noviembre 16, 2009

Peron y el G.O.U.: Logia o sociedad secreta militar, nacionalista.

G.O.U. [1]
PLAN DE UNIFICACIÓN
Juan Domingo Perón
[Marzo de 1943]

OBJETO
La Obra de Unificación como una colaboración al bien del servicio, persigue unir espiritual y materialmente a los jefes y oficiales del Ejér­cito, por entender que en esa unión reside la verdadera cohesión de los cuadros y que de ella nace la unidad de acción, base de todo esfuerzo colectivo racional.
Un todo animado de una sola doctrina y con una sola voluntad, es la consigna de la hora, porque la defensa del Ejército, contra todos sus enemigos internos y externos, no es posible si no se antepone a las conveniencias personales o de grupos, el interés de la Institución y si todos no sentimos de la misma manera el santo orgullo de ser sus servi­dores.
Por eso es también misión de esta Obra, vigilar y aconsejar al cama­rada dentro de la más firme intransigencia ideal, la más absoluta fideli­dad a nuestros principios, la distinción cada día más neta entre lo ético y lo profano y la vigilancia asidua contra todo cuanto pueda rozar aún lejanamente, el bien o el prestigio moral del Ejército.
I. LA SITUACIÓN Y SUS PELIGROS
Estamos abocados a una situación tan grave como no ha habido otra desde la organización de nuestro país. Estamos frente a un peligro de guerra con el frente interno en plena descomposición.
Se perciben claramente dos acciones del enemigo:
Una presión en fuerza por Estados Unidos a hacerse efectiva por ese país o por sus personeros.
La destrucción del frente interior, iniciada por la penetración y agitación del país por agentes de espionaje y propaganda, a la que amenaza seguir con la conquista del gobierno en las próximas elecciones y lue­go con la revolución comunista tipo Frente Popular.
PARA CONTRARRESTAR ESTAS ACCIONES ES MENESTER PONERSE Y A MISMO EN ACCIÓN MEDIANTE MEDIDAS FUNDAMENTALES
La superioridad tratará de poner el Ejército “en la mano” y pre­parar la defensa exterior e interior.
A nosotros nos corresponde realizar dos tareas fundamentales en ello:
1) Unir espiritualmente a los cuadros, como base de cualquier acción, ya que, minado el frente interno, sólo se podrá hacer frente a los acontecimientos con hombres decididos y resueltos.
2) Defender al Ejército contra sus enemigos internos y externos por medio de una seria información que prepare una oportuna acción para neutralizarlos o suprimirlos.
II. PLAN DE ACCIÓN
1. Advertencia
La Obra de Unificación será realizada por todos, utilizando un sis­tema celular de difusión. Para ello existirá el escalón inicial, el “Grupo Obra de Unificación” (G.O.U), que no tiene jefe y constituye un cuerpo colegiado. Tiene sus agentes de unión e información, desarrollando una tarea absolutamente anónima que se cumple fuera de las obligaciones militares, para bien exclusivo del Ejército.
2. Bases.
a) Lo que sucede en el país:
Frente a la concentración y unificación de las fuerzas políticas ad­versas al orden establecido, se tiene una dispersión y división de las fuerzas de orden. Con ello se corre el mayor peligro en los comicios co­mo en la lucha que puede resultar como consecuencia de ellos.
La inseguridad política puede llevar en plazo más o menos corto a una de las siguientes situaciones:
-Triunfo de las tendencias actuales y reafirmación de la orientación actual en política internacional.
-Triunfo de las tendencias actuales pero con el cambio de la actual política internacional y como consecuencia el estado de guerra.
-Triunfo del “Frente Popular”, disfrazado como Unión Democrá­tica, que busque inmediatamente o en forma mediata la revolución comunista (caso de España o de Chile).
b) Lo que pasa en el Ejército:
Existe una gran cantidad de oficiales patriotas que sólo piensan en el bien del país y que representa sin duda la masa del Ejército, especial-' mente la gente joven, que aún no ha entrado en la órbita donde suelen gravitar los intereses personales y las ambiciones. Pero esta gente está dispersa espiritualmente, porque no sabe cómo se compulsan y resuelven estos problemas en el orden de conjunto.
