mayo 08, 2010

Acta Capitular del 23 de Mayo de 1810

SEMANA DE MAYO
Actas Capitulares del Cabildo de Buenos Aires [1]
"Hecha la regulación... el Virrey debe cesar en el mando y recae éste provisoriamente en el Cabildo..."
[23 de Mayo de 1810]

En Buenos Aires, a 23 de mayo de 1810. Se congregaron en la Sala de sus Acuerdos los Señores del Exmo. Ayuntamiento; a saber: D. Juan José de Lezica y D. Martín Gregorio Yañiz, Alcaldes ordinarios de primero y segundo voto; y Regidores D. Manuel José Mancilla, Alguacil Mayor, D. Manuel José de Ocampo, D. Juan de Llano, D. Jaime Nadal y Guarda, D. Andrés Domínguez, D. Tomás Manuel de Anchorena, D. Santiago Gutierrez, y el caballero Síndico Procurador general, Dr. D. Julián de Leiva. Y estando así juntos y congregados, reflexionaron que, sin embargo de haberse fijado carteles, citando a los Señores Vocales del Congreso general del día de ayer, para que hoy a las tres de la tarde concurriesen a firmar la acta, no convenía por las ocurrencias que han sobrevenido el que se hiciese nueva reunión de concurrentes, ni se consideraba necesaria para el fin indicado, supuesto que en el Congreso de ayer se recogieron los votos rubricados, y se publicaron todos, cada uno en el acto mismo, de haberse dado. En cuya virtud acordaron, corra la acta en los términos en que está extendida, sin recogerse las firmas de los Señores Vocales: que se archiven los votos rubricados para cualquiera duda que ocurra, y que se proceda inmediatamente a la regulación de ellos, debiendo dos de los Señores Capitulares estar prontos para prevenir a los que concurran, que se retiren hasta nueva citación. En el acto procedieron a regular los votos: y hecha la regulación con el más prolijo examen, resulta, de ella, a pluralidad con exceso, que el Exmo. Señor Virrey debe cesar en el mando, y recaer este provisionalmente en el Exmo. Cabildo, con voto decisivo el caballero Síndico Procurador general, hasta la erección de una Junta que ha de formar el mismo Exmo. Cabildo en la manera que estime conveniente; la cual haya de encargarse del mando, mientras se congregan los Diputados que se han de convocar de las provincias interiores para establecer la forma de gobierno que corresponda. Y los Señores, tratando de conciliar los respetos de la Autoridad Superior con el bien general de estas interesantes provincias, propendiendo a su unión con la capital, y a conservar franca la comunicación don las demás del continente, cuyo objeto jamás ha podido perderse de vista, acordaron que, sin embargo de haber a pluralidad de votos cesado en el mando el Exmo. Sr. Virrey, no sea separado absolutamente, sino que se le nombren acompañados, con quienes haya de gobernar hasta la congregación de los Diputados del virreinato: lo cual sea, y se entienda, por una Junta compuesta de aquellos, que deberá presidir, en clase de Vocal, dicho Señor Exmo., mediante a que para esto se halla con facultades el Exmo. Cabildo, en virtud de las que se les confirieron en el citado Congreso. Y mandaron que, para remover toda dificultad, se proponga por oficio a S. E. este arbitrio, como único al parecer capaz de salvar la Patria; manifestándole haber cesado en el mando, con certificación que yo el actuario deberé dar del resultado del Cabildo abierto. Se extendió el oficio en los términos siguientes.

Oficio a su Excelencia
Excelentísimo Señor:
«Noticioso este Ayuntamiento de la consternación general que habían causado en este pueblo los funestos acaecimientos de nuestra Península, y que animado de su lealtad y patriotismo dudaba en su situación actual, y de su suerte futura, zozobrando en un conjunto de ideas diversas, que exigían la más pronta combinación para evitar una fermentación lastimosa; obtuvo de V. E. permiso franco para convocar, por medio de esquelas, la principal y más sana parte del vecindario, y que en un Congreso Público, expresase la voluntad del pueblo, y acordase las medidas más oportunas para evitar todas desgracias, y asegurar nuestra suerte venidera: consultando por este medio este Ayuntamiento el mejor orden y la conservación, integridad de estos dominios, bajo la dominación del Sr. D. Fernando VII; y habiéndolo verificado ayer día con toda la solemnidad que corresponde, y con la dignidad y decoro que es propio de este pueblo leal y generoso, ha acordado dicho Congreso, a pluralidad de votos, que V. E. debe cesar en el ejercicio de su autoridad, y esta recaer en el Ayuntamiento, según aparece del adjunto certificado del Actuario, el cual servirá a V. E. de bastante comprobante, en atención a que las circunstancias críticas y urgentes no dan tiempo a extender testimonio de la acta. Pero este Ayuntamiento, siguiendo siempre las ideas de conciliar el respeto de la autoridad con la tranquilidad pública, ha deliberado, como único medio para conseguirlo, el nombrarle a V. E. acompañados en el ejercicio de sus funciones, hasta que convocada la Junta general del virreinato, resuelva lo que juzgue conveniente. Lo que participa a V. E. para su perfecta inteligencia. Dios guarde a V. E. muchos años. Sala Capitular de Buenos Aires mayo 23 de 1810.
Exmo. Sr.

