pueblo de Vietnam del Sur y el pueblo de Vietnam del Norte desean; únicamente pedimos que la decisión refleje la libre elección del pueblo en cuestión.”
Y más adelante un párrafo increíble. Dice así: “Esta es la guerra más difícil en la historia norteamericana, librada contra un enemigo despiadado.”
Y más adelante las proposiciones concretas de respuesta a las posiciones del Frente Nacional de Liberación, en que —una cosa también increíble— dice: “Para hacer muy concreto lo que he dicho, propongo las siguientes medidas que parecen ser consistentes con los principios de todos los partidos. Estas proposiciones se hacen sobre la base de consulta a fondo con el presidente Thieu”—este presidente Thieu es el decimoquinto gerifalte desde que se produjo la intervención yanki allí en Vietnam.
“Tan pronto como se llegue a un acuerdo, todas las fuerzas no sudvietnamitas comenzarán su retirada de Vietnam del Sur.
“Durante un período de 12 meses, por etapas convenidas, las principales porciones de todas las fuerzas de Estados Unidos, aliadas y otras no vietnamitas, serán retiradas.
“Al final de este período de 12 meses, las restantes fuerzas de Estados Unidos, aliadas y otras no sudvietnamitas, se moverán hacia áreas básicas designadas y no entrarán en operaciones de combate.
“Las restantes fuerzas de Estados Unidos y aliadas se moverán para completar su retirada, a medida que las restantes fuerzas norvietnamitas fueran retiradas y hechas regresar a Vietnam del Norte.
“Un organismo supervisor internacional, aceptable para ambas partes, sería creado con el propósito de verificar las retiradas o para cualesquiera otros propósitos convenidos entre las dos partes.
“Este organismo internacional comenzaría a operar de acuerdo con un programa de fechas convenidas y participaría en los arreglos de ceses del fuego supervisados.
“Tan pronto como fuere posible después de que el organismo internacional estuviera funcionando, se celebrarían elecciones según procedimientos acordados y bajo la supervisión del organismo internacional.
“Se harían arreglos para la más rápida liberación posible de los prisioneros de guerra de ambas partes.
“Todas las partes convendrían en cumplir los Acuerdos de Ginebra de 1954 respecto a Vietnam y Camboya, y los Acuerdos de Lao de 1962.”
Luego añade: “Yo creo que esta proposición de paz es realista y toma en cuenta los legítimos intereses de todos los interesados; es consistente con los seis puntos del presidente Thieu.”
Es conveniente el análisis de estas posiciones, porque por sí mismas contienen toda la endebles, toda la falsedad y toda la insinceridad de la posición del gobierno de Estados Unidos; posiciones que no pueden ser defendidas con ningún argumento serio, con ningún argumento legal ni con ningún argumento moral.
Es necesario tener presente cómo llega Estados Unidos a Vietnam. Esto ocurrió a raíz de la lucha del pueblo vietnamita contra los colonialistas franceses apoyados por Estados Unidos.
Porque el pueblo de Vietnam luchó contra los imperialistas japoneses durante la ocupación; luchó después contra los colonialistas franceses, que intentaron después de la Segunda Guerra Mundial volver a situar al pueblo de Vietnam en la condición de una colonia, y cuando el pueblo vietnamita —dirigido en su lucha por la liberación por ese extraordinario dirigente y combatiente tan querido por todos nosotros, el compañero Ho Chi Minh (APLAUSOS)— les asesta un golpe decisivo en Dien Bien Phu en 1954, tienen lugar entonces las negociaciones y un acuerdo —que fue el acuerdo o los acuerdos de Ginebra— aceptado por todos los países del mundo, excepto el de Estados Unidos, que ya desde entonces se arrogó el derecho de no aceptar tales Acuerdos, porque ya había decidido sencillamente violarlos, rechazarlos.
Estados Unidos no tenía ningún derecho a pasar por encima de esos Acuerdos, y se tomó el derecho a pasar por encima de ellos.
En esos Acuerdos se establecía que no existía ni podía existir una división entre el Norte y el Sur, que aquella era una línea provisional, que el pueblo de Vietnam tenía el derecho a decidir sobre sus propios problemas y sus cuestiones internas; tenía el derecho a unirse y a decidir en virtud de su libre voluntad. En los Acuerdos se estipulaban unas elecciones generales ulteriores con las debidas garantías, para que el pueblo expusiera su voluntad.
Y en ese mismo año ya interviene Estados Unidos en Vietnam del Sur, sustituyen allí al colonialismo francés, comienzan por enviar sus asesores militares, sus armamentos, comienzan a intervenir en toda la vida del país; la CIA comienza allí a actuar inmediatamente. Y según se conoce, es un hecho histórico, porque el propio Presidente de Estados Unidos, que decidió esa política, explicó en sus memorias que Estados Unidos tenía que intervenir porque si no iban a perder el estaño, el tungsteno y otra serie de materias primas, ya que de producirse unas elecciones generales Ho Chi Minh triunfaría con más del 80% de los votos (APLAUSOS).
Los propios imperialistas... Y eso no lo puede desconocer quien en esa época era precisamente gran colaborador del general Eisenhower, el actual presidente de Estados Unidos no puede ignorar cuáles fueron las razones por las cuales Estados Unidos intervino en Vietnam y pisoteó los Acuerdos de Ginebra, por razones conocidas, confesadas por el propio Eisenhower: razones de materias primas, razones estratégicas, y la convicción de que no se podía permitir unas elecciones allí.