Existe una minoría de oficiales o jefes que respondiendo a viejos rencores se mantienen formando grupos o “cadenas” que pueden resultar elementos peligrosos para el éxito de la unión y aún en los casos que sea necesario decidirse por una resolución de conjunto.
Existe también la masa de indiferentes, que escudados en prejuicios más ficticios que reales, se desentienden egoístas de los problemas que nos interesan a todos por igual. Afortunadamente, sabemos por experiencia que este gran por ciento de indecisos, no pesa sino como cuerpo muerto y que en el momento oportuno ellos están con el que tenga probabilidades de vencer.
3. La obra a realizar.
a) Comenzar por unir a todos los oficiales superiores (y oficiales com­batientes en servicio activo) afectos a la idea básica de salvar al Ejército cualquiera sea la circunstancia que se presente. Inculcar una única doctrina y animar al cuerpo de una absoluta unidad de acción.
b) Individualizar a los oficiales superiores, jefes y oficiales combatientes en servicio activo que no comparten, por diversas causas, nuestra ma­nera de pensar y obrar, para anular su acción presente y destruir su probable proceder futuro.
c) Aconsejar de acuerdo con nuestro conocimiento del medio, la forma de estabilizar el Ejército; asegurando una absoluta prescindencia po­lítica fuera del Ejército, pero manteniendo una actitud vigilante den­tro del mismo; al propio tiempo, vivir aprestados para proceder ins­tantáneamente y con el máximo de energía si es necesario.
d) Extender nuestra doctrina, hasta conseguir inculcarla en todo el Ejército. Luchar incansablemente por ponerla en ejecución desde todo cargo militar con una inquebrantable cohesión de los cuadros.
4. Bases de acción
a) Anhelamos ver en manos del Ministro de Guerra los destinos del Ejército, por ser para nosotros el órgano técnico, natural y legal para dirigirlo. Estamos en absoluto sometidos a sus designios (que deben ser los nuestros).
b) Trabajamos entonces para el Ejército en un orden no 'reglamentario, pero efectivo en el cumplimiento de lo qué el espíritu de los regla­mentos prescriben, como una colaboración al servicio.
c) Desarrollarnos nuestra acción en bien del servicio, por eso obramos dentro de la disciplina y sin alterar los fundamentos básicos de nues­tra misión de soldados. Sólo queremos ennoblecerla y destacarla dentro del panorama impuro que la rodea.
d) No aspiramos a nada que no sea el bien de la Patria y de su Ejérci­to. Buscamos obtener el mando efectivo en unidades de tropa para ser más efectivos en nuestros anhelos. Buscamos obtener el mando efectivo en unidades de tropa para ser más efectivos en nuestros anhelos.
e) Buscamos unir a todos los jefes y oficiales en una sola doctrina que ­nos impulse en una sola acción con absoluta unidad.
Tratamos de convencer al indeciso y enrolar en nuestra causa al decidido. Señalamos al enemigo común y lo vigilamos estrechamen­te, dentro de lo que el honor militar prescribe, para anularlo en caso necesario
f) En el orden político internacional seguimos la orientación de nuestro gobierno. Preferimos luchar en nuestro país y morir por él si es pre­ciso, pero en defensa de su honor y de sus intereses, cualquiera sea el que intente comprometerlos.
g) En el orden político interno, pensamos que no pueden llegar al go­bierno del país las fuerzas comunistas o las asociadas en cualquier forma con ellas. El Frente Popular debe ser destruido antes de su éxito político o durante el mismo, para evitar la guerra civil, que tampoco tememos, pero que estamos en la patriótica obligación de evitarla.