Juan José Lezica - Martín Gregorio Yañiz - Manuel Mancilla - Manuel José de Ocampo - Juan de Llano -Jaime Nadal y Guarda - Andrés Domínguez - Tomás Manuel de Anchorena - Santiago Gutiérrez - Dr. Julián de Leiva.

Excelentísimo Señor D. Baltazar Hidalgo de Cisneros».
Y determinaron, que sin perder instantes, se le pase a S. E. por medio de una diputación, que ha de componerse de los Señores, D. Manuel José de Ocampo y el Dr. D. Tomás Manuel de Anchorena: a quienes se encarga muy especialmente, le hagan comprender el fin que se ha propuesto este Cabildo con semejante arbitrio, y cuanto interesa a la quietud pública y a la salud del pueblo el que se lleve a su término, quedando abierto el acuerdo hasta que regresen.
Regresaron los Señores Diputados y expusieron, que el Exmo. Sr. D. Baltazar Hidalgo de Cisneros se había allanado de palabra, no sólo al arbitrio que se le proponía, sino también a no tomar la menor parte en el mando, siempre que ello se considerase necesario para la quietud pública, bien y felicidad de estas provincias, pero que juzgaba por muy conveniente el que se tratase el asunto con los Comandantes de los cuerpos de esta guarnición, respecto a que la resolución del Exmo. Cabildo, no parecía en todo conforme con los deseos del pueblo, manifestados por mayoría de votos: y que de cualquier modo estaba resignado en la voluntad del Ayuntamiento, a quien dirigía la contestación que entregaban, y es del tenor siguiente.

Contestación de su Excelencia
«Siempre han sido los deseos más vivos de mi corazón el sacrificar los intereses todos, por mantener y conservar la felicidad y seguridad de todos los pueblos y provincias, que la dignación de nuestro muy amado Soberano, el Sr. D. Fernando VIL, tuvo a bien poner bajo inmediato mando. En este concepto, y atentas las extraordinarias circunstancias que V. E. me manifiesta en su oficio de hoy, me presto desde luego a adoptar el medio que me propone, atento a que considera ser el único capaz de restablecer la tranquilidad pública, y la confianza general, en que tanto me intereso, y de la que he dado, hasta ahora pruebas tan constantes: conciliando al mismo tiempo los respetos debidos a la dignación en mi empleo, al Rey a quien represento y al honor que tan dignamente ha sabido sostener siempre esta Capital y sus fieles habitantes.
Dios guarde a V. E. muchos años. Buenos Aires 23 de mayo de 1810.
Baltasar Hidalgo de Cisneros

Exmo. Cabildo, Justicia y Regimiento de esta Capital».
Enterados de todo los Señores, acordaron se convoque en el acto a los Sres. Comandantes de los cuerpos. Y habiendo estos personádose en la Sala, y oído el medio adoptado por el Exmo. Cabildo, y la conformidad que había prestado el Exmo. Sr. D. Baltazar Hidalgo de Cisneros, significaron que lo que ansiaba el pueblo era el que se hiciese pública la cesación en el mando del Exmo. Sr. Virrey, y reasunción de él en el Exmo. Cabildo: que mientras no se verificase esto, de ningún modo se aquietaría. Y los Señores, habiéndose despedido los Sres. Comandantes, determinaron que en el acto se forme el bando y se publique, fijándose en los lugares acostumbrados: habiendo precedido el hacer presente esta determinación al Sr. D. Baltazar Hidalgo de Cisneros por medio de una diputación, compuesta de los mismos Sres. D. Manuel José de Ocampo y el Dr. D. Tomás Manuel de Anchorena. Y contestado S. E. que estaba llano en que se hiciese la publicación, mandaron se pase en el acto orden al Administrador de Correos para que no permita salir posta ni extraordinario a ningún destino hasta nueva providencia de este Cabildo y Superioridad: y comisionaron al Sr. Alcalde de primer voto para que libre las que fueren oportunas en las materias de gobierno ejecutivas, servicio de plaza, y demás que exijan pronto despacho. Con lo que se concluyó esta acta, que firmaron dichos Señores, de que doy fe.

Juan José Lezica - Martín Gregorio Yanis Manuel Mancilla - Manuel José de Ocampo - Juan de Llano - Jaime Nadal y Guarda - Andrés Domínguez - Tomás Manuel de Anchorena - Santiago Gutiérrez - Dr. Julián de Leiva - Licenciado D. Justo José Nuñez, escribano público y de Cabildo.
[1] El Cabildo se reunió por la mañana para contar los votos obtenidos el día anterior. 155 votos a favor de que el Virrey cesara en el cargo y 69 a favor de que continuara. Por su parte, el Síndico Julíán Leiva, trama formar una Junta presidida por Cisneros.

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