Intervienen, seleccionan entre los peores bandidos su camarilla, y establecen el primer gobierno títere apoyado por ellos. Y aquel gobierno se dedicó a las peores prácticas reaccionarias, a la peor represión. No se realizaron ningunas elecciones, no se le concedió ningún derecho al pueblo, comenzó inmediatamente a arrebatárseles a los campesinos las tierras que se les habían entregado durante la lucha por la liberación contra el colonialismo francés, y se comenzaron a perpetrar todo género de fechorías contra el pueblo de Vietnam del Sur.
Y el pueblo de Vietnam del Sur acudió a la lucha de masas, a las luchas legales, a los medios pacíficos, para tratar de hacer valer los derechos, para exigir las garantías, para exigir los Acuerdos de Ginebra, hasta que en una situación ya imposible, insoportable, se levantó en armas contra aquel gobierno. Y así se inician las primeras luchas armadas de nuevo, que culminan con la constitución del Frente Nacional de Liberación en 1960.
De manera que qué sentido, qué razón, qué moral puede tener el gobierno de Estados Unidos ahora para decir que están dispuestos a llegar a un acuerdo en cuanto a la neutralidad, si eso es lo que el pueblo vietnamita escoge libremente; que cree que debe haber una oportunidad para la participación política en Vietnam del Sur de todos los elementos políticos que estén dispuestos a hacerlo sin usar la fuerza o la intimidación; que están dispuestos a aceptar cualquier gobierno en Vietnam del Sur que resulte de la libre elección del propio pueblo sudvietnamita, etcétera, etcétera.
Y lo primero que hay que preguntarse es que quién le da ningún derecho al gobierno de Estados Unidos para decidir sobre estas cuestiones con relación al pueblo de Vietnam del Sur (APLAUSOS). ¿Dónde está escrito? ¿En qué principios se fundamenta? ¿Qué legalidad pueden tener esas pretensiones de Estados Unidos, y mucho menos qué moralidad puede tener el gobierno de un país cuyos principales responsables de la política revelaron en sus memorias, descarnadamente, que los móviles eran de tipo material, de tipo imperialista, de tipo estratégico, de tipo guerrerista, para obtener y asegurar materias primas, y lograrlo mediante la negación de la posibilidad de que el pueblo de Vietnam escogiese libremente su camino? ¿Qué derecho tiene un gobierno de un país que durante 15 años ha impedido que ese pueblo escoja ese camino, que decida lo que deba decidir, que tenga el gobierno que desee tener? ¿Qué moral puede tener quien durante 15 años ha impedido precisamente eso?
Pero, además, ¿qué sinceridad puede albergar un gobierno que haga semejante planteamiento, si en el preámbulo de tales declaraciones expresa jubiloso que su General en Jefe le ha informado que el proceso de armamentismo y entrenamiento del ejército títere marcha excelentemente? ¿Pero es que no fue acaso precisamente eso lo que motivó la rebelión del pueblo de Vietnam del Sur? ¿No fue acaso precisamente esa política, la violación de los Acuerdos de Ginebra, la intervención allí, la imposición de un gobierno de criminales, de bandidos que habían estado al servicio del imperialismo japonés primero, luego del colonialismo francés y ahora del imperialismo yanki, no fue precisamente esa política, la imposición de una camarilla títere, armada hasta los dientes contra el pueblo de Vietnam, lo que originó esta guerra? ¿Cómo puede ahora venir el Presidente de Estados Unidos a decirle a la opinión mundial y a decirle al pueblo de Estados Unidos que quiere buscar una solución, y empieza por proclamar que su General en Jefe le acaba de informar que el trabajo de entrenamiento y rearmamento del ejército títere marcha excelentemente bien?
Esto al cabo de 15 años de lucha, y al cabo de millones de víctimas de una de las guerras más sangrientas, y más crueles y más criminales que se haya podido librar contra un pequeño país. .
Y luego el propio Presidente de Estados Unidos reconoce prácticamente que no debieron haberse metido nunca en aquella guerra. El propio Presidente de Estados Unidos lo da a entender con toda claridad cuando dice: “Podemos tener una discusión honesta acerca de si debimos entrar en esa guerra”, lo cual lleva implícito grandes dudas, de hecho la afirmación de que no debieron haber entrado en aquella guerra. Dice que ya no hay alternativa, que ya están allí; que ahora el problema no es si fue justo o no.
Cuando se va a hacer un planteamiento para la opinión, cuando se va a hacer un planteamiento serio, no se puede hacer una afirmación semejante, porque la única conclusión que puede sacarse de la convicción de que fue un disparate, de que aquella guerra no debió haberse llevado a cabo, es sencillamente el cese de inmediato de esa guerra. Es lo único moral, lo único serio que se puede decir (APLAUSOS).
Y después de aceptar que nunca debieron meterse en esa guerra, dice que descartan una retirada unilateral —después de haber intervenido unilateralmente— y que no aceptan en París condiciones que equivalgan a una derrota disfrazada. Es decir que pretenden una retirada honrosa. Y lo único que puede decirse respecto a esta frase de que no aceptan condiciones que equivalgan a una derrota disfrazada es que la derrota de Estados Unidos en Vietnam no admite disfraz posible (APLAUSOS); que no se trata de que “equivalgan a una derrota”, sino que hay una derrota sencillamente, y se obstinan en no reconocerlo. No puede haber, por tanto, derrota disfrazada sino derrota sin disfraz. Si se quiere puede hablarse de una retirada honrosa, pero es que en Vietnam actualmente lo único honroso puede ser la retirada misma, ¡lo único honroso la retirada misma! y lo verdaderamente deshonroso es tener que irse porque los expulsen de Vietnam (APLAUSOS).