5. Plan de acción.
a) Se constituye el “Grupo Obra de Unificación” (G.O.U), con el núme­ro mínimo de diez camaradas. Nuestra labor es absolutamente anónima.
b) Cada uno de los miembros se encarga de enrolar en la causa por lo menos a cuatro camaradas (jefes u oficiales combatientes y en ser­vicio activo). Estos constituyen el primer escalón, los que a su vez enrolan en la misma forma y proporción a otros, por lo menos cua­tro, camaradas que a la vez constituyen el segundo escalón y así sucesivamente hasta el quinto escalón.
c) Cada camarada conoce sólo a su “camarada base” con quien se entiende y de quien depende a los efectos de informar y vivir in­formado.
d) El G.O.U recibe las noticias por el primer escalón, éste por el se­gundo y así sucesivamente. Forma Inversa, llegan hasta el quinto escalón las informaciones o directivas necesarias.
e) A los efectos del contralor necesario, el G.O.U lleva los registros de enrolados, central de informaciones, sección directivas y noticias, etc.
f) En el G.O.U se encuentran además los camaradas agentes de unión e informaciones necesarios para que el organismo se mantenga ligado con quien corresponda.
g) En todos los trabajos del G.O.U, no intervienen otras personas que sus miembros. Es absolutamente prohibido hacer intervenir a personal no militar; de la categoría de jefes u oficiales superiores y oficiales deben ser todos los miembros.
h) Los gastos que demandaran las tareas, serán cubiertos por cada uno de los encargados de realizarlos o por otros miembros.
i) El enrolamiento de miembros se hará de acuerdo al formulario que se entregará en cada caso y contendrá las presentes instrucciones, además de un pliego con las obligaciones que se contraen en ese acto.
j) Una vez cerrado el quinto escalón, se tomarán las medidas necesarias para el reconocimiento mutuo de los enrolados de todos los escalo­nes entre sí; si es necesario-se creará un distintivo especial.
k) Cualquiera otra cuestión que surja, se debe resolver dentro de los conceptos enunciados.
6. Organización y funcionamiento del G.O.U (ver grafico adjunto al final).
El G.O.U estará organizado.
a) Un agente de unión encargado de ligar al Grupo con el Ministro de Guerra.
b) El registro de enrolados, compuesto por tres miembros del G.O.U, con misión de llevar al día los registros con la anotación de todo el personal enrolado. Los datos al efecto le serán suministrados por los miembros, de acuerdo a su tarea personal como “camaradas bases”, Y los resultados que a su vez les eleven los camaradas de los
c) Una sección directivas y noticias compuesta por tres miembros del G.O.U, con la misión de preparar todo lo concerniente a hacer llegar la orientación necesaria a los camaradas y después la contrapropa­ganda y falsas noticias que puedan producirse. Para ello se procede: la sección entrega una copia a cada miembro del G.O.U; éste a su vez saca las copias necesarias y las entregas a los camaradas del primer es­calón y así sucesivamente hasta el quinto escalón.
d) Una central de informes, compuesta por tres miembros del G.O.U, con la misión de recibir, compilar, depurar y clasificar la informa­ción. Lleva un fichero como archivo.
e) Un agente de informes, encargado de ligar el grupo con el servicio de informaciones. En esta forma se aprovecha nuestro trabajo y se cola­bora y recibe colaboración en las informaciones.
f) Un coordinador, encargado de vivir las actividades de conjunto del G.O.U para asegurar la coordinación del organismo y crear las medidas necesarias tendientes a su mejor funcionamiento.
Funcionamiento.
g) Funcionamiento.
- El registro de enrolados y la central de informes trabaja a base de los datos que les suministran los 10 miembros del G.O.U y que se refieren respectivamente a los enrolados e informes provenientes de los 5 escalones.
- La sección directivas y noticias hace llegar por intermedio de los 10 miembros del G.O.U lo que éste resuelva sobre orientación y noticias que convengan hacer a los enrolados de los 5 escalones.
- El G.O.U como organismo enrolador procede a enrolar (indepen­dientemente, cada miembro, por lo menos cuatro jefes u oficia­les) el primer escalón; da a su vez a los miembros del primer esca­lón las bases para que cada uno de sus componentes pueda, en la misma forma, enrolar a los miembros del segundo escalón, y así sucesivamente. Cada miembro es responsable del funciona­miento de su propia cadena hasta el quinto escalón.
- Para conocer numéricamente a cada enrolado, en cada cadena se adoptará una denominación correspondiente, en la que figuran los, números, sucesivamente colocados, del primero al quinto escalón (ver el gráfico de organización y funcionamiento).
