noviembre 16, 2009

"Documento secreto distribuido entre los oficiales conjurados del G.O.U" (1943)

DOCUMENTO SECRETO FECHADO UN MES ANTES DE GOLPE QUE CIRCULO SECRETAMENTE ENTRE LOS OFICIALES CONJURADOS DEL G.O.U [1]
[3 de Mayo de 1943]

La guerra ha demostrado palmariamente que las naciones no se pueden defender solas. De ahí el juego inseguro de las alianzas que mitigan pero no corrigen el gran mal.
La era de la Nación va siendo paulatinamente sustituida por la era del Continente.
Ayer los feudos se reunieron y formaron la Nación. Hoy las naciones deben unirse para formar el Continente. Es el fin de esta guerra. Alemania realiza un esfuerzo titánico para unificar el continente europeo. La Nación mayor y mejor equipada deberá regir los destinos del continente de nueva formación.
En Europa será Alemania. En América, en el Norte, la nación monito­ra será por un tiempo Estados Unidos. Pero en el Sud no hay una Nación monitoria lo indiscutiblemente fuerte para que sin discusión se admita su tutoría.
Hay sólo dos naciones que podrían tomarla: la Argentina o el Brasil. Nuestra misión es hacer posible indiscutible nuestra tutoría. La tarea es in­mensa y llena de sacrificios pero no se hace patria sin sacrificarlo todo. Los titanes de nuestra independencia sacrificaron bienes y vidas. En nuestros tiem­pos Alemania ha dado a la vida un sentido heroico. Esos serán nuestros ejemplos.
Para realizar el primer paso en el duro camino que nos llevará a una Argentina Grande y poderosa será necesario apoderarse del poder. Jamás un civil comprenderá la grandeza de nuestros ideales. Habrá pues que eliminarlos del gobierno y darles la única misión que les corresponde: el trabajo y la obediencia. Conquistado el Poder nuestra única misión será “ser fuertes”, más fuer­tes que todos los otros países unidos. Habrá que armarse; armarse venciendo siempre dificultades, luchando en contra de las circunstancias interiores o ex­teriores. La lucha de Hitler en la paz y en la guerra nos servirá de ejemplo.
Las alianzas serán el primer paso. Tenemos el Paraguay, tendremos a Bolivia y a Chile; con la Argentina, Bolivia, Paraguay y Chile fácil será presionar al Uruguay; luego las cinco naciones unidas atacarán fácilmente al Brasil debido a su forma de gobierno y a los grandes núcleos de alemanes. Caído el Brasil el continente sudamericano será nuestro.
Nuestra tutoría será un hecho, hecho grandioso sin precedentes realizado por el genio político y el heroísmo del Ejército Argentino. Mirajes, utopías, se dirá, sin embargo, dirijamos de nuevo nuestras miradas hacia Alemania. Vencida se le hace firmar en 1919 el tratado de Versalles, que la mantendrá bajo el yugo Aliado en posición de potencia de segundo orden lo menos por cin­cuenta años. En menos de veinte años recorrió un fantástico camino: antes de 1939 ya estaba armada como ninguna Nación y en plena paz se había anexa­do a Austria y Checoslovaquia. Luego en la guerra plegó su voluntad a la Europa entera.
Pero no fue sin duro sacrificio. Fue necesaria una dictadura férrea para imponer al pueblo los renunciamientos necesarios al formidable programa. Así será en la Argentina.
Nuestro gobierno será una dictadura inflexible aunque al comienzo ha­rá las concesiones necesarias para afianzarse sólidamente. Al pueblo se le atraerá pero fatalmente tendrá que trabajar más y privarse más que cual­quier otro pueblo; sólo así se podrá llevar a cabo el programa de armamentos indispensable a la conquista del Continente. Al ejemplo de Alemania por la radio, la prensa controlada, por el cine, por la Iglesia, y por la educación, se inculcará al pueblo el espíritu favorable para emprender el camino heroico que se hará recorrer; sólo así llegaremos a renunciar a la vida cómoda que ahora lleva nuestra generación, sacrificada en aras de un bien más alto. La Patria Argentina, que más tarde brillará con luz inigualable, para el mejor bien del Continente y de la humanidad entera.
“¡Viva la Patria! ¡Arriba los corazones!”.
[1] Fuente: Del Mazo, Gabriel, Historia del Radicalismo, Tº V, pags. 32/34, Editorial Cardon SA. Su existencia y autoría ha sido puesto en duda, aunque su contenido no resulta extraño en la época, ni sería negado por el Brasil que entre sus hipótesis de conflicto siempre incluyó y temió un conflicto con Argentina. De todos modos cabe señalar que de haber sido de la autoría o adhesión de Perón este, terminada la guerra, cambia diametralmente de posición con el Proyecto ABC que publicamos en la presente colección.

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