Lo verdaderamente honroso ahora puede ser el reconocimiento del error y actuar en consecuencia. ¡Que un país poderoso, después de cometer los crímenes que ha cometido contra un pueblo como el de Vietnam, hable ahora de honra, y hable de honra cuando llegó la hora de cesar el crimen, y le hable de honra al pueblo norteamericano cuando es precisamente el pueblo norteamericano quien está ya cansado y avergonzado de esa deshonra que constituye la guerra de Estados Unidos contra el pueblo de Vietnam! (APLAUSOS) ¿De qué manera interpreta la honra de su país el gobierno de Estados Unidos, la honra del pueblo norteamericano? ¿Es que hay acaso honra en la repugnante cadena de hechos bochornosos cometidos por Estados Unidos en Vietnam desde 1954? ¿Son acaso honrosos los millones de víctimas que ha causado a aquel país? ¿Son acaso honrosas las destrucciones que ha causado a aquel país? ¿Son acaso honrosos los crímenes que allí han cometido? ¿Son acaso honrosas para el pueblo norteamericano la alianza de los Thieu, de los Ngo Dinh Diem y de las 14 camarillas de bandidos, asesinos, reaccionarios y ladrones que han pasado allí durante la ocupación yanki de Vietnam del Sur? (APLAUSOS)
Luego otro argumento increíblemente débil: “Si abandonamos nuestro esfuerzo en Vietnam, la causa de la paz quizás no podría sobrevivir al daño que se haría.” Esta tesis equivale a decir que dejar de hacer la guerra es dañar a la paz, y que haciendo la guerra contra el pueblo de Vietnam se defiende la paz.
Y aquí hay otro argumento, entre los señalados, sumamente revelador, cuando indica que si se retiran de Vietnam, si retiran sus tropas de Vietnam del Sur, en el mundo comunista los que están a favor de una confrontación se sentirán alentados, y que es necesario que todo el mundo sepa que la confrontación con Estados Unidos es inútil y es costosa. Y aquí se revela toda la intimidad del pensamiento del gobierno de Estados Unidos. Es decir: es conveniente que cometamos allí la agresión, que mantengamos allí las tropas que no debimos enviar, que continúen cometiendo crímenes contra el pueblo de Vietnam del Sur, para que los demás vean que a nosotros nadie nos puede desafiar, para que los demás pueblos del mundo sepan cuán duro, cuán cruel es el poderío y la técnica militar de Estados Unidos. Es decir: confiesan ante la opinión del mundo que están allí matando y asesinando, entre otras cosas para sembrar el terror entre los pueblos del mundo, para aterrorizar a la opinión mundial y sobre todo para aterrorizar a los pueblos que tienen que vivir bajo el coloniaje o bajo la explotación imperialista.
Este argumento tan sutilmente expuesto revela el fondo del pensamiento del gobierno de Estados Unidos, al señalar, al proclamar que están llevando a cabo allí una guerra de carácter terrorista. Y cualquiera tendría derecho a preguntar qué razón, qué justificación, qué prerrogativa tiene Estados Unidos para cometer crímenes contra ningún pueblo, sencillamente para amedrentar a otros pueblos, para amedrentar al movimiento revolucionario.
Y este argumento está expresado aquí con toda claridad en esa frase.
Y por último, decíamos que era inconcebible la afirmación de que se libraba esa guerra contra un enemigo despiadado. ¿A quién van a confundir? ¿A quién van a engañar con esa frase? Vean ustedes: el gobierno del país que dice que lucha contra un enemigo despiadado.
Se sabe que Estados Unidos mantiene un ejército de más de medio millón de soldados en Vietnam y que no bastándole eso mantiene allí tropas del gobierno títere de Corea del Sur, tropas del gobierno fascista de Tailandia, tropas australianas, incluso algunas tropas filipinas y de otros cómplices más bien morales que materiales del crimen que comete contra el pueblo de Vietnam del Sur. Eso no es nada nuevo.
No hace tanto tiempo que perpetraron su criminal intervención en la República Dominicana, y cómo incluso después de estar allí pues llevaron también unas cuantas unidades y tropas de gobiernos títeres. Es el mismo clisé, es el mismo procedimiento, es el mismo método en todas partes.
Todo el mundo sabe cómo se llevó a cabo la guerra de agresión y de destrucción sistemática contra la República Democrática de Vietnam; todo el mundo sabe que han empleado allí productos químicos para destruir los cultivos, para destruir la vegetación; todo el mundo sabe que han empleado gases tóxicos; todo el mundo sabe que sus armas más mortíferas, que sus armas más modernas las han empleado contra Vietnam; todo el mundo sabe que incluso después de iniciadas las negociaciones en París recrudecieron la agresión contra Vietnam del Sur; y todo el mundo sabe que están empleando en la actualidad la aviación estratégica y que están lanzando contra el pueblo de Vietnam del Sur bombas hasta de siete toneladas.