- Cualquier otra cuestión que surja será resuelta en cada caso por el G.O.U.
7. El enrolamiento.
- Para proceder al enrolamiento de camaradas en la “Obra de Unifica­ción”, se procede a ponerle de manifiesto nuestra finalidad, nuestra doctrina y la forma en que pensamos llevarlas a cabo.
- Es importante que quien se dedique a esta misión reflexione antes profundamente, analice los actos y conducta del candidato para no caer en errores.
- Todo trabajo previo y de preparación deberá ser verbal y sólo se les entregará la parte escrita cuando decididamente sea uno de los nues­tros.
- Será menester establecer que todo cuanto realizamos está confiado a cada uno y que pesa sobre su honor el compromiso que contrae.
- Por otra parte nadie contrae compromiso para proceder en forma de­terminada, en cada caso. No se busca anular su personalidad ni ligar­lo a compromisos anticipados o preconcebidos, pero sí a proceder en todas las ocasiones como el honor militar le impone, como la de­fensa del Ejército y de sus cuadros necesitan y como el bien común lo aconseja.
- No importa que nuestra labor sea conocida en el Ejército aún por los que no forman parte de la Obra, pero debe ser cuestión grave contra el honor del camarada que permita o facilite en alguna forma su conocimiento fuera de la Institución.
- De manera que al enrolar a un camarada, deberá recordársele en cada caso, claramente, que al formar parte de la Obra, se compromete solemnemente a servir en nuestra causa y cumplir en todos los casos con los principios enumerados, y cuando le falten normas precisas, inspirando su acción en la doctrina expuesta. Por otra parte, no que­remos sino que uno proceda como leal camarada y con la nobleza del soldado.
8. Son obligaciones del enrolado en la Obra:
a) La defensa del Ejército.
- La mejor defensa del Ejército la realiza quien ante militares o civiles ajusta su conducta y su honor a las normas propias de su investidura.
- A una conducta honrada es necesario agregar un procedimiento enérgico contra todo el que, en cualquier circunstancia, pública o privadamente, ataque o siquiera roce superficialmente el presti­gio del Ejército o de alguno de sus miembros.
- La unión de todos los militares, la comunidad de ideas a este res­pecto y la unidad de procedimientos, son fundamentales para el logro del objetivo: defender la Institución.
- Se debe reaccionar contra todo enemigo del Ejército ya sea inte­rior como exterior. Al camarada con consejos, buscando orientar­lo hacia la buena senda. Al extraño, con procedimientos más enérgicos.
- Es necesario proceder e influir en el proceder de los demás, den­tro de las normas del más acendrado patriotismo y la abnegación más absoluta. Sólo así es posible levantar el prestigio del cuerpo de oficiales.
- Quien proceda mal, aunque no escape a la sanción militar, debe ser comprendido en la sanción moral del cuerpo, que lo excluye o le hace notar de otra manera su repudio al mal proceder. Las malas acciones contra el Ejército deben ser consideradas como ofensas directas al cuerpo y a su dignidad colectiva.
b) La defensa del servicio.
- El servicio debe ser considerado como el dogma de un apostolado. Nada ni nadie está por sobre el servicio. El soldado que posee una conciencia honrada, cumple su deber y ejercita las prerrogati­vas de su grado con la única finalidad de ennoblecer su función y llenar cumplidamente el servicio.
- Para que el servicio sea realmente la razón de ser de nuestra exis­tencia en tiempo de paz y de guerra, es menester entender la mi­sión del militar como lo prescribe nuestro reglamento de Servicio Interno (R. R. M. 30).
- Cumplir y hacer cumplir tales cuestiones, en su más amplio mar­gen, debe ser cuestión de honor para todos. Para ello debemos empezar por conocerlas, luego practicarlas y finalmente hacerlas practicar
- Que hemos olvidado un poco tales cuestiones, lo sabemos todos. Un Ejército no se forma ni mantiene sólo con la enseñanza de la conducción. La formación de su moral es siempre superior a todo otro factor, porque es la fuerza motriz que le impulsa y el alma que le guía, aún en los momentos en que toda otra concep­ción ha fallado.