Para que se tenga una idea del grado de crudeza, de violencia, de criminalidad que ha alcanzado la agresión contra el pueblo de Vietnam, hay que tener en cuenta estos datos:
A fines de marzo de 1969 la fuerza de Estados Unidos era de 660 000 soldados. Entre ellos los efectivos acantonados en Vietnam del Sur eran de 520 000, es decir, en el mismo campo de batalla de Sudvietnam, ya que el resto se encontraba en Tailandia —Séptima Flota, etcétera.
Las unidades en Vietnam del Sur eran 9 divisiones yankis y 5 brigadas, o sea, 32 brigadas de un total de 71 brigadas que tienen, lo que representa un 42% de sus fuerzas terrestres en el territorio sudvietnamita.
En cuanto a la fuerza de infantería y paracaidistas, tienen 24 de un total de 35 brigadas, o sea, un 68%. La infantería de marina tiene 7 regimientos en Vietnam del Sur, de un total de 12, es decir, un 58,3%.
En cuanto a la aviación táctica, de 3 900 aparatos de combate utilizan en Vietnam del Sur 1 250, o sea, un 32%. Además, utilizan el 50% del resto que tienen en Estados Unidos para reemplazar los aparatos derribados.
En relación con la aviación estratégica B-52, utilizan 120 del total de 612 aparatos, es decir, un 20%.
Tienen 10 portaaviones, de un total de 16, o sea, un 60%.
Todo esto demuestra que la guerra de Vietnam del Sur ha absorbido la mayor parte del poderío militar yanki.
En la industria de guerra, como consecuencia de la agresión en Vietnam, están empleando actualmente el 10% del total de los obreros industriales, el 20% de los técnicos electromecánicos y un 40% de los físicos.
Han tenido que movilizar 22 000 empresas para producir armas.
En relación con los gastos militares, en cuatro años de guerra local (1965-1968) han invertido 97 000 millones de dólares.
Las bombas utilizadas en 1968 llegaron a una cifra récord con un promedio de 64 000 toneladas por mes. En la Segunda Guerra Mundial fue de 45 000 toneladas por mes. En los cuatro años de guerra local han utilizado 3 millones de toneladas de bombas, y sin embargo en cuatro años de la Segunda Guerra Mundial emplearon solo 2 millones de toneladas de bombas. De manera que Estados Unidos en cuatro años ha lanzado contra un país apenas un poco mayor que la isla de Cuba 3 millones de toneladas de bombas. ¡Un millón de toneladas de bombas más que las que empleó durante toda la Segunda Guerra Mundial!
Y en un territorio —repito— apenas un poco mayor que el de Cuba, más de medio millón de soldados, decenas de miles de soldados de gobiernos aliados y, además, más de medio millón de soldados títeres. Es decir: ¡Más de un millón de hombres!
Y con toda esa fuerza y con todas esas bombas y con casi 100 000 millones de dólares, no domina más que una quinta parte del territorio de Vietnam del Sur, una cuarta parte de la población que vive principalmente en las grandes ciudades, y que, desde luego, en su inmensa mayoría está contra la guerra y contra la agresión imperialista.
¿Se puede tener acaso una prueba mayor del apoyo, del respaldo, de la decisión de libertad del pueblo de Vietnam del Sur?
Podríamos preguntar lo siguiente: ¿Acaso hay algún otro pueblo en toda la historia del mundo que haya dado una prueba semejante de vocación de libertad?
¿Y acaso considera una honra para Estados Unidos el gobierno de ese país esta cifra? Haber comprometido el grueso de la potencia militar capitalista más poderosa, haber invertido 100 000 millones del pueblo norteamericano —porque esos millones no son de los monopolios, esos millones los paga el pueblo en impuestos mientras los monopolios hacen enormes negocios, enormes ganancias—, invertir 100 000 millones en asesinar vietnamitas, en establecer gobiernos de títeres corrompidos, de bandidos, de asesinos, de reaccionarios. ¿Mantener eso es acaso alguna honra para el pueblo de Estados Unidos?
Creo que la simple lectura de estos datos basta para comprender el concepto de la honra que tiene el gobierno de Estados Unidos.
¿Quién puede creer en el mundo ya los manidos pretextos, la supuesta lucha por los derechos de un pueblo, la supuesta defensa de la libertad tantas veces baboseada por estos corifeos del imperialismo? ¿Quién puede prestarles la menor atención? ¿Quién puede prestarles el menor caso? ¿Quién puede discutir en ninguna parte, bajo ninguna circunstancia, el derecho del Frente Nacional de Liberación de los puntos planteados?
Es increíble que el gobierno de Estados Unidos invente el increíble argumento o la increíble tesis de retiradas simultáneas de Vietnam de las tropas interventoras yankis, a la vez que la retirada de fuerzas vietnamitas. Y es increíble sobre todo cuando en el preámbulo de tal planteamiento empieza —como decíamos— declarando que la tarea de armar al ejército títere marcha muy bien. Pero es más increíble todavía que un gobierno pretenda llamar extranjeros en Vietnam a los vietnamitas. Es como si se declarara aquí extranjero a un pinareño, a un matancero, a un oriental, a un camagüeyano; es como si se declarara extranjero en Estados Unidos a un bostoniano, a un neoyorquino o a un californiano.
Es increíble que se trate de presentar como un argumento serio la pretensión de que para ir retirando y siempre dejando allí —porque no está claro, está confuso ese planteamiento—, de que para ir retirando a los agresores yankis tengan que retirarse también vietnamitas.
Vietnam, que nosotros conozcamos, es un país, es un pueblo, es una nación. Y por eso nosotros consideramos muy justa y muy digna y muy fundamental la posición, el punto del Frente Nacional de Liberación de que todo lo que concierna a las fuerzas armadas vietnamitas les corresponde resolverlo entre sí ellas mismas, y que en eso no tiene que intervenir ni inmiscuirse absolutamente nadie.
De manera que nuestro apoyo a los 10 puntos no está motivado solamente en un sentimiento emotivo que existe sin duda y tiene que existir, en nuestra simpatía, en nuestra admiración, en nuestra solidaridad, sino que está fundamentado en la razón, en la moral, en los principios más elementales, en los derechos más fundamentales de cualquier pueblo.
¿Quién puede discutirle ese derecho al pueblo de Vietnam del Sur? Pero además, ¿qué horas son estas para esas exigencias?
Hace 15 años Estados Unidos pudo haber evitado intervenir en Vietnam del Sur; hace 10 años pudieron dejar de iniciar su guerra especial; hace 5 años pudieron dejar de iniciar su guerra local. Pero en aquella época, arrogantes, envalentonados, creyéndose invencibles, creyéndose superpoderosos, pretendiendo aplastar por el terror y por la fuerza al pueblo de Vietnam, no fueron ni cautelosos, ni perezosos, ni cuidadosos a la idea de lanzar miles de aviones, millones de toneladas de bombas, cientos de miles de soldados contra el pueblo de Vietnam, en un empeño inútil, en una tarea imposible.
Cuando hicieron eso, por su mente, por las mentes de los del Pentágono y de los imperialistas no les pasaba la idea de la capacidad de lucha, de la capacidad de resistencia del pueblo de Vietnam, de la potencialidad de lucha de un pueblo que combate por sus derechos más fundamentales.
Pero lo cierto, lo incuestionable es que el poderío militar yanki, con toda su técnica, se estrelló —¡sí, se estrelló literalmente!— contra la resistencia del pueblo de Vietnam. Y no creo que haya nadie que lo pueda negar (APLAUSOS).
Y si Estados Unidos comenzó a desescalar es porque sencillamente sus recursos no daban para más. Cualquiera que lea estas cifras, estos gastos, ese descomunal despilfarro de fuerzas, se da cuenta de que la escalada yanki había llegado a sus límites.
Pero hay algo más, más importante todavía: es que la guerra de Vietnam constituyó un aldabonazo en la conciencia del pueblo norteamericano, es que la paciencia del propio pueblo norteamericano estaba llegando también ya a sus límites, y la opinión contra la guerra era cada vez mayor. Y no pueden ocultarlo.
Los imperialistas podrán dolerse, podrán lamentarse, y en ocasiones apelan al pueblo norteamericano diciéndole que su apoyo a la causa vietnamita dificulta encontrar una solución. ¡No! Ha sido precisamente todo lo contrario. La resistencia del pueblo norteamericano ha sido un freno a la agresión, ha constituido un limitante para las fuerzas y las posibilidades de los imperialistas.
Y es que los imperialistas en Vietnam llegaron al límite de sus posibilidades materiales y de posibilidades políticas. Porque podían despreciar todo lo que quisiera la opinión mundial, pero no estaban en la misma situación de echar a un lado y despreciar a la opinión del pueblo norteamericano, porque es el pueblo norteamericano quien paga esos impuestos y, sobre todo, es el pueblo norteamericano quien pone a sus hijos para que vayan allí de carne de cañón en defensa de una causa injusta, en defensa de una mala causa (APLAUSOS).
En las declaraciones de los imperialistas nunca falta la amenaza: que no agoten su paciencia, que esperar conlleva grandes riesgos.
¿Pero a quién van a asustar? ¿Van a asustar a los vietnamitas? ¿Van a asustar a los que han muerto? ¿Van a asustar a los que están dispuestos a morir? (APLAUSOS) ¿Van a asustar al mundo? ¿Van a asustar a los demás pueblos? ¿Con qué los van a asustar?
Si piensan en otras armas, ya también conocemos nosotros algunas de esas experiencias. Hubo una época, en cierto momento, en que decenas de cohetes nucleares estaban apuntando para nosotros, en un momento realmente crítico. ¡Y realmente, no recuerdo haberme encontrado en este país con uno solo asustado! (APLAUSOS)
De manera que, ¿a quién amenazan? ¿A quién asusta? ¿Y con qué?
Y esta es la filosofía de los imperialistas: vamos a matar porque si no matamos después nos desafían. Y lo que sucede es precisamente lo contrario: ¡puesto que amenazas con matarme te desafío, puesto que quieres matarme te desafío! (APLAUSOS)
Nunca el prestigio de Estados Unidos llegó a un nivel más bajo, nunca el descrédito de Estados Unidos fue mayor desde que existe ese país. Y a ese descrédito llegó Estados Unidos, a ese punto culminante llegó precisamente a raíz de su criminal guerra en Vietnam, aunque esa guerra no fuese un hecho aislado, sino fuese el resultado de toda una concepción, de toda una política, que se manifiesta en Corea del Sur haciendo allí exactamente lo mismo, que se manifiesta en Formosa, que se manifiesta en Okinawa, que se manifiesta en cualquier lugar de Asia, de Europa y de América Latina.
Es decir que se manifiesta en todas partes del mundo. Es un aspecto de la misma concepción, de la misma política que no ha conducido sino a fracasos, a descréditos y a debilitamiento.