- Volver por esas virtudes marciales es sabio e imprescindible y es a la gente joven a quien corresponde realizar y propugnar la repo­sición constante de esos valores.
e) La defensa del mando.
- En todos los ejércitos existen generales, jefes y oficiales que no están a la altura de su misión ideal. Las murmuraciones contra ellos no remedia nada sino que aumenta su desprestigio. Una bue­na colaboración y la solidaridad de sus subalternos puede en cam­bio remediarlo todo. El acierto en la labor de un jefe resulta del conjunto de su valor personal, del de sus subalternos y de la colaboración de todos.
- Del desprestigio de los jefes, siempre algo influye negativamente sobre sus subordinados. Así, la defensa de ellos, es parte de la defensa de nuestro propio prestigio.
- Es necesario habituarse a la defensa sistemática del mando, no permitiendo las murmuraciones en ningún ambiente militar y sosteniendo la autoridad militar como único medio de elevar moralmente a los cuadros.
- Cuando cuestiones desagradables propias del mando sucedan en el ejercicio de la profesión, es necesario recurrir a resolverlas dentro del marco que les concierne, evitando divulgarlas con la difamación (del superior como del subalterno), porque ello entraña el mayor daño al Ejército.
- Si grave es que las fallas y fricciones del mando trasciendan en los cuadros, resulta nefasto que sean divulgadas entre los civiles.
- Las actitudes leales, abiertas, enérgicas, que evidencien carácter y pongan de manifiesto un proceder honrado, no perjudican jamás al militar ni al Ejército que debe ser escuela de verdadero carácter. Los choques y las fricciones son muchas veces consecuencias de ideas distintas que persiguen un ideal común. La comprensión superior de las cosas evita o atempera tales actos.
- De las faltas de este carácter es siempre el superior el responsable porque él es quien está en la obligación de evitarlas con una manda y tolerancia adecuadas. El subalterno, en cambio, ha de tener la tolerancia que les falte a otros, si desea beneficiar al Ejército y merecer el bien de sus camaradas.
d) La defensa de los cuadros.
- La unión y la camaradería en los cuadros es una de las fuerzas más decisivamente influyentes en su prestigio externo y en la felicidad de la convivencia militar.
- Como en una familia, el honor de un militar está ligado al cuerpo. Quien delinque contra su honor, arroja una mancha contra los demás camaradas. Sin embargo, como en una familia, no son ciertamente sus miembros quienes, ante extraños, comentan, evidencian o difamen al camarada que ha caído.
- Para un militar no debe haber mejor que otro militar y la defensa de todos es obligación de cada uno. Para el militar que falta a su honor, en cambio, no debe haber perdón, porque es quien atenta contra los cuadros en forma más perjudicial.
- Está suficientemente establecido cuáles son los deberes del ca­marada. Resta sólo ponerlos en ejecución. A ello propendemos y cada uno ha de trabajar sin descanso para arribar al fin pro­puesto.
- Educar al joven oficial en los deberes de la camaradería; corregir incansablemente a los que yerran; sancionar inflexiblemente a los remisos y estimular generosamente a los buenos camaradas, debe ser obligación del superior, iguales y subalternos.
e) La defensa contra la política.
- Las derivaciones de la política moderna, con sus avances en el campo social e institucional, han traído como consecuencia la necesidad de que los ejércitos lleguen a penetrar, más que la política misma, los designios de los políticos, que ponen en peli­gro la existencia misma del Estado y del Ejército.
- Una cosa es hacer política y otra cosa es conocerla para prevenir al Ejército contra los profundos males que ésta puede ocasionar. Tal es la obligación moderna del militar.
- Con ello se hubiera evitado el comunismo en Rusia y la guerra civil en España. En ambas, los jefes y oficiales, como aquí, repe­tían a menudo: “yo no me meto en la política” y cerraban con­ciente o inconcientemente los ojos ante el peligro rojo que debía devorarlos.