Elocuentísima prueba de ese descrédito la mencionó aquí nuestro visitante, el compañero Tran Buu Kiem, cuando habló de la desastrosísima gira del señor Rockefeller por la América Latina.
Claro que el señor Rockefeller ahora dice que ha sido útil porque ha descubierto la “subversión”, la gran fuerza que tenía esa “subversión”. Una manifestación más de testarudez, de obstinación y de simplismo: califican de subversión internacional organizada lo que constituye la más espontánea, la más natural, la más lógica y la más justa repulsa de los pueblos, de los estudiantes, de los intelectuales, de los trabajadores, de los campesinos contra la expoliación y el saqueo del imperialismo yanki.
¡Pero no!, el señor Rockefeller saca sus conclusiones: es la subversión. Y así, como un mulo con orejeras, no solo de lado sino de frente, se empeña en negar las realidades.
Sin embargo, no todos en Estados Unidos piensan de la misma manera. Se señaló aquí la participación del pueblo de Estados Unidos frente a la agresión en Vietnam; se señaló aquí la importancia que tenía el pueblo de Estados Unidos en esta lucha y la opinión norteamericana.
Hemos leído los puntos y las tesis planteados por el gobierno de Estados Unidos, pero también hay otras opiniones en Estados Unidos muy interesantes.
Y en el día de ayer precisamente llegaron algunos cables con noticias de un documento suscrito por 9 senadores y 36 representantes y además un grupo de antiguos funcionarios y peritos en armamentos, que propusieron un plan de desmilitarización del país, que prevé reducir el ejército en un millón de hombres y retirar inmediatamente las tropas norteamericanas de Vietnam.
Es decir, un grupo de 45 miembros del Congreso de Estados Unidos suscribieron este documento. Y es interesante y es conveniente que leamos los cables que se refieren a este documento, aunque, naturalmente, inmediatamente invocando un falso honor y un falso patriotismo, el gobierno de Estados Unidos dirá: vean cómo los que se oponen a la guerra de Vietnam les dan argumentos a los enemigos de Estados Unidos.
Claro, ellos consideran enemigos de Estados Unidos a los enemigos del imperialismo, a los enemigos de los monopolios yankis. Y tratan de presentar a todo el que no esté de acuerdo con la política de los monopolios, con sus aventuras y con sus fechorías, como enemigos del pueblo de Estados Unidos.
¡Los verdaderos enemigos del pueblo de Estados Unidos son los monopolistas y son los aventureros del Pentágono, son los imperialistas, que los conducen a ese tipo de aventuras y a ese tipo de fechorías y de agresiones en el mundo!
“En el informe —dice el cable— el grupo apremia al Congreso norteamericano a restablecer el control que otrora ejercía sobre las instituciones militares de Estados Unidos.
“Para empezar, dice el informe, debe intervenir en la pugna suscitada por el proyecto de instalar un sistema de proyectiles antibalísticos, así como en las gestiones para suspender la lucha en Vietnam.
“Si no puede parar la instalación de los proyectiles antibalísticos o la guerra en Vietnam, el Congreso podría convertirse en una simple sociedad de debates ornamentales y la impotencia de nuestras instituciones políticas quedaría de manifiesto.
“El documento comprende una conferencia de dos días verificada en Washington a fines de marzo y durante la cual se discutieron las inversiones en negocios militares y su relación con otras necesidades nacionales.
“Conforme al documento, durante los últimos 20 años el Congreso de Estados Unidos ha permanecido callado y los fiscales civiles de las instituciones militares han eludido sus responsabilidades ante la desbocada penetración de la maquinaria de seguridad nacional en las esferas sociales, industriales y sindicales.
“Ahora —prosigue el informe— tenemos un coloso montado sobre el país y el cual devora el 80% de los presupuestos federales, determina la política extranjera, asfixia programas domésticos y tiene al mundo bajo el temor de una guerra nuclear.
“Una vez que comience la instalación en escala mayor de los proyectiles antibalísticos y concluyan las pruebas de los proyectiles de múltiples cargas, el genio nuclear se saldrá del ánfora y no será probable que volvamos a gozar de la estabilidad que tenemos ahora”, advierte el informe.
“Por esta razón el documento apremia al Congreso a examinar de nuevo los compromisos militares contraídos por este país en el extranjero y a insistir en la reducción de las bases militares ultramarinas y de los efectivos del ejército permanente.
“También aconseja al Congreso crear su propia fuente de información, con objeto de fiscalizar los gastos y la política del Departamento de Defensa norteamericano.
“He aquí algunas de las medidas que sugiere:
“Un nuevo brazo fiscal del Congreso con acceso a información secreta.
“Una comisión mixta de senadores y representantes para estudiar las necesidades primordiales del país.
“Consultar con peritos de fundaciones privadas capacitados para emitir opiniones libres sobre los programas de la defensa nacional.
“Audiencias directas con relación al presupuesto en los distritos electorales.
“Creación de un Comité Interino de Seguridad Nacional, integrado por miembros del Congreso y peritos independientes, para estudiar la estructura y la trayectoria del complejo militar industrial.
“Lo que en verdad está a discusión es la transformación de Estados Unidos en una especie diferente de civilización, en un Estado de seguridad nacional. La nación y el Congreso deben preguntarse si pueden acaso recobrar alguna vez el control de las agencias que forman ese Estado, sin reducir sustancialmente sus dimensiones y sin darle una nueva estructura, a fin de que sirvan con claridad a los intereses de la nación.
“Por el momento —afirmaron— nuestro interés nacional principal es el de extirparnos de Vietnam.” Esto lo afirman 46 miembros del Congreso de Estados Unidos: “Por el momento nuestro interés nacional principal es el de extirparnos de Vietnam.
“Abogan por los siguientes medios para solucionar el conflicto:
“Comenzar inmediatamente el retiro de las tropas norteamericanas de Vietnam para obligar al gobierno de Saigón a aceptar una solución negociada.”
Estos legisladores comprenden que con su aventura en Vietnam el propio gobierno de Estados Unidos ha caído bajo el chantaje del gobierno títere que creara allí, ¡bajo el chantaje! Es decir que ya el gobierno de Estados Unidos no es prácticamente ni siquiera dueño de sus propios actos.
“Establecer en Saigón un gobierno provisional de coalición que comprenda al Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, que preparará un referéndum o elecciones nacionales.
“Abrir en el Congreso estadounidense un debate sobre los intereses nacionales en Asia del Sudeste.
“El informe subrayó que el papel esencial de las fuerzas armadas norteamericanas debe volver a ser la defensa del territorio de Estados Unidos, y sugirió que sus efectivos, actualmente aumentados en forma artificial por compromisos globales, se disminuyan por lo menos en un millón de hombres.
“En lo que respecta a las negociaciones con la Unión Soviética sobre una suspensión de la carrera de los armamentos nucleares, los firmantes insistieron en que Estados Unidos debe cesar inmediatamente la construcción de la red de cohetes anticohetes propuesta por el presidente Nixon.
“También se pronunciaron contra la puesta en práctica de los cohetes ojivales nucleares múltiples.
“La ironía de la situación —expresaron— es que esperamos convencer a los soviéticos de no poner en práctica programas de armamentos que ahora se llevan adelante en forma irrevocable por nuestro propio Ministerio de Defensa.
“Según los parlamentarios, todas las economías que normalmente deberían producirse con la suspensión de las operaciones bélicas norteamericanas en Vietnam serán absorbidas por el nuevo sistema de armamentos preparado por el Pentágono.
“Evidentemente —concluyeron— tenemos que examinar con urgencia los gastos militares para poder consagrar nuestros recursos a incuestionables necesidades sociales.”
Es decir que ya no es solo un sector numeroso, mayoritario del pueblo de Estados Unidos, sino un grupo realmente numeroso de congresistas norteamericanos los que sustentan estas opiniones. Y crece en el seno de Estados Unidos la preocupación por lo que califican de “complejo militar industrial”, y cómo todavía no ha terminado la guerra en Vietnam y ya están los del Pentágono —en contubernio con determinados monopolios de armas— concibiendo programas que costarían decenas y decenas de miles de millones de pesos al pueblo de Estados Unidos.
Estos hechos demuestran cómo en aquel país maduran opiniones y se levantan conciencias, conciencias que fueron alertadas precisamente por el heroísmo del pueblo de Vietnam.
Se ha dicho en ocasiones por los compañeros vietnamitas que ellos se sienten agradecidos a nuestro pueblo por su solidaridad, que nos agradecen la expresión de que por Vietnam estamos dispuestos a dar hasta nuestra propia sangre. Y sin ningún tipo de formalidad, por elemental sentido de justicia, somos nosotros, somos los pueblos amenazados por el imperialismo, los países que luchan por su liberación o se enfrentan a las amenazas yankis, quienes tenemos que estarle agradecidos al pueblo vietnamita. Y entre esos países, en primer lugar, nosotros (APLAUSOS). Porque nosotros estamos muy próximos a Estados Unidos, nosotros conocemos la falta de escrúpulos de los gobiernos de ese país. Recordamos Girón, recordamos los aviones con escudos e insignias cubanas bombardeándonos al amanecer, recordamos las declaraciones en las Naciones Unidas —aquellas mentiras descaradas, conscientemente promulgadas— de que se trataba de aviones de la fuerza aérea que se habían sublevado. Recordamos los ataques piratas, las bases establecidas alrededor de Cuba, los ataques a cualquier hora del día o de la noche por aire o por mar; recordamos las infiltraciones, los sabotajes, los crímenes cometidos.
No pretendemos ni mucho menos comparar lo que nosotros hemos sufrido con lo que han sufrido los vietnamitas. Simplemente deseamos expresar que conocemos bien a los yankis, su falta de escrúpulos, y sabemos cómo también nosotros hemos estado en peligro de sufrir hechos por el estilo de los que ha estado sufriendo Vietnam.
Recordábamos hace algún momento el ejemplo de la Crisis de Octubre, y hemos vivido todos estos años siempre preparándonos, armándonos, invirtiendo enormes energías en nuestra defensa, por no tener nunca la seguridad de en qué día, en qué ocasión, en qué circunstancia nos veremos envueltos en una lucha similar, sufriendo agresiones similares a las de Vietnam.
De manera que cuando nosotros decimos que por Vietnam estamos dispuestos a derramar nuestra sangre no decimos nada extraordinario, ¡porque el pueblo de Vietnam no ha ofrecido derramar su sangre por nosotros y por otros pueblos, sino que ha derramado su sangre por nosotros y por otros pueblos! (APLAUSOS)
Su combate debilitó al imperialismo; su combate obligó al imperialismo a emplear allí el grueso de sus fuerzas; su combate significó tiempo a nosotros para prepararnos mejor, para armarnos más, para ser más fuertes. Su combate, de una manera real y objetiva, de hecho, ha constituido un respaldo, un apoyo, una defensa para otros pueblos en las condiciones nuestras. Y no se trata de frases, se trata de hechos que cualquiera de los ciudadanos de este país siente y comprende.