- Hoy es necesario no sólo penetrar los problemas políticos que en el fondo puedan acarrear las graves perturbaciones que conoce­mos, sino que es indispensable preparar al Ejército para evitarlo a tiempo. Ello se consigue sólo cuando todos los militares, guia­dos por un solo ideal, compenetrados de una doctrina única y resueltos a obrar con la mayor unidad de acción, se encuentran resueltos a imponer el orden en el momento en que se prevea su alteración.
f) La defensa contra el comunismo.
- El Ejército en su cuadro de suboficiales y en la tropa, es intensamente trabajado por la propaganda comunista. Se nos prepara una situación similar a la de España. Se impone una reacción intensa y una preocupación constante ante este problema.
- Hoy mas que nunca los jefes subalternos (compañía, batería, escuadrón) y oficiales de los subunidades deben extremar la vigilancia sobre el personal a sus órdenes.
- Es necesario organizar un servicio secreto en cada unidad para saber lo que se piensa y lo que se dice en cada corrillo.
- No descuidar este aspecto que, de la mañana a la noche, puede despojar del mando al oficial y con ello poner en peligro la eficiencia y la propia vida.
- Hay que ser caudillo en la medida necesaria, sin debilidades, pero con un tino especial en el comando. Asegurarse la gente de abso­luta confianza y estar listo para obrar con la mayor energía y aún violentamente en un momento dado.
- No debe olvidarse jamás que unidos todos los oficiales del Ejérci­to, procediendo en forma similar y en el mismo momento copare­mos cualquier situación por difícil que sea, pero para ello es me­nester la mayor decisión, la más férrea energía y el valor adecuado.
9. Disposición sobre la constitución del G.O.U.
1) Los miembros del G.O.U no tienen ambiciones personales. Su única ambición es en bien del Ejército y de la patria. Por eso estamos dispuestos a sacrificarlo todo por ese ideal.
2) No servimos intereses personales de nadie: Por eso nuestro organis­mo es anónimo y no tiene jefe: cada miembro tiene los mismos de­rechos y obligaciones. Mientras dure la organización, reclutamiento de adherentes y no sea necesario pasar a la acción, debe mantenerse en absoluto esta situación. En cambio en el momento de pasar a la acción será indispensable contar con un jefe.
Este será el jefe natural del Ejército. Si por cualquier circunstancia no pudiera ejercer el comando, habrá llegado el caso de que lo designemos nosotros.
3) Nuestro organismo no es rígido, es decir, no tiene desde ya determi­nada una norma de acción, sino una misión. Se trata de tomar un apresto para afrontar cualquier situación. En ese concepto, todos de­bemos pensar en forma similar, estar listos y en actitud vigilante. Para asegurar la unidad de acción se indicará en cada caso el proce­der. En casos imprevistos, el proceder individual se ajustará a lo de­terminado en nuestras bases.
4) El G.O.U está garantizado aún contra sí mismo, por el compromiso de sus propios miembros que en el acto de su constitución entregan su solicitud de retiro, firmada y sin fecha, para responder en esa forma de su conducta y honor militar.
5) Nos interesa por sobre todo la unidad, y por eso, no se trata de un organismo inicialmente director sino coordinador. Tomamos las iniciativas que creemos oportunas. Escuchamos las que provienen de los enrolados por intermedio de los informes de los camaradas bases y procedemos como mejor convenga al conjunto. En cambio, desde el momento en que comience la acción todo este organis­mo desaparece en su misión inicial para convertirse en órgano de ejecución. A ese efecto, prepara y mantiene al día los planes de acción.
[1] Según el historiador José María Rosa, la sigla GOU valdría indistintamente para la logia (Grupo de Oficiales Unidos) y su comando (Grupo de Organización y Unificación), que después de la revolución de junio de 1943 pasó a llamarse “Grupo Obra de Unificación”. Su origen es el grupo de tenientes coroneles que en octubre de 1941 hizo al Presidente Castillo, entre otros, el planteo de rigurosa neutralidad; proclamación del estado de sitio, disolución del Concejo Deliberante de la Capital Federal y del Congreso Nacional, cierre del Diario Critica, etc. y que excepto en los últimos dos casos, aceptó. Esta logia, cuya organización se atribuye a Perón, sin embargo quedó formalmente organizada en marzo de 1943.

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