“Vietnam ha sido además ejemplo, ha sido estímulo, ha sido prueba. ¡Y cualquier pueblo que haya estado dispuesto a resistir y a luchar —como lo ha estado siempre nuestro pueblo— sabe ahora, después de la experiencia de Vietnam, que se puede no solo resistir, no solo luchar hasta morir, sino que se puede resistir y luchar hasta vencer! (APLAUSOS)
Sabemos la cantidad de bombas, de efectivos, de medios, que se pueden emplear contra un país sin derrotarlo. Esa ha sido la lección de Vietnam para nosotros y para otros pueblos en similares circunstancias a las nuestras.
De manera que por eso, por todas esas razones, sentimos como algo muy cercano a nosotros, como algo muy próximo a nosotros la lucha y la causa del pueblo de Vietnam. Por eso nada tiene de extraordinario, nada tiene de especial, el que de todo corazón, con el sentimiento, con la razón, apoyemos al Frente Nacional de Liberación y apoyemos sus demandas justas, sus puntos justos. ¡Y entendemos un deber nuestro como revolucionarios, y entendemos un deber de todos los movimientos revolucionarios, darle pleno apoyo, y caluroso apoyo, y decisivo apoyo a los diez puntos del Frente Nacional de Liberación! (APLAUSOS PROLONGADOS)
En el día de hoy es lógico también que recordemos a quien fue entre nosotros abanderado de la causa del pueblo de Vietnam, abanderado de la causa del movimiento nacional de liberación: que recordemos en la noche de hoy al Che (APLAUSOS PROLONGADOS). Que recordemos su tesis de que para apoyar a Vietnam había que apoyarlo también luchando, como expresaba en sus palabras: “Crear dos, tres, muchos Vietnam.” (APLAUSOS)
Algunos interpretaron mal esas consignas, incluso algunos calumniaron esas consignas. Pretendían presentar aquello como una cosa absurda, que si se querían dos, tres tragedias como la de Vietnam. No es precisamente desde ese ángulo desde donde hay que mirarlo: hay que mirarlo desde el ángulo de lo que significa el ejemplo de Vietnam y la lucha de Vietnam. Y el Che no pensaba en la tragedia: pensaba en la lucha, pensaba en el deber de los pueblos de luchar, en la justicia, en el derecho de los pueblos a liberarse del imperialismo; pensaba no en lo que tiene de tragedia sino en lo que tiene de digno, en lo que tiene de glorioso, en lo que tiene de justa la lucha del pueblo de Vietnam.
Y en el pensamiento del Che y de los que con él cayeron gloriosamente en Bolivia, entre sus motivaciones, estaba ocupando un lugar importante el sentimiento de solidaridad hacia el pueblo de Vietnam. De manera que al caer no cayeron solo luchando por la libertad de los pueblos de América: ¡Cayeron también, derramaron su sangre también por la causa del heroico pueblo de Vietnam! (APLAUSOS PROLONGADOS)
Para finalizar, solo nos resta expresar que pocas veces se vio nuestro país tan honrado como se ha visto en la noche de hoy; que pocas veces se sintió nuestro pueblo más orgulloso ni más satisfecho que al contar con la amistad y al contar con la presencia de un representante del presidium del Comité Central del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, en la persona de un combatiente que durante más de 20 años ha permanecido en los bosques luchando por la liberación de su patria (APLAUSOS PROLONGADOS).
Los vietnamitas nos recuerdan lo mejor de la humanidad. Nos recuerdan lo más digno, lo más glorioso, lo más abnegado, lo más heroico que pueda albergar el corazón humano. Los vietnamitas nos recuerdan la historia de nuestro país. Los vietnamitas nos recuerdan a nuestros mambises luchando también solos durante 10 años, durante casi 30 años por su independencia; combatiendo contra un ejército técnicamente bien armado en aquella época con machetes, con fusiles casi desprovistos de municiones. Los vietnamitas nos recuerdan lo más entrañable, lo más querido de este país: nos recuerdan a todos los que han luchado, a todos los que han caído, a todos los que se han sacrificado por nuestra patria.
Por eso se explica nuestra simpatía, nuestro respeto, nuestra admiración, nuestro cariño hacia los combatientes vietnamitas, hacia el Venerable —como le llaman ellos— presidente de la República Democrática de Vietnam, el compañero Ho Chi Minh (APLAUSOS).
Nuestras simpatías hacia el presidente del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, compañero Huu Tho (APLAUSOS).
Nuestra simpatía y nuestro saludo hacia los combatientes heroicos de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Vietnam del Sur (APLAUSOS).
Nuestro saludo especial a los combatientes del heroico Batallón Girón, que tantas batallas ha librado contra los invasores yankis (APLAUSOS).
Nuestro saludo a todo el pueblo de Vietnam, nuestra confianza ilimitada en ellos, nuestra fe absoluta en su victoria.
¡Viva el Frente Nacional de Liberación! (EXCLAMACIONES DE: “¡Viva!”)
¡Viva la justa causa del pueblo de Vietnam! (EXCLAMACIONES DE: “¡Viva!”)
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
FIDEL CASTRO RUZ
Fuente: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